Creemos que todos estamos “enganchados” a Internet y que España es un país muy digital. Pero
no: casi 4,5 millones de españoles y más
de 2 millones de hogares no tienen conexión a Internet. Estamos a la
cola de Europa en acceso y uso de la Red. Y lo peor: esta “brecha
digital” es muy desigual y afecta
más a mujeres, mayores, personas poco formadas, rentas bajas, parados y los que
viven en autonomías y zonas rurales muy desconectadas, precisamente los que
tienen más problemas para trabajar. La principal causa de este retraso digital
está en nuestra baja formación digital: sólo el 1,6% de españoles han estudiado TIC frente
al 52,5% de media en Europa y el 100% en Finlandia o Suecia. Unos
datos más preocupantes si sabemos que la
mitad de los empleos futuros van a ser digitales. UGT ha dado la voz de alarma y pide un Pacto de Estado para conseguir una
España más digital, al margen de las ideologías. No podemos perder este tren.
enrique ortega
Internet y el mundo digital son un arma de doble filo. Por un lado, permiten a las personas, empresas y paises mejorar su productividad y nivel de vida. Pero, por otro, la digitalización de las economías, al ser desigual, agrava las diferencias entre personas, empresas y paises, dejando atrás a las que pierden “el tren digital”. Y en el caso de España, el retraso digital con Europa y muchos paises punteros del mundo es especialmente preocupante, según revela un reciente estudio de UGT sobre la brecha digital de España en 2019.
Internet y el mundo digital son un arma de doble filo. Por un lado, permiten a las personas, empresas y paises mejorar su productividad y nivel de vida. Pero, por otro, la digitalización de las economías, al ser desigual, agrava las diferencias entre personas, empresas y paises, dejando atrás a las que pierden “el tren digital”. Y en el caso de España, el retraso digital con Europa y muchos paises punteros del mundo es especialmente preocupante, según revela un reciente estudio de UGT sobre la brecha digital de España en 2019.
Hay dos parámetros básicos para medir este retraso digital: los
hogares conectados a Internet y el uso de la Red por los españoles. En el
primero, hay 2,2 millones de hogares que
no disponen de conexión a Internet, según el INE (Encuesta sobre equipamiento y uso TIC en los Hogares). Esto nos coloca a la cola de Europa en acceso a Internet en los hogares, el puesto
24 de 28, según el Eurobarómetro especial de julio de 2018 publicado
por Eurostat: cifra en un 62% del
total los hogares con acceso a Internet, por debajo del 70% de media europea y muy lejos de
Holanda (97% hogares conectados), paises nórdicos (92% Dinamarca, 91% Suecia,
84% Finlandia), Francia (77%), Reino Unido (76%) o Alemania (74%), sólo por
delante de Italia (45% hogares conectados), Rumanía (55%), Bulgaria(59%) y
Lituania (61%). Y si nos comparamos con todo el mundo, ocupamos el lugar 29 de 120, con un
81,9% de hogares con acceso a Internet (según la estadística de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, ITU), por
detrás de Corea (líder con el 99,2% de hogares conectados), Bahréin (96%),
Luxemburgo (97%), Noruega (96,6), Islandia (96,5%) y Japón (96,2%).
El segundo parámetro importante es el uso de internet : 4,4
millones de españoles no han utilizado nunca Internet, el 12,7% de los mayores de 16 años, según el INE. Un porcentaje
que el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones (ONT) sube al 18,2 % de
la población (7,14 millones) y el Barómetro del CIS de enero de 2019 al 22,9% de españoles, que reconocieron no haber usado Internet en los
últimos 3 meses. Y aquí volvemos a estar por debajo de la media europea: según Digital Scoreboard 2017, un 14% de españoles no
utiliza Internet frente a un 16% de
europeos y, sobre todo, frente a un
4,5% de británicos, un 7,5% de alemanes y un 10% de franceses.
