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miércoles, 6 de febrero de 2013

Euro fuerte: mal para Europa, peor para España


Ahora que parece remitir la crisis de la deuda (es sólo una tregua, como se ha visto esta semana con la deuda española), salta otro problema en Europa: el euro fuerte, por culpa de la  guerra de divisas”. Bruselas no tiene una política europea de tipo de cambio y sufre lo que hacen EEUU, Japón, Gran Bretaña y China para reanimar sus economías y depreciar sus monedas, buscando exportar mejor. Y así, el euro se ha revalorizado un 13 % frente al dólar (saltando de 1,36 $), un 10% frente a la libra y un 34% frente al yen, dificultando las exportaciones europeas y la salida de la crisis. Y se teme que siga subiendo en 2013, hasta valer 1,40 dólares. Un problema para Europa y más para España: el euro fuerte dificulta nuestras exportaciones y la llegada de turistas. A partir de ahora, miremos no sólo la prima de riesgo sino también el euro: está hoy en 1,35 dólares; mientras no baje de 1,30, es malo para todos. Atentos.
 
enrique ortega

Europa comienza 2013 con menos nubes negras en el horizonte, ha dicho Mario Draghi, presidente del BCE, que ha pedido “paciencia” para salir de la crisis. Y piensa que Europa “está mejor que hace un año”, aunque el FMI acaba de vaticinar que 2013 será otro año de recesión en Europa, con una caída de la economía del -0,2% (tras un -0,4% en 2012). A pesar de esta debilidad, la moneda europea acaba de batir récords de fortaleza  desde el verano frente a las principales monedas : el 1 de febrero superó los 1,36 dólares, por primera vez desde finales de 2011 (+13 % frente al dólar desde julio), subió +10,5% frente a la libra (0,86 euros, récord en 14 meses) y +34% frente al yen japonés (126,66 yenes por euro, récord en 33 meses). Y hoy seguía ligeramente por encima de 1,35 euros por dólar.

Europa tampoco tiene una política de tipo de cambio común y la cotización del euro fluctúa según lo que hacen las demás monedas, cuyos países sí influyen sobre ellas. Y ahora, la moneda europea sufre los efectos de la “guerra de divisas desatada por Japón, Estados Unidos, China y Gran Bretaña, para reanimar sus economías y favorecer sus exportaciones. El último movimiento lo ha hecho Japón, con un Plan de estímulo, aprobado el 11 de enero, con el que ha inyectado 170.000 millones de euros para reanimar su economía, lo que deprecia su moneda, el yen, consiguiendo de paso exportar mejor, al ser ahora más baratos sus productos para el resto del mundo. Lo mismo lleva haciendo años China, continuamente criticada por depreciar el yuan para exportar mejor. El Banco de Inglaterra amplió en julio su programa para inyectar liquidez (dinero) a la economía británica, en recesión. Y en diciembre de 2012, Estados Unidos anunció que seguiría con sus inyecciones de liquidez a la economía, más de un billón de euros en los últimos cuatro años.

Todas estas decisiones, de Japón, China, Gran Bretaña y EEUU, buscan reanimar las economías, dándole a la maquinita del dinero, lo que deprecia el valor de sus monedas (favoreciendo sus exportaciones) y fortalece al euro, que lleva subiendo desde julio de 2012. Y todo apunta a que seguirá revalorizándose, porque Europa hace una política contra corriente: recorta el gasto público (en vez de reanimar las economías) y mantiene tipos altos, el 0,75%, frente al 0-0,25% en Estados Unidos, tipos negativos en Japón o el 0,50% en Gran Bretaña. Y los inversores buscan la alta rentabilidad europea (aún con riesgo: han vuelto a España, Italia y Portugal), fortaleciendo el euro.

El expresidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se despidió de su cargo en enero advirtiendo  que el euro estaba en un nivel “peligrosamente alto”. Porque tener una moneda fuerte, cuando los demás debilitan la suya, es un mal negocio para Europa: es más difícil vender fuera, porque los productos se pagan en euros más caros, y eso dificulta la recuperación. El problema preocupa especialmente en Alemania, que exporta el 60% de sus productos fuera de Europa y que ya sufre los efectos de la crisis y el euro fuerte: sus exportaciones cayeron un -3,4% en noviembre, con un último trimestre en recesión (-0,5%).

