lunes, 29 de junio de 2020

Nueva normalidad: rebrotes y reconstrucción


Llevamos 8 días en la “nueva normalidad”, con total movilidad y mascarilla, y han aparecido múltiples rebrotes, de momento controlados. También en Europa, China y Corea, mientras la pandemia se agrava en América y Asia. Será clave este 1 de julio, cuando muchos empiecen vacaciones y lleguen turistas de fuera de Europa: aumentarán los rebrotes sin que las autonomías turísticas tengan reforzada su sanidad. Mientras, se amplían ERTES y ayudas a autónomos hasta septiembre, con alto coste para la SS. Y se aprobarán más créditos ICO, mientras los empresarios piden que no les toquen normas laborales e impuestos. La novedad es que el PP ve ahora más rentable “pactar algo”, un refuerzo de la sanidad que él recortó en 2012, aunque será difícil que acuerde otras medidas económicas y el Presupuesto 2021. Pero necesitamos un esquema claro de gastos e ingresos pactado para varias Legislaturas, como pide el Banco de España. Y modernizar la economía para que otra crisis futura nos pille menos vulnerables. Cambiemos con la pandemia.

enrique ortega

El coronavirus cumple esta semana 6 meses y no frena sus contagios, sino que bate récords semana a semana y ha tardado sólo 7 días en pasar del 9º al 10º millón de contagiados, cuando tardó 3 meses en contagiar al primer millón y 12 días los siguientes. Y el pasado viernes 26 volvió a batir otro récord de contagios: 191.700 en un solo día.  Hoy ya ha contagiado a 10.146.971 personas en 188 paises, según los datos diarios de la Universidad Jhons Hopkins

El epicentro de la pandemia sigue en América, primero en Estados Unidos (2.548.996 contagiados, +44.602 diarios), y se extiende muy rápido por Latinoamérica (1.800.000 contagiados), especialmente en Brasil (1.344.143, +38.693 diarios), Perú (279.419, +3.625 diarios), Chile (271.982, +4.406 diarios), México (216.852, +4.410 diarios), Colombia (91.995), Argentina (59.933) y Ecuador (53.156). Y avanza por Asia y Oriente Medio: India (548.318, +15.400 diarios), Irán (222.669), Pakistán (206.512), Arabia Saudí (182.493), Bangladesh (137.787), más Turquía (197.239 contagiados). Sin olvidar África (320.000 contagiados), destacando Sudáfrica (138.134). Y en Europa, aumentan los contagios (2.598.476), encabezados por Rusia (633.563 contagiados, +6.391 diarios), Reino Unido (312.640, +890 diarios), España (248.770, +118 diarios), Italia (240.310, +175 diarios), Francia (199.476, +360 diarios) y Alemania (194.693,+73 diarios). 

El coronavirus se ha cobrado ya 501.940 muertos, la cuarta parte en EEUU (125.803), seguido de Brasil (57.622), Reino Unido (46.634), Italia (37.736), Francia (29.781), España (28.343 muertos),  México (26.648), India (16.745), Irán (10.508), Bélgica (9.732), Perú (9.317), Rusia (9.060) y Alemania (8.968) y Rusia (8.594).

En la última semana, lo más preocupante han sido los rebrotes en una decena de paises, desde China (hay barrios cerrados en Pekín), a Irán, Corea del Sur o Israel a Alemania (ha restablecido restricciones a 640.000 personas en 4 regiones) y Portugal (han vuelto a confinar a 19 de los 24 distritos de Lisboa). En España, hay 26 rebrotes localizados, en Huesca (varias comarcas han bajado a la fase 2 de la desescalada), Lérida, Bilbao, Vitoria, Málaga, Cádiz, Granada, Cáceres, Coruña, Valladolid, Murcia y Cantabria. El doctor Simón insiste en que estos rebrotes “son normales y están controlados”, algo por lo que la OMS ha felicitado a España. Lo preocupante es que el origen de muchos contagios es la irresponsabilidad de bastantes ciudadanos (fiestas, encuentros familiares…), sobre todo de muchos jóvenes que “no ven el riesgo” (no de contagiarse ellos, sino contagiar a otros).

Los datos de Sanidad revelan que la pandemia está medianamente controlada y los contagios nuevos se concentran en 6 regiones que superan la media española (8,23 casos nuevos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días): Aragón (32,52), Navarra (16,51), Cataluña (15,26), Madrid (16,72), Castilla Y León (10,42) y Castilla la Mancha (9,94), mientras hay 11 autonomías con menos de 5 contagiados recientes por 100.000 habitantes. Pero suben los nuevos contagios (de 125 el lunes 22 a 196 el miércoles, 191 el viernes y 118 ayer domingo), básicamente en Aragón, Madrid, Andalucía y Cataluña. Y se estabilizan los hospitalizados  (sobre 150 la última semana) y los enfermos de COVID 19 ingresados en UCI (entre 10 y 16). También sube poco la cifra de muertos, entre 1 y 3 muertos nuevos diarios, con un balance de 28.343 muertos ayer domingo (+ 13 en la última semana), según los datos de Sanidad que les envían las autonomías.

