Enrique Ortega |
En 2020, la pandemia y los confinamientos provocaron el desplome de la Bolsa: el IBEX 35 cayó un -39,43% en menos de un mes, entre el máximo del 19 de febrero (índice 10.083,60) y el mínimo del 19 de marzo (6.107,20), tras el estado de alarma. En unas semanas, las 35 grandes empresas que cotizan en el IBEX 35 (y el resto) valían casi la mitad. Era el caso de Telefónica (valía 18.342 millones frente a 32.403 el 19 de febrero), Repsol (9.745 millones frente a 20.071 millones un mes antes), Santander (36.128 frente a 61.986), BBVA (17.565 frente a 34.495 millones), Mapfre (3.874 frente a 6.795) o Meliá Hoteles (675 millones frente a 1.560 millones un mes antes). Y lo mismo las empresas españolas que cotizan en el mercado continuo (129) o en el MAB (donde cotizan 41 empresas más).
El temor de los directivos de estas empresas españolas era que, al desplomarse su valor, estuvieran en el punto de mira de Fondos de inversión y bancos internacionales, que aprovechan las crisis para “cazar gangas”. A principios de marzo, trasladaron su temor a la vicepresidenta Calviño, pidiendo medidas de protección ante posibles OPAS (ofertas de compra de acciones) hostiles. Además, el 13 de marzo, la Comisión Europea ya hizo una 1ª comunicación a los paises UE para que tomaran “medidas de blindaje” ante posibles compras hostiles. Por todo ello, el 17 de marzo, el Gobierno español incluyó en el Real Decreto de medidas urgentes para hacer frente a la COVID una Disposición final 4ª que “sometía a autorización gubernamental la compra por inversores extranjeros del 10% o más del capital de empresas de sectores considerados estratégicos” (sanidad, energía, transporte, agua, materias primas, alimentación, datos, aeronáutica, defensa, finanzas, tecnológicas, inteligencia artificial, robótica, semi conductores, ciberseguridad o nanotecnología.
El escudo anti OPAS se prorrogó hasta finales de 2020 y luego en 2021 y 2022. Y ha sido útil, porque ha impedido “compras hostiles”, aunque se han autorizado importantes inversiones extranjeras en estos años. En 2020 se presentó (y autorizó) una “OPA amistosa” sobre MasMóvil (la 4ª teleco española) por parte de las gestoras de capital riesgo KKR (USA), Cinven (GB) y Providence, que invirtieron 2.760 millones para hacerse con el 91,2% de Mas Móvil, que se fusionó con Orange en julio de 2022. La 2ª operación, gestada antes de la pandemia y completada en junio de 2020, fue la OPA de la firma suiza SIX (gestiona la Bolsa de Zúrich) para comprar por 2.570 millones BME, la empresa que gestiona las Bolsas españolas. Y la 3ª operación, en septiembre de 2020, fue la compra, por 1.300 millones de El Idealista por el fondo sueco EQT. Ya en 2021, en febrero, se presento la gran OPA de estos años, la oferta del Fondo australiano IMF por hacerse con el 22,69% de Naturgy, operación aprobada en agosto de 2021, sujeta a que cumpla varias condiciones de “españolidad”.
Cumplidos casi tres años del escudo anti OPAS, el Gobierno Sánchez ha decidido prorrogarlo 2 años más, hasta el 31 de diciembre de 2024, ampliando su alcance: ya no sólo se vigila la compra de una participación no europea superior al 10% en la empresa o cuando la inversión propuesta supere los 500 millones de euros sino que se amplía la vigilancia a la compra de activos o partes del negocio que sean claves y evitar así compras por partes o de unidades claves. Se trata de evitar “entradas por la puerta de atrás”.
La justificación para prorrogar este escudo anti OPAS es que el Gobierno español hace lo mismo que otros europeos. Varios paises han desplegado estos años mecanismos de control sobre compras de extranjeros, como España: Austria, Finlandia, Malta. Polonia, Portugal y Eslovenia. Otros han reforzado los controles que ya tenían, caso de Francia, Alemania, Italia, Hungría, Letonia y Lituania. Y el resto de los 27 paises UE están en proceso de aprobarlos, salvo Bulgaria y Chipre. La Comisión Europea está preocupada por la entrada indeseada de inversiones extranjeras, sobre todo de China, presente en sectores estratégicos europeos (como los puertos de Grecia, Italia y España) y de Estados Unidos (con las telecos y gigantes de Internet “acechando”). Y eso, porque Europa es la región del mundo más abierta a las inversiones extranjeras, que superan los 7 billones de euros. Bruselas busca “blindarse” ante entradas hostiles, al menos mientras fomenta una potente industria europea.
En el caso de España, además, el valor de las grandes empresas sigue siendo muy bajo al inicio de 2023, a pesar de la mejoría de la Bolsa, que todavía cotiza (8.369 el 2 de enero) un -17% por debajo del máximo de febrero de 2020 (10.083,60), antes de la pandemia. Y por ello, sigue habiendo grandes empresas en situación de “peligro”, como Telefónica (todavía un -38% más barata que en enero de 2020), IAG (-48% de valor), Inmobiliaria Colonial (vale un -67% menos que al inicio de 2020), Grifols (-67%), Hoteles Meliá (vale -37%), la constructora ACS (-31%), AENA (-25% que hace 3 años), Endesa (-25%), Banco Santander (-25%), Inditex (-22%) o PRISA (El País y la SER: vale 220 millones, la 5ª parte que en 2019). Son empresas fácilmente “opables” para Fondos que manejan billones…
Algunos expertos, inversores y la Comisión del Mercado de Valores (CNMV) han criticado la prórroga del “escudo anti OPAS”, argumentando que es “intervencionista” y que puede retraer la llegada a España de inversiones extranjeras. Los datos parecen contradecir sus críticas, más ideológicas (“neoliberales”) que realistas. Por un lado, las inversiones extranjeras en España cerraron 2021 con 31.050,6 millones de euros, más que antes de la pandemia (22.377 millones en 2019). Y en 2022, hasta septiembre, llegaron 22.457 millones de euros, un aumento del +54,9% sobre el mismo periodo de 2021, según los últimos datos de Comercio. Por otro lado, 2022 ha sido pródigo en anuncios de inversiones en España de grandes multinacionales, atraídas por la disponibilidad de Fondos UE: la naviera danesa Maersk, la fábrica de baterías de Volkswagen en Sagunto , el centro de Cisco para diseño de chips en Barcelona, los centros de datos en la nube de Amazon en Aragón o el acuerdo para que España participe, con Francia y Alemania, en la construcción del futuro caza europeo.
Además de estas grandes inversiones extranjeras, los inversores extranjeros toman posiciones en las empresas españolas día a día, con pequeñas compras al hilo de las oportunidades en Bolsa y con bonos y operaciones a futuro, compras que no han dejado de hacerse, porque escapan de las grandes compras (más del 10%) del escudo anti OPAS. En diciembre se hizo público que Goldman Sachs, uno de los bancos de inversión USA más grandes del mundo, se ha convertido en el mayor accionista del Banco de Santander (7,46%) y del BBVA (7,4%).Y hay muchas otras grandes empresas cuyo principal accionista es un Fondo de inversión o un banco de inversiones: AENA (2,99% propiedad de la norteamericana Black Rock), Amadeus y Bankinter (6,15% y 3,70% Black Rock) y CaixaBank (3% del Fondo soberano noruego Norges Bank), Inmobiliaria Colonial (20,2% del Fondo soberano de Qatar), Enagás (3,60% Bank of America), Endesa (1% Fidelity), Ferrovial (5,69% The Children Funds), Grifols (5,07 Fondo USA Capital Group), IAG/Iberia (25,14% el Fondo soberano de Qatar), Iberdrola (8,70% del Fondo soberano de Qatar) o Cepsa (61,4% del Fondo soberano de Abu Dhabi) . Y estos y otros Fondos son el 2º y 3º mayor inversor en otras muchas empresas del IBEX.
En conjunto, los inversores extranjeros son dueños de casi la mitad de las empresas españolas cotizadas en Bolsa: a finales de 2021 poseían el 48,8% del capital de las cotizadas, por delante del capital que controlan las empresas no financieras (20,9%), las familias (propietarias del 17,1% de la Bolsa), sociedades de inversión colectiva, seguros y otras (7%), los bancos y Cajas (3,5%) y las administraciones públicas (2,7%), según el último balance de BME. Y este control de los extranjeros sobre la Bolsa española no ha dejado de crecer, pasando de suponer un tercio (34,3% en 1999) a la mitad (50,2% en 2019). El informe de BME refleja además que la inversión extranjera prefiere dirigirse a las empresas que cotizan en Bolsa (lo que les exige más transparencia en sus cuentas y gestión) que a las empresas no cotizadas, donde la participación extranjera supone la mitad, solo el 24% del capital.
¿Quiénes son los extranjeros que invierten en empresas españolas? El informe de BME revela que son principalmente Fondos de inversión, Fondos soberanos (de Gobiernos extranjeros), Planes de pensiones (el Fondo de los profesores de Ontario invierte en 50 paises y en España controla la funeraria líder, Mémora), Fondos de capital riesgo, bancos de inversión y compañías de seguros. Y destaca la importancia como inversores en España de 5 grandes protagonistas: el Fondo USA Black Rock, el Fondo soberano noruego Norges Bank, el Fondo soberano de Qatar, la gestora CVC y el Fondo USA Fidelity.
Black Rock (USA), el mayor Fondo de inversión del mundo (administra 9,5 billones de dólares (8 veces el PIB español ha invertido en la mitad de las empresas del IBEX, unos 17.000 millones de euros (el 3,9% de la capitalización bursátil), aunque tiene invertidos más 48.000 millones en toda la economía española. Posee más del 5% del capital de muchas grandes empresas cotizadas, entre ellas ACS (6,55%), Amadeus (6,15%), Iberdrola (5,55%), BBVA (5,9%), Santander (5,4%), Repsol (5,47%), Enagás (5,1%), Cellnex (5,2%), Telefónica (5,02%).
El 2º mayor inversor institucional en España es el Fondo soberano noruego Norges Bank, el mayor Fondo soberano del mundo (gestiona 1,36 billones de dólares, algo más que el PIB español). Tiene participaciones importantes en muchos sectores: energía (3,41% en Iberdrola, 3,3% en Repsol, 1% en REE , 0,84% en Enagás, 0,83% en Naturgy, 0,43% en Endesa), banca (3,32% Sabadell, 3,02% CaixaBank, 3% Santander, 1,53% Bankinter, 1,85% Liberbank), construcción (1,47% ACS, 1,47% Ferrovial, 0,55% de Acciona, 0,39% FCC), alimentación (0,75% de Ebro y 0,49% de Dia), turismo (2,17% de Amadeus,1,4% de Meliá, 0,9% de Aena), TV privada (2,5% de Mediaset-Tele5 y 1,04% de Atresmedia-Antena 3) y otros (4,35% de Faes Farma, 3,58% de Indra, 2,99% de Cellnex, 2,03% de Telefónica, 1,99% de Inmobiliaria Colonial, 1,37% de Prosegur, 1,66% de Grifols, 1,2% de Gestamp, 1% de Inditex, 0,46% de Mapfre, 0,44% de Catalana de Occidente…).
El tercer mayor inversor institucional en España es el Fondo soberano de Qatar (Qatar Investment Authority, que lleva invertidos 8.450 millones, el 1,9% del IBEX, con importante presencia en tres empresas: IAG, la matriz de Iberia (1.781 millones invertidos, con el 25,14% del capital), Iberdrola (8,7% del capital, primer accionista, tras 6.000 millones invertidos) e Inmobiliaria Colonial (es también el primer accionista, con un 20,2% del capital y más de 600 millones invertidos), además de sus inversiones en El Corte Inglés (es el tercer mayor accionista, con el 10,3% del capital). Un Fondo que seguirá invirtiendo en España, otros 4.720 millones, según prometió el emir de Qatar durante su visita en mayo a España.
El 4º mayor inversor institucional es la gestora europea CVC Capital Partners, gracias a la OPA por Naturgy, en la que ha invertido 5.530 millones de euros y un 20,41% del capital, por delante del 13,38 % de la australiana IMF y el 20% de la gestora norteamericana GIP. Y el 5º en el ranking de inversores extranjeros es el Fondo norteamericano Fidelity, con 2.543 millones invertidos y concentrados en 6 empresas: Amadeus (896 millones, el 4,04 del capital), Cellnex (702 millones, el 3,21%), Ferrovial (356 millones, 2,03%), Indra (186 millones, 9,8%) y Endesa (191 millones, siendo el primer accionista, con el 1,011%). Les siguen otros Fondos de inversión como las norteamericanas Millennium Group (Acerinox), Invesco (1,04% de Acciona) o Capital Group (primer accionista de Grifols, con el 5,07%). Y hay otros importantes Fondos soberanos con presencia en España, como el de Singapur, GIC Private Limited (primer accionista de Cellnex, con el 7%, y presente en Acciona Energía), el Fondo de Abu Dhabi (61,4% en Cepsa y 3,1% en Enagás) o el Fondo soberano China Three Gorges, que posee 23 parques eólicos y 14 plantas fotovoltaicas en España.
Estos y otros Fondos, Planes de pensiones y bancos no sólo invierten en la Bolsa española. Tienen elevadas participaciones en inmobiliarias y SOCIMIs (sociedades que gestionan activos inmobiliarios y alquileres), hoteles, hospitales, centros de enseñanza (sobre todo centros privados de Formación Profesional), residencias de ancianos y de estudiantes y, más recientemente, tierras de cultivo y equipos de fútbol. Ya en 2021, los inversores extranjeros subieron la compraventa de tierras a 160.398 operaciones, récord desde 2007, y en 2022, hasta octubre, se habían superado. Y en el fútbol, en 2022, el regreso del Girona FC a 1ª división coincidió con la entrada en el Club catalán (47% acciones) del City Football Club, la sociedad con mayoría del Fondo soberano de Abu Dhabi y que es dueña del Manchester City. Antes, en 2021, la Liga firmó un acuerdo con el Fondo británico CVC para inyectar 1.994 millones a cambio de gestionar los derechos audiovisuales durante 50 años. Y han firmado acuerdos con Fondos el Real Madrid (con el norteamericano Providence, que le aportó liquidez en 2021, y con el fondo norteamericano Sixth Street y la empresa Legends, que participan en el 30% del Nuevo Bernabéu), el Atlético de Madrid (la gestora Ares Management tiene el 20% del Club) o el Barça (vendió en 2022 el 10% de sus derechos de TV por 25 años al Fondo norteamericano Sixth Street ). Y esta temporada, Fondos extranjeros han entrado incluso en tres Clubes de 2ª División: Real Sporting (el mexicano Otegui Sports), Real Oviedo (el mexicano Carlos Slim) y CD Leganés (fondo USA Blue Crow Sports).
Como se ve, a pesar del escudo anti OPAS, proliferan las inversiones extranjeras en España. Tienen un aspecto muy positivo: es un ahorro exterior que ayuda a crear riqueza y empleo en España, facilitando la llegada de innovación y tecnología. Pero tiene dos aspectos que pueden ser muy negativos: es una inversión muy especulativa (algunos Fondos sólo buscan hacer dinero rápido: entrar barato y salir cuanto antes con plusvalías, a veces desmantelando empresas) y siempre toman las decisiones desde fuera, al margen de lo que le interese a España. Y si algo no les gusta, nos dejan compuestos y sin inversión. Ya hemos conocido ese riesgo en multinacionales del automóvil y sectores industriales. Por eso, debe fomentarse la inversión extranjera, pero con garantías. Y evitar que controlen empresas españoles vitales para la economía. Hay que “blindarse”, al menos hasta que seamos capaces de promover potentes industrias europeas.
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