Hay otros indicadores
muy precisos que nos muestran la brecha digital de España con Europa y el resto
del mundo. La Unión Europea utiliza el índice DESI, 34 indicadores que evalúan
el desarrollo digital de los paises europeos. Y en el último índice, el DESI 2018,
España ocupó el puesto 10º entre los 28
países UE, con 58 puntos,
ligeramente por encima de la media UE (53), pero por debajo de los paises
nórdicos (70 puntos), Holanda (62), Luxemburgo, Irlanda, Reino Unido (61),
Bélgica y Estonia, aunque por delante de Alemania (57), Francia (52) e Italia
(44, el 4º por la cola). Este índice señala que España está mejor que
la media europea en servicios públicos digitales, integración de la tecnología digital y
conectividad (más fibra óptica), pero estamos peor en el uso de
Internet y, sobre todo, en “capital humano”, en la menor preparación digital de los
españoles, la mayor debilidad
digital de España, según la Comisión Europea.
Si España está en la media digital europea no es un consuelo,
porque Europa está retrasada frente
a otros paises del mundo que lideran la revolución digital, según alerta la Comisión Europea: el indicador DESI 2018 atribuye a la UE 54 puntos, por detrás de Corea (el líder digital), Japón y EEUU,
aunque todavía por delante de China. Pero esta media de desarrollo digital
europeo esconde tremendas desigualdades entre el norte (72 puntos
Dinamarca y 70 Suecia, Finlandia y Holanda), el sur (58 España, 44
Italia, 38 Grecia) y sobre todo la Europa del Este (34 puntos
Rumanía o 40 Bulgaria).
Otro indicador, el IDT, índice de desarrollo de las TIC (tecnologías de la información y comunicación),
utilizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) y que analiza
11 indicadores digitales, coloca a España en el puesto 27 de 120 paises,
muy lejos de Corea, Singapur, Suiza, Australia o Reino Unido (los líderes
digitales), de los paises nórdicos, de Alemania y Francia (15º en el ranking) y
de EEUU (16º), colocándonos en línea con Andorra, Chipre, Macao o Malta. Y en el índice NRI, que elabora anualmente el Foro Económico de Davos, para medir
la capacidad de los paises para aprovechar las oportunidades que ofrecen las
TIC, España ocupa el puesto 35 (4,8
puntos sobre 7), muy lejos de los líderes mundiales (Singapur, nórdicos, EEUU,
Reino Unido, Corea y Alemania, con más de 5,5 puntos) y con 18 paises europeos
por delante, incluso Portugal (4,9 puntos).
Un repaso a los indicadores internacionales que confirma el retraso digital de España, que se ha estancado y no mejora respecto
a los indicadores de 2015, según el informe de UGT. Pero lo peor es que esta
brecha digital de España es tremendamente desigual, porque la sufren más
las
mujeres, los mayores, los que tienen menos formación, los más pobres y los que
viven en autonomías y zonas rurales más
desconectadas. Veámoslo.
Por género, los
datos revelan que el 60% de los hogares
desconectados son de mujeres, aunque en el acceso a Internet la brecha es mínima (un 85,6% de mujeres y un
86,6% de hombres). Pero los datos indican que las mujeres tienen menos formación digital y aprovechan menos las herramientas
digitales (sobre todo, configurar software, crear documentos e instalar
aplicaciones). Y la ITU nos coloca en el puesto 37 de 90 paises por “paridad
digital”, un ranking encabezado por los nórdicos y Francia, con total paridad.
Otra desigualdad
digital viene por la edad: el 72% de todos los desconectados
españoles (recordemos: 4,4 millones) tienen más de 65 años. Y el 47% de los
mayores de 65 años no se ha conectado a Internet en los últimos 3 meses (el 22%
de los que tienen entre 55 y 64 años), frente a sólo el 2% entre los menores de
34 años, según desvela el estudio de UGT. El tercer factor
de desigualdad digital es la baja formación:
el 63% de las personas desconectadas en
España no tienen estudios secundarios (sólo la ESO o menos). Y usan menos
Internet los analfabetos (sólo el 28,8% se han conectado en los últimos 3
meses), los que sólo tienen Primaria (53,1% conectados) y la ESO (86,1% se conectan),
mientras rondan el 100% de conexión los españoles con Bachillerato (97,3% se
conectan), Grado universitario (98%) o Licenciados y Máster (99,2%). Y así, España es el país 15º de los 28 con más personas poco formadas que no
acceden a Internet, mientras es el 9º país por el acceso de las personas más
formadas a la Red.
