jueves, 5 de octubre de 2023

Turismo: verano récord...pero menos

Ha sido un verano turístico récord, pero menos de lo esperado: en agosto llegaron menos extranjeros que en julio y en ambos meses vinieron 20,2 millones de extranjeros, todavía menos que en 2019 (y que en 2017). El problema ha estado en los turistas alemanes, británicos y nórdicos, que han aumentado menos, por el estancamiento en Europa, los altos precios y las olas de calor, aunque han venido más turistas americanos y del resto del mundo. En cuanto al turismo nacional, en agosto cayeron las pernoctaciones en hoteles, quizás por la subida de tarifas (+6,7%). Lo que sí han batido récords han sido los ingresos por turismo: 73.393 millones de euros hasta finales de agosto, +24,3% que el año pasado y más que en 2019, debido a la subida generalizada de los precios, que ha recortado la estancia de los turistas. Ahora, el turismo parece desinflase (perdió empleo en septiembre) y ayudará menos a crecer este año. Es hora de reconvertirlo a fondo, desestacionalizarlo y hacerlo más sostenible.

                                            Enrique Ortega

No se sabe todavía si ha sido el calor, los precios disparados o el exceso de turistas, pero en agosto no llegaron a España el aluvión de extranjeros que se esperaban. Si en julio se batieron todos los récords, con 10.131.579 visitantes extranjeros (1 millón más que en julio de 2022 y 258.000 más que en 2019, antes de la pandemia), los datos de agosto, con ser muy buenos, han defraudado sobre lo que se esperaba: llegaron 10.076.734 turistas extranjeros, menos que en julio (algo no habitual), 1,2 millones más que en 2022 pero todavía 41.632 turistas menos que en agosto de 2019, según los datos del INE. Con ello, en los dos meses claves para el turismo (julio y agosto) han llegado a España 20,2 millones de turistas extranjeros, solamente 217.000 turistas más que en el verano de 2019. Y todavía menos que el verano récord de la historia, el de 2017: 20.891.183 turistas extranjeros (10,49 millones en julio y 10,39 en agosto, los dos meses entonces mejor que los de ahora).

¿Qué ha pasado este verano con los turistas extranjeros? Pues que algunos de los turistas europeos que más nos visitan han aumentado menos sus viajes a España. En concreto, los británicos (+7% de visitantes en julio y +10% en agosto, por debajo de la media de aumento global: +11,4 y +13,9%), alemanes (+4,8 y +5,8%) y nórdicos (+5,6 y +6,2%), quizás por el estancamiento de sus economías (y sus bolsillos), los altos precios turísticos en España y las sucesivas olas de calor, que les animaban a quedarse en casa. A cambio, ha habido un fuerte aumento de los turistas europeos de fuera de la UE en julio y agosto (+18,9% y +15,1%), sobre todo suizos, así como de los turistas de EEUU (+28,9% y +29,5%), del resto de América (+30.3% y +40,9%) y de Asia y el resto del mundo (+49,8% y +29%). 

Esta llegada de turistas extranjeros se ha retraído más en Canarias (+4% en julio y +2,6% en agosto) y Baleares (+7,2% y +7,3%), quizás por la mayor subida de las tarifas aéreas y hoteleras, junto a la saturación turística, así como en Madrid (+6,1% en julio, pero +39,4% en agosto, el mayor aumento en España ese mes), mientras en el resto de regiones turísticas, el turismo extranjero este verano aumentaba por encima de la media (sobre todo en Andalucía: +18,4% en julio y +19,7% en agosto), según los datos del INE.

En agosto, 3 de cada 4 turistas extranjeros llegaron a España por avión (7,5 de los 10,07 millones), aunque han aumentado mucho (+20,3%) las llegadas por carretera (2,19 millones de turistas franceses, alemanes, italianos y del resto de Europa), a pesar de los precios récord de los carburantes (menores en España), también las llegadas por tren (43.850 turistas, +31,8%), por el nuevo AVE español en Francia y por los puertos (274.626 turistas, +22,2%). 

Y cada vez más, los turistas extranjeros viajan por su cuenta, sin paquete turístico (el 75% de los que llegaron a España en agosto no lo habían contratado). Y aunque la mayoría se alojan en hoteles (6,74 millones  de los 10,07 llegados en agosto), ganan peso el resto de alojamientos turísticos, que crecen más que los hoteles (+6,9%): más de 1 millón de extranjeros alquilaron un apartamento (+29,6%), casi otro millón vinieron a casas de amigos y familiares (+42,5%) y medio millón vinieron a la casa que compraron en España (+18,7%). Y todos, para compensar la subida de precios, redujeron ligeramente su estancia media en agosto, a 7,7 días de media (-0,1 días sobre la estancia media de agosto de 2022), según los recientes datos de Frontur (INE).

Lo que ha pasado este verano, además de crecer menos de lo esperado los turistas extranjeros es que han “pinchado” las estancias en hoteles de extranjeros y españoles, por la tremenda subida de tarifas. Ya en julio, la ocupación hotelera creció sólo un +2,5%, frente a un aumento del +60,7% en julio de 2022, según el INE. Y en agosto, han crecido la mitad, un +1,2%, lo que contrasta con el aumento del 34,3% en agosto de 2022. Además, un tercio de estas pernoctaciones en hoteles, las de los españoles, cayeron (-4%), aumentando sólo las estancias en agosto de los extranjeros (+4,5%). Eso es consecuencia de la fuerte subida de los hoteles en España: +6,3% en agosto, según el INE, una tarifa media de 136,5 euros por habitación, la más cara de nuestra historia. Y si comparamos estas tarifas con las de antes de la pandemia (2019), la subida de los hoteles es del +24%.

La subida generalizada de precios turísticos, desde los paquetes a los hoteles, pasando por el transporte, la restauración, los bares y restaurantes y el ocio, han disparado el gasto turístico de los extranjeros en España (este verano y este año), según los datos de Egatur (INE): en julio, gastaron 13.852 millones de euros (+16,4%) y en agosto otros 13.529 millones (+19,9% sobre agosto 2022), dos cifras récord y muy superiores a las de los meses de verano de 2019, antes de la pandemia (11.941 millones y 11.704). Con ello, España ya ha ingresado 73.393 millones de euros por el turismo extranjero en los 8 primeros meses de 2023, un +24,3% más que el año pasado en ese periodo y un +14,85% más que en 2019.

En agosto, el gasto medio por turista extranjero fue de 1.343 euros, un +5,3% que en agosto de 2022, un gasto inferior al de julio (1.367 euros), que supone una cierta contención del gasto porque la inflación subía más. Por ello, el gasto medio de los turistas extranjeros subió a 185 euros diarios en julio (+9% sobre julio 2022), pero bajó a 173 euros diarios en agosto (+6,7% sobre 2022). Eso se debe a que bajó el gasto de los turistas alemanes (150 euros diarios,-6,6% sobre 2022) y apenas aumentó el de los franceses (121 euros diarios, +1,2%), aunque creció más el de los turistas británicos (179 euros diarios,+11,5%), nórdicos (170 euros, +12,3%), italianos (162 euros, +9,3%) y del resto del mundo (209 euros, +9,4%). El mayor gasto de los extranjeros se da en Madrid (306 euros diarios), Cataluña (200), Baleares (191) y Canarias (188), siendo el menor en Comunidad Valenciana (129 euros) y Andalucía (157).

La subida de precios ha acortado ligeramente la estancia media de los turistas extranjeros, que fue de 7,7 días en agosto (-1,3%, 0,1 días menos que en 2022), aunque varió según el país de origen: 9,1 días de media (-5,8% sobre 2022) los turistas nórdicos, 8,3 días los franceses (+0,2%), 8,2 días los alemanes (+9,7%), 7,4 días los británicos (-5,7%) y 7,6 días de estancia media en agosto los turistas del resto del mundo (-2,1%). La mayor estancia de los extranjeros se da en la Comunidad Valenciana (10,3 días en agosto), Andalucía y Canarias (8,6 días) y la menor en Baleares (7,2) y Madrid (5,4 días), según el INE.