Sanidad insiste que las autonomías están controlando y haciendo un eficaz seguimiento de los rebrotes y que la Ley de sanidad permite aislar zonas afectadas, aunque no esté vigente el estado de alarma. Ayuda que se empiecen a hacer test PCR no sólo a los nuevos contagiados sino a todos los que hayan estado en contacto con ellos, lo que aumentará las pruebas. Se han hecho 3.470.130 test PCR a 25 de junio,  casi 1 millón en el último mes, aunque todavía sean pocos: 73,68 test por 1.000 habitantes, con gran diferencia entre los 122 de la Rioja o País Vasco, las 108 de Madrid, las 84 de Cataluña, las 58 de Aragón, las 44 de Extremadura o las 31 de Andalucía (ver reparto). Pero los médicos de atención primaria siguen quejándose de falta de medios, ahora en Madrid y Barcelona, pero pronto en las zonas turísticas, donde van a saltar los futuros rebrotes. Y más, con el desigual cumplimiento que se está haciendo de las normas que exige el Decreto de nueva normalidad, aprobado el jueves en el Congreso por PSOE, Podemos, PP, Ciudadanos y PNV.

La prueba de fuego de “la nueva normalidad” empieza de verdad este miércoles 1 de julio, cuando millones de españoles se muevan de vacaciones y, sobre todo, cuando empiecen a llegar más turistas extranjeros, no sólo los europeos (que pueden venir desde el 21 de junio) sino los de otros continentes. Bruselas quiere pactar con los paises comunitarios una lista negra de paises a los que no permitir la entrada en Europa, pero resulta difícil porque hay que combinar el riesgo sanitario con la relación económica y política con esos paises. Un baremo podría ser prohibir la entrada de viajeros de paises que tengan más de 50 nuevos contagiados por 100.000 habitantes en los últimos 14 días, el baremos interno (y no publicado) que se ha autoimpuesto Sanidad para frenar la entrada de turistas en España (ahora estamos en 8,23 contagios por 100.000 habitantes, pero llegamos a tener 214 nuevos contagios/100.000 el 7 de abril).

Si se aplicara este baremo, no podrían venir a España (ni a Europa) turistas de Suecia (132,2 nuevos contagios/100.000 habitantes), Rusia (67,3) o Bielorrusia (75,1), Estados Unidos (135,1), Brasil (231,4), Perú (172,7), Chile (570,8), Colombia (84,1), México (58,3), Arabia Saudí (177,4), Sudáfrica (120,9), Qatar (548,1) o Singapur (54,1). Un país clave será Marruecos (8 casos/100.000), que de momento tiene cerradas sus fronteras hasta el 20 de julio y ha anulado la Operación Paso del Estrecho, por la que cruzan España 3 millones de magrebíes desde Europa. No se descarta que Marruecos cambie y abra en unas semanas sus fronteras, lo que obligaría a España a permitir el paso de magrebíes, con un grave riesgo sanitario, sobre todo para Andalucía.

La puerta de entrada de los turistas son los aeropuertos (el 80% turistas llegan por vía aérea), pero el mayor riesgo no está en Barajas (como reitera la presidenta Díaz Ayuso), sino en los aeropuertos por los que llegarán los 11,8 millones de turistas que la patronal Exceltur espera entre julio y septiembre: El Prat-Barcelona (2,37 millones turistas llegaron en julio 2019 a Cataluña), Palma de Mallorca (2,34 millones llegaron a Baleares), Alicante y Valencia (1,24 millones llegaron a la Comunidad Valenciana), Tenerife y las Palmas (1,03 millones de turistas llegaron a Canarias), muy por delante de Madrid-Barajas (0,6 millones turistas en julio 2019).

Estos son los aeropuertos donde hay que reforzar los controles, hoy insuficientes con el personal de Sanidad Exterior (600 funcionarios, de ellos sólo 150 sanitarios), aunque AENA haya subcontratado un refuerzo de 100 personas más. Pero sobre todo, hay que reforzar la sanidad de las autonomías que reciben más turistas, extranjeros y nacionales, y sobre todo los centros de salud de esas localidades turísticas que multiplican por 10 o más su población en verano. Hacen falta planes de contingencia por pueblos y provincias. Y la situación preocupa más porque las autonomías más turísticas tienen menos camas hospitalarias que la media (2,4 camas por 1000 habitantes) y también menos camas UCI que la media (1,03 por 100.000): Andalucía (1,7 camas y 0,67 UCIs), Baleares (1,9 camas y 0,66 UCIs), Comunidad Valenciana (2 camas y 1,20 UCIs), Canarias (2,1 camas y  4 de UCI) y Madrid (1,9 camas y 1,08 UCIs), según datos de Sanidad. Urge reforzarlas.

Mientras media España piensa en las vacaciones, la mayoría trata de recomponer su trabajo y su negocio al amparo de “la nueva normalidad”. Y el Gobierno mantiene las ayudas y piensa en otras nuevas. Este viernes aprobó una ampliación de los ERTEs (donde hay “aparcados” 2 millones de trabajadores) y de las ayudas a autónomos (que reciben 1,4 millones) hasta el 30 de septiembre, con el apoyo de sindicatos, patronal y asociaciones de autónomos, aunque a cambio se reducen mes a meses los descuentos en las cotizaciones a la Seguridad Social que disfrutan, para no hundir más los ingresos de la SS (aún así, la ampliación tendrá un coste extra en cotizaciones de 6.200 millones). La otra medida que estudia el Gobierno es ampliar el aval para créditos ICO, los 100.000 millones inicialmente previstos (que se van a consumir este mes), con 50.000 millones más, pero no para liquidez sino para que las empresas puedan invertir en la reconstrucción de su negocio. El gobernador del Banco de España pidió el martes reformar la ley concursal, para evitar quiebras en otoño.

La actividad de las empresas intenta salir adelante y mejorar en el tercer trimestre, porque el 2º trimestre ha sido nefasto, con una caída del PIB del  -20%, cuatro veces peor que el primer trimestre (el PIB cayó -5,2%), según el Banco de España. Y el Fondo Monetario (FMI) acaba de echarnos otro jarro de agua fría, con su Informe del 24 de junio: la recesión será mayor de la esperada en abril, en el mundo (caída del PIB del -4,9% en 2020), en las economía avanzadas (-8% PIB) y en la zona euro (-10,2% del PIB, una caída -2,7% mayor de la prevista hace 2 meses). Y también en España, donde el FMI prevé este año una caída de la economía del -12,8% (-3,7% más que lo previsto en abril), peor que la caída estimada por el Gobierno (-9,2%) y la Comisión Europea (-9,4%). España será así el país occidental más dañado por el coronavirus, junto a Italia (también caerá un -12,8%) y Francia (-12,5%), peor que Alemania (-7,8%), Reino Unido (-10,2%) o EEUU (-8%), con sólo China creciendo (+1%).

La oposición, y especialmente el PP, culpan a Sánchez de que España sea el país occidental que más sufra el coronavirus. Pero saben que no es por eso. La Comisión Europea ya explicó el 20 de mayo, en este Examen sobre España, que la mayor vulnerabilidad de España a la pandemia se debe a 3 factores estructurales: la alta tasa de contratos temporales (los primeros que se pierden: tenemos un 25% frente al 13,8% en la UE), la excesiva proporción de micropymes y pymes sin casi empleados (las más vulnerables: son el 98,6% de las empresas frente al 75% en Alemania) y tener una economía con un excesivo peso del turismo, la hostelería y el comercio. Y no olvidaron el escaso gasto en sanidad (por no decir los recortes hechos por Rajoy y sus autonomías), que nos ha perjudicado ahora. 

También el Gobernador del Banco de España les contó en el Congreso, el martes, las 5 razones por las que España sufre ahora una recesión más dura: el enorme peso de los sectores más afectados por el confinamiento (turismo, transporte, hostelería y comercio representan el 25% del PIB en España frente al 22,5% en Italia, el 20% en la zona euro, el 19,5% en Francia o el 17,5% en Alemania), el mayor peso de las pymes, la enorme precariedad laboral, la baja digitalización de empresas y enseñanza y la mayor pobreza y desigualdad, sin olvidar una menor productividad y competitividad de la economía. Problemas viejos, no Sánchez.

Ahora, hay que concentrarse en la reconstrucción de la economía, que según el FMI llevará al menos hasta finales de 2022. Tres años perdidos. Todo va a depender de lo que hagamos este año y el próximo, de las ayudas, inversiones y reformas que se hagan, de que se aproveche la pandemia para reconvertir y modernizar la economía de una vez por todas.

Ese debería ser el objetivo de la Comisión de Reconstrucción del Congreso, donde han comparecido 41 expertos desde el 14 de mayo. Allí se ha oído lo que habría que hacer para recuperar la economía y el país, pero las medidas las decidirán los políticos, en un Pleno en julio, dentro de las peleas de un Parlamento con 16 partidos. De momento, podría haber acuerdo en uno de los 4 grupos de trabajo, el de Sanidad y Salud pública, porque el PP sabe que este es un tema muy sensible donde perdería votos si se mantiene a la contra. Podría decidirse crear una Agencia de Salud Pública, reforzar la atención primaria, mejorar los contratos  de los sanitarios y potenciar una industria sanitaria española. Pero la clave es subir el gasto sanitario, del 6% del PIB actual al 7% de media en Europa (+11.250 millones anuales). Y comprometerse a blindar este gasto sanitario, a que no haya recortes nunca más.

En el resto de la reconstrucción, el acuerdo parece más difícil, tanto sobre Europa (el PP se ha aliado con los paises “tacaños” del norte y la derecha europea que exigen  reformas a cambio de ayudas), en políticas sociales y, sobre todo, en las medidas para la reactivación económica, aunque no debería ser así, porque las recetas están claras: más inversiones en energía y medio ambiente, en digitalización, Ciencia e innovación, en industrialización y sectores con futuro. Pero la clave, aquí  y en sanidad, es de donde sacar más dinero para gastar más, cómo conseguir recaudar como europeos y obtener esos 88.418 millones que ingresamos menos cada año (España recauda el 39,1% del PIB frente al 46,2% la UE-27). Cualquier reconstrucción obligará a gastar más y el quid es cómo pagarlo: una parte con deuda, otra con ayudas europeas pero otra parte tendrá que ser con más ingresos propios. Y la patronal CEOE ha estado 8 días en una Convención para plantear 10 propuestas que se resumen en 2: que no les toquen impuestos ni leyes (laborales).

Sabemos por qué estamos sufriendo más la recesión del coronavirus y por qué sufrimos más la crisis de 2008, con el doble paro que Europa: tenemos una economía poco competitiva, con un empleo muy precario y poco formado, un exceso de pymes, poca industria y demasiado turismo, comercio y servicios, poca digitalización y poca innovación, empresas con poca tecnología y poco volcadas en la exportación y un exceso de desigualdad social y territorial, con un problema en las pensiones por el envejecimiento y un débil Estado del Bienestar, que exige, todo ello, una reforma fiscal a fondo para recaudar como los europeos. Es la hoja de ruta al futuro que nos dicen los expertos y que exige un Pacto político “durante varias legislaturas, como reiteró en el Congreso el gobernador del Banco de España (lea aquí su intervención). Pero los políticos están “en otra onda”, piensan en las próximas elecciones, no en la España de 2030. Y así no hay reconstrucción posible.

jueves, 25 de junio de 2020

Ayudas para salvar el turismo


El coronavirus ha provocado un desplome del turismo, en el mundo y en España: en abril y mayo no vino ningún extranjero, vendrán 123.000 en junio y sólo 11,6 millones este verano, con lo que perderemos 51,7 millones en todo 2020, casi 2 de cada 3 turistas habituales. Vendrán 31,9 millones de turistas, la cifra más baja desde 1976. Esto hará que el turismo, nuestra primera industria, pierda este año más de la mitad de ingresos y peligren 1 millón de empleos, sobre todo en Baleares, Canarias, Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana. El Gobierno aprobó el jueves un Plan de impulso, con 4.262 millones, además de los ERTEs que mantienen al sector desde marzo. Pero las empresas turísticas piden más ayudas directas y bonos para fomentar el turismo nacional, que también caerá, porque 2 de cada 3 españoles no cogerán vacaciones. Habría que aprovecha la pandemia para reconvertir el turismo, con un Plan a 30 años. Y modernizar la economía para no depender tanto del turismo.

enrique ortega

Este año 2020 iba a ser otro año turístico récord, el 8ª consecutivo tras los 83,7 millones de turistas extranjeros que visitaron España en 2019. Pero será el peor año turístico desde 1976, por culpa del coronavirus, que ha cerrado fronteras desde mediados de marzo a finales de junio y que retrae a los turistas a viajar. El desplome del turismo será general en todo el mundo, pero más en España, porque somos el 2º país del mundo que recibe más visitantes extranjeros (tras Francia) y el 2º país que más ingresa por turismo (92.278 millones de euros en 2019), tras EEUU. De hecho, la caída del turismo provocará el 57% de la recesión española este año (-11,6% caerá el PIB), según el Banco de España.


El estado de alarma (14 de marzo) y el cierre de fronteras  ya provocó una drástica caída del turismo extranjero en marzo, del -63,4% (3,6 millones de turistas menos que en marzo de 2019), pero el problema se agravó en abril y mayo, cuando no entró ningún turista a España (con lo que se perdieron otros 15 millones de turistas que vinieron eses meses de 2019). Y en junio, con la apertura de fronteras el día 21, se perderán el -98,6% de los turistas esperables (8,8 millones en junio 2019) y entrarán sólo 123.598 extranjeros, según las estimaciones de la patronal Exceltur. Recapitulando, entre enero y junio de 2020 se esperan 10.703.868 turistas extranjeros, un 71,96% menos que los turistas recibidos en el primer semestre de 2019 (38.173.774 millones). O sea, habrán dejado de venir 27.469,906 turistas extranjeros.


Y ahora, a pesar de que se abren las fronteras el 1 de julio también a terceros paises, no se espera que el segundo semestre salve el año. La previsión de Exceltur es que este verano (julio, agosto y septiembre)  lleguen a España 11.682.981 turistas, frente a los 28.923.793 turistas llegados el verano pasado. O sea, que perderemos otros 17.248.812 turistas más, el 59,6%. Y en el último trimestre del año, esta caída será algo menor (sobre un -45%), según Exceltur, pero no servirá para compensar la fuerte caída del resto del año. Y así, la patronal turística apuesta por cerrar 2020 con 31.973.789 turistas extranjeros, lo que supondría perder 51.727.224 turistas este año, el -61,8%, casi 2 de cada 3 turistas llegados en 2019. Y la menor entrada de turistas desde el año1976 (entonces llegaron 30,01 millones).


Una debacle, aunque en línea con la caída del turismo mundial: la Organización del Turismo Mundial (OMT) estima una caída global del turismo del -58 al -78% en 2020. Eso en cuanto al turismo extranjero, que supone la mitad del negocio turístico en España. La otra mitad, el turismo nacional, también se ha desplomado en marzo (-64,6%), abril y mayo (no ha habido pernoctaciones en hoteles) y junio (-80,8%), según los datos de Exceltur, aunque la patronal turística espera que el turismo nacional caiga menos que el extranjero este verano (-27,6% en julio y un -20% en agosto y septiembre), para cerrar el año con una caída del turismo nacional (pernoctaciones en hoteles y alojamientos) del -38,3%, un tercio de lo habitual, menos de la caída esperada en el turismo extranjero (-61,8%).


Con el desplome del turismo extranjero y la caída del turismo nacional, las empresas turísticas esperan una drástica caída de ingresos, unos -83.134 millones de euros  menos de ventas que en 2019 (-54,5%). Una caída de ingresos turísticos que será mayor en Baleares (-67,4%), Cataluña (-58,7%) y Madrid (-55,2%), seguidas de Canarias (-53,7% de ingresos), Comunidad Valenciana (-53,6%) y Andalucía (-52,1%), siendo menor el daño en Galicia (bajarán los ingresos un -46%) y el resto de España (-48,7%), según Exceltur. Con estos menores ingresos, la patronal advierten que están en riesgo entre 750.000 y 1 millón de empleos, empleos que hoy están “aparcados” en ERTEs. Y esperan que España pierda  este año casi la mitad de sus ingresos por turismo, unos -43.975 millones de euros sobre 2019 (año en que se ingresaron por turismo 92.278 millones de euros, según el INE. Un ingreso de divisas que resulta clave para pagar el petróleo, los productos importados y la deuda exterior, con lo que España tendrá este año un déficit de balanza de pagos con el exterior, algo que no pasaba desde 2011, según ha advertido ya el Banco de España.


Por todo esto, el desplome del turismo es muy preocupante para España. Y más si tenemos en cuenta que el turismo es la primera industria del país (por delante de la alimentación y el automóvil), aporta el 12% de la producción total (PIB) y mantenía casi 2,5 millones de empleos antes de la pandemia (el 13,6% de todos los afiliados a la SS), según los datos de Frontur. De ahí que el Gobierno Sánchez presentara el jueves pasado un Plan de impulso al sector turístico, por un importe de 4.262 millones, que se suma a las medidas de choque ya aprobadas estos meses para ayudar al sector turístico (créditos ICO, aplazamientos de impuestos y cotizaciones, ayudas al pago de alquileres, ERTEs y ayudas a autónomos), por otros 15.273 millones de euros. O sea, un total de 19.535 millones para el turismo, a la espera de que Europa ponga en marcha el Fondo de Reconstrucción de 750.000 millones, del que España espera recibir 140.000 millones, un 25% de ellos para el sector turístico.


A la espera de este dinero europeo, el Plan de impulso son básicamente créditos del ICO para las empresas turísticas (2.500 millones) y otros 859 millones también de préstamos para la mejora de la competitividad del sector (digitalización, sostenibilidad e internacionalización), más 38,1 millones de ayudas para marketing y promoción, 3,1 millones para crear un Observatorio que siga las tendencias turísticas internacionales y 200.000 euros para guías y un distintivo que promueva el turismo seguro (“Safe Tourism”). Y todo ello, con la vista puesta en un Plan Estratégico del turismo español para 2030.


El sector turístico cree que este Plan de impulso es insuficiente (“falta munición”), porque se les ofrecen “créditos” y ellos piden ayudas directas, a las empresas y a los turistas, como se ha hecho en otros paises europeos (ver listado de incentivos). Básicamente, piden ampliar los ERTEs hasta diciembre, aumentar el aval público a los créditos ICO (del 80 al 90%), reducir el IVA turístico (en el 10%) al 3% en 2020 y 2021, suprimir los pagos fraccionados y adelantos del impuesto de sociedades y, sobre todo, fomentar el turismo interior, con bonos (como ha hecho Italia), incentivos en los vuelos a las islas para no residentes y extender el programa del IMSERSO (viajes subvencionados para mayores) a Europa. Y, sobre todo, que cuando lleguen los Fondos europeos, se les asegure destinar el 25% al “rescate” del turismo.


El Plan de impulso del Gobierno, sobre todo la prolongación de los ERTEs, puede ayudar al sector a sobrevivir este verano, pero la clave va a estar en el comportamiento de los turistas extranjeros, sobre todo británicos (fueron el 21,6% del total en 2019), alemanes (el 13,35%) y franceses (13,32%), siendo más difícil recuperar los turistas de fuera de Europa (fueron sólo el 15,2% del total  en 2019), sobre todo de EEUU, China y Latinoamérica. Todo va a depender de su temor a viajar y del daño que haya hecho a sus bolsillos esta recesión, un efecto bastante negativo en Reino Unido, Francia e Italia. El salvavidas del sector podría ser la recuperación del turismo nacional (la mitad del negocio), pero la impresión es que los españoles no van a viajar y gastar mucho este verano. De hecho, el último Barómetro del CIS señalaba que sólo un 27,2% de españoles van a ir de vacaciones, la mayoría dentro de España (el 89,9%) y en la costa (el 60%), optando mayoritariamente por viajar en coche propio y alojarse en apartamentos y hoteles rurales. Y el resto (65,7%), dos de cada tres españoles, optan por las vacaciones en su segunda residencia o en su pueblo.


Ahora, la prioridad es recuperar lo más posible el turismo este verano sin poner en riesgo la salud, con un control de la movilidad y los contactos y Planes de contingencia por si hay rebrotes del coronavirus en las zonas turísticas. Y después, en otoño, el Gobierno y el sector se han de plantear una revisión a fondo de la estrategia turística, tienen que aprovechar esta crisis para afrontar el futuro del sector  y diseñar el turismo del año 2050. Hay que reforzar los puntos fuertes de nuestra industria turística, que han permitido a España ser elegido en 2019 (por tercera vez consecutiva) por el Foro Económico Mundial como el país más competitivo del mundo en turismo: infraestructura hotelera, infraestructuras y servicios del país, seguridad, riqueza natural y cultura. Y afrontar los puntos débiles: la excesiva concentración del turismo que llega, en verano (35% del total), en Europa (origen del 85% de los turistas) y en 6 autonomías (Cataluña, Canarias, Andalucía, Baleares, Comunidad Valenciana y Madrid concentran el 90% de turistas y el 93% de su gasto). Y además, tenemos muchas instalaciones sin modernizar y una oferta turística controlada por tour operadores extranjeros.


Esta pandemia y la debacle del turismo deberían acelerar la reconversión del turismo español, que ya era necesaria antes, con un Plan Renove para modernizar instalaciones, sobre todo en zonas de sol y playa, con una oferta de más calidad que atraiga a turistas de más gasto. Además, el sector turístico tiene pendiente una revolución digital de la oferta, para captar clientes en todo el mundo y evitar que una gran parte del gasto de los turistas se quede fuera de España. Además, hay que diversificar la oferta, para ofrecer mucho más que sol y playa, fomentando el turismo de negocios, cultural, deportivo, sanitario y gastronómico, para atraer turistas todo el año. Y también resulta clave mejorar la formación y el empleo de los trabajadores turísticos, para mejorar la calidad y el valor añadido de los servicios. Y, sobre todo, hay que invertir más en turismo, alimentar mejor a “la gallina de los huevos der oro”: no es posible que el gasto presupuestario en turismo cayera de los 777 millones en 2010 a los 331 de 2013 y se mantenga en 335 millones en 2019.


Hay que volcarse en el turismo, porque es nuestra primera fuente de riqueza y empleo. Pero también habría que aprovechar la debacle turística que ha acarreado esta pandemia para hacer una reflexión de futuro: el turismo nos hace muy vulnerables como país. Somos demasiado dependientes de un sector que crea menos riqueza y empleo estable que la industria, la tecnología o la exportación. Baste ver este ranking de los 8 paises más ricos de Europa: Luxemburgo (261% del PIB por habitante europeo), Dinamarca (129%), Holanda (128%), Austria (127%), Alemania (121%), Suecia (120%), Bélgica (117%) y  Finlandia (111%), según datos de Eurostat (2019), frente a España (91% del PIB europeo por habitante). Ninguno es un país turístico: su riqueza la apoyan en la industria, la exportación, la innovación y la tecnología, los servicios de alto valor añadido. Ese debería ser uno de los grandes objetivos de España para 2050: modernizar la economía para no ser tan dependientes del turismo y no sufrir más las crisis que los demás paises. Debemos aspirar  a ser algo más que la playa y la despensa de Europa. Ahí lo dejo.

lunes, 22 de junio de 2020

COVID 19: movilidad y turistas, doble riesgo


Ayer domingo volvimos a la “nueva normalidad”, tras 98 días en “estado de alarma”. Pero el virus sigue ahí, contagiando y matando, con rebrotes en España y una decena de paises. Ahora tenemos un doble riesgo: millones de españoles viajando de un lugar a otro y 11 millones de turistas que se esperan entre julio y septiembre. Sin medios en los aeropuertos para controlar esta avalancha (Sanidad exterior tiene 600 personas, sólo 150 sanitarios) y sin que tengamos (que sepamos) un Plan de contingencia frente a una 2ª ola de contagios. Mientras, 1,2 millones de personas han vuelto a trabajar y otros 2,2 millones siguen  en los ERTEs (más 1 millón de autónomos), que se ampliarán hasta septiembre. Ahora, la clave es pagar  la reconstrucción, porque las ayudas europeas se retrasarán a 2021-2024. Urge pactar un Presupuesto para 2021, con mucho déficit y más ingresos fiscales, porque España recauda 88.418 millones menos que Europa. Pero Ciudadanos y PP defienden bajar impuestos. Así no salen  las cuentas. 

enrique ortega

Falta una semana para que el coronavirus cumpla  6 meses y no se frena sino que acelera sus contagios: el 17 de junio y también el 19 batió otro récord, contagiando a 176.000 personas en el mundo, según los datos diarios de la Universidad  Jhons Hopkins. Hoy ha contagiado ya a 8.953.598 personas en 188 paises, con el epicentro de la pandemia en América, en  Estados Unidos (2.280.912 contagiados, +32.218 diarios) y ahora en Latinoamérica (2.023.901 contagiados), sobre todo en Brasil (1.083.341 contagiados, +34.666 diarios), Perú (251.338, +3.413 diarios), Chile (242.355, +5.355 diarios), México (180.545, +4.717 diarios), Colombia (68.836), Ecuador (50.640) y Argentina (42.385). Y también avanza en Asia y Oriente Medio: India (425.282 contagiados, +15.413 diarios), Irán (204.952), Pakistán (181.088), Bangladesh (112.306), Arabia Saudí (157.612), más Turquía (187.685 contagiados), mientras despunta en África (ya van 300.000 contagiados). Y Europa sigue en cabeza de contagios (2.477.045), con Rusia (583.879, +7.790 diarios), Reino Unido (305.803), España (246.272), Italia (238.499), Francia (197.008) y Alemania (191.272 contagiados). La pandemia se ha cobrado ya 468.346 muertes, destacando EEUU (119.975 fallecidos), Brasil (50.591) y Reino Unido (42.717), seguidos de Italia (34.634), Francia (29.643), España (28.323), México (21.825), India (13.699), Bélgica (9.696), Irán (9.623) y Alemania (8.895 muertos).


Lo más preocupante de la última semana son los rebrotes en una decena de paises, empezando por China (han tenido que medio cerrar Pekín), Irán o Marruecos y siguiendo con Portugal y Alemania, donde se han detectado 3 nuevos focos de contagios. Y también en España: 34 rebrotes el último mes y 9 todavía activos, en Bilbao, Valladolid, Madrid, Aragón, Fuerteventura o Algeciras. Además, se nota un cierto repunte de nuevos contagios (de 40 el lunes 15 a 141 el miércoles, 143 el jueves, 154 el viernes y 141 ayer), sobre todo en Madrid, Cataluña y Aragón, según los datos de Sanidad. Eso sí, los datos de nuevos hospitalizados (entre 94, 89 y 101 la última semana) y de ingresados en UCIs (de 3 a 9 en la última semana) son estables. Y han aumentado las muertes oficiales, tras 11 días con el dato estancado: eran 28.323 muertes ayer, 29 en la última semana (12 en Madrid, 6 en Castilla y León y 3 en Cataluña), según Sanidad, con un índice de letalidad (muertos/contagiados) de 11,5, inferior a la mayoría de Europa (18,5 Francia.14,5 Italia y 14,1 RU).


Desde ayer, al permitirse la movilidad entre provincias en España y la entrada de turistas europeos (el resto llegarán el 1 de julio), el riesgo de rebrotes es mucho mayor. Y no sólo en España: el Centro europeo para el control y detección de enfermedades (ECDC) ha emitido un Informe donde da por seguro que en las próximas semanas aumentarán los contagios por COVID 19 en Europa, a medida que los paises retiren las restricciones a la movilidad. Y advierte que conseguir frenarlos a tiempo o acabar en una segunda ola de contagios (que obligue a nuevas restricciones)  dependerá de las medidas de vigilancia que se adopten. En España, no se conoce que tengamos un Plan de contingencia, más allá de las normas impuestas (mascarillas, distancia social e higiene). Y sigue habiendo dudas de que las grandes ciudades tengan dispositivos eficaces para detectar y aislar los rebrotes.


Una medida nueva, que Sanidad y las autonomías acordarán esta semana, es un protocolo para que los médicos de atención primaria hagan test PCR no sólo a los que tengan síntomas de COVID 19 (se han hecho ya 3.290.388 test PCR, una media de 70 por 1.000 habitantes, pocos) sino a todos los que hayan estado en contacto con posibles contagiados en los rebrotes que se detecten. Pero los médicos se quejan de falta de personal y medios para la detección y el rastreo de nuevos casos en Madrid y Barcelona. Otro problema muy serio es el control de los turistas que lleguen a España, a través de aeropuertos, puertos y fronteras terrestres. Una avalancha importante, ya que la patronal Exceltur espera la llegada de 11,68 millones de turistas extranjeros entre julio y septiembre.


El 80% de estos turistas vienen en avión, básicamente a 8 aeropuertos que pueden ser ahora la vía de entrada de nuevos contagios: Barcelona-el Prat (2,37 millones de turistas llegaron en julio 2019 a Cataluña), Palma de Mallorca (2,34 millones llegaron a Baleares), Málaga (1,26 millones turistas llegaron a Andalucía), Alicante y Valencia (1,24 millones llegaron a la Comunidad Valenciana), Tenerife y las Palmas (1,03 millones llegaron a Canarias) y Madrid-Barajas (0,6 millones turistas en julio 2019). Y para controlar estas entradas masivas de turistas por vía aérea (y por barco) sólo disponemos del Servicio de Sanidad Exterior, que cuenta con una exigua plantilla de 600 personas, de ellas 150 sanitarios (médicos y enfermeras), que también vacunan a los que viajan fuera. Es claramente insuficiente, aunque AENA haya prometido ayudarles con personal auxiliar (100 subcontratados). Piensen en lo que sucedería con un contagiado que llegara a Málaga y se detectara unos días después en las urgencias de un hospital. ¿A cuántos podría contagiar y cómo aislarlos?


La total movilidad  es muy preocupante, con millones de madrileños o catalanes viajando a Galicia o a Murcia o a Cádiz, con riesgo de transportar el virus. Y sin que las autonomías de destino tengan medios, en atención primaria y hospitales, para detectar y aislar contagios. Pero todo sea por la “nueva normalidad” y por salvar los 2,5 millones de empleos del turismo, que ofrecen unas “instalaciones seguras” (lo inseguro es que el virus sigue ahí). Hacen falta Planes de contingencia en las zonas más turísticas y afrontar los posibles contagios con contundencia y medios, porque un rebrote nos haría un daño doble: al sistema sanitario, que podría colapsarse en las zonas turísticas afectadas, y a la imagen turística de España en el extranjero.


Mientras nos lanzamos en plancha a la nueva normalidad, con grave riesgo sanitario, la “emergencia económica” remite con la vuelta a la actividad de muchas empresas, en especial del comercio, turismo y hostelería. Han vuelto a trabajar 1,2 millones de personas de los 3,4 millones que estaban en ERTES y se han recuperado 286.000 empleos de los 900.000 empleos perdidos entre el 12 de marzo y el 31 de abril, según el ministro de la SS. Ahora, queda ampliar los ERTEs a 2,2 millones de trabajadores y las ayudas a 1 millón de autónomos. El Gobierno quiere ampliarlos hasta septiembre para algunos sectores, pero patronal y sindicatos quieren extenderlos hasta diciembre. El problema es el coste: 5.500 millones cada mes que se amplíen los ERTEs y ayudas (algunos empresarios las exigen ahora y luego se quejarán del déficit público).


Aunque mejore el empleo (porque está “aparcado” en los ERTES), la recesión es muy fuerte y el Banco de España cree que la economía caerá entre un -16% y un -21,6% en este 2º trimestre, de tres a cuatro veces más que en el primero (-5,2%). Pero esta recesión es muy desigual entre regiones, sufriéndola más las autonomías con más turismo y más comercio y servicios, según un estudio de FUNCAS: la actividad (PIB) caerá un -9,5% este año, pero será más, un -11,3%, en Baleares, Canarias, Cataluña y Madrid, mientras las menos dañadas serán Andalucía, las 2 Castillas, Extremadura y la Rioja (su PIB caerá el -8,8%). Y las que perderán más empleo serán Baleares (-44,3% empleo, aunque un -30,2% está en ERTES), Canarias (-33,8%, el -26,3% aparcado en ERTES), Cataluña (-24%, el -18% en ERTES), Andalucía (-23,4%), Comunidad Valenciana (23,1%) y Madrid (-21,5%). Y perderán menos empleo que la media española (-21,5%) Murcia (-17,4%, el -11,8% en ERTEs), País Vasco (-17,4%, el -13,9% en ERTEs), Castilla la Mancha (-16,4) y Extremadura (-14,2%).


Frente a este desplome de la economía y el empleo, la directora gerente del FMI ha propuesto a los paises “que gasten sin mirar”, que ya habrá tiempo para ajustar las cuentas. Y es lo que están haciendo todos los Gobiernos europeos (con Alemania y los más ricos en cabeza) y también el Gobierno de España, que aprobó la semana pasada transferir (a fondo perdido, sin devolución) 16.000 millones de euros a las autonomías, para sanidad (9.000 millones), educación (2.000), transporte público (800) y para cubrir menores ingresos (4.200 millones). Un dinero que se suma a los Planes de ayuda recientemente aprobados para el sector de automoción (3.750 millones) y el turismo (4.262 millones). Un gasto que añadir a los 136.900 millones gastados antes en avales de créditos del ICO, ERTEs y ayudas a autónomos, desempleo, perdón de cotizaciones y retraso de impuestos más ayudas a alquileres y el ingreso mínimo vital. En total, más de 157.000 millones de euros que habrá que financiar en los próximos años. Y eso, sin contar las ayudas que aún harán falta para la reconstrucción, en los sectores, empresas y regiones más afectadas.


No pensemos que este dinero va a venir de Europa. Primero, porque el Fondo de Reconstrucción aprobado el 27 de mayo por la Comisión Europea está aún muy verde. En la última Cumbre europea telemática, el viernes pasado, de “tanteo”, se vio que los paises “austeros” (ricos) del norte (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia), apoyados por Alemania, ponen pegas a la cantidad (quieren que sean menos de 750.000 millones), al reparto (quieren que sean casi todo créditos y no sólo 250.000 millones), a la fecha para empezar a devolverlo (en 2026 y no en 2028) y, sobre todo, a las condiciones para concederlo: que los paises hagan “reformas”, lo que puede suponer (a lo claro) que España haga ajustes (en pensiones y algunos gastos) y mantener la reforma laboral de Rajoy. Un camino en el que la derecha europea y los más “austericidas” cuentan con el apoyo del PP español, que aprovecha el debate europeo de las ayudas para desgastar al Gobierno Sánchez.


En cualquier caso, el posible acuerdo recortará y endurecerá el Fondo europeo y no se logrará hasta julio, con Alemania presidiendo la UE. Y no será formalmente aprobado, en el Europarlamento y en todos los parlamentos nacionales, antes de mayo de 2021, cuando España tendría que aprobar su propuesta de inversiones y reformas, para recibir el 60% de los fondos (140.000 millones como mucho) entre 2021 y 2024,según estimaciones de la Comisión. Pero antes, mucho antes, España habrá gastado más de 157.000 millones de euros, que estamos financiando con déficit público (-10,9% del PIB este año: -122.981 millones de euros) y con deuda (300.000 millones de nuevas emisiones este año, hasta alcanzar el 115,6%del PIB de deuda: 1,3 billones de euros).


En definitiva, el coronavirus nos ha dejado una tremenda recesión y unos gastos para frenarla y reconstruir el país que hay que empezar a pagar, sin esperar la ayuda europea, tardía y condicionada. Esto es lo que debería pactar el Gobierno y los partidos, en un Presupuesto para 2021, que debe estar preparado el 30 de septiembre. Y antes, en julio, el techo de gasto y el déficit que proponemos a Bruselas para 2021. Una propuesta sería bajarlo del -10,9% que se espera en 2020 al -7% del PIB en 2021. Si la UE nos lo admite, no será nada fácil conseguirlo, aunque la economía crezca ya en 2021 (un +7%, según la Comisión Europea). Exigiría controlar mucho los gastos (las pensiones son claves, porque es el mayor gasto: hay que decidir si se revalorizan o no) y sobre todo, aumentar los ingresos como sea, algo difícil en un país que busca reconstruir su economía.


Pero aquí está la clave, en los ingresos. Porque el problema de España (aunque casi nadie lo dice: la Comisión Europea sí, en cada informe anual) no es que gastemos mucho (gastamos menos: el 41,9% del PIB, frente al 46,7% de la UE 27, concretamente 59.775 millones menos de gasto cada año) sino que ingresamos mucho menos: España recauda el 39,1% del PIB frente al 46,2% la UE-27, lo que significa que ingresamos 88.418 millones menos cada año. Y 95.890 millones menos que Alemania y 168.119 millones menos que Francia, no porque ellos sean más ricos sino en porcentaje de recaudación sobre riqueza (distinta). Y eso se debe, según los expertos fiscales, Fedea o Funcas, a que España recauda menos que la media europea en Renta, en IVA, en Sociedades, en carburantes o tabaco, en impuestos verdes. Y eso, porque tenemos más fraude fiscal y porque los que más tienen (multinacionales, grandes empresas, bancos, inversores y los más ricos) pagan menos de lo que debían.


Así que, si queremos pagar la reconstrucción, España tiene que priorