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jueves, 26 de octubre de 2023

EPA septiembre 2023: empleo récord

El empleo sigue aumentando en España, a pesar del menor crecimiento, la alta inflación, los tipos de interés récord y la guerra en Ucrania y Palestina: 21.265.900 personas trabajaban en  septiembre, la cifra más alta de nuestra historia, según la EPA conocida hoy. Y aunque el paro aumenta, porque aumentan los que buscan trabajo, tenemos la tasa más baja desde 2008 (11,84%). El empleo está aguantando en todo el mundo, a pesar del parón de la economía, pero más en España: hemos creado el 60% de todo el empleo europeo este año. Pero las previsiones alertan que el empleo va a “pinchar” en los próximos meses y el Gobierno en funciones espera que se cree en 2024 la mitad de empleo que en 2023. Por eso, urge mejorar los salarios (para reanimar el consumo) y acelerar las inversiones de los Fondos europeos. Y aprobar Planes de choque para colocar a los jóvenes, las mujeres y los mayores de 45 años. No hay que dormirse en el récord.

                             Enrique Ortega

El verano suele ser una buena época para el empleo, por la temporada turística y los contratos en la enseñanza. Este año también, a pesar del menor crecimiento económico (en España y en Europa), la alta inflación (aunque menor) y la guerra de Ucrania: se crearon + 209.100 empleos entre junio y septiembre, según la EPA conocida hoy, más del doble que el verano de 2022 (+77.700 empleos), aunque menos que en el verano de 2021 (+359.300 empleos) y que en el de 2020 (+569.600 empleos, porque salíamos del “encierro” por el COVID-19). Y más del triple de nuevos empleos que en el verano anterior a la pandemia (+69.400 empleos en 2019). Con ello, se han creado +806.000 empleos este año. Y en España hay ya 21.265,900 personas trabajando, otro récord histórico tras el de junio 2023 (21.056.700 ocupados), el mayor número de personas trabajando en España (hubo 20.646.000 ocupados en junio 2008).

En el tercer trimestre, el aumento del empleo ha sido gracias a los servicios (+138.700 empleos creados), sobre todo la hostelería, el turismo y el comercio, pero también ha creado  empleo la industria (+98.800) y la construcción (+19.500) cayendo sólo el empleo en la agricultura (-47.800 empleos). El empleo se ha creado sobre todo en el sector privado (+192.200 empleos) , once veces más que en el sector público (+17.000 empleos), según la EPA. Y se ha creado casi el doble de empleo entre los hombres (+130.500 empleos), que entre las mujeres (+78.600), cayendo el empleo sólo entre los jóvenes de 25 a 34 años (-39.900 ocupados)  y entre los de 45 a 49 años (-21.100 empleos). Por autonomías, el empleo ha crecido en 12 regiones, encabezadas por la Comunidad Valenciana (+80.700 empleos), Cataluña (+62.400) y Baleares (+35.200) y ha caído en las 7 regiones restantes, sobre todo en Madrid (-15.700 empleos), Andalucía (-3.800) y Euskadi (-2.800).

La importante mejora del empleo en el tercer trimestre (+209.100) no se traducido una mejora del paro, que subió en verano (+92.700 parados), más que en el verano anterior (en 2022, el paro creció en +60.800 personas), según la EPA de hoy. Ello se debe a un fuerte aumento este verano de los españoles “activos”, que buscan trabajo: los “activos” han aumentado en +301.900 personas, impidiendo bajar las cifras del paro. Es un proceso que se ve trimestre a trimestre (hay más de 24 millones de activos, otro récord histórico y 962.200 personas más buscando trabajo que antes de la pandemia). Y todo apunta a que seguiremos así, con lo que en los próximos meses sucederá lo mismo que ahora: el paro bajará menos de lo que sube el empleo. 

El  paro subió en el tercer trimestre (+92.700 personas), por culpa de los servicios (+35.900 parados, los que se apuntaron a finales de septiembre, tras el fin de la temporada turística), los estudiantes que buscan su primer empleo (+40.900 personas) y los nuevos parados de la agricultura (+16.900) y la industria (+4.700 parados), bajando sólo el paro este verano en la construcción (-21.100 parados), según la EPA de septiembre. El desempleo aumentó poco entre los hombres (+24.400 parados) y subió mucho más  entre las mujeres (+68.400) y entre los de 25 a 54 años (+41.200 parados) y los más jóvenes (+30.600 parados entre 20 y 24 años). Por autonomías, el paro sube en 11 regiones, sobre todo en Madrid (+37.600 parados), Andalucía (+30.700), Asturias y Euskadi (+13.400), más Murcia (+10.100), bajando sólo en 8 regiones, sobre todo en Castilla la Mancha (-11.900 parados), Baleares (-8.400), Aragón (-5.600), Galicia (2.500) y Extremadura (-2.300),que se han beneficiado de un mayor turismo interior este verano.

