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jueves, 21 de septiembre de 2017

Rescate bancario: más coste que los recortes


Rajoy y su Gobierno prometieron que el rescate bancariono iba a costar un euro a los españoles”. Ahora, el Banco de España dice que 41.150 millones de dinero público aportados a 14 Cajas y bancos son irrecuperables (7 de cada 10 euros). Y somos el país europeo de los grandes que más pierde con el rescate bancario: 2.286 euros por familia. Superan los 37.000 millones recortados por Rajoy para rebajar el déficit. Significa que sin el rescate bancario, no tendría que haber hecho los dolorosos recortes en sanidad, educación, paro, dependencia, tecnología, ayudas sociales y otros. Además, este enorme esfuerzo de todos ha servido para que los grandes bancos beneficiados, que se quedaron con las entidades saneados, sean ahora más fuertes: entre 5 controlan el 64% del mercado, más que en Europa, imponiendo tipos y comisiones. Y además, destruyen empleo, dan pocos créditos y no son transparentes. Es hora de pedir, a cambio de un ajuste tan costoso (por el que sólo hay 4 en prisión), una banca más ética, transparente, cercana y útil. Necesitamos una banca “nueva”.



                                                                                         enrique ortega

Entre 2010 y 2011, la Comisión Europea rescató a Grecia (mayo 2010), Irlanda (noviembre 2010) y Portugal (mayo 2011). España, demasiado grande para ser intervenida, se salvó del rescate como país por la puerta de atrás : el 9 de junio de 2012, el Gobierno Rajoy pidió finalmente 41.300 millones de ayudas europeas para rescatar a la banca. Y en estos años, hasta finales de 2016, se han destinado 77.702 millones de euros a sanear 14 Cajas y bancos, según el balance oficial del Banco de España publicado en septiembre. Han sido para Bankia (22.424 millones), Catalunya Bank (13.887 millones), Caja de Ahorros del Mediterráneo (11.093 millones), Novacaixagalicia (10.384 millones), Banco de Valencia (6.154 millones), Caja Castilla la Mancha (4.215 millones), Unnim (2642), BMN (1.645 millones), CEIIS (1.559 millones), Cajasur (1.192 millones), Banca Cívica (977 millones), Caja 3 (407 millones), Banco Gallego (245) y Liberbank (124 millones).

De estos 77.702 millones inyectados a esas 14 entidades, dos tercios (55.425 millones) son ayudas públicas (a través del FROB) y el tercio restante (22.277 millones) lo han aportado bancos y Cajas, a través del Fondo de Garantías. Pues bien, según el balance del Banco de España, de los 55.425 millones de ayudas públicas, ya se han recuperado 3.873 millones y se esperan recuperar otros 10.402 millones con la futura venta de Bankia-BMN (9.800 millones) y los 604 millones (ya recibidos) de Unicaja por Caja Duero. O sea, que de una aportación pública (FROB) al rescate bancario de 55.425 millones, son irrecuperables 41.150 millones, el 74%. A lo claro: se perderán 7,4 de cada 10 euros gastados, una media de 889 euros por español y 2.286 euros de coste final por cada familia. Y los ciudadanos también pagaremos buena parte de la otra parte de la factura, la que ha pagado la banca, los 22.277 euros aportados por el Fondo de Garantías y de los que sólo se han recuperado 673 millones: los pagaremos vía más comisiones (los clientes) y menos dividendos (los accionistas).

Pero al final, el coste del rescate bancario puede ser mayor de los 41.150 millones de que habla el Banco de España. Sobre todo, porque otros cálculos indican que el coste ha sido superior a los 77.702 millones que dice el banco emisor. Por un lado, el Tribunal de Cuentas ya elevó la cifra de ayudas a la banca a 107.914 millones de euros, en un informe de 2014, donde incluía créditos y avales no contemplados por el cálculo del Banco de España. Y la Comisión Europea, en su informe Scoreboard 2015, elevaba las ayudas públicas a la banca en España a 93.300 millones de euros, el 8,49% del PIB. Y señalaba que en toda la Unión Europea se han destinado 642.000 millones de euros (el 4,94% del PIB) a sanear la banca, siendo España el 7º país que más ha gastado, tras Irlanda (34,86% del PIB), Chipre (17,53%), Grecia (16,88%), Bélgica (12,04%), Eslovenia (10,11%) y Portugal (8,86% PIB).

Y encima, España es el país europeo de los grandes que más lleva perdido en el rescate bancario, según los últimos datos de la Comisión Europeaun coste no recuperado de 48.000 millones (6.850 millones más de lo que dice el Banco de España), el 4,3% del PIB, que triplica el coste perdido por los 28 paises europeos (1,5%) y duplica con creces los costes no recuperados en el rescate bancario por los paises euro (1,9%). También supera lo perdido por Alemania (1,3% del PIB), Italia (0,2%) o Reino Unido (0,6%), mientras Holanda o Francia han recuperado con intereses las ayudas prestadas, igual que EEUU. Con ello, España es el 5º país europeo con más ayudas irrecuperables a la banca (4,2% PIB), tras Irlanda (17%), Grecia (15,6%), Eslovenia (13,3%), Chipre(10,7%) y Portugal (7%). Esta mayor factura del rescate bancario se debe, según los expertos, a que en España se actuó tarde (en 2012 en lugar de en 2009 y 2010, como otros paises), la crisis inmobiliaria era más profunda, la supervisión fue errónea (Banco de España y Gobiernos) y chocó con la resistencia y la politización de Gobiernos y autonomías (Cajas).   

Además, hay otras ayudas que no se incluyen en estas cifras, como las ayudas fiscales que van a tener durante muchos años los bancos que han comprado Cajas y bancos rescatados. Se llaman “créditos fiscales” y son millones que deja de recaudar Hacienda. CaixaBank, por ejemplo se apuntó 1.208 millones de créditos fiscales (menos impuestos, más beneficios) en 2013, por la compra del Banco de Valencia. Y lo mismo han hecho BBVA o Sabadell, los otros grandes que han comprado bancos en crisis. Hay también otros costes, como los 82.000 empleos perdidos en la banca desde 2008 (3 de cada 10 empleados) y el cierre de 16.000 sucursales bancarias (1 de cada 3), que provoca un deterioro del servicio a los clientes en media España. Y además, en estos 5 años de reconversión bancaria, los bancos supervivientes no han estado para prestar a empresas y familias, con lo que ha habido un coste adicional de menos créditos (-500.000 millones) y un mayor cobro de comisiones y tipos, para compensar sus propios costes (298.541 millones en saneamientos).

Pero eso sí, también hay quien ha salido ganando con este rescate bancario que tanto ha costado a los contribuyentes, empleados y clientes. Son los grandes bancos, que ahora son más grandes, sin haber gastado demasiado en unas compras que nos han costado a todos 41.150 millones. Los más beneficiados han sido CaixaBank, que se quedó con Banco de Valencia (6.154 millones de ayudas públicas irrecuperables) y Banca Cívica (toda la ayuda pública se ha recuperado) y Banco Sabadell, que adquirió la Caja de Ahorros del Mediterráneo (11.093 millones aportados por el Fondo de Garantías sin recuperar) y el Banco Gallego (340 millones de ayudas públicas irrecuperables). Y BBVA, que se adjudicó Cataluña Bank (11.803 millones de ayudas públicas irrecuperables) y Unnim (2.642 millones del Fondo de garantías irrecuperables). Luego están Banesco, el mayor banco de Venezuela, que compró Novacaixagalicia-Abanca (9.052 millones de aportaciones públicas irrecuperables) y Unicaja, que se adjudicó CEIIS, una entidad (Caja España + Caja Duero) a la que se aportaron 955 millones públicos irrecuperables. Y Cajastur, que se quedó con Caja Castilla la Mancha (4.215 millones del Fondo de garantías irrecuperables), BBK que compró Cajasur (392 millones públicos irrecuperables) e Ibercaja que adquirió Caja3 (Caja Inmaculada, Caja Círculo y Caja Badajoz), una de las tres entidades rescatadas donde se ha recuperado toda la ayuda pública, como en Liberbank (Cajastur, Caja de Extremadura, Caja Castilla-La Mancha y Caja Cantabria), que podría fusionarse con Ibercaja. Ahí están nuestras ayudas perdidas.

