lunes, 20 de abril de 2020

Coronavirus: más test o más confinamiento


El Gobierno ha decidido ampliar el confinamiento hasta el 9 de mayo (serán 8 semanas). Pero lo hace bastante a ciegas. Los datos de las autonomías son heterogéneos e incompletos. Y no saben cuántos españoles hay contagiados en sus casas, que podrían relanzar contagios y muertes si salen. Habría que hacer millones de test PCR (se han hecho 930.000), pero faltan  kits de extracción y laboratorios. Es ahora el “cuello de botella” sanitario, como antes los respiradores y UCIs. Y se retrasa el estudio epidemiológico a 30.000 familias, que nos dirá el alcance del virus. Estamos a ciegas y es un riesgo enorme suavizar el confinamiento, aunque haya provocado una recesión sin precedentes, con 6 millones de españoles temporalmente sin trabajo. Pero la prioridad es la vida, no la bolsa. Lo que tienen que pactar, antes que la reconstrucción, es dedicar más medios y estar más unidos (las autonomías van por libre) frente a la emergencia sanitaria, multiplicar test y estudios para saber cuál es el alcance real del coronavirus. Mientras, aguantemos en casa.

enrique ortega

Al cumplirse hoy 110 días de ser detectado, el coronavirus ha contagiado ya a 2.404.325 personas en 185 paises, causando 165.257 muertos, según la Universidad Jhons Hopkins. El centro de la pandemia sigue en Estados Unidos (759.696 contagiados), aunque la mitad de los contagiados están en Europa, destacando España (195.944 contagiados) e Italia (175.925), pero con un fuerte ascenso en Francia (152.978), Alemania (144.348 contagiados) y Reino Unido (121.168). En muertos por coronavirus, también está en cabeza EEUU (40.611 muertos), seguido de Italia (23.660), España (20.453), Francia (19.718) y Reino Unido (16.060), quedando muy lejos Alemania (4.547 muertos). España sigue siendo el país con más muertos por millón de habitantes (435), pero tiene una tasa de letalidad (muertos/contagiados) de 10,4, inferior a Francia (17,3), Bélgica (14,7), Reino Unido (13,5), Italia (13,2) y hasta Holanda (11,4), según los datos de Sanidad publicados ayer domingo.


Tras 5 semanas de confinamiento, la curva de contagios en España sigue creciendo a menos ritmo: los nuevos contagios aumentaron la semana pasada por debajo del +3%  (+2,20% ayer domingo) frente al +7% hace dos semanas, el +15% hace tres y el +20% al inicio del estado de alarma. Los ingresos en hospitales crecen menos, el +1,7%, cuando hace dos semanas crecían el +7% y hace un mes el +34%. Lo mismo los ingresos en UCIs: crecieron un +1,5% la semana pasada frente al 6% hace dos semanas y al +40% al inicio del estado de alarma. Y los muertos crecieron un +3% la semana pasada, frente al +9% hace dos semanas y el +38% de hace un mes, aunque todavía sean “demasiados”: 410 nuevos ayer (ojo: fin de semana) frente a 950 el 1 de abril.


El alcance de la pandemia sigue siendo muy desigual por autonomías, aunque hay un problema previo que dificulta comparar: las estadísticas no son homogéneas, no se miden igual los contagios y las muertes, por lo que Sanidad publicó el viernes una Orden tratando de clarificar el alcance real de la pandemia. Con todo, sigue habiendo 7 autonomías con más contagios que la media (138,6 por 100.000 habitantes): La Rioja (351), Castilla la Mancha (324), Madrid (259), Castilla y León (286, aunque Segovia tiene 1.521 contagios por 100.000 habitantes  y Soria 1.405), Navarra (236), Cataluña (184) y País Vasco (178). Y los hospitalizados han bajado la última semana en Madrid (de 11.424 a 8.291) pero subían en el resto de España. Y también los pacientes en UCIs (de 1.332 a 1123 en Madrid), que han subido en Castilla la Mancha (de 316 a 518), la Comunidad Valenciana (de 567 a 643) y Andalucía (de 619 a 687). Al final, las autonomías con más letalidad (muertos/contagiados) son Aragón (18,81), Madrid (13,18), Extremadura (12,24), Castilla la Mancha (11,80), Comunidad Valenciana (10,71) y Cataluña (9,68), según los datos de Sanidad de ayer.


Un dato que sigue preocupando son las residencias de ancianos, donde se han producido 11.600 muertes (4.953 en Madrid), la mayoría por coronavirus, aunque se desconoce el alcance real de los contagios y muertes (un mes después del inicio del estado de alarma). Y todo indica que las autonomías siguen luchando “por su cuenta” contra el coronavirus, sin traspasarse enfermos ni equipos y algunas (Cataluña, Andalucía, País Vasco) sin colaborar demasiado con Sanidad, ni en los datos y estrategias ni en las compras de material.


Ahora, la clave en la emergencia sanitaria es reducir el ritmo de contagios (aunque coyunturalmente, podrían subir si se hacen más test, según ha advertido el ministro Illa) y los ingresos en hospitales y Ucis. Para lograrlo, hay que seguir manteniendo el número reproductivo básico por debajo de 1: que haya menos de un contagiado secundario por cada contagiado primario. Al inicio de la pandemia en España (principios de marzo), cada enfermo contagiaba a 4. El 14 de marzo, al inicio del estado de alarma, bajó a 3. Y a principios de abril, bajó de 1. Ayer repuntó hasta 0,95, aunque había 5 autonomías con más de 1: Baleares (1,19), Cantabria (1,15), Ceuta (1,17), Madrid (1,1) y Asturias (1,03), según Sanidad. ¿Cómo se ha reducido el número de contagios? Básicamente, con el confinamiento (evitando los contactos entre personas) y las medidas de protección (lavado de manos, limpieza y equipos de protección). Pero hay que avanzar más, con otras dos medidas claves, que se han aplicado con éxito en Corea, Austria y Alemania: detectar los contagios ocultos (con test masivos) y rastrear sus contactos (con investigadores y programas de móviles, APPs que detecten otros infectados) para aislarlos también.


Hasta ahora, en España, el confinamiento ha frenado el ritmo de contagios. Pero no podemos estar confinados eternamente. El problema es que no pueden abrir la mano y “desescalar” la cuarentena sin saber el alcance real de la pandemia. Porque los 196.000 contagiados contabilizados son sólo la punta del “iceberg”: no sabemos lo que hay debajo. Podría haber 7 millones de españoles contagiados o más, según el Imperial College. Así que necesitamos hacer test masivos y fiables. Hay 2 tipos de test para detectar enfermedad activa (antígenos). Unos, los test rápidos, más baratos y sencillos, que tienen un problema: detectan los contagiados, pero si dan negativo no son concluyentes y se necesita hacer el otro test, los PCR. Y estos test más precisos, los PCR, tienen 4 componentes: un hisopo (o palito) para coger la muestra, un kit de extracción, otro kit de identificación y un laboratorio que los analice. Y tenemos varios “cuellos de botella. Faltan hasta “palitos”, según reconoció el miércoles el doctor Simón. Hay empresas españolas que fabrican los test de identificación del virus, pero previamente se necesita un kit de extracción del ARN (el coronavirus no tiene ADN), que necesita una materia prima, un reactivo, para “leer” ese ARN. Y esos reactivos son escasos y sólo los produce EEUU (que ya no vende), Alemania (se ha volcado en sus ciudadanos) y China (todos a comprarle). Y por si fuera poco, hay escasez de laboratorios homologados para las pruebas PCR, que exigen varias horas.


El resultado de estos “cuellos de botella”  con los test PCR es que sólo se han hecho 930.230 hasta el jueves, según el ministro de Sanidad. Y 2 millones de test rápidos (que son como una “ruleta rusa”, según los expertos). O sea, menos de 3 millones de españoles testados y 44 millones sin saber si son asintomáticos o contagiados. Y así, con este desconocimiento, el Gobierno tiene que decidir si seguimos confinados o se arriesga, por la presión de las familias encerradas y de la recesión económica, a abrir la mano. Urge volcar todos los medios en hacer test antes de levantar el confinamiento. Buscar producir aquí test de extracción (en Navarra y Euskadi investigan caminos alternativos) y multiplicar los laboratorios (se van a añadir los de las Universidades, 13 de momento que pueden ser hasta 50), con la ayuda de 4 robots que empezaron a trabajar el jueves y que analizan 10.000 PCR diarias. 


Y además, acelerar ese estudio de seroprevalencia a 30.000 familias (63.000 personas), anunciado el 7 de abril y que se ha retrasado por perfilar la muestra y por definir el  personal para hacer los test en las casas : no se quería retirar sanitarios de los hospitales y se pensó  que lo hicieran los militares, pero finalmente lo harán los médicos de familia, a partir del lunes 27 de abril. El estudio, en 2 oleadas, dará una muestra muy fiable (las encuestas electorales son menos de 5.000 y suelen acertar) para saber de una vez el alcance del coronavirus. Y cuando sepamos más, con millones de test y el estudio epidemiológico, no antes de 3 semanas (ojo, el estudio completo de seroprevalencia llevará 2 meses), los expertos y el Gobierno podrán decidir, con datos más  relevantes, si levantar el confinamiento y cómo. Y para entonces, necesitamos tener esa herramienta informática, una APP para móviles, que detecte los posibles contactos de los contagiados, para aislarlos y que no suba de 1 la tasa de contagios secundarios como pasó antes de la cuarentena.


Todo esto es lo prioritario, conocer de verdad el alcance del virus, realizando los test rápidos y los PCR (ambos para detectar la enfermedad activa) y los test serológicos (el tercer tipo de test, que sirve para detectar si se tienen anticuerpos y por lo tanto se ha pasado la enfermedad) , que se quieren también multiplicar para detectar los "inmunizados". Hay que acabar con los “embudos” en los 3 tipos de test, como antes se hizo con los hospitales,las camas de UCI y los respiradores. Y en eso hay que volcar recursos, medios y expertos, involucrando a las empresas españolas. Es la gran prioridad de una emergencia sanitaria que sigue ahí, agazapada, a la que no hemos vencido. Y mientras, sería una irresponsabilidad bajar la guardia y suavizar el confinamiento. A ciegas.


Y hay que hacerlo sabiendo que prolongar el confinamiento agravará la recesión, ya de por sí sobrecogedora. De momento, 4 millones de trabajadores se han acogido a un ERTE y están temporalmente sin trabajo, muchos todavía sin poder cobrar el paro y teniendo que sobrevivir hasta que lo reciban el 10 de mayo. Y 1.016.670 autónomos ya han pedido el cese temporal de actividad (el viernes, 919.000 cobraron la prestación, un mínimo de 661 euros mensuales). Y hay 950.000 trabajadores más que han sido ya despedidos (el 70% tenían empleo temporal), según la estimación del ministro Escrivá. Si sumamos, son 6 millones de personas afectados ya por la emergencia económica del coronavirus. Y que no saben cuántos meses van a estar así. Sin olvidar las empresas y trabajadores que siguen a medio gas (se mantiene un 42% de la actividad empresarial, según Randstad), que temen contagiarse y perder su trabajo o su negocio si el confinamiento dura mucho más.


Sabíamos que la emergencia económica provocada por el coronavirus es muy grave, pero la semana pasada, el FMI ha puesto números a la peor recesión mundial desde 1929: la economía mundial caerá este año un -3,5%, Estados Unidos un -5,9%, Japón -5,2%  y la zona euro un -7,5%, con fuertes caídas del PIB en Alemania (-7%), Francia (-7,5%), Reino Unido (-6,5%) y más en Italia (-9,1%), España (-8%), Portugal (-8%) y Grecia (-10%). Sólo se salvan China (crecerá +1,2%, aunque cayó un -6.8% en el primer trimestre) y la India (+1,2%). Y subirá el paro en todo el mundo, sobre todo en Europa (10,4%), Italia (12,7%) y principalmente en España (20,8% de paro en 2020), donde el FMI vaticina que tendremos 1,5 millones de parados más a fin de año (4,8 millones).


El FMI, propone que los paises “gasten lo que haga falta", como si no hubiera mañana. De momento, lo que han hecho muchos paises es que los Bancos centrales (Reserva Federal, BCE, Banco de Japón o de Inglaterra) garanticen la liquidez, que los bancos y las empresas tengan crédito. Pero en muchos paises, como EEUU y algunos europeos, el gasto en ayudas directas a los afectados (sobre todo a parados y familias temporalmente sin ingresos) es bajo. En este sentido, España es un ejemplo: entre abril y mayo habrá 8,35 millones de españoles que recibirán ayudas públicas (aunque lleguen con retraso), entre afectados por ERTEs (4 millones), autónomos afectados por cese de actividad (serán 1,4 millones), trabajadores despedidos (950.000) y los que ya cobraban el paro (2.002.235 en marzo) y se les mantiene sin contar plazos, según detalló el ministro Escrivá en el Congreso.


El problema de todas estas ayudas es que hay que pagarlas. Y por eso, el FMI señala que la emergencia económica va a disparar el déficit público de todos los paises, sobre todo de los que ya lo tenían alto, como Italia (subirá al -8,3% del PIB) y España (subirá del -2,6 al -9,5% en 2020: +108.000 millones de euros), aunque también en EEUU (subirá al -15,4%), China (-11,2%), Japón (-7,1%), Francia (-9,2%), Alemania (-5,5%), Portugal (-7,1%) o Grecia (-9%). Este mayor “agujero” en las cuentas públicas se producirá porque cae la recaudación (se estima que España ingresará este año 40.000 millones menos de impuestos) y suben los gastos, por las ayudas a empresas, trabajadores y familias (unos 45.000 millones). De ahí sale que el déficit público español acabará 2020 en 85.000 millones de euros más de lo previsto antes de la pandemia.


La siguiente cuestión es cómo financiarlo, como “cubrir este agujero”. Teóricamente, hay dos caminos: endeudarse y subir impuestos. El segundo, con la economía en una grave recesión, será inviable hasta que no se crezca (el FMI piensa que podemos crecer un +4,3% en 2021). Así que este año, sólo queda endeudarse. Por eso, el FMI estima que la deuda de todos los paises se dispare en 2020 (del 113,3 al 131% del PIB en los paises del G-20, del 109 al 131% en EEUU) y muy especialmente la deuda de Italia (del 134,8 al 155,5% del PIB) y de España (del 98,5% del PIB al 113,4%, el mayor porcentaje de deuda desde 1901). Eso significa que todos los paises van a acudir a los mercados a financiarse, con lo que los inversores forzarán una subida de tipos de interés


En el caso de España (y de Italia), el problema no va a ser sólo encontrar quién nos preste (tendremos que emitir unos 100.000 millones este año en vez de los 32.500 previstos), sino que nos costará más pagar la deuda, cuyos intereses ya se llevaron 31.398 millones de euros en 2019, la 2ª partida de gasto más importante del Presupuesto tras las pensiones (153.864 millones). De momento, los "mercados” ya han aprovechado el coronavirus para subir el tipo de la deuda  a 10 años de España (del 0,460% en enero al 0,809 el viernes) y de Italia (del 1,407 en enero al 1,781% el 17 de abril). Y si la pelota de la deuda sigue creciendo, lo normal es que sigan pidiendo más interés por prestarnos y que suba la prima de riesgo (la diferencia entre el tipo de la deuda española y alemana): era del 0,59% el 1 de enero (59,8  puntos básicos) y el viernes 17 de abril era ya del 1,26% (128,4 puntos). Por eso son tan importantes los eurobonos, que niegan Alemania y la Europa del norte: permitirían a España e Italia financiar esta deuda del coronavirus de forma más barata y segura. Porque si los mercados empiezan a seleccionar a quién prestan, sólo nos quedará que el BCE nos ayude comprando deuda, como pasó en 2015, para evitar problemas y “rescates”.


Estas son las consecuencias de la emergencia económica, junto a la recesión y la pérdida de empleos y empresas: nos dejará una factura muy abultada, que habrá que pagar durante décadas. Y eso sin contar con los recursos necesarios para reconstruir el país. Todo esto es lo que tendrían que pactar y acordar el Gobierno, la oposición, los empresarios y sindicatos. Pero antes, o en paralelo, habría que pactar cómo salir de la emergencia sanitaria, a la vista de que cada autonomía va por su cuenta (¿por qué no se mandan enfermos de Segovia, líder en contagiados en España, al hospital de campaña de IFEMA, en Madrid, que se ha empezado a desmantelar por falta de enfermos?) y la mayoría de partidos utilizan la pandemia para criticar y tumbar al Gobierno. Pacten primero cómo salvar vidas, que es la gran prioridad. Y luego, cómo salvar empresas y empleos. Basta de politiqueos.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu ártículo.Analizas (muy bien , claro, y aportando datos)las consecuencias sanitarias y económicas que esta produciendo esta crisis.Creo que es temerario levantar el confinamiento:primero la salud.
    Resulta también grotesca la insolidaridad entre las autonomías y el papel de los paises europeos ricos en esta crisis.
    Creo que se está asentando"el sálvese quien pueda"a nivel mundial.
    No se puede consentir que la economía dicte el número de sacrificios humanos que se tiene que llevar esta pandemía!
    Un saludo y quedémonos en casa

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    1. Gracias. Es la tesis que defendí ya hace tres semanas, en el Blog titulado "Coronavirus: la bolsa o la vida". Saludos desde casa.

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