Las elecciones
autonómicas y municipales de este domingo son claves para nuestros bolsillos,
incluso más que las generales. Las autonomías
gestionan el desempleo, la sanidad, la educación, los servicios
sociales, la Dependencia y la justicia (12 autonomías). Y en estos
años, las diferencias entre los
recortes y servicios autonómicos han sido
abismales, con lo que será clave quien gestione estos servicios públicos los
próximos años. Además, la mitad de los impuestos que pagamos
son autonómicos
y locales, aunque los notemos menos que pagar el IVA o el IRPF. Y de las
autonomías y Ayuntamientos dependen otros servicios esenciales, desde vivienda, carreteras,
guarderías, transportes, agua o basuras, que suben o se privatizan y son
fuentes de corrupción. Y la cultura, las
instalaciones deportivas, el urbanismo y la contaminación. Además, las nuevas autonomías y Ayuntamientos
tendrán que estrenarse haciendo más recortes y subiendo impuestos para bajar su déficit, por
exigencia de Bruselas (acaba de pedir más ajustes) y Montoro. Así que mire
bien su voto el 24-M.
enrique ortega |
Las autonomías
tienen mucho que decir frente al problema
que más preocupa a los españoles,
el paro.
Primero, porque son las que gestionan
las oficinas de empleo (SEPE) y por tanto las responsables de ayudar a los
parados a encontrar trabajo (sólo a 2 de cada 100), con cursillos y asesoramiento personalizado. Las diferencias
en la gestión
de la SEPE y en los medios son muy patentes entre autonomías, aunque la
mayoría adolece de falta de medios y personal. Pero hay más: las autonomías
tienen también competencias en política
económica, con ayudas a empresas y a la promoción de empleo. Y
tienen mucho que decir a la hora de atraer inversiones o apoyar la exportación,
el turismo o la investigación y las nuevas tecnologías. Y eso se
nota en el empleo.
No es casual que las autonomías con menos paro,
Navarra (15,66%) y País Vasco (16,43%) sean las autonomías
con más
peso de la industria (23% y 27%, frente al 12,3% en toda España), de
la tecnología (gastan el 1,79% y 2,09 % del PIB, frente al 1,3% de España)
y de los
gastos en educación, así como de las empresas
que exportan. Y que las tres
autonomías con más paro, Andalucía
(33,62%), Canarias (30,81%) y Extremadura (30,24%) son las que tienen
un menor
peso de la industria (del 7 al 10%), menos
gasto en tecnología (del 0,5 al 1% del PIB), menos gasto en educación y menos
empresas exportadoras. Y por eso, 8
de las 10 ciudades españolas menos
afectadas por la crisis son localidades de Vizcaya y Guipúzcoa, mientras las 10 ciudades que peor han pasado
la crisis están en el litoral mediterráneo, sobre todo en Murcia, Castellón,
Tarragona y Almería, según el reciente Atlas
de la crisis.
Así que el paro y el
empleo tienen mucho que ver con las políticas que hagan las autonomías, no sólo con el Gobierno
central. Y eso es mucho más definitivo con los
servicios públicos: Rajoy ha hecho recortes (unos 35.000 millones), pero
también han sido claves los recortes de las autonomías y la forma en que han gestionado los menores
recursos. Así, los recortes en
educación han sido del 21,6% del presupuesto (unos 9.000 millones), pero
han sido mayores en cuatro autonomías, tres de ellas gestionadas por el PP: Comunidad Valenciana (-28,2%), Castilla la Mancha y Cataluña (-26,5%
ambas) y Madrid (-21,2%), según un
reciente informe
de la Fundación BBVA-Ivie. Los recortes
en sanidad han sido del 20,7% (10.000 millones), pero han sido mayores en Castilla-La Mancha (-28.5%) y Canarias (-26,6%). Y en prestaciones sociales, con un recorte
global del 2,3% (-3.000 millones), destacan los tijeretazos de Castilla la Mancha
(-40%), Andalucía (-35%) y Baleares (-32%).
Antes y después de estos recortes, las diferencias
de gasto de las autonomías en servicios públicos fundamentales
(educación, sanidad y servicios sociales) son
abismales. Las autonomías que menos gastan son Madrid (19% de su PIB), Baleares (23%), Cataluña (25%), Navarra
(25,77%), País Vasco (28,5%) y Comunidad Valenciana (29%), mientras
destacan en el esfuerzo por financiar servicios públicos Asturias (gasta 43% de su PIB), Extremadura (39,8%), Cantabria
(34,13%) y Andalucía (33,6%). Esas
diferencias suponen que Asturias gasta
8.531 euros/habitante en
servicios públicos frente a 5.252 Canarias.
Desglosando por servicios, en el gasto
en educación vuelve a ser Madrid
la que menos gasta (2,6% de su PIB), seguida de Cataluña (3,4%), frente
a las dos que más gastan, Extremadura (6,5% del PIB) y Andalucía (5,7%), según el informe Fundación
BBVA-Ivie. Si se tiene en cuenta la mayor o menor población, las que más gastan en educación por
habitante son País Vasco (1.223
euros) y Navarra (1.106 euros), un tercio más que Madrid (790 euros por
habitante) o Baleares (830 euros), mientras la media de España son 914,9 euros/habitante.
En
sanidad, Extremadura vuelve a ser
la autonomía que más gasta (9,44% de su PIB), seguida de Asturias (8,5%),
Murcia (7,9%) y Cantabria (7,4%), mientras las
que menos gastan vuelven a ser Madrid (4,5% PIB) y Cataluña (5% PIB).
Contando la población, el mayor gasto
por habitante en sanidad se da en Asturias
(1.714 euros), País Vasco (1.620€) y
Cantabria (1.530€), mientras es bajo
en Andalucía (1.182€), Baleares (1.274€) y Comunidad Valenciana (1.301€),
siendo 1.356 euros/habitante el gasto medio en España.
Y en
protección social (desempleo, pensiones, dependencia y servicios
sociales), vuelve a ser Madrid la
autonomía que menos gasta (12,3% de su PIB), seguida de Baleares (13,65%), Cataluña
(16,7%) y Castilla la Mancha (19,7%), porcentajes que contrastan con los de
Asturias (28,7% PIB en gastos sociales), Extremadura (23,85%), Andalucía
(20,88%) y Cantabria (21,87%). Y ponderando el gasto con la población,
contrasta los 5.750 euros por habitante en
protección social de Asturias (o los
5.115 del País Vasco) con los 3.074
euros por habitante en Canarias (o los 3.200 de Murcia y Baleares). La
media de España son 3.958 euros.
Como se ve, no reciben
el mismo gasto en educación, sanidad o servicios sociales en unas autonomías
que en otras. Y lo mismo pasa en las ayudas
a la Dependencia (ancianos y jóvenes discapacitados): hay un abismo
entre los 174 euros por habitante que gasta en Dependencia Cantabria( 153 euros
la Rioja, 149 el País Vasco o 140 Castilla y León) y los 39 euros por habitante
que gasta Canarias (56 Baleares, 62 Valencia y 84 Murcia). Y no todas tardan lo
mismo en reconocer las ayudas ni tienen las mismas “listas
de espera”. Por eso, 11 autonomías han
sido suspendidas por el Observatorio de la Dependencia,
los profesionales del sector: Comunidad Valenciana, Canarias, Ceuta y Melilla
(las cuatro, con 1,7 puntos sobre 10), Aragón (3,3), Baleares (3,8), Galicia,
Madrid y Murcia (las tres, 4,2 puntos), Cantabria y Cataluña (4,6 puntos). De las 11 suspensas, 9 están gestionadas por
el PP, responsable también del 10 concedido a Castilla y León, junto al 7,5
del País vasco y el 7,1 de Andalucía.
La Justicia también
está gestionada
por 12 autonomías (todas salvo las dos Castillas, Extremadura, Murcia, Baleares,
Ceuta y Melilla), con un 80% de los
juzgados y el 82% de población. Y por ello son en parte responsables del colapso
judicial, aunque la mayor culpa esté en los recortes y la falta de
jueces que ha impuesto el Gobierno Rajoy.
En otro tema clave, la vivienda,
las autonomías también tienen mucho que decir, aunque hagan poco para paliar la
falta de viviendas sociales y sobre todo de
alquileres sociales: sólo hay un 2% de vivienda pública en alquiler, frente
al 19% en Francia o Gran Bretaña. Y las ayudas
al alquiler (muy recortadas) varían mucho entre autonomías. Y no hay
que olvidar el urbanismo y la futura
configuración de las ciudades (clave para Madrid, con grandes operaciones pendientes, como Chamartín, Campamento, Plaza España,
el Bernabéu y el Calderón), que van a depender mucho de quien gobierne
autonomías y ayuntamientos tras el 24-M.
Otro tema clave son los
servicios públicos municipales, desde el agua y las basuras a los
transportes, las guarderías, la cultura, las bibliotecas o los polideportivos
municipales, cuyos precios y tasas son también claves para nuestros bolsillos. En
general, la mayoría de los Ayuntamientos
han subido las tarifas, mientras muchos trataban de privatizar los servicios, lo que en bastantes casos ha provocado
más subidas (guarderías).
Y otras veces, la adjudicación de los contratos con empresas de servicios, que ahora deben revisarse, han
sido fuente de corruptelas (basuras). Además está el problema de la contaminación: en las grandes capitales respiramos un aire que mata y un 95% de los españoles respira un aire contaminado que supera los límites de la OMS, sin que se tomen medidas efectivas para recortar las emisiones de coches, viviendas e industrias.
Por el lado de los
impuestos, la mitad de los que pagamos van a las autonomías y
Ayuntamientos, desde los recargos
en el IRPF (los más altos, en Cataluña, Andalucía y Comunidad Valenciana,
los más bajos en Madrid, Balares, Aragón, Galicia y Castilla y León) hasta el IBI municipal (que ha
subido un 50% en los últimos 5 años) o las tasas por basuras y agua, sin
olvidar los impuestos a la compra de viviendas (transmisiones) o los del
automóvil. Todas las autonomías
han aumentado sus impuestos y
creado muchos otros nuevos (como los
medio ambientales) mientras 8
de cada 10 Ayuntamientos han aumentado su recaudación por impuestos
directos, una media del 17%, además de haber despedido a 86.714
trabajadores municipales (un 13% de su plantilla).
Lo malo es que este
ajuste (subida de impuestos y recortes) en las cuentas autonómicas y municipales va a seguir después del 24-M, gane quien gane. Y eso porque
autonomías y Ayuntamientos están en manos de Hacienda, que ha
evitado su quiebra con varios “rescates” (62.558 millones en Fondos de
liquidez para pagar a proveedores) y unos créditos
sin interés a cambio de ajustes. Y ahora, cuando pase la marea electoral, Montoro volverá a la carga, a exigir a autonomías y Ayuntamientos que recorten sus déficits si no quieren que
les corte el
grifo de la financiación (como Bruselas y la troika con Grecia).
Así será al menos hasta diciembre. Y por ello, desde
junio, los nuevos dirigentes autonómicos y municipales se verán obligados
a hacer más recortes y a subir
impuestos. Sobre todo, las
autonomías, cuyo déficit superaron todas en 2014
(salvo Navarra, País Vasco, Canarias y Galicia), quedando en el 1,66% del PIB, lo que les obliga a ajustar otros 10.000 millones
de euros en 2015 (para cerrar
en el 0,7% de déficit prometido a Bruselas). También tienen un problema 2.500
Ayuntamientos (un tercio del total), sometidos hoy a un duro
Plan de ajuste, con una inyección de 11.000 millones a cambio de
recortes y subidas de impuestos, que los nuevos ediles tendrán que mantener si
no quieren quebrar.
O sea que votemos lo
que votemos, nos
esperan más ajustes, por
exigencia de Montoro (hasta diciembre) y
de Bruselas, que acaba de exigir a España más ajustes en 2015 y 2016 para cumplir con el déficit prometido. Claro que, como hemos visto, hay
formas y formas de recortar. Y hay enormes diferencias entre los servicios
públicos que prestan las autonomías. También autonomías con más y menos
impuestos. Lo mismo pasa con los Ayuntamientos, que además pierden muchas
competencias con la nueva
ley de Régimen Local, sin que esté asegurado que las cubran las autonomías.
Al final, todo esto es lo que deberíamos pensar antes de votar. Porque el
24-M nos jugamos mucho, sobre todo en nuestra economía, en nuestros bolsillos.
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