El 4º factor clave en
la desigualdad digital es la renta, lo que se gana: 1 de cada 3 hogares (el 31,5%) con ingresos inferiores a 900 euros no tienen acceso a Internet,
mientras que sólo está desconectado el
1% de los hogares que ganan más de 2.500 euros. Y no utilizan Internet el 25,5% de los hogares pobres (menos de 900
euros) y sólo el 2,4% de los que tienen mayores ingresos (+ 2.500 euros). Lo que se gana es un factor clave, ya
que un 71% de los hogares pobres dicen que no tienen Internet en casa por
razones económicas, mientras sólo lo esgrimen el 39% de los hogares con más
ingresos.
Un 5º elemento de
exclusión digital es dónde uno vive,
según revela el informe de UGT: hay 6,5
millones de españoles que no pueden conectarse a 100 Megas en buena parte
de España. Por un lado, hay 1,12 millones de “excluidos digitales”, que viven
en zonas donde no reciben ni una conexión básica de 1 Mega. Otros 500.000 que
no llegan a 2 Megas, 2,35 millones más que no alcanzan los 10 Megas y 3,25
millones más (que viven en 2.130 localidades) donde no llega el 4G ni las
conexiones a 30 Megas. Hay también una importante “brecha digital” entre autonomías, con muchas zonas donde resulta
difícil acceder a Internet de alta velocidad (750.000 personas en Galicia,
580.000 en Castilla y León, 377.858 en Cataluña, 300.938 en Castilla la Mancha)
y otras con pocos excluidos (35.456 en Madrid, 19.654 en Navarra, 18.314 en
Euskadi, 14.595 en La Rioja, 1.215 en Cantabria).
El 6º factor de
desigualdad digital es la situación laboral: los parados
usan menos Internet (sólo el 69,9% en la última semana) que los que trabajan
(82,3%). Y los ocupados y estudiantes (94,3% lo usan) están más
conectados que las amas de casa que
no trabajan (sólo 45,5% acceden a la Red) y los pensionistas (39,5%). Y algo bastante llamativo: sólo el 58,4% de los parados utilizan
Internet para buscar trabajo.
¿Cuál es el trasfondo de este retraso digital,
tan desigual entre españoles? La clave es la poca formación digital
que tenemos. Cuando se pregunta a los españoles por qué no usan Internet,
la respuesta más abundante es porque no saben utilizarlo (48,3%),
porque no sabe utilizar el ordenador (46,9%) o porque no lo tiene (45,2%) y son
menos los que contestan que no se conectan a la Red porque no lo necesitan
(39,4%), porque no tienen interés (33,3%), por su coste (29,9%) o porque no tienen
conexión (25,9%). Así que la primera
causa del retraso digital es la poca formación, por delante del coste o los
problemas de conexión a Internet.
Y es que muy pocos españoles están formados digitalmente: sólo el 1,6% han obtenido formación en tecnologías de información y
comunicación (TIC), frente a un 52,5% de
europeos (media UE), un 42% de alemanes, un 65% de franceses, un 95% de
británicos y un 100% de suecos o finlandeses. En realidad, somos el tercer país europeo con menos personas formadas en TIC,
sólo mejor que Rumanía e Italia. Y esto es dramático, porque las empresas necesitan cada vez más
licenciados con formación digital y no los encuentran. Pero no es sólo que
no tenemos titulados en TIC, sino que casi la mitad de españoles adultos
(el 45,3%) tienen nula o baja formación digital. Y hay otros datos
impresionantes, que revelan el estudio de la ONTSI 2017: el 37% de españoles
no usan nunca el correo electrónico, el 42% no sabe crear un documento ni
usar un procesador de textos, un 22% no sabe mover o copiar archivos y
carpetas. Y un 18% de españoles no han tocado nunca un ordenador (un
25% en Extremadura y un 20% en Castilla la Mancha, Andalucía, Galicia,
Asturias, Castilla y León, Canarias, la Rioja y Murcia), según datos de Eurostat.