Pero peor lo tiene España, ya que la exportación y el turismo son lo único que crece (aunque menos que en 2011) mientras el consumo interno y la inversión están por los suelos. Y con un euro fuerte será más difícil vender nuestros productos en el extranjero, dado que el 49.5% van a países fuera del euro. Y lo mismo pasa con el turismo: desde julio es más caro visitar España sólo por la apreciación del euro, lo que afecta especialmente al 55% de turistas que proceden de países fuera del euro. Sólo es positivo tener un euro fuerte para pagar menos por las importaciones, sobre todo el petróleo, lo que debería bajar algo los carburantes (con permiso de las petroleras) y la inflación. Pero esto no compensa el efecto negativo de un euro débil sobre exportaciones y turismo, que provocará más recesión y más paro en España.

Ahora, los expertos apuestan por un euro fuerte en 2013, aunque con altibajos, porque Estados Unidos, Gran Bretaña, China y Japón crecen poco y necesitan seguir estimulando sus economías, inyectando dinero, lo que depreciará sus monedas. Se espera un euro entre 1,33 y 1,40 dólares este año, cuando debería estar por debajo de 1,30 dólares para ayudar a la recuperación europea. Pero para eso, Bruselas y Alemania deberían cambiar de política y tomar dos medidas, con la ayuda del BCE: rebajar los tipos de interés (del 0,75 al 0,25%) e inyectar liquidez en el sistema, para ayudar a que fluya el crédito. Eso crearía inflaciónanatema para Alemania y el BCE¡) y reanimaría la economía, debilitando al euro.

No parece que esta sea la posición de Merkel, aunque necesita estimular su estancada economía en los próximos meses, para ganar las elecciones de septiembre. Pero ya ha dicho que si lo hace, Bruselas sólo permitirá reactivar la inversión y el gasto a los países sin déficit, a los del centro y norte de Europa, no a España y los países del sur. O sea, estímulos para la Europa rica del norte no para la Europa en recesión del sur. A nosotros, paciencia.

Para España, un euro fuerte, por encima de los 1,30 dólares, es un serio obstáculo para salir de la crisis, ya que nos torpedea las exportaciones y el turismo. Por eso, Rajoy debería presionar en Bruselas para que se aprueben Planes de estímulo para toda Europa, que el BCE baje tipos e inyecte liquidez, para reanimar las economías y de paso bajarle los humos al euro. Algo clave para todos, pero mucho más para España. Por eso, a partir de ahora, miremos  no sólo la prima de riesgo, sino la cotización del euro. Mientras esté por encima de 1,30 dólares, es malo para todos. Seremos perdedores en una cruenta y silenciosa guerra de divisas que se libra en el mundo.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

El último recorte de Zapatero

Ha pasado bastante desapercibido, pero Zapatero se despide con un último recorte de 654 millones de euros, la mayor parte en infraestructuras. Mientras el candidato Rubalcaba defiende estímulos europeos al crecimiento, ZP se ha despedido de sus colegas europeos como el mejor alumno de la clase, el que hace recortes hasta el final para rebajar el déficit lo prometido. Aun así, es muy probable que no cumpla, por culpa de las autonomías. E incluso que haya que hacer recortes adicionales en diciembre, si sigue la crisis de la deuda y no crecemos. Lo más grave es que el G-20 no ha aprobado medidas de estímulo y se han sumado a los recortes Francia e Italia, con lo que Europa se va a estacar aún más. Y con ella, España. Eso sí, ahora nos quieren multar por tener mucho paro. No se puede ir a setas y a Rolex.

El Consejo de Ministros del 14 de octubre aprobó un recorte de gastos de 654 millones, para compensar una desviación similar de gastos en desempleo (162 millones), Ley de Dependencia (260 millones), ayudas a los jóvenes y a la vivienda (124 millones), el coste de la intervención en Libia (86 millones) y pago cotizaciones SS de los profesores de religión (21 millones). El recorte se reparte entre todos los Ministerios (incluidos Sanidad y Educación), aunque la mayor parte (500 millones) se corta de infraestructuras, de obras públicas, una partida que “se nota menos” cara al 20-N, pero que es clave para crear empleo.

El problema es que “llueve sobre mojado”: España lleva ya dos años con fuertes recortes de la inversión estatal en infraestructuras (-19% en 2010 y -31% en 2011) e incluso este año, para cuadrar el déficit, sólo se iba a gastar dos tercios de lo presupuestado. Y ahora, menos. Y tanto Ayuntamientos como autonomías han reducido a la mitad su obra pública. Es resultado es menos actividad, menos trabajo para miles de empresas y más paro. Y se estima que entre 2010 y 2014, el recorte de inversión en obra pública será de 50.000 millones de euros.

