Pero quizás disuade aún más al potencial comprador no
saber dónde podrá recargar el coche eléctrico que compre. En España hay 38.725
puntos de recarga de acceso público, 22.696 en zonas urbanas y sólo 16.029
en vías interurbanas, según
datos de Anfac, que denuncia además la existencia de otros 11.496 puntos
de recarga instalados pero que no funcionan. Y el sector se queja de retrasos de 1 a 3 años en la instalación de postes de recarga, por los largos procesos administrativos para conseguir licencias, permisos y ayudas. Con ello, España
está muy lejos de los 83.500 puntos de recarga que debía tener instalados en
2024 para alcanzar el objetivo de 300.000 puntos de recarga en 2030.
El otro problema es que sólo una pequeña parte de estos puntos (4,7%) permiten
una recarga rápida de la batería (de 15 a 27 minutos) y sólo un 3,7% son de
carga ultrarrápida, lo que disuade el uso del coche eléctrico y más para
viajar. Eso restringe su compra a los que tienen una casa unifamiliar donde
recargarlo y a los que lo usan para ciudad, lo que provoca otro problema: los
seguros de los coches eléctricos son más caros (+17%
de media según la OCU), porque las aseguradoras argumentan que tienen
más riesgo de siniestros (al usarse más en ciudad) y sus averías son más
costosas.