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lunes, 16 de noviembre de 2015

Las grandes empresas pagan pocos impuestos


El Gobierno Rajoy ya no sabe qué hacer para “vender” sus logros económicos. Lo penúltimo: decir que las grandes empresas pagan ahora el doble de impuestos que con Zapatero. Es verdad. Pero no dicen que pagan sólo el 7,3% de sus beneficios, la mitad que las pymes y la tercera parte que la mayoría de trabajadores. Tampoco dicen que como grandes empresas, multinacionales y grandes fortunas pagan 38.000 millones menos de lo que deberían, la mayoría pagamos más impuestos. Y aun así, no llegan para cubrir gastos, por lo que hay recortes y déficit. El gran problema de España es que recauda menos que otros países y lo hace de forma injusta, cargando los impuestos en el 82% de españoles, los trabajadores. Así que otro gran reto de la próxima Legislatura es recaudar más, que paguen más impuestos grandes empresas, multinacionales y ricos. Se podrían recaudar 30.000 millones más sin subirnos los impuestos a la mayoría. Así no habría más recortes ni déficit.
 

enrique ortega


Empecemos haciendo un poco de historia sobre los impuestos de las grandes empresas españolas, un conglomerado de  4.000 grupos y 32.000 empresas. En 2007, el Gobierno Zapatero les hizo una serie de “regalos fiscales, con la excusa de fomentar la inversión y el empleo: bajada del tipo nominal del impuesto de sociedades (del 35 al 30%) y sobre todo, la creación de un abanico de exenciones, deducciones y beneficios fiscales que rebajaban al mínimo su tributación final. Y todo ello, con más ventajas para los grandes grupos empresariales que para el conjunto de empresas. El resultado de estos beneficios fiscales, junto a la crisis, fue un desplome de la recaudación en el impuesto de sociedades: pasó de 44.823 millones en 2007 a 16.611 millones en 2011. Y España se convirtió en el país europeo donde las empresas pagaban menos impuestos, sólo por delante de los países bálticos, Eslovenia y Hungría: la recaudación por sociedades (2011) suponía un 1,9% del PIB, frente al 2,5% de la media europea (y el 2,3% en Italia o Francia o el 2,6% en Alemania).

El resultado fue que las grandes empresas españolas sólo pagaron en 2011 un 3,5% de sus beneficios, mientras el total de empresas (algo más de un millón) pagaban el 8,8%. Algo que contrastaba con el 15% sobre beneficios que pagaban las pymes y el 11,9% de su renta bruta pagado por las familias españolas, según la Memoria de la Agencia Tributaria. Así que, al llegar Rajoy al poder, en diciembre de 2011, se encuentra con un gran “agujero fiscal”. “Nos encontramos con que algunas empresas del IBEX no pagaban impuestos”, llegó a decir en el Congreso. Y toma una serie de medidas, en 2012, 2013 y 2014, para que las grandes empresas paguen más impuestos, recortando deducciones y beneficios fiscales. Medidas que han llevado a que las grandes empresas pagaran en 2014 el 7,3% de sus beneficios, el doble de lo que pagaban en 2011 (3,5%), que es de lo que ahora “presumen”.

Pero ocultan dos datos muy significativos. Uno, que la recaudación por sociedades creció 2.102 millones de euros entre 2011 y 2014, mientras la recaudación por el IRPF aumentó  2.859 millones y la recaudación por IVA creció 6.872 millones. A lo claro: que el Gobierno Rajoy ha hecho pagar más a las grandes empresas, pero nos ha hecho pagar mucho más a la mayoría de nosotros, al declarar la Renta y al comprar (IVA). Además, una razón de que paguen más es porque ahora las empresas tienen más beneficios que en 2011, no sólo porque les hayan recortado beneficios fiscales. El otro dato del que no hablan es que las grandes empresas, aun pagando el doble que con ZP (7,3% de sus beneficios), todavía pagan la mitad que el conjunto de empresas (13,8%) y que las pymes (15% sobre beneficios) y la tercera parte que la mayoría de trabajadores (más del 20%), según la Memoria Tributaria.

Todavía, aun haciendo pagar más a las grandes empresas, España recauda 26.110 millones menos por el impuesto de sociedades que en 2007. Un “agujero” fiscal que la mayoría tenemos  que “tapar”, pagando algo más en la Renta (el IRPF recaudó 48 millones más en 2014 que en 2007) y en el IVA (recauda 323 millones más) pero sobre todo con los recortes que nos han hecho en educación, sanidad, inversiones públicas y Dependencia.

Pero el de las grandes empresas no es el único “agujero” que se hace al Fisco. Las multinacionales que operan en España también eluden el pago de impuestos, con una compleja “ingeniería fiscal (venta con pérdidas y préstamos a filiales, pago simulado de “royalties” o  trasvase de beneficios a filiales en paraísos fiscales) que les permiten pagar de media sólo un 5,3% de sus beneficios. Si Google, Apple, Ikea o Inditex pagaran impuestos en España sólo como las pymes (15% de sus beneficios), Hacienda recaudaría 8.250 millones de euros más al año, según los técnicos de Hacienda (Gestha). Y eso serían 8.250 millones menos que tendríamos que pagar en impuestos la mayoría (o más gasto público).

Pero el agujero no acaba ahí: los más ricos, las grandes fortunas, también pagan menos impuestos de lo que deberían, utilizando sociedades o SICAV (sociedades de inversión colectiva), que son bastante opacas (no hay que informar de todos sus titulares, sólo del Consejo de Administración) y apenas pagan impuestos: sólo tributan por el 1% de sus beneficios anuales (las sociedades cotizan por el 28% ahora). Los miembros de la SICAV solo pagan impuestos cuando venden y tienen beneficios, pero sólo tributan un 24% (como un Fondo de inversión o una renta de capital), casi como el tipo mínimo del IRPF (19,5%) y la mitad de lo que pagarían si cotizaran por renta (47% de tipo máximo, más los recargos autonómicos). En España hay 3.381 SICAV, con 33.663 millones invertidos. Si pagaran más impuestos, se podrían recaudar 3.000 millones extras, otros 3.000 millones más para gastar o bajar los impuestos al resto.

En definitiva, que si las grandes empresas, multinacionales y los más ricos pagaran lo que deberían, España podría recaudar 37.360 euros más al año, según los expertos fiscales de Gestha. Y eso supondría contar con más recursos para recomponer el Estado del Bienestar (sanidad, educación, pensiones y Dependencia, pensiones) y permitiría además que la mayoría de españoles pagara menos impuestos. Porque la presión fiscal en España ha subido con el Gobierno Rajoy: en 2014, el tipo medio que pagamos por todos los impuestos (IRPF, sociedades, IVA, impuestos especiales) fue del 15,2% sobre las bases imponibles (ingresos sometidos a tributos), frente al 13,30% en 2011, según la Agencia Tributaria. Y la presión fiscal (cociente entre impuestos e ingresos) fue del 33,8% en 2014 para un matrimonio con dos hijos, por encima de la media de la OCDE (26,8%). Por ello, somos el 9º país con más presión fiscal entre los 34 países de la OCDE.

España tiene dos graves problemas con los impuestos: recauda injustamente y recauda poco. La carga fiscal es injusta porque la mayor parte recae sobre el 82,2% de españoles, los 15 millones de contribuyentes que declaran menos de 30.000 millones al año, según cálculos de Gestha. Y además, España recauda mucho menos que otros países europeos: recaudamos el 38,7% de la riqueza (PIB), frente al 46,6% que recaudan los países del euro, según Bruselas (ver cuadro página 171 Previsiones otoño UE). Somos el 7º país europeo que menos impuestos recauda, sólo por detrás de Irlanda (34% de su PIB), Lituania (34,6%), Letonia (34,9%), Rumanía (35,4%), Bulgaria (36,7%) y Reino Unido (38,4%). Y esto es algo estructural, no por la crisis, ya que en los años buenos (antes 2007), recaudábamos el 37% del PIB frente al 43% los europeos. Eso significa que si España recaudara impuestos como los demás países del euro (46,6% del PIB y no el 38,7%), Hacienda podría ingresar 79.000 millones de euros más este año. No tendríamos déficit público y podríamos gastar más en lo mucho que hace falta.

¿Por qué recaudamos menos que los demás europeos? Porque hay más fraude y muchos pagan menos de lo que deberían. Primero está el fraude del IVA, por el que España deja de ingresar 12.000 millones cada año según cálculos de la Comisión Europea. Y luego está el “fraude legal” que hacen grandes empresas, multinacionales y los más ricos, estimado por Gestha en otros 60.000 millones anuales. Ya tenemos 72.000 millones. Una bolsa de fraude fiscal que podría reducirse a la mitad si el Gobierno tomara medidas eficaces, algo que no ha hecho Rajoy ni antes Zapatero o Aznar. No basta sólo con hacer una verdadera reforma fiscal, que reparta de manera más justa los impuestos para que no paguen sobre todo los que viven de una nómina. Hay que contar con medios: tras los recortes de Rajoy (-2.353 personas), Hacienda cuenta con un funcionario por cada 1.598 contribuyentes, frente a 1 por 942 en Francia o 1 por cada 740 contribuyentes en Alemania. Y no sólo faltan vigilantes: hay que vigilar de otra manera el fraude, porque ahora, sólo el 20% de la inspección vigila a grandes empresas y fortunas: el 80% de la labor de inspección se dedica a vigilar a los asalariados, según ha reconocido el presidente de los inspectores de Hacienda.

Parece claro que uno de los grandes retos de la próxima Legislatura son los impuestos, lograr recaudar más y de manera más justa. Para ello, es ineludible conseguir que las grandes empresas y multinacionales paguen más impuestos. El PSOE propone aplicarles una tributación mínima efectiva del 15% y Ciudadanos habla de un tipo único en sociedades del 20%, mientras el nuevo Gobierno navarro les ha impuesto un mínimo efectivo del 13%. Según los expertos de Gestha, con ese 15% a las grandes empresas y subiendo los tipos a las empresas con más de un millón de beneficios, se ingresarían 13.900 millones más.

Algo habría que hacer también con las SICAV, donde los partidos piden una revisión exhaustiva y el nuevo Gobierno de Navarra les ha impuesto una tributación del 28%. Pero con cuidado, porque si se les pone cerco se irán, como ya pasó en el País Vasco (había 200 SICAV y hoy no hay ninguna, tras subirles la tributación en 2009). Más que subirles tipos, los expertos defienden un mayor control, limitando al 3% el máximo de capital de la SICAV que puede tener un inversor y vigilándolas desde Hacienda, no desde la CNMV como ahora. Con una normativa más estricta,  podrían recaudarse 3.000 millones más. 

Pero en todos los casos (grandes empresas, multinacionales y SICAV), los grandes cambios fiscales deberían hacerse a nivel europeo, porque si el futuro Gobierno español hace cambios en solitario, las grandes empresas, multinacionales y SICAV pueden fugarse a otros países que les traten mejor, como acaba de hacer la española Grifols (ha fijado su sede legal en Irlanda, como Inditex, bancos y muchas empresas que tienen allí filiales por motivos fiscales, porque pagan sólo el 12% de impuesto de sociedades frente al 28% en España). La unión fiscal es otra gran asignatura pendiente de una Europa dividida en casi todo, no sólo con los refugiados.

Pero algo hay que hacer en España la próxima Legislatura, porque urge recaudar más y hacerlo de forma más justa, algo que reclaman la mayoría de españoles: el 86,7% cree que los impuestos no se pagan con justicia y el 93,9% perciben que hay mucho o bastante fraude fiscal, según el último Barómetro del CIS. Hay que perseguirlo, con medidas legales y más inspección, lo que permitiría recaudar unos 18.000 millones más. Además, los expertos de Gestha plantean otras medidas para recaudar más: subida impuestos a los carburantes y nuevos impuestos medioambientes (+4.500 millones), armonizar impuestos sucesiones y patrimonio entre autonomías (+4.500 millones) y un plan de lucha contra el fraude (+7.700 millones). En total, creen posible recaudar 42.400 millones más al año. 

Aunque sólo fueran 30.000 millones más, eso sería un gran balón de oxígeno para España: permitiría reducir el déficit sin más recortes (10.000 millones de recorte extra pide Bruselas) y destinar el resto a recomponer el Estado del Bienestar (sanidad, educación, pensiones y dependencia) y a reanimar la inversión pública y privada, para crecer más y crear más empleo, nuestra primera prioridad como país. No es el cuento de la lechera. Es una tarea urgente.

lunes, 14 de octubre de 2013

Las grandes empresas apenas pagan impuestos


En 2014, el Gobierno Rajoy volverá a aplicar su receta: más impuestos y más recortes para bajar el déficit, a costa de estancar la economía y no crear empleo. Pero hay otra vía: ingresar más, que paguen impuestos los que apenas pagan. Las grandes empresas sólo pagan el 4% de sus beneficios y las multinacionales (Google, Apple, Amazon...) ni eso. Mientras, las pymes pagan el 15% y las familias un 12% de sus rentas. Si grandes empresas y multinacionales pagaran lo que deben, recaudaríamos hasta 15.000 millones más al año. Y habríamos evitado los duros recortes en Sanidad, Educación y Dependencia. Hace falta una reforma a fondo del impuesto de sociedades, para terminar con los “regalos fiscales” que hizo Zapatero en 2007 a las grandes empresas. Curiosamente, Rajoy les está haciendo pagar más, aunque menos que al resto. Ahora que recuperan beneficios, las grandes empresas deben pagar más impuestos. Y la mayoría menos.
                                
                                                                                                Enrique Ortega
Lo acaba de decir Hacienda: las grandes empresas siguen sin pagar apenas impuestos. Sólo han tributado un 4,13% de sus beneficios en 2012, según los Presupuestos 2014 enviados al Congreso. En 2011, según la Memoria Tributaria, las grandes empresas españolas (4.000 grupos y 32.000 empresas) habían pagado a Hacienda sólo el 3,5% de sus beneficios, mientras el total de empresas (algo más de 1 millón) habían pagado el 8,8% de sus beneficios. Algo que contrasta con el 15% pagado por las pymes y el 11,9% de su renta bruta pagado por las familias españolas.

Las grandes empresas pagaron en 2011 a las arcas públicas 3.012 millones de euros, la cuarta parte que en 2006 (12.673 millones). Y eso, no porque les hayan caído tanto los beneficios (bajaron un 31%, mientras sus impuestos cayeron un 76%), sino gracias a los “regalos fiscales” que les hizo el Gobierno Zapatero en 2007, con la excusa de fomentar la inversión y el empleo. Por un lado, les bajó el tipo nominal de sociedades del 35 al 30%. Pero, sobre todo, les creó un abanico de exenciones, deducciones y beneficios fiscales que reducían al mínimo la tributación. Y todo ello, con más ventajas para los grandes grupos que para el conjunto de empresas. Por un lado, las normas fiscales de los grupos consolidados permiten compensar los resultados entre las compañías del grupo: restar las pérdidas de unas de los beneficios de otras. Y por otro, son las grandes empresas las que mejor pueden aprovechar las deducciones y beneficios fiscales creados en 2007.

El resultado de estos beneficios fiscales, junto a la crisis, fue un agujero en los ingresos: la recaudación por sociedades pasó de 44.823 millones en 2007 a 16.611 millones en 2011, la tercera parte. Y con ello, España se convirtió en el país europeo donde las empresas pagan menos impuestos, sólo por delante de los países bálticos, Eslovenia y Hungría: la recaudación por sociedades (2011) suponía un 1,9% del PIB, frente al 2,5% de media europea (y el 2,3 % en Italia o Francia, el 2,6% en Alemania o el 3,1% en Reino Unido).

Y  en esto, Rajoy llega al poder a finales de 2011. “Nos encontramos con que algunas empresas del IBEX no pagaban impuestos”, dijo este año el presidente en el debate del Estado de la Nación. Y agobiados por el déficit, el PP, que había acusado a Zapatero en 2007 de ser “poco ambicioso” en los beneficios fiscales a las empresas, inicia una contrarreforma fiscal, en 2012 y 2013,con la que fuerza a las empresas, sobre todo a las grandes a pagar más impuestos, recortando o suprimiendo beneficios fiscales: por  gastos financieros, por fondo de comercio, supresión de la libertad de amortización, límites a las deducciones por pérdidas de cartera, supresión deducciones por pérdidas participadas, no deducción pérdidas en el extranjero… Medidas que han permitido recaudar casi 3.000 millones más por sociedades en 2012 (19.581 millones), aunque las grandes pagan sólo el 4,13% de sus beneficios.

Otro gran problema son las multinacionales, que apenas pagan impuestos, ni en España ni en la mayoría de Europa. Basten tres ejemplos. Google declaró pérdidas en España en 2011, por segundo año consecutivo, gracias a que factura a través de Irlanda y deriva sus beneficios a Holanda y luego al paraíso fiscal de Bermudas. Apple también declaró pérdidas en España, a pesar de su éxito de ventas, y lo mismo Amazon. De hecho, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia tienen abiertas investigaciones a Google, Apple, Starbucks, Amazon, Facebook, Microsoft, HP, Yahoo y Samsung por evadir impuestos “legalmente”, a través de mecanismos similares: inflar precios de ventas entre filiales para encubrir beneficios, traspasar deudas a filiales de países donde deducen los gatos financieros (España) y ubicar las sedes y beneficios en paraísos fiscales. La diferencia  es que muchas de estas investigaciones europeas (y en EEUU) son públicas, incluso en el Parlamento (Gran Bretaña), mientras aquí Hacienda no informa de las inspecciones abiertas a Google o Apple, aunque es positivo que haya abierto en 2013 una Oficina de fiscalidad internacional para “vigilarlas”.

En uno y otro caso, grandes empresas y multinacionales, hacen falta cambios legales para obligarles a pagar más impuestos. En el caso de las multinacionales, la normativa fiscal ha de ser internacional y en ello está trabajando, aunque despacio, la OCDE y Bruselas, que tiene parada también la tasa Tobin, el impuesto a las transacciones financieras, que no entrará en vigor en 2014, como aprobaron 11 países europeos, entre ellos España. En el caso del impuesto de sociedades, el Gobierno Rajoy ha prometido una reforma para 2015, en la que trabaja un Comité de expertos para aprobarla en marzo de 2014.

La reforma del impuesto de sociedades exige cambios en profundidad, tras los parches de estos años (70 cambios) para subir la recaudación. Y hay que vigilar más a las empresas españolas con filiales en paraísos fiscales: el 94% de las empresas del IBEX tienen presencia en paraísos como Delaware (USA), Holanda, Luxemburgo, Suiza, Hong Kong y Bermudas. Los expertos proponen varias medidas: bajar el tipo nominal (está en el 30%, de los más altos de Europa donde la media es el 25,7%), eliminar deducciones (en otros países no existe libertad de amortización ni por provisiones de cartera ni por gastos financieros sin límite), revisar y eliminar los regímenes especiales (más de una docena) y acercar la base imponible al resultado contable. En definitiva, tanto ganas tanto pagas, como las pymes o las familias. Sin “regalos” que acabamos pagando el resto de los contribuyentes.

Ahora es un buen momento para reformar sociedades, porque las empresas, sobre todo las grandes, han vuelto a aumentar sus beneficios: las empresas del IBEX ganaron 15.292 millones en el primer semestre, un 18,8% más, por primera vez desde 2011 (+1%). Y además, nos hace falta, para reducir el déficit público sin tener que hacer más recortes: los cambios en sociedades y multinacionales podrían suponer entre 10.000 y 15.000 millones más de ingresos al año, el equivalente a los recortes hechos en Sanidad, Educación y Dependencia.

Al final, las cuentas son muy sencillas: o las grandes empresas y multinacionales pagan impuestos como en otros países y como los demás (pymes y familias) o el Estado tendrá que recaudar más de los asalariados y del consumo, como ahora, y tapar el agujero de las cuentas públicas con más recortes. Las grandes empresas y multinacionales tienen que ganar dinero, para invertir y crear riqueza y empleo, pero también pagar los impuestos que deben. Lo que pasa ahora es un escándalo.

miércoles, 1 de junio de 2011

A confesarse con Hacienda

Queda un mes para confesarse con Hacienda, pero este año los contribuyentes parecen tener más prisa por declarar sus ingresos de 2010. Y eso porque ahora, gracias a Internet, en vez de la penitencia reciben antes la devolución. De hecho, los primeros quince días de abril, ya había casi 600.000 contribuyentes que habían cobrado su devolución. Hay prisa por cobrar, por la crisis. Y es que a ocho de cada diez contribuyentes, la declaración del IRPF les sale a devolver, porque les retuvieron de más el año pasado o por las deducciones, sobre todo por vivienda y planes de pensiones. Con todo, este año han subido los tipos, como pasará en la próxima declaración. Y Hacienda sigue controlando de cerca lo que confesamos, cada vez con más datos. Este año va a vigilar sobre todo a los profesionales.
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El impuesto sobre la renta, el IRPF, de dónde saca el Estado casi la mitad de sus ingresos (43,5%), no se paga ahora, sino que lo hemos pagado casi todo en 2010, con las retenciones mes a mes. Ahora, con la declaración, se trata de ajustar esos pagos con las deducciones. Y a  la mayoría, al hacer cuentas, le sale que Hacienda tiene que devolverle dinero. Así, de 19,4 millones de declaraciones que se esperan esta primavera, 15,2 millones tienen derecho a devolución (200.000 menos que el año pasado), que recibirán 11.167 millones de euros (7,33% menos que en 2010). Y 4,2 millones son positivas, aunque sólo 3,8 millones de contribuyentes (2 de cada 10) pagan ahora con la declaración, 6.184 millones de euros (+3,46%). En definitiva, que Hacienda devuelve ahora casi el doble de lo que ingresa, porque la recaudación del IRPF (67.601 millones) ya la hizo el año pasado, con las retenciones en nóminas y otros ingresos.
El IRPF es un impuesto que pagan fundamentalmente los asalariados: casi el 80 % de la recaudación viene de las nóminas, el camino por el que pagan un 90% de los contribuyentes. Y además de ser un impuesto que pagan los trabajadores, el IRPF lo pagan sobre todo las rentas medias y altas, ya que las rentas bajas están exentas o apenas pagan. Tras la reforma fiscal de 2007, en la primera legislatura de ZP, unos 6 millones de contribuyentes (el 30% del total) dejaron de pagar IRPF, según el IEF, al elevarse el mínimo personal y familiar exentos de declarar (ahora, los que ganan menos de 22.000 euros año brutos, o sea todos los mileuristas). Esta enorme bolsa de no declarantes se explica no tanto por progresividad fiscal como porque Hacienda se quitaba así un gran paquete de contribuyentes que ingresaban poco y daban mucho trabajo de gestión, centrándose en menos contribuyentes, las rentas medias y altas.
En consecuencia, si se analiza lo que el contribuyente paga a Hacienda, se ve que las rentas altas, con unos ingresos de más de 39.000 euros (10,3% de las declaraciones) aportan el 56% de la recaudación total del IRPF y que las rentas más bajas (58% de las declaraciones, con ingresos por debajo 18.000 euros) aportan el 10% de los ingresos, quedando el 34% restante para las rentas medias (18.000-39.000 €), según la Agencia Tributaria. Esto habla de un impuesto progresivo (paga más quien más tiene), aunque no controle muchos ingresos y fortunas, que evaden vía empresas interpuestas, sociedades o SICAV. Baste decir que sólo 8.059 contribuyentes reconocen ganar más de 600.000 euros al año, frente a una inmensa mayoría (95,45%) que confiesa ganar menos de 60.000 euros.
Este año, al declarar la renta de 2010, a todos nos han subido los impuestos, un 5,5%, por dos medidas: la supresión de los 400 euros y el aumento de las retenciones al ahorro, del 18 al 19% (o al 21 % si se perciben más de 6.000 euros). Además, no se han actualizado con la inflación los mínimos personales y familiares. Con todo ello, la presión fiscal (ingresos tributarios más cotizaciones/PIB) subió del 30,4 % en 2009 al 31,5% en 2010. Y volverá a subir en 2011, hasta el 32,5%, por la subida de tipos en las rentas más altas, la no actualización de los mínimos con la inflación y, sobre todo, al desaparecer (para la mayoría) la deducción por inversión en vivienda, de la que se benefician 6,6 millones de contribuyentes. Además, en la próxima declaración (a presentar en 2012), subirán los tipos del IRPF algunas autonomías (Cataluña, Andalucía, Extremadura o Cantabria), con lo que pagaremos más que este año.
Ya nos toque pagar o nos devuelvan, hay que procurar confesarse bien con Hacienda, porque cada vez sabe más de nosotros. Y lo que no sabe, se lo dicen. Así, desaparecido el impuesto del patrimonio (2008), bancos y Cajas están obligados a darles nuestros datos claves: saldos de cuentas, depósitos y créditos, rendimientos, compras y ventas de Fondos y valores. Con ello, y con datos de autonomías, Ayuntamientos, Seguridad Social y múltiples organismos internacionales, Hacienda tiene una gran base de datos para controlarnos y detectar el fraude, casi imposible para los que viven de un sueldo.  Y como tiene necesidad de ingresar, va a por todas. En 2010 ya recaudó 10.000 millones en la lucha contra el fraude, un 23,7% más. Y este año ha dicho que va a vigilar con lupa a los profesionales y los signos externos de riqueza, desde el uso de tarjetas de crédito a viajes caros, barcos, coches o pisos de lujo. Vale, que vigile, pero de verdad. La mayoría no tenemos nada que esconder.