Ya no es sólo que los grandes bancos se hayan quedado con Cajas y bancos rescatados por todos a precio de saldo, sin pagar todo el dinero inyectado (público y privado). Es que además, gracias a estas compras, la gran banca se ha hecho más fuerte, sobre todo tras la reciente compra del Popular por el Santander (también a precio de saldo, 1 euro, y ayudas y créditos fiscales). Así, ahora, los 3 grandes grupos bancarios (Santander, CaixaBank y BBVA) controlan ya la mitad del mercado bancario (48,3% del crédito y 49,6% de los depósitos). Y si incluimos a Bankia  y Sabadell, los cinco grandes controlan el 64% del mercado bancario (el presidente de Bankia habla incluso del 72%), un porcentaje que llega al 75% (y lo supera incluso) en 21 provincias (Galicia, Aragón, las 2 Castillas, Gerona, Cáceres, Huelva y Tenerife), según ha alertado el Banco Central Europeo (BCE). Un oligopolio bancario que no se da en ningún otro país europeo, donde los 5 grandes bancos controlan el 48% del mercado en la zona euro, el 32% en Alemania, el 48% en Francia, el 41% en Italia y el 39% en Reino Unido. Y esta concentración aumentará en 2018, cuando se vendan Bankia-BMN (y aunque se prevé ingresar por la venta 9.800 millones, aun quedarán otros 14.271 millones públicos aportados irrecuperables).

Así que el rescate bancario se ha saldado con 41.150 millones de euros públicos perdidos, más ayudas fiscales indeterminadas, 82.000 despidos y 16.000 sucursales cerradas, menos crédito y más tipos y comisiones bancarias para los clientes. Un elevado coste que ha salvado los depósitos de millones de clientes, como dice Rajoy, pero ha hecho más fuertes a los grandes bancos, que este año han digerido ya la crisis y ganan 7.967 millones de euros en el primer semestre, un 21% más que el año pasado. Y que son más fuertes para imponer tipos y comisiones a los clientes, mientras no se “mojan” en dar créditos a las empresas (sobre todo a las pymes) y centran su actividad en dar créditos al consumo (a tipos más altos que en Europa) y más hipotecas. Y que siguen en los Juzgados, porque hay ya 57.000 demandas presentadas desde junio por clientes, por presuntos abusos en préstamos y cláusulas suelo.

O sea, que tenemos una banca poco transparente, que presta menos de lo que se pide, cobra altos tipos y muchas comisiones, paga poco por el ahorro y  además,  tiene una mala imagen entre los clientes: “la reputación de la banca está bajo mínimos. Es un problema muy serio”, ha dicho sin ambages el consejero delegado de CaixaBank. Un pobre balance para un sector que se ha beneficiado de 41.500 millones de ayudas públicas irrecuperables. Unas ayudas que han obligado al Gobierno Rajoy a hacer unos recortes drásticos estos años, para reducir el déficit: se han recortado desde 2012 unos 37.000 millones de euros en ayudas a los parados (-11.364 millones), en sanidad (-9.787 millones), educación (-7426 millones), Dependencia (-2.865 millones), ayudas a las familias (-1.200 millones), gastos sociales (-1.000 millones) y Ciencia (-3.741 millones en I+D+i), entre otros. Recortes que han sufrido millones de españoles y que se podrían haber evitado si las Cajas y bancos rescatados se hubieran gestionado mejor y si su supervisor (el Banco de España no ha hecho autocrítica) y los gobiernos de Aznar y Zapatero los hubieran auditado mejor y obligado a sanearse con sus propios medios, sin coste público, como han hecho con el Popular.

Y hay otro tema que “clama al cielo”: tras un rescate bancario tan costoso para los españoles, sólo hay 4 directivos bancarios en la cárcel: 4 directivos de Novacaixagalicia, en prisión desde el 16 de enero, tras ser condenados a 2 años de cárcel. El presidente de esa Caja, Julio Fernández Gayoso, salió en libertad  el pasado 4 de agosto. Y otro ejecutivo bancario que pasó por prisión, Miguel Blesa, estaba en libertad y se suicidó en julio. Y aunque hay 274 directivos bancarios investigados en los juzgados, en 47 causas remitidas a la Fiscalía por el FROB, todos están en libertad. Y casi ninguno de ellos, que se beneficiaron de sueldos e indemnizaciones de escándalo, ha devuelto nada de los 41.500 millones públicos perdidos por su corrupción y mala gestión.

Así que lo peor no es sólo lo mucho que se ha perdido con el rescate bancario sino que no se ha castigado a los culpables y que los bancos beneficiados son más fuertes que antes y no cambian su comportamiento ante los clientes. Todavía se está a tiempo de aprovechar la nacionalización de Bankia y BMN (fruto de la fusión de Caja Murcia, Caixa Penedés, Caja Granada y Sa Nostra) para crear con estas dos entidades (fusionadas desde el 14 de septiembre) un banco público, que sea el contrapunto a una potente banca privada. En vez de malvenderlo a uno de los grandes (y hacerlos así más poderosos), el Gobierno y la posición deberían pactar utilizarlo como ariete para promover una banca más cercana, que preste más y sea más transparente. Y eso es lo que habría que exigir al resto de la banca: que si se ha beneficiado de 41.500 millones que hemos aportado todos, los reviertan a la sociedad, con una banca ética, justa, cercana útil y comprometida con la recuperación. No es mucho pedir dado lo que nos han costado a los españoles. Necesitamos una banca ”nueva” para encarar mejor el futuro.

lunes, 25 de abril de 2016

La banca acelera su penúltima reconversión


La banca, uno de los sectores con más beneficios, despedirá este año 3.500 empleados más, tras haber recortado casi un tercio sus plantillas, 77.253 empleados desde 2008. Dicen que les ha caído el negocio y que les sobran oficinas porque la gente ya no va al banco y opera por Internet. Pero hay algo extraño: la reconversión que ha hecho la banca española es mucho mayor que la de la banca europea y aunque les han bajado los márgenes, es la banca con menos costes y más rentable del continente. Entonces, ¿por qué más despidos ahora? Los bancos temen que el futuro Gobierno les ponga más difícil el ajuste (o más caro) y además quieren “limpiar plantillas” para prepararse a futuras fusiones, en España y en Europa, que obligarán a más despidos. Mientras, la patronal  anuncia que los bancos nos cobrarán más comisiones para aumentar sus ingresos.  Y cada vez tienen más poder para hacerlo: en 28 provincias, “los 5 grandes” controlan más del 80% del mercado bancario. Eso sí, si no crece más la economía y el crédito, puede tocarnos "rescatarles" otra vez.
enrique ortega

La banca española es un sector “en ajuste permanente”. En los años 90 hizo su primer ajuste de plantillas (de 161.621 empleados en 1985 a 148.946 en 1995), al principio de este siglo la segunda (bajando a 111.298 empleados en 2005) y con la crisis actual la tercera “limpia” (quedando en 96.782 empleados, un tercio menos de los 155.015 trabajadores que tenían en 1975). Y en este último ajuste les acompañaron las Cajas, que pasaron de tener 118.072 empleados en 2005 a 78.738 en 2015, tras la crisis y cierres de los últimos años. Con ello, el conjunto de bancos y Cajas españoles han reducido sus plantillas en 77.253 personas desde 2008, casi un 30% de su personal, sumando ahora 175.520 empleados.

