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jueves, 12 de mayo de 2016

El fútbol español "maquilla" sus cuentas


Este fin de semana se acaba la Liga más disputada y la cuarta temporada que los equipos han ajustado sus cuentas, tras muchas pérdidas, deudas y 32 Clubes que suspendieron pagos. Teóricamente, todos los Clubes de 1ª y 2ª división tienen ya beneficios. Pero esas cuentas tienen “truco”: ganan dinero porque consiguen ingresos “extras” con la venta de jugadores, por los traspasos. Sin ellos, en el día a día, tienen pérdidas, porque gastan más de lo que ingresan. Y deben 3.442 millones, 564 de ellos a Hacienda y otros 23,5 millones a la Seguridad Social. La Liga y el Consejo Superior de Deportes están obligando a los equipos a ajustar sus cuentas, pero queda mucho por hacer, sobre todo recortar en costes y fichajes y conseguir más ingresos, mientras los aficionados pagan las entradas el doble que en Europa. El futbol es un gran negocio con pies de barro y si no se sanea más, lo acabaremos pagando todos. Otro riesgo es que la entrada de inversores extranjeros cree una nueva “burbuja”. Cuidadín.
 
enrique ortega

El deporte es uno de los mayores negocios del mundo y mueve ya 91.000 millones de dólares al año, según la consultora AT Kearney. Y el fútbol es “el deporte rey”, que representa el 40% de esa enorme tarta, unos 30.000 millones de euros al año. Casi dos tercios de este negocio del balón se lo lleva el fútbol europeo, en especial las 5 grandes Ligas del continente. Entre ellas, la Liga BBVA española, que es la tercera Liga europea con más facturación (1.933 millones de euros en la temporada 2013-2014), sólo por detrás de la Premier League inglesa (3.898 millones) y la Bundesliga alemana (2.275 millones) y por delante de la Serie A italiana (1.699 millones) y la Ligue 1 francesa (1.498 millones), según los últimos datos del Annual Review of Football Finance 2015 de Deloitte. Y su estimación es que en la próxima temporada (2016-2017), los ingresos de la Liga BBVA española la coloquen ya como la segunda del ranking europeo, superando a la Bundesliga alemana.

Entre tanto, el fútbol español es ya un gigante en el fútbol europeo y mundial, no sólo por los resultados deportivos sino por sus cifras: tenemos los 2 Clubes de fútbol con los mayores ingresos del mundo en 2015, según el último ranking de Deloitte. El Real Madrid es por undécimo año líder del ranking mundial de Clubs, con 577 millones de ingresos. Y el FC Barcelona recupera la segunda posición (desde la 4ª plaza que tenía en 2014), con 560,8 millones de ingresos. Además, hay un tercer Club español, el Atlético de Madrid, que se consolida en el puesto 15º del ranking, con 187,1 millones de ingresos. En conjunto, los 20 mayores Clubes de fútbol (todos europeos) facturaron en 2015 unos 6.600 millones de euros y entre ellos dominan los clubs ingleses (con 9 equipos), los italianos (con 4 equipos), los españoles y alemanes (con 3 equipos cada uno) y los franceses (con 1 equipo).

Pero el fútbol español y el europeo son unos gigantes con pies de barro, porque aunque facturan mucho, sus cuentas no están globalmente consolidadas (las de los grandes Clubes sí). De hecho, en 2010, la mitad de los Clubs de fútbol europeo perdían dinero (-1.200 millones de euros). Por eso, la UEFA aprobó ese año un Plan de ajuste, el Fair Play Financiero, para intentar reducir sus déficits y deudas en tres años, abriendo expedientes a muchos Clubes (como el Manchester City, el Inter, la Roma o el Paris Saint Germain) y excluyendo de las competiciones europeas a los que no sanearan sus cuentas (entre ellos al Málaga y Rayo Vallecano, excluidos de la Europe League en 2014). En paralelo, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) aprueba una normativa similar para España en julio de 2011, dando tres años a los Clubes para ajustar sus cuentas. Pero la crisis agrava los problemas y 32 Clubs entran en concurso de acreedores (desde 2003), lo que obliga al Gobierno Rajoy, en abril de 2013, a acordar con la LFP un Protocolo que obliga a los Clubes a presentar sus cuentas 2012-2013 y posteriormente, a “equilibrar” sus presupuestos desde julio de 2013.

