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domingo, 30 de septiembre de 2012

Presupuestos 2013: más recesión y más paro


Más de lo mismo. Los Presupuestos 2013 siguen con los recortes y la subida de impuestos: dos medidas que ahogan el consumo y las ventas, no hay inversión, no se crece y sube el paro. Y este sacrificio apenas recorta el déficit público, porque cae la recaudación más que los gastos. Y los mercados siguen temiendo cobrar su deuda. Los Presupuestos 2013 son increíbles, suicidas e inútiles. Increíbles porque la recesión será más profunda en 2013 y harán falta más ajustes para cumplir con el déficit prometido a Bruselas. Suicidas, porque agravarán la recesión y el paro (doble que en Europa) cuando lo urgente es reanimar la economía y crecer. E inútiles, porque mantienen la desconfianza en España, una economía que no ve salida mientras la mayoría sufre con desaliento los recortes. Pero Rajoy se fuma un puro.

Los Presupuestos 2013 parten de unas previsiones increíbles: la economía va a caer más del -0,5% previsto por el Gobierno para el próximo año. Por dos razones. Primera, la subida de impuestos, la moderación de salarios, los altos precios (el IPC está ya en el 3,5%), el creciente paro (y los esperados despidos públicos), más los recortes, van a retraer más el consumo, la demanda y la inversión en 2013. Sin embargo, el Gobierno espera que la economía interna reste menos al crecimiento que en 2012 (-2,9% frente a -4%). Y la otra, que la recesión en Europa (donde van un 74% de nuestras exportaciones) y el menor crecimiento mundial (como augura el FMI) van a frenar el motor exterior, quizás con el problema adicional de un petróleo y un euro altos. Pero el Gobierno cree que el tirón exterior será casi igual (+2,3% frente a +2,5% este año).

Con ello, el “optimismo” del Gobierno apuesta porque la economía caerá -0,5% en 2013 (-1,5% en 2012), algo que no comparte casi nadie, salvo la Comisión Europea (-0,3%): el FMI estimó en julio una caída del -1,2% (va a rebajarla en unos días), la OCDE apuesta por -0,8%, los expertos privados esperan un -1,1% y la patronal CEOE habla de una caída del -1,6% en 2013 (la misma que augura para 2012). Si tienen razón, el Estado (y las autonomías y Ayuntamientos) recaudarían menos de lo previsto, habría menos ingresos públicos. Y para recortar el déficit lo previsto, habría que hacer más recortes de los anunciados o subir más los impuestos. Es lo que está pasando en 2012: la recaudación está cayendo y en agosto ya alcanzamos el déficit previsto para todo el año. Por eso, en julio, el Gobierno subió el IVA y metió más tijera. Y lo tendrá que repetir el verano que viene.

De momento, el Presupuesto 2013 recorta el déficit del Estado en 13.400 millones, algo más de la mitad (58%) recortando gastos y el resto subiendo impuestos, sobre todo el IVA (+6.966 millones), el IRPF (+1.109), la prórroga del impuesto sobre patrimonio (700 millones), haciendo pagar impuestos (20%, 824 millones) a los premios de la Lotería de más de 2.500 € (un 40%), y quitando deducciones a la compra de viviendas nuevas (90 millones) y en sociedades (2.371 millones, aunque las empresas, por la crisis, pagarán 2,9% menos de impuestos.

De los recortes sólo se salvan dos partidas: el pago de los intereses de la deuda (a los bancos alemanes, franceses y españoles, sobre todo), que se lleva 38.590 millones (+9.742)  y las pensiones, que subirán un 1% (la inflación prevista, otro dato increíble). Rajoy no ha querido congelarlas, aunque retrasa hasta después de las elecciones vascas y gallegas la decisión de revalorizarlas con la desviación de inflación de este año, como marca la Ley (lo que costaría entre 4.000 y 5.000 millones). A cambio, ha tomado dos decisiones polémicas: echar mano de la hucha de las pensiones para 2013 (se cogerán 3.603 millones) y dar marcha atrás en su promesa de bajar las cotizaciones (1.115 millones), una medida que podría reanimar las escasas contrataciones. Con todo, las pensiones tienen un problema de fondo y el Gobierno anuncia medidas antes de fin de año, como penalizar la jubilación anticipada y revisar el futuro del sistema.

En el resto del gasto, la tijera se mete a fondo, sobre todo en Sanidad (-22,6%), en la inversión en infraestructuras (-15%), tanto en ferrocarriles (- 26%) como en aeropuertos    (-16%) y carreteras (-6%), en Turismo e Industria (-21,3% el Ministerio), en subvenciones a la Ciencia (-341 millones), en Agricultura           (-13,2 %, destacando los recortes del -20% en obras hidráulicas - ¡luego hay inundaciones¡-  y el -43% en medio ambiente),en  Cultura (- 16%, sumando ya un -70% de recorte en cuatro años) y Deporte, en Educación (-17%) y becas (-47,8 millones)  , en Dependencia (-200 millones en un sector clave para los ancianos y para crear empleo), en transferencias a los Ayuntamientos para servicios sociales (-40%) , en ayudas a la Cooperación al Desarrollo (-23%) y en ayudas a los parados (-6,3%) Y en funcionarios, sus salarios se congelan por tercer año, bajan complementos y no se cubren jubilaciones : se recortan unos 10.000 funcionarios (serán de 480.000)  pero se mantiene el número de altos cargos.

Y faltan los recortes de las autonomías (que deben reducir su déficit otros 8.000 millones en 2013) y los Ayuntamientos (otros 300 millones). En conjunto, menos gasto, más impuestos y eso llevará a menos consumo, menos ventas, menos inversión y más paro. El Gobierno estima que volverá a perderse empleo en 2013, un -0,2% (unas 35.000 personas más), pero cree que el paro bajará algo (del 24,6% al 24,3%), porque habrá más “desanimados” (ya no buscan trabajo). Pero muchos expertos creen que subirá el paro y la patronal CEOE estima que alcanzaremos el 26,5% en 2013, superando así los 6 millones de parados.

Más recortes, más recesión, más paro, el resultado de unos Presupuestos suicidas para el país de Europa con más paro y menos crecimiento. Eso lo ven los mercados (Standard&Poors ha bajado su previsión para España del  -0,6% al -1,4% para 2013) y por eso vuelve la tensión en la deuda. Y más con Rajoy diciendo que supedita el rescate a la evolución de la prima de riesgo: es como enseñarle la sangre a los lobos. La realidad es que estos Presupuestos acrecientan el temor de los mercados a que España profundice su recesión y les sea más difícil cobrar. Y por eso, acelerarán la necesidad del rescate, que Rajoy retrasará (otra vez) por razones electorales, enturbiando aún más la confianza en España. Y con ello, podría verse obligado a ofrecer a Bruselas contrapartidas más duras, a aprobar más ajustes antes de fin de año. Y más al reconocer el Gobierno que no cumplirá el déficit pactado con Bruselas este año (será del 7,4% en vez del 6,3%), al tener que incluir las ayudas a la banca (16.600 millones), la mayoría pérdidas que pagaremos todos los contribuyentes. A ver qué dicen.

Al final, llevamos dos años y medio de recortes, casi 1.000 días, y seguimos en recesión, perdiendo empleo, viviendo peor y sin vislumbrar una salida. Y con los mercados más inquietos, sin haber generado confianza como país. Es el balance del fundamentalismo de los recortes, en Bruselas y en España, que ha llevado también a media Europa a la recesión. Y el Gobierno persevera por ese camino, en lugar de buscar otra vía, como defiende ya hasta el FMI: ajustar por un lado pero reanimar la economía por otro, para salir del agujero. Así no salimos de la crisis, como dice el Gobierno: nos hundimos más. Su ideología les ciega.

 

miércoles, 4 de abril de 2012

Presupuestos 2012: la puntilla a la recesión



Una economía en recesión, con 5,5 millones de parados ya, necesitaría un Presupuesto para reanimarla, para compensar la caída de la demanda y la inversión privada. En lugar de eso, el Gobierno Rajoy presume de haber aprobado “el Presupuesto más austero de la democracia”, forzado por el fundamentalismo económico de Bruselas, que asumen sin rechistar. Con ello, la recesión se va a agravar, ya que los recortes y el aumento de impuestos van a frenar aún más la actividad. El ricino va a llevar a la economía al coma. Y con ello, el Estado ingresará menos, habrá más déficit y tendrán que hacer nuevos recortes en otoño. Y más recesión. La única esperanza es que las cosas se pongan tan feas que Bruselas y el Gobierno tengan que reanimar la economía para evitar una quiebra económica y social. Siniestra esperanza.


Lo han retrasado tres meses, para al final no gobernar en Andalucía, pero el ajuste de las cuentas del Estado ya está aquí: 13.406 millones menos de gastos y 12.314 millones más de ingresos para recortar el déficit del Estado tal como impuso Bruselas (del 5,1 al 3,5% del PIB). Un tajo medio del 16,9% en el gasto de todos los Ministerios, que incluye algunos polémicos recortes contra el empleo, el futuro y el gasto social.

El primer recorte que chirría son los 1.557 millones que se quitan a las políticas activas de empleo, sobre todo a la formación de parados y empleados. Otro peligroso es el recorte de 5.478 millones (-25%) en infraestructuras, obras públicas claves para el empleo. Y también es un suicidio económico recortar 1.885 millones (-25%) el gasto en investigación (I+D+i), clave para mejorar nuestra competitividad.  Y luego, los recortes de ayudas sociales a la vivienda (-322 millones), a los emigrantes (desaparece el Fondo de integración, de 67 millones), a la dependencia (-364 millones, que obligarán a recortar prestaciones a ancianos), a la educación (-623 millones, recortando también en becas y guarderías), nuestro futuro, a la sanidad (-289 millones) y a la cultura (-114 millones). Otros 248 millones que se quitan al campo y a la pesca, dos sectores en apuros.Y se quitan 1.441 millones en Cooperación al desarrollo, lo que dificultará vender la marca España (y nuestras exportaciones) en Latinoamérica, África y Oriente Medio.

Como no bastaba con cortar de todo, el Gobierno Rajoy sigue incumpliendo sus promesas  y vuelve a subir impuestos: junto a la conocida subida del IRPF (+4.100 millones) sube el impuesto de patrimonio a las grandes empresas (+5.350 millones), reduciendo las deducciones, que eran un coladero para no pagar (reducen también las deducciones por inversiones en I+D+i, otro error garrafal). Nos van a empezar a cobrar a todos tasas judiciales por litigar (+214 millones), incluso en temas laborales (segunda instancia). Y suben los impuestos al tabaco (+150 millones): subirán más las cajetillas más baratas. Y como atajo para intentar recaudar más (+2.500 millones), el regalo de una amnistía fiscal a los  defraudadores: si se confiesan antes del 30 de noviembre, pagarán sólo el 10% de lo defraudado. Una provocación a la mayoría que sí paga impuestos (del 30 al 52 %).

Al final, entre recortes e impuestos, el Presupuesto 2012 retira de la economía 25.720 millones en ocho meses. Ahora, los recortes del Presupuesto se trasladan a las autonomías, que recibirán este año un 44 % menos de transferencias del Estado para inversiones en educación (-60%), sanidad  (-27,8%), empleo (-54%), investigación (-25%) e infraestructuras (-50%), con una fuerte caída de las inversiones públicas en Cataluña (-44,9%), Navarra (-40,6%), La Rioja (-37,8%), Andalucía (-37,7%) y Comunidad Valenciana (-34,6%). Un recorte drástico que va a endurecer aún más los tres ajustes que faltan : el de las autonomías (-14.000 millones) y el de los Ayuntamientos y Seguridad Social (-1.000 millones más cada uno).

Un recorte público total de 32.000 millones que va a ser la puntilla para la recesión: van a agravar la caída del PIB en un 0,3% más, con lo que la economía española podría caer este año un 2 %, con un millón de parados más, dado que autonomías y ayuntamientos podrían reducir sus plantillas de contratados en 300.000 parados adicionales, gracias a la reforma laboral.

Un negro panorama, agravado por las presiones de los fundamentalistas de Bruselas, que tienen a España en el punto de mira y le han  exigido un ajuste mayor que a ningún otro país. Y ya están presionando para que Rajoy les anticipe el recorte de 2013 (otros 23.000 millones), que agravaría la recesión y retrasaría cualquier recuperación a 2014. La verdad es que, ante estas presiones, el gobierno Rajoy sólo podía hacer el recorte que ha hecho o arriesgarse a que nos intervengan, como a Grecia o Portugal, forzando recortes aún peores. Otra cosa es que podía haber evitado recortes que no agravaran tanto la recesión y el futuro (formación, infraestructuras, gastos sociales) subiendo más los impuestos a los que más tienen.

Pero el problema de fondo sigue siendo apostar por el fundamentalismo económico, en Bruselas y en Madrid: dar prioridad a recortar el déficit antes que a crecer y crear empleo. Un camino por el que llevamos casi dos años y que nos ha llevado a la recesión. Y que la va a agravar más este año: más ajustes, menos consumo, menos inversión, menos crecimiento, más paro y menos ingresos públicos. Y no se podrá recortar tanto el déficit. Con ello, España se vería abocada en otoño a nuevos recortes, que agravarían la recesión y el paro, con una economía en coma y un alto coste social.

Este panorama es el que más preocupa a los mercados: que España entre en una profunda recesión y no pueda pagar su deuda. Que la medicina mate al enfermo. Porque las reformas no valen para aumentar las ventas ni reanimar la inversión y el empleo. Hay que tomar medidas para reanimar la economía, como Obama en Estados Unidos o China. El fundamentalismo del ajuste, como el de estos Presupuestos, nos lleva a una economía sin pulso.

Lo peor es que alcanzar el coma económico es nuestra única esperanza. Ni Bruselas ni Rajoy van a cambiar su política de recortes hasta que vean que la economía está agonizando y la crisis social sea insoportable. Sólo reanimarán al enfermo cuando vean que se les muere. Cuando estalle España y con ella el euro. Solos no podemos hacer nada por cambiar la política europea (y menos si gana Sarkozy en mayo), a pesar de las presiones de EEUU, China y el FMI. Hace falta esperar a que estemos al borde del precipicio. Cuanto peor mejor. Y que no nos dejen caer. Siniestro panorama.