Los mismos que repiten cada día que hay síntomas claros de recuperación, aprovechan estas Navidades para reiterar que los españoles se están animando a gastar para estas fiestas. Se espera que el consumo navideño crezca un 1,8 % (gracias
a la
extra de los empleados públicos), un gasto mínimo sobre las Navidades de 2012, las peores de las dos
últimas décadas. Y hay muchos españoles
que gastarán lo mismo o menos, porque
les han bajado los salarios, han perdido el empleo (134.000 este año) o se les ha acabado
el paro (3,2 millones de parados EPA
no cobran nada). Si la crisis ha agravado las diferencias entre los
españoles, también hay dos Navidades:
las
grises de los que tienen trabajo o pensión y las negras de los que
sobreviven como pueden, gracias a la familia, ONGs y recortadas ayudas
públicas. No les olvidemos estos días y ayudémosles
si podemos. ¡Feliz Navidad ¡
enrique ortega |
En toda Europa
apuestan por unas Navidades menos tristes,
con más consumo que las de 2012, las peores de la crisis. Se estima
un aumento medio del gasto del 2,7%,
según un estudio
de Deloitte, que revela una caída del
gasto navideño sólo en tres países:
Grecia(-10%), Irlanda (-3%) y Holanda (-3%). Los mayores consumos se darán en
Ucrania (+19%) y Rusia (16%), seguidos de Alemania (+9%), Portugal (+5,1%) o Suiza
(+5%) y, más lejos, por Francia (+1,6%) e Italia (+0,7%). España se sitúa en la parte baja, con un aumento del gasto del 1,7%,
que supone casi gastar lo mismo
descontando la inflación.
Es revelador que los europeos que gastarán más esta Navidad dicen
que lo hacen no porque tengan más ingresos (sólo el 21%) sino porque quieren
olvidarse de la crisis y disfrutar
por unos días (el 40%). Y los que van
a gastar menos lo justifican porque sus
ingresos han caído (lo argumentan el 59%) y porque la crisis va a continuar (48%) o porque tienen miedo a
perder su empleo (18%) o porque tienen que pagar deudas (12%). Tienen miedo
al futuro.
En España, el gasto
extra por familia esta Navidad será de 671 euros (+1,8%), según el estudio
de Deloitte, una cifra que los consumidores
de CECU sitúan entre 500 y 700 euros
(+2/3%, aunque un 40% de las familias
gastarán lo mismo). El primer capítulo de gasto son los regalos (264 euros): la generalización del “amigo invisible” lleva a menos
regalos de algo más valor (no más de 30 euros) y a menos juguetes
de más calidad. El segundo capítulo son las
comidas navideñas, con 212 euros, donde España
gasta más (31,6%) que los europeos
(27%) y donde este año dominan las compras
anticipadas y los congelados. En el tercer capítulo, los viajes, gastamos 104 euros, menos
que los europeos (15,5% frente al 24%), aunque este año aumentan
las escapadas low cost a Europa de los que tienen empleo. Y en ocio y espectáculos gastamos 91 euros,
una partida que se restringe cada Navidad.
El comercio tiene
esperanzas
en estas Navidades y confía en vender
entre un 3 y un 5% más, para lo que han
contratado a 12.000 trabajadores temporales para esta campaña. Todo apunta
a que habrá más ventas que las Navidades
2012, las peores de los últimos 20 años, pero apenas hay motivos para que el
consumo se relance. De hecho sólo hay dos. Uno, que 2,7
millones de empleados públicos vuelven a
cobrar este mes la extra de Navidad, unos 5.400 millones que irán a “tapar
agujeros” y a gastar algo más. El otro, los 11.563
millones que Hacienda ha prestado a autonomías y Ayuntamientos para que paguen
a proveedores, un dinero que irá en su mayoría a tapar agujeros de pymes y autónomos, no
al consumo.
Sin embargo, hay
otros factores muy poderosos para desalentar el gasto estas Navidades. El
primero, que hay 133.900 españoles que
han perdido
su trabajo en 2013 (a falta de
saber los empleos perdidos en el cuarto trimestre) y no están para
celebraciones. El segundo, que hay 200.000
parados que han dejado de
cobrar el paro este año y
que los que cobran el subsidio (2.625.700 a octubre, sólo el 45% de los parados
EPA) reciben
35,40 euros menos al mes (828,9 euros de media). El tercero, que los salarios
han bajado este año (-1,3%) y hay 7,5 millones de mileuristas,
mientras muchas familias tienen menos
ingresos también por horas
extras y otros complementos. Y cuarto, que salarios y pensiones han
perdido
poder adquisitivo, aunque el IPC esté moderado, porque les han subido una serie de gastos que son claves
en su economía: luz, gas, agua, carburantes, educación (tasas), medicinas
(copago), alimentos… Y también los impuestos,
desde el IVA a las tasas y el IBI.
Con menos empleo,
menos sueldos, menos subsidios y subidas varias, muchas familias tienen difícil gastar estas Navidades, digan lo que
digan los voceros de la recuperación.
Es más, hay dos Navidades, como hay dos Españas: la de aquellos que
tienen un ingreso más o menos asegurado (trabajo o pensión) y las de los que no
tienen casi nada y tratan de sobrevivir. Los primeros gastan con moderación, porque
tienen miedo al futuro, a perder su trabajo o a que le recorten su pensión. Y
el resto, gastan lo mínimo, porque se
les acaba el paro, el colchón de los ahorros,
la ayuda de su familia o de ONGs. Y no ven salida.
Las Navidades
deberían hacernos recordar más que nunca
a esa
España pobre que lo está pasando mal, esos 10 millones de españoles que están en el umbral de la pobreza según el INE (13,1 millones según
Eurostat), con unos ingresos
menores de 14.784 euros al año (matrimonio con dos hijos). Pero sobre todo,
a esos 3.279.000 parados que no
reciben subsidio de paro (55% parados EPA) y que en su mayoría llevan más de 2 años sin trabajo (2.176.000). De ahí sale esa bolsa
de 3 millones de españoles en pobreza severa que denuncia Cáritas.
De hecho, los servicios
sociales de los Ayuntamientos están
desbordados de peticiones de ayuda por
parte de 7 millones de españoles:
pago de luz y alquileres, hipoteca, comida, ropa, trabajo… Y sin embargo, el Gobierno va a desmantelar estos servicios con la aprobada reforma
municipal. Y sigue recortando las
ayudas públicas y la financiación a ONGs, que atienden a
más de 5 millones de españoles
necesitados, sobre todo en Navidad.
El problema de esta crisis
es que dura ya cinco años largos y todavía puede durar
dos o tres años más, con bajos
salarios y escasa creación de empleo,
que no llegará además a la mitad de los parados
actuales (por edad y falta de formación), que se
harán “crónicos”. Y hay muchas familias que ya no dan más de sí, que
no ven perspectivas. Por eso es urgente
poner en marcha un Plan contra la pobreza
(sobre
todo infantil), que lleva años pidiendo
Bruselas y que el Gobierno Rajoy ha sustituido por un tímido Plan de inclusión social , aprobado a mediados de diciembre con medidas contra la pobreza que ya existen (sólo hay 17 millones nuevos). No podemos ser el país
europeo donde más ha crecido la pobreza y a la vez el país con más desigualdad
entre ricos y pobres (lean este riguroso y preocupante informe
sobre el Estado Social de España). Es algo que chirría y más en Navidad, donde se refleja con claridad que hay dos
Españas y dos Navidades, una de
ellas cada vez más dura y problemática.
El consumo de la Navidad
si crece (poco) será un espejismo, en un país estancado, con muchas familias
que lo están pasando mal y que no ven claro el futuro, ni de su empleo ni de
sus ingresos. De hecho, la mayoría de
los españoles ven que 2014 será igual (39,5%) o peor (29,5%), según el último Barómetro del CIS. Hay
que dar confianza a los españoles,
con otra política económica, centrada en
el crecimiento, el empleo y las ayudas a los más pobres. Y apostar por la solidaridad entre españoles, no sólo
en Navidad.
Mientras, disfruten
lo que puedan y ayuden a los que no pueden. ¡Feliz
Navidad ¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario