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domingo, 10 de julio de 2011

El ahorro se refugia en los depósitos

La gran mayoría de los españoles invierte en comprar su casa y el resto del ahorro se reparte entre la Bolsa, Fondos y Planes, seguros y, sobre todo, depósitos bancarios, donde está ya casi la mitad de nuestra hucha. El Gobierno acaba de poner trabas a la “guerra del pasivo”, penalizando a los bancos y Cajas que paguen altos tipos por depósitos y cuentas, para intentar abaratar el crédito. Pero mientras las entidades necesiten financiación, harán buenas ofertas a los ahorradores, a los que también tientan los Fondos y la Bolsa, con dividendos cada vez más elevados. Pero hay que pensar en el futuro e invertir más en Planes de pensiones y menos en depósitos, como hacen los demás europeos.
La principal inversión de las familias españolas es el ladrillo, su casa, que supone el 76% del patrimonio: con 27 millones de viviendas, somos el país de Europa con más propietarios. Del 24% restante, 1,77 billones de euros en activos financiaros, casi la mitad de la inversión está en depósitos bancarios (48,5%) y el resto se reparte entre inversión directa en empresas (25,4%, del que un 18,8% son acciones en Bolsa), Fondos de inversión (7,1%), Planes de pensiones (5,3%) y créditos y otras inversiones (3,8%).
Los depósitos bancarios son, después de la vivienda, la principal inversión de los españoles y el destino de la mitad de sus ahorros: 859.913 millones de euros en 2010, un récord histórico. Y eso porque es un producto sencillo, seguro y rentable: un depósito de 25.000 euros a un año, al 3,25% renta 1.004,79 euros brutos, pase lo que pase (y los depósitos están garantizados hasta 100.000 euros). Con la “guerra del pasivo”, bancos y Cajas han competido subiendo tipos, por encima del 4%, y eso ha atraído al ahorro a depósitos a plazo, aunque todavía hay mucho dinero a la vista: choca que los españoles tengan en cuenta corriente, al cero patatero, 93.000 millones de euros, casi tanto como el dinero invertido en Bolsa (105.000 millones), donde están 5 millones de españoles.
El Gobierno acaba de aprobar un Decreto para limitar la “guerra del pasivo”, al penalizar a bancos y Cajas que paguen más del 3,14 % en los depósitos a plazo y el 2,22% en cuentas de alta remuneración, desde el 4 de julio. Pueden dar más interés, pero entonces tienen que pagar cinco veces más al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD): si ahora un gran banco podía pagar 60 millones por una campaña de superdepósitos, ahora pagará 300 millones. El objetivo es abaratar el crédito, ya que si bancos y Cajas se enzarzan en una guerra por el ahorro, lo que pagan de más al ahorrador lo compensan cobrando más los créditos (hasta un 6% una hipoteca y un 10% un crédito personal, contando todos los gastos) y subiendo las comisiones. Además de recortar márgenes, un problema para muchas Cajas en apuros.
La medida es mala para los ahorradores y no gusta a las entidades, que tienen problemas para financiarse en el mercado, donde hay poco dinero y caro. Muchos bancos y sobre todo Cajas tendrán que seguir con superdepósitos, para financiarse, aunque seleccionarán a los clientes (pidiéndoles que contraten además otros productos) y buscarán otras vías, como los depósitos estructurados o combinados: una parte es un depósito y otra uno o varios Fondos o valores, con lo que resulta más fácil enmascarar la rentabilidad (TAE). Otras entidades ya han empezado a ofrecer a sus clientes, como alternativa a los superdepósitos, Fondos garantizados: es una inversión a tres o cuatro años, que garantiza al final lo que se ha puesto y algo más (sobre un 3%). Pero si se vende antes, se puede perder.
En los próximos meses, bancos y Cajas se van a volcar en las salidas a Bolsa, más de una docena, desde Bankia a Loterías del Estado (la más interesante). Hay que ser precavido, a pesar de que nos van a marear con publicidad, porque suele haber un exceso de demanda y luego una caída tras empezar a cotizar. Mejor es invertir en Bolsa mirando el valor y buscando el dividendo, lo que pagan las empresas al año, pase lo que pase: por ejemplo Telefónica pagará 1,75 euros por acción en 2012 (1.750 euros por 1.000 acciones, que son 16.500 euros, un 9,66% de rentabilidad). Y hay 11 de los 35 valores del IBEX que dan una rentabilidad por dividendo superior al 5,4%. Algo que no da ningún depósito, aunque existe el riesgo de que las acciones bajen. Pero a 10 o 20 años vista, la Bolsa resulta casi siempre rentable, por lo que las familias han vuelto a la Bolsa. Y más con los bajos precios actuales, aunque hay que esperar que se calmen los mercados.
Por encima de los depósitos, Fondos o acciones, no tenemos que olvidar los Planes de pensiones, una necesidad para todos a la vista de los recortes aprobados con la reforma. Hay ya más de 10 millones de españoles con Planes, pero invirtiendo una cantidad ridícula: 7.900 euros por cabeza, lo que nos daría 20 euros de pensión al mes…De hecho, hay que cambiar el chip, ya que sólo un 14% de la inversión de los españoles va a Planes y seguros (y un 49% a depósitos) cuando en Europa es un 34% (lo mismo que en depósitos).
Al final, lo importante es poder ahorrar para invertir, ya que la mayoría de los españoles no ahorran (sigue cayendo la renta disponible) o tiran de la hucha para llegar a fin de mes. Y los que ahorran ven que la inflación (3,2% en junio) se come la rentabilidad de sus inversiones, tanto de los depósitos (2,67% interés medio) como de los Fondos y Planes (la mayoría por debajo del 3%) y la Bolsa (gana un 0,8 % este año). Peor sería guardarlo en el colchón. Pero hay que incentivar el ahorro para financiar la salida de la crisis.

miércoles, 8 de junio de 2011

Multinacionales españolas: el modelo Telefónica

Es una de esas noticias que provocan al personal: Telefónica, la empresa con más beneficios del país occidental  con más paro, despide a una quinta parte de su plantilla. Y mientras, sus directivos se reparten millones en bonus, su presidente es el tercer ejecutivo mejor pagado de España y sus accionistas cobran uno de los dividendos más altos del mundo. Pero lo peor no es eso. El problema es que el modelo Telefónica es el más puro ejemplo de la gestión de las multinacionales españolas, empresas que invierten y crean empleo fuera, que viven pensando en las Bolsas y el dividendo, cuyos directivos tienen sueldos y bonus millonarios y que no crean empleo en España sino que a la menor oportunidad lo destruyen y lo externalizan.
www.enriqueortega.net
La noticia no es que Telefónica reduzca plantilla, ya que ha hecho dos grandes ajustes (17.335 empleos en 1.999-2000 y 13.780 en 2003-2007), que han reducido a la mitad su personal en España (de 67.217 a 35.379). Lo provocativo es que lo haga tras ser la primera empresa española que supera los 10.000 millones de beneficios y la empresa con mayor rentabilidad por dividendo de las 50 mayores compañías del mundo, lo que significa que sus accionistas se han embolsado 6.755 millones en 2010 y esperan llevarse el 91 % de los beneficios en 2011. Para redondear el reparto, Telefónica ha aprobado unos bonus de 450 millones de incentivos para 1.900 altos directivos (que tuvieron otro bonus en 2006). Y su presidente, César Alierta es el tercer ejecutivo mejor pagado de España: cobró 8,6 millones de euros en 2010.
Con todo esto, argumentar que han caído las ventas de Telefónica en España y que hay que despedir a 6.500 empleados en tres años, para ahorrar 450 millones al año en gastos de personal, suena poco convincente. Está claro que el fin del monopolio y la dura competencia en el sector afectan a Telefónica, pero el problema clave es su estrategia multinacional, que le lleva a tratar de ajustar sus cuentas en España (reduciendo el 20 % de su plantilla  y vendiendo Atento) para invertir y crear empleo en el extranjero. Y eso que, en 2011, los beneficios sobre  ingresos en España han sido del 44%, un porcentaje superior al conseguido en el resto del mundo y por su competencia. O sea, que los clientes españoles y la plantilla sostienen su internacionalización.
Para poner la guinda, han sido los sindicatos los que han pedido que los despidos suban de 6.500 a 8.500 (aunque finalmente serán 6.500), a cambio de que en 5 años no se tocara la plantilla. Y también, porque hay muchos empleados que quieren convertirse en prejubilados de oro: dejan de trabajar a los 53, tienen dos años de paro y luego cobran un 66% del sueldo bruto (unos 3.000 euros mes) hasta los 61 años y después, el 34% hasta la jubilación (unos 1.500 euros al mes), más las cotizaciones a la SS a cargo de la empresa. Un regalo envenenado, que supone una pérdida de recursos para el país (y eso que no nos toca pagarles dos años de paro, como a otras empresas y a las Cajas) y para Telefónica (que los cambia por becarios y empresas externas). Y una afrenta a los 5 millones de parados.
El problema de fondo es que Telefónica no es un caso aislado, sino el ejemplo más duro de un modelo de gestión, el de las nuevas multinacionales españolas, bancos y empresas, no más de 50, que facturan más fuera de España que dentro. Unas empresas que gestionan su día a día pensando en su valor en Bolsa y en los analistas (los “mercados”), en los Fondos de inversión que tienen de accionistas y que sólo valoran el beneficio y el dividendo, no que creen empleo. Y cuyos directivos gestionan para defender sueldos y bonus multimillonarios, ligados a beneficios y cotización.
Las 35 empresas del IBEX ganaron 51.613 millones de euros en 2010 (+ 24,7%). Además,  su dividendo se ha multiplicado por cinco en los últimos 10 años (repartieron 25.000 millones en 2010), en beneficio de sus accionistas. Los sueldos de sus Consejos de Administración han crecido un 40% en los últimos cinco años, con una subida del 20% sólo en 2010. Y hay 8 altos ejecutivos que ganan más de 4 millones de euros al año, mientras son frecuentes los ejemplos de bancos y empresas que reparten jugosos bonus a sus directivos, bonus que la Unión Europea quiere controlar con una Directiva que el Gobierno español aprobó finalmente el  pasado viernes 3 de junio, sobre todo para bancos y Cajas que reciban ayudas públicas. 
Entre tanto, las multinacionales españolas destruyeron empleo, tanto en 2009 (18 empresas de las 35) como en 2010 (11 empresas). Entre las 35 del IBEX emplean 2.670.774 personas en el mundo (2009), de las que sólo una cuarta parte (559.869) están en España, según UGT. Y la sensación es que si no reducen más plantilla en España, como Telefónica, es por imagen, ya que tienen claro que España es un mercado maduro, donde les sobra plantilla (de un 10 a un 20%), que desearían recortar para crecer más fuera. De momento, abren las puertas a que se vaya (discretamente) el que quiera, fuerzan a empleados a trabajar en otros países y externalizan todo el trabajo que pueden. Además, presionan al Gobierno para que les facilite el ajuste. Así, tras la reunión de 30 grandes empresarios con Zapatero en Moncloa, en noviembre, el Gobierno aprobó en diciembre un Decreto que eliminaba el requisito del mantenimiento del empleo en la libre amortización del impuesto de sociedades. Resultado: los despidos colectivos de grandes empresas han crecido un 210% este año.
Al final, nuestras multinacionales destruyen más empleo del que crean, encabezadas por César Alierta, presidente del Consejo para la Competitividad, un lobby de grandes empresas creado por Zapatero, que se van a repartir 30.000 becarios (que cobrarán 400 euros) de un programa para jóvenes desempleados, impulsado por Economía, que también coordina Alierta. Para nuestra desgracia, estas multinacionales españolas (muchas antiguas empresas públicas) no son la solución contra el desempleo, que tendrá que venir de pymes y autónomos. Pero ellos no tienen su poder ni sus ayudas. Así nos va.