Tras un verano bueno, récord pero menor del esperado, en septiembre también parece haberse “desinflado” el turismo extranjero, sobre todo el europeo, con Alemania en recesión y Reino Unido creciendo al mínimo (+0,2%). Lo que mantiene al sector turístico son los viajes y estancias de los turistas españoles, que, tras la pandemia, tienen entre sus prioridades viajar fuera de temporada, “escaparse” en cuanto pueden: están dispuestos a renunciar a cambiar de coche o de frigorífico y comprar ropa antes que renunciar a salir y viajar. Pero el pinchazo del turismo en septiembre lo revela la caída del empleo: en la hostelería, se perdieron 32.223 afiliados a la Seguridad Social en septiembre, según Trabajo. Eso rompe el récord de empleo en el turismo, alcanzado en agosto: 2.759.166 empleados, el 13,5% del empleo total del país.

En 2022, el turismo fue uno de los motores de la economía (junto al consumo y las exportaciones), aportando un 61% del crecimiento de la economía, según Exceltur. Este año 2023, el turismo también ha tirado de la economía, sobre todo en Semana Santa y de mayo a julio, pero ahora tira con menos fuerza y se teme que se desacelere en el último trimestre del año, por una menor afluencia de turismo extranjero. Y lo mismo al inicio de 2024, si Europa sigue estancada y remonta en otoño la inflación.

Por todo ello, España y el sector turístico deberían “repensar el futurode nuestra primera industria, asentar los cimientos de “la gallina de los huevos de oro”, que sufre una serie de viejos problemas estructurales, a los que se han sumado otros nuevos. Respecto a los viejos retos, hay que avanzar en la “desestacionalización” del turismo (sobre todo extranjero), para evitar que en sólo 3 meses (julio a septiembre) se concentren el 45% de los turistas anuales. En la “desconcentración” del grueso del turismo, que hoy se concentra en 6 autonomías (Cataluña, Baleares, Andalucía, Canarias, Comunidad Valenciana y Madrid aglutinan el 90% de todos los turistas extranjeros que llegan a España). En la reconversión de instalaciones, sobre todo de sol y playa, algunas obsoletas. En la mejora del empleo y la formación del personal, escaso y con horarios y sueldos mejorables. Y, sobre todo, en la digitalización y modernización de la oferta turística española en el mundo.

Pero hay retos nuevos para el turismo, en especial que sea más sostenible, desde una perspectiva social y medio ambiental. Hay zonas turísticas colapsadas, que necesitan “repensar” su futuro, para asegurarlo y afrontar la oposición vecinal a un aumento disparatado del turismo. Eso exige planificar el turismo de las próximas décadas, adecuando infraestructuras y servicios, desde accesos a sanidad y ocio a abastecimiento de agua, accesos y aparcamientos. Y, sobre todo, el turismo ha de afrontar la grave crisis climática, para evitar fugas de turistas del sur de Europa, como ha sucedido este verano. Eso obliga a configurar un turismo más sostenible, que tenga en cuenta las olas de calor y los fenómenos extremos, que prevea incendios y sequías (con más protección civil), que reparta las llegadas fuera de los meses de verano y que fomente el turismo de interior y del norte de España, hoy residual para los extranjeros. Y que cuide más del medio ambiente.

España es la 2ª potencia turística del mundo y el turismo resulta nuestra industria clave, para crear empleo (1 de cada 7), crecimiento y riqueza. Pero la cuidamos poco y pensamos menos en su futuro: sólo se habla de récords de ingresos y turistas, de llegar a los 100 millones de turistas (podríamos cerrar con 83,5 millones en 2023), lo que puede suponer “morir de éxito”. Es hora de que el futuro Gobierno, autonomías, Ayuntamientos, empresas y sindicatos se sienten y acuerden un gran Pacto por el turismo para 2030 y 2050. Otra oferta, otras instalaciones, otras empresas, otro personal, para ser más competitivos y sostenibles. A ello.

No hay comentarios:

Publicar un comentario