Zapatero podía no haber hecho este último recorte, que va a frenar aún más el crecimiento y el empleo, y dejárselo a Rajoy, que no iba a notarlo mucho dentro del superrecorte de 30.000 millones que tendrá que hacer en 2012 para cumplir con Bruselas. Pero, una vez más, ZP ha querido ser el alumno más aplicado de la clase y despedirse con los deberes hechos. Quizás el Estado sí cierre 2011 con el déficit previsto (4,8% PIB, tras cerrar septiembre en el 3,42%), pero seguro que no lo harán las autonomías, que ya habían casi alcanzado el déficit previsto (1,3%) a mediados de año. Y si la economía no crece y siguen bajando los ingresos fiscales, quizás haga falta hacer ajuste adicional en diciembre, como ha sugerido ya la Comisión Europea, sobre todo si sigue la crisis de la deuda europea (que seguirá). Claro que en ese caso, lo haría ZP con acuerdo de Rajoy (si gana).

Recortes aparte, el problema de fondo es que la última cumbre del G-20 en Cannes no ha aprobado medidas para frenar la recesión económica que se avecina. Obama y Japón van a seguir la senda de reanimar las economías con la inversión pública, pero Europa sigue por el camino de los ajustes. Ahora, a los recortes de la Europa del sur (incluida Italia, que no crece nada y caerá un 0,2% en el cuarto trimestre), se suma Francia, la segunda economía del continente, que ha aprobado 24.000 millones de recortes hasta 2016 (y subidas de impuestos), con lo que bajará su crecimiento (-0,1 % en el cuarto trimestre y +l 0,6% en 2012). Gran Bretaña, tras los recortes anteriores, está creciendo al 0,2% y sólo crecerá un 0,6% en 2012. Alemania, que podría hacer de locomotora europea, no crecerá nada en el cuarto trimestre de 2011 y sólo 0,8% en 2012. Y Merkel no bajará impuestos hasta 2013 (elecciones).

Europa ahonda así el camino de los ajustes, que le ha conducido a la grave crisis actual, donde hasta Francia está en el punto de mira de los mercados. Es el dilema “austeridad o muerte, valga la redundancia”, que escribe Antón Costas (léanlo). Un camino que en España nos ha llevado al estancamiento y a tener 5 millones de parados. Curiosamente, Bruselas quiere ahora penalizarnos por el paro, después de año y medio forzando el recorte drástico del déficit. Señores, aclárense: a setas o a Rolex. No basta con reformas laborales para crear empleo. Ninguna empresa va a crear empleo, aunque sea gratis, si no confía en vender, si no hay consumo ni inversión. Y menos si no hay crédito. Alguien tiene que tirar de la economía para no caer en el abismo. Y si las empresas no pueden, tendrán que ser los Estados. Es lo que trata de hacer Obama y Japón. ¿Por qué no se explora este camino? Por puros prejuicios ideológicos. Pero el recorte puro y duro ya sabemos adónde nos ha llevado.

El debate está abierto, en el G-20, en el FMI y en la OCDE: Europa se ha pasado de frenada. Pero Merkel, Sarkozy y los conservadores de Bruselas siguen con su miopía ideológica, sumiendo a Europa (desde Grecia a Portugal pasando por España y ahora Italia) en el estancamiento, con altos costes sociales, pobreza y paro. Y sin que veamos el camino de salida de la crisis, tampoco para 2012. Tras el recorte de despedida de Zapatero, Rajoy se estrenará con más recortes para el Presupuesto 2012. Y así, diga lo que diga, no se crecerá ni se creará empleo. Y menos con una Europa renqueante, que nos comprará y visitará menos. Se avecinan unos meses muy duros, para España y para Europa. Hasta que la realidad se imponga y el estancamiento obligue  a Europa a cambiar de rumbo. Si no, se agravará la Europa a dos velocidades, una del Norte que crece (poco) y otra del sur estancada. Pero eso no lo aguanta el euro. Ni una España con más de 5 millones de parados. Hagan algo ya.

domingo, 22 de mayo de 2011

El turismo despega, pero sin euforia

Este verano, las costas españolas, y sobre todo las islas, van a estar repletas de turistas extranjeros, a tenor de las reservas. Los problemas políticos en el Norte de África nos pueden desviar medio millón de turistas extras. Con ello y la mejoría en el primer trimestre y la Semana Santa, se espera un buen crecimiento del turismo en 2011, aunque menor al de antes de la crisis. Pero no hay que echar las campanas al vuelo, ya que sobre el turismo acechan varias incertidumbres: el turismo de los españoles no remonta, el gasto medio del turista ha bajado, los precios han empezado a subir, la revalorización del euro encarece nuestro país y la recuperación en Europa, de donde proceden nueve de cada diez turistas, es todavía débil. Así que hay que seguir mejorando la oferta y no confiarse.
www.enriqueortega.net
El turismo, la primera industria del país, creció un 2,4% en el primer trimestre, frente al 1% en 2010 (y al 0,3% que creció la economía española). El despegue vino de la mano de los turistas extranjeros (+2,9%), ya que el turismo español sigue estancado (+0,3%). El turismo británico (uno de cada cinco turistas) y el alemán bajaron, pero han aumentado los turistas de Holanda, Bélgica, Suiza, Italia y países nórdicos, sobre todo a Canarias. Eso sí, el gasto medio (94€ día) ha bajado casi un 4%, porque aumentan los turistas que no vienen a hoteles ni con paquetes.
En Semana Santa, la ocupación hotelera ha sido del 85% (a pesar del mal tiempo) y de más del 90% en zonas de costa y ciudades de interior con turismo religioso, con un 10% más de  facturación. De cara al verano, las reservas han  crecido ya un 10%, sobre todo en el mercado alemán y nórdico, con destino a las costas, Baleares y especialmente Canarias, que espera batir este año el récord del siglo en pasajeros (35 millones), aprovechando la crisis política en Túnez, Marruecos y Egipto, que podría desviar hacia España medio millón de turistas extras este año. La previsión del sector (Exceltur) es que el turismo crezca este año un 2,2 %, más del doble de lo que preveían en enero (+1%), aunque todavía menos que antes de la crisis (el turismo creció por encima del 3% entre 2000 y 2007).
Para consolidar el despegue, planean sobre el turismo español varias incertidumbres. La primera, la dura competencia de países como Turquía, Croacia, Bulgaria o las islas del Mediterráneo, junto a Portugal y Grecia, que van a tirar los precios por su grave crisis interna. Y sin olvidar los nuevos destinos, que crecen con fuerza, como África, Latinoamérica y China, que es ya el tercer destino turístico del mundo (tras Francia y EEUU y después de haber superado a España). La segunda, nuestros precios, que han empezado a subir (IPC de abril), tras dos años de estancamiento. Y más con la subida del euro, que a pesar del freno por la crisis de Grecia, se ha revalorizado este año un 9,5 %, lo que encarece España a los británicos, americanos, japoneses y turistas de países no euro. También los vuelos se han encarecido, con una subida del 15% del combustible. 
Con todo, la clave está en la lenta recuperación de una parte de la economía europea e internacional: crecen más Alemania (+1,5%) y Francia (+1%), pero poco Reino Unido (+ 0,5%), Italia (+0,1%) y la UE (+0,8%), así como EEUU o Japón (en recesión). Si crecen poco, vienen menos turistas o se gastan menos. Es lo que pasa con el turismo español: con tanto paro y una caída de rentas del 1,5%, no se espera una recuperación este año. Y además, este verano, con el aumento de reservas de extranjeros, será más difícil que los españoles (que, en su mayoría, reservan a última hora) encuentren ofertas en la costa o las islas, donde van a subir precios de hoteles y apartamentos.
El turismo es una de las pocas alegrías de la economía, pero apenas está creando empleo: sólo Canarias, País Vasco y Navarra han creado este año empleo en el turismo, un sector que supone el 11% del empleo del país. Y hay tres zonas turísticas entre las cinco autonomías con más paro: Andalucía (29,68% de paro), Canarias (28,52%) y Baleares (25,36%). El sector estima que haría falta crecer un 3%, como en la década pasada, para crear 50.000 empleos al año, algo que no va a pasar hasta 2012. Y mucho será empleo temporal y precario.
España tiene que aprovechar el tirón de este verano, ayudado por la crisis del Norte de África, para consolidarse como potencia turística mundial a medio plazo. Y eso pasa por diversificar. Por abrir el abanico de los turistas que vienen: hoy un 91% europeos (y la mitad, británicos, alemanes y franceses). Por traerles más fuera de temporada, no sólo en verano. Por que vengan no sólo a las costas y las islas, sino al resto del país. Y porque se gasten más, con un turismo de más calidad. Son las claves del Plan Horizonte 2020, al que se acaba de sumar el  Plan Turismo Litoral siglo XXI, para renovar el turismo de sol y playa tradicional.

Más que echar las campanas al vuelo sobre el despegue del turismo, hay que hacer un gran Pacto entre el sector, el Gobierno central y las autonomías para consolidar la recuperación. Y para que cree empleo, que falta nos hace. Todos a vender España por el mundo.