 La cifra total de parados EPA se aleja de los 3 millones (2.855.200 parados estimados a finales de septiembre 2022), un dato que no se veía desde septiembre de 2008 (2.600.700 parados). Y la tasa de paro baja al 11,84%, según la EPA, mucho más baja que antes de la pandemia (13,78% en 2019) y la menor tasa de paro desde el verano de 2008 (11,23%). Eso sí, todavía duplicamos la tasa de paro europea (5,9% en la UE-27) y cuadruplicamos la alemana (3% de paro), según Eurostat.  Y baja ligeramente la tasa de paro de los  jóvenes (menores 25 años), al 27,82% (14% en la UE-27). 

Hay otros datos preocupantes del paro que mejoran. El primero, que hay 928.800 hogares con todos sus miembros en paro (-48.600 menos que hace un año). El segundo, que seguimos con 5 regiones que tienen una tasa de paro “escandalosa”: Ceuta (27,79% de paro), Melilla (20,89%),  Andalucía (18,67%), Extremadura (16,50%), Canarias (15,23%) y, que contrastan con 6 autonomías que tienen una tasa de paro casi europea (5,72% Baleares, 7,48% Cantabria, 7,77% Aragón, 8,32% País Vasco,  9,29% Navarra y 9,61% La Rioja). Y el tercero, que bajan los parados de larga duración, los que llevan más de 1 año sin trabajo: son 1.132.700 parados, el 39,67% de los parados (eran el 40,29% el trimestre pasado, pero el 43,5% a finales de 2019). 

Esto provoca que a muchos parados se les acabe el desempleo y no cobren ya ningún subsidio, pasando a una situación de pobreza extrema. En agosto de 2023, último dato de Trabajo, cobraban alguna ayuda 1.816.798 desempleados: menos de la mitad (48,24%) cobraban un subsidio contributivo (según lo cotizado) de 934,40 euros de media y el resto (51,76%) cobraban un subsidio asistencial de 480 euros. Pero en esta cifra están incluidos los 11.000 trabajadores que están en ERTE y cobran las tres cuartas partes de su sueldo del SEPE. Así que, en realidad, sólo 1.805.798 parados cobra algún subsidio, el 63,25 % de los parados que refleja la EPA de hoy. Eso significa que más de un tercio de los parados (36,75%) no cobran ninguna ayuda pública, lo que mejora la cobertura de 2019 (no cobraban el 38,5%). Así que sube el paro, pero también aumentan los que no reciben ayudas. 

Visto los datos del empleo y el paro en el tercer trimestre de 2022, queda patente que España supera de momento la nueva crisis de la guerra de Ucrania, porque tenemos más ocupados (+ 1.085.000) y menos parados (- 248.600) que a finales de 2021. Concretando más, hay +495.017 afiliados más a la Seguridad Social que a principios de año, con  20.735.911 afiliados a finales de septiembre, tras 29 meses consecutivos de aumento (desde mayo de 2021). Y el paro se ha reducido, a pesar de la guerra y la inflación, en -115.185 parados este año (enero a septiembre), según Trabajo.

Con todo, la mejor noticia es que el empleo que se está creando en 2023 sigue siendo menos precario, de más calidad, gracias a la reforma laboral aprobada a finales de 2021. El balance de enero a septiembre es muy positivo: un 43,5% de todos los contratos firmados estos 9 meses (11.575.200) han sido indefinidos (5.035.200 contratos), por encima del 37,04% de contratos indefinidos firmados entre enero y septiembre de 2022. Y supone un salto tremendo sobre el porcentaje de indefinidos antes de la reforma laboral: en 2021, sólo el 10,9%  de los contratos eran indefinidos. Y entre 2014 y 2020, sólo eran indefinidos entre el 6 y el 8% de todos los contratos. Además, este año, más de la mitad de los nuevos contratos (56,11%) son a tiempo completo, más de la cuarta parte (28,7%) a tiempo parcial y el resto, fijos discontinuos (1.755.300), que son los contratos fijos que se hacen ahora a muchos de los que antes eran temporales en el turismo, hostelería y construcción : están “fijos” en las empresas, aunque trabajen por obra o temporada (el resto del tiempo no cuentan como parados aunque estén inactivos, una norma que viene desde el año 1985).

El resultado evidente de la reforma laboral es que aumentan mes a mes los asalariados con contrato indefinido, que eran el 74% de los asalariados hace dos años (septiembre 2021), un 79,81% hace un año y que ahora son ya un 82,74%, con un 17,26% todavía de asalariados con contrato temporal, el mayor porcentaje en Europa (la media de temporalidad en la UE-27 es del 14,1%). Los que más se están beneficiando de los contratos fijos son los jóvenes, cuyos contratos son ahora fijos en un 75% (antes de la reforma, lo eran menos de la mitad).Y además de conseguir más contratos indefinidos, la reforma laboral está consiguiendo contratos temporales que duran más, al penalizar la cotización de los contratos por días o menos de una semana, que ahora se hacen mucho menos.

En resumen, aunque el empleo creció menos este verano (+209.100) que en primavera (+603.900), sigue mejorando, a pesar de que la economía crezca menos, en España y en Europa, la alta inflación, la drástica subida de los tipos de interés y los conflictos geopolíticos (20 meses de guerra en Ucrania y ahora la guerra en Palestina). Los expertos muestran su extrañeza por el alto nivel de empleo en todo el mundo, con la tasa de paro más baja en los 38 paises de la OCDE desde principios de siglo (4,81% en agosto de 2023, frente al 5,39%  en 2019, antes de la pandemia, el 8,58% en 2009 y el 6,75% en 2001). Una bonanza del empleo en Occidente, a pasar de la inflación, los tipos altos y la guerra, motivada por el elevado gasto público tras la pandemia, las ayudas contra la inflación, la moderación salarial y el aumento de los beneficios empresariales, el envejecimiento de la población (hay menos mano de obra disponible) y la vuelta de mucha producción de Asia y paises en desarrollo a los paises desarrollados, tras los “embudos” en las cadenas de producción post-pandemia.

Esta mejoría internacional del empleo en los últimos años ha sido mayor en España, según los datos oficiales: el 60% de todo el empleo creado en Europa en 2023 se ha creado en España. Respecto a diciembre de 2019 (antes de la pandemia), la creación de empleo aumentó más en España (+7,1% hasta septiembre 2023) que en Francia (+4,9%), Italia (+2,2%) o Alemania (+1,3%). Y si analizamos la creación de empleo desde diciembre de 2021 (antes del inicio de la guerra en Ucrania), también se ha creado más empleo en España (+5,2% hasta septiembre 2023) que en Italia (+3,2%), Francia (+1,7%) o Alemania (+1,6%). Las razones son varias: el mayor tirón del empleo del turismo y los servicios, la menor caída de las exportaciones, el menor peso de la industria (que está creando menos empleo), la menor inflación y los salarios más bajos en España, que mejoran nuestra competitividad.

Pero ahora, cara al 4º trimestre de 2023 y, sobre todo, ante 2024, preocupa el futuro del empleo, en Occidente y más en Europa y España, dado el bajo crecimiento esperado, los altos tipos, la incertidumbre sobre la energía y la inflación y los conflictos geopolíticos. Por eso, tanto la OCDE como el FMI auguran una menor creación internacional de empleo este año y, sobre todo, en 2024. En paralelo, el Gobierno en funciones ha enviado a Bruselas, en octubre, su Plan presupuestario para 2024, donde hace 2 previsiones. Una, que se crearán 722.905 empleos entre 2023 (438.028) y 2024 (284.877), una cifra importante, pero mucho menor que el año pasado (sólo en 2022 se crearon 710.400 empleos). Y la otra, que la tasa de paro seguirá bajando, a pesar del aumento de activos (24 millones en 2024), quedando por debajo del 11% de paro a finales de 2024 (la tasa más baja desde 2008). Un aumento del empleo que será mayor que en el resto de Europa, por el empujón del turismo y los Fondos europeos.

Así que el empleo seguirá creciendo, pero mucho menos, sobre todo este invierno y hasta la primavera que viene. Por eso, resulta importante no bajar la guardia en las ayudas contra la inflación, que están ayudando a muchas familias a bajar menos su consumo y mantener el crecimiento, aunque sea menor. Y, sobre todo, dinamizar las inversiones ligadas a los Fondos europeos, claves para sostener muchos empleos (y aumentarlos). Además, el próximo Gobierno (si se constituye, algo difícil hoy) tendría que aprobar un Plan de choque por el empleo, para facilitar la contratación de los colectivos con más problemas para trabajar: jóvenes, mujeres y mayores de 45 años. En el programa de Gobierno pactado por el PSOE y Podemos se incluye aprobar 2 Planes de empleo para jóvenes y parados de más de 45 años, pero necesitarán apoyos políticos, recursos y la colaboración de las 11 autonomías del PP (y VOX), que gestionan el día a día de las políticas de empleo en España.

En resumen, sigue mejorando el empleo, pero preocupa que “pinche” en los próximos meses. Y todavía tenemos demasiado paro, concentrado en los mayores, las mujeres y los jóvenes, que siguen esperando una oportunidad. Crear más empleo y de calidad debería concentrar los esfuerzos la próxima Legislatura. Porque el empleo es la base de todo.

jueves, 26 de enero de 2017

EPA 2016: menos empleo y paro crónico


La creación de empleo "pinchó" en el cuarto trimestre de 2016: se perdieron 19.400 empleos, algo nunca visto desde 2013, según la EPA conocida hoy. Con ello, 2016 ha sido el año en que se ha creado menos empleo: 413.900, frente a 525.000 en 2015 y 433.900 en 2014. Y lo más preocupante: los trabajadores de 30 a 40 años han perdido empleo en 2016. Y del empleo creado, sólo 1 de cada 20 nuevos contratos fueron de calidad: indefinidos y a jornada completa. El Gobierno Rajoy presume de que ha creado casi 1,4 millones de empleos, pero se trata de un empleo precario y muy vulnerable, concentrado en el turismo, la hostelería y el comercio, empleos muy poco estables, donde se hacen 32 contratos al año por cada puesto de trabajo. Y en 2017, como creceremos menos, sólo se crearán 400.000 empleos. Mientras, el paro baja más porque aumentan los españoles que "han tirado la toalla" y ya no buscan empleo (inactivos). Y se hace crónico: 1,75 millones de parados llevan más de 2 años sin trabajar. Y encima, más de la mitad de los parados (53%) no cobran nada. Las oficinas de empleo no tienen medios y funcionan mal. Y las autonomías se quejan de falta de recursos para hacer políticas de empleo. Urge un Plan de choque contra el paro, con más recursos. Menos triunfalismo y más medidas eficaces.
 
