Renta 2024: pagamos los de siempre
Queda hasta finales de junio para presentar la Renta
(IRPF), por los ingresos en 2023, aunque a 2 de cada 3
contribuyentes les sale a devolver (les retuvieron de más). Todos pagamos
IRPF, pero sobre todo los que viven de un sueldo y las clases medias,
quienes ingresan entre 30.000 y 60.000 euros al año. Lo preocupante es que el
IRPF gana peso cada año y supone el 44,3% de toda la recaudación,
creciendo más que el IVA (mucho fraude), mientras Sociedades (lo
pagan las empresas) recauda un 22% menos que en 2007. A lo claro: casi
la mitad de los impuestos los pagamos quienes vivimos de un trabajo o pensión,
con el IRPF, mientras empresas, ahorradores y ricos pagan poco. Eso
explica que recaudemos 52.000 millones menos cada año que la media
UE. Bruselas ha pedido a España una reforma fiscal, con
cambios en el IVA, impuestos verdes y exenciones, para recaudar más. Pero no
está el horno político para acordar una necesaria reforma fiscal. Enrique Ortega
Esta primavera, Hacienda
espera recibir 23.281.000 declaraciones de la Renta (IRPF), por los
ingresos que tuvimos en 2023, un 1,2% más que en 2023. Pero la mayoría de contribuyentes
no tienen que pagar ahora, porque les sale la declaración a
devolver: son 14.610.650 contribuyentes (el 63%), que ya están
recibiendo 11.650 millones de euros, porque les retuvieron de más en 2022 (más
bien, les retuvieron lo que debían pero ahora se deducen por muchos conceptos,
desde hijos a gastos y deducciones autonómicas). Al otro tercio de los
contribuyentes, a 7.092.000 declarantes, les sale a pagar el IRPF este año,
un total de 18.908 millones de euros: pagarán
un +12,2% que el año pasado, porque Hacienda espera que declaren más
ingresos por dividendos, intereses, ganancias en Bolsa y mayores salarios.
La declaración del IRPF de este año tiene pocas
novedades, salvo que se reduce la aportación deducible a los Planes de
pensiones (de 2.000 a 1.500 euros) y que las mujeres con niños menores de 3
años que no trabajan pueden cobrar la ayuda por maternidad de 100 euros
mensuales por hijo (hasta ahora, sólo la recibían las mujeres que trabajaban).
Eso sí, hay una novedad importante en las autonomías, que tienen
competencia sobre la mitad de la tarifa del IRPF y las deducciones autonómicas:
7 autonomías gobernadas por el PP (algunas con VOX) han
“deflactado” la tarifa del IRPF, la han bajado para compensar la
subida de la inflación en 2023 (Andalucía, Canarias, Castilla y León, Galicia,
Madrid, Murcia y la Comunidad Valenciana). Y otras dos autonomías (Aragón y
Extremadura) han cambiado las tarifas autonómicas del IRPF, bajando el tipo
mínimo y subiendo el tipo máximo. Además, la mayoría de las autonomías han
retocado deducciones y exenciones en el IRPF.
Estos cambios fiscales autonómicos provocan
que el pago del IRPF sea muy diferente según el domicilio fiscal, como revela
cada año un
estudio del Consejo de Economistas y Asesores Fiscales. El último revela
que las rentas más bajas tributan menos por IRPF en la Comunidad
Valenciana (29,47 euros paga un soltero que gane menos de 16.000 euros) y Madrid
(29,47 euros) y donde más en el País Vasco (960 euros) y Navarra (851,56
euros). Las rentas medias (entre 30.000 y 70.000 euros) pagan más en
Cataluña (5.039-19.200 euros), Comunidad Valenciana (4.803-19.213 euros) o Aragón
(4.882-18.861 euros) y menos en País Vasco (4.547-17.726 euros) y Madrid
(4.600-17.981 euros). Y los
más ricos (ingresos superiores a 110.000 euros) pagan más en la
Comunidad Valenciana (38.741-298.000 euros), Navarra (32.214-286.604), La Rioja
(37.258-285.303) o Cataluña (37.087-277.311) y mucho menos en Madrid
(35.181-251.768 euros), País Vasco (35.097-272.792 euros) y Murcia
(36.387-262.773 euros).
Parece una buena noticia que muchas autonomías bajen
la tarifa del IRPF (la “deflacten” para compensar la inflación) y suban las deducciones
por distintos temas (vivienda, guardería, libros, uniformes, paneles
solares, seguros médicos…). Pero hay dos “peros”. Uno, que rebajar la
tarifa del IRPF para compensar la inflación (algo que el
PP lleva exigiendo al Gobierno Sánchez desde 2021) es “socialmente
injusto”, porque beneficia más a los contribuyentes con más renta, según
demuestran los expertos fiscales. Así, la deflactación reduce 100 euros el
IRPF que pagan los que ingresan menos de 20.000 euros, 205 euros al que declara 30.000
euros, 345 euros al que ingresa más de 45.000 y ahorra 545 euros al que declara
70.000 euros o más.
El otro “pero” es que estas menores tarifas y mayores
deducciones restan muchos ingresos a las autonomías. Los expertos
cifran en 5.700 millones la merma de ingresos autonómicos sólo
en 2022 por las rebajas fiscales que aprobaron, una cifra que subirá en 2023. Y
esto choca con las necesidades crecientes que tienen las
autonomías en sanidad, educación, Dependencia y gastos sociales. No es
casualidad que Madrid, la autonomía que lleva años “bajando impuestos”,
sea también la comunidad que menos gasta en sanidad (1.248 euros
por habitante frente a 1.538 de media) y en educación (896,98 euros frente
a 1028,91) y la 6ª por la cola en gasto social (323,36 euros frente a 372,23 de media), según
los Directores de Servicios Sociales.
¿Quién paga el IRPF? Los
datos de la Agencia Tributaria, referidos a la Renta presentada en 2021
(22.048548 declaraciones), lo evidencian: el 84,95% de los ingresos
declarados son rentas del trabajo. A lo claro: quienes pagamos la Renta
somos los trabajadores, los que vivimos de un salario o de una pensión
(100% controlables). El 15% restante procede de rendimientos de viviendas,
acciones o inversiones, así como de actividades económicas (empresarios y
autónomos). A la hora de concretar quién paga, la mayor parte de la
recaudación del IRPF (60,22%) la aportan las rentas medias y bajas, según
Hacienda: un 23,05% lo pagan los que ingresan menos de
30.000 euros (16,58 millones de contribuyentes, a los que la declaración
les sale negativa o a pagar entre 544 y 3.810 euros) y otro 37,17% de la
recaudación la aportan los que ganan entre 30.000 y 60.000 euros
(4,4 millones de contribuyentes, que pagan 8.142 euros de media en el IRPF). Y
el resto, los que ganan más de 60.000 euros (1.042.402 contribuyentes)
aportan el 39,78% de la recaudación del IRPF. De ellos, la minoría que ganan
más de 601.000 euros (12.178 contribuyentes) aportan el 6,74% de la
recaudación total (y pagan de media 534.730 euros).
Estos datos, que reflejan como los salarios y las pensiones
son los que pagan el IRPF, los intuíamos. Pero lo que quizás no sabemos es que al
pagar la Renta, los contribuyentes pagamos casi la mitad de todos los
impuestos que se recaudan en España. El
IRPF ha ganado peso año tras año y se consolida como el primer impuesto,
ingresando en 2023 el 44,23% de toda la recaudación: 120.280 millones
de los 271.935 millones recaudados en total, según la Agencia Tributaria. Un
porcentaje que ha crecido imparable, desde el 36,18% que aportaba a la
recaudación en 2007 al 40,83% en 2019 y al 44,23% en 2023 (el mayor salto se da
tras la pandemia). Con ello, la recaudación por IRPF es la que más ha
crecido, un +65,64% en 16 años, desde los 72.614 millones en 2007 a
los 120.280 recaudados en 2023.
En ese tiempo, la recaudación total ha crecido casi la
mitad que la del IRPF, sólo un +35,5%, desde los 200.676
millones en 2007 a los 271.935 millones en 2023. Y eso, porque los demás
impuestos han crecido menos que el IRPF. Por un lado, el
IVA que pagamos por casi todo,
cuya recaudación ha crecido un +46,7% (de 57.287 millones en 2007,
cuando aportaba el 28,54% de la recaudación, a los 83.909 millones aportados en
2023, el 30,85% del total). Una recaudación que crece y aporta mucho menos
que el IRPF porque se ha reducido el tipo de IVA a muchos productos y
servicios (tarifa reducida o baja) y por el alto fraude que existe. Pero el
gran problema lo tenemos en el impuesto de Sociedades, el que pagan las
empresas: recauda
ahora -21,78% que hace 16 años (35.060 millones en 2023, el 12,89%
del total de impuestos, frente a 44.823 millones en 2007, cuando aportaba el
22,3%).. Y también ha bajado, más desde 2019, la
recaudación por impuestos especiales (carburantes, alcohol, tabaco,
matriculaciones), que aportan 20.757 millones de ingresos (el 7,7% de la
recaudación) y los impuestos
medioambientales y otros, que sólo aportan 11.929 millones (el 4,3% del
total de la recaudación), según la Agencia Tributaria.
Así que los trabajadores y pensionistas pagamos muchos
más impuestos que en 2007 (y que en 2019), mientras las empresas pagan
menos, aunque sus beneficios son ahora mayores (300.000 millones en
2023 frente a 218.000 millones de beneficios en 2007). Este desajuste,
que las empresas
paguen ahora un 21,87% menos
de impuesto de Sociedades que en 2007 (cuando en el IRPF
pagamos un 65,4% más) se debe a que los distintos Gobiernos, desde
Aznar y Zapatero a Rajoy, han ido reduciendo el tipo efectivo de
este impuesto, como también otros paises, para ayudarles a competir. Y lo
han hecho por dos vías. Una, con múltiples exenciones y deducciones
fiscales, sobre todo para los grandes grupos, los más endeudados y los
que operan en el extranjero. Eso ha permitido que las
empresas españolas sólo tributen por 3 de cada 5 euros de
beneficios (¡me lo pido para el IRPF¡). Y así, el tipo efectivo
que pagaron sobre su resultado contable fue del 12,3% en 2023, menor al
que pagamos en el IRPF (13,60%), según
la Agencia Tributaria. Además, los grandes grupos empresariales (son
143) pagan mucho menos: pagaron
un tipo efectivo del 4,98% sobre beneficios (y un 6,67% todos los
grupos, no sólo los grandes). Además, usan otra vía: muchas grandes empresas y
bancos pagan pocos impuestos porque todavía se benefician de los “créditos
fiscales” que les concedió Hacienda por tener pérdidas en la crisis
financiera, créditos de los que todavía “echan mano” para
pagar menos.
El 60% de los españoles “piensan que los
ricos y las grandes empresas pagan muy pocos impuestos”, según
una reciente Encuesta de Intermón Oxfam. Los datos anteriores lo
demuestran. Y en cuando a los más ricos, utilizan “empresas pantalla”,
SICAV (pagan el 1% de las plusvalías generadas) y paraísos fiscales para
“eludir” impuestos (es más fino y legal que evadir). Además, los más
ricos que presentan el IRPF también pagan menos porque una parte
importante de sus ingresos son dividendos e intereses que pagan
un tipo del 19 al 28% (según el importe
recibido), un tipo mucho menor al tipo máximo del IRFP (del 45 al 54%).
Al final, la Renta y los otros tres grandes impuestos
(IVA, Sociedades e impuestos especiales) aportan el 95% de toda la
recaudación fiscal (260.006 millones de euros en 2023), pero casi
la mitad lo aporta el IRPF. Y si
contamos todos los impuestos, la presión fiscal en España (recaudación/PIB)
fue del 24,1%
del PIB en 2022, todavía por debajo de la europea (27,1%),
aunque la mayoría cree que pagamos más impuestos. No es así ni sumando el pago
por cotizaciones sociales: impuestos más cotizaciones suponen un 38,3%
de presión fiscal en España (2022), frente al 41,2% en la UE-27 y el
41,9% en la zona euro.
Eso sí, esta presión fiscal no es igual para todos. ¿Quién
paga más impuestos? La respuesta es la misma que para el IRPF: las
clases medias y medias altas, según
este informe de FUNCAS, que revela algo llamativo: el
1% de españoles más ricos (189.000 familias que ingresan 426.228 euros
de media) pagan
menos impuestos (el 23,9% de sus ingresos) que el 20%
de españoles más pobres (3,78 millones de hogares que ingresan 10.884
euros), que pagan el 28,2% de sus ingresos. El 2º grupo más pobre
(23.843 euros de renta) paga el 29,4% en impuestos, el 3º (37.636 euros) paga
el 33,1%, el 4º (56.606 euros) paga el 36,2%, el 10% siguiente (81.241 euros) y
el 9% restante (129.549 euros de ingreso medio) pagan el 39,9% de su renta en
impuestos, son los que tienen la mayor presión fiscal.
Esta desigualdad fiscal, la caída de recaudación
en Sociedades y el bajo aumento en el
IVA (frente a lo mucho que crece en el IRPF) explica el
problema fiscal de fondo que tiene España, ahora y hace décadas: recaudamos
menos que la mayoría de Europa, en relación con lo que producimos
(PIB). Entre 2015 y 2019, recaudábamos el 38,7% del PIB y la UE-27
un 46,2% (-7,5% de “brecha fiscal”). En 2023, subió el porcentaje de
recaudación en España (al 42,8% del PIB) y se mantuvo en Europa (45,9%), lo que
mantiene
la “brecha fiscal”, aunque ahora es menor (-3,6% frente a la UE, -3,3%
frente a Alemania , -5% frente a Italia y -9,1% frente a Francia, que recauda
el 51,9% de su PIB). Eso significa que el año pasado, España recaudó
-52.632 millones de euros menos que la media europea. Y -48.246 millones menos
que Alemania, -73.100 menos que Italia o -133.042 millones menos que Francia.
España
recauda menos y por eso podemos gastar menos y tenemos más
déficit. De ahí que todos los organismos internacionales, desde la OCDE
y el FMI a la Comisión Europea llevan años pidiendo a España que recaude más,
por tres vías: revisando los tipos de IVA (hay demasiados productos y
servicios pagando el tipo reducido del 10% y el mínimo del 4%) y reduciendo el
fraude, suprimiendo deducciones y exenciones en el IRPF y Sociedades y
aprobando nuevos impuestos verdes y aumentando los ambientales y
especiales. Y en abril pasado, el vicepresidente de la Comisión Europea (Valdis
Dombrovskis) le
recordó al Gobierno que “España debe recabar apoyos para reformar la
fiscalidad”, no sólo porque es una de las reformas comprometidas
(para este año) a cambio de recibir los Fondos Europeos, sino porque España
sólo podrá reducir su déficit y su deuda a medio plazo si aumenta su
recaudación (o recorta el gasto), lo que exige aprobar una reforma fiscal.
La reforma fiscal que nos exige la Comisión ya la
perfiló en marzo de 2022 un Comité de Expertos independiente, que elaboró
un informe (por encargo del Gobierno) sobre los cambios que habría que
hacer en todos los impuestos para aumentar la recaudación y mejorar su
progresividad y eficacia, propuesta que Hacienda
metió en un cajón por la invasión de Ucrania. Podría ser un buen punto
de partida para elaborar esa necesaria reforma fiscal, pero hay un
obstáculo que parece insalvable: la
polarización política y los duros enfrentamientos entre la
oposición y el Gobierno, que imposibilitan cualquier acuerdo de reforma fiscal.
Para desgracia de los que sí pagamos impuestos.
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