El 1 de enero ha subido
el IVA sanitario, del 10 al 21 %. Con ello, casi todo el material sanitario ha subido un 11%, encareciendo en 400 millones la
factura de los hospitales públicos y privados este año. Eso agravará la
crisis de la sanidad pública,
aumentando los recortes y reduciendo la compra de material, en perjuicio de los pacientes. Y encarecerá
los costes de los 454 hospitales
privados, que subirán sus tarifas a pacientes y compañías de seguros. Concretamente,
los seguros médicos privados ya se
han anticipado y han subido las primas para
2015 un 3,3 % a sus 10,6 millones de asegurados, la mayoría particulares
(7,2 millones) y otros trabajadores y funcionarios a los que pagan sus primas
las empresas y Hacienda. Una subida que se produce en medio de una guerra de precios en los seguros de salud, que copan un 5% de la
publicidad en TV, con ofertas muchas
veces engañosas.
enrique ortega |
Es la tercera vez que
sube el IVA sanitario, que se ha
triplicado en los últimos 5 años. Zapatero
lo subió del
7 al 8% el 1 de julio de 2010,
por presión de Bruselas. Y Montoro lo
subió del 8 al
10% el 1 de septiembre de 2012,
junto al resto subidas del IVA. Ahora, lo sube de nuevo, del 10 al 21%, por imposición
del Tribunal de Justicia de la UE, que sentenció el 17 de enero de 2013
que España incumplía la Directiva comunitaria al aplicar el IVA reducido a los
productos sanitarios. Hacienda
evitó la subida en 2014, pero ahora no ha podido “escaquearse” más, tras meses
negociando con Bruselas para dejar fuera de la subida los más productos sanitarios posibles.
Y así, quedan
fuera de la subida del IVA las
gafas y lentillas, las prótesis e implantes, los productos para deficientes
físicos o mentales (sillas de ruedas, muletas…), los dispositivos de diálisis
domiciliaria y tratamientos respiratorios, los pañales de incontinencia, las
gasas, vendas y parches oculares. Pero el 1 de enero ha subido el IVA para el
70% del material sanitario, según la patronal Fenin: aparatos (Rayos X, TAC, escáneres),
instrumental sanitario, material de laboratorio, mobiliario y equipamiento de hospitales
(hasta sábanas, pijamas, compresas y pañales),
además del IVA de las materias primas y equipos que se utilizan para fabricar
medicamentos (lo que encarece un 11% la fabricación de casi todas las medicinas).
Hacienda estima,
en la Memoria de la reforma fiscal, que ingresará
264 millones más en 2015 con
esta subida del IVA. Pero la patronal Fenin, que agrupa a 520 empresas
que fabrican y venden material sanitario (facturan 7.200 millones anuales) calcula
que la subida del IVA les costará unos
400 millones de euros este año. Los
dos datos pueden ser verdad, ya que Hacienda no cuenta con una parte de la
recaudación extra, porque el 50% de todo el IVA ingresado se traspasa a las
autonomías. Pero eso será ya en 2016, cuando se cierre el balance de este año.
Y antes, desde el 1 de enero, las
autonomías, que gestionan la sanidad, tendrán que pagar el
aumento del IVA que les van a facturar las empresas de material
sanitario. Los cálculos la SESCAM (Sanidad de Castilla la Mancha) son que toda
la sanidad pública gastará unos 350 millones más en 2015 por
esta subida del IVA sanitario.
El gasto
sanitario supone la principal
partida de gasto autonómico, entre el
40 y el 45% de sus presupuestos. Y los que más gastan en sanidad son
los que tienen más población
(Andalucía, Castilla la Mancha y Castilla y León) y los que tienen la población más envejecida (Galicia y
Asturias), que son las autonomías a quien más afecta la subida del IVA. De
hecho, Castilla y León ya ha estimado que la subida le
costará 20 millones extras. Todas ellas y el resto tendrán que ajustar más sus Presupuestos este 2015 por
esta subida del IVA, sobre todo las 7
autonomías que incumplen con el déficit fijado para 2014 (Extremadura, Cataluña,
Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla la Mancha, Andalucía y Baleares). En
conjunto, se verán obligadas a reducir las
compras de material sanitario (ya muy reducidas) y a recortar
más los gastos diarios, desde personal (no renovando a interinos) a los
gastos de limpieza y lavandería, calefacción, ropa y hasta en comida. En resumen, menos equipamiento y peores
servicios, en perjuicio de la calidad
de la sanidad pública, muy afectada por los
recortes.
La sanidad
privada no se libra de los efectos de la subida del IVA sanitario.
Han tratado de paliarlos adelantando
compras al último trimestre de 2014 (algo que no pudieron hacer los
hospitales públicos).Pero aun así, la subida supondrá un extracoste de 82,8 millones de euros en 2015 a los 454
hospitales y clínicas privadas, según cálculos
de Fenin, un gasto que recortará un 7,7% los beneficios de la sanidad
privada este año. Los hospitales privados tratarán
también de ajustar otros costes, pero la mayoría del extracoste de la
subida del IVA sanitario se intentará repercutir
a sus clientes, en especial a las compañías
de seguros.
La subida del IVA
sanitario, del 10 al 21%, si lo repercute la sanidad privada a los seguros médicos, llevaría a una subida
media del 2,5%, unos 18 euros por
póliza en 2015. De hecho, las aseguradoras, que ya contaban con este
aumento en la factura de los hospitales, han subido las pólizas para este año, un 3,3%. Y en algunos casos,
forzados por la guerra de precios, han subido
menos a cambio de recortar coberturas o aumentar los copagos.
Al final, la subida del IVA sanitario se va a traducir en más recortes en la sanidad pública y en una subida extra de los seguros médicos
privados, que tienen ya 10,6
millones de españoles. Pero
no afecta a todos por igual. Los 7,2 millones de españoles que se
pagan ellos un seguro médico privado tendrán tres opciones: pagar más, recibir menos coberturas o darse de baja
(ya para 2016). Además hay 2,2 millones
de personas a quien el seguro médico se lo
paga su empresa y ahora tendrán que ver si se lo mantienen, lo recortan
o lo suprimen (como pasó con muchos vales de comida). Y hay otros 1,24
millones de funcionarios del Estado que han elegido ser atendidos por
la sanidad privada (¡82 de cada 100¡) y a los que MUFACE
paga la prima. Como Hacienda paga poco
por ellos a las aseguradoras (sólo cuatro quieren trabajar con MUFACE:
Adeslas, Asisa, DKV y el Igualatorio Cantabria) y apenas han conseguido subir
las primas (pagará
un 0,9% más este año), van a compensar
la subida del IVA con recorte
de servicios: estos funcionarios ya no pueden acudir a los hospitales más importantes de Madrid y Barcelona de HM Hospitales, Ruber y
Quirón.
Al final, si hay asegurados privados, funcionarios o
empresas que se dan de baja en los
seguros privados, por la subida de primas o el deterioro en las coberturas, serán más los españoles que tendrá que
atender la sanidad pública, aumentando las listas
de espera (ya muy abultadas: 559.335 españoles están esperando para
operarse, 98 días de media, y hay 67 días de espera para ir al especialista) y los costes del sistema (se estima que
cada español con un seguro médico privado ahorra
563 euros anuales a la sanidad pública). Por eso, Fenin y los hospitales privados han aprovechado esta
subida del IVA para volver a pedir
al Gobierno que pagar un seguro médico desgrave en el IRPF y que se ofrezca también elegir la sanidad
privada (MUFACE) a los funcionarios de
autonomías y Ayuntamientos (1,5 millones).
Pero la verdad es que los
seguros médicos privados gozan de buena
salud, a pesar de esta y otras subidas (las primas han aumentado un 32% desde 2007). De hecho, en 2013 y
2014, fueron los únicos seguros
que crecieron (+5%), mientras bajaba el del automóvil y se estancaba el
multirriesgo hogar. Y se espera que crezca
un 7% en primas en 2015, a pesar de la subida del IVA sanitario y de
las primas. Un crecimiento que se basa
en el deterioro
de la sanidad pública (es la quinta preocupación de los españoles,
según el último Barómetro del
CIS) y en el bombardeo de ofertas y la guerra de precios entre aseguradoras.
De hecho, los
anuncios de seguros médicos
crecieron un 40% entre 2012 y 2013 y otro 20% en 2014, según datos de las TV
privadas, donde estos seguros suponen ya el 5% de los ingresos publicitarios. Y
más en el último trimestre del año, para forzar a cambiar de compañía.
La guerra
de ofertas, apoyada por los
comparadores, trata de ofrecer un bajo precio de entrada (“hágase un seguro
médico desde 12 o 18 euros”), a costa de rebajar los servicios que se ofrecen (pólizas
“low cost”) y de subir el precio los
años siguientes. Pero ojo,
estas pólizas baratas tienen muchos
“trucos”: limitaciones para
hacerse determinadas pruebas o ser atendido en urgencias, copagos, limitación
de clínicas y cuadros médicos, limitación a los reembolsos (abonos por pagos
médicos), precios diferentes si se asegura a toda la familia (según la edad) y
carencias (tiempo durante el que no se puede recibir un determinado servicio:
10 meses el parto, por ejemplo). Y en la mayoría de los casos, las compañías se
reservan el anular unilateralmente la póliza por edad (mayores de 60 años) o
siniestralidad. Además, hay que pensárselo
mucho antes de cambiar
de compañía. Primero: hay que avisar dos meses antes de finalizar
el contrato anual. Además, la nueva aseguradora suele excluir atender las
preexistencias (enfermedades ya diagnosticadas que tenía antes de contratar la
nueva póliza). Y muchas no aceptan a los mayores.
Así que, ojo a las ofertas y cuidado
con lo que contrata: con la
salud no se regatea. Lo malo es que mientras no se recomponga la sanidad
pública (que ha sufrido un recorte
de 6.700 millones entre 2012 y 2014), muchos españoles se ven obligados a
contratar un seguro privado y pagar dos
veces (impuestos y prima) para ser atendidos
antes.
Está bien que haya seguros médicos privados (cada vez más caros), como en otros
países, pero no que crezcan gracias al
deterioro de la sanidad pública. Nuestra
salud no puede ser un negocio más.
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