miércoles, 27 de abril de 2011

Bajan los alquileres

Cada vez hay más casas en alquiler. Muchos propietarios han cambiado el cartel “Se vende” por “Se alquila”, porque no quieren bajar más el precio de venta. Y muchos jóvenes y familias han tenido que optar por el alquiler al no poder pagar una hipoteca, por la crisis. El caso es que los alquileres llevan bajando desde 2008 y se espera que no suban hasta después de 2015. Con todo, la mayoría de los jóvenes siguen viviendo con sus padres y ni siquiera se van de alquiler, porque están en paro o con un empleo precario. España es el país europeo con menos alquileres, a pesar de las ayudas y deducciones. Nos va ser propietarios, aunque eso nos lleve a estar endeudados de por vida.
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Los alquileres han caído un 3,1 % en el primer trimestre de 2011, quedando en un precio medio de 7,80 euros/m2, según el informe de Fotocasa. Y en el último año, la bajada de los alquileres ha sido del 7,3%. Los alquileres están bajando sobre todo en Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Aragón, aunque suben en Galicia, País Vasco y Asturias. Los alquileres más baratos se encuentran en Orense, Castellón, Lugo y  Extremadura (todos por debajo de los 5 euros/m2). Y los más caros en Bilbao, San Sebastián, Madrid, Barcelona, Vitoria, Baleares, Navarra y Gerona, entre 7,8 y 11,4 euros/m2.
Con marzo, son ya 37 meses de descensos ininterrumpidos de los alquileres en España. El precio máximo del alquiler se registró en mayo de 2007 (cuando había bofetadas por encontrar un piso en alquiler) y desde entonces han bajado un 23 %. Ahora hay donde elegir (más oferta y pisos de más calidad) y los alquileres están entre 100 y 200 euros más bajos que antes de la crisis. Y todavía se espera que bajen hasta el 2015, en torno al 5% anual, según APEI.
Bajan los alquileres porque hay más oferta, porque hay 600.000 pisos sin vender y muchos propietarios prefieren alquilarlos a venderlos con más descuento (ya han bajado un 20% y deberían bajar otro 20% más).También ha ayudado que los propietarios han perdido el miedo a alquilar, gracias a una normativa más ágil en los desahucios por impagos y a la ayuda de  seguros y agencias públicas de alquiler. Y también se ha reanimado la demanda: con la crisis, muchas familias han visto que no podían pagar una hipoteca (cada vez más caras y difíciles) y se han animado al alquiler, compartiendo piso en muchos casos.
El perfil del inquilino medio es un español mileurista, menos de 30 años, soltero y que trabaja en el sector servicios, según un informe. La mayoría de los inquilinos buscan el alquiler por Internet, cerca de su trabajo y están de media unos 2 años. Un tercio gana menos de 20.000 euros al año, casi la mitad tienen entre 26 y 35 años, la mayoría solteros (44%) y casados (31,5%) y dos de cada tres (65,5%) son españoles, tras haber bajado los emigrantes.
Un empujón al alquiler han sido las deducciones fiscales y ayudas a los jóvenes. El propietario se puede deducir el 60% de los alquileres que ingrese y si alquila a jóvenes (18-30 años), la deducción puede llegar al 100%.Para el inquilino, la deducción estatal en el IRPF es del 10,05%, con un máximo de 6.063 a 9.040 euros, según sus ingresos. Además, 12 autonomías tienen deducciones fiscales del 10 al 20 % sobre los alquileres que se pagan, sobre todo para inquilinos de menos de 35 años. Y luego está la renta de emancipación: 210 euros al mes durante 4 años que pueden recibir los jóvenes que pagan un alquiler (más un préstamo sin interés de 600 € para la fianza), si ingresan menos de 22.000 euros al año.
Se trata de ayudar a los jóvenes a emanciparse, pero no se van de casa ni con agua caliente: un 54,2% de los jóvenes entre 18 y 34 años sigue viviendo con sus padres en España, mientras en la UE son un 46%. El porcentaje ha aumentado con la crisis y son ya 5.850.000 jóvenes no emancipados, más de la mitad con menos de 25 años. Y entre los nacidos a finales de los años ochenta, más del 80% viven con sus padres.
La mayoría vive con sus padres porque no se puede marchar. Unos, porque están en paro (el paro juvenil es ya del 43,5%). Y otros, porque ganan poco (8 de cada 10 jóvenes empleados ganan menos de 1.500 euros al mes) y tienen un trabajo precario (37,4% jóvenes tienen contratos temporales). En consecuencia, los jóvenes ganan menos de la mitad de lo que necesitan para pagar una hipoteca (necesitarían ganar 2.267 €/mes) y muchos no pueden solos pagar el alquiler medio, que está en 639,48 € mes. Así que se quedan con los padres.
Con todo, el alquiler es la solución ideal para que un joven se emancipe, aunque la mayoría han aprendido de sus padres y prefieren ser propietarios, según las encuestas. Pero lo van a tener muy difícil, al menos en una década. Por eso hay que seguir promoviendo el alquiler, desde la promoción pública (el 40% de las nuevas VPO del Plan de Vivienda 2009-2012 son para alquiler) y con estímulos a los promotores privados. España es el país con menos alquileres de Europa: 17%, frente al 35% en la UE o el 47% en Alemania. Somos un país de propietarios y eso nos ha llevado a la crisis del ladrillo y a estar endeudados de por vida. Nuestros hijos deberían cambiar el chip y alquilar más, para endeudarse menos.