Castigo político a autonomías y Ayuntamientos
El enfrentamiento político constante provoca que
no se resuelvan los grandes problemas que preocupan a los
españoles, desde la sanidad y la educación a la vivienda, la Dependencia, el
agua o las ayudas a la familia. Un ejemplo reciente: el PP ha
bloqueado en el Senado el techo de gasto para 2024, paso previo a
los Presupuestos (ahora prorrogados). Y así, ha privado a autonomías y Ayuntamientos
(la mayoría gestionados por el PP) de gastar 4.380 millones extras este año,
que no podrán destinarse a servicios públicos. Ese dinero está perdido,
aunque el Gobierno ha asegurado, con una enmienda a otra Ley, que autonomías
y Ayuntamientos reciban este año más dinero que nunca, a cuenta de la
recaudación prevista. Pero la mayoría de autonomías y Ayuntamientos (gestionadas
por PP y Vox) han aprovechado para bajar impuestos (más a los más ricos),
con lo que recaudarán menos y no podrán gastar más en sanidad,
educación, Dependencia, gastos sociales y servicios públicos, faltos de medios
y recursos. La política manda.
Enrique Ortega
El primer trámite para que cualquier Gobierno elabore
unos Presupuestos es aprobar “el
techo de gasto”, un tope al gasto que se puede presupuestar
para rebajar el déficit y la deuda. Es una exigencia impuesta por
Bruselas en 2011, que obligó a reformar
la Constitución española (artículo 135,
en septiembre de 2011) y aprobar una Ley de Estabilidad
Presupuestaria (abril de 2012), que exige aprobar ese techo de gasto
previo a cualquier Presupuesto (el primero, para el Presupuesto 2013). Esta
vez, el
Gobierno Sánchez aprobó el 12 de diciembre pasado ese techo de gasto
para los Presupuestos de 2024 y lo envió al Congreso, que lo aprobó
el 10 de enero. Luego tuvo que pasar al Senado, donde la mayoría absoluta del
PP lo rechazó, como ataque político al Gobierno y su amnistía. El Gobierno volvió a aprobar (13
de febrero) ese mismo techo de gasto y lo envió, por 2ª vez, al Congreso (que
lo volvió a aprobar el 29 de febrero) y
al Senado, que volvió
a rechazarlo (6 marzo), alegando está vez la corrupción y el caso
Koldo.
El Gobierno reaccionó a este doble veto manteniendo
el anterior techo de gasto para 2024, que había enviado a Bruselas en
abril y que aprobó la Comisión Europea. Pero ojo, este anterior techo de
gasto, que podía aplicar este año, tiene una diferencia esencial:
permite menos gastos a autonomías y Ayuntamientos. En el techo de
gasto vetado por el PP en el Senado, se permitía a las autonomías tener un
déficit del -0,1% de su PIB, mientras que en el anterior techo (el vigente ahora)
no pueden tener déficit. Y se permitía a los Ayuntamientos tener un superávit del
+0,2% de su PIB, mientras el anterior (el vigente ahora, tras el veto del
Senado) les prohíbe tener superávit. Consecuencia:
las autonomías podrán gastar 1.456 millones menos en 2024 y los
Ayuntamientos otros 2.924 millones menos.
Así que el veto político del PP (y Vox) al
nuevo techo de gasto (que permitía más gasto a Ayuntamientos y
autonomías a cambio de menos gasto del Estado) suponía que autonomías y
Ayuntamientos podrían
gastar 4.380 millones menos. Un veto político que era “un tiró en el
pie”, porque perjudicaba a instituciones gobernadas mayoritariamente por
PP y Vox (11 autonomías y el 40% de Ayuntamientos). De hecho, la Comunidad de Madrid va a
poder gastar 284,2 millones menos este año, Andalucía -195,7 millones,
la Comunidad Valenciana -137,3 millones, Galicia -75,8 millones, Castilla y León
-69,7 millones y Canarias -53,2 millones, por ejemplo, mientras Cataluña pierde
-277,1 millones, País Vasco otros -86,2 millones, Castilla la Mancha -50,7
millones, Aragón -45,4 millones, Murcia -38,9 millones, Baleares -38,5
millones, Asturias -28 millones, Navarra -24,5 millones, Extremadura -24
millones y Cantabria -17,6 millones, según
cálculos de Hacienda, que recuerda que con ese mayor gasto autonómico
(los 1.456 millones perdidos con el veto del Senado) se podrían crear 50.000
plazas de profesores o 28.000 de médicos.
El mayor recorte por el veto al nuevo techo de gasto lo
sufrirán los Ayuntamientos, que no podrán gastar 2.924 millones más
este 2024, unos recursos que les permitirían promover viviendas públicas,
mejorar el transporte público o los servicios municipales, afrontar los
problemas de agua o mejorar las ayudas a mayores y personas vulnerables. El Ayuntamiento
que más pierde es el de Madrid (-202 millones), seguido de lejos por Barcelona
(-101 millones), Sevilla (-42), Málaga (-36), Las Palmas (-23), Vigo (-18), A Coruña
(-15), Fuenlabrada (-15), Alcorcón (-10) o Pontevedra (-5 millones), según
datos del PSOE, que propondrá mociones en Ayuntamientos y autonomías para
denunciar el perjuicio del veto del PP (y VOX) a sus propias instituciones. Y ,tanto Ayuntamientos como autonomías, tendrán que rehacer sus
Presupuestos 2024, para incluir estos menores ingresos.
Una semana después del veto en el Senado al techo de gasto,
el Gobierno
catalán se descolgó con un adelanto electoral, al no poder aprobar sus
Presupuestos para 2024, por el veto de los comunes. Y unas horas después, el Gobierno
Sánchez comunicaba que renuncia
a presentar unos Presupuestos para 2024, como tenía previsto (en abril)
, porque necesitaba pactar con los nacionalistas catalanes (y vascos), que
estarían enfrascados en sus elecciones (21 de abril en Euskadi y 12 de mayo en
Cataluña) y eso enturbiaría sus exigencias. Además de que sólo servirían
para 6 meses (sería imposible aprobarlos antes de junio). Su decisión es mantener
la prórroga de los Presupuestos 2023 para todo 2024, una prórroga
que ya aprobó el Gobierno el 27 de diciembre de 2023. Y ponerse a trabajar para
presentar en septiembre los Presupuestos de 2025.
Esta será la 9ª prórroga de Presupuestos de la democracia.
La prórroga más duradera fue la de los últimos Presupuestos de Montoro, los
de 2018, que sirvieron para 2018, 2019 y 2020, siendo los de 2021 los primeros
aprobados por el Gobierno Sánchez. La prórroga de Presupuestos afecta
negativamente a la economía, aunque se salvaguardan temas claves, como la
subida de las pensiones (se cumplirá la Ley de subirlos con el IPC) y los
funcionarios (subida pactada), así como las rebajas de impuestos a la electricidad
y los alimentos (aprobadas ya). Tampoco afecta la prórroga de Presupuestos a las
inversiones ligadas a los Fondos
europeos, que seguirán su curso. Eso sí, no se podrán retocar impuestos ni realizar
nuevos gastos, lo que impedirá aplicar reformas como la gratuidad de la
enseñanza de 0 a 3 años, algunas mejoras a la dependencia, ayudas al campo y medidas
ligadas a la nueva Ley de Familia y la de derechos de los consumidores. En
definitiva, no poder aprobar un nuevo Presupuesto no ayuda a resolver
problemas, paralizando algunos gastos e inversiones.
Cara a autonomías y Ayuntamientos, el Gobierno
Sánchez ha encontrado “un truco” para que reciban en 2024 las “entregas a
cuenta” de la recaudación prevista: las
ha incluido a última hora como enmienda socialista al proyecto de Ley de
ayudas anticrisis. Así, asegura que las autonomías recibirán este año 134.658
millones, un +8,3% que en 2023, a
cuenta de la recaudación prevista (les toca un 50% de lo que Hacienda espera
ingresar por IRPF e IVA y un 58% de los impuestos especiales). Falta saber si
les podrá abonar también (con un Presupuesto prorrogado) los otros 20.746
millones que les corresponden como liquidación definitiva de 2022 (se liquida 2
años después). En el caso de los Ayuntamientos, la misma enmienda les
asegura este año 23.773 millones de euros, un +5,1% que en 2023, como
entrega a cuenta de la recaudación prevista (municipios reciben el 2,13% de los
ingresos por IRPF, el 2,32% del IVA y el 2,92% de los impuestos especiales). Y queda
por saber si podrán recibirán alguna cantidad adicional (como otros años) por la liquidación final de 2022.
En cualquier caso, Hacienda reitera que autonomías y
Ayuntamientos recibirán
en 2024 las mayores transferencias del Estado de la historia, como ya
pasó en 2023, gracias a que Hacienda consiguió una recaudación récord, por el
crecimiento del PIB y del empleo, aumento de recaudación que será menor en
2024, aunque Hacienda estimaba (antes de prorrogar el Presupuesto) que iban
a recibir 20.000 millones más que en 2023. Y destacan que las autonomías
han recibido 178.750 millones más (+40%) durante los Gobiernos de
Sánchez (entre 2019 y 2013) que los recibidos en los 5 años de Gobiernos de Rajoy
(2013-2017), según datos aportados por Hacienda como defensa ante las
acusaciones de falta de recursos.
¿Qué han hecho las autonomías (y los Ayuntamientos) con
estos mayores recursos recibidos del Estado central? La mayoría los han destinado a mayores gastos
e inversiones, aunque hay autonomías que también han aprovechado para gastar
menos en algunas cosas. Dos ejemplos escandalosos. Uno, el gasto
en Dependencia. En 2021, 11 autonomías aprovecharon que el Gobierno aprobaba
un Plan de choque y aumentaba el gasto estatal en dependencia para gastar ellos
menos (“ahorraron” 188,7 millones), según
denunciaron los Directores de Servicios Sociales. Y en 2022, volvieron a
hacerlo: 9 autonomías gastaron 203 millones menos en Dependencia, mientras había
180.000 dependientes “en lista de espera”. El otro ejemplo, las rentas
mínimas: 13 autonomías han aprovechado que el Gobierno central ponía
en marcha del Ingreso Mínimo Vital (IMV) para reducir el gasto (-241 millones,
entre 2020 y 2022) y los beneficiarios (-128.448) de las rentas mínimas que
financian las autonomías, según otra
denuncia de los Directores de Servicios sociales.
Lo que han hecho la mayoría de las autonomías (y
Ayuntamientos), sobre todo a partir de 2023, cuando ganaron las elecciones
del 28-M el PP (y Vox), ha sido bajar los impuestos, aprovechar
los mayores recursos recibidos para reducir los impuestos (más a los
que más tienen). En 2023, ya bajaron el impuesto de la Renta (bajando la
tarifa o aumentando las deducciones) la Comunidad de Madrid, Andalucía, Aragón,
Canarias, Extremadura y Canarias. Y en 2024, son
ya 11 las autonomías (básicamente las gobernadas por PP y Vox) que han
vuelto a bajar la tarifa del IRPF (aumentando además deducciones), así
como la tarifa del impuesto de sucesiones y donaciones (peleando por
quien cobra menos por las herencias), transmisiones patrimoniales y sobre todo,
aprobando cambios en el impuesto de patrimonio: 7 autonomías han
legislado para recuperar lo que perdían al aprobar Hacienda el impuesto
alternativo sobre grandes fortunas, según
refleja este estudio del Consejo de Economistas, donde se ve “el guirigay
fiscal” de las autonomías.
El problema de estas bajadas de impuestos
autonómicos (y municipales), que políticamente “suenan bien”, es que reducen
la recaudación de las autonomías (y Ayuntamientos), perjudicando a
sus ciudadanos. Se
estima que en la Comunidad de Madrid, las rebajas sólo en el IRPF
van a recortar sus ingresos en 379 millones en 2024 (más otros
1.200 millones que pierde por bonificar el Impuesto de Patrimonio). En Murcia,
las rebajas supondrán recaudar este año 400 millones menos y otros 366 en la Comunidad
Valenciana, 240 millones menos en Canarias, 120 millones en Baleares,
90 millones menos en Cantabria, 67 en Extremadura, 51 en Aragón
y 50 millones menos en Galicia…
En definitiva, las mismas autonomías (y partidos) que se
quejan de que están “infra financiadas”, aprueban por ideología
política unas rebajas fiscales (que favorecen más a los contribuyentes
con más recursos) que les suponen recaudar menos y por tanto poder gastar
menos en servicios públicos y sociales, que necesitan más los que menos
tienen. Basta analizar
las autonomías que menos gastan en educación, Sanidad, Dependencia o rentas
mínimas para ver que son las que más bajan impuestos. Veámoslo.
En sanidad, 6 autonomías
gastaron por debajo de la media (1.809 euros por habitante) en 2023: Madrid
(1.446 euros), Cataluña (1.456), Murcia (1.535), Andalucía
(1.605), Comunidad Valenciana (1.628) y Canarias (1.651 euros/habitante).
En educación, gastaron
por debajo de la media (en 2022) Madrid (816 euros por habitante),
Canarias (907), Castilla y León (968), Galicia y Aragón (998), Asturias (935) y
Baleares (937). En Dependencia, los
que menos gastan por habitante potencialmente dependiente (2023) son
Asturias (744 euros), Galicia (812), Canarias (858), Navarra (971), Aragón
(986), Murcia (1.020), Baleares (1.238), Cantabria (1.239) y Comunidad
Valenciana (1.292), todas por debajo de la media (1.305 euros), mientras Madrid
recortó este gasto un -57%. Y en
rentas mínimas, hay gran distancia entre los 526,4 millones que
gastó Cataluña (2022), los 379,6 millones del País Vasco, 97,11 de Canarias o
77,22 de Andalucía y los 25,18 millones que gastó Madrid, 23,2 de
Extremadura, 7,7 de Murcia, 7,3 de Aragón y los 3,4 millones gastados por Castilla
la Mancha.
Y no podemos olvidar las desigualdades en el gasto de los
Ayuntamientos, que sostienen
unos Presupuestos de 50.000 millones al año, destinados al pago de
personal y a atender servicios básicos para sus vecinos (transportes, basuras,
abastecimiento agua, policía, seguridad e inversiones en infraestructuras y
servicios). Aquí, el gasto es muy desigual, porque lo son sus
ingresos, relacionados con su población y economía: dos tercios de su
recaudación procede de la vivienda (del IBI) y el resto de los vehículos,
la actividad comercial, las tasas y las transferencias que reciben del Estado y
de su autonomía. Los Ayuntamientos con más gasto
por habitante (2023) son Barcelona (2.243 euros), Marbella
(2.227), San Sebastián (2.095), Bilbao (1.915), Lleida (1.630),
Madrid (1.622), Cádiz (1.451), Tarragona (1.383), Zaragoza (1.325), Valencia
(1.320), Huelva (1.314), Toledo (1.290), Logroño (1.281) y Málaga (1.258 euros
por habitante). El gran problema lo tienen los Ayuntamientos pequeños (8.000),
con bajos ingresos y unos gastos mínimos que han de afrontar.
En resumen, estamos ante un problema muy serio: la mayoría
de los servicios públicos que nos importan dependen de los Ayuntamientos
y, sobre todo, de las autonomías (gestionan
el 92% del gasto sanitario, el 85% del educativo y el 73% de la Dependencia).
Y aunque reciben muchos más recursos del Estado, racanean con los gastos sociales
y rebajan impuestos, recortando así su recaudación. Este año 2024,
sin el gasto extra del techo de gasto vetado y sin Presupuestos, tendrán que
ajustar sus Presupuestos y hacernos recortes. Pero lo
tienen peor para 2025, porque recibirán menos transferencias del
Estado (recaudará menos y tendrá que bajar más el déficit público) y ellos
también recaudarán menos. Así que convendría alcanzar acuerdos (tras las
elecciones europeas de junio) sobre financiación e impuestos (estatales,
autonómicos y municipales), para costear un Estado del Bienestar
que necesita más medios y recursos. Con tanta pelea política, no
avanzamos en resolver los problemas que preocupan a la mayoría.
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