Mañana empieza la campaña
electoral, centrada en Cataluña y el terrorismo yihadista más
que en el paro y la economía, lo que más preocupa a los españoles. Pero
da
igual lo que votemos, porque la
primera tarea del futuro Gobierno será hacer más recortes. Lo ha reiterado la Comisión Europea: el nuevo Gobierno deberá “tomar las medidas
necesarias” para cumplir con el déficit. Da igual lo que prometan los partidos y
lo que votemos: Bruselas nos impondrá
más recortes, 13.000 millones, que saldrán de hundir más la sanidad, educación, Dependencia e inversiones públicas,
frenando la recuperación y el empleo. Por eso, la clave de estas elecciones
es que los partidos digan si harán o no estos recortes, no que nos engañen prometiendo bajar impuestos. Porque sólo pueden evitar hacer más recortes recaudando más, haciendo pagar más a los que pagan poco (grandes empresas,
multinacionales y ricos) para no tener que recortar más y poder así reanimar la economía y el
empleo. Que nos lo aclaren estos días para no votar en vano.
enrique ortega |
La principal preocupación de los españoles es el paro y el empleo, como reiteran en
todas las encuestas del CIS. Así
que crear más empleo debería ser “el
gran tema electoral”, no Cataluña y el terrorismo yihadista, por muy
preocupantes que sean. Y no basta con la promesa de crear 2 millones de empleos,
como Rajoy. Habría que hacer “un esfuerzo
extra”, para crecer más y crear más empleo del que se crea ahora, porque España tiene el doble de paro que Europa (21,18% frente a 10,8%) y
porque necesitamos crear 6 millones de
empleos para dar trabajo a los parados actuales (4.850.800), los “desanimados”
(mujeres y jóvenes que no buscan trabajo) y los jóvenes que terminen sus
estudios. Y al ritmo actual, si no se hace nada especial, harían falta 15 años para bajar el paro al 8% en que estaba antes
de la crisis. No se puede esperar tanto: el futuro Gobierno debería proponer un gran Pacto social para crear más
empleo, con más inversiones públicas, más salarios y más consumo,
incentivos a la contratación, más formación a los parados y reorganización de
las oficinas de empleo.
El otro gran tema preocupante son las pensiones, su futuro. Las cuentas no salen: la Seguridad Social cerrará el año con su quinto
déficit consecutivo: 2011 (-1.000 millones), 2012 (-10.131), 2013
(-11.861), 2014 (-11.202) y 2015 (entre
-11.000 y -15.000 millones). Y el Gobierno Rajoy, para pagar las extras a
los pensionistas, se ha “comido” ya la mitad de la "hucha de las pensiones" (32.594
millones de 66.815), que se agotará en 2018. El problema no son tanto los gastos en pensiones (crecen menos que en toda la historia, por los recortes que hicieron Zapatero y Rajoy),
sino los ingresos por cotizaciones, que apenas aumentan, porque los nuevos
trabajadores cotizan por menos horas y sueldos muy bajos. Algo hay que hacer con las
pensiones. Recortarlas no, porque la mayoría son muy bajas: dos tercios de los pensionistas cobran menos de 800
euros al mes. La alternativa es ingresar más, pagar una parte de las pensiones con los Presupuestos, como ha
propuesto el Tribunal de Cuentas. Podrían pagarse con impuestos las pensiones
de viudedad (20.776 millones) y orfandad (1.762 millones). Y si no llega,
subir un 1% las cotizaciones de empresas y trabajadores
(8.000 millones más de ingresos), que son más bajas que en Europa. No es bueno para
el empleo, pero peor es que quiebre el sistema de pensiones o que los
trabajadores se tengan que pagar un Plan de pensiones privado.
El tercer gran
problema, tras el paro y las pensiones, es recuperar el Estado del Bienestar (la sanidad, la educación y las ayudas a la
Dependencia), tras los drásticos recortes hechos por el Gobierno Rajoy y las
autonomías. La sanidad pública ha perdido 10.000
millones estos años, junto a 5.000 médicos y enfermeras, lo que ha deteriorado muy seriamente la atención, con un aumento de las listas de espera (de 379.194 para
operarse en 2009 a 511.923 a finales de 2014), en beneficio de la sanidad
privada (11,4 millones de españoles tienen un seguro médico privado). Urge recomponer
la financiación de la sanidad
pública, su personal y sus medios, lo que obliga a un cambio pactado en el sistema
de financiación de las autonomías, homogeneizando la atención sanitaria, que es muy
diferente según la ciudad donde uno enferme.
La educación
no universitaria ha perdido 7.300 millones entre 2010 y 2014, con 24.800
profesores menos, un recorte de becas y ayudas y un deterioro de la enseñanza,
con menos esfuerzo para los alumnos que se quedan atrás. En la Universidad, que ha perdido otros 8.000 millones y 13.200 empleos, los
alumnos han afrontado un fuerte aumento
de tasas (45% de subida media, que ha llegado a un +128% en Cataluña, 117%
en Madrid, +93,9% en Valencia o +78% en Castilla y León), que convierten a la
Universidad española en la cuarta más cara de Europa, con un coste medio de 1.257 euros por curso
mientras en Alemania pagan 200 euros y en Francia 185 euros. Como además han
bajado las becas, 70.000 universitarios han dejado las aulas desde 2012, según los rectores.
En la
Dependencia, las ayudas a ancianos y discapacitados, el
recorte ha sido de 2.236 millones entre 2012 y 2014 (un tercio del
Presupuesto), lo que ha estancado los beneficiarios (779.373 en octubre),
provocando que casi 400.000 dependientes estén a la espera de recibir la ayuda, con riesgo de que
se mueran antes (100.000 dependientes se
han muerto esta Legislatura antes de recibir la ayuda que tenían
reconocida). Estas ayudas están reconocidas por Ley desde 2007, pero no hay
financiación suficiente y las autonomías lo “capean” con recortes y retrasos, un
problema que se agravará porque somos el 2º país con más viejos del mundo
y en 2050 habrá 7 millones de dependientes en España.
Sigamos con la lista de problemas a resolver. El cuarto
sería ayudar a los que se han quedado tirados con esta crisis: parados,
trabajadores precarios y pobres. Empezando por los
parados, que tienen dos graves problemas: uno, inmediato,
que más de la mitad de los parados EPA
no cobran nada. Son 2.586.585 parados sin subsidio, el 53,32% de los
parados estimados. Y el otro, que más de la mitad de los parados (60,6%), casi
3 millones, llevan más de un año sin trabajar (de ellos, 2,1 millones más de 2 años y 1,5
millones más de 3 años), con lo que cada vez tienen menos posibilidades de
colocarse. Y menos si tenemos en cuenta que más de la mitad de todos los parados
(el 54.7%) tiene una escasa formación (hasta la ESO o incluso menos), según el INE. Así que urge darles algún ingreso a cambio de mejorar su
formación para sacarles del pozo del paro de larga duración.
Un tercio de los
trabajadores tienen un problema serio: su contrato es precario (temporal o por horas o las dos cosas) y su sueldo muy bajo, con lo que apenas consiguen llegar a fin de mes. De hecho, el 30% de los asalariados (4.269.840
trabajadores) son mileuristas, ingresan 1.221 euros brutos al mes (menos de
1.000 netos), según los datos de Hacienda. Y el 70% de todos los trabajadores (casi 10 millones) gana menos de 1.700 euros
netos al mes, lo que retrae su consumo (y
el crecimiento de la economía). Y más de 1 de cada 5 trabajadores españoles (3,3 millones, el 22,2%) son pobres, según la OIT: ganan menos del 60% de la renta media de los
españoles. La mayoría, mujeres y jóvenes
con contratos precarios. Urge una contrarreforma laboral que mejore la calidad de los contratos, evitando que en
España haya dos clases de trabajadores,
los fijos con antigüedad y los precarios vulnerables.
Precisamente, mujeres
y jóvenes son dos colectivos que exigirían propuestas de apoyo en cualquier
campaña electoral. Las
mujeres sufren una desigualdad económica que urge corregir: trabajan menos (sólo el 50,3%, frente al
58,8% en la UE, el 69% en Alemania, el 60% en Francia o el 72,5% en Suecia),
tienen más paro (22,69% frente al 19,9% de los hombres), tienen empleos más
precarios (el 75% de los trabajos a tiempo parcial los ocupan mujeres) y ganan un 24% menos de media que los hombres. De hecho, el 40% de las mujeres
no llegan a mileuristas (1.221 euros brutos), según Hacienda. Otros que están
sufriendo especialmente la crisis son los jóvenes: casi la mitad está en paro (46,6% entre
los menores de 25 años), dos tercios no cobran el paro y casi la mitad carece
de formación, les cuesta años colocarse (6 años para ser fijos), el 71% tienen un contrato temporal sin
quererlo, las empresas no les forman y les
pagan 890 euros de media (cuando les pagan: sólo el 42% de los becarios
cobran), según los últimos datos de la OCDE, lo que obliga al 78% a vivir con sus padres (en Francia sólo el
16% y el Alemania el 21%) . Y no olvidemos un tercer colectivo de españoles con
problemas: los mayores de 45 años. Son más de un tercio de todos los parados (1.708.900 en
octubre) y las tres cuartas partes llevan ya más de 1 año sin trabajar, con lo
que tienen difícil colocarse, por su edad y por su poca formación. Y muchos no cobran el
paro ni se pueden jubilar:
tienen que esperar 10,15 o 20 años
marginados.
