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jueves, 29 de mayo de 2014

Movida en las telecomunicaciones


Se ha abierto la carrera de las fusiones en el mercado de las telecomunicaciones. Vodafone ha comprado Ono y Orange puede quedarse con Jazztel. Hay también un rosario de fusiones en EEUU y en Europa, donde existen 339 operadoras de móvil frente a 9 en USA o 3 en China y Japón. Si en 1.998 se rompió el monopolio de Telefónica y surgieron hasta 30 operadores móviles en España, abriendo una guerra de tarifas que ha bajado los precios, ahora las telecos inician el camino contrario: fusiones para crear menos empresas mucho más grandes, que afronten mejor la competencia y las cuantiosas inversiones que exige una Red saturada. El problema es que con esta movida podemos perder los usuarios, porque habrá menos guerras de precios y tarifas más altas. Y como las telecos necesitan ingresar más, ya han empezado en EEUU a ofrecer Internet a dos velocidades, una más rápida para los que más paguen. Se acabaron las rebajas.

enrique ortega

Las empresas de telecomunicaciones que operan en España tuvieron en 2013 una caída de ingresos (31.900 millones de euros, -7,2%), por quinto año consecutivo. Las razones son varias. Por un lado, la crisis, que ha provocado una bajada del consumo: el gasto de los españoles en telecomunicaciones (fijo+móvil+Internet) cayó un 12,3%, hasta los 75,50 euros de media por hogar, según el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones. Y se dieron de baja un millón de líneas móviles (hay 51,9 millones). En general, caen los ingresos por llamadas (voz) y suben los de Internet, datos y TV. Por otro, la nueva bajada de tarifas, consecuencia de la permanente guerra de precios entre operadoras: los precios de la telefonía móvil, por ejemplo, cayeron un 26% en 2013, según la CNMC. Y desde 2005, las llamadas han bajado a la mitad (8,55 céntimos minuto), aunque estemos entre los 5 países más caros de Europa. Y en tercer lugar, las grandes telecos siguen perdiendo clientes: desde 2011, Movistar y Vodafone han perdido 4 millones. Y en 2013, 6,7 millones cambiaron de operadora.

Las telecos han hecho frente a esta caída de ingresos invirtiendo menos, recortando o suprimiendo el dividendo a sus accionistas y, sobre todo, despidiendo personal: llevan 9 años seguidos recortando plantillas (3.802 despidos en 2013) y el sector ha perdido 17.229 personas desde 2005, un 22% del empleo. Con este panorama, Vodafone acaba de anunciar una fuerte caída de sus beneficios en España, mientras Telefónica y Orange ganan poco.

En toda Europa, las telecos pierden ingresos, algo que no les sucede a sus competidoras de EEUU y Asia. Las empresas lo achacan a la excesiva regulación (28 diferentes) y a la insensata guerra de precios, fruto de la enorme competencia: existen 339 operadoras de móviles en el continente, frente a 9 en EEUU y sólo 3 en China o Japón. Y así, ni las grandes telecos europeas (Vodafone, Telefónica, Orange, Deutsche Telecom y la holandesa KPN) tienen tamaño para invertir en el futuro (redes) y defenderse de una posible OPA hostil de las telecos norteamericanas o asiáticas. Todas sueñan con acabar devoradas por AT&T, Verizon o China Mobile… Y por eso, llevan meses pidiendo a la Comisión Europea que cree ya un mercado único europeo de las telecomunicaciones y que facilite las fusiones anunciadas entre compañías europeas, para que haya menos telecos más grandes.

Bruselas tendrá que autorizar o no este mes varias fusiones de telecos anunciadas este año en Europa: la venta de la francesa SFR (móviles) a Numerable, la de la compañía holandesa de cable Ziggo a Liberty Global (USA), la de la filial alemana de KPN a Telefónica y la de O2 Ireland (filial irlandesa de Telefónica) a Hutchinson (Kong Kong). Y también dos fusiones en España: la compra de Mas Móvil por Ibercom y la compra de Ono por Vodafone (7.200 millones), anunciada en marzo. La movida no se acaba ahí. Orange, el tercer operador en España, busca novia y podría comprar Jazztel o Yoigo (el cuarto operador), mientras también puede haber operaciones con las empresas de cable regionales (la vasca Euskaltel, la asturiana TeleCable o la gallera R Telecomunicaciones). Se trata de buscar tamaño, para ganar clientes e ingresos, para competir mejor. Con ello, las tres grandes telecos (Telefónica, Vodafone y Orange), que controlan un 90% del mercado móvil y banda ancha y un 75% de clientes en España, aspiran a tener más poder. Y Telefónica, a ser aún más grande en Europa.