enrique ortega

2016 ha sido el tercer año consecutivo en que se ha creado empleo neto en España: 413.900 nuevos empleos, tras haber "pinchado" el empleo en el cuarto trimestre, con una pérdida de 19.400 empleos (algo nunca visto desde 2013), según la EPA conocida hoy. Con ello, 2016 es el año que se ha creado menos empleo, 413.900 frente a los 525.100 empleos creados en 2015 y los 433.900 empleos de 2014. En total, son 1.372.900 empleos creados desde la primavera de 2014, que no cubren ni la mitad de los 3.802.800 empleos perdidos desde septiembre de 2007 a marzo de 2014.

En 2016, la mayoría de los 413.900 empleos creados lo han sido en los servicios (+ 240.400), en especial en el turismo, la hostelería y el comercio, seguidos de la industria (+115.700), la agricultura (+30.000) y la construcción (+20.800. Un dato llamativo es que todo el empleo creado se lo han llevado los mayores de 40 años (+ 481.800 empleos) y muy pocos empleos los jóvenes (+55.300  entre 16 y 24 años), mientras que las edades medias, entre 30 y 40 años han perdido mucho empleo en 2016 (-125.200 puestos de trabajo). Y también en 2016 se perdió empleo en todo el sector público (-14.600 empleos), según la EPA. Eso sí, los nuevos empleos se han repartido casi por igual entre hombres (+208.500) y mujeres (+205.400). Por autonomías, el empleo subió en todas, aunque la mitad del creado se concentró en Cataluña (+100.800 nuevos empleos), Comunidad Valenciana (+68.300) y Murcia (+35.300 empleos).

Eso sí, en 2016 se creó empleo muy precario, como en 2015 y 2014: un 91,4% del empleo creado fue temporal y sólo el 8,6% indefinido, según datos del Ministerio de Empleo. Y dos tercios de los nuevos empleos fueron a tiempo completo (el 64,02%), pero el tercio restante (36%) fue a tiempo parcial, por horas. La duración media de los contratos sigue bajando y ahora está en 51 días de media (81 antes de la crisis), aunque una cuarta parte de los contratos (el 26%) duran ya menos de 1 semana. Como resumen de esta precariedad del empleo que se crea, baste decir que sólo un 4,96% de los nuevos contratos (1 de cada 20 contratos que se hacen) son “de calidad: fijos y a jornada completa.

A pesar de que el empleo cayó en el cuarto trimestre (-19.400 empleos), el número de parados bajó porque hubo menos españoles buscando trabajo, porque bajaron los activos. Viendo todo el año 2016, el paro bajó en 541.700 personas, mucho más otra vez que lo que subió el empleo creado (+413.900 empleos) porque volvió a pasar lo mismo que en los últimos años: hubo 127.800 españoles en edad de trabajar que "tiraron la toalla", que dejaron de buscar trabajo  (se les llama "desanimados") y se fueron a su casa o al extranjero, con lo que bajó más de lo que debía la cifra de parados. Con ello, todavía hay 4.237.800 parados en España, según la EPA, un 18,63 % de los españoles en edad de trabajar, más del doble que en Europa (8,3% en la UE-28). Y sigue siendo muy elevada la tasa de paro juvenil, que está en el 42,92% (19,6% en Europa).

Frente al habitual triunfalismo del Gobierno Rajoy, las cifras de paro (EPA) esconden varios datos muy preocupantes. El primero, que todavía hay 1.387.000 hogares donde no trabaja nadie, 168.900 menos que hace un año. El segundo, que sigue habiendo 5 autonomías (media España) con una “tasa de paro insoportablesuperior al 20% : Andalucía (28,5%), Extremadura (28,31%), Melilla (27,38%), Canarias (24,90%), Ceuta (22,39%) y Castilla la Mancha (22,14%), que contrastan con el paro “casi europeo”  de Navarra (10,9%), la Rioja (10,90%) y el País Vasco (12, 27%). Pero el peor dato es que más de la mitad de los parados no cobran ninguna ayuda. De los 4.237.800 españoles que se consideran parados (EPA 4º trimestre 2016), 2.246.957 no cobran ningún subsidio, un 53% de todos los parados (al llegar Rajoy a la Moncloa, no cobraban el 44,5% de los parados EPA). Y de los 1.990.843 parados que sí cobran algo (noviembre 2016), según el Ministerio de Empleo, sólo el 38% cobraba un subsidio contributivo de 810,60 euros al mes (54 euros menos del que cobraban en diciembre de 2011) y la mayoría, el 62% restante, cobran un subsidio asistencial de 426 euros.

Si más de la mitad de los parados EPA no cobran nada es básicamente porque llevan tanto tiempo en paro que se les ha acabado el subsidio. Cada mes el paro se hace “más viejo”: el número de parados “de larga duración” (llevan más de 1 año en paro) era a finales de 2016 de 2.392.000 parados, el 56,4% del total, según la EPA. Y lo peor es que, de ellos, 1.758.200 millones llevan parados más de 2 años y casi una cuarta parte del total, 1 millón de parados, llevan 4 años o más sin trabajar, según un estudio de Fedea. Ambos grupos son una enorme bolsa de “parados crónicos”, que tienen muy difícil volver a trabajar algún día. Un tercio de estos parados de larga duración proceden de la construcción y dos tercios son mayores de 55 años, más mujeres que hombres, concentrados sobre todo en Andalucía, Canarias, Ceuta y Melilla, Castilla la Mancha y Extremadura. Y el mayor problema para colocarse es que tienen poca formación: el 63% de estos “parados con antigüedad” sólo tienen la ESO o menos.

Ahora, 2017 va a ser un año peor para el empleo que 2016 y 2015, porque la economía crecerá menos: un 2,3% (FMI), frente al 3,3% de 2016. Y por eso, se crearán sólo 421.000 empleos este año, según la última previsión de ManpowerGroup y quizás no más de 400.000 nuevos empleos, a la vista del "pinchazo del empleo en el cuarto trimestre de 2016. A este ritmo, estiman que España tardará hasta 2021 o 2022 en recuperar el empleo de antes de la crisis, los 20.753.400 empleos que había en septiembre de 2007. Algo que ya consiguieron en 2014  Alemania, Reino Unido, EEUU y la mayoría de países occidentales.

El problema no es sólo que en España se van a crear menos empleos. Es que, además, el empleo se crea en los servicios, básicamente en el turismo, la hostelería y el comercio (30% del nuevo empleo), sectores muy sensibles a la coyuntura y donde el empleo es estructuralmente muy precario y mal pagado. Y si en algún momento estalla “la burbuja del turismo” (porque perdemos esos 11 millones de turistas “prestados” por países hoy en conflicto) o se desinfla el consumo (por la subida del petróleo y de los precios), son empleos que se pierden fácilmente, porque son temporales y por horas. El problema de fondo es que hay mucha rotación de los pocos empleos disponibles y pocas vacantes: el 93,6% de empresas asegura que no necesitan contratar a ningún trabajador, según la encuesta trimestral de coste laboral del INE. Y que la industria, un sector con empleos estables, ha perdido peso en España.

A pesar del triunfalismo gubernamental y de algunos medios, España tiene un grave problema de empleo, porque sólo trabajan un 61% de los españoles adultos (16 a 64 años), mientras en Europa lo hacen el 67,1% (y en Alemania el 75%), según Eurostat. Y tenemos también un problema grave de paro, una tasa del 18,63% que duplica la media europea (8,3% paro en UE-28 y 9,8% en la zona euro) y casi quintuplica la de Alemania (4,1% de paro). Y eso exige tomar medidas a corto y medio plazo, aprobar un Plan de choque contra el paro que debería ser la prioridad del Gobierno y la oposición, porque es la primera preocupación de los españoles, más cada mes (para el 74,7% en diciembre), según el Barómetro del CIS.

A corto plazo, urge destinar más dinero a los parados, para que cobren alguna ayuda al menos 1 millón más de parados de larga duración en peor situación. El Gobierno Rajoy aprobó en el verano de 2012 recortes a los parados y eso ha provocado que en 2017 se destinen a los parados 17.500 millones de euros del Presupuesto, la mitad que en 2009, año en que había el mismo paro que ahora. Es de justicia aumentar la cobertura, para que cobren ayudas la mayoría de los parados, sobre todo los que tienen familia a su cargo. Y que los que cobran un subsidio de paro contributivo cobren más, porque hoy día un parado español cobra de desempleo el 61% de su último salario, una prestación inferior a la media de 16 países europeos, que es del 69% del último salario (o del 67% que cobran alemanes y británicos).

Además, el Plan de choque contra el paro debería gastar más en políticas de empleo, como ha pedido reiteradamente al Gobierno la Comisión Europea, la OCDE y el FMI. España, con más del doble de paro que Europa, es uno de los países que menos gasta en políticas de empleo: un 0,88% del PIB, frente al 0,93% de Francia, el 0,79% de Alemania, el 1,09% de Suecia, el 1,10% de Holanda, el 1,59% de Bélgica o el 2,26% de Dinamarca, según datos de la OCDE. Y no es sólo que gastemos menos, sino que lo gastamos mal, entre otras cosas porque no hay coordinación entre el Gobierno central y las autonomías, responsables últimas de aplicar las políticas de empleo en España. Así, 12 autonomías (gobernadas por el PSOE y nacionalistas) se han quejado recientemente de que el Gobierno Rajoy retrasa cada año el pago de las políticas activas de empleo (hasta diciembre no les abonaron los 1.800 millones de 2016) para “ajustar” así sus cuentas y reducir el déficit público. Y también denuncian que España ha perdido la mayoría de ayudas del Plan europeo de empleo juvenil (Garantía Juvenil) porque el Gobierno central ha complicado mucho la inscripción a los jóvenes (lo han hecho 400.000 de los 800.000 jóvenes que podían hacerlo).

Al final, el Gobierno Rajoy aprobó en abril un Plan trianual de empleo 2016-2018, con sólo 515 millones de euros para ayudar al empleo de 1 millón de parados de larga duración. Un Presupuesto tan ridículo que supone 172 euros por parado al año, que no da ni para hacer su perfil. Harían falta 10 veces más de recursos, un mínimo de 3.000 a 6.000 euros por parado, según el estudio de Fedea, para poder elaborar su perfil, mejorar su formación y asesorarle personalmente para ayudarle a encontrar un empleo.

Otra urgencia de cualquier Plan de choque contra el paro es reformar las oficinas de empleo, el SEPE, que sólo encuentran trabajo a un 1,7% de los parados, el servicio menos efectivo en Europa: las oficinas de Reino Unido colocan al 10% de parados, las de Alemania al 13% y las de Eslovenia al 17%. Y eso pasa, entre otras cosas, porque los parados tardan 9,5 meses de media en recibir “la primera atención” del SEPE (entrevista personalizada, orientación o formación) y un tercio de los parados espera un año, según el estudio de Fedea. Todo ello es consecuencia de la falta de presupuesto y de personal: España (19% de paro) cuenta con un funcionario del SEPE por cada 269 parados, frente a 1 funcionario por cada 47 parados en Alemania (4,1% de paro), 1 por 36 en Dinamarca o 1 por cada 22 parados en Reino Unido.

Y otra urgencia más es mejorar la formación a los parados, porque la mayoría no hacen cursos o hacen cursos poco eficaces para trabajar (y los hacen para no perder el subsidio). Es prioritario dedicar más recursos a la formación y gastarlos bien, sin corruptelas y con eficacia. Porque resulta escandaloso que el Gobierno no gaste en formación ni siquiera lo que recauda con las cuotas: en 2015, se dejaron de gastar 273 millones de lo recaudado para formación, según acaba de reconocer el Ministerio de Empleo a la Defensora del Pueblo. De esos fondos, se gastaron 33 millones en 2016, pero el resto se gastó en otras cosas, a pesar de que hay sentencias del Tribunal Constitucional que lo prohíben. Ahora, con la reforma de la formación aprobada en 2015, los remanentes ya se gastan otro año, pero el problema es que no puede haber fondos sin gastar cuando lo que urge es gastar más, formar a los parados, sobre todo a esos casi 2 millones con poca formación que llevan dos años en paro.

Todas estas son medidas que habría que poner en marcha cuanto antes. Y en paralelo, el Gobierno debería hacer otra política económica, para conseguir crecer más y crear más empleo, porque no podemos esperar a 2022 para recuperar el empleo de 2007. Básicamente, lo que haría falta es reanimar la economía, con más gasto público necesario (infraestructuras, tecnología, medio ambiente), más ayudas a la inversión y al empleo y mayores salarios, para reanimar el consumo y la inversión privada. Y no hacer más recortes, como los previstos en los Presupuestos 2017 (16.500 millones de ajuste), porque frenarán más el crecimiento y el empleo, sobre todo si se agudiza la crisis internacional (por la subida del petróleo y los tipos de interés más el proteccionismo de Trump). La clave está en recaudar más y España podría recaudar 50.000 millones más al año si recaudara como el resto de Europa, según la Comisión Europea. Y con esos mayores ingresos (de la lucha contra el fraude y de que paguen más las grandes empresas, las multinacionales y los más ricos), España podría bajar el déficit y tener más recursos para reanimar la economía y el empleo.

El Gobierno puede seguir con su triunfalismo y la oposición “a sus cosas” (sus Congresos), pero los españoles sabemos que el paro y el empleo son lo más importante. Y no podemos “esperar y ver”, mientras sólo 1 de cada 20 empleos son “normales” y se crean dos clases de trabajadores, los que tienen un empleo decente y el resto. Urge una verdadera cruzada por más empleo y un empleo de calidad. Se puede conseguir, pero hay que tomar medidas concretas y gastar más como otros países, no regodearse en un falso triunfalismo. Muévanse.

jueves, 28 de julio de 2016

EPA junio : menos empleo y más paro "viejo"


Esta primavera se ha creado un tercio menos de empleo que en los dos años anteriores, según la EPA conocida hoy. Es normal, porque España crece ahora menos, la Semana Santa se anticipó a marzo  y, sobre todo, las elecciones del 26-J, el Brexit y la crisis internacional han paralizado inversiones y contrataciones. Además, casi todo el empleo se crea en los servicios y sigue siendo un empleo precario (91% temporal) y mal pagado. Lo peor es que todavía hay 4,5 millones de parados, más de la mitad que no cobran nada y que llevan más de dos años sin trabajar, lo que dificulta que encuentren empleo. Urge que el futuro Gobierno ponga en marcha un Plan de choque para reducir este paro “viejo” y gaste más en formación y políticas de empleo, como pide Bruselas. Y urge reformar de una vez las oficinas de empleo, que no funcionan. Mientras, hay que reanimar la economía, no hacer más recortes. Necesitamos más empleo ya.
 
enrique ortega

En primavera y verano es cuando la economía española crea más empleo, por el turismo, la hostelería, las labores agrícolas y la construcción. En los dos años anteriores se crearon más de 400.000 empleos en el segundo trimestre, tanto en 2014 (402.400) como en 2015 (411.800). Pero este año, se han creado sólo 271.400 nuevos empleos entre abril y junio, según la EPA conocida hoy. Eso es fruto de una serie de factores. Por un lado, la economía crece menos este año: se espera un crecimiento del 2,6% frente al 3,2% de 2015. Además, este año, la Semana Santa (que suele “tirar” del empleo) cayó en el primer trimestre (marzo) y no en el segundo (abril), como pasó en 2014 y 2015. Pero sobre todo, las empresas han parado este trimestre sus inversiones y sus contratos, a la espera de las elecciones del 26-J y del Brexit, en un contexto internacional preocupante, en Europa y paises emergentes.

La mayoría del empleo creado en el segundo trimestre ha sido en los servicios (+227.300), sobre todo en el turismo, la hostelería y el comercio (rebajas), creciendo menos en la construcción (+45.600) o la industria (+15.700) y bajando en el campo (-17.200). Y sigue la tendencia de que la mayor parte del nuevo empleo se lo han llevado los mayores de 50 años (+153.400) y los que tienen entre 35 y 45 años (+62.100), bajando entre los de 30 a 35 años (-19.400) y creciendo poco entre los jóvenes menores de 25 años (+4.500), algo que quizás tenga que ver con la falta de vacantes en las empresas: si hay poco empleo, los empresarios prefieren contratar a trabajadores maduros con experiencia, sobre todo si aceptan contratos precarios con sueldos bajos como los jóvenes. Y donde se ha creado más empleo ha sido en Baleares (+56.000), Cataluña (+53.700) y Murcia (+28.400), perdiéndose empleo en Canarias (-11.900) y Navarra (-4.200). Eso sí, el empleo que se ha creado en 2016 sigue siendo precario: el 91% es empleo temporal y el 33,2% a tiempo parcial (la cuarta parte, por menos de una semana), según el Ministerio de Empleo. Y con sueldos que incluso bajan (-0,2% en el primer trimestre), hasta los 1.635 euros brutos mensuales en 2016, según la última encuesta trimestral del INE.

Al aumentar el empleo ha caído el paro, en 216.700 personas el segundo trimestre, quedando la cifra de parados en 4.574.700, un 20% de los españoles en edad de trabajar. El paro ha caído menos de lo que ha subido el empleo porque han aumentado los españoles que buscan trabajo, porque 54.600 personas se han "animado" a buscar un empleo esta primavera. Además, el paro juvenil (menores de 25 años) ha subido en 22.700 jóvenes y está en el 46,5%: casi la mitad de los jóvenes en edad de trabajar están parados.

Frente al habitual triunfalismo del Gobierno Rajoy con la bajada del paro, los datos de la EPA esconden algunas cifras muy preocupantes. La primera, que hay 1.493.800 hogares donde no trabaja nadie, casi las mismas que a finales de 2015. La segunda, que hay 5 autonomías con una tasa de paro “impresentable”, entre el 25 y el 30%: Melilla (33,84%), Andalucía (29,07%), Extremadura (27,01%), Ceuta (26,28%) y Canarias (27,33%), que contrastan con el paro “casi europeo” del País Vasco (12,5%), Navarra(13,27%) y la Rioja (15,29%). Y la tercera, que siguen aumentando los parados que no cobran ninguna ayuda: ya son 2.638.694 parados EPA sin subsidio, según datos del Ministerio de Empleo. Eso significa que un 57,68% de los parados reales no cobran nada, cuando en 2011, al llegar Rajoy a la Moncloa, sólo el 44,5 % de los parados EPA no cobraban nada. Y del 42,32% que sí cobran algo ahora (1.936.006 parados con ayuda en mayo 2016), sólo la tercera parte (689.131 parados) cobran un subsidio contributivo de 802 euros mensuales y los dos tercios restantes reciben sólo una ayuda asistencial, de 426 euros al mes.

Esta pérdida de ayudas tiene mucho que ver con otro gran problema del paro en España: que cada vez es más “viejo”, que aumentan los parados que llevan más de dos años sin trabajar y no sólo han perdido el subsidio sino que cada vez tienen más difícil encontrar  trabajo. El paro de larga duración (más de 1 año sin trabajo) afectaba en junio a 2.662.500 parados, el 58,2 % del total. Y lo peor es que, de ellos, 1.959.600 desempleados (un 42,8% del total)  llevan ya más de 2 años en paro. Una cifra que se ha multiplicado por 8 en esta crisis (eran 242.800 a principios de 2008), según un estudio de Randstad. Este paro de larga duración se concentra sobre todo entre los mayores de 45 años (el 56,1% lleva más de 2 años parado), siendo también importante entre los parados de 25 a 45 años (40,3% llevan más de 2 años) y menos entre los jóvenes (20,7% de paro de larga duración). La mayor concentración de parados “viejos” se da en Canarias (49,2% parados llevan más de 2 años), Comunidad Valenciana (48,7%) y Navarra (47,8%). Y donde hay menos parados de larga duración es en Baleares (23,4%), Cantabria (37,6%), Extremadura (38,6%) y Castilla y León (39,3%).

El mayor problema que tienen esos 2 millones largos de parados “viejos” no es sólo que ya no cobran subsidio sino que tienen mucho más difícil encontrar un trabajo. Si el plazo medio de estancia en el paro son 15 meses, según un estudio de Asempleo, ellos tardan mucho más, sobre todo los mayores de 55 años (24 meses de media para recolocarse). Y muchos ya no lo consiguen, mientras ven que no pueden jubilarse antes. Sobre todo porque la mayoría de estos parados de larga duración tienen poca formación. De hecho, más de la mitad de todos los parados no tiene la ESO terminada y muchos son difíciles de recolocar porque son parados de construcción o banca, sectores con menos empleo ahora.

Por todo ello, la urgencia de España es dar una salida a todos los parados pero sobre todo a esos 2 millones largos que llevan más de 2 años sin trabajo, no cobran nada y encima tienen poca formación para encontrar otro empleo. Son, sobre todo, mujeres y mayores de 45 años que viven en la mitad sur de España. El futuro Gobierno debería poner en marcha un Plan de choque contra el paro, centrado especialmente en este colectivo más desfavorecido, que puede perder definitivamente el tren del empleo si no se le ayuda. Ya en mayo pasado, la Comisión Europea recomendó a España “impulsar políticas adecuadas de formación y políticas activas de empleo” para ayudar a los parados de larga duración, para evitar que su falta de empleo “pueda hacerse crónica”. Una petición que Bruselas lleva años haciendo a Rajoy sin que les haga caso. Es más, España, con el doble de paro que Europa, es uno de los paises que menos gasta en políticas activas de empleo: un 0,88% del PIB, frente al 0,93% de Francia, el 0,79% de Alemania (4,2% de paro), el 1,10% de Holanda, el 1,59% de Bélgica, el 1,09% de Suecia o el 2,26% de Dinamarca, según los últimos datos de la OCDE.

Hay que gastar más en formar a los parados e incentivar su contratación, pero también urge reformar las oficinas de empleo (SEPE), que sólo encuentran trabajo a un 1,7% de los parados. Es otra de las recomendaciones (baldías) que hizo la Comisión Europea a España en mayo pasado: “la capacidad de los servicios públicos de empleo para ofrecer ayuda y una orientación individualizada efectiva sigue siendo limitada”, decía el documento de Bruselas. Mucho es culpa también de los recortes y la falta de medios: España cuenta con un funcionario del SEPE por cada 269 parados (20% paro), frente a 1 por 47 en Alemania (4,2% paro), 1 por 36 de Dinamarca o 1 por 22 de Reino Unido.

Pero no basta con gastar más en formación y políticas de empleo. Hace falta reanimar la economía y volcarse en que crezca más, para crear más empleo, porque seguimos con el doble de paro que Europa. Eso exige recaudar más, no subiendo impuestos a la mayoría sino intentando que paguen más los que hoy pagan pocos impuestos: multinacionales, grandes empresas y los más ricos. Los expertos creen que podrían recaudarse 40.000 millones más luchando contra el fraude y la evasión fiscal de los que pagan poco (“legalmente”). Y una parte de esos ingresos extras deberían dedicarse a formación y a políticas activas de empleo pero también a reanimar la economía, con gastos e inversiones públicas que “tiren” de la inversión privada y del empleo. Y en paralelo, favorecer la subida de salarios, ligados a la mejora de la productividad, para reanimar el consumo, el gran motor del crecimiento.

Cara a la próxima Legislatura, todos los partidos y fuerzas sociales deberían dar prioridad a la creación de empleo y a buscar una salida al elevado paro, que, aunque baje sigue siendo muy preocupante. Pero no basta con palabras y declaraciones: hacen falta Planes y medios. Y sobre todo no caer en nuevos recortes, forzados otra vez por los fundamentalistas de Bruselas, porque supondrían un nuevo frenazo para el crecimiento y el empleo, como pasó de 2010 a 2014. Hay que dejarse de “triunfalismos”, de “esperar a que el crecimiento nos traiga empleo”, porque a este ritmo, se tardará más de una década en acabar con un paro insoportable. Francia, con la mitad de paro que España, decretó en enero de 2016 un “Estado de excepción contra el paro”, aprobando un Plan de choque con 2.000 millones extras de gasto en formación y políticas de empleo. Que Rajoy y su futuro Gobierno le copie en España. Lancemos “una guerra sin cuartel contra el paro y por el empleo”. Es nuestro gran problema nacional y no basta con “esperar y ver”. Actúen ya con más contundencia.