Son ya cuatro temporadas, desde la de 2012-2013, en la que los Clubes tienen que enviar de antemano sus Presupuestos a la LFP y al Consejo Superior de Deportes (CSD), para que se los aprueben previamente (los controles de la UEFA a los Clubs europeos son “a posteriori”). El resultado de este mayor control es que los Clubes han mejorado sus cuentas estos años, tratando de recortar costes y deudas y conseguir más ingresos. De hecho, el CSD acaba de publicar las cuentas de los Clubs de 1ª y 2ª División en la temporada 2014-2015 y el balance global es muy positivo: los 20 Clubes de 1ª División (Liga BBVA) tuvieron beneficios por tercera temporada consecutiva, 146,15 millones de euros, y los 22 Clubes de 2ª División (Liga Adelante) tuvieron beneficios por primera vez, 8,5 millones de euros.

Pero estas cuentas oficiales de los Clubes tienen “truco”: los beneficios de los Clubes de fútbol se deben a los ingresos “extraordinarios” que han tenido en la pasada temporada, sobre todo por la venta de jugadores: han sido nada menos que 348 millones en 1ª División y 58 millones en la 2ª División. Si no hubiera sido por estos ingresos “extras”, las dos Ligas habrían tenido pérdidas, como viene pasando desde1999 (el primer año con datos), porque los gastos ordinarios son mayores que los ingresos ordinarios. Así que el fútbol está mejor, con sus cuentas más saneadas, pero no es para tirar cohetes.

El problema sigue siendo que los Clubes tienen muchos gastos, sobre todo de personal (63,9% del total de gastos en 1ª y el 49,7% en 2ª), debido sobre todo al coste de jugadores y fichajes. Y estos gastos crecieron en 2015 un 12,3% mientras los ingresos sólo crecían un 11,6%, gracias al aumento de los derechos de retransmisión del fútbol, (852 millones de euros en la pasada temporada) y al aumento de ingresos por publicidad (que crecieron un 36,8% en 2015, por los nuevos patrocinios de Madrid y Barça), ya que los ingresos por taquilla y abonados están casi estancados. Otro dato preocupante es la deuda de los Clubes, que se ha reducido poco en 2015 (-1,2 millones de euros) y que es aún muy elevada: 3.442,7 millones de euros, 2.984,62 millones en 1ª División y otros 458,13 millones en 2ª. De esa deuda, la mayor parte es con proveedores, otros Clubes y jugadores (1.754,4 millones), seguida de la deuda con los bancos (570,7millones), que ha bajado, sin olvidar la deuda que tienen los Clubes con todos nosotros: 564,06 millones con Hacienda (96 millones sólo el Madrid y el Barça) y otros 31,20 millones con la Seguridad Social.

Al final, el problema de los Clubes es que su negocio habitual (ingresos y gastos operativos) no les da para fichar jugadores y lo hacen endeudándose, también con Hacienda y la SS. Y además, les falta capital: en 2014-2015 no dan esta información pero en las cuentas de 2013-2014 se veía que el pasivo superaba al activo en 1.015 millones, un “agujero patrimonial” dos veces y media el de 2009 (-392,3 millones). Y su Fondo de maniobra (la diferencia entre los créditos y las deudas a corto), que mide lo cerca que están los Clubes de una posible insolvencia sigue siendo negativo (-786 millones en la temporada 2014-2015). Y es una media, por lo que si descontamos la mayor solvencia de los grandes Clubes, podemos deducir que la solvencia de los pequeños Clubes, más en 2ª División, es mínima y sobreviven de milagro. De hecho, 5 ciudades se han quedado sin equipo de fútbol: Salamanca, Santiago de Compostela, Palencia, Logroño y  Almendralejo (y el Albacete lucha contra su liquidación ).

Con todo, es justo reconocer el gran trabajo de la patronal de los Clubes, la LFP, y del CSD en estos tres años de saneamiento de cuentas. Pero queda mucho trabajo por hacer. Sobre todo en el campo de los gastos. Empezando por los fichajes: los Clubes españoles se gastaron el verano pasado 530 millones en fichajes, el segundo gasto mayor de la historia reciente y el tercero de las Ligas europeas (tras la Premier británica y la Serie A italiana). Y aunque se moderaron en los fichajes de invierno (27 millones más), es una factura excesiva para la mayoría de Clubes, que persisten en competir a golpe de talonario. Y con ello, tampoco se moderan otros gastos, desde comisiones a intermediarios a sueldos de jugadores y directivos (la mayoría, desorbitados).

Y por el lado de los ingresos, no es fácil aumentarlos. La decisión de la LFP de negociar en bloque los derechos de TV aumentará mucho los ingresos la próxima temporada (de 850 a 1.500 millones), pero eso beneficiará más a los Clubes grandes y que no bajen. Los mayores ingresos publicitarios no acaban de subir tampoco en los Clubes medianos y pequeños. Y están estancados los ingresos por entradas y abonos, porque los estadios se llenan menos en España (25.320 aficionados de media por partido) que en Alemania (42.600 aficionados) o Reino Unido (36.691 aficionados). Quizás tenga que ver con esta menor asistencia el hecho de que las entradas al fútbol son en España las segundas más caras del mundo (70 euros de media), tras las británicas (74 euros), el doble o más de lo que valen en Francia (37 euros), Portugal (32,56 euros) o Alemania (31,70 euros), según datos de Goeuro.es.

Pero la gran asignatura pendiente el fútbol español es la transparencia: los Clubes suspenden, con un 4,4 sobre 10 que les da Transparencia Internacional. Los aficionados no conocen las cuentas de su Club y sólo algunos las publican en su web. En el caso de los Clubes que son sociedades anónimas (todos salvo el Madrid, Barça, Athletic de Bilbao y Osasuna, que son “propiedad de sus socios”), hay que buscar sus cuentas en el Registro Mercantil y son bastante opacas. Además, ningún Club informa correctamente de los contratos con sus jugadores y nos hemos enterado por la web Football Leaks de múltiples irregularidades en los fichajes más sonados, con comisionistas y paraísos fiscales por medio. Y tampoco se conocen los sueldos reales de muchos jugadores y directivos, ni las ayudas y subvenciones públicas (autonomías, Ayuntamientos) a los equipos. Y hay nula transparencia en la recalificación de terrenos para los nuevos estadios (caso Nuevo Mestalla), con varios Clubes pendientes del dictamen definitivo de Bruselas sobre permutas de terrenos.

Ahora, la patronal (LFP) ha puesto en marcha una segunda fase del ajuste económico, que pretende realizar una auditoría de todos los Clubes (con 57 indicadores de gestión) para darles una calificación, un “rating” (como a los países y a los bancos) que se haría público en 2017, con las cuentas cerradas de 2016. El trabajo lo está diseñando la consultora PwC y ya se ha implantado en pruebas en 7 Clubs. El objetivo es dar a los equipos una “etiqueta de buena gestión”, que les permita atraer inversores, porque los gestores de la Liga saben que los Clubes españoles están en su mayoría descapitalizados. Y si tienen que competir en Europa, tienen que tener más ingresos, que no pueden conseguir con la TV ni con los patrocinios o las entradas, sino con nuevos inversores. Baste un dato: la Premier League británica ingresa 7.000 millones por derechos de TV y aquí sólo 1.500 millones. Si queremos competir en Europa, algo habrá que hacer para que nuestros equipos no se queden en segunda fila… Y ese algo son más ingresos por otras vías (patrocinios y publicidad, entradas, servicios vía móviles, mayor internacionalización de la competición...) y nuevos inversores.

De hecho, el fútbol atrae en los últimos años a grandes inversores de todo el mundo, que han comprado ya los cinco principales Clubes británicos (Arsenal, Manchester United y City, Liverpool y Chelsea), varios europeos y bastantes Clubes españoles: Málaga (jeque qatarí Al-Thani), Granada (italiano Pozzo), Real Oviedo (mexicano Slim), Valencia (Peter Lim, de Singapur), Atlético de Madrid (el chino Wang Jianling), Espanyol (el chino Chen Yansheng) y Mallorca (el norteamericano Robert Sarver, dueño de un Club de la NBA). Precisamente, empresarios de EEUU y China multiplican su interés por el fútbol europeo, porque quieren beneficiarse de una parte del enorme pastel, aprovechando que ellos tienen detrás más aficionados potenciales que nadie (325 y 1.200 millones de habitantes). Y muchos apuntan a Clubes españoles, ahora más saneados. Tal es así que la Liga reconoce que tiene preparados ya “cuadernos de compra” de los Clubes, para facilitar la entrada de inversores.

Esta “invasión extranjera” en el fútbol español podría facilitar su crecimiento (hasta generar 100.000 millones de euros, el 1% del PIB), pero también crear una “nueva burbuja”, de fichajes e inversiones (nuevos estadios), que acabe estallando en una futura crisis. Por eso, hay que tener cuidado, seguir vigilando las cuentas y crecer con moderación, más como la Bundesliga alemana que como la Premier inglesa. Porque si hay algún “susto”, más problemas y deudas en los Clubes, lo acabarán pagando sus aficionados y todos los españoles. Fútbol sí, de primera línea, pero con las cuentas sanas y claras.

lunes, 25 de mayo de 2015

Fútbol español: un gigante con pies de barro


Acabó la Liga y una temporada en que el fútbol español ha mejorado ligeramente sus cuentas, pero sigue en una grave crisis: la mayoría de los Clubs están en números rojos, muchos en suspensión de pagos y los que mejoran es a costa de vender jugadores. Casi todos tienen demasiados gastos (en sueldos de jugadores y directivos) y pocos ingresos (en entradas, marketing y patrocinio). El Gobierno ha aprobado un decreto para sacar más dinero a las retransmisiones por TV y repartirlo mejor, un cambio que convocó una huelga fallida de jugadores, quejosos de que Hacienda les haga pagar más. La Liga (LFP) propone un Plan de negocio para el fútbol, para aumentar ingresos y sanearlo en 6 años. Algo urgente, porque no es de recibo que un gigante como el fútbol español pierda dinero y deba 650 millones a Hacienda y la Seguridad Social. Y además, si no se sanea, nos tocará pagar su crisis.
 
enrique ortega

El fútbol español es un gigante dentro del fútbol europeo y mundial, no sólo por los resultados deportivos sino por sus cifras: la Liga BBVA es, con 2.300 millones  de euros (2014), la tercera mayor competición europea, por detrás de la Premier League británica (3.200 millones) y la Bundesliga alemana (2.400 millones). Y hay tres grandes Clubs españoles entre los 20 mayores del mundo, según el último informe Deloitte (2014): el Real Madrid, el mayor Club del mundo, con 549,5 millones de presupuesto (2013-2014), el Barça (484,6 millones), el cuarto tras Manchester United (518) y Bayern Múnich (487,5) y el Atlético de Madrid (169,9 millones de presupuesto), en el puesto 15º. Pero en su conjunto, el fútbol español es un gigante con pies de barro, en números rojos y con muchos Clubs en serios apuros económicos.

En realidad, el fútbol español llevaba en pérdidas desde 1999 (que se sepa), sin que nadie dijera nada. En 2010, la UEFA aprueba el Fair Play Financiero, para intentar poner orden en los Clubs europeos (la mitad perdían dinero: -1.200 millones de euros). Y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) lo aprueba un año después para España (julio 2011), dando tres años a los Clubs para ajustar sus cuentas. Pero a la vista de la cadena de suspensiones de pagos (32 Clubs han entrado en concurso desde 2003), se acelera el proceso y en abril de 2012, el Gobierno Rajoy acuerda con la LFP un Protocolo que obliga a los Clubs a presentar al Consejo Superior de Deportes (CSD) sus cuentas de 2012-2013. Y en enero de 2013, dan otra vuelta de tuerca, con un Reglamento que obliga al “equilibrio presupuestario” desde julio de 2013: limita sus gastos y sus fichajes y pueden incluso bajarles de categoría si incumplen.

Pero el ajuste del fútbol está siendo lento y desigual. En la temporada 2012-2013, el fútbol español consiguió sus primeros beneficios (106 millones), pero sólo ganaron dinero los 20 Clubs de primera (+143,5 millones), mientras perdían los 22 Clubs de la Liga Adelante (-37,5 millones). Y en la segunda temporada del ajuste, la 2013-2014 (la última con datos oficiales del CSD), el fútbol ha vuelto a tener beneficios (+153,95 millones), pero sólo los Clubs de 1ª (+156,2 millones), mientras seguían perdiendo los de 2ª A (-2,28 millones). Y el resultado no ha sido peor gracias a las ventas de jugadores, a los traspasos, porque los ingresos ordinarios no cubren los gastos, que han seguido subiendo, sobre todo los de personal, fichajes y directivos. Y las deudas apenas han abajado (-2,5%) y siguen siendo muy elevadas (-3.441,5 millones), tanto con los bancos y acreedores, como con la Administración: 669,44 millones con la Hacienda pública y 22 millones más con la Seguridad Social.

Al final, los 20 Clubs de 1ª (Liga BBVA) y los 22 Clubs de 2ª A (Liga Adelante) siguen en números rojos, con desequilibrio financiero: el pasivo supera al activo corriente en 1.015,5 millones (-900,1 millones la 1ª división), dos veces y media el agujero de 2009 (-392,3 millones). El ajuste es pues insuficiente y les falta capital. Sólo hay un reducido grupo de Clubs de 1ª con las cuentas saneadas y la mayoría tiene problemas, que se agravan en 2ª división, donde ya hay 5 ciudades que se han quedado sin equipo: Salamanca, Santiago de Compostela, Palencia, Logroño y Almendralejo (y Albacete, cuyo equipo está en fase de liquidación judicial. Y todavía hay equipos en concurso de acreedores: Rayo Vallecano, Córdoba y Deportivo (en 1ª), más Betis, Recreativo de Huelva, Valladolid, Zaragoza, Hércules, Elche, Albacete, Mallorca y Cartagena (en 2ª). Y otros que han salido y no acaban de levantar cabeza, como el Murcia, Jaén, Racing o Jerez, también de 2ª. Tampoco consiguen sanear sus cuentas el Español, Getafe, Elche y Málaga (en 1ª) ni Osasuna, Sporting y Girona (en 2ª). Y los demás, salvo Madrid, Barça y ahora Atlético de Madrid (con dinero inyectado por el magnate chino Wang Jian Lin), no están saneados. Y falta ver el futuro del Valencia (comprado por Peter Lim, empresario de Singapur), el Málaga (el jeque catarí Abdulla Al Thani busca urgente comprador) o el Oviedo (tras la compra del empresario mexicano Carlos Slim).

El problema de casi todos es el mismo: los ingresos no cubren los gastos (crecientes). Los ingresos por  retransmisiones de TV son la primera fuente de financiación del fútbol, 844 millones en 2013-2014 (menos de la mitad que la Premier League británica, que recauda 1.875 millones), de los que el 45% van al Madrid y al Barça. La segunda fuente de ingresos, la recaudación por taquilla y abonados, crece poco, debido a que hay poca asistencia a los estadios (71% de aforo, frente al 95% de la Premier League británica y el 92% en la Bundesliga alemana), por culpa del alto precio de las entradas y la piratería (partidos en TV). Y salvo los grandes Clubs, la mayoría también ingresan poco en patrocinios, publicidad y marketing. En los gastos, la mayoría de Clubs siguen aumentando la partida de personal y primas a jugadores y a agentes. Con lo que apenas reducen deudas y sanean los presupuestos, salvo con ingresos extras por ventas de jugadores: en 2014, los equipos españoles fueron los Clubs con más ventas de jugadores del mundo (+669 millones), pero también los segundos que más jugadores compraron (710 millones), tras los Clubs británicos, según el estudio FIFA TMS.