Y ahora ya han anunciado una nueva tanda de 3.500 despidos más este año (Santander, CaixaBank, Banco Ceiss, BBVA, Popular…), que ellos llaman “ajuste de plantillas”, con jubilaciones anticipadas a partir de los 55 años (con el 70% del sueldo bruto) y “bajas incentivadas” de hasta 200.000 euros de indemnización por despido (la media de una indemnización “normal” en España, tras la reforma laboral, es de 8.360 euros). Una medida que además, no sabemos cuánto costará al país, en forma de mayor gasto en desempleo y pensiones. Y todo apunta a que los despidos de la banca no pararán ahí: Comisiones Obreras teme que se pierdan unos 5.000 empleos en banca este año 2016 mientras Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorro, estima que habrá 14.688 despidos en la banca (un 12% de las plantillas) entre 2016 y 2019, junto al cierre de 3.000 oficinas más.

Antes de este penúltimo ajuste, el de 2016, la banca española ya ha ejecutado una reconversión mucho mayor que la realizada por el resto de la banca europea, según Funcas. Por un lado, han desaparecido un 40% de las entidades financieras en España desde 2008, frente al 17% en la eurozona (y el 11% en Alemania, el 20% en Italia y el 36% en Francia). Por otro, el ajuste de plantillas ha sido del 27% en España entre 2008 y 2014, frente al 3% de plantillas que ha recortado la banca francesa, el 6% de la banca alemana, el 11% de la italiana o el 18% que ha recortado sus plantillas la banca británica. Y en cuanto a oficinas, en España se han recortado un 31% (de 46.000 en 2008 a 32.000 en 2014) mientras Francia cerraba sólo un 5%, Reino Unido un 7%, Italia un 10% y Alemania un 11%, con lo que España tiene ahora la mitad de empleados por oficina que la banca europea (6 empleados aquí frente a 10 en Italia, 11 en Francia, 18 en Alemania y 35 en Reino Unido).

Gracias a este mayor ajuste, de bancos, oficinas y personal, la banca española es más eficiente ahora que la mayoría de bancos europeos, según el último examen hecho por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) a 105 grupos bancarios europeos, entre ellos 14 españoles, y publicado en noviembre de 2015. Por un lado, tiene menos costes: es la 6ª banca más eficiente del continente (sólo por detrás de la de Chipre, Noruega, letonia, Malta y Suecia), con un 47% de costes sobre ingresos, frente al 74% de costes de la banca alemana, 69% de la francesa o el 60% de la italiana. Y en consecuencia, aunque le ha bajado el margen (como a todos), la banca española es la quinta más rentable del continente (sólo por detrás de Letonia, Noruega, Malta y Suecia), con un nivel de beneficio sobre capital del 12,8%, muy por delante de la media europea (9,1%) y de la banca francesa (9,3% de beneficio/capital), alemana (6,2%) o italiana (60%). Eso sí, la banca española, en este examen, tiene menos capital (9%) que la media de banca europea (11,8%), pero las entidades argumentan que eso se debe a un diferente sistema de cálculo, no a que tengan menos activos. Y la prueba es que el supervisor europeo no les ha pedido que consigan más capital.

En definitiva, que el gran ajuste de la banca y las Cajas españolas desde 2008, ayudado por todos los españoles (las ayudas públicas a la banca, que en su mayoría no recuperaremos, han sido de 107.914 millones de euros, según el Tribunal de Cuentas) ha conseguido que tengamos una banca más eficiente y más rentable que el resto de Europa. Entonces, ¿por qué hacen ahora más despidos? La banca argumenta dos razones de peso: que les ha caído el negocio (prestan menos y a tipos muy bajos) y que tienen todavía demasiadas oficinas (ponerse a nivel europeo, 1 oficina por cada 2.000 habitantes frente a 1 por 1.452 hoy, obligaría a cerrar 9.000 oficinas de las 31.087 existentes en España) que los clientes "no pisan" y que tendrán menos sentido en el futuro, por el auge de la banca online. Sin embargo, tienen menos empleados por oficina, menos costes y más beneficios que los demás bancos europeos.

Entonces, ¿por qué tienen prisa ahora en hacer una nueva reconversión, en hacer más despidos? (3.500 antes del verano). Parece que hay dos poderosas razones que no dicen. Una, que temen un cambio en la legislación laboral con el futuro Gobierno, que dificulte los despidos o los encarezca. Y la otra, que quieren “limpiar cuanto antes las plantillas” y digerir el cierre de oficinas para estar preparados ante las futuras fusiones, en España (podrían desaparecer tres o cuatro bancos y Cajas medianos más)  y en Europa, que se esperan para 2017. Todos los expertos creen que será inevitable ir en Europa a una mayor “unión bancaria”, con una mayor competencia y supervisión a nivel europeo, que obligará a fusiones continentales, alentadas por el BCE, para ganar tamaño y reducir costes. Y estarán en mejor situación para buscar pareja y controlar las fusiones quienes tengan menos plantillas.

Estas futuras fusiones van a agravar un problema que ya tiene España con la banca: hay una excesiva concentración, por culpa de las compras y fusiones hechas durante la reciente reconversión de la banca: hemos pasado de 55 entidades (10 bancos y 45 Cajas) a 15 (8 bancos y 7 Cajas que ahora se llaman y operan como bancos). Y en 2017 serán aún dos entidades menos, porque el futuro Gobierno tendrá que privatizar (vender) dos Cajas nacionalizadas, Bankia y BMN (Caja Murcia, Caixa Penedés, Caja Granada y Sa Nostra). Eso y las esperadas fusiones  en España (posible absorción de tres o cuatro de los bancos medianos actuales) acrecentaría el poder que ya hoy tienen los 5 grandes bancos españoles, muy superior al del resto de la banca europea, según Funcas: controlan el 58,3% del mercado bancario (en 2008 controlaban el 42,4%), frente al 48% de media en la UE (y el 32% en Alemania, el 39% en Reino Unido, el 41% en Italia y el 48% en Francia).

Pero este dato de concentración bancaria global enmascara una concentración mucho mayor a nivel provincial, según desvela este interesante trabajo de Funcas. Así, hay 6 provincias donde los 5 grandes bancos (CaixaBank, BBVA, Santander, Bankia y Sabadell) controlan más del 90% (sí, el 90%) del mercado bancario: Ceuta y Melilla (100%), Teruel (95%), Zamora (92%), Huesca (91%) y Tenerife (90%). Y otras 22 provincias donde controlan más del 80% del mercado (entre ellas, Barcelona, con el 83%), quedando el resto por encima del 70% de Madrid (salvo Málaga, la única provincia donde los 5 grandes “solo” controlan el 68% del mercado). Tal es la situación que el propio Banco Central Europeo (BCE) ha “alertado” sobre un grado de concentración bancaria excesiva en 21 provincias españolas: Burgos, Cáceres, Cantabria, Gerona, Granada, Guadalajara, Huelva, Huesca, Navarra, Orense, Palencia, Santa Cruz de Tenerife, Segovia, Soria, Tarragona, Teruel, Toledo, Zamora, Zaragoza, Ceuta y Melilla.

¿Por qué es un problema tanta concentración bancaria, que se agravará con las futuras fusiones? Porque cuantos menos bancos controlen el mercado, más fácil es que se pongan de acuerdo en fijar e imponer precios y condiciones a los clientes, particulares y empresas. De hecho, la Comisión de la Competencia (CNMC) ya ha abierto expediente por “cartel” a los cuatro grandes bancos (Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell) por “posibles acuerdos” en la comercialización de “derivados” (un sofisticado instrumento financiero utilizado como cobertura de riesgo en los préstamos sindicados). Es una operativa menor, pero habría que ver qué pasaría si la CNMC se dedicara a investigar posibles “pactos” bancarios en los  precios y condiciones de comisiones, tarjetas, hipotecas, préstamos, seguros, Fondos, Bolsa…

Lo que está claro es que la banca española, y la europea, están en una encrucijada, porque  no despega la demanda de crédito solvente y el BCE ha bajado tanto los tipos que les resulta difícil ganar dinero con unos márgenes tan bajos. Ante esta situación, que no les impide ganar dinero (10.389 millones de beneficios de la banca española en 2015, un 5,6% más), las entidades reaccionan en una doble dirección. Por un lado, recortando  costes, cerrando oficinas, despidiendo empleados y pactando una mínima subida salarial (del 1,25% para 2016 y el 1,5% para 2017). Y por otro, tratando de aumentar sus ingresos, vía comisiones y captando clientes más rentables. Un doble camino que recorrerán mejor si son más fuertes.

En definitiva, el futuro de la banca española está en manos de sus trabajadores (cada vez menos y peor pagados: han pactado con los sindicatos contratos a 18.000 euros brutos el primer año, un sueldo mileurista) y de sus clientes, a los que tratarán de “seleccionar” y cobrar cada vez más por los servicios. De hecho, hay ya una callada  “guerra bancaria” por llevarse los clientes más rentables, los que no sólo tienen una pequeña cuenta sino que domicilian la nómina y los recibos, tienen hipoteca o préstamos, invierten en Fondos o Bolsa y además contratan algún seguro. Son los clientes que interesan, porque son una fuente de futuros ingresos a través de comisiones. De hecho, los ingresos por comisiones de la banca están en máximos históricos y aportaron 11.234 millones de ingresos en 2015. Y van a seguir subiendo, sobre todo en tarjetas, Fondos, Bolsa y seguros. Lo acaba de decir clarito el presidente de la patronal bancaria AEB, José María Roldán: "Las comisiones serán cada vez más frecuentes. El cliente tendrá que acostumbrarse a pagar de manera explícita por aquellos servicios que antes pagaba de manera menos transparente, algo que no será fácil ni pacífico". Así pagaremos los clientes nuestra parte de la reconversión de la banca.

Una reconversión que no pasa sólo por recortar costes y aumentar ingresos de clientes. Hay dos grandes retos más en los que la banca se juega su futuro. El primero, la competencia de las compañías tecnológicas y telecos por ofrecer servicios online a sus clientes, desde pagos y transferencias a depósitos, Fondos e inversiones. Y aquí, la banca española está muy retrasada, sin haber desarrollado suficiente su canal online, que de momento sólo usan el 15% de los clientes. Hablan mucho de fintech” y banca digital pero invierten y avanzan poco, hasta que se encuentren con que Google, Apple, Facebook o Amazon les ha quitado la mitad del negocio. Y eso tiene mucho que ver con su segundo reto: superar su mala imagen. “La reputación de la banca está bajo mínimos. Es un problema muy serio”, ha dicho sin ambages el consejero delegado de CaixaBank. Si no mejoran  su mala imagen, será más fácil que pierdan clientes que cambien a Google, Apple o Amazon, tecnológicas con excelente imagen. El problema es que lo que tiene que hacer la banca para salvar sus cuentas, despedir y cobrar más comisiones, no ayudará precisamente a mejorar su mala imagen.

En resumen, que la banca nos está vendiendo su penúltima reconversión como algo “inevitable”, forzada por la crisis,  cuando la están acelerando para acabarla antes de que haya nuevo Gobierno y antes de que lleguen nuevas fusiones. Y esconden que han hecho más ajustes que nadie en Europa, con ayudas públicas pagadas por todos. Y que son más fuertes, con más cuota de mercado, lo que les permite imponer mejor comisiones y servicios a empresas y particulares, para salvar sus beneficios. Pero además, si la recuperación no llega, lo acabarán sufriendo en sus cuentas y tendremos que salvarles de nuevo: el FMI acaba de urgir a "sanear" la banca europea, por exceso de riesgos y morosidad. Y su directora general, Christine Lagarde, cree que los más vulnerables a los tipos negativos (tienen que pagar un 0,4% por tener su dinero en el BCE y no prestarlo) son los bancos alemanes, españoles y portugueses. Así que con la banca nunca podemos estar tranquilos : estamos condenados a la reconversión permanente. A nuestra costa. Y cada vez será más cara, porque serán más grandes. Demasiado para "dejarles caer". Esa es la trampa.