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jueves, 9 de septiembre de 2021

El rescate del fútbol español

Una de las noticias de agosto ha sido la marcha de Messi del Barça, al no poder pagarle por su penosa situación financiera. Una grave crisis, agudizada por la pandemia, que afecta a todo el fútbol europeo y español: los 42 Clubes de 1ª y 2ª A perdieron 870 millones la pasada temporada (tras 8 años con beneficios) y están aún peor los 102 equipos de 2ªB y los 397 de 3ª división. Por eso, LaLiga ha pactado un rescate con el Fondo británico CVC (el que gestionaba la Fórmula 1), para recibir 2.675 millones en créditos a 40 años a cambio de una parte de los ingresos de patrocinio y TV de los Clubes. El objetivo es sanear sus cuentas en un par de años, gracias a un Plan de reconversión que busca aumentar los ingresos por TV y por el negocio internacional, digitalizando el fútbol con Fondos europeos. Hay que aprovechar la pandemia para racionalizar el negocio del fútbol, evitar que estalle esta peligrosa “burbuja” y lo paguemos todos.

Enrique Ortega 

La pandemia ha pinchado la “burbuja” del fútbol en toda Europa y en España. Ya en la primera temporada afectada por el COVID, la 2019-2020, los equipos europeos perdieron 8.700 millones de euros en ingresos, según la UEFA: -7.000 millones los equipos de las máximas categorías y -1.500 millones las ligas menores. La mitad de esas pérdidas fueron por el cierre de estadios (pérdidas de recaudación entre 3.600 y 4.000 millones), una cuarta parte por la bajada de ingresos por patrocinios (entre 2.400 y 2.700 millones menos) y el resto por la merma en los ingresos de TV (entre 1.200 y 1.400 millones menos). Y en la pasada temporada 2020-2021, la caída de ingresos habrá sido mayor, aunque no dan una cifra. Eso sí, la UEFA advierte que en las dos últimas temporadas, 42 Clubes europeos han suspendido pagos y hay 120 Clubes con Fondos propios negativos, que requieren financiación urgente para seguir funcionando: estiman que necesitan 3.000 millones de capital.

En la primera temporada afectada por el COVID, la 2019-2020, todas las Ligas europeas tuvieron pérdidas, salvo LaLiga española, según un informe de la consultora PwC: la Liga inglesa perdió 1.000 millones de euros, la italiana -750, la francesa -500 y la alemana -210, mientras LaLiga cerraba la temporada con 77 millones de beneficios  (frente a 225 la temporada anterior), gracias al salvavidas de los ingresos por traspasos y al aumento de los ingresos por TV. Pero en la pasada temporada, en 2020-2021, LaLiga entró también en pérdidas: -733 millones de euros, según los datos de LaLiga, que en realidad son -870 millones de pérdidas, al haber subido las pérdidas del Barça. Unas pérdidas que rompen 8 años de beneficios en el fútbol de 1ª y 2ª división, desde la temporada 2012-2013, gracias al Plan de ajuste que se puso en marcha en 2013, para recortar gastos (salarios y fichajes) y aumentar ingresos (TV, patrocinio y negocio internacional).

El impacto de la pandemia en el fútbol español, con el cierre de estadios entre marzo de 2020 y mayo de 2021, ha sido tremendo: los ingresos de los 42 Clubes de 1ª (20) y 2ª división (22) cayeron de 5.043 millones en la temporada 2019-2020 a 3.545 millones en 2020-2021, un 29,7% menos, según LaLiga. El mayor impacto se ha dado en los ingresos por taquilla (caen un -66%: de 796 a 271 millones), al no poder acudir a los estadios las 900.000 aficionados que iban cada semana en 2019. Los ingresos por retransmisiones de TV se han salvado (bajan de 1.770 millones a 1.762) y también los ingresos comerciales por patrocinio (bajan sólo de 987 a 912 millones), mientras caían a menos de la mitad los ingresos por traspasos y otros (de 1.490 millones a 600 millones de ingresos en 2020-2021).

Todos los 42 Clubes de 1ª y 2ªA  han sufrido esta caída de ingresos y las consiguientes pérdidas, pero el peor balance lo tiene el Barça, que reconoce estar en una situación financiera “dramática” (Laporta dixit): tuvo la pasada temporada unas pérdidas de -481 millones de euros y una deuda de 1.350 millones de euros (673 con los bancos y 389 con los jugadores), según los datos del propio Club. Y lo peor: tiene un patrimonio neto “negativo” (-451 millones), lo que sería un motivo de disolución si fuera  una Sociedad Anónima (SA) y no un Club de fútbol. Esta penosa situación financiera ha obligado al Barca a pedir un préstamo de 595 millones a Goldman Sachs y a implantar un Plan de ajuste, con un drástico recorte de gastos, venta de jugadores, rebaja de sueldos y no poder pagar la ficha a Messi.

Otros Clubes de 1ª división con serios problemas financieros son el Valencia, el Betis o el Athletic Club, mientras están algo mejor el Madrid (perdió 70 millones la temporada 2020-21) o el Atlético de Madrid (perdió 50 millones). Peor están los 22 Clubes de 2ªA, que han reducido drásticamente gastos y fichajes. Y se desconoce la situación financiera real de los 102 equipos que integran la 2ªB y, sobre todo, los penosos balances de los 397 equipos de 3ª división, todos ellos mucho más afectados por el cierre de los estadios que los grandes equipos (en 2ª B, los ingresos por abonos y taquilla suponen el 50% de los ingresos, mientras que sólo aportan un 15% del Presupuesto en el caso del Real Madrid).

LaLiga ya puso en marcha, en marzo de 2020, un Plan de ajuste para afrontar la caída de ingresos de la pandemia, actuando en varios frentes. El primero y fundamental, negociar con el Gobierno y los bancos un paquete de créditos ICO de 600 millones de euros, con la garantía del Estado (o sea, de todos los españoles). Y en paralelo, varios grandes Clubes (Atlético, Barça y Real Madrid) solicitaron préstamos a Fondos de capital riesgo nacionales e internacionales. La segunda vía de escape fue solicitar un ERTE para las plantillas de los Clubes de fútbol, que aprovecharon 7 Clubes de 1ª (Barça, Sevilla, Atlético de Madrid, Valencia, Alavés, Espanyol y Osasuna) y otros 10 de 2ªA, más 41 Clubes de 2ª B y muchos más de 3ª división. A la vez, los Clubes pidieron a sus jugadores que se bajaran los sueldos, no sin resistencia, entre el -10% (Madrid) y el 70% algunos como el Barça.

La cuarta vía de recortes se produjo en los fichajes, primero en el verano pasado: el gasto cayó de 1.291 millones gastados por los grandes Clubes en el verano 2019 a los 483 millones (-66%)  gastados en el verano 2020, según la LFP. Un ajuste en fichajes y salarios que LaLiga ha vuelto a exigir a los Clubes esta temporada 2021-2022, con nuevos límites según los ingresos estimados para cada Club. Eso ha vuelto a colocar a la Liga española como la más austera de las Ligas europeas: el gasto en fichajes de los equipos españoles de 1ª ha sido, en la campaña de verano de 2021, de 293 millones de euros, frente a 1.351 millones que han gastado los equipos de la Liga inglesa, los 549 millones de la Liga italiana, los 416 millones gastados en fichajes por la Liga italiana y los 356 de la Liga francesa.

Este mayor ajuste impuesto por LaLiga a los grandes equipos españoles explica que el Barça no haya podido retener a Messi, porque su agujero financiero y los ingresos previstos no permitían pagar su ficha (135 millones). Sorprende que sí la ha podido pagar el PSG  (35 millones anuales por 2 temporadas), cuando el Club francés tiene también problemas financieros y se ha permitido incluso fichar a 6 costosos jugadores (incluidos Ramos y el lateral Achaf, por 60 millones). La explicación es doble. Por un lado, la Liga francesa (Ligue 1) está en una peor situación financiera que LaLiga (lleva 2.600 millones de pérdidas operativas en las 2 últimas temporadas) y aprobó en 2018 límites salariales a los Clubes, pero no entrarán en vigor hasta dentro de 2 años (cuando vence el contrato de Messi con el PSG). Por otro lado, el PSG ha burlado tradicionalmente las normas financieras de la UEFA, que ahora ha suavizado con la pandemia. Y además, el PSG es un Club propiedad de un multimillonario Fondo ligado a la familia real de Qatar, con lo que no tiene problemas para inyectar periódicamente fondos, lo que ha trastocado y trastoca el negocio del fútbol europeo.

Volviendo al fútbol español, la persistencia de la pandemia ha obligado a LaLiga a ir más allá en sus Planes de ajuste y buscar un rescate financiero que asegure el futuro de los Clubes. Y así, tras 10 meses de negociación, LaLiga anunció en agosto un acuerdo con el Fondo británico CVC (que gestionó durante una década la Formula 1) para recibir una inyección de 2.667,5 millones de euros, 2.460 millones para préstamos a 40 años (sin intereses) a los Clubes de 1ª y 2ªA, 100 millones para el fútbol femenino y categorías no profesionales y otros 100 millones para la digitalización de LaLiga. A cambio de este dinero, el Fondo CVC recibirá una parte (11%) de los ingresos de patrocinio y TV de LaLiga en los próximos 40 años (aunque los gestionará solo LaLiga) y será su “socio industrial” para impulsar el desarrollo multinacional del fútbol español.

Este rescate financiero al fútbol español ha sido aprobado en agosto por 38 de los 42 Clubes de 1ª y 2ªA, aunque cuenta con el rechazo del Madrid y el Barca (que creen que pueden financiarse por si mismos y no quieren un Fondo gestionando parte de sus ingresos), el Athletic Club y el Oviedo, que quedarán fuera del acuerdo. Ahora, con ese dinero, LaLiga lo repartirá entre los Clubes, según su tamaño (250 millones le correspondían al Madrid o al Barça, 184 al Atlético de Madrid, 120 al Sevilla, 117 al Valencia, 115 al Athletic o 108 al Villareal). Y les exige un compromiso a la hora de gastarlo: el 70% del préstamo debe ir a infraestructuras (estadios) e innovación tecnológica, otro 15% para compra de jugadores y el 15% restante para reestructurar su deuda financiera.

Este rescate financiero a los grandes Clubes (¿qué pasa con el resto?) trata de asegurar su supervivencia esta temporada, cuando de momento sólo se permite un 60% de público en los estadios. Y en paralelo, LaLiga, la entidad que dirige el fútbol español, sigue adelante con su reconversión profesional de los Clubes, avanzando en tres vías. La primera, aumentar los ingresos que obtienen de las retransmisiones por TV, tratando de que pasen de los 1.800 millones actuales a 2.300 millones en unos años, para lo que quieren negociar con nuevos operadores (Amazon, DAZN) y aumentar las plataformas de emisión de partidos en el extranjero (van a lanzar una aplicación de pago, LaLiga Xtra, en 70 paises). La segunda vía de reforzamiento es aumentar los ingresos internacionales de los Clubes: aumento sobre todo de patrocinios (pasar de 90 a 112 millones y que el 50% de estos ingresos se generen fuera de España), en Africa y Oriente Medio, aunque también en Asia y América.

Pero la gran apuesta de LaLiga es la digitalización del fútbol español, que los aficionados (sobre todo los jóvenes) tengan múltiples plataformas (APPs, plataformas de transmisión por streaming…) para seguir la competición además de acudir a los estados. LaLiga ya ha invertido 200 millones en digitalización desde 2014 y ha firmado un acuerdo con Microsoft para desarrollar soluciones tecnológicas para la retransmisión de partidos. Y ahora, España es el único país que ha incluido el deporte entre los sectores que van a beneficiarse de los Fondos de recuperación de la UE: se van a destinar 300 millones para su digitalización, que se canalizarán a LaLiga y a los Clubes. Fútbol en la nube.

Al final, la pandemia ha desvelado lo vulnerable que es el negocio del fútbol y el grave riesgo de que estalle la “burbuja” económica creada alrededor de este deporte. Pero puede ser también una oportunidad para reconvertir el mundo del fútbol, consiguiendo en unos años sanear las cuentas de los Clubes y asentar sus balances y su futuro. Eso exige mejorar sus ingresos y racionalizar sus gastos, evitando sueldos escandalosos e inversiones faraónicas. Pero mientras haya jeques y Fondos de inversión que trastoquen el deporte en especulación, será difícil conseguirlo. La UEFA habla mucho de “Fair Play Financiero” pero piensa en suavizar sus normas cuando acabe la pandemia. Y LaLiga es hoy la más austera y vigilante, pero está sometida a la presión de la Premier británica y las demás. Así que el ajuste actual puede ser sólo una tregua y quizás no se pinche la burbuja del fútbol. Un grave riesgo, porque si vuelve a haber problemas, quizás tendremos que rescatarlos nosotros.   

lunes, 28 de diciembre de 2020

La pandemia estalla la "burbuja" del fútbol


El coronavirus afecta a todos, también al fútbol, que está especialmente impactado por el cierre de los estadios al público desde marzo. Los Clubes españoles ya han perdido 700 millones la pasada temporada y esta pueden perder más, lo que les ha obligado a solicitar ERTEs, recortar salarios, vender jugadores y no hacer fichajes millonarios. También a pedir créditos del ICO y a que 17 Clubes de 1ª División busquen ahora desesperadamente financiación y capital. La pandemia ha estallado la “burbuja” millonaria del fútbol y hay varios Clubes en apuros, en 1ª y 2ª División, alguno al borde de suspender pagos, como ya pasó entre 2003 y 2013 (entraron en concurso 32 equipos) . Por eso, presionaban al Gobierno para que permitiera público en los estadios en enero. Pero ahora, con la 3ª ola de contagios, parece imposible. Urge aprovechar la pandemia para reforzar el escaso capital de los Clubes, reducir su endeudamiento y obligarles a sanearse. Para que no tengamos que rescatarles.

Antes de la pandemia, el fútbol español trataba de consolidar su saneamiento económico, impuesto por el Gobierno en 2013, tras la entrada en concurso de acreedores de 32 Clubes (desde 2003). La vigilancia de las cuentas y el control de gastos e ingresos, desde el Consejo Superior de Deportes (CSD) y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) parecían dar sus frutos. Así, las últimas cuentas publicadas, las de la temporada 2018-2019, revelan unos beneficios de 227,18 millones de euros entre la 1ª División (+227,54 millones los 20 Clubes) y la 2ª (+362.112 euros entre los 22 Clubes). Era la 7ª temporada consecutiva en que el fútbol español tenía beneficios y la primera temporada en que todos los equipos de 1ª División tenían beneficios, aunque 6 equipos de 2ª todavía daban pérdidas.

Pero ojo, estos beneficios contables del fútbol español de élite (el resto de equipos, al margen de 1ª y 2ª, siguen perdiendo dinero) esconden un hecho: los principales Clubes de fútbol tienen realmente pérdidas operativas, concretamente pierden -495 millones de euros en su “resultado ordinario” (ingresos ordinarios-gastos ordinarios). Y si acaban teniendo beneficios contables, es porque tienen “ingresos extraordinarios” (845,8 millones, el 18,3% de todos sus ingresos), que son básicamente ingresos por venta de jugadores, lo que les permite tener beneficios, no su actividad habitual.  En el día a día, la clave de los ingresos ordinarios son los derechos de TV (37,2% de los ingresos totales), que aumentan para la mayoría desde que se reparten de manera centralizada (desde 2015), los ingresos de taquilla y abonados (el 20% de los ingresos), los ingresos por publicidad y comercialización (el 19,3%) y otros ingresos (5%), donde pesan sobre todo los ingresos por cesiones de jugadores. Al mirar los gastos, dos tercios se los lleva pagar sueldos a los jugadores y plantilla (67,1%), otro buen pellizco las amortizaciones (16%), sobre todo de jugadores, otros gastos (compra de jugadores) y pagar intereses (98 millones anuales).

Aunque los grandes Clubes de 1ª y 2ª están más saneados, son unos “gigantes con pies de barro”, que presentan tres problemas de fondo que serían “mortales” en cualquier empresa. Uno, que están muy endeudados: su deuda total era de 5.069 millones de euros en 2019, aumentando un +16,1% (por tercer año consecutivo): tienen más deuda que ingresos (4.609 millones) y una buena parte es a corto plazo. Dos, que apenas tienen capital, “cimientos” con los que afrontar esa deuda y posibles problemas: su patrimonio supone el 25,5% de lo que deben (su pasivo), según las cuentas 2018 de la LFP. Y tercer problema, que “viven al día”, apenas tienen recursos cada mes para cubrir sus obligaciones más inmediatas. Y así, van pagando lo que deben con dinero recurrente que les va a llegar la próxima temporada, adelantando ingresos de TV o abonos para pagar créditos y compromisos inmediatos. Es lo que los economistas llaman “Fondo de maniobra”, la diferencia entre el activo corriente (derechos de cobro y tesorería a menos de 1 año) y el pasivo corriente (créditos y pagos a menos de 1 año). Y los 42 Clubes de fútbol de 1ª y 2ª tienen un Fondo de maniobra negativo año tras año (-904,92 millones en la temporada 2018-19).

Esto significa que van tapando agujeros mes a mes y cubriendo gastos a corto con ingresos a corto de hoy y de los próximos meses. Y endeudándose para suplir desfases temporales de ingresos o para construir macro estadios (Madrid, Barca o Real Sociedad). Es como “andar en bici”: no pueden dejar de pedalear, porque si se paran se caen. Y es lo que les ha pasado con la pandemia: les han caído drásticamente sus ingresos, sobre todo la recaudación por taquilla y abonos (20% ingresos) y por publicidad, patrocinios y ventas de camisetas (19,3% de sus ingresos). Y como no han podido recortar tanto sus gastos, sobre todo de personal y financieros, pues sus cuentas se han resentido a fondo.

El problema lo ha sufrido todo el fútbol europeo, cuyas cuentas eran también una “burbuja” millonaria como la del fútbol español. La COVID 19 ha podido generar al fútbol europeo unos 4.000 millones de pérdidas en la temporada 2019-2020, según la consultora Deloitte, de ellos 1.100 millones a los Clubes de la Premier League británica (la líder en facturación: 5.900 millones de euros en 2018-19) y otros 700 millones de pérdidas a LaLiga española (la 2ª que más factura en Europa, 3.400 millones en 2018-2019). Y Deutsche Bank estima que la pérdida de ingresos de los grandes Clubes europeos oscilará entre el -13% y el 30%. En España, el Real Madrid ha notificado una pérdida de ingresos de -107 millones la pasada temporada (-13%) y en el caso del Barça podrían ser -313 millones (-30%), más unos -75 millones de pérdidas (-29%) en el Atlético de Madrid.

La pérdida de ingresos de los Clubes de fútbol por la pandemia se ha concentrado en dos partidas: la recaudación por entradas y abonos y los ingresos comerciales y publicitarios. Los estadios de fútbol están cerrados al público desde el 7/8 de marzo y eso podría suponer unos 300 millones de pérdida de ingresos la pasada temporada. El Madrid, por ejemplo, ha ingresado por entradas y abonos 9,5 millones, frente a los 172 que ingresa normalmente. Y cada partido sin público en el Bernabéu son 4 millones perdidos. La otra importante pérdida de ingresos ha venido por la suspensión de patrocinios y el cierre temporal de tiendas y museos, lo que ha desplomado la venta de camisetas y recuerdos. También ha sido difícil ingresar con la venta de jugadores. Y los ingresos por TV también caían ligeramente a finales de junio (por suspensiones de partidos y cambios), aunque al final estos ingresos claves (37,2% del total) han crecido un 0,2% gracias a que la pasada temporada se amplió a julio.

Con esta caída drástica de ingresos, del -20 al -30%, los Clubes de fútbol y la LFP crearon un “Comité de crisis” para poner en marcha un Plan de ajuste en marzo de 2020, actuando en varios frentes. El primero y fundamental, negociando con el Gobierno y los bancos un paquete de créditos ICO de 600 millones de euros, con la garantía del Estado (o sea de todos los españoles). Los mayores créditos se adjudicaron al Real Madrid y al Barça (100 millones cada uno), repartiéndose el resto entre los Clubes que lo solicitaron (40 millones el Betis). Y además, varios Clubes solicitaron préstamos a Fondos de capital riesgo internacionales y nacionales (como el fondo 23 Capital, con sede en Barcelona, que aportó 60 millones al Atlético de Madrid y que antes había financiado al Madrid y al Barça).

La segunda vía de escape fue solicitar un ERTE para las plantillas de los Clubes de fútbol, como hicieron tantas empresas (llegó a haber 3,57 millones de trabajadores en ERTEs en marzo). En principio, hicieron un ERTE 7 Clubes de 1ª División (Barça, Sevilla, Atlético de Madrid, Valencia, Alavés, Espanyol y Osasuna)  y 10 de 2ª División, más otros 41 Clubes de 2ªB y muchos más en 3ª División. En paralelo, los Clubes pidieron a sus jugadores que se bajaran los sueldos, lo que hicieron finalmente (no sin resistencia y polémica), entre un -10% el Madrid y hasta un -70% algunos en el Barça.

La cuarta vía de recortes fueron los fichajes de verano: este gasto cayó de los 1.291 millones invertidos en fichajes por los grandes Clubes españoles en el verano de 2019 a los 438 millones gastados este verano del 2020 (-66%), según la LFP. Un tercio de gasto en fichajes, lo que convierte a la Liga española en la más “austera” en fichajes de las grandes Ligas europeas: la Premier League gastó 1.370 millones (-12,2%), la Serie A italiana 762 millones (-35,9%), LA Ligue 1 francesa 428 millones (-40%) y la Bundesliga alemana 320 millones (-57%), según el portal especializado Transfermark. Y además, en la Liga española hubo más ventas que compras, con lo que los fichajes se han convertido en una fuente extra de ingresos contra la crisis, sobre todo en el Real Madrid (+98 millones de saldo), el Barça (+2,5 millones) y el Valencia (obligado a vender a 2 de sus mejores jugadores, Rodrigo y Ferrán Torres, por 55 millones que necesitaban para no suspender pagos).

Con este Plan de ajustes, los Clubes de 1ª y 2ª han conseguido salir a flote la pasada temporada y no presentar pérdidas, aunque para ello han recurrido en muchos casos a una “trampa contable”, denunciada por la consultora Ernest&Young, que audita a la mayoría de Clubes: ha advertido que varias entidades han recurrido a imputar los ingresos del mes de julio (se amplió la competición) a las cuentas de la temporada 2019-2020, que siempre se cierran en junio. Con ello, varios Clubes, como el Betis, han conseguido evitar las pérdidas y verse forzados a entrar en concurso de acreedores.

Por si la pandemia no fuera preocupante para el fútbol, la 2ª y 3ª ola han dado el jaque a sus cuentas, porque llevan ya 4 meses de esta nueva temporada con los estadios cerrados y no se van a abrir en enero, como pensaban. Los dirigentes de LaLiga ya han advertido que la caída de ingresos seguirá y se agravará esta temporada (-40%), por lo que han aprobado unos nuevos límites en el gasto salarial, muy drásticos, pensando en la inevitable nueva caída de ingresos: irán desde el -43% del Barça (podrán gastar en sueldos 382,72 millones en vez de los 671,43 millones de la temporada anterior) al -39% del Valencia, el -31% del Levante, el -29% del Betis, el -28% del Atlético de Madrid, el -27% del Real Madrid, el -13% del Alavés o el -10% del Eibar. Topes de gasto salarial que anuncian nuevos recortes de sueldos, ya pactados con los jugadores del Barça (-122 millones) y el Madrid (-60 millones).

Pero si la pandemia se mantiene y el grueso de las vacunas no se aplican hasta junio o julio, esta temporada está también medio perdida para los Clubes. Por eso, preocupa seriamente que algunos no aguanten y entren en suspensión de pagos. De hecho, ya se ha publicado que 17 de los 20 Clubes de 1ª División buscan ´nueva financiación para sobrevivir, tanteando a Fondos de capital riesgo para que les presten e incluso entren en su capital (mucho Clubes de fútbol europeos ya han sufrido años atrás la entrada de inversores extranjeros, rusos y árabes, sobre todo). El problema para muchos es que están muy endeudados y algunos han multiplicado su deuda para financiar nuevos estadios (como el Madrid, el Barça o la Real Sociedad) y la mayoría (no el Real Madrid) andan escasos de capital y asfixiados por los pagos a corto. Los que parecen en peor situación financiera son el Valencia o el Betis, sin olvidar al Barça y al Atlético de Madrid.

Esta preocupante situación económica de los grandes Clubes de fútbol (los pequeños están peor) es la que ha movido a la LaLiga a presionar al CSD y al Gobierno para que autoricen la entrada de público en los estadios: “si no, no sabemos qué puede pasar”. Pensaban que se lo iban a autorizar en enero, como han hecho la mayoría de Gobiernos europeos con otras Ligas. Pero la 2ª ola de la pandemia, y más esta 3ª ola, alejan al público de los estadios de momento (por puro sentido común). Pero si la curva de contagios y muertes no baja, pueden llegar en unas semanas o meses las primeras suspensiones de pagos y concursos de acreedores, como ya pasó de 2003 a 2012 (32 Clubes lo hicieron).Y entonces, se redoblarán las presiones para abrir los estadios y aprobar rescates a los Clubes.

Al final, la pandemia ha revelado las debilidades financieras del fútbol, igual que ha hecho con las debilidades de nuestra economía. Se ha visto claramente como se ha ido creando una “burbuja” financiera, a golpe de inversiones y fichajes, un gigante con pies de barro que no tiene cimientos sólidos de capital, ni una firme estructura empresarial detrás, que se va sosteniendo en el día a día solapando pagos e ingresos y que entra en crisis cuando el mecanismo se para y se frenan drásticamente los ingresos. Hay que aprovechar la pandemia para replantearse el futuro del fútbol profesional, sobre unas bases más sólidas y menos gigantistas, por el camino contrario del que plantea Florentino Pérez (una Superliga europea para los grandes Clubes del continente, una “huida hacia adelante”). Hay que aprovechar la pandemia para ajustar el fútbol español y sanear de verdad sus cuentas, huyendo de construir Clubes gigantes que son peligrosas burbujas. Porque si no, en esta o en la siguiente crisis, estallarán en medio de problemas. Y tendremos que rescatarlos.

lunes, 25 de mayo de 2015

Fútbol español: un gigante con pies de barro


Acabó la Liga y una temporada en que el fútbol español ha mejorado ligeramente sus cuentas, pero sigue en una grave crisis: la mayoría de los Clubs están en números rojos, muchos en suspensión de pagos y los que mejoran es a costa de vender jugadores. Casi todos tienen demasiados gastos (en sueldos de jugadores y directivos) y pocos ingresos (en entradas, marketing y patrocinio). El Gobierno ha aprobado un decreto para sacar más dinero a las retransmisiones por TV y repartirlo mejor, un cambio que convocó una huelga fallida de jugadores, quejosos de que Hacienda les haga pagar más. La Liga (LFP) propone un Plan de negocio para el fútbol, para aumentar ingresos y sanearlo en 6 años. Algo urgente, porque no es de recibo que un gigante como el fútbol español pierda dinero y deba 650 millones a Hacienda y la Seguridad Social. Y además, si no se sanea, nos tocará pagar su crisis.
 
enrique ortega

El fútbol español es un gigante dentro del fútbol europeo y mundial, no sólo por los resultados deportivos sino por sus cifras: la Liga BBVA es, con 2.300 millones  de euros (2014), la tercera mayor competición europea, por detrás de la Premier League británica (3.200 millones) y la Bundesliga alemana (2.400 millones). Y hay tres grandes Clubs españoles entre los 20 mayores del mundo, según el último informe Deloitte (2014): el Real Madrid, el mayor Club del mundo, con 549,5 millones de presupuesto (2013-2014), el Barça (484,6 millones), el cuarto tras Manchester United (518) y Bayern Múnich (487,5) y el Atlético de Madrid (169,9 millones de presupuesto), en el puesto 15º. Pero en su conjunto, el fútbol español es un gigante con pies de barro, en números rojos y con muchos Clubs en serios apuros económicos.

En realidad, el fútbol español llevaba en pérdidas desde 1999 (que se sepa), sin que nadie dijera nada. En 2010, la UEFA aprueba el Fair Play Financiero, para intentar poner orden en los Clubs europeos (la mitad perdían dinero: -1.200 millones de euros). Y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) lo aprueba un año después para España (julio 2011), dando tres años a los Clubs para ajustar sus cuentas. Pero a la vista de la cadena de suspensiones de pagos (32 Clubs han entrado en concurso desde 2003), se acelera el proceso y en abril de 2012, el Gobierno Rajoy acuerda con la LFP un Protocolo que obliga a los Clubs a presentar al Consejo Superior de Deportes (CSD) sus cuentas de 2012-2013. Y en enero de 2013, dan otra vuelta de tuerca, con un Reglamento que obliga al “equilibrio presupuestario” desde julio de 2013: limita sus gastos y sus fichajes y pueden incluso bajarles de categoría si incumplen.

Pero el ajuste del fútbol está siendo lento y desigual. En la temporada 2012-2013, el fútbol español consiguió sus primeros beneficios (106 millones), pero sólo ganaron dinero los 20 Clubs de primera (+143,5 millones), mientras perdían los 22 Clubs de la Liga Adelante (-37,5 millones). Y en la segunda temporada del ajuste, la 2013-2014 (la última con datos oficiales del CSD), el fútbol ha vuelto a tener beneficios (+153,95 millones), pero sólo los Clubs de 1ª (+156,2 millones), mientras seguían perdiendo los de 2ª A (-2,28 millones). Y el resultado no ha sido peor gracias a las ventas de jugadores, a los traspasos, porque los ingresos ordinarios no cubren los gastos, que han seguido subiendo, sobre todo los de personal, fichajes y directivos. Y las deudas apenas han abajado (-2,5%) y siguen siendo muy elevadas (-3.441,5 millones), tanto con los bancos y acreedores, como con la Administración: 669,44 millones con la Hacienda pública y 22 millones más con la Seguridad Social.

Al final, los 20 Clubs de 1ª (Liga BBVA) y los 22 Clubs de 2ª A (Liga Adelante) siguen en números rojos, con desequilibrio financiero: el pasivo supera al activo corriente en 1.015,5 millones (-900,1 millones la 1ª división), dos veces y media el agujero de 2009 (-392,3 millones). El ajuste es pues insuficiente y les falta capital. Sólo hay un reducido grupo de Clubs de 1ª con las cuentas saneadas y la mayoría tiene problemas, que se agravan en 2ª división, donde ya hay 5 ciudades que se han quedado sin equipo: Salamanca, Santiago de Compostela, Palencia, Logroño y Almendralejo (y Albacete, cuyo equipo está en fase de liquidación judicial. Y todavía hay equipos en concurso de acreedores: Rayo Vallecano, Córdoba y Deportivo (en 1ª), más Betis, Recreativo de Huelva, Valladolid, Zaragoza, Hércules, Elche, Albacete, Mallorca y Cartagena (en 2ª). Y otros que han salido y no acaban de levantar cabeza, como el Murcia, Jaén, Racing o Jerez, también de 2ª. Tampoco consiguen sanear sus cuentas el Español, Getafe, Elche y Málaga (en 1ª) ni Osasuna, Sporting y Girona (en 2ª). Y los demás, salvo Madrid, Barça y ahora Atlético de Madrid (con dinero inyectado por el magnate chino Wang Jian Lin), no están saneados. Y falta ver el futuro del Valencia (comprado por Peter Lim, empresario de Singapur), el Málaga (el jeque catarí Abdulla Al Thani busca urgente comprador) o el Oviedo (tras la compra del empresario mexicano Carlos Slim).

El problema de casi todos es el mismo: los ingresos no cubren los gastos (crecientes). Los ingresos por  retransmisiones de TV son la primera fuente de financiación del fútbol, 844 millones en 2013-2014 (menos de la mitad que la Premier League británica, que recauda 1.875 millones), de los que el 45% van al Madrid y al Barça. La segunda fuente de ingresos, la recaudación por taquilla y abonados, crece poco, debido a que hay poca asistencia a los estadios (71% de aforo, frente al 95% de la Premier League británica y el 92% en la Bundesliga alemana), por culpa del alto precio de las entradas y la piratería (partidos en TV). Y salvo los grandes Clubs, la mayoría también ingresan poco en patrocinios, publicidad y marketing. En los gastos, la mayoría de Clubs siguen aumentando la partida de personal y primas a jugadores y a agentes. Con lo que apenas reducen deudas y sanean los presupuestos, salvo con ingresos extras por ventas de jugadores: en 2014, los equipos españoles fueron los Clubs con más ventas de jugadores del mundo (+669 millones), pero también los segundos que más jugadores compraron (710 millones), tras los Clubs británicos, según el estudio FIFA TMS.

La Liga de Fútbol Profesional (LFP) ha diseñado un Plan de negocio a 6 años para potenciar y sanear el fútbol español, que pasa básicamente por aumentar los ingresos. La medida fundamental es aumentar los ingresos por las retransmisiones de TV, para lo que el Gobierno Rajoy ha aprobado un decreto Ley que fija la contratación centralizada de los derechos para dentro de dos años, en la temporada 2016-2017. El cambio supone que serán todos los Clubs (LFP) los que negocien el contrato con la TV y no Club a Club como hasta ahora. Con ello, se espera aumentar los ingresos (de los 844 actuales a 1.000 millones dentro y otros 500 millones por las retransmisiones fuera de España). Y también cambiará el sistema de reparto, para que llegue algo más del dinero a los Clubs más pequeños. Eso sí, el desequilibrio seguirá siendo abismal: del 92% de los ingresos por TV, el 90% irá a los 20 Clubs de 1ª y el 10% restante a los de 2ª. Y el 8 % restante de los ingresos por TV se destinará a los equipos que desciendan (3,5%), a la LFP (1%), a la Federación (2%), un 0,5% (sólo 5-7,5 millones) para el fútbol no profesional (2º B y fútbol femenino) y el 1% restante para pagar las cotizaciones a la SS de 4.000 deportistas de élite, para cuando se retiren.

La asociación de futbolistas (AFE) ha protestado por este reparto, que consideran cicatero con los Clubs más pequeños y con el fútbol no profesional, lo cual es evidente (señalan que en Francia, el reparto de los ingresos de TV es 65/35, no 90/10). Y piden su parte del pastel, como la LFP y la Federación: un 1,5% para su asociación (AFE), como en el fútbol británico. Por todo ello, convocaron una huelga en las dos últimas jornadas de la Liga, que rechazó la Audiencia Nacional. Pero había otros motivos ocultos para esta huelga. Por un lado, los enfrentamientos personales entre la Federación (Ángel María Villar), que apoyaba la huelga, y la LFP (Javier Tebas, que antes le acusó por corrupción) y el CDS (la Federación se negó a ser auditada por el Consejo). Y por otro, el malestar de los jugadores por las inspecciones de Hacienda, que está vigilando si las empresas que utilizan para cobrar los derechos de imagen tienen actividad real. Y eso, porque si son una mera “tapadera”, tendrían que cotizar por ese 15% de sus ingresos el 47% de IRPF (más los recargos autonómicos) y no el 15% que tributan como sociedades. Para un jugador que ingresa 10 millones, la diferencia entre cobrar ese dinero por una sociedad o no supone ahorrarse o pagar 285.000 euros más al año.

Este tema pone sobre la mesa una cuestión clave: los jugadores no pueden tener un trato fiscal de favor, sobre todo cuando hay sueldos supermillonarios y la mitad de los jugadores de 1ª y 2ª A ganan más de medio millón de euros al año. Tienen que pagar impuestos como los demás, sin trampas de sociedades fantasmas. Y lo mismo sus Clubs, que deben a Hacienda 626 millones de euros (542,6 millones a la Agencia Tributaria y 83,8 a las Haciendas forales), más 22 millones a la Seguridad Social. Hacienda les ha dado a los Clubs un calendario para pagar la deuda hasta 2018, algo que no permite a la mayoría de contribuyentes.

Los Clubs creen que con una mayor tarta de los derechos de TV (ojo: ahora Telefónica, con Canal Plus, controla el 80% del negocio y tratará de pagar poco), una mayor penetración de la TV de pago entre los españoles (hay 4,3 millones de abonados, frente a 12 millones en Gran Bretaña) y una mayor internacionalización de nuestro fútbol (con más ventas de partidos, publicidad y marketing en Asia, América y África), los ingresos mejorarán sustancialmente y el fútbol se saneará. Pero mientras llegan los ingresos, lo que hace falta es controlar los gastos (sobre todo en fichajes, comisiones y directivos) y las inversiones (en nuevos estadios), para que el fútbol no sobreviva con deudas (a Hacienda, que pagamos los demás con más impuestos) y pérdidas, que también podrían hacernos pagar. La LFP cree que “el fútbol español sigue estando enfermo” y que aún quedan tres años más de ajustes (hasta 2018), con “algunos Clubs que se quedarán en el camino”.

Ojalá sea así y el fútbol se sanee en unos años. El riesgo es que si mejoran los ingresos, vuelva otra vez a inflarse la burbuja, con más fichajes millonarios y más gastos injustificables, pensando que los ingresos van a crecer siempre. Y volvamos a las andadas y a las deudas, a costa de los contribuyentes y de los aficionados. Y sobre todo del deporte de a pie, de esos miles de jugadores aficionados, que no tienen ninguna ayuda mientras los grandes Clubs manejan cifras millonarias con pies de barro. Pongan orden de verdad. Y cuanto antes.