En España y en toda Europa, los flujos migratorios han recuperado un fuerte dinamismo, tras los retrocesos de inmigrantes por la crisis financiera (2008-2014) y la pandemia (2020 y 2021). En consecuencia, la llegada de extranjeros permite que Europa y España ganen población en 2022 y 2023, tras perderla cuando llegan menos inmigrantes, por la tremenda caída de la natalidad y el envejecimiento. Así, en 2023, el número de europeos nacidos en Europa bajó en -1.173.700 personas, cayendo la población autóctona en todos los paises (-334.900 en Alemania, -281.300 en Italia, -136.600 en Polonia o -114.000 en España), salvo en Francia (+47.700 autóctonos) y Suecia (+5.700). Pero se compensó con la llegada de extranjeros: +2.821.056 inmigrantes netos (entradas-salidas) en 2023, lo que permitió a Europa aumentar su población en +1.647.300 personas (hasta 449.206.579 habitantes).
La
mayoría de estos extranjeros no UE en Europa son turcos, marroquíes,
ucranianos, polacos, , latinoamericanos, sirios, afganos, pakistaníes, indios y
chinos.
La mayoría de estos inmigrantes extranjeros en Europa son hombres
y la edad media 36,5 años, más jóvenes que los europeos (45,7 años). España
recibe inmigrantes más mayores (32 años) que Francia (26,1) y Alemania (29,1), como Italia (32 años), según
un reciente estudio del Banco de España. Y también es el país europeo que
recibe más inmigrantes mujeres (50,5% del total) y el país europeo que
recibe inmigrantes con más nivel educativo: un 43% de los que vienen son
universitarios, frente al 38% en Alemania y al 15% en Italia, aunque son casi
la mitad en Francia, mientras recibimos menos inmigrantes con bajo nivel
educativo. Y otra ventaja de España, según
este estudio, es que la mitad de los inmigrantes proceden de
Latinoamérica (el 65% de los extranjeros no UE), lo que facilita su
integración y trabajo, por lengua y cultura, algo que no les pasa a Alemania y
Francia (y menos a Italia).