Enrique Ortega |
El turismo en España afronta el 2º verano de la recuperación, tras la debacle que supuso la pandemia en 2020 y 2021. Y se espera superar la ocupación y el gasto de 2019, el último verano récord, con casi 29 millones de visitantes extranjeros entre julio y septiembre. De momento, los últimos datos oficiales son de enero a mayo y registran una entrada de 29.178.962 turistas extranjeros, sólo 167.000 menos que en 2019. Y todo apunta a que la llegada de turistas ha aumentado en junio, superando ya la cifra de los primeros 6 meses de 2019.Y con una ocupación en máximos en julio y reservas a tope para agosto y septiembre, el sector espera un verano de récord histórico, con un 10,9% más de actividad turística que en 2019, según la estimación de Exceltur. Eso supondría que los 28,9 millones de turistas extranjeros del verano 2019 serían este verano 32 millones. Y si hasta mayo ya se gastaron un 19% más que en 2019, este verano el gasto de los turistas extranjeros podría batir todos los récords, superando los 40.000 millones de euros entre julio y septiembre (+20% sobre gasto verano 2019).
El turismo, junto a las exportaciones y la inversión, está manteniendo el crecimiento y el empleo en España y todavía dará un empujón más este verano, donde se han disparado los viajes, los vuelos y las reservas hoteleras (+17% sobre 2019), por toda España, sobre todo en las costas e islas (especialmente Baleares), aunque también los destinos de interior, según Exceltur. Los extranjeros están copando el 55% de estas reservas, no sólo los turistas europeos sino los americanos y asiáticos, cuyas llegadas repuntan otra vez. Y además de aumentar la demanda turística, está aumentando el gasto, por la subida generalizada de precios en los paquetes turísticos (+19,7%), los vuelos internacionales (han subido un 9,3%), los hoteles (+8,4%) y restaurantes (+6,3%).
A favor de un verano récord de turistas está la fortaleza del empleo, en Europa y en España, que está disparando las ganas de viajar a cualquier precio, tras el estancamiento de la pandemia. Además, han aumentado los paquetes turísticos y la oferta de vuelos internacionales, favoreciendo la llegada de turistas de América y Asia. En contra de la afluencia de turistas este verano juegan los altos precios de los vuelos internacionales (han subido un 30% sobre 2019, según Eurostat), los altos precios en España y la creciente competencia de otros paises mediterráneos, como Turquía o Egipto, donde la devaluación de sus monedas (hasta un 50%) atrae a turistas británicos y alemanes. Pero en las últimas semanas, las altas temperaturas y los fuegos reiterados (Italia, Grecia, Túnez) han frenado algunas reservas al sur del Mediterráneo, aunque también podría afectar a España.
La estimación de Exceltur es que el sector turístico consiga este verano un récord de visitantes e ingresos, tanto por los turistas españoles como por los extranjeros, con un +10,9% de facturación, que será mucho mayor en las zonas donde se esperan más turistas: Baleares (+25,8% de facturación sobre 2019), Asturias (+23%), País Vasco (+21,2%), Cataluña (+21%), Madrid (+20,1%), Galicia (+17,6%), Andalucía (+17,5%), Comunidad Valenciana (+15,5%) y Canarias (+15,4%).
El punto negro de este verano turístico será los altos precios, desde los vuelos y viajes a la reserva de apartamentos y hoteles más los bares y restaurantes, que han disparado sus tarifas aprovechando la alta demanda. Los paquetes turísticos internacionales subían en junio un 9,3% anual, los paquetes turísticos nacionales un 17,1%, los paquetes internacionales un 19,7%, los hoteles un 8.4% (tras subir otro 11,7% en 2022) y los restaurantes un 6,3%, según el IPC de junio (INE). Ryanair, la aerolínea europea con más pasajeros, ha anunciado una subida de tarifas de al menos un 10% sobre las del verano pasado y lo mismo hace el resto. En el caso de los hoteles, arrancan la temporada de verano con precios que superan en un 20% los de 2019, según reconoce la patronal Exceltur. Y el precio medio por noche en un hotel se sitúa ya en 158 euros, lo que indica que muchos pagarán más de 200 euros diarios por habitación. Y en el caso de apartamentos, los alquileres rozan en muchas zonas los 2.000 euros por semana (250 euros más que en 2022). También se han disparado los precios de alquilar un coche y otros servicios turísticos, lo mismo que las tarifas de bares y restaurantes en zonas turísticas (repletos).
Ante esta subida disparada de precios turísticos, los españoles y extranjeros reaccionan recortando sus vacaciones algunos días (se viaja una semana o incluso menos), pero manteniendo su gasto o incluso subiéndolo respecto al verano pasado. Y aumenta la ocupación en campings y casas rurales más baratas, así como el turismo de interior (más barato) y en el norte de España (con menos calor). Además, esta subida de precios turísticos sube el porcentaje de españoles que no pueden cogerse ni una semana de vacaciones, según la Encuesta de Condiciones de Vida (INE): eran un tercio de los españoles, un 33,5% en 2022, más que en 2021 (32,7%) y que en 2019 (33,4%).
Otro punto negro del turismo en España es que anda “corto de personal”. El turismo y la hostelería son uno de los motores del empleo en España, pero muchas empresas tienen poco personal para la alta demanda, desde los aeropuertos hasta los hoteles, pasando por bares, restaurantes, empresas de alquiler y servicios. En el último año, el empleo turístico ha aumentado en 146.184 empleados (+5,6%), alcanzando en junio una plantilla récord de 2.765.865 empleos en el sector turístico en España. Es el doble de lo que ha crecido todo el empleo en España en el último año (+588.700 empleos, un +2,9%), pero la mitad de lo que ha crecido la facturación de las empresas turísticas (+10,9%). Y basta ir a un hotel, a un restaurante o a un bar en zonas turísticas para sufrir colas y esperas.
Los empresarios turísticos se quejan de que “no encuentran personal”, lo que puede ser cierto en algunos trabajos (cocineros, ayudantes de cocina, gestores…) pero no en la mayoría de trabajos, donde no hay personal porque no se le ha formado (FP y formación propia), porque se le paga poco (el salario medio en hostelería es el más bajo de España : 14.631 euros brutos en 2021, según el INE, 1.036 euros netos al mes en 12 pagas) y tienen jornadas excesivas y, sobre todo, porque muchos empleados no pueden pagar los alquileres que les cobran en los pueblos y ciudades turísticas. En consecuencia, las empresas turísticas afrontan este verano récord “cortas de personal” y con muchos trabajadores poco formados, lo que redunda en perjuicio del cliente, que sufre una peor atención (y más cara).
Un tercer problema este verano es la sobresaturación turística en algunas zonas, sobre todo en Baleares y playas de la Costa Brava, Levante y la Costa del Sol. Seguimos con pueblos y ciudades que multiplican por 10 (y hasta por 50) su población en julio y agosto, lo que supone importantes problemas de accesos, aparcamientos y servicios, desde la falta de agua (más con la grave sequía actual) a la atención sanitaria o la vigilancia de playas (no es casualidad el récord de muertes por ahogamiento (sólo en junio y julio, 124 fallecidos). Parece claro que hay zonas turísticas congestionadas, donde el exceso de oferta de camas (alquileres turísticos) no ha ido acompañado de una mejora de servicios, provocando además protestas de los vecinos habituales (Mallorca o Barcelona), una “turismofobia”, que no se afronta.
Pero bueno, la mayoría no piensa en estos problemas, sólo en salir corriendo, coger el coche, un vuelo o un tren y disfrutar de sus vacaciones, aunque le esperen precios altos y colas para todo. Y unas altísimas temperaturas. Precisamente, el mayor problema de futuro del turismo es el Cambio Climático, sobre todo en el Mediterráneo y el sur de Europa, que va a sufrir más que el resto de Europa las altas temperaturas, los incendios y la sequía. Y esto va a condicionar el turismo futuro. De hecho, ya ha empezado a hacerlo: el número de europeos dispuestos a viajar al área mediterránea entre julio y noviembre ha caído un -10% respecto a 2022 por el clima, según la última Encuesta de la Comisión Europea de Viajes. Esto va a beneficiar en el futuro a los destinos turísticos de la Europa del norte y, dentro de España, al turismo de interior y de Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi, que ya este verano superan su ocupación tradicional de turistas.
Pero el Cambio Climático, además de un problema para el turismo español, puede ser también una oportunidad, para “desestacionalizar” la llegada de turistas fuera del verano, que concentra casi la mitad de los visitantes extranjeros (37,66 millones viajaron en 2019 de julio a septiembre de 2019, un 45% del total en sólo tres meses). Y dentro del obligado proceso de “reconversión turística” que pide el sector, urge afrontar una “reconversión medioambiental”, tanto en los servicios (agua, instalaciones, accesos, aparcamientos, protección civil y anti incendios, vigilancia playas) como en la oferta turística (zonas de sombra, árboles, itinerarios y visitas), para afrontar el aumento de las temperaturas.
Bueno, todo esto quedará como “deberes” para la vuelta de
vacaciones, para el futuro Gobierno y los Ayuntamientos y autonomías
que viven del turismo y que llenan sus playas y ciudades sin ordenar
un crecimiento turístico que no puede ser infinito, aunque mantenga
el crecimiento español, el negocio de muchos y 14 de cada 100 empleos. Hay que
pararse, tras otro verano récord, y evitar
matar la gallina de los huevos de oro. Mientras, no sufran mucho con el calor y los precios y disfruten del verano.
¡Felices
vacaciones!
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