2014 ha sido el
primer año que se ha creado empleo
en España desde 2007. Una buenísima
noticia, con tres “peros”: los nuevos empleos son
todavía pocos (se ha frenado la
creación de empleo al final del año y hemos recuperado menos empleos perdidos que
otros países), son precarios (casi todos temporales y un tercio por horas) y muy
vulnerables (la mitad sólo van a durar 5 años). En realidad, se está repartiendo
el poco empleo que se crea, con varios contratos por cada puesto de
trabajo. Y además, este escaso empleo no cubre el aumento de personas que buscan
trabajo, con lo que el paro subió en el cuarto trimestre de
2014. Y hay 2 millones de parados que no tienen ofertas, por su edad (mayores de 45 años), su inexperiencia (jóvenes) o su baja formación. Y casi dos tercios de los parados
llevan ya más de un año sin trabajar y más
de la mitad sin cobrar nada. Urge crecer
más para crear más empleo y mejorar la
formación y los incentivos para que el empleo llegue a más parados.
enrique ortega |
El año 2014 terminó para el empleo peor de lo que iba en primavera y verano: si en el primer trimestre se continuó destruyendo empleo (-
184.600 ocupados), en el segundo cambió radicalmente la
tendencia (se crearon +402.400 empleos),
que continuó en el tercer trimestre (+151.000 empleos), pero el empleo se desinfló en el cuarto trimestre,
porque sólo se han creado otros +65.100
empleos, a pesar del tirón de las Navidades. En conjunto, 2014 se ha
cerrado con una creación neta de 433.900
empleos, tras seis años seguidos de
destrucción de empleo (2008-2013).
Una creación de
empleo que es una gran noticia, pero
su ritmo se ha reducido
y todavía es poco, tanto por el gran
número de parados (5,45 millones) como porque sólo se ha recuperado la séptima parte del
empleo perdido con la crisis: un 16,2% de los 3.802.800 empleos perdidos desde septiembre
de 2007. Somos el país europeo, junto
a Grecia, que menos empleo perdido ha recuperado: Alemania
ha creado ya el doble de lo perdido (1.961.900 frente a 855.300) y Reino Unido el triple (2.144.900 frente
a 751.800), mientras Francia ha
recuperado ya el 73,7% (447.500 creados frente a 606.800 perdidos), Irlanda el 31,5% (101.900 frente a
321.000), Italia el 27% (379.600
frente a 1.408.700 destruidos), Portugal
el 19,3% (140.500 frente a 724.400) y Grecia
el 9,2% (107.000 frente a 1.159.700).
Los nuevos empleos siguen concentrados
en los
servicios (+344.200 ocupados en 2014), debido al tirón del turismo y el comercio (rebajas) y entre los autónomos (+ 65.000 en 2014),
porque muchos parados (sobre todo jóvenes) han cobrado el paro de una vez para montar un negocio. También se ha
creado empleo en sanidad y educación, porque la Administración ha
utilizado contratos temporales a interinos para cubrir las plazas de los despedidos
(-163.206 funcionarios entre 2012 y julio 2014). Y se crea poco
empleo en la industria (+98.000 en
2014) y la construcción (+40.000),
mientras cae en el campo (-48.400). En
todo 2014, de cada 100 nuevos empleos, 58 han ido a los hombres y 42 a las mujeres.
Otra pega al nuevo
empleo creado en 2014: es muy precario. El 92% de los contratos
firmados fueron temporales y sólo un 8%
indefinidos, con lo que un 24,2 % de
los asalariados trabajan ya con un contrato temporal. Y el 35,3% fueron contratos a tiempo parcial, por meses, días e
incluso por horas: un 40% de los nuevos empleos duran menos de un mes, un 16,5%
entre 1 y 6 meses y sólo el 43,5% restante son por más de 6 meses. Con ello, un 16 % de todos los empleados tiene ya
un contrato a tiempo parcial. Y no
porque quieran trabajar menos: el 70% es
porque no encuentra un empleo a tiempo completo y su jornada media es de 10
horas semanales. En conjunto, lo que
está pasando es que hay
mucha
rotación, que los pocos
empleos que hay se reparten mucho: en 2014 se firmaron 16,72
millones de contratos, para 415.700 nuevos
empleos. Da 40 contratos por cada empleo.
Al ser contratos tan precarios (y mal pagados), son bastante vulnerables,
en caso de que las empresas tengan algún apuro. De hecho, de cada 100 empleos generados durante la crisis, sólo 55 se han mantenido 5 años más tarde,
según un informe del BBVA e Ivie. O sea, que casi la
mitad (45%) de este empleo precario tiene poco futuro, frente a otros países,
donde el nuevo empleo dura más (en Alemania, el 75% sobrevive a los 5 años y en
Italia el 68%). Y en los autónomos, el 61% de los nuevos negocios no sobrevive a los cinco años.
Poco empleo, precario
y muy vulnerable. Pero quizás lo peor es que no llega a la mitad de los parados,
que no se aprovechan del cambio de tendencia. Por dos razones. Primera,
porque casi dos de cada tres parados
(61,5%) lleva más de un año sin trabajar, 3.352.900 parados a finales de 2014 (de ellos, 2,38 millones llevan más de 2 años parados). Son parados de larga duración, siete
veces más que al comienzo de la crisis (eran 500.000 en 2007). Y sus posibilidades de encontrar trabajo se
rebajan al 6,7% (frente al 26,5% del resto), según un estudio de
Asempleo. La mayoría son padres de familia de 30 a 44 años (40% del
total), mayores de 45 años (35%), jóvenes e inmigrantes. Y su situación se
agrava porque la mayoría de estos “parados con antigüedad” tienen
poca
formación: 2,3 millones no acabaron la educación secundaria, según el INE.
La otra razón es que hay
pocas ofertas de empleo (una vacante por cada 102 parados, la
tercera parte que en Europa) y por eso, las empresas pueden elegir entre muchos
candidatos, dejando fuera a más de la
mitad de los parados. Así, los parados
mayores de 55 años sólo reciben el 0,5% de las ofertas, los parados de 45 a 55 años el 6,1% y los jóvenes de 16 a 24 años el 7,71%,
frente al 53,1% que reciben los de 25 a 34 años y el 32,52% de ofertas para los
de 35-44 años, según el informe
Infoempleo Adecco. O sea, que los
parados de más de 45 años y los menores de 24 (suman el 45% de los parados)
tienen muy pocas posibilidades de conseguir uno de los nuevos empleos. Y
menos los que carecen de formación y experiencia.
Por ambas razones, la
mitad de los parados tiene muy difícil aprovechar la mejora del empleo y más
en Andalucía, Canarias, Castilla la Mancha y Comunidad Valenciana, las
regiones con menos ofertas de empleo, según ese informe. Y menos los que buscan
trabajo en construcción, agricultura o servicios, los sectores con menos
ofertas. Al final, eso lleva a expertos, como el catedrático José
Ramón Cuadrado o los economistas de Fedea,
a afirmar que hay 2 millones de parados
que tienen muy difícil volver a trabajar. Son los mayores de 45 años, muchas
mujeres y jóvenes sin formación ni experiencia. Un drama.
El paro ha bajado
en 2014 en 477.900 personas, aunque subió en el cuatro
trimestre (+30.100), porque crecieron más las personas que buscaban
trabajo que el empleo: es lo que va a
pasar en el futuro. Todavía hay 5.457.700
parados, un 23,70 % de los españoles en edad de trabajar y más del doble
que en Europa
(10% de paro en 2014). Y hay tres datos preocupantes. Uno, que seis autonomías rondan o superan el 30%
de paro: Andalucía (34,23%), Canarias
(31,08%), Ceuta (32,46%), Melilla (29,52%), Extremadura (29,96%) y Castilla la
Mancha (28,50%). Dos, que todavía hay 1.766.300 hogares donde todos sus miembros están en paro. Y la
tercera, que más de la mitad de los
parados no cobran nada: 2.995.371
parados, un 55% de los parados EPA. Y del 45% de parados
que sí cobran (2.462.329 parados a finales de noviembre), sólo un 40% cobran una prestación
contributiva (809,50 euros al mes, 52,70 euros menos que en 2012) y el 60%
restante cobran un subsidio asistencial de 426 euros al mes. Subsidio que
también cobrarán este año (sólo durante 6 meses) 354.860
parados de larga duración, sólo uno
de cada 8 parados que no cobran nada.
Así que negro futuro para la mitad de los parados,
que además no cobran. Por eso urge crear
más empleo y mientras mejorar las ayudas a los parados, pero de verdad.
Este año 2015, el Gobierno esperaba crear 348.000
nuevos empleos, según
el Presupuesto 2015, aunque Rajoy
habla ahora de crear entre 550.000 y 600.000 empleos en 2015. Una cifra
“electoralista” (para redondear el millón de empleos con 2014), que contrasta
con los 350.000 empleos que espera
crear la
patronal CEOE y mucho más con
los 130.000 empleos que espera el FMI. En cualquier caso, son
pocos para 5, millones de parados y
los jóvenes que se incorporan cada año a buscar trabajo. Por eso, los economistas
de FEDEA dicen que, a este ritmo, harían falta 15 años para recuperar el
empleo perdido. Y la
OIT vaticina que para 2019,
España todavía tendrá un 21,5% de paro, 4,8
millones de parados. Demasiados.
Urge pues, crecer más y crear más empleo. Para crecer más, hace falta reanimar el consumo (mejorando
salarios y bajando impuestos a las rentas medias y bajas), reducir el endeudamiento privado
(renegociando deuda e hipotecas), fomentar
el crédito y la inversión privada y pública (aún a costa de reducir menos el
déficit), fomentando la reindustrialización, la fusión de empresas (las grandes
crean más empleo), la innovación, tecnología
y educación. Y en paralelo, hay que mejorar
el acceso de todos los parados a los nuevos empleos, con políticas de empleo más agresivas y con más
recursos (España, el país con más paro de Europa junto a Grecia, sólo gasta
4.746 millones al año en políticas
activas de empleo), más una reforma de verdad de los servicios de empleo (SEPE), que
se centre en colocar a los que no
contrata nadie: mayores
de 45 años, mujeres y jóvenes sin experiencia.
Tienen que dejar de
hacer triunfalismo y
demagogia con el empleo. Se está creando
empleo, sí, pero poco, precario y sin mucho futuro. Y la mitad de los parados ni lo “huelen”:
ni encuentran trabajo ni lo van a encontrar, mientras no se les forme y se les
ayude, incentivando su contratación. Y al ritmo que vamos, muchos se van a jubilar sin trabajar y otros, los jóvenes, van a tener que esperar aún mucho para colocarse. Por eso, urge crear mucho más empleo para mucha más
gente. Debería ser el gran objetivo
de 2015. No ganar las elecciones.
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