Así que tenemos demasiados
“analfabetos digitales” y pocos “expertos”, aunque España tenga más
universitarios que la media Europea. Es
un problema educativo, porque los jóvenes salen de las Universidades sin
formación en las TIC, aunque tengan muchos másteres e idiomas: sólo tenemos un
2,9% de especialistas TIC trabajando, frente al 3,7% en Europa. Y
luego, las empresas tampoco ayudan: el 77,4% de las grandes empresas españolas no dan formación digital a sus trabajadores y tampoco el 96,6% de las
pymes, según el citado informe de UGT. Y
además, tienen una organización del
trabajo que no potencia el trabajo
digital, la digitalización del negocio. El dato es impactante: un 48% de los trabajadores españoles nunca usa ordenadores conectados a Internet
en su trabajo habitual, a pesar de que el 99% de las empresas están
conectadas a la Red.
Este retraso digital es especialmente preocupante porque las habilidades digitales son claves para competir en el mundo y trabajar hoy pero serán más necesarias en el futuro. En todo el mundo, pero más en España, según el reciente estudio de
la OCDE “Cómo es la vida en la era digital”: un
52% de los actuales empleos están en riesgo en España, por la tecnología y la automatización (un 30% sufrirán cambios importantes y un
20% podrían desaparecer). España es el
9º país más afectado de la OCDE (36 paises) por esta drástica reconversión
laboral, sólo por detrás de Eslovaquia, Lituania, Turquía, Grecia, Japón,
Alemania, Chile y Eslovenia (con el 60-70% de sus empleos en riesgo).
Algo habría que hacer.
La OCDE acaba de lanzar una alerta
en su informe “Perspectivas Económicas”, publicado el 21 de mayo: los avances en la digitalización de las economías son “decepcionantes” y sólo “una pequeña parte de las grandes empresas
mundiales se están beneficiando de la digitalización”, lo que provoca que
la productividad “se ha ralentizado” y con ella
se han estancado los salarios y el
nivel de vida en Occidente. Así que la OCDE pide, a Gobiernos y
empresas, políticas para impulsar la
transformación digital eficiente e inclusiva de las economías. Y eso
requiere, añaden, cambios en las prácticas empresariales y en la organización del
trabajo, reformas educativas y una mayor financiación en tecnología y
digitalización, adaptando las regulaciones a los cambios del modelo de negocio.
En el caso de España
y su mayor retraso digital, UGT propone un gran Pacto de Estado por la digitalización, con 8
medidas : crear un ente público que coordine el impulso de las TIC (un Observatorio de la Brecha digital que proponga
y persiga objetivos anuales de mejora), planes de formación digital para
parados y ocupados, asignaturas de habilidades digitales en todos los niveles
educativos, tarifas sociales de acceso a Internet para los colectivos más
vulnerables (30 Megas a 20 euros/mes), un Plan nacional para llevar el acceso a
Internet de alta velocidad a toda España y una Estrategia de Teletrabajo que lo fomente en las empresas.
Es una buena “hoja de
ruta” al futuro. Pero la clave es avanzar en dos frentes, desde el Estado
y desde las empresas. El futuro Gobierno tiene que sacar recursos para mejorar las infraestructuras de
acceso a Internet (creando nudos de alta capacidad en cada autonomía
para los grandes motores de la digitalización: enseñanza, transporte, grandes
empresas y proveedores, más los servicios públicos), para relanzar la enseñanza digital, entre parados, trabajadores y para
dar ejemplo, mejorando los servicios
públicos electrónicos y priorizando las compras públicas hacia los
proveedores más digitalizados. Y las empresas
españolas han de implantar una reconversión digital, asentada en
4 frentes: creación de un potente
equipo interno de cambio digital, fuertes inversiones, poner al cliente en el
centro del negocio (explotando al máximo el big data) y crear en la empresa una
nueva cultura digital, con nuevas formas de trabajo y organización,
apostando por la formación digital de la plantilla y la contratación de jóvenes
preparados (“nativos digitales”).
El camino hacia una
economía digital exige inversiones,
formación y tiempo. Pero hay que dar
un empujón cuanto antes, desde el Gobierno, el mundo educativo y las
empresas, apostar por reciclarnos y recuperar la brecha digital
con Europa y el mundo. Es la única manera de asegurar a medio plazo el empleo y el bienestar. No podemos perder
el tren digital.