Y queda atender a una pobreza creciente :
en España hay 12,6 millones de españoles
en situación de pobreza, que ingresan menos del 60% de la renta media, según
las estadísticas europeas
(Eurostat), 1,5 millones más que en 2008. Y de ellos, casi 3 millones son niños y
adolescentes (menores de 18 años). Urge que el futuro Gobierno ponga en
marcha un Plan contra la pobreza,
para ayudar a los parados sin subsidio, a las familias sin ingresos, a las
madres solteras con niños y a las familias que necesitan ayuda cada mes para
comer, pagar recibos de luz, el alquiler o el colegio, 8 millones de españoles que piden ayuda hoy en los servicios sociales
municipales o las ONGs. Un Plan que necesita
al menos 12.000 millones de euros, para dar una renta mínima a
700.000 familias y ayudas puntuales al resto.
Al final, reanimar la
economía para crecer más y crear más empleo, recuperar la sanidad, la educación
y la Dependencia, ayudar a formarse y colocarse a los parados, las mujeres, los
jóvenes y los mayores de 45 años, paliar la pobreza, se traduce en más gastos. Y ahí chocamos con un muro:
la Comisión Europea, controlada por los fundamentalistas del déficit, que llevan desde 2010 imponiendo recortes a España y a la Europa del sur, una política que ha agravado
los costes de la crisis y que ahora frena la recuperación, en Europa y en
España. Pero Merkel y la Comisión siguen
erre que erre: hace falta seguir con la austeridad. Y lo han dicho muy claro la semana pasada: el nuevo Gobierno español que salga de las
elecciones tendrá que “tomar medidas para cumplir con el déficit”. O sea, tendrá que hacer más recortes. En
total, 5.000 millones para cumplir el
déficit de 2015 (creen que acabará en el 4,7% del PIB en lugar del 4,2% que
dice Rajoy) y otros 8.000 millones
para cumplir el déficit prometido en 2016 (2,8%, que será del 3,6% si no se
cambia el Presupuesto, según Bruselas).
En total, pues, 13.000 millones de recortes que el futuro
Gobierno tendrá que hacer en 2016
si no quiere una sanción de la Unión Europea o un “castigo” de los mercados. Piense en ello cuando oiga las
“promesas” de los partidos en estas elecciones: que ofrezcan lo que quieran, que ya
vendrán Merkel y Juncker con la tijera. Gane quien gane las elecciones
(si
es la izquierda, más, como ya se ha visto en Grecia y se va a ver ahora
en Portugal). Pero hay una salida: no
recortar, suavizar las exigencias (presionando en Europa para que acepten un
déficit más alto) y, sobre todo, recaudar más. Se puede y se debe. Porque
España recauda bastante menos que el
resto de Europa (somos el 7º país europeo que menos recauda): recaudamos el 38,7% de la riqueza (PIB), frente al 46,6% que recaudan los 19 países
del euro. Y esto es algo estructural, no por la crisis. Si recaudáramos como
los demás europeos, Hacienda podría
ingresar 79.000 millones de euros más al año. No habría déficit y podríamos gastar más en lo que hace falta.
¿Por qué ingresamos
menos que los demás europeos? Porque hay
más fraude y muchos
pagan menos de lo que deberían. Primero está el fraude del IVA, por el que España deja de ingresar 12.000
millones cada año, según cálculos de la Comisión Europea. Y luego está el "fraude legal" que hacen las grandes empresas, multinacionales y los más ricos,
estimado por los técnicos de Hacienda (Gestha) en otros 60.000 millones anuales. Ya tenemos 72.000
millones. Una bolsa de fraude que podría reducirse a la mitad si el próximo
Gobierno toma medidas eficaces (y más medios) contra el fraude fiscal, algo que no han hecho
Zapatero ni Rajoy.
Este es el gran reto de la próxima Legislatura: o se consigue recaudar más o habrá que hacer más recortes que entorpecerán la
recuperación y deteriorarán más el Estado del Bienestar y las pensiones,
aumentando la pobreza. Y las mujeres, los jóvenes y los mayores de 45 años
seguirán sufriendo lo peor de la crisis. Las promesas de bajar impuestos (PP, Ciudadanos) son un engaño, salvo que se bajen a unos y se suban a otros, porque es ineludible recaudar más. Salvo que no se quiera recuperar la economía y el Estado del Bienestar. Hace falta recaudar más, sí o sí. Piénselo cuando escuche a los
políticos y sus promesas y cuando vaya a votar. Porque si no se ponen las pilas, el futuro nos lo marcará Bruselas a golpe de más recortes. Como ha pasado estos 4 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario