lunes, 11 de marzo de 2024

Vuelve la burbuja de las criptomonedas

En pocas semanas, 400.000 españoles han hecho cola en Centros comerciales para que les escanearan el iris a cambio de unas pocas criptomonedas (80 euros). Coincide con una nueva fiebre por la compra de bitcoins y otras monedas digitales, que cotizan otra vez a precios récords, tras casi 2 años de desplome, al estallar en 2021 la anterior burbuja, donde se perdieron 2 billones de dólares. Pero los inversores, la mayoría jóvenes, no aprenden, y han vuelto a las compras masivas, amparados por los nuevos Fondos en bitcoin y una anunciada reducción de la oferta: son 580 millones de personas las que tienen criptomonedas, 4,7 millones en España. El BCE se lo acaba de repetir: “el valor real del bitcoin es cero”. Es sólo especulación. Pero proliferan plataformas, webs y cajeros de compraventa, mientras Europa ha aprobado un Reglamento sobre criptomonedas que no entra en vigor hasta el 30 de diciembre. Ojo donde mete su dinero: nadie da duros a peseta, por muy digital que sea.

                        Enrique Ortega, a partir de "El cambista y su mujer", de Marinus van Reymerswale   

Los últimos datos señalan que 580 millones de personas en el mundo eran usuarios de criptomonedas en 2023, un +34% que en 2022, según crypto.com. Más de la mitad (296 millones) han operado con Bitcoin, la cripto líder del mercado, y una cuarta parte (124 millones de usuarios) con Ethereum, a las que se suman, muy lejos, otras criptomonedas como Thether USDT, BNB, Solana, XRP, USDC o Cardano, las ocho con más capitalización. En conjunto, las criptomonedas alcanzan una capitalización (valor de mercado al precio actual) que ronda los 2,5 billones de dólares (más que el PIB español), de los que 1,35 billones corresponden al Bitcoin. En España, un 12% de los adultos poseen criptomonedas, unas 4.700.000 personas, según estima el Banco de España. Eso nos coloca como el 5º país europeo con más inversores en criptomonedas, tras Reino Unido, Francia, Alemania y Paises Bajos.

Los criptoactivos son monedas y activos digitales que emplean un cifrado para identificar a su dueño y poder realizar transacciones. Un 20% están respaldadas por activos como el oro, el dólar y otras monedas, pero la mayoría (el 80% del mercado) son criptoactivos sin respaldo detrás de un activo concreto, sobre todo criptomonedas, monedas digitales que no tienen detrás el respaldo de un país y un Banco Central sino que las fabrican y emiten miles de empresas privadas, que controlan también su distribución y mercado. Las criptomonedas se basan en una red mundial de ordenadores descentralizada, unos “mineros” (que generan informáticamente nuevas monedas) y las plataformas de compraventa, que permiten cambiar divisas por criptomonedas, almacenarlas en “billeteros digitales” y comprarlas y venderlas después, con altísimas comisiones.

Se trata de un mercado muy reciente, ya que la primera criptomoneda, el bitcoin, empezó a funcionar en enero de 2009 (ver historia criptomonedas) y a la que han seguido hasta 20.000 criptomonedas, 9.000 de ellas registradas actualmente. Al principio, su valor fue muy escaso, con pocos compradores, lo que hizo que el bitcoin cotizara en 2015 a 327 dólares. A finales de 2016 superó ya los 900 dólares y en 2017 dio el primer gran salto, cotizando a 19.345 dólares en diciembre. Hubo una corrección en 2018 y 2019, seguido de una caída por la pandemia (5.165 dólares en marzo 2020), para iniciar un fuerte repunte en octubre de 2020, que llevó al bitcoin a un primer máximo histórico: cotizó a 64.400 dólares el 12 de noviembre de 2021. A partir de ahí, empezaron las ventas masivas y se desinfló la burbuja, hasta alcanzar un mínimo de 15.409 dólares en diciembre de 2022.

Más de año y medio de caída de cotizaciones (”el invierno de las cripto”), entre mediados de 2022 y principios de 2024, que se llevaron por delante a millones de pequeños inversores, que perdieron más de 2 billones de dólares, y provocaron quiebras y cierres de empresas y plataformas de venta muy conocidas, como FTX, Terra (Luna), Three Arrons Capital, Celsius o Voyager, con historias de emprendedores digitales famosos ante el juez o en la cárcel.

Muchos pensaron que era el final de las criptomonedas, el fin de otra burbuja especulativa más, pero no ha sido así: la fiebre por el bitcoin y las demás cripto ha vuelto en el último mes y con fuerza: el 6 de febrero empezó este último “rally”, pasando el bitcoin de cotizar a 40.064 dólaresun máximo histórico de 68.562 dólares el 4 de marzo, para superarlo y cerrar en otro máximo histórico este viernes: 68.720 dólares (ver gráfico cotización). Y a su vera, se ha disparado también la cotización de otras criptomonedas, incluso las llamadas “memes”, unas criptomonedas con caras de perro o de la rana Pepe (¡ en serio¡) , como Dogecoin (apoyada por Elon Musk: ¡ya vale tanto como Telefónica!), Shiba Inu, Pepe Coín, Dogelon Mars, Samoyed Coín o Mona Coin, que se han revalorizado hasta un 1.000% en el último mes. La fiebre de compra ha vuelto, olvidando la debacle de 2022 y hay millones de inversores que meten dinero cada día en todo lo que huela a “criptomonedas”, por si acaso. Las llaman inversiones FOMO (“Fear of missing out”) :miedo a quedarse fuera”…

Los expertos explican esta nueva “burbuja cripto” por tres causas. La primera, porque los inversores esperan una bajada de tipos de interés (en primavera o verano) y eso les hace buscar otras alternativas de inversión. La segunda causa, clave en la subida de cotización de las cripto estas últimas semanas, es que Estados Unidos aprobó, el 10 de enero, la comercialización de los primeros Fondos (ETF) en bitcoin, lo que permite ahora que muchos inversores “más serios” (Fondos, instituciones, bancos, grandes inversores) se lancen a poner su dinero en Fondos (ETF) que replican a bitcoin, pero que pueden comprar en instituciones “serias” (Fondos, gestoras y bancos de inversión) y operar con ellos sin problemas, sin tener que recurrir a billeteras virtuales y plataformas de bitcoin. Y pagando comisiones mucho más bajas que en las plataformas de criptos.

La autorización de 11 Fondos (ETF) en bitcoin la dio la Comisión del Mercado de Valores USA, la SEC (el equivalente a la CNMV española), que lleva años vigilando y criticando el bitcoin. Y lo hizo por imposición judicial, en cumplimiento de una sentencia del Tribunal de Apelación de Columbia contraria a los expedientes de rechazo a la aprobación, tras múltiples litigios legales de poderosos Fondos y bancos de inversión, que querían unirse al negocio cripto. Pero la autorización de la SEC es forzada, como señaló su presidente al aprobar los nuevos Fondos (ETF) de bitcoin: “Hoy hemos aprobado determinados Fondos cotizados sobre el bitcoin al contado, no hemos aprobado ni respaldado al bitcoin. Los inversores deben mantener la cautela ante los innumerables riesgos asociados al bitcoin y a los productos cuyo valor está vinculado a las criptomonedas”…

A pesar de esta “advertencia”, los grandes inversores han aprovechado la aprobación de Fondos (ETF) de bitcoin, que suponen un salto cualitativo para las criptomonedas, para entrar a saco en este nuevo mercado, disparando un 35% las cotizaciones del bitcoin ( y las demás cripto, hasta las “memes”…).  La ETF en bitcoin más popular, IBIT, comercializada por Black Rock (la mayor gestora de fondos del mundo) recibió hasta 10.000 millones de inversiones en las primeras 7 semanas, un récord histórico. Y hasta la fecha, los 4 mayores Fondos (ETF) en bitcoin han captado ya cerca de 20.000 millones de dólares.... Una carrera a la que se han apuntado los principales Fondos y bancos de inversión, salvo Vanguard, la 2ª mayor gestora USA, argumentando que “es más especulación que inversión”.

La 3ª causa que ha disparado las cotizaciones de las criptomonedas es el inminente recorte de los bitcoins disponibles, un proceso que se repite cada 4 años para controlar la oferta y mantener los precios. Lo llaman el “halving (“reducir a la mitad”) que consiste en reducir a la mitad la recompensa que los “mineros” (los que generan bitcoin) reciben por validar bloques en el blockclain de bitcoin. Su objetivo es recortar la oferta de bitcoin, que tiene un máximo (hay otras criptomonedas que no, lo que infla su oferta), para estabilizar los precios. Y los inversores saben que las tres ocasiones anteriores en que se ha recortado la oferta (noviembre de 2012, julio de 2016 y mayo de 2020), la cotización se disparó, porque suelen bajar los precios y es un buen momento para comprar y posicionarse a medio plazo. En el último recorte, la cotización saltó de 9.558 (mayo 2020) a 61.283 (marzo 2021). Y ahora, con el recorte que se espera para abril (no hay fecha: entre el 8 y el 22), creen que volverá a subir.

En medio de esta nueva euforia de muchos inversores (pequeños y grandes) por las criptomonedas, que olvida la reciente crisis, los expertos del sector apuestan porque la cotización del bitcoin supere este año los 100.000 dólares y alcance entre120.000 y 150.000 dólares en 2025, al margen de esperadas correcciones. Todo apunta a una nueva “burbuja cripto”, donde los grandes Fondos y bancos de inversión aprovecharán los picos y serán los primeros que abandonen el barco, en perjuicio de los pequeños inversores (muchos jóvenes), que sostienen el tinglado, pagando altas comisiones y perdiendo al final casi todo lo invertido Es lo que pasó en la anterior burbuja cripto y lo que volverá a pasar, porque se trata de un activo especulativo, no apoyado en ningún activo con valor real.

Lo ha dicho bien claro (22 de febrero) el Banco Central Europeo (BCE), al hilo de la fuerte subida del bitcoin: “reiteramos que el valor real del bitcoin es cero”, escribieron en el blog del BCE dos de sus economistas, Ulrich Bindseil y Jürgen Schaaf. Y añadieron: “tras 15 años, el bitcoin ha fracasado en su promesa de ser una moneda global y descentralizada y sus transacciones siguen siendo lentas y costosas, además de haber sido incapaces de combatir su uso por los ciberdelincuentes”. Estiman que el bitcoin se utilizó para blanquear 23.800 millones de dólares en 2023 y para que empresas y particulares pagaran 1.100 millones de dólares en chantajes de ciberdelincuentes (por “ransomware”, secuestro de datos). Los economistas del BCE reiteran que el bitcoin no tiene ningún activo real detrás, contamina el medio ambiente (su “minería” consume mucha electricidad) y su cotización es “un espejismo” que se desplomará a medio plazo, porque su valor real es cero. “Se trata sólo de especulación y habría que tomar medidas drásticas contra su uso”, concluyen.

La Comisión Europea presentó en septiembre de 2020 una primera propuesta para regular este mercado “salvaje” (según otro miembro del BCE), tan peligroso como lo fueron en su día las hipotecas de alto riesgo (las “subprime) que provocaron la crisis financiera de 2008. El Reglamento MiCA, la primera normativa europea para regular la operativa en criptomonedas, lo aprobó el Parlamento Europeo en abril de 2023 y el Consejo Europeo en mayo, publicándose el 9 de junio en el Diario Oficial de la UE. Pero se concede un periodo de adaptación a entidades y paises, con lo que la nueva normativa no entrará en vigor hasta el 30 de diciembre de 2024 (algunos temas, el 30 de junio de 2024).

Mientras, el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) han lanzado ya dos alertas a los inversores sobre las criptomonedas. En su 2ª alerta conjunta, publicada el 9 de febrero de 2022, ya advirtieron del “elevado riesgo de estas inversiones”, por la extremada volatilidad, complejidad y falta de transparencia. Además, recordaban a los inversores (sin éxito, por lo que se ve) que los criptoactivos “no están regulados, no tienen consideración de medios de pago ni tienen el respaldo de los Bancos Centrales ni están cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos e Inversiones”. Y, tras insistir que son “instrumentos complejos, no adecuados para pequeños inversores”, alertaban que “son muy especulativos y se puede perder todo lo invertido”. Por si fuera poco, ambos organismos reiteraban que es un mercado con poca transparencia en la formación de precios, con poca liquidez (hay dificultades para venderlos) con muchos problemas para reclamar a plataformas que están en el extranjero, sin control.

En paralelo a estas “advertencias”, la CNMV ha regulado la publicidad de las criptomonedas, supervisando miles de webs, plataformas e influencers, lo que llevó a dar un “toque de atención” (en 2021) al futbolista Andrés Iniesta, por anunciar en sus redes sociales (38 millones de seguidores en Instagram) la plataforma de criptomonedas Binance. Y el Banco de España creó, en octubre de 2021, el primer registro obligatorio para las empresas que ofrezcan criptoactivos en España: hay registradas 89 empresas (36 en 2023), aunque el propio Banco de España reconoce que eso no significa que supervise su actividad: sólo podrá hacerlo a partir de 2025, cuando entre en vigor el Reglamento MiCA europeo.

A pesar de tantas advertencias, los inversores españoles siguen lanzados a operar con bitcoins y otras criptomonedas, sobre todo los más jóvenes. Un ejemplo reciente refleja esta “fiebre cripto” : unos 400.000 españoles (ojo: casi el 1% de la población), la mayoría jóvenes, han hecho cola en las últimas semanas en los stands de la empresa de Inteligencia Artificial de ChatGPT (Open AI) para que les escanearan el iris y les pagaran la información con 13 criptomonedas de WordCoin (80 euros), la nueva cripto creada por Sam Altman, el padre de Chat GPT. Con ello, la empresa mata dos pájaros de un tiro: consigue datos biométricos claves y a cambio relanzan una nueva moneda, cuya cotización se ha disparado un 35% tras esta operación que han realizado también en otros 36 paises, desde EE. UU. a Japón y desde Noruega o Turquía a Sudáfrica.

Al final, el pasado 6 de marzo, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) prohibió a Worlcoin seguir recogiendo datos del iris durante 3 meses ni utilizarlos, mientras va a investigar su operativa la Agencia de Datos europea. Pero el caso revela que el mundo cripto moviliza a los jóvenes, sea para lo que sea y aunque hayan tenido que hacer luego nuevas colas para cambiar estos criptos en cajeros,  que les han cobrado hasta el 25% de comisión…

Parece increíble, pero estamos ante una nueva burbuja cripto, con muchos inversores pequeños y jóvenes lanzados a este mercado como si fuera un casino, a pesar de las reiteradas advertencias del BCE, Banco de España, CNMV y múltiples expertos: ”es una estafa piramidal posmoderna” (Nobel P. Krugman), “es una herramienta de lavado de dinero y evasión fiscal“ (Nobel J. Stiglitz), “es como ir al casino” (Warren Buffet, uno de los mayores inversores del mundo). Y frente a un “lobby” poderoso de la industria cripto, que consigue enormes fortunas a base de comisiones y compraventas especulativas y opacas, a costa de sus clientes más vulnerables, que son los que se arruinan. Urge parar esta especulación, con normas, supervisión, multas y cárcel. Y quien piense entrar en este mundo cripto, recuerde: nadie da duros a peseta, por muy digital que sea.

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