La Liga de Fútbol Profesional (LFP) ha diseñado un Plan de negocio a 6 años para potenciar y sanear el fútbol español, que pasa básicamente por aumentar los ingresos. La medida fundamental es aumentar los ingresos por las retransmisiones de TV, para lo que el Gobierno Rajoy ha aprobado un decreto Ley que fija la contratación centralizada de los derechos para dentro de dos años, en la temporada 2016-2017. El cambio supone que serán todos los Clubs (LFP) los que negocien el contrato con la TV y no Club a Club como hasta ahora. Con ello, se espera aumentar los ingresos (de los 844 actuales a 1.000 millones dentro y otros 500 millones por las retransmisiones fuera de España). Y también cambiará el sistema de reparto, para que llegue algo más del dinero a los Clubs más pequeños. Eso sí, el desequilibrio seguirá siendo abismal: del 92% de los ingresos por TV, el 90% irá a los 20 Clubs de 1ª y el 10% restante a los de 2ª. Y el 8 % restante de los ingresos por TV se destinará a los equipos que desciendan (3,5%), a la LFP (1%), a la Federación (2%), un 0,5% (sólo 5-7,5 millones) para el fútbol no profesional (2º B y fútbol femenino) y el 1% restante para pagar las cotizaciones a la SS de 4.000 deportistas de élite, para cuando se retiren.

La asociación de futbolistas (AFE) ha protestado por este reparto, que consideran cicatero con los Clubs más pequeños y con el fútbol no profesional, lo cual es evidente (señalan que en Francia, el reparto de los ingresos de TV es 65/35, no 90/10). Y piden su parte del pastel, como la LFP y la Federación: un 1,5% para su asociación (AFE), como en el fútbol británico. Por todo ello, convocaron una huelga en las dos últimas jornadas de la Liga, que rechazó la Audiencia Nacional. Pero había otros motivos ocultos para esta huelga. Por un lado, los enfrentamientos personales entre la Federación (Ángel María Villar), que apoyaba la huelga, y la LFP (Javier Tebas, que antes le acusó por corrupción) y el CDS (la Federación se negó a ser auditada por el Consejo). Y por otro, el malestar de los jugadores por las inspecciones de Hacienda, que está vigilando si las empresas que utilizan para cobrar los derechos de imagen tienen actividad real. Y eso, porque si son una mera “tapadera”, tendrían que cotizar por ese 15% de sus ingresos el 47% de IRPF (más los recargos autonómicos) y no el 15% que tributan como sociedades. Para un jugador que ingresa 10 millones, la diferencia entre cobrar ese dinero por una sociedad o no supone ahorrarse o pagar 285.000 euros más al año.

Este tema pone sobre la mesa una cuestión clave: los jugadores no pueden tener un trato fiscal de favor, sobre todo cuando hay sueldos supermillonarios y la mitad de los jugadores de 1ª y 2ª A ganan más de medio millón de euros al año. Tienen que pagar impuestos como los demás, sin trampas de sociedades fantasmas. Y lo mismo sus Clubs, que deben a Hacienda 626 millones de euros (542,6 millones a la Agencia Tributaria y 83,8 a las Haciendas forales), más 22 millones a la Seguridad Social. Hacienda les ha dado a los Clubs un calendario para pagar la deuda hasta 2018, algo que no permite a la mayoría de contribuyentes.

Los Clubs creen que con una mayor tarta de los derechos de TV (ojo: ahora Telefónica, con Canal Plus, controla el 80% del negocio y tratará de pagar poco), una mayor penetración de la TV de pago entre los españoles (hay 4,3 millones de abonados, frente a 12 millones en Gran Bretaña) y una mayor internacionalización de nuestro fútbol (con más ventas de partidos, publicidad y marketing en Asia, América y África), los ingresos mejorarán sustancialmente y el fútbol se saneará. Pero mientras llegan los ingresos, lo que hace falta es controlar los gastos (sobre todo en fichajes, comisiones y directivos) y las inversiones (en nuevos estadios), para que el fútbol no sobreviva con deudas (a Hacienda, que pagamos los demás con más impuestos) y pérdidas, que también podrían hacernos pagar. La LFP cree que “el fútbol español sigue estando enfermo” y que aún quedan tres años más de ajustes (hasta 2018), con “algunos Clubs que se quedarán en el camino”.

Ojalá sea así y el fútbol se sanee en unos años. El riesgo es que si mejoran los ingresos, vuelva otra vez a inflarse la burbuja, con más fichajes millonarios y más gastos injustificables, pensando que los ingresos van a crecer siempre. Y volvamos a las andadas y a las deudas, a costa de los contribuyentes y de los aficionados. Y sobre todo del deporte de a pie, de esos miles de jugadores aficionados, que no tienen ninguna ayuda mientras los grandes Clubs manejan cifras millonarias con pies de barro. Pongan orden de verdad. Y cuanto antes.