Mientras se perfilan las compras y ventas, las telecos siguen con su guerra comercial, donde las grandes continúan perdiendo clientes a costa de los operadores móviles virtuales (600.000 hasta abril). Ahora, la batalla está centrada en los combos, las ofertas combinadas de fijo, móvil e Internet, más cable y televisión, donde Movistar, Vodafone y Orange tienen una ventaja comparativa (estructura) sobre los operadores virtuales, más ágiles en ofertas de móviles (e incluso Internet). El salto de estas ofertas combinadas es tal que ya disfrutan del “todo incluido” un 44,2% de los hogares. Otra novedad comercial es que las grandes telecos ofrecen ahora smartphones libres, a mejor precio: buscan el contrato, que el cliente pase por su tienda y puedan ofrecerle otros servicios. Eso sí, unos y otros siguen con sus “trampas”: ofertas sin IVA (es obligatorio), no incluir en la oferta la cuota de línea (Ono, Jazztel y Orange), tarifas “ilimitadas” que en realidad son bonos con minutos contados, promesas de infinitos megas que se quedan en nada, terminales subvencionados que acaban saliendo caros…

En los próximos meses, la nueva batalla comercial serán las ofertas de televisión. Telefónica acaba de comprar Canal+ (725 millones por el 56%) y se va a lanzar a vender la televisión de pago a sus clientes (deportes, películas) con el gancho del cable, como hará Vodafone tras la compra de Ono. En todo el mundo se apunta el cambio de las telecos como “videocompañías, que entran en el negocio de los contenidos, de la TV a la carta. AT&T acaba de comprar Direct TV, la 2ª mayor plataforma de TV de pago en USA, presente también en Latinoamérica.

En realidad, lo que sucede es que el negocio de las telecos está cambiando. Se les acaba el negocio de voz, las llamadas, y más tras el anuncio de WhatsApp de lanzar en junio un servicio de voz a través de Internet para móviles: les podría costar a las telecos más de 280.000 millones de pérdidas hasta 2018. Y han de sacar más jugo a la conexión a Internet, a los servicios de datos y a ofertas complementarias, como la TV. Claro que para eso han de invertir en el futuro, mientras les bajan los ingresos. Por eso buscan ser más grandes.

Y también buscan otras fuentes de ingresos. En EEUU, las telecos ya han conseguido que grandes usuarios, como Netflix (el mayor videoclub online del mundo) estén dispuestos a pagar más por tener un acceso a Internet más rápido, sin cortes. Y la autoridad USA (FCC) ha abierto el camino (provisionalmente hasta septiembre) al Internet a dos velocidades: el servicio Premium se paga más. Google, Facebook, Twitter, Apple o Amazon están en contra de liquidar el Internet igual para todos, pero en realidad lo que quieren es no pagar más por unas redes donde no invierten nada y de las que sacan beneficios millonarios. Pero si les cobran, se lo repercutirán a los internautas: el que quiera más velocidad, Internet sin cortes, que pague más. No hay que escandalizarse. Es como el resto del capitalismo: si quieres mejor educación, sanidad, pensiones o carreteras, lo pagas. Y si no, tendrás lo que haya.

En definitiva, las telecos buscan ser más grandes, más fuertes y conseguir nuevos ingresos, de los datos, de la TV (la gratuita es cada vez peor) o de un Internet a dos velocidades, que pronto será realidad también en Europa (a pesar de las protestas y declaraciones). Y las telecos se verán obligadas a facturar cada vez más, para seguir invirtiendo y que las redes no se colapsen. Por eso, habrá cada vez menos guerras de tarifas (espejismos sí) y más acuerdos entre menos empresas para imponernos unos precios más altos (como las eléctricas o las petroleras). Para crearnos nuevas necesidades y cobrarnos más por ellas. Para que cada día nos conectemos más horas, con más servicios y más costosos. Es la droga de la comunicación permanente. Y va a subir de precio. Inevitable. 

domingo, 29 de abril de 2012

Móviles: batalla por el robo de clientes


La crisis también ha llegado a los móviles: se venden menos y más baratos, mientras Movistar y Vodafone ya no los regalan como gancho comercial, por su alto coste. Y porque sus ingresos han caído un 4%. Pero sigue la guerra de precios y el robo de clientes: cada mes, más de medio millón cambian de compañía. Todavía deben bajar más los precios, más altos que en Europa, pero las operadoras temen que esta guerra les impida invertir en redes, que pueden colapsarse si no se amplían y se hacen más veloces, por el vertiginoso aumento del tráfico de datos. La pelea es quien paga esas inversiones, ya que Google, las redes sociales y las empresas de contenidos son los que más ganan con las redes y no invierten. Al final, acabaremos pagándolo también los usuarios, pero indiscriminadamente.

El negocio de la telefonía móvil es un mercado maduro y saturado, porque no puede crecer mucho: hay  56,2 millones de líneas y 36 millones de usuarios, con lo que tienen móvil el 92% de los mayores de 16 años. La crisis y la guerra de precios ha bajado un 4% los ingresos de las operadoras de móviles (13.461 millones en 2011), que suponen el 58% del negocio de las telecomunicaciones y 2,5 veces los ingresos de la telefonía fija.

La guerra de precios, agravada desde el verano, agudizó la fuga de clientes: 5,5 millones en 2011 y unos 540.000 al mes en 2012, con lo que somos el país con los clientes más infieles de Europa. Y pierden más los que más clientes tienen: Movistar (perdió 2,15 millones de clientes en 2011 y tiene un 39,6% de cuota, frente al 60% en 1999), Vodafone (-1,6 millones y 28,2% cuota) y Orange (-1,1 millones perdidos, aunque ganó 1,4 y tiene 20,06 % de cuota), mientras los ganan Yoigo (la sueca Telia Sonera, que entró en 2007, ganó 779.000 clientes, con el 5,34% de cuota) y los operadores móviles virtuales (MasMóvil, Simyo, Jazztel, Pepephone, Happy Móvil , Labara, Eroski móvil, Carrefour online y hasta 30 en total), que alquilan las redes de los grandes y les robaron 1.224.212 clientes (tienen 6,78% de cuota).

Un mercado que no crece para unos 40 operadores que pelean cada día por el cliente a golpe de tarifas y con el caramelo de regalar terminales, sobre todo teléfonos inteligentes (Smartphones). Pero tanto Movistar como Vodafone ya no regalan teléfonos a nuevos clientes, sólo a los clientes fieles, para que no se vayan. Eso sí, ofrecen a los clientes nuevos financiarles el nuevo terminal (sin intereses y en cuotas mensuales) y pagarles por su viejo teléfono si lo cambian. Y además, como ha caído la venta de móviles (-10% en 2011), están vendiendo Smartphones usados (con 40% de descuento) y Movistar se ha aliado con Mozilla, Qualcomm y Adobe para fabricar un Smartphone low cost, de 100 dólares (unos 70 euros).

Las operadoras fomentan el uso de los teléfonos inteligentes porque el negocio no está en las llamadas sino en los datos, en el acceso a Internet. Pero el Smartphone y los dispositivos móviles (tablets y videoconsolas con acceso a la red) pueden colapsar sus redes y les obligan a cuantiosas inversiones, unos 150.000 millones para todas las operadoras europeas. El tráfico de datos se va a multiplicar por 18 en cinco años, según un estudio de Cisco. Eso obliga a las operadoras europeas a invertir en redes de cuarta generación (4G), con una velocidad superior a 100 megas (diez veces más que las redes 3G), que Movistar tiene en pruebas en Madrid, Barcelona y Londres.

Mientras, la batalla de cada día se da en las tarifas, cada vez más enrevesadas para atraer al cliente que busca ahorrarse el céntimo. La guerra ha provocado ya que los precios hayan caído casi la mitad (-43% desde 2007), pero todavía son más altos que en Europa: la telefonía móvil es un 60% más cara en España, según Eurostat. Y deberá bajar a partir de abril y sobre todo en enero de 2014, por imperativo dela Comisión Europea, que obliga a las compañías a bajar (de 4 céntimos a 1,09) las tarifas que se cobran entre ellas, lo que debería repercutir (aunque sólo un 20%) en los clientes.

Pero lo fundamental no son las tarifas escaparate (que bajaron otro 10% en 2011), sino lo que realmente pagan los usuarios, con los trucos de las tarifas planas: si hablan más de lo contratado (muy habitual), se pasa de pagar de 6 o 8 céntimos a 12 o 18, más el establecimiento de llamada (15 céntimos). Y están las cuotas fijas, consumo mínimo, coste SMS, exigencia de permanencia, limites de navegación…, que al final suben la factura. Por eso, crece el móvil de prepago: lo tienen el 70 % de clientes en compañías low cost y un tercio en las grandes.

Los clientes se beneficiarán del aumento de competencia que supondrá  poder cambiar de compañía en un día (ahora son 4) desde junio de 2012. Pero ojo: las operadoras van a tener que hacer cuantiosas inversiones en redes y 4G y tendrán que sacar el dinero de algún sitio. Por eso, los Gobiernos y la UE les tendrán que ayudar con las tarifas. Y los operadores tendrán que seguir peleando duramente con Google, Apple, Microsoft  y las redes sociales, que son los que sacan más ingresos de Internet, para que ayuden a financiar unas redes que son la clave de su negocio: sin carreteras no hay tráfico.

Pero al final, lo fácil es que lo paguemos los usuarios, indiscriminadamente. Porque un 80% de internautas usan poco la Red y pagan casi como el resto. Ahí está la clave: quien consuma más redes, más datos, más vídeos, más contenidos y aplicaciones, sobre todo empresas y profesionales, que pague más por su móvil conectado a Internet. Y sobre todo, los que hacen negocio con los móviles y la Red. No tarifas planas iguales para todos. Sería injusto.