Después de 100 días de mal
tiempo y sin un puente, los españoles nos hemos lanzado a salir esta Semana Santa, necesitados de
escapar para olvidar la crisis. El turismo interior se ha recuperado ligeramente estos días, tras
tres años cayendo, aunque no es para
echar cohetes: salimos cuatro días, la mayoría a casas de amigos o
familiares y gastando lo menos posible. Pero salimos, sobre todo a
Levante, Canarias y ciudades con procesiones. Y aumentan los turistas extranjeros, sobre todo británicos,
franceses, nórdicos y latinoamericanos, aunque bajan los rusos. El turismo, nuestra primera industria, es lo
único que tira de la economía, aunque cree poco empleo y precario. Y aunque los turistas gasten poco, incluidos los extranjeros. Hace falta darle un empujón, con más
financiación y ayudas para reconvertir
nuestra oferta. Y sobre todo, no hundirlo con una subida del IVA, del 10 al 21%, como propone el Comité de expertos. No
secar a la vaca del turismo con impuestos.
enrique ortega |
Ha habido una gran escapada esta Semana Santa, a pesar de la crisis y la subida de los carburantes.
Tras un primer trimestre de mal tiempo y sin ningún puente, los españoles
teníamos muchas ganas de salir de casa.
Y eso explica que el turismo
interior haya crecido esta Semana
Santa, tras el parón de 2012 y 2013,
con un aumento de ocupación hotelera
del 15 al 20%, según un estudio
del Observatorio de la industria hotelera. Y la Secretaría de Estado de Turismo estima que la ocupación media en toda España será del 80% esta Semana Santa. Eso sí, la escapada es corta (4
días de media), la mayoría a segundas
residencias o casas de amigos y familiares y con poco presupuesto para gastar (mucho menú y bocadillos). Pero salimos.
La mayor
ocupación se da esta Semana Santa en Levante, Canarias y las ciudades con procesiones conocidas (como
Sevilla, Málaga, Granada, Zamora o Valladolid), según los hoteleros. Mientras, Galicia, Asturias, Extremadura y Baleares tendrán
una ocupación hotelera inferior al 70%. Y se han duplicado las reservas de cruceros
cortos (todo incluido), además del turismo
rural, por el esperado buen tiempo. También habrá más viajes low cost a destinos europeos, la mayoría
contratados por Internet (ofertas).
Mientras viajamos
más los españoles, esta Semana Santa también se espera un aumento de turistas extranjeros, que
han vuelto a batir otro récord en el primer trimestre de 2014: 10,1 millones de viajeros,
un 7,9% más, con otro récord en Canarias, que se beneficia de la
crisis política en el norte de África y Turquía. Los hoteleros esperan una buena primavera y que este
primer semestre lleguen a España 25,5 millones de turistas extranjeros, un
5,9% más que en 2013. Y después, cerrar el año 2014 con otro
récord histórico: 63,5 millones
de turistas, un 6% más que en 2014. Lo positivo es que aumentan los turistas británicos (su economía, fuera del euro, es
la que más crece en Europa, por la ayuda del Banco de Inglaterra, dando liquidez y reanimando su
economía), franceses, nórdicos, suizos y
latinoamericanos, aunque caen
los rusos, por la crisis de Ucrania y la caída del rublo frente al euro
(ha encarecido sus viajes un 8% en el primer trimestre).
El turismo se reanima
esta Semana Santa, anticipando un
mejor verano y otro año récord, con una mejoría (por primera vez desde 2010) del turismo
interior, que supone la mitad del
negocio. Con todo, la mejora del
turismo encubre una caída
del gasto, no sólo entre los turistas españoles sino entre los
extranjeros: lleva cuatro años cayendo, desde los 752 euros por turista en 2010
a los 744 euros de 2013. Y si descontamos la inflación, los extranjeros se están gastando ahora en España menos que en 2007 (800 euros por turista).
Eso se debe a la dura competencia entre tour
operadores, que ha forzado a una caída
de precios en los paquetes turísticos. Y a que ahora, sólo dos de cada tres turistas extranjeros vienen
a hoteles: el resto se
reparten entre casas propias o de amigos y apartamentos.
Muchos de ellos ilegales, como
denuncian los hoteleros: hay 500.000
no regularizados, que tiran precios.
El otro problema del turismo, junto al poco gasto, es que hay dos
Españas turísticas: una, la del turismo
de sol y playa, la costa mediterránea, Baleares y Canarias, que aprovecha
el tirón de los turistas extranjeros y que lleva dos años con el cartel de “Completo”;
y la otra, la España interior y la
cornisa cantábrica más Galicia, que no acaba de despegar, por estos tres
años de caída del turismo nacional. Tal
es así que sólo cinco regiones
(Canarias, Baleares, Cataluña, Andalucía y la Comunidad Valenciana) se llevaron
en 2013 el
93% de los ingresos aportados por el turismo extranjero (59.082
millones de euros) y las 12 autonomías restantes sólo se llevaron el 7% del
pastel turístico extranjero. De ahí que la
mitad de los hoteles y empresas turísticas hayan visto caer
ventas y beneficios en 2013, a pesar del récord de turistas.
Ahora, la situación puede mejorar para el sector si se
recupera de verdad el turismo nacional,
lo que está por ver, ya que dependerá de
la recuperación
del empleo y los salarios, que será muy pequeña todavía este año. Por eso,
aunque el turismo mejora, apenas se está
creando
empleo en el sector: marzo
ha sido el segundo mes consecutivo en que ha subido la afiliación en hostelería,
tras caer en enero y en todo 2013. Con ello, el balance del primer trimestre ha sido una creación neta de 20.718 empleos en la hostelería, aunque la casi
totalidad sea empleo
precario: temporal y a tiempo parcial, con sueldos
menos que mileuristas. Ahora, la clave va a estar en este verano y en ver si el
euro cae algo más: si bajara al
entorno de 1,35 euros por dólar (difícil: está en 1,38),
reanimaría las reservas para julio y
agosto.
Y también es clave
que el Gobierno apoye al sector, con
más campañas de promoción fuera de Europa (origen del 91% de
nuestros turistas), campañas reducidas por los recortes (el presupuesto de promoción turística ha
caído a la mitad entre 2011 y 2014). Y con medidas que no cuestan,
como agilizar los visados (sobre
todo a chinos y rusos), algo que sigue sin arreglarse. Además, es urgente facilitar la desestacionalización del turismo, bajando las tasas a los
vuelos y los impuestos a los hoteles fuera de temporada, además de promover el turismo de salud y de la tercera edad
(que ha
sufrido también recortes). Y, como tema de fondo, proporcionar financiación
y ayudas fiscales al sector turístico para renovar instalaciones y
ofertas, un Plan
Renove para el turismo como ha
pedido Canarias.
Pero, sobre todo, hay que dejar tranquilo al turismo, sin subirle
impuestos. La subida
del IVA turístico, del 7 al 10% en septiembre de 2012, ya hizo mucho
daño. Y ahora, el sector teme que el
Gobierno les suba el IVA de nuevo en 2015, del
10 al 21%, como ha
propuesto el Comité de Expertos en
el borrador entregado a Montoro
para la anunciada reforma fiscal de este verano. Si lo hacen, secarán
la vaca del turismo, nuestra primera industria y uno de los pocos
sectores donde se está creando empleo. Sería una puñalada a la recuperación.
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