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lunes, 1 de junio de 2020

COVID 19: rebrotes, muertos, turismo y Europa


Entramos en la semana 12ª de confinamiento, suavizado para el 70% de españoles en fase 2, mientras Madrid, Barcelona, Lérida y la mayoría de Castilla y León siguen en fase 1. Los contagios aumentan poco (pero aumentan), aunque se han cambiado los datos y puede haber 10.000 fallecidos más por coronavirus. Y mientras aparecen rebrotes (Lérida, Murcia, Ceuta, Córdoba, Badajoz, Gijón), hoteleros y autonomías turísticas presionan para que lleguen extranjeros el 15 de junio, 2 semanas antes de lo previsto. Y empiezan los despidos industriales (Nissan y Alcoa), que aumentarán en julio, cuando no esté prohibido despedir. La Comisión Europea ha presentado un Plan de reconstrucción tacaño (750.000 millones frente a 1,5 billones que pedían España e Italia), insuficiente (140.000 millones para España, que ya hemos gastado), tardío (el grueso del dinero llegará entre 2022 y 2024) y con condiciones (reformas y ajustes). Así que debemos reconstruir el país casi solos, con deuda y recaudando más como sea. Y sobre todo, unidos, algo imposible hoy. Nos jugamos el futuro.

enrique ortega

 Ayer se cumplieron 5 meses desde que China comunicara el primer contagio por coronavirus, el 31 de diciembre de 2019. Pero la pandemia sigue imparable y batiendo récords: 134.700 contagios nuevos el sábado 30 de mayo, según la Universidad Jhons Hopkins. Son ya 6.170.556 contagiados en 118 paises, un tercio en Europa (2.106.381), aunque el epicentro de la pandemia sigue en América, especialmente en Estados Unidos (1.790.191 contagiados, +18.123 diarios) y Brasil (514.849 contagiados, +33.274 diarios), seguidos por Rusia (405.843 contagiados, +9.268 diarios), Reino Unido (276.156, +2.445 diarios), España (239.429 contagiados, +96 diarios), Italia (232.997 contagiados, +416 diarios), India (190.622 contagiados, +8,380 diarios), Francia (189.009 contagiados, +1.828 diarios) y Alemania (183.410, +286 diarios). El coronavirus ha causado ya 372.099 muertos en el mundo, casi un tercio en EEUU (103.853 fallecidos), seguido por Reino Unido (38.751), Italia (33.415), Brasil (29.314), Francia (28.805), España (27.127 muertos), México (9.930), Bélgica (9.467) y Alemania (8.546 muertos).


En España, tras 11 semanas de confinamiento, los nuevos contagios se estabilizaron ligeramente al alza la semana pasada (+132, +194, +231, +182, +187 y +271  diarios, bajando ayer domingo a +96), mientras todavía hay 7 autonomías con más contagios que la media española, que sube muy ligeramente (de 14,36 a 14,77 contagios por 100.000 habitantes los últimos 14 días), según Sanidad: Cataluña (39,74, Castilla y León (24,63) y Madrid (24,36), las tres en fase 1, más Ceuta (Ojo: 33,03), Castilla la Mancha (21,60), Navarra (20,02) y Aragón (17,21), estas cuatro en fase 2. Pero resulta muy difícil el seguimiento de los datos, porque Sanidad volvió a cambiar las estadísticas, el lunes 25 de mayo, rompiendo las series, y las autonomías siguen reportando “a su aire”. Un ejemplo: el miércoles y jueves sólo se contabilizó 1 muerto diario por coronavirus entre todas y el viernes y domingo 2 muertos cada día, un dato que ahora se da por semanas (+39 muertos en la última semana).


Precisamente, la estadística de muertos por coronavirus ofrece muchas dudas. Primero, Sanidad hizo un reajuste el lunes 25 y rebajó los muertos en casi 2.000 (de 28.752 el 24 de mayo a 26.834 el 25), aunque el martes volvió a reajustarlo (a 27.117 muertos). Y segundo, con la vuelta a la normalidad de los Registros Civiles, afloraron 12.000 muertos no registrados y con ellos, entre el 1 de maro y el 12 de mayo se han registrado 43.295 muertos más que el año pasado, según el sistema MOMA del Instituto de Salud Carlos III. Una parte importante, 27.302 eran los muertos “oficiales” por coronavirus (a los que se hizo la prueba), pero hay otros 15.993 muertos “extras” (más que el año pasado), la mayoría en Madrid (+6.695), Cataluña (5.495), Castilla y León (2.681) y Castilla la Mancha (+2.493), los cuatro “epicentros” de la pandemia. Sólo con que dos tercios de estos muertos “extras” hayan sido también por el COVID19, tendremos 10.000 muertos más por coronavirus de los oficiales (que son hoy 27.127).


Al margen de la disparidad estadística, Sanidad ha decidido los nuevos avances en la desescalada desde hoy, que esta vez suponen menos cambios (ver mapa) porque mantiene la exigencia de estar 2 semanas en cada fase. Así, un 30% de España (22 millones de personas) siguen en fase 1, concretamente la mayoría de Castilla la Mancha, Barcelona, Lérida (por un rebrote) y Madrid, que no ha conseguido anticipar la apertura de los Centros Comerciales ni abrir hoy los colegios para algunos alumnos. Siguen en fase 2 las autonomías que ya lo estaban más la Comunidad Valenciana, Granada, Málaga, Ciudad Real, Albacete y Toledo (70% del país, 25 millones de habitantes). Y se mantienen en fase 3 sólo Formentera, Hierro, La Gomera y la Graciosa (45.000 personas), no aceptándose que pasaran todas las islas  Baleares y Canarias.


Mientras, los centros de atención primaria intentan detectar los nuevos contagios y hacer pruebas PCR a los que tienen síntomas, aunque faltan medios para hacer test : se han hecho 314.737 test PCR la última semana, según Sanidad, sumándose ya 2.536.234 test hechos (53,8 por 1000 habitantes), muchos en La Rioja (110,5/1.000) o Asturias (90,5), en Barcelona (80,5) o Madrid (61,4) y bastantes menos en Andalucía (21,7) o Murcia (25,4). Y también falta personal para rastrear los nuevos contagios (sobre todo en Madrid y Barcelona). Una novedad es la “carrera” entre algunos Ayuntamientos de Madrid, gobernados por el PP, para hacer test a todos sus habitantes. La ha comenzado Torrejón de Ardoz, que inició el viernes un test a sus 135.000 habitantes, un negocio para Ribera Salud, la empresa privada que gestiona el Hospital público de Torrejón (desde Esperanza Aguirre) y que ha desplazado a 100 sanitarios desde la Comunidad Valenciana (donde gestiona varios hospitales), por lo que la han abierto un expediente. Otro Ayuntamiento madrileño que quiere pagar pruebas a sus vecinos es Pozuelo, el municipio más rico de España, también gestionado por el PP, en una “carrera” desaconsejada por la OMS y Sanidad, que recomiendan hacer test “solo a los que tengan síntomas” de coronavirus.


Y seguimos sin saber nada de los protocolos sanitarios aplicados en las residencias de ancianos, epicentro de contagios y muertes por coronavirus, porque Sanidad no publica los datos. Pero el último balance hecho por la Cadena SER revela que 19.200 ancianos han muerto en residencias “por coronavirus o síntomas compatibles” desde el 8 de marzo, el doble de los ancianos muertos oficialmente por COVID 19 (9.600). El mayor número de muertos en residencias corresponde a Madrid (5.972), donde varios ancianos murieron hace días sin prueba PCR, Cataluña (3.928), donde se han detectado síntomas de COVID 19 al 80% de los 64.000 ancianos que viven en residencias, Castilla y León (2.560) y Castilla la Mancha (2.405). Un tema especialmente preocupante y más cuando Sanidad permite ya las visitas a residencias, aunque con condiciones.


En definitiva, que sigue la desescalada, con más de 10 rebrotes locales, pero también sin información sobre los efectos de la mayor movilidad en los contagios y con una capacidad limitada de los centros de salud, donde empiezan a volver los enfermos de siempre (muchos, mayores vulnerables). Y siguen las presiones del comercio y el turismo para ir más rápido. El presidente Sánchez ya se comprometió a permitir el 1 de julio el turismo extranjero, mientras negocia “pasillos turísticos seguros” con Francia, Alemania, Italia y Portugal. Pero los hoteleros (y los tour operadores alemanes) quieren anticiparlo, sobre todo en Baleares, Canarias, Comunidad Valenciana y Andalucía. De hecho, el gobierno balear y la patronal hotelera proponen recibir turistas extranjeros a partir del 15 de junio, un enorme riesgo por mucho que multipliquen las precauciones. Y más en julio, a pesar de que el BOE y los Ayuntamientos prometan controlar el aforo a las playas (algo imposible: ver Playa de la Concha el viernes).


Todo el mundo parece volcado en el verano, mientras el día a día nos revela el alcance de la emergencia económica, “atenuada” porque hay 5,7 millones de personas cobrando algo entre ERTES (3,4 millones), autónomos con cese temporal (1,3 millones) y nuevos parados (1 millón). El problema vendrá cuando se acaben los ERTES (aunque se prorroguen unos meses) y cuando las empresas puedan volver a despedir, a partir del 1 de julio. Es lo que ya han anunciado Nissan (que cierra en diciembre sus tres centros de Barcelona: 3.000 empleos director y 20.000 indirectos) y Alcoa (500 despidos directos más 700 indirectos en Lugo). Y vendrá “un rosario” más de despidos, en el automóvil, aerolíneas, industrias, hoteles y comercios. En muchos casos, porque hay grandes multinacionales que reajustarán su estrategia mundial, cerrando plantas en España. Otra desventaja que tenemos: el poco peso de la industria puramente española, mientras Francia ayuda a sus multinacionales (10.000 millones para salvar Renault o Air France), como Alemania (9.000 millones para salvar Lufthansa, 2.000 millones para Adidas y 1.800 millones para TUI).


Precisamente, esto nos lleva a una cuestión europea “escondida” estos meses: las ayudas de los Estados a sus empresas. A fecha 10 de mayo, se habían aprobado 1.950.000 millones de ayudas públicas a empresas, según la Comisión Europea. Y el 51% de todas esas ayudas de Estado las ha concedido Alemania (994.500 millones), seguida de Francia (el 17%: 331.500 millones), Italia (15,5%), Reino Unido (4%: 78.000 millones), Bélgica (3%: 58.500 millones) y Polonia (2,5%: 48.700 millones), colocando la Comisión a España en 7º lugar, con el 1,4% del total , porque solo contabilizó los primeros 20.000 millones de créditos del paquete aprobado de 100.000 millones. En realidad, España ha gastado ya 138.900 millones en ayudas a empresas, trabajadores y familias, lo que sería un 7% del total comunitario, pero muy lejos de Alemania, Francia o Italia.


Al final, la cuestión es que Alemania sobre todo, y también Francia e Italia, han aprovechado su potencial económico (y en el caso alemán, su superávit público) para volcarse en ayudar a sus empresas, lo que muchos expertos europeos critican, por “competencia desleal”, por utilizar la pandemia para fortalecer sus empresas y su economía más que el resto de paises. Con lo que si hoy ya son más competitivos y más ricos (Alemania tiene el 123% de la renta europea, 9.400 euros anuales más por habitante que España, según Eurostat), lo serán más tras la pandemia. Es una cierta “selección natural”, la supervivencia de los paises más fuertes, que lo serán aún más tras la reconstrucción.


Lo escandaloso es que mientras la Comisión Europea “hace la vista gorda” a que Alemania concentre el 51% de todas las ayudas de Estado europeas, “racanee” a la hora de aprobar un Fondo de Reconstrucción para Europa. Lo han vendido como “un gran avance para Europa”, 750.000 millones para las nuevas generaciones (“Next Generation EU"), pero el Fondo resulta claramente insuficiente: España e Italia pedían 1,5 billones y el Parlamento Europeo pidió 2 billones. Supone sólo el 0,7% del PIB de la UE-27 y además se repartirá en 4 años (2021-2024). Además, sólo 500.000 millones son a fondo perdido (España e Italia querían que fuera todo) y 250.000 son créditos, a devolver en 30 años. Y, sobre todo, cobrarlo se va a retrasar (el grueso se repartirá entre 2022 y 2024) y estará condicionado a un Plan de reformas, que habrá que presentar para abril de 2021 y sobre el que podrán opinar (y vetar) los demás paises, especialmente la Europa del norte partidaria de los "ajustes".


Así que este Plan europeo de reconstrucción no es para echar las campanas al vuelo. Primero, porque es sólo una propuesta de la Comisión, que ahora exige la unanimidad de los paises y que no convence a los 4 paises del norte calificados de “frugales”: Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca, apoyados “en la sombra” por Merkel, que presionan para que todo el Fondo sean créditos y que ese dinero sólo se conceda a cambio de planes de reforma (a lo claro: de ajustes y recortes como los que nos exigieron en 2010). Y segundo, porque la aprobación del Fondo va a ser lenta: se debatirá en la Cumbre europea del 19 de  junio y quizás en otra después, pasará luego al Parlamento europeo y tiene que aprobarse, junto al Presupuesto plurianual 2021-2027 (también ridículo: 1,1 billones en 7 años), en los 27 Parlamentos nacionales. Al final, el Fondo estaría disponible a principios de 2021 pero no se abonaría hasta que los paises consiguieran aprobar sus planes de reformas, en abril de 2021. Bruselas espera asignar el  60% del Fondo a finales de 2022 y terminar de repartirlo en 2024.


Para entonces, “todos calvos”. Y más España, que podría recibir de este Fondo europeo de reconstrucción 140.446 millones de euros (77.324 euros a fondo perdido y 63.122 euros en créditos a 30 años), la segunda mayor cantidad, tras Italia (172.745 millones), por delante de Polonia (63.838 millones), Francia (38.772), Grecia (31.997), Rumanía (31.206 millones), Alemania (28.806 millones) y Portugal (26.361 millones). Un dinero que no se puede utilizar para financiar la sanidad o las ayudas a empresas y familias (obligadas por la pandemia) sino a la reconstrucción: han de ser inversiones en turismo (161.000 millones), comercio (115.000), energías renovables (100.000), energía e industrias intensivas (88.000), digitalización (66.000), transporte y automoción (64.000) y construcción (54.000).


España, de momento, tiene que financiar la factura más inmediata, los 138.900 millones ya gastados en créditos y ayudas a empresas, autónomos, parados y familias, más exenciones de cuotas e impuestos, que no se pueden pagar con el futuro Fondo de reconstrucción europeo. Podríamos acudir a los créditos del MEDE (240.000 millones ya aprobados), pero España e Italia no quieren porque “suena a rescate” y temen la reacción de los mercados. Lo que sí pediremos serán los 15.000 millones de créditos que nos tocan del Programa SURE (100.000 millones), para pagar la factura de los ERTEs (dará para pagar el gasto de 2 meses). El resto, tendrá que salir de endeudarse en los mercados, hasta 300.000 millones este año (110.000 más de lo previsto antes del coronavirus). Y falta el grueso de la factura, el coste de la reconstrucción, muy superior a lo gastado hasta ahora y para lo que llegará tarde el dinero europeo.


Por eso, urge poner en marcha en España un Presupuesto de emergencia para la reconstrucción, listo para octubre y vigente en 2020 y 2021. Ahí habría que evaluar los gastos imprescindibles, antiguos y nuevos, y ver cómo los pagamos, con deuda y con recaudación, teniendo en cuenta que Hacienda va a ingresar este año 42.000 millones menos de lo previsto por la recesión. Y que con la economía en la UVI, resulta difícil subir impuestos, aunque habrá que buscar dinero como sea porque el endeudamiento tiene un límite. Esto es lo que deberían estar discutiendo y pactando los partidos, no mentando a los padres de nadie ni acusando de golpismo. Pero no parece que los políticos, sobre todo PP y Vox, estén por la labor de pactar la reconstrucción y cómo pagarla. Si no lo hacemos, nos lo harán desde fuera, desde Europa: o vía mercados (disparando el coste de nuestra deuda) o vía Bruselas y paises del norte, imponiéndonos más austeridad y recortes a cambio de las ayudas.


Es lo que hay, aunque muchos políticos no se enteren. Mientras, todos tenemos que ayudar con nuestro comportamiento para no retroceder contra la pandemia, exigiendo al Gobierno y las autonomías que frenen los rebrotes, aíslen los contagios y refuercen al máximo la sanidad y las residencias de ancianos. La reconstrucción económica es prioritaria, pero mucho más frenar al virus y salvar vidas (lean este clarificador artículo del Nobel Paul Krugman). La vida, no la bolsa. Porque si rebrota el virus no hay reconstrucción posible. Que lo piensen los que tienen tanta prisa en abrir negocios o Centros comerciales y en que lleguen turistas. Nos jugamos algo mucho más importante.

lunes, 27 de abril de 2020

Coronavirus: desescalada casi a ciegas


El Gobierno recibe múltiples presiones empresariales, políticas y sociales para levantar el confinamiento. De hecho, ayer domingo algunas calles estaban llenas (ver fotos) con la "excusa" de los niños. Y cada autonomía quiere decidir cuándo y cómo "desescalar". Pero todavía hay demasiados contagios y muertos y falta información sobre el alcance real de la pandemia: no sabemos cuántos españoles han estado o están contagiados. La OMS insiste que hay que hacer más test, pero faltan. Y hasta hoy no empieza  el estudio de seroprevalencia a 36.000 familias, que debería darnos un primer mapa de contagios, en 2 semanas. Pero esta información necesita tiempo y el Gobierno no lo tiene: el 5 de mayo debe decidir si levanta parcialmente el confinamiento (medio a ciegas) o lo mantiene hasta el 23 de mayo, presionado por una familias hartas y una recesión que se agrava cada semana. Y con una oposición muy radicalizada y unas autonomías que actúan a su aire. O pacta una lucha unida contra el coronavirus o tardaremos más en vencerle. La prioridad es la vida, no la bolsa. Sigamos en casa. No lo estropeemos ahora.

A partir de un fragmento de La gallina ciega de Goya enrique ortega

Se cumplen hoy 117 días de la detección del coronavirus, una pandemia que ha contagiado ya a 2.971.831 personas en 185 paises, causando 206.553 muertos, según la Universidad Jhons Hopkins. El epicentro de la pandemia sigue siendo Europa, con la mitad de los contagiados mundiales, aunque el país líder en coronavirus es Estados Unidos, con 965.910 contagiados, seguido de lejos por España (226.629 contagiados), Italia (197.625), Francia (162.220), Alemania (157.770), Reino Unido (154.037), Irán (90.481), China (83.909), Brasil (59.479), Bélgica (46.134) y Canadá (45.606). En muertos, el país líder es también EEUU (55.417), seguido de Italia (26.384), España (23.190), Francia (22.614) y Reino Unido (20319), seguidos muy de lejos por Bélgica (6.917 muertos) o Alemania (5.500 muertos). España es el 2º país con más muertos por millón de habitantes (493), tras Bélgica (604), pero el índice de letalidad (muertos/contagiados) es 11,2, menor que el de Francia (18,2), Bélgica (15,3), Reino Unido (13,7), Italia (13,5), Suecia (12,1) y Holanda (11,9), según los datos de Sanidad.


Tras 6 semanas de confinamiento, la curva de contagios crece a un ritmo bajo, en torno al +2% diario (+0,8% ayer), muy inferior al de las semanas anteriores (del +3% la anterior al +7% hace dos semanas, +15% hace tres y el +22% que crecían los contagios al inicio del  estado de alarma), aunque los contagios no terminan de bajar porque ahora se hacen más test y aparecen nuevos contagiados. Y crecen también menos los enfermos hospitalizados, los que ingresan en las UCIs, y los muertos : menos de 400 diarios la última semana y 288 ayer domingo), aunque las estadísticas autonómicas no siempre son homogéneas. Además, este viernes, Sanidad cambió las estadísticas y ahora sólo cuenta como contagiados a los que se ha hecho el test PCR, no los test rápidos de anticuerpos, con lo que la cifra oficial bajó ayer a 207.634 (aunque la Universidad Jhons Hopkins estima 226.629 contagiados en España). 


El alcance de la pandemia sigue muy desigual por autonomías. Se mantienen 6 regiones con un nivel de contagios superior a la media española (88,5 contagios por 100.000 habitantes en las últimas 2 semanas): Madrid (188,18), la Rioja (183,71), Castilla y León (171,03, aunque Soria sube a 1.786 contagios por 100.000 habitantes y Segovia a 1.777), Cataluña (166,56), Navarra (113,57) y Castilla la Mancha (94,01). Y siguen en  mínimos de contagios Murcia (1,67 por 100.000 habitantes), Ceuta (8,26), Canarias (11,56) , Melilla (13,87), Extremadura (14,61), Andalucía (21,01), Comunidad Valenciana (23,36) y Baleares (27,84). Los hospitalizados por COVID 19 suben en toda España, especialmente en Cataluña (de 22.235 a 25.665), pero bajan en Madrid (de 8.291 a 5.892). Y también suben los ingresos en UCIs, sobre todo en Cataluña (de 2.395 a 2.583), bajando en Madrid (de 1.123 a 873). Las autonomías con más letalidad (muertos/contagiados) que la media (11,2) son Extremadura (15,42), Castilla la Mancha (14,92), Aragón (14,36), Madrid (13,39) y Comunidad Valenciana (11,67), siendo muy baja en Melilla (1,81), Ceuta (4), Galicia (4,29), Canarias (6), Murcia (8,61) o Cantabria (8,78), según Sanidad.


Un dato que sigue preocupando son los muertos en las residencias de ancianos, un drama europeo: de los 110.000 muertos por coronavirus en Europa, más de la mitad se han producido en residencias de ancianos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España, el porcentaje sube al 69%, porque se estima que 15.323 ancianos que vivían en residencias han muerto por coronavirus o síntomas compatibles con el COVID-19, la mayoría en Madrid, Cataluña, Castilla y León y Castilla la Mancha. Y aunque las 5.457 residencias existentes están ahora más controladas, sigue faltando un Plan de choque sanitario, para detectar exactamente los contagiados y rastrear sus contactos, así como para que tengan una atención sanitaria más eficiente y profesional (las residencias no tienen medios ni personal). Pero las autonomías eluden el problema y Sanidad no acaba de imponer soluciones.


Podríamos decir que hemos pasado la batalla más dura en el combate contra el coronavirus, pero la guerra sigue y va a ser larga, hasta que haya una vacuna, no antes de 1 año. Ahora, la prioridad la ha marcado la OMS: “test, test y más test. Urge conocer el alcance real de la enfermedad, porque los 226.000 contagios detectados son sólo la punta del iceberg. Y para conocer “lo que hay debajo” hay que hacer test masivos. Existen 3 tipos de test (verlos aquí en detalle): dos tipos de test buscan detectar el virus (los test rápidos de antígenos y los PCR) y los test rápidos serológicos detectan anticuerpos, es decir que la persona ha pasado la enfermedad (aunque no lo haya sabido o no la tenga ahora). En un principio, Sanidad compró 640.000 test rápidos de antígenos a China, a través de un intermediario catalán (Interpharma), pero sufrió dos “engaños: a finales de marzo devolvió los primeros 58.000, porque sólo detectaban un 30% de contagios. La empresa prometió cambiarlos por otros, que necesitaban unas máquinas para testar los resultados (que ahora regalaban). Pero se comprobó que tampoco funcionaban bien, rechazándose el pedido y exigiendo la devolución del dinero.


Tras el doble fiasco, Sanidad  ha decidido abandonar los test rápidos de antígenos y centrarse sólo en los test PCR (detectan virus activo) y los test serológicos (detectan anticuerpos), de los que ha comprado 5.030.000 test, a un precio de 7,7 euros cada uno, según la referencia del Consejo de Ministros del martes. A primeros de abril ya repartió el primer millón, el 11 de abril otro millón (195.000 a Madrid y 171.400 a Cataluña, lo que fue interpretado por los independentistas como un recuerdo de la “victoria española de 1.714…) y en los próximos días se repartirán los 3 millones restantes, a hospitales, residencias de ancianos y autonomías. Estos test son sencillos (una gota de sangre y la respuesta en 10 minutos, como en una especie de test de embarazo), pero sólo informan de que el analizado tiene anticuerpos de coronavirus: los primeros, la inmoglobulina M (IgM), aparecen a partir del 7º día de contagio y durante 3 o 4 semanas, y la inmoglobulina G (IgG) aparecen después y duran toda la vida. Con ello puede saberse la fecha aproximada de contagio. 


Los test PCR  son más precisos, porque indican la existencia del virus en ese momento (los anticuerpos del test serológico sólo se detectan a partir del 7º día), pero son más caros y complejos: exigen un palito para extraer la muestra de la nariz o boca (faltan palitos en el mercado), un test de extracción del ARN del virus (necesita un “reactivo” para leerlo que no se produce en España y que hay que importar ,con dificultad, de EEUU, Alemania o China), un test de identificación (que sí se fabrica aquí) y un laboratorio homologado de un gran hospital o una Universidad (sólo hay 13 de momento certificados), que necesita 4 horas para estudiar la muestra recibida, lo que es un “cuello de botella” (como los kits) para hacer test PCR.


Mientras hospitales y autonomías hacen cada semana más test (una media de 40.000 PCR diarios y cientos de miles de test serológicos), Sanidad inicia hoy lunes un Estudio de seroprevalencia a 36.000 familias, preparado por el Instituto de Salud Carlos III y el INE. Es una muestra por provincias (600 familias en Ceuta y 6.000 en Madrid), que alcanzará a más de 90.000 personas (todos los miembros de las familias seleccionadas), de todas las edades. Se les llamará por teléfono para que vayan a su Centro de salud (o irán a su casa si no pueden desplazarse) para hacerles dos pruebas: un test serológico rápido (para ver si tienen anticuerpos que revelen que han pasado la enfermedad) y un análisis de sangre para cuantificar esos anticuerpos (prueba ELISA). Estas dos pruebas se repetirán 3 veces (a las 3 semanas), con lo que el Estudio durará 8 semanas, aunque los expertos creen que se tendrá un primer mapa provisional de la pandemia a los 10/12 días de iniciado (para el 9 de mayo).


Tan importante como hacer test y este Estudio es hacer un seguimiento y rastreo de los contagios detectados: saber con qué personas ha estado en contacto y hacerles también test y seguimiento. Los expertos reiteran que España necesita miles de “rastreadores” del virus para evitar que resurja. Es una labor “medio policíaca”, de investigación de contactos, que resulta “clave” para poder desescalar el confinamiento, según han reiterado la OMS y el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC). Esta tarea exige mucho personal y tiempo, porque los expertos estiman que cada contagiado precisa una entrevista personal y una investigación de contactos que lleva horas. En Wuhan (China) se destinaron 9.000 sanitarios sólo para "investigar". España necesitaría 14.000 investigadores, según estima el Instituto Johns Hopkins. Y el problema es que las autonomías y los Centros de Salud ya están superados con la pandemia y el estudio serológico. Habría que contratar personal específico de apoyo, quizás estudiantes de medicina o enfermería, “sabuesos” de los contagios. Y en paralelo, ultimar una aplicación para los móviles que detecte y avise de los contactos que han tenido y tienen los contagiados detectados.


Todo esto, test, Estudio de seroprevalencia, la investigación de los contactos de los contagiados y sus movimientos, son medidas claves para conocer el alcance de la pandemia y controlarla. El problema es que el proceso va muy retrasado, por las urgencias de frenar el primer impacto del coronavirus. Y, en consecuencia, los expertos y el Gobierno no saben de verdad el alcance de la pandemia ni su reparto por zonas, familias y edades. Y así, casi a ciegas, es difícil decidir cuándo y cómo levantar el confinamiento, iniciar ladesescalada”.


Los expertos sanitarios señalan que hay 4 criterios que se deberían cuantificar para abrir la mano e iniciar una desescalada, que debería ser gradual y por zonas. Dos criterios son sobre el alcance de la pandemia: que la zona tenga (Ojo: en las últimas dos semanas), un número reproductivo (contagiados por cada contagio) inferior a 1 (ayer había 14 autonomías por debajo de 1) y que los nuevos contagios sean menos de 2 por 100.000 habitantes (ayer, en Cataluña aumentaron 7,27 por 100.000 y en Madrid 4,6, mientras en Murcia subían 0,40 y en Canarias 0,58). Y los otros dos criterios, sobre la situación de la sanidad autonómica: que menos del 30% de todos los hospitalizados lo sean por coronavirus y ocupen menos del 50% de las camas de UCI. Con estos criterios, las autonomías que podrían iniciar la desescalada serían Canarias, Melilla, Murcia, Andalucía, Ceuta y Baleares. Y quedarían para más adelante el resto, sobre todo Madrid, Cataluña y las dos Castillas, las últimas en salir. Pero ojo: Sanidad exige además a las autonomías, para iniciar la desescalada, que hagan test PCR a todos los casos con síntomas.


Aún con estos criterios “objetivados”, hay un alto riesgo en la desescalada, por la falta de datos sobre el alcance real de la pandemia hasta el 9 de mayo. Lo más razonable sería prorrogar el confinamiento 2 semanas más, hasta el 23 de mayo. Pero las presiones sobre el Gobierno para que inicie ya la desescalada van a ser brutales. Por un lado, de las autonomías menos afectadas por la pandemia, donde existe un riesgo de repunte. Por otro, de la oposición del PP (y del PNV y ERC), que podrían oponerse a la próxima prórroga del estado de alarma (que debe solicitarse en el Congreso la próxima semana) si no consiguen a cambio la desescalada en algunas de sus autonomías. Presiones de las familias, que inician hoy la 8ª semana de confinamiento. Y presiones, sobre todo, de muchas empresas y sectores, sobre todo el turismo, la hostelería y los comercios, asfixiados por el confinamiento.


Es un argumento de peso, porque cada semana que se retrase el desconfinamiento supone agravar más la recesión. El propio Banco de España acaba de señalar que si el confinamiento dura 12 semanas en vez de las 8 actuales, la recesión será este año del -13,6% en vez del -8,7%. Y el desempleo crecerá en 1,5 millones este año, pero mucho más si se retrasa la vuelta a la normalidad. Otra vez más, el coronavirus vuelve a plantearnos el viejo dilema: la bolsa o la vida. Es el debate que hay detrás de prorrogar o no el confinamiento. Salvar vidas debe ser lo primero. Y existe el riesgo de que si abren la mano antes de tiempo, acabemos dando marcha atrás y haya más muertos. Sobre todo si no esperamos a tener más datos, hacia el 9 de mayo, para decidirlo.


Con todo, lo más preocupante es la falta de consenso y la desunión en esta batalla contra el coronavirus. Las autonomías siguen yendo a su aire, desde las estadísticas a las medidas, sin colaborar lealmente con el Ministerio de Sanidad. Un ejemplo: Galicia inició el viernes un estudio de seroprevalencia en la región, utilizando los test serológicos que le ha enviado Sanidad para hacer un estudio aparte a 100.000 gallegos. Y hay otras regiones que quieren hacer lo mismo, mientras retrasan el estudio español unificado, que es el que urge. Y siguen sin aportar datos de la pandemia en las residencias de ancianos. Y la oposición, sobre todo el PP, es cada día más agresiva en sus críticas, utilizando claramente la pandemia para una operación de acoso y derribo al Gobierno, tratando de convertir la Comisión parlamentaria para la reconstrucción en una Comisión de investigación de la gestión gubernamental. No hay consenso en la lucha sanitaria contra el coronavirus, así que menos acuerdo habrá para la futura reconstrucción económica y social del país, para la que Europa retrasa otra vez sus ayudas. Y mientras, empresas y sindicatos apenas alzan su voz (salvo para quejarse y pedir ayudas) ni  preparan un pacto social que facilitaría la futura reconstrucción del tejido económico.


Mientras, las familias aguantamos en casa, con bastante paciencia y responsabilidad (ojo a los abusos al sacar a los niños, según revelan estas fotos, que nos pueden costar muy caros...), viendo cómo el Gobierno afronta con improvisación y desorden esta catástrofe, cómo la oposición intenta desgastarle utilizando hasta los muertos, cómo las empresas buscan salvarse a cualquier precio y cómo millones de afectados intentan sobrevivir sin ingresos, triplicando sus peticiones a Cáritas. Por favor, trabajen juntos, avancen con los test y los estudios, pongan todo el dinero y los medios que hagan falta para ayudar a desempleados, empresas y familias. Y, sobre todo, dígannos toda la verdad: aguantaremos mejor. Mientras, sigamos en casa. No perdamos lo ganado.