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lunes, 5 de mayo de 2025

Los mayores viven mejor

En abril, los jubilados han cobrado una pensión media de 1.503 euros mensuales, el doble de lo que cobraban en 2007 y un 32,5% más que hace 5 años. Las pensiones han subido mucho más que los salarios y la inflación, mejorando sustancialmente los ingresos de los mayores, aunque más de la mitad de los pensionistas cobran menos del salario mínimo. Las rentas de los mayores han crecido más que las del resto de españoles y más que las de los jubilados europeos, lo que les permite ahorrar y ayudar a sus hijos y nietos, apoyados además por tener la mayoría una vivienda en propiedad. Con todo, el problema sigue estando en los que tienen de 55 a 65 años, que tienen mucho paro y pocos ingresos, sobre todo los menos formados. Un estudio revela que mejorar la formación de los mayores es clave para su salud y calidad de vida. Algo clave en España, porque en 2050 habrá 16,68 millones de mayores, el 30% de la población.

                    Los mayores de 65 años serán el 30% de los españoles en 2050

El 1 de enero de 2025, vivían en España 10.183.437 personas mayores de 65 años (4,44 millones de hombres y 5,74 millones de mujeres), uno de cada cinco españoles (el 20,74%), según el último Censo del INE. Una cifra de mayores que se ha disparado desde 2008 (7.633.807 mayores, el 16,57%), por el aumento de la esperanza de vida. Y las previsiones del INE auguran que la cifra de mayores seguirá subiendo: 11.827.742 en 2030 (el 22,8% de la población) y 16.684.954 mayores en 2050 (el 30,4% de los habitantes).

Además del fuerte aumento de los mayores, otro dato relevante es que han sorteado las últimas crisis mejor que el resto de la población, gracias a la subida de sus pensiones. Y además, la renta de los mayores en España supera a la de los mayores del resto de Europa, según un reciente estudio de la Fundación BBVA e Ivie: tienen una renta mediana de 19.320 euros (2023), un 6,4% más que los 18.152 euros de renta que tienen en la UE-27. Estas mayores rentas de los mayores españoles son aún mayores entre los que tienen estudios superiores: 30.864 euros de renta mediana  en España, un +18% que en Europa (26.072 euros). Y aún hay más diferencia entre los mayores con estudios medios; 23.134 euros en España, un +26% que en la UE-27 (18.364 euros). Y también hay diferencia (+5,1%), entre los mayores con estudios básicos: 16.807 euros frente a 15.980.

Dentro de España, los mayores son el colectivo que mejor ha soportado las últimas crisis, según otro estudio del Banco de España: los hogares encabezados por personas mayores de  75 años han mejorado sus ingresos un +9,1% entre 2020 y 2022 (de 19.800 a 21.600 euros) y los hogares encabezados por personas de 65 a 75 años los han mejorado un +4,46% (de 29.100 a 30.400 euros). En cambio, los hogares encabezados por menores de 35 años han bajado su renta mediana un -8,2% (de 31.700 en 2020 a 29.100 en 2022, los hogares encabezados por personas de 35 a 44 años han visto caer su renta real un -0,9% (de 37.300 a 35.600 euros). Y a partir de esa edad, han mejorado sus rentas: un +7,3% los hogares de personas de 45 a 54 años (de 34.300 a 36.800 euros) y un +0,55% (de 35.900 a 36.100euros) los hogares con el cabeza de familia de 55 a 64 años.

En definitiva, han sido los hogares jóvenes los que han perdido ingresos con la pandemia y la alta inflación, como consecuencia de que tienen peores trabajos y sueldos más bajos, además de beneficiarse menos de las ayudas aprobadas contra la inflación (que porcentualmente han ayudado más a los que más ganan). Y los mayores se han beneficiado más de estas ayudas y, sobre todo, de que las pensiones les han subido más que la inflación.

La revalorización de las pensiones ha sido del +21% entre 2019 y 2025, tras varios años en que sólo subieron un +0,25% anual (2014-2018). Una subida de las pensiones superior a la de los salarios (+18,6% han subido los salarios de convenio entre 2019 y 2025) y a la subida de la inflación (+18,7%), lo que ha permitido mejorar el poder adquisitivo de los mayores, básicamente de los que no tienen que pagar alquiler ni hipotecas. Y con ello, la pensión media de los 9.333.486 pensionistas (4.707.565 hombres y 4.625.885 mujeres) fue en abril de 1.309 euros mensuales, por encima del nuevo salario mínimo (1.184 euros en 2025). Y la pensión de jubilación, que cobran dos tercios de los pensionistas, superó en abril la barrera de los 1.500 euros mensuales (1.503,3 euros), lo que supone duplicar la pensión media de jubilación que se cobraba en 2007 (757 euros al mes) y un aumento del +32,5% sobre la jubilación media que se cobraba antes de la pandemia (1.135 euros).

La pensión media, global y de jubilación, ha crecido mucho, pero no podemos olvidar que hay muchos pensionistas con pensiones bajas y en mínimos. Así, en abril, más de la mitad de todos los pensionistas (concretamente 4.784.170, el 51,25%) cobraban de pensión menos del salario mínimo (menos de 1.135 euros mensuales), mientras otros 4.374.099 pensionistas (el 46,8%) cobraban entre el SMI y la pensión máxima (3.267,70 euros en 2025), según los datos de la SS. Y sólo 175.217 pensionistas (el 1,8%) cobran la pensión máxima. Una desigualdad de pensiones fruto del tiempo cotizado y los sueldos cobrados, que perjudican sobre todo a las mujeres, que cobran de media un -45,97% menos de pensión media (1.071,76 euros las mujeres frente a 1.564,53 euros los hombres).

Pero no es sólo que los mayores cobren más pensiones que antes y hayan mejorado su economía. Es que además, en los últimos años de su vida laboral, los sueldos de los mayores de 45 años son superiores a los de los jóvenes, porque tienen más empleos indefinidos y también por el mayor peso de la antigüedad. Así, a igualdad de estudios, el salario de los mayores es un +11,9% superior al de los trabajadores de 25 a 54 años. Y si tienen estudios superiores, es un 25% más alto, según el estudio de la Fundación BBVA e Ivie.

Además, los mayores suelen tener su vivienda en propiedad (incluso una segunda alquilada) y eso les reduce costes (de alquiler e hipoteca, muy importantes ahora), aumentando sus ingresos reales. De hecho, un 84% de los mayores de 75 años tienen vivienda en propiedad y un 83,1% de los que tienen entre 65 y 74 años, mientras que sólo tienen piso propio el 31.8% de los menores de 35 años (lo tenían el 66% de esa edad en 2002), según el estudio de la Fundación BBVA e Ivie, que refleja cómo el 81% de los nacidos entre 1945 y 1965 tienen piso propio frente a sólo el 45% de los nacidos después de 1985.

Otra diferencia importante es que los mayores tienen más dinero ahorrado que los jóvenes, gracias a que han trabajado muchos años, con mejores contratos y sueldos. Así, los mayores de 65 años tienen unos 37.000 euros de media en el banco, más del doble de lo que tienen los menores de 35 años (14.430 euros). Y eso tiene mucho que ver con los ingresos percibidos y la mayor o menor dificultad para llegar a fin de mes: tienen problemas el 23,2% de los españoles de 18 a 64 años y sólo el 15,9% de los que tienen más de 65 años.

Al final, los ingresos, el ahorro y las propiedades configuran la riqueza media de los hogares, que es muy diferente según la edad del cabeza de familia, como refleja el estudio de la Fundación BBVA e Ivie. Así la mayor riqueza media la acumulan las familias encabezadas por mayores de 75 años (454.700 euros de media), seguidos muy de cerca por las familias encabezadas por personas de 65 a 74 años (442.300 euros de riqueza). Y luego la riqueza neta va bajando con la edad: 352.900 euros entre 55 y 64 años, 257.300 entre 45 y 54 años, 191.100 euros entre 35 y 44 años y sólo 77.600 euros de riqueza los hogares encabezados por menores de 35 años. Y si lo miramos en perspectiva , los “abuelos” (más de 74 años)  han aumentado su riqueza un +19,2% desde 2017, mientras sus hijos (55-64 años) la han reducido un -1,5% y sus nietos (menos 35 años) la han aumentado un +44%...

Pero esta es la versión más positiva, la que refleja que muchos mayores viven mejor que antes de la pandemia. Pero hay otros “menos mayores” que sufren muchos problemas: los que tienen entre 55 y 65 años y no trabajan ni se pueden jubilar. En España hay 7 millones de personas en esta franja de edad y lo llamativo es que más de una tercera parte de estos “mayores” (55 a 65 años) ni trabajan ni estudian, un 38,1% son “ninis” (2.668.280 personas), un porcentaje mucho mayor que los “ninis” jóvenes (16,1% entre 25 y 34 años), según el informe de la Fundación BBVA e Ivie. Y son estos mayores (55 a 65 años) los que acaparan el 45% del paro de larga duración (más de un año), porque la mayoría de las empresas no les contratan (ni les forman cuando trabajan: prefieren formar a los más jóvenes). Y la mayoría de estos mayores “sin salida” son mujeres, muchas poco formadas.

Otra conclusión del estudio sobre los mayores de la Fundación BBVA e Ivie es que la formación es clave para que los mayores vivan sanos y mejor. Por un lado, los mayores ingresos de los mayores españoles ya conducen a que vivan más años sin discapacidad que los mayores europeos, según la Encuesta Europea de Salud: 10,5 años a partir de jubilarse en España frente a 9,7 años de media en la UE-27. Pero además, en la salud de los mayores influye mucho el nivel educativo. Así, los datos revelan que los mayores de 65 años con estudios superiores tienen menos sobrepeso y obesidad (sólo el 54,1%) que los mayores que tienen sólo estudios primarios (63,6% son obesos). Y también hacen más ejercicio (36,1% los que tienen estudios superiores y el 30,9% si tienen estudios primarios). Además, el estudio revela que a más formación, más movilidad y menos problemas para cuidarse solos (el 56% de los que tienen educación primaria y el 25,6% con estudios superiores). Y lo mismo con las enfermedades crónicas: bajan entre los mayores más formados.

Además de influir sobre la salud, la formación también afecta al bienestar emocional y a las relaciones de los mayores: el estudio revela que se sienten más “excluidos” de su entorno los mayores (de 55 años) con estudios primarios (el 8,8%) que los mayores con estudios superiores (sólo 4% se sienten excluidos). También los más formados se sienten menos solos  (21,5% frente al 32,4% los menos formados), tienen más relaciones con amigos y apuestan más por un “envejecimiento activo: más actividad física y deportiva, más participación en actividades culturales y más tareas de voluntariado.

En definitiva, este estudio revela algo que hasta ahora no se tenía en cuenta: que el bienestar de los mayores no sólo está ligado a sus ingresos sino que su salud y bienestar mental está muy relacionado con su formación: cuanto más formado esté un mayor (ya desde los 55 años) más sano envejecerá y menos problemas de salud y dependencia tendrá. “Mens sana in corpore sano”, que dijo Juvenal. Por eso, el estudio propone mejorar la formación de los mayores (a partir de los 50 años), tanto para que se reciclen y no pierdan sus trabajos (o se coloquen si están parados) como para mejorar su envejecimiento, con una jubilación más sana. Esto llevaría a aprobar un Plan integral de formación de los mayores, no sólo en habilidades digitales sino en una formación multidisciplinar, sobre todo para aquellos que en su día no pudieron completar su educación básica.

Vamos camino de una sociedad envejecida, donde casi un tercio de los españoles tendrán más de 65 años en 2050. Eso exige seguir financiando las pensiones, porque estos millones de personas no tienen otra fuente de ingresos y son claves para ayudar a hijos y nietos. Hay que rechazar los argumentos de que las pensiones “están ya demasiado altas” mientras los jóvenes no pueden independizarse. Son dos cuestiones distintas: hay que apoyar a los jóvenes, con trabajos decentes y alquileres accesibles, pero sin enfrentarlos con los mayores y sus pensiones. Y, sobre todo, hay que prepararse para atender a 16,68 millones de mayores en 2050, desde la financiación de las pensiones y la dependencia a su salud y bienestar, para lo que ayudaría formarles más, con más recursos públicos. No sólo asegurarles pensiones decentes, sino hacerles sentir vivos y útiles.

lunes, 30 de mayo de 2016

Futuro pensiones: más ingresos o recortes


El futuro de las pensiones ha entrado en precampaña electoral, con más ataques políticos que soluciones concretas. El PSOE propone conseguir más ingresos con impuestos y Rajoy lo tilda de “disparate”, aunque es lo que propuso el Tribunal de Cuentas en 2015. Y tanto el PP como Ciudadanos e IU dicen que la solución es “crear más empleos”. Falso: se han creado 959.000 empleos en dos años y el déficit de las pensiones ronda los 17.000 millones de euros, tras gastarse ya más de la mitad de la hucha de las pensiones. El problema es que se crea un empleo muy precario, que cotiza poco, mientras los pensionistas y los gastos crecen. Y el “agujero” será mayor a partir de 2030, cuando se jubilen los muchos nacidos en los años 60 y 70. El dilema es: o se recauda más desde ya (con impuestos y cotizaciones) o habrá que hacer más recortes a las pensiones futuras. Soluciones y no politiqueos.
 
enrique ortega

Antes que nada, veamos cuál es el verdadero problema de las pensiones hoy en España. Básicamente, que los ingresos no cubren los gastos y el déficit crece de forma imparable, poniendo en peligro el pago de las pensiones futuras. Antes de la crisis, en 2007, las pensiones tenían superávit (+14.672 millones de euros), que se mantuvo, aunque bajando, hasta 2010 (+244,1 millones). En 2011, las pensiones tuvieron su primer déficit (-487,3 millones), que Rajoy multiplica por 12 en 2012 (-5.812,8 millones), se estabilizó en 2013 (-5.812,8), se duplicó con creces en 2014 (-13.762,3 millones) y siguió creciendo en 2015 (-16.707 millones), a pesar de que en estos dos años se crearon 959.000 nuevos empleos. Y el déficit de las pensiones sigue creciendo este año 2016: alcanza los 17.772 millones de euros a finales de marzo, según un reciente estudio de la Universidad de Valencia.

¿Por qué las pensiones tienen este abultado déficit? Básicamente, porque los ingresos por cotizaciones no cubren los gastos, el pago de pensiones. Podría pensarse que no salen las cuentas porque el gasto en pensiones se ha disparado. Pero no es así. El gasto en pensiones crece, pero poco: en mayo creció el 3,04%, siendo el primer mes que creció por encima del 3% en los últimos 14 meses. Y el número de pensionistas crece también poco, un 1,13% en mayo, uno de los menores de la última década, con una caída en las jubilaciones (-2,9% en 2015), por segundo año consecutivo. Así que el gasto en pensiones está “contenido” (aunque haya sido de 8.467 millones en mayo 2016)  y no es por casualidad: es el fruto de las dos "reformas" de las pensiones (recortes) aprobadas por Zapatero en 2011 (aumento edad de jubilación a 67 años y mayores exigencias de cotización) y por Rajoy en 2013 (menor revalorización de las pensiones, penalización jubilaciones anticipadas y cambio en el sistema de cálculo pensiones a partir de 2019).

Así que si el déficit de las pensiones crece imparable no es porque se disparen los gastos, sino porque fallan los ingresos: debían haber crecido un 6,8% en 2015, según el Presupuesto, y sólo crecieron el 1,3%. Y para este año 2016, el Gobierno ha previsto un aumento de ingresos del 6,7% y las cotizaciones sólo han aumentado un 1,8% estos meses. ¿Qué pasa? Pues que se crea empleo (525.100 nuevos empleos en 2015 y otros 433.900 en 2014), pero es un empleo muy precario que cotiza poco: un empleo temporal  (92% nuevos empleos 2015) cotiza por un sueldo que es dos tercios el de un trabajador fijo y un empleo a tiempo parcial (35,5% de los empleos creados en 2015) cotiza por un sueldo que es un 38% del que se paga por una jornada normal. Así que se crea empleo, sí, pero los ingresos de la Seguridad Social apenas crecen con estas “cotizaciones basura”. Y así, la reforma laboral del PP (febrero 2012) ha agravado el déficit de las pensiones.

Pero no es sólo por eso. Los ingresos de la Seguridad Social también caen por otras dos causas. Una, porque el Gobierno Rajoy se ha dedicado a bonificar las cotizaciones de la SS a empresas y autónomos (tarifas planas), descuentos que además de costosos, resultan poco efectivos para crear empleo, según la mayoría de expertos. Estas bonificaciones han supuesto una rebaja de ingresos por cotizaciones de 3.439 millones en la Legislatura de Rajoy (2012-2015), agravando el déficit de las pensiones. Y para 2016 supondrán dejar de ingresar otros 2016 millones más.  La otra causa de los menores ingresos es que hay más parados que no cobran desempleo y que por tanto, tampoco cotizan a la Seguridad Social. Así, en diciembre de 2011, había 1.389.973 parados que cobraban una prestación contributiva y a los que se descontaba una cantidad para cotizar a su futura pensión. Pero en marzo de 2016 sólo hay la mitad de parados que cobraban prestación contributiva (745.847 parados) y que cotizaban a la Seguridad Social, mientras la mayoría de los parados (1.309.252 ahora) cobran una pensión contributiva pero no cotizan, con lo que caen los ingresos a la SS.

Así que los ingresos de la Seguridad Social caen porque los nuevos empleos cotizan menos, las empresas y autónomos tienen muchas rebajas y hay menos parados que cotizan. Por todo ello, la Seguridad Social ha perdido 47.500 millones de ingresos entre 2008 y 2015, mientras el gasto en pensiones aumentaba 6 veces más que los ingresos. Así no hay cuentas que salgan. Veamos un resumen sencillo: el gasto mensual en pensiones casi se ha duplicado, pasando de 4.318 millones de euros mensuales en 2003 a 8.467 millones en mayo de 2016. Y mientras, el empleo sólo ha aumentado en 937.000 personas en estos 13 años (de 17,09 a 18,02 millones). Mucho más a pagar en pensiones y pocos más a cotizar. Así surge el enorme déficit del sistema de pensiones, que se mantendrá toda esta década.

Y el problema no tiene visos de arreglarse en el futuro, sino de agravarse más. Porque va a aumentar mucho el gasto en pensiones, pero no los empleos y los ingresos. Y ello se debe a dos factores. Por un lado, el envejecimiento de la población española: cada vez habrá más viejos que vivan más años y a los que habrá que pagar la pensión más tiempo. España tiene ahora la mayor esperanza de vida de Europa (y la segunda del mundo, tras Japón): 83,3 años de esperanza de vida al nacer, con lo que los españoles de 65 años tienen por delante 18,3 años de vida (y 22 años en 2050). Y al aumentar la esperanza de vida, cada vez habrá más personas mayores de 65 años, con derecho a una pensión: si en 2015 eran el 18,5% de la población, en 2050 serán ya el 33,4% (y en 2064, el 38,7%), siendo España el segundo país europeo (tras Eslovaquia) donde más aumentarán los mayores de 65 años.

Por otro lado, mientras España va a envejecer más, no aumentarán los jóvenes para trabajar, porque ha caído en picado la natalidad, una de las más bajas de Occidente: la media es de 1,32 hijos por mujer (2014), frente a 1,58 en la EU-28, 1,94 en Reino Unido o 2,01 hijos por mujer en Francia. Además de tener menos hijos (harían falta 2,1 hijos por mujer para sustituir a los viejos por jóvenes y no perder población), las mujeres españolas tienen los hijos más tarde (a los 30,6 años de media en 2014, dos años más tarde que en 1994).

Esta combinación de menos hijos y más viejos es “una bomba” para las pensiones, porque habrá menos gente para trabajar y cotizar para pagar las crecientes pensiones futuras. De hecho, si en 2015 había 3,5 españoles en edad de trabajar (16-64 años) por cada mayor de 65 años, en 2050 habrá sólo 1,38 activos por cada jubilado (2 por 1 en Europa), con lo que habrá menos cotizantes para pagar muchas más pensiones. Así que si ahora tenemos un problema de déficit en las pensiones, a mediados de siglo tendremos “un mayor  agujero”. De hecho, los mayores problemas surgirán a partir de 2030, cuando se jubilen los muchos españoles del “baby boom, los que nacieron entre 1962 y 1975. Así que el mayor problema no lo tienen los pensionistas actuales, sino los españoles que tienen ahora entre 40 y 55 años. Ellos son los que tienen que estar más preocupados con su futura pensión.

¿Qué se puede hacer? Sólo hay una alternativa realista: conseguir más ingresos. No tiene sentido que España sea el país más envejecido de Europa y sea a la vez uno de los que menos gasta en pensiones, por mucho que se haga demagogia con la alta factura mensual: gastamos un 12% del PIB en pensiones frente al 13,8% de la zona euro (y un 16,6% en Italia, un 15,2% en Francia y un 12,3% en Alemania). Hasta ahora, el Gobierno Rajoy ha hecho frente a los déficits crecientes “tirando” de la hucha de las pensiones: estaba en 66.815 millones en 2011 y Rajoy se ha gastado ya más de la mitad, 47.201 millones, para poder pagar la extra de verano y Navidad a los pensionistas, desde 2012 hasta ahora. El futuro Gobierno lo seguirá teniendo que hacer, con lo que se estima que la hucha se agotará en 2018. Y ¿después qué? Si no se toman medidas ya, el resultado será que en dos años no habrá dinero suficiente para pagar las pensiones previstas.

El PSOE ha propuesto conseguir más ingresos con recargos en algunos impuestos, sobre todo en IRPF, sociedades y patrimonio, para destinarlos a pagar las pensiones. Rajoy ha calificado la propuesta de “disparate”, a pesar de que su Gobierno ya propuso el verano pasado pagar una parte de las pensiones con cargo al Presupuesto (las de las viudas y huérfanos, unos 23.000 millones al año, el 20% de la factura total de las pensiones). Y no debe ser tal disparate cuando fue la propuesta que hizo el Tribunal de Cuentas en 2015 a las fuerzas sociales firmantes del Pacto de Toledo: financiar una parte de las pensiones con cargo a los Presupuestos, no sólo con cotizaciones. Y también propuso buscar nuevas fuentes de ingresos la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), en julio de 2015.

Rajoy y el PP creen que no hay que buscar más ingresos, que basta con “esperar a que se creen más empleos. Y lo mismo piensa Ciudadanos y en parte IU. Pero es falso y el Gobierno Rajoy lo sabe: ha mandado a Bruselas un Programa de Estabilidad 2016-2019 en el que prometen crear 1,9 millones de empleos en estos 4 años pero reconocen que la Seguridad Social seguirá con déficit hasta 2019 (-8.000 millones de euros). Así que, según sus propios datos, aunque en 2019 haya casi 20 millones de españoles trabajando, la SS seguirá con un gran agujero. Porque el gasto crecerá más que los ingresos.

Hay que dejarse de “politiqueos” y hacer propuestas realistas, que obligatoriamente pasan por conseguir más ingresos para pagar las pensiones. Porque si no, habrá que hacer más recortes de los previstos, que ya son tremendos, aunque la mayoría de españoles no son conscientes. Sin hacer nada más, y como fruto de las dos reformas (recortes) aprobados por Zapatero (2011) y Rajoy (2013), las pensiones futuras serán un 35% más bajas que las actuales para el año 2050, según un estudio de Funcas (Fundación de las Cajas de Ahorros). Y otro estudio universitario (IESE y Universidad de Granada) pone cifras a esta bajada: la pensión máxima bajará de 2.561 euros (2015) a 2.399 en 20120 y a 1.797 euros en 2050. Y la pensión mínima, de los 634 euros actuales (2015) a 595 euros en 2020 y a 445,2 euros en 2050. La bajada será fruto de los cambios aprobados por ZP y Rajoyaumento años para el cálculo de la pensión, aumento años para conseguir el 100% de pensión, menos revalorización y, sobre todo, adaptar las futuras pensiones a la esperanza de vida (el "factor de sostenibilidad", que rebajará las nuevas pensiones a partir de 2019).

En definitiva, que los pensionistas actuales, mal que bien, están cobrando una pensión, baja (902,31 la pensión media y 1.041 euros la de jubilación), pero serán los pensionistas futuros, los que tienen hoy entre 40 y 55 años, los que tendrán mayores problemas: su pensión inicial será un 35% más baja que la actual (por los recortes ya aprobados por Zapatero y Rajoy) y encima tienen el riesgo de que no haya dinero suficiente para pagarlas, porque los aumentos de ingresos por cotizaciones no cubran el aumento de pensionistas que además vivan más años y cobren pensión más tiempo.

Esta es la situación que obliga a tomar medidas ahora, pensando en las pensiones de las próximas décadas. Y no veo otra solución que buscar más ingresos, como proponen el Tribunal de Cuentas, la Autoridad Independiente Fiscal y muchos expertos. Y hacen falta tantos recursos que no basta con los impuestos. Funcas, la Fundación de las Cajas, propone tres fuentes de ingresos adicionales: impuestos, cotizaciones y deuda. Recaudar más ingresos es posible, ya que España recauda menos que la mayoría de Europa: Hacienda recauda el 38,2% del PIB (2015), frente al 45% de la UE-28 y el 46,6% del PIB que recaudan los 19 países del euro. Eso se debe a que hay más fraude, a que muchas grandes empresas, multinacionales y fortunas pagan menos impuestos de los que debían. Si se redujera el fraude y estos grupos pagaran más, se podrían recaudar 42.000 millones más cada año, según los cálculos de los técnicos de Hacienda (GESTHA). Y una parte podrían ir a las pensiones.

Pero también podrían aumentarse las cotizaciones a la SS, porque en España son más bajas que en Europa (28,3% frente a 28,7% en UE-28, 33,3% en Alemania, 37,9% en Francia o 31,5% en Italia). Si se subieran un 1% las cotizaciones a las empresas y otro tanto a los trabajadores, se recaudarían 8.000 millones más al año (Funcas propone subirlas un 1% a las empresas y un 3% a los trabajadores). Está claro que sería un esfuerzo extra, pero también lo es que un trabajador tenga hoy que pagarse un Plan de pensiones privado (los tienen 10 millones de españoles) porque teme que su futura pensión sea insuficiente. Y además, Funcas propone una tercera fuente de ingresos extras: emitir deuda pública a partir de 2030 (cuando España tenga menos deuda pública), para ayudar a financiar las pensiones cuando empiecen a subir más los gastos. Además, habría que tomar medidas para fomentar la natalidad y ayudar a las familias a tener más hijos, como ha hecho Francia, la mejor manera de asegurar el pago de las pensiones del mañana.

Se pueden discutir estas propuestas o proponer otras, pero no decir que “basta a sentarse a esperar que crezca el empleo. Porque no será suficiente ni aunque trabajen 20 millones de  españoles (faltan 2 millones). Y entonces, si no se han tomado medidas para ingresar más, sólo quedará una salida: hacer  más recortes. Recortes sobre recortes, sobre ese 35% menos de pensión que ya espera a los futuros jubilados para 2050. Así que por favor, hagan propuestas, déjense de politiqueos electorales y tomen medidas efectivas cuanto antes. Con nuestro futuro y el de nuestros hijos no se juega.