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jueves, 30 de noviembre de 2023

La pandemia de la obesidad

Más de la mitad de los adultos españoles y un tercio de los niños tienen exceso de peso, según un reciente estudio. Tremendo. Pero lo más grave es que un tercio de ellos tienen obesidad: 7 millones de adultos y 753.171 niños sufren un trastorno grave que provoca múltiples enfermedades (cardiovasculares, hipertensión, 13 tipos de cáncer y diabetes) y un 15% de todas las muertes. El sobrepeso y la obesidad son un problema muy serio, que se ha triplicado en el mundo desde 1975 y que volverá a duplicarse para 2035, según la OMS. Y España está a la cabeza en Europa: somos el 10ª país en sobrepeso de adultos y el 5º país en sobrepeso y obesidad infantil. Pero hemos avanzado poco en la limitación de la comida basura y las bebidas azucaradas, en educar en dietas saludables. Los médicos piden considerar la obesidad como una enfermedad y se potencien tratamientos y fármacos en la sanidad pública. Pero también tenemos que cambiar todos, en nuestras dietas y hábitos.

                 Enrique Ortega

El exceso de peso (sobrepeso y obesidad) es una epidemia mundial imparable. Desde 1975, el exceso de peso  se ha triplicado en el mundo, alcanzando en 2016 a 1.900 millones de adultos (640 millones de ellos eran obesos) y a 340 millones de niños y adolescentes (124 millones eran obesos), según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El problema es que esta “pandemia silenciosa” irá a más, según predice el reciente Atlas Mundial de Obesidad (marzo 2023): si en 2020 había 2.603 millones de personas (con más de 5 años) con exceso de peso (sobrepeso y obesidad), un 38% de la población mundial, para 2035 habrá 4.005 millones de personas, el 51% de la población mundial. Y lo más grave, las personas obesas, que eran 988 millones en 2020 (el 14% de la población) se duplicarán con creces, pasando a ser 1.914 millones en 2035 (el 24% de la población mundial).  Y de ellos, 383 millones de niños y adolescentes (5-19 años) serán obesos en 2035 (el 19% del total).

Empecemos por saber que es sobrepeso y obesidad (la suma de ambos conceptos da las personas con exceso de peso, esos 2.603 millones de personas en 2020). Hay una sencilla fórmula para saber si tenemos sobrepeso u obesidad, el índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo nuestro peso (en kilos) por el cuadrado de la altura (en metros). Por ejemplo, una persona que pesa 85 kilos y mide 1,72 metros tiene un IMC de 28,73 (introduzca sus datos en esta calculadora y se lo dirá). Si este índice de masa corporal está por encima de 25 tenemos sobrepeso. Y si supera los 30, somos obesos. Y las estadísticas suman los que tienen sobrepeso y los obesos como personas “con exceso de peso”.

Volviendo a los datos del Atlas Mundial de Obesidad (2023), el mayor problema de obesidad se da en América (246 millones con sobrepeso y 42 millones de obesos en 2020) y Europa (192 millones y 18), seguidos de lejos por la zona del Pacífico (120 millones y 52), norte de África y Oriente Medio (106 millones y 27), sudeste de Asia (79 millones y 22) y África (68 millones con sobrepeso y 16 millones de obesos en 2020). Pero el panorama cambiará para 2035 y el Atlas prevé que el sobrepeso y la obesidad aumentarán más en los paises en desarrollo y pobres, sobre todo en la zona del Pacífico, Asia, África y Oriente Medio (que duplicarán con creces su población obesa, que crecerá menos en América y Europa).

El problema del exceso de peso (sobrepeso y obesidad)  es que resulta uno de los principales factores de riesgo de numerosas enfermedades no transmisibles, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, los ictus y hasta 13 tipos de cáncer, según la OMS. Y en el caso de los niños, un sobrepeso en la infancia aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas que eran casi exclusivas de los adultos, como diabetes tipo 2 temprana, hipertensión y trastornos hormonales y psicosociales, además de ser una causa habitual del acoso escolar. Y estos niños tienen más riesgos de arrastrar ese sobrepeso en la edad adulta. Por otro lado, el sobrepeso y la obesidad, por las enfermedades que provocan y su impacto en el absentismo laboral, tienen un alto coste económico: su factura era de 1,96 billones de dólares en 2020 y alcanzará los 4,32 billones en 2035, casi el 3% del PIB mundial, un impacto comparable al que tuvo la pandemia del COVID…

España y el sur de Europa están en cabeza de esta “pandemia silenciosa” del exceso de peso (sobrepeso y obesidad). En el Informe regional sobre Obesidad 2022, elaborado por la OMS en 53 paises europeos (con datos de 2016), se reflejaba que más de la mitad de los europeos adultos tienen sobrepeso (58,7%), casi 1 de cada 3 niños (29,5% entre 5 y 9 años) y 1 de cada 4 adolescentes (el 24,9% entre 10 y 19 años). Y tienen obesidad, el 23,3% de los adultos, el 11,6% de los niños y el 7,1% de los adolescentes. En este informe, España es el 9º país con más sobrepeso de adultos (61,6%) y el 10º con más obesidad (23,8%), sólo por detrás de Turquía, Malta, Israel, Hungría, Grecia, Andorra, Chequia, Bulgaria e Irlanda. Y en sobrepeso (37,9%) y obesidad infantil (14,9%). somos el 5º país europeo con peores datos, sólo mejor que Italia, Grecia, Malta y Andorra. Y lo mismo entre adolescentes, con el 6º puesto en sobrepeso (31,9%) y el 5º en obesidad (8,5%), donde sólo están peor los mismos  paises mediterráneos de la Europa del sur.

El Atlas Mundial apuesta porque, en 2035, España será el sexto país europeo con más obesidad en adultos (37%), sólo algo mejor que Reino Unido (46% adultos obesos), Malta (40%), Portugal, Chipre y Finlandia (39%), peor que Alemania (36% obesos), Francia (34%) e Italia (31%). Claro que aún estaremos lejos de las tasas de obesidad que auguran para 2035 en EEUU (58% población obesa), Canadá (49%), México (47%) y Brasil (41%).

En España, la semana pasada se publicó la más completa radiografía sobre el sobrepeso y la obesidad, con datos de 2023 elaborados por el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN). Y el resultado es impactante: más de la mitad de los adultos españoles (55,8%) y un tercio de los niños y adolescentes (30%) tienen exceso de peso (sobrepeso u obesidad). Estamos hablando de 21,15 millones de adultos y 2,10 millones de niños y jóvenes, 23,25 millones de españoles que pesan más de lo que deberían. Y lo más preocupante: un tercio de ellos tiene obesidad: 7 millones de adultos y 753.171 niños y adolescentes (de 2 a 17 años). Veámoslo con más detalle.

El estudio en adultos (mayores 18 años) revela que un 37,1% tienen sobrepeso (14,06 millones de personas) y otro 18,7% tienen obesidad (7,09 millones). Por sexo, los hombres tienen más sobrepeso (44,3%) que las mujeres (30,4%) y también más obesidad (19,3% frente al 18%), y ambos problemas se dan más a partir de los 50 años, concentrándose la alta obesidad (más del 25%) entre los 65 y los 85 años. Y el estudio destaca que el sobrepeso y la obesidad se dan más entre los que tienen pocos estudios y rentas bajas, medias y medias altas. El sobrepeso se da más entre extranjeros que entre españoles y en los que viven en ciudades pequeñas, pero la obesidad es más alta entre extranjeros y entre los que viven en grandes ciudades. Y las tasas más altas de obesidad en adultos se dan en Lugo, Badajoz, Cuenca, Tenerife, Sevilla, Córdoba y Albacete, siendo bajas en Guipúzcoa, Navarra, Huesca, Girona y parte de Castilla y León.

El estudio en niños y adolescentes (2-17 años) revela que un 19,2% tienen sobrepeso (1.351.484) y otro 10,7% tienen obesidad (753.171 niños y adolescentes). Los niños tienen más sobrepeso que las niñas (20,3% frente al 18,1%), pero sobre todo casi el doble de obesidad (13,4% frente al 7,9%). Y tanto el sobrepeso como la obesidad se concentran más entre los 6 y 9 años (20,4% de sobrepeso y 17% de obesidad)  y entre los 10 y 13 años (24,7% de sobrepeso y 10,7% de obesidad), siendo mayor el sobrepeso y la obesidad entre los niños extranjeros, con bajos niveles educativos y que viven en familias con bajo nivel de renta y donde ya hay adultos obesos. Y hay más niños y adolescentes con sobrepeso en las ciudades  de 5.000 a 100.000 habitantes, pero más obesos en los pueblos pequeños. Y destacan por sobrepeso y obesidad infantil provincias del sur más Pontevedra y Asturias.

Todavía hay un grupo más preocupante en este estudio, los adultos y niños con obesidad severa (cuando el índice de masa corporal, IMC, supera los 40). El estudio refleja que hay un 4,9% de adultos con obesidad severa (1.858.014 personas) y un 2,1% de niños y adolescentes (122.248 jóvenes), en total casi 2 millones de españoles que tienen un serio problema de obesidad y un enorme riesgo de enfermar y morir. Porque en España, el sobrepeso y la obesidad causan cada año 25.000 muertes, el 15% del total, según un estudio realizado por la Real Academia de Farmacia.

Además de provocar enfermedades (diabetes, cardiovasculares, ictus, hipertensión y hasta 13 tipos de cáncer), el sobrepeso y la obesidad suponen un alto coste para la sanidad pública. Ya en 2019, la OCDE estimó que el exceso de peso representaba para España una factura del 9,7% del gasto sanitario total (lo que supondría un gasto de 9.400 millones de euros en 2022), además de reducir la producción del país (PIB) en una cuantía equivalente al trabajo de 479.000 trabajadores a tiempo completo (por el absentismo y la pérdida de productividad que provoca). Eso nos coloca, según la OCDE, como uno de los paises con mayor factura del sobrepeso sobre la sanidad, por delante de la media OCDE (8,5%), del coste en la UE-27( 8%), sólo por detrás de Alemania (11%) y EEUU (14% de su gasto sanitario lo provoca el exceso de peso). Y según la OCDE, cada ciudadano español pagamos 265 euros más de impuestos al año para financiar los costes del sobrepeso.

Enfermedades, muertes y un alto coste económico, motivos suficientes para atajar esta pandemia mundial del exceso de peso. La OMS lleva décadas dando “la receta: mejorar la dieta alimenticia (limitar el consumo de grasas, azúcares y sal, la “comida basura” y las bebidas azucaradas, aumentando la ingesta de frutas, verduras, legumbres, cereales y frutos secos), realizar ejercicio físico y mejorar la prevención y la atención al sobrepeso en la atención primaria y la sanidad de los paises. Por su parte, la OCDE ha propuesto a España mejorar el etiquetado de alimentos y menús, promover la actividad física y programas de bienestar en los centros de trabajo, para conseguir reducir un 20% las calorías de los alimentos, lo que nos permitiría prevenir 472.000 enfermedades de aquí a 2050 y ahorrar 169 millones al año en gastos sanitarios, aumentando la productividad.

En España se ha avanzado en algunas medidas, como una mayor información en el  etiquetado de alimentos, la aprobación de un impuesto a las bebidas azucaradas (en enero de 2021 subió su IVA del 10 al 21%, medida que ha reducido el consumo) y la aprobación (en junio de 2022) de un Plan 2022-2030 para la reducción de la Obesidad Infantil, con 200 medidas. Pero queda mucho por hacer. El sistema de etiquetado frontal Nutriscore, con letras por colores, se implantó en 2021 pero sigue siendo “voluntario”, por lo que lo utilizan sólo las empresas alimentarias que tienen productos con buena puntuación. Y sigue disparada la publicidad de alimentos y bebidas no saludables, nefastas para niños y jóvenes: un informe de la Gasol Foundation constata que el 80% de los niños y adolescentes españoles reciben publicidad de alimentos y bebidas no saludables. Y piden regularlo con urgencia.

La Federación Mundial de la Obesidad propuso, en marzo de 2023, 7 medidas a los paises para frenar el sobrepeso: un compromiso político de alto nivel e inversiones suficientes, no dejar a nadie atrás en el tratamiento, formar mejor a los profesionales sanitarios, abordar la prevención y los tratamientos sin estigmas y prejuicios, mejorar la vigilancia de datos con Encuestas y estudios periódicos, financiar los tratamientos  (con ingresos derivados de impuestos a las bebidas azucaradas) y tener objetivos de mejora auditables.

Los médicos españoles reivindican una primera medida: reconocer el sobrepeso y la obesidad como una enfermedad, lo que es. Y creen que así sería posible disponer de más herramientas terapéuticas y más medios para combatirla, desde mejoras en la atención primaria y la formación de los médicos a unidades especializadas en los hospitales y un mejor tratamiento, farmacológico y terapéutico. Los nutricionistas se quejan de que, con el alto coste sanitario que acarrea el exceso de peso, sólo haya 3 medicamentos contra la obesidad financiados por la sanidad pública (Ozempic, Victoza y Rybelsus) pero exclusivamente para los pacientes con diabetes tipo 2 (el resto tienen que pagarlos íntegramente, con un coste de 114,72 a 132,77 euros). Y lo mismo pasa con las operaciones a los grandes obesos: la cirugía bariátrica es muy efectiva y su coste se recupera en 2,5 años, pero se aplica muy poco en España (se hacen unas 5.000 operaciones al año, la cuarta parte que en Europa).  Y además, los médicos piden campañas de concienciación y educar a los niños desde la infancia en hábitos saludables, centrándose en las familias más desfavorecidas.

Al final, urge tomar medidas políticas, sanitarias, sobre la publicidad y el etiquetado de los alimentos, con campañas para fomentar una dieta más equilibrada, con menos carne, grasas  y azúcares y el doble de pescado, verduras, hortalizas y frutas. Y fomentar el ejercicio y la prevención. Pero la clave está en nosotros, en cada familia y cada persona: tenemos que cambiar nuestra alimentación y nuestros hábitos de vida sedentarios. Tenemos que darnos cuenta que el sobrepeso “no es un problema estético” sino  una “bomba de relojería” que acaba explotando en enfermedades y muertes. Hay que “declarar la guerra a la obesidad”, porque mata más que el tráfico, el alcohol o las drogas. Cuidemos el peso. 

jueves, 14 de febrero de 2019

El alto coste de la obesidad


Más de la mitad de españoles tienen sobrepeso y 1 de cada 6 son obesos. En el mundo, la obesidad se ha triplicado desde 1975 y hay casi tantas personas obesas (650 millones) como hambrientas (821 millones). La OMS considera la obesidad como “la gran epidemia global del siglo XXI” y pide a Gobiernos, empresas alimentarias y familias que tomen medidas, porque provoca más enfermedades y muertes que el alcohol, el tabaco, la droga y el sexo inseguro juntos. En España, lo más preocupante es el sobrepeso infantil, que sufren el 40% de niños. Y para 2030, habrá más de 27 millones de españoles con sobrepeso, lo que agravará las enfermedades y el gasto sanitario (un 7% es por la obesidad). Sanidad y las empresas alimenticias han pactado recortar el azúcar, las grasas y la sal de muchos alimentos. Pero hay que hacer más: otra dieta, más ejercicio, una política sanitaria más agresiva y campañas públicas contra el sobrepeso, un grave problema sanitario, económico  y social.

enrique ortega

La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de señalar la obesidad como “uno de los grandes retos de este siglo XXI”, junto a la diabetes, el cáncer y las dolencias cardiacas. Y es que el sobrepeso y la obesidad se han triplicado en el mundo desde 1975 y se han convertido en “una epidemia global”, que causa tantas enfermedades y muertes como el tabaco, el alcohol, las drogas y el sexo inseguro juntos. Y todo apunta, según la OMS,  a que la obesidad seguirá aumentando este siglo si los paises no toman medidas drásticas.

Empecemos por saber qué es sobrepeso y obesidad. Hay una sencilla fórmula para saberlo (pinche en esta calculadora): dividir el peso (en kilos) por el cuadrado de la altura (en metros) y nos da el índice de masa corporal (IMC). Por ejemplo, una persona que pesa 85 kilos y mide 1,72 metros tiene un IMC de 28,73. Si este índice está por encima de 25 tenemos sobrepeso y si supera los 30 somos obesos.

Las cifras son espeluznantes: en el mundo hay 1.900 millones de adultos con sobrepeso, el 39% de la población mayor de 18 años, según la OMS (con datos de 2016). Y hay más de 650 millones de adultos obesos, el 13% de la población mundial (11% de los hombres y 15% de las mujeres), casi tantas personas obesas como hambrientas (821 millones de personas pasan hambre, según la FAO). Y este es otro grave problema del sobrepeso y la obesidad: no sólo se han triplicado en los últimos 40 años sino que se han extendido de los paises ricos a los medianos y pobres, sobre todo en las ciudades. Así, en muchos paises en desarrollo, coexiste el hambre de unos con el sobrepeso y la obesidad de otros, que comen alimentos y bebidas con demasiadas calorías. Un ejemplo es Latinoamérica: 3 de cada 5 latinoamericanos (360 millones) tienen sobrepeso, según un informe de la FAO. Y hay paises, como Haití, donde una parte de la población pasa hambre y otra tiene sobrepeso, porque compran alimentos ultra procesados, con muchas grasas y calorías.

El mapa del sobrepeso lo encabeza México (70,4% de la población 15-74 años), seguido de Estados Unidos (67,4% de la población), Hungría y Reino Unido (58,7%I), según el informe “Obesity Update 2017” de la OCDE. España, con un 46,7% de adultos con sobrepeso (los datos se refieren a 2015) es el 2º país europeo en exceso de peso, tras Reino Unido, por delante de Francia (40,8%) e Italia (40,7%). En obesidad, el ranking mundial lo encabeza EEUU, con un 38,2% de adultos obesos, seguido de México (32,4%), Reino Unido (26,9%), Canadá (25,8%) y Alemania (23,6%), según la OCDE. España ocupa el lugar 22 en este ranking mundial de obesidad, con un 16,7% de adultos obesos (2015), por debajo de la media OCDE (19,5% de obesos) pero por delante de Francia (15,3%), Portugal (16,6%) y sobre todo de Italia (9,8% de obesos), paises nórdicos (del 12 al 14,9% de obesos) y Japón (el país con menos obesos del mundo: sólo el 3,7% de los adultos).

A la OMS, lo que más le preocupa ahora es la obesidad infantil, que se ha multiplicado por 10 en los últimos 40 años, según un estudio del Imperial College de Londres y la OMS: ha pasado de 11 millones de niños y adolescentes (5 a 19 años) obesos en 1975  a 124 millones en 2016. Y en conjunto, 41 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso o eran obesos en 2016 y lo mismo 340 millones de niños y adolescentes de 5 a 19 años (124 millones, el 7% eran obesos, frente al 1% en 1975). Y esta obesidad en niños y adolescentes ha crecido sobre todo en los paises pobres: en África, los menores de 5 años con sobrepeso han crecido un 50% desde el año 2000, según la OMS. Y en 2016, casi la mitad de los niños con sobrepeso u obesidad vivían en Asia. Ello se debe a una mala alimentación de las madres gestantes y en la lactancia, así como en los primeros años de vida, con una dieta supercalórica. De seguir esta tendencia, según la OMS, en 2022 habrá en el mundo más niños y adolescentes obesos que desnutridos (estos son hoy 191 millones). Y esto es doblemente grave, porque la obesidad infantil provoca graves enfermedades y hace que los futuros adultos tengan muchas posibilidades de ser también obesos.

Las mayores tasas de obesidad infantil se dan en Polinesia y Micronesia, seguidos de los paises anglófonos de ingresos altos: EEUU (31% obesidad infantil), Canadá (24,5%), Australia, Nueva Zelanda, Irlanda y Reino Unido (20%), según la OCDE. España tiene un 40% de los niños con sobrepeso (datos 2015), lo que nos sitúa como el 2º país de Europa con más sobrepeso infantil, tras Chipre. De ellos, un 18% son niños obesos (18% niños y 19% niñas), lo que nos coloca entre los paises del sur de Europa (Italia, Chipre, España, Grecia y Malta son los paises con más obesidad infantil, entre el 18 y 21% de los niños), peor que Francia, Irlanda y paises nórdicos, con una obesidad infantil que no llega al 10%. 

En España, la última estadística oficial es la Encuesta Nacional de Salud 2017, publicada por el Ministerio de Sanidad, que cifra en el 54,5% de los adultos los españoles con sobrepeso (62,5% de los hombres y 46,8% de las mujeres), lo que indica que el sobrepeso se ha multiplicado por 1,38 en los últimos 30 años (afectaba al 39,25% de adultos en 1987). Y la obesidad se ha multiplicado por 2,35: afectaba al 7,4% de españoles adultos en 1987 y afecta ahora al 17,4% de adultos (18,2% hombres y 16,4% de mujeres). Y en los niños y adolescentes (entre 2 y 17 años), el 10,3% son obesos.

Un rasgo de esta obesidad española es que es muy desigual, porque afecta más a los hombres y sobre todo a las personas con menos ingresos, a los pobres: si sólo un 9,29% de los españoles ricos son obesos, lo son el 22,37% de los pobres (la media es el 17,43%). Y por eso, las mujeres pobres tienen un 23,98% de obesas frente al 7,26% las ricas, según el detalle de la Encuesta Nacional de Salud 2017. Y también cuentan mucho los estudios: los españoles universitarios tienen sólo un 11,36% de obesos y los que sólo tienen una formación básica alcanzan el 22,32% de obesos. Por ambas razones y por otras, hay regiones con alta obesidad (24,13% en Ceuta, 21,68% en Asturias, 21% en Andalucía o 20,32% en Castilla la Mancha) y otras con baja (13,84% obesos en País Vasco, 13,22% en Castilla y León, 14,94% en Cataluña y 14,95% en la Rioja, muy por debajo del 17,4% de media).

¿Qué provoca el sobrepeso y la obesidad? Según la OMS hay dos causas: la mala alimentación (el aumento de alimentos y bebidas muy ricos en grasas, azúcares y calorías) y la menor actividad física, por el trabajo en las ciudades y el sedentarismo. En ese sentido, la OMS reitera que el sobrepeso y la obesidad pueden prevenirse, simplemente reduciendo el consumo de grasas y azúcares (presentes sobre todo en los platos procesados), aumentando el consumo de frutas, verduras, legumbres, cereales y frutos secos y realizando actividad física periódica (60 minutos diarios los jóvenes y 150 minutos semanales los adultos). Y sobre todo, insisten en educar a los niños para que coman menos bollería industrial y bebidas azucaradas y consuman más frutas y verduras, además de hacer más ejercicio físico. Como detalle, los españoles consumimos el triple de azúcar del que recomienda la OMS y no porque nos echemos muchas cucharadas en el café sino porque lo tomamos sin saberlo con las bebidas y las comidas preparadas que consumimos cada día.

El sobrepeso y la obesidad no son “un problema estéticosino “una epidemia global” que lleva asociadas más de 12 patologías y muchas muertes: cada año mueren en el mundo 2,8 millones de personas por culpa del sobrepeso y la obesidad, según la OMS. Y eso, porque causan múltiples enfermedades en los afectados: diabetes tipo 2, hipertensión arterial, exceso de colesterol (dislipemia), ictus, accidentes cardiovasculares, trastornos del aparato locomotor (osteoartritis), apneas del sueño, depresiones y, sobre todo, varios tipos de cáncer (endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula, riñón y colon). Precisamente, una de las cuestiones que más preocupan es que la obesidad en los jóvenes está aumentando el cáncer en EEUU: el riesgo de padecer 6 tipos de cáncer entre los jóvenes obesos “millenials” (nacidos entre 1981 y 1993) es el doble del que tenían sus padres (los nacidos en el “baby boom”, entre 1950 y 1968), según un estudio publicado en febrero en la revista Lancet. Y muchos estudios clínicos vinculan la obesidad y el cáncer, lo que se traducirá en un aumento extra de cánceres en una o dos décadas, en el mundo y en España, por el aumento de la obesidad y el sobrepeso.

Pero además de enfermedades y muertes, el sobrepeso y la obesidad tienen un alto coste económico: unos 2 billones de dólares, el 2,8% del PIB mundial, según la consultora McKinsey. El mayor coste es para la sanidad de los paises (que aumenta un 50% con la obesidad y un 20% con el tabaquismo), pero también hay un coste para las empresas, al aumentar el absentismo laboral y reducir la productividad. Y para los ciudadanos: los obesos tienen más problemas para ser contratados (este prejuicio se llama “lookism”) y si trabajan suelen tener empleos más precarios y peor pagados. Ya hay líneas aéreas (Samoa Air) que cobran más a los obesos y los seguros médicos también les cuestan más caros.

Si el mundo no toma medidas drásticas  contra el sobrepeso y la obesidad, irá a más, como ha pasado en las últimas décadas. La OCDE anticipa que en 2030, un 46,62% de los estadounidenses será obesos (hoy lo son el 38,2%), el 39,15% de los mejicanos (hoy 32,4%), el 34,95% de los británicos (hoy 26,9%). Para España, vaticina que la tasa de obesidad (16,7% en 2015) subirá al 18,24% en 2020 y al 21,16% en 2030, por delante de Francia (19,48% en 2030) e Italia (13,26%). Pero lo peor será con niños y adolescentes: los 41 millones que tenían sobrepeso u obesidad  en 2016 será ya 70 millones, casi el doble, en 2025, según la OMS. En España, si había 27 millones de personas con sobrepeso en 2016, para 2030 habrá 3 millones más, 27 millones de personas, el 56% de toda la población estimada para entonces por el INE, según un escenario “conservador” del Instituto del Hospital del Mar (IMIM).

Esta mitad larga de españoles con sobrepeso va a sobrecargar aún más la sanidad pública, ya  muy “tocada” con el envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida. Las personas con sobrepeso y obesidad requieren más consultas médicas, más pruebas, más ingresos hospitalarios, más cirugías y más tratamientos farmacológicos, según los profesionales. Y por ello, el coste directo del sobrepeso y la obesidad sobre la sanidad pública se ha casi cuadruplicado, pasando de 524 millones de euros en 2006 a 1.950 millones en 2016, según este estudio del IMIM. Y para 2030, los gastos sanitarios del sobrepeso superarán los 3.000 millones de euros. Y otros estudios (AECOSAN) calculan que el sobrepeso y la obesidad suponen un 7% del gasto sanitario, unos 5.200 millones de euros al año. Y los costes indirectos (laborales, ayudas y cuidados) serían otro tanto.

Enfermedades, muertes y altos costes. Un balance como para tomar medidas eficaces contra el sobrepeso y la obesidad, como acaba de pedir la OMS. En España, Sanidad y casi 400 empresas de alimentación han firmado en enero un acuerdo para reducir azúcares, grasas y sal en múltiples alimentos: aperitivos, bebidas refrescantes, bollería y panes envasados, cereales, derivados cárnicos, galletas, helados, néctar de frutas, platos preparados, lácteos y salsas. La reducción varía entre el 5% y el 10%, según productos (-5% el azúcar de las galletas, que bajaría así del 20% al 19%, demasiado poco), y todavía tardará unos meses en hacerse efectiva, porque las industrias tendrán que buscar ingredientes alternativos de sustitución y además el recorte se hará en 2 años, gradualmente, para que el paladar del consumidor se acostumbre. Y también se han comprometido con este acuerdo empresas de catering y comedores escolares y los que tienen máquinas expendedoras de alimentos, para fomentar la distribución y venta de los alimentos menos energéticos.

Es un buen principio, pero la industria alimentaria tiene que ir más allá, con planes a medio plazo para suprimir las grasas trans (en tentempiés, alimentos horneados y fritos), como pide la OMS en su Plan de actuación 2019-2023, exigiendo a los Gobiernos que impongan límites. Y también, poner impuestos a las bebidas azucaradas, como pidió la OMS a los Gobiernos en 2016: sólo lo aplica Cataluña, desde mayo de 2017, y ha conseguido reducir su consumo un 22%, según la Generalitat. Pero sobre todo, es clave un nuevo etiquetado de los alimentos, por colores, para que los consumidores sepamos las grasas, azúcares, sal y calorías de lo que comemos. Y regular mejor la publicidad de comida, sobre todo para niños, estableciendo prohibiciones a esos alimentos que son tan dañinos o más que el alcohol y tabaco.

En segundo lugar, hay que aprobar una política sanitaria pública contra el sobrepeso y la obesidad, con protocolos explícitos en los centros de salud, más especialistas y más unidades en los hospitales. Y ser más agresivos en la lucha contra la obesidad, aplicando más operaciones a los grandes obesos (IMC entre 35 y 40): la cirugía bariátrica es muy efectiva y su coste se recupera en 2,5 años, pero se aplica poco en España (se hacen unas 5.000 operaciones al año y deberían hacerse cuatro veces más para equipararnos a Europa, según The Economist). Y utilizar más fármacos, aunque su efecto sea bajo: hay 5 autorizados, pero sólo uno lo cubre la sanidad pública (Victoza), pero con visado del inspector y sólo para los obesos con diabetes 2, mientras el resto han de comprarlos y cuestan entre 63 y 283 euros (y recordemos: la mayoría de obesos tienen pocos recursos).

A final, la industria puede ayudar mucho y la sanidad más, pero la clave está en nosotros, en que hagamos una dieta equilibrada, comiendo la mitad de carne, azúcar, grasas y sal y el doble de verduras, hortalizas y frutas, según proponen los expertos. Y que hagamos ejercicio y andemos más, porque un tercio de los españoles son sedentarios y también los jóvenes. Pero sobre todo, hacen falta campañas públicas contra el sobrepeso y la obesidad, porque matan más que el tráfico, el alcohol o las drogas. Hay que “declarar la guerra a la obesidad” y cambiar la mentalidad de los españoles: no es un problema “estético”, es una “bomba de relojería” que acaba explotando en graves enfermedades y muertes.Tomémoslo muy en serio.

lunes, 19 de junio de 2017

Obesidad: una epidemia imparable y costosa


La última alerta sobre la obesidad no la han dado los médicos de la OMS sino los economistas de la OCDE: más de la mitad de los adultos del mundo y 1 de cada 6 niños sufren sobrepeso. Y 1 de cada 5 son obesos. Es una grave epidemia que crece imparable y que causa 2,8 millones de muertes al año. España es el segundo país con más sobrepeso y tenemos un grave problema de obesidad infantil, que afecta al 20% de los niños y al 16% de las niñas. Los médicos dicen que no hay una sensibilidad social frente al sobrepeso y la obesidad, que son el origen de muchas enfermedades graves. Y piden que declaremos “la guerra a la obesidad”, con un Plan de medidas para mejorar la alimentación, hacer más ejercicio y atajar la enfermedad con fármacos y operaciones. Urge una Campaña nacional para bajar peso, porque la obesidad mata y encima nos cuesta el 10% del gasto sanitario. Comamos mejor.



                                                                                                enrique ortega

Comer mal y en exceso es la epidemia mundial del siglo XXI: ya hay 1.900 millones de personas con sobrepeso y 600 millones de obesos, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). O sea, que hay el triple de humanos que comen mal frente a  los que pasan hambre (793 millones, según la FAO). Cualquiera de nosotros podemos saber si estamos incluidos en estas fatídicas estadísticas: basta con que calculemos nuestro índice de masa corporal (IMC). Una sencilla fórmula (ver calculadora) que consiste en dividir el peso (en kilos) por el cuadrado de la altura (en metros). Por ejemplo 78 kilos/ (1,72m)2 = 26,4. Si este índice está por encima de 25 tenemos sobrepeso y si supera los 30, somos obesos.

La OCDE, el organismo que agrupa a los 35 paises más desarrollados, ha dado en mayo la última alerta sobre el sobrepeso y la obesidad, con datos que incluso empeoran los de la OMS: más de la mitad de los adultos y 1 de cada 6 niños sufren sobrepeso en los paises desarrollados, según su informe “Obesity Update 2017”. El ranking del sobrepeso en adultos lo encabeza México (70,4% población 15-74 años tiene sobrepeso), seguido de EEUU (67,4% población), Hungría y Reino Unido (58,7%). España, con un 46,7% de los adultos con sobrepeso, es el 2º país de Europa en exceso de peso (tras Reino Unido), por delante de Francia (40,8%) e Italia (40,7%), según la OCDE. Sin embargo, las estadísticas del Ministerio de Sanidad (2015) elevan estas cifras y hablan de un 53,7% de adultos (más de 18 años) con sobrepeso y un 27,8% de niños y jóvenes (2 a 17 años). Tremendo.

Y las cifras de obesos, el siguiente estadio, son también muy impactantes, según el informe de la OCDE: un 19,5% de los adultos del mundo son obesos, el doble que en 1980. Aquí el ranking mundial lo encabeza EEUU, con un 38,2% de adultos obesos, seguido de México (32,4%), Reino Unido (26,9%), Canadá (25,8%) y Alemania (23,6%). España ocupa el lugar 22 en este ranking de obesidad, con un 16,7% de adultos obesos, por delante de Francia (15,3%) y Portugal (16,6%) y por debajo de Italia (9,8% de obesos), paises nórdicos (del 12 al 14,9%) y Japón (el país con menos obesos, un 3,7% de los adultos). España está por debajo de la media de obesidad de la OCDE (19,5%), pero el problema es que la obesidad se ha casi duplicado en nuestro país, pasando del 9,1% en 1993 al 16,7% actual.

Lo que más preocupa, a la OMS y a la OCDE, es el crecimiento del sobrepeso y la obesidad en los niños, que serán los obesos de mañana: 1 de cada 6 niños tiene sobrepeso en el mundo (son 2 millones), un 15,5% en los paises de la OCDE. Y más en España: un 16,5% de los niños de 15 años tienen sobrepeso, con lo que somos el 8º país de la OCDE con más niños gordos, por delante de Alemania (16%), Portugal e Italia (15,5%), Reino Unido (14%) o Francia (12%). Y aún estamos peor en niños obesos: lo son el 18,1% de los niños españoles (20,4% los niños y 15,8% las niñas), según el estudio Aladino 2015-2016 (niños 6-9 años), frente al 16,6% en la OCDE. Claro que en EEUU, casi un 31% de los niños sufren sobrepeso.

Pero lo preocupante no es solo el sobrepeso y la obesidad en los paises desarrollados, sino que están creciendo con mucha fuerza en los paises en desarrollo, en las zonas pobres del mundo, según revelan la FAO y la OMS. Un ejemplo es Latinoamérica, la región del mundo que más ha reducido el hambre en las últimas décadas (del 14,7 al 5,5% de su población): ahora, 3 de cada 5 latinoamericanos (el 58%) tienen sobrepeso (360 millones de personas), según un informe de la FAO. Y hay paises como Haití, donde una parte de la población pasa hambre y otra parte tiene sobrepeso, porque compran alimentos ultra procesados, de baja calidad y con un exceso de grasas, pero más baratos que las frutas, verduras, carnes y pescados que necesitarían para alimentarse de forma más equilibrada.

Con todo, lo peor es que la OCDE estima que la epidemia de sobrepeso y obesidad irá  a más en los próximos años, sobre todo en los paises más desarrollados. Y así anticipa que en 2030, el 46,62% de los estadounidenses serán obesos (hoy lo son el 38,2%), el 39,15% de los mejicanos (hoy 32,4%), el 34,95% de los británicos (hoy 26,9%) y el 29,10% de los canadienses (hoy 25,8%). Para España, la OCDE estima que el porcentaje de obesos (16,7% en 2015) suba al 18,24% en 2020 y al 21,16% en 2030, todavía por delante de Italia (13,26% obesos en 2030) y Francia (19,48%).

Dos son las causas fundamentales de esta epidemia de sobrepeso y obesidad, según la OMS: la mala alimentación y la falta de ejercicio. Por un lado, comemos mucho, con un exceso de azúcares y grasas y una falta de frutas, verduras, legumbres y cereales.  Se abusa de la “comida rápida” y la bollería, sobre todo los niños. Y hay una serie de factores psicológicos y emocionales (como el estrés o la ansiedad) que nos llevan a “comer de más”. También hay factores genéticos que explican entre un 20 y un 40% de la obesidad, según la OMS. El otro gran responsable del sobrepeso es el sedentarismo, la falta de ejercicio, el estar demasiadas horas en el sofá viendo la televisión o con el móvil y los videojuegos.

Lo curioso del sobrepeso y la obesidad es que afecta más a las mujeres que a los hombres, según la OMS, aunque está creciendo más entre los hombres. Y los estudios demuestran que las mujeres de clase baja y con menos formación tienen una posibilidad entre dos y tres mayor de ser obesas que el resto. En España, donde hay un 16,7% de obesos, las personas que sólo tienen educación primaria alcanzan un 26,7% de obesidad mientras sólo son obesos el 9,8% de los universitarios, según el último  Informe anual de Sanidad (2015).

El sobrepeso y la obesidad son la segunda causa de mortalidad en el mundo, tras el tabaco: cada año mueren 2,8 millones de personas por enfermedades causadas por el exceso de peso, según la OMS. Entre las enfermedades causadas por el sobrepeso están las cardiovasculares (cardiopatías e ictus), la diabetes (la padecen 415 millones de personas en el mundo), los trastornos del aparato locomotor (artritis y degeneración de las articulaciones), el asma y algunos tipos de cáncer (endometrio, mama, ovarios, próstata, hígado, vesícula, riñones y colon). En los niños, la obesidad provoca dificultades respiratorias, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, marcadores tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y efectos psicológicos, según los estudios de la OMS.

El mayor coste del sobrepeso y la obesidad son las enfermedades y las muertes, pero no son los únicos: es un problema que afecta negativamente a la economía, a la productividad de las empresas y aumenta los costes de la sanidad y de los ciudadanos. Por todo ello, se estima que la obesidad en el mundo tiene un coste de 2 billones de dólares, el 2,8% del PIB mundial, según un estudio de la consultora McKinsey. El mayor coste es el sanitario, que aumenta un 50% con la obesidad (y un 20% con el tabaquismo). Además, el sobrepeso aumenta el absentismo laboral y reduce la productividad de las empresas. Y a nivel de los ciudadanos, los obesos tienen más problemas para ser contratados (este prejuicio se llama “lookism) y cuando encuentran un empleo suelen cobrar menos que los trabajadores sin sobrepeso. Incluso algunas líneas aéreas (como Samoa Air) han empezado a cobrar más a los clientes obesos, que también gastan más en carburantes. Y la sanidad británica ya les ha advertido que no tendrán prioridad al operarse, mientras las compañías de seguros médicos cobran más caras las primas a las personas obesas o con sobrepeso.

En España se estima que una persona obesa consume un 20% más de recursos sanitarios y un 68% más de fármacos, por las enfermedades que acarrean (diabetes, cardiopatías, hipertensión, artrosis), según un estudio de The Economist y Ethicon. Por eso, el sobrepeso y la obesidad pueden ser culpables de un 7% del gasto sanitario español, según un estudio realizado en 2012 por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (hoy AECOSAN). Un coste que podría elevarse hoy al 10% del gasto sanitario, nada menos que 6.500 millones de euros anuales. En Reino Unido se estima que el coste de la obesidad alcanza los 6.430 millones al año, un tercio más que los costes del tabaquismo (4.150 millones) y cuatro veces más que el alcoholismo (1.130 millones). Y todo apunta a que, si no se toman medidas, el sobrepeso y la obesidad pueden arruinar las cuentas de la sanidad en los próximos 20 años. Baste decir que el gasto sanitario solo por la diabetes (una pandemia mundial) crecerá un 50% de aquí al año 2040.

Ante tantas muertes, tantas enfermedades y tantos costes motivados por el sobrepeso y la obesidad, el mundo y España deben reaccionar y tomar medidas eficaces cuanto antes. La primera y fundamental, según los médicos de la Sociedad española para el  estudio de la obesidad, “cambiar la mentalidad” ante esta enfermedad, considerarla una enfermedad grave y no menor (“vale, estoy un poco gordo y debo adelgazar”). “Hay que “declarar la guerra a la obesidad”, proclaman, pidiendo que lo hagan los médicos, los ciudadanos y los políticos, para afrontar el problema con urgencia y un abanico de medidas eficaces.

Lo principal es lanzar campañas masivas a favor de una dieta equilibrada, que insista en el consumo de verduras, frutas, cereales integrales y frutos secos, reduciendo las grasas y los azúcares y la comida preparada. Es importante que el Gobierno fuerce a la industria alimentaria a informar sobre el contenido de los alimentos, fomentando el uso de semáforos donde se indiquen los productos no aconsejables. Y en paralelo, utilizar los impuestos para penalizar las comidas y bebidas ricas en grasas y azúcares, como ha pedido la OMS, al proponer recientemente que se suban los impuestos a las bebidas azucaradas (lo hacen muchos paises, como Francia, paises nórdicos, Sudáfrica, México y varios estados USA, pero Montoro no quiso incluirlo en los Presupuestos 2017).

Otra vía de actuación es controlar la publicidad de comidas y bebidas, para prohibir y desalentar los anuncios de comidas y bebidas que fomenten la obesidad, sobre todo entre los niños y jóvenes. Y multiplicar las campañas educativas sobre lo que hay que comer en colegios y Universidades, limitando y controlando las máquinas dispensadoras. Y se debería pedir la colaboración de las empresas, para que hagan campañas en los centros de trabajo y ayuden a una mejor alimentación de sus trabajadores y a que hagan más ejercicio, en beneficio de una mejor productividad y menores costes por bajas laborales y absentismo.

Y queda elaborar un Plan global contra la obesidad en la sanidad pública, empezando por elaborar protocolos de actuación en atención primaria (para los pediatras y médicos de familia), fomentar unidades especializadas en los hospitales (con nutricionistas, ausentes de la sanidad pública) y mejorar la atención a los obesos, ampliando las operaciones y la atención farmacéutica. La cirugía bariátrica es muy efectiva y su coste se recupera en 2,5 años, pero se aplica poco en España: se hacen unas 5.000 operaciones a los obesos más graves, pero deberían hacerse cuatro veces más, hasta 20.000 al año, para equipararnos con lo que se hace en Europa, según The Economist. Y en cuanto a los medicamentos contra la obesidad, sólo hay dos autorizados en España (Xenical y Saxenda o Victoza), pero necesitan visado y el inspector no los autoriza a los pacientes obesos (sólo a los que tienen diabetes u otra enfermedad), con lo que no los cubre la Seguridad Social. Un ahorro que se traduce a la larga en más costes después para la sanidad pública.

En resumen, estamos ante un grave problema sanitario y social, un sobrepeso que afecta a la mitad de la población y causa muchas enfermedades y muertes. Y un problema que tiene un alto coste sanitario y económico, que puede quebrar las cuentas futuras de la sanidad pública, máxime si 1 de cada 5 niños actuales acaba siendo obeso en el futuro. Y que deteriora la productividad de las empresas y los costes de las familias. Hay que lanzar una guerra total contra el sobrepeso, tomárselo más en serio de lo que nos lo tomamos todos, desde los ciudadanos a los políticos. Y plantear  una Campaña nacional para bajar de peso, con recursos y medidas efectivas. Tenemos que conseguir comer mejor, de una forma más equilibrada, para estar más sanos. Comamos con cabeza.