El exceso de peso (sobrepeso y obesidad) es una epidemia mundial imparable. Desde 1975, el exceso de peso se ha triplicado en el mundo, alcanzando en 2016 a 1.900 millones de adultos (640 millones de ellos eran obesos) y a 340 millones de niños y adolescentes (124 millones eran obesos), según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El problema es que esta “pandemia silenciosa” irá a más, según predice el reciente Atlas Mundial de Obesidad (marzo 2023): si en 2020 había 2.603 millones de personas (con más de 5 años) con exceso de peso (sobrepeso y obesidad), un 38% de la población mundial, para 2035 habrá 4.005 millones de personas, el 51% de la población mundial. Y lo más grave, las personas obesas, que eran 988 millones en 2020 (el 14% de la población) se duplicarán con creces, pasando a ser 1.914 millones en 2035 (el 24% de la población mundial). Y de ellos, 383 millones de niños y adolescentes (5-19 años) serán obesos en 2035 (el 19% del total).
Empecemos por saber que
es sobrepeso y obesidad (la suma de
ambos conceptos da las personas con exceso
de peso, esos 2.603 millones de personas en 2020). Hay una sencilla fórmula para saber si tenemos sobrepeso
u obesidad, el
índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo nuestro peso
(en kilos) por el cuadrado de la altura (en metros). Por ejemplo, una persona
que pesa 85 kilos y mide 1,72 metros tiene un IMC de 28,73 (introduzca
sus datos en esta calculadora y
se lo dirá). Si este índice de masa
corporal está por encima de 25
tenemos sobrepeso. Y si supera los 30, somos obesos. Y las estadísticas suman los que tienen sobrepeso y los obesos
como personas “con exceso de peso”.
El problema del exceso
de peso (sobrepeso y obesidad) es
que resulta uno de los principales factores de riesgo de numerosas
enfermedades no transmisibles, como la
diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, los ictus y hasta
13 tipos de cáncer, según
la OMS. Y en el caso de los niños,
un sobrepeso en la infancia aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades
crónicas que eran casi exclusivas de los adultos, como diabetes tipo 2
temprana, hipertensión y trastornos hormonales y psicosociales, además de ser
una causa habitual del acoso escolar. Y estos niños tienen más riesgos de
arrastrar ese sobrepeso en la edad adulta. Por otro lado, el sobrepeso y la obesidad, por las enfermedades que provocan y
su impacto en el absentismo laboral, tienen un alto coste económico: su factura
era de 1,96 billones de dólares en 2020 y alcanzará los 4,32 billones en 2035, casi el 3% del PIB mundial, un impacto
comparable al que tuvo la pandemia del COVID…
España y el sur de
Europa están en cabeza de esta “pandemia silenciosa” del exceso de peso (sobrepeso y obesidad). En el Informe
regional sobre Obesidad 2022, elaborado por la OMS en 53 paises
europeos (con datos de 2016), se reflejaba que más de la mitad de los europeos adultos tienen sobrepeso (58,7%), casi 1 de cada 3 niños (29,5% entre 5 y
9 años) y 1 de cada 4 adolescentes
(el 24,9% entre 10 y 19 años). Y tienen obesidad,
el 23,3% de los adultos, el 11,6% de los niños y el 7,1% de los adolescentes. En
este informe, España es el 9º país
con más sobrepeso de adultos (61,6%) y
el 10º con más obesidad (23,8%), sólo por detrás de Turquía, Malta, Israel,
Hungría, Grecia, Andorra, Chequia, Bulgaria e Irlanda. Y en sobrepeso (37,9%) y obesidad infantil (14,9%).
somos el 5º país europeo con peores datos, sólo mejor que Italia, Grecia,
Malta y Andorra. Y lo mismo entre
adolescentes, con el 6º puesto en sobrepeso (31,9%) y el 5º en obesidad
(8,5%), donde sólo están peor los mismos
paises mediterráneos de la Europa del sur.
El Atlas
Mundial apuesta porque, en 2035,
España será el sexto país europeo con
más obesidad en adultos (37%),
sólo algo mejor que Reino Unido (46%
adultos obesos), Malta (40%), Portugal, Chipre y Finlandia (39%),
peor que Alemania (36% obesos), Francia (34%) e Italia (31%). Claro que aún
estaremos lejos de las tasas de obesidad que auguran para 2035 en EEUU (58% población obesa), Canadá (49%), México (47%) y Brasil (41%).
En España, la
semana pasada se publicó la
más completa radiografía sobre el sobrepeso y la obesidad, con datos de 2023 elaborados por el
Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN).
Y el resultado es impactante: más de la mitad de los adultos
españoles (55,8%) y un tercio de los niños y adolescentes (30%)
tienen exceso de peso (sobrepeso
u obesidad). Estamos hablando de
21,15 millones de adultos y 2,10 millones de niños y jóvenes, 23,25 millones de españoles que pesan más de lo que deberían. Y lo más
preocupante: un tercio de ellos tiene
obesidad: 7 millones de adultos y
753.171 niños y adolescentes (de 2 a 17 años). Veámoslo con más detalle.
El
estudio en adultos (mayores 18
años) revela que un 37,1% tienen
sobrepeso (14,06 millones de personas) y otro 18,7% tienen obesidad (7,09 millones). Por sexo, los hombres tienen más sobrepeso
(44,3%) que las mujeres (30,4%) y también más obesidad (19,3% frente al 18%), y
ambos problemas se dan más a partir de
los 50 años, concentrándose la alta obesidad (más del 25%) entre los 65 y
los 85 años. Y el estudio destaca que el sobrepeso y la obesidad se dan más
entre los que tienen pocos estudios y
rentas bajas, medias y medias altas. El sobrepeso
se da más entre extranjeros que
entre españoles y en los que viven en ciudades
pequeñas, pero la obesidad es más
alta entre extranjeros y entre los que
viven en grandes ciudades. Y las tasas más altas de obesidad en adultos se
dan en Lugo, Badajoz, Cuenca, Tenerife, Sevilla, Córdoba y Albacete, siendo
bajas en Guipúzcoa, Navarra, Huesca, Girona y parte de Castilla y León.
El
estudio en niños y adolescentes (2-17 años) revela que un 19,2% tienen sobrepeso (1.351.484) y
otro 10,7% tienen obesidad (753.171 niños y adolescentes). Los
niños tienen más sobrepeso que las niñas (20,3% frente al 18,1%), pero
sobre todo casi el doble de obesidad (13,4%
frente al 7,9%). Y tanto el sobrepeso como la obesidad se concentran más entre los 6 y 9 años (20,4% de
sobrepeso y 17% de obesidad) y entre los 10 y 13 años (24,7% de
sobrepeso y 10,7% de obesidad), siendo mayor el sobrepeso y la obesidad entre
los niños extranjeros, con bajos niveles
educativos y que viven en familias
con bajo nivel de renta y donde ya
hay adultos obesos. Y hay más niños y adolescentes con sobrepeso en las
ciudades de 5.000 a 100.000 habitantes,
pero más obesos en los pueblos pequeños. Y destacan por sobrepeso y obesidad
infantil provincias del sur más Pontevedra y Asturias.
Todavía hay un
grupo más preocupante en este estudio, los adultos y niños con obesidad
severa (cuando el índice de masa corporal, IMC, supera
los 40). El estudio refleja que hay un 4,9% de adultos con obesidad
severa (1.858.014 personas) y un 2,1%
de niños y adolescentes (122.248 jóvenes), en total casi 2 millones
de españoles que tienen un serio
problema de obesidad y un enorme riesgo de enfermar y morir. Porque en
España, el sobrepeso y la obesidad
causan cada año 25.000 muertes, el
15% del total, según
un estudio realizado por la Real Academia de Farmacia.
Además de provocar
enfermedades (diabetes, cardiovasculares, ictus, hipertensión y hasta 13
tipos de cáncer), el sobrepeso y la
obesidad suponen un alto coste para
la sanidad pública. Ya en
2019, la OCDE estimó que el exceso
de peso representaba para España una
factura del 9,7% del gasto sanitario total (lo que supondría un gasto de 9.400 millones de euros en 2022),
además de reducir la producción del país (PIB) en una cuantía equivalente al
trabajo de 479.000 trabajadores a tiempo completo (por el absentismo y la
pérdida de productividad que provoca). Eso nos coloca, según
la OCDE, como uno de los paises con
mayor factura del sobrepeso sobre la sanidad, por delante de la media OCDE
(8,5%), del coste en la UE-27( 8%), sólo por detrás de Alemania (11%) y EEUU
(14% de su gasto sanitario lo provoca el exceso de peso). Y según la OCDE, cada ciudadano español pagamos 265 euros
más de impuestos al año para financiar los costes del sobrepeso.
Enfermedades, muertes
y un alto coste económico, motivos
suficientes para atajar esta pandemia mundial del exceso de peso. La
OMS lleva décadas dando “la
receta”: mejorar la dieta alimenticia (limitar el consumo de
grasas, azúcares y sal, la “comida basura” y las bebidas azucaradas, aumentando
la ingesta de frutas, verduras, legumbres, cereales y frutos secos), realizar
ejercicio físico y mejorar la prevención y la atención al sobrepeso en la
atención primaria y la sanidad de los paises. Por su parte, la
OCDE ha propuesto a España mejorar el etiquetado de alimentos y menús,
promover la actividad física y programas de bienestar en los centros de
trabajo, para conseguir reducir un 20% las calorías de los alimentos, lo que nos
permitiría prevenir 472.000 enfermedades de aquí a 2050 y ahorrar 169 millones
al año en gastos sanitarios, aumentando la productividad.
En España se ha
avanzado en algunas medidas, como una mayor información en el etiquetado de alimentos, la
aprobación de un impuesto
a las bebidas azucaradas (en enero de 2021 subió su IVA del 10 al 21%,
medida que ha
reducido el consumo) y la aprobación (en junio de 2022) de un Plan
2022-2030 para la reducción de la Obesidad Infantil, con 200 medidas.
Pero queda mucho por hacer. El
sistema de etiquetado frontal Nutriscore,
con letras por colores, se implantó en 2021 pero sigue
siendo “voluntario”, por lo que lo utilizan sólo las empresas alimentarias
que tienen productos con buena puntuación. Y sigue disparada la publicidad
de alimentos y bebidas no saludables, nefastas para niños y jóvenes: un
informe de la Gasol Foundation constata que el 80% de los niños y
adolescentes españoles reciben publicidad de alimentos y bebidas no saludables.
Y piden regularlo con urgencia.
La Federación Mundial
de la Obesidad propuso, en marzo de 2023, 7 medidas a los
paises para frenar el sobrepeso: un compromiso político de alto nivel e
inversiones suficientes, no dejar a nadie atrás en el tratamiento, formar mejor
a los profesionales sanitarios, abordar la prevención y los tratamientos sin
estigmas y prejuicios, mejorar la vigilancia de datos con Encuestas y estudios
periódicos, financiar los tratamientos
(con ingresos derivados de impuestos a las bebidas azucaradas) y tener
objetivos de mejora auditables.
Los médicos españoles
reivindican una primera medida: reconocer
el sobrepeso y la obesidad como una enfermedad, lo que es. Y creen que
así sería posible disponer de más herramientas terapéuticas y más medios
para combatirla, desde mejoras en la atención primaria y la formación
de los médicos a unidades especializadas en los hospitales y un
mejor tratamiento, farmacológico y terapéutico. Los nutricionistas se
quejan de que, con el alto coste sanitario que acarrea el exceso de peso, sólo haya 3 medicamentos contra la obesidad
financiados por la sanidad pública (Ozempic, Victoza y Rybelsus) pero exclusivamente
para los pacientes con diabetes tipo 2 (el resto tienen que pagarlos
íntegramente, con un coste de 114,72 a 132,77 euros). Y lo mismo pasa con las operaciones a los grandes obesos: la cirugía bariátrica es muy efectiva y
su coste se recupera en 2,5 años, pero se
aplica muy poco en España (se hacen unas 5.000 operaciones al año, la
cuarta parte que en Europa). Y
además, los médicos piden campañas de concienciación y educar a los niños desde la
infancia en hábitos saludables, centrándose en las familias más desfavorecidas.
Al final, urge tomar
medidas políticas, sanitarias, sobre
la publicidad y el etiquetado de los alimentos, con campañas para fomentar una dieta más equilibrada, con
menos carne, grasas y azúcares y el
doble de pescado, verduras, hortalizas y frutas. Y fomentar el
ejercicio y la prevención. Pero la
clave está en nosotros, en cada
familia y cada persona: tenemos que cambiar
nuestra alimentación y nuestros hábitos de vida sedentarios. Tenemos que
darnos cuenta que el
sobrepeso “no es un problema estético” sino una “bomba de relojería” que acaba explotando en enfermedades y
muertes. Hay que “declarar la guerra a
la obesidad”, porque mata más que
el tráfico, el alcohol o las drogas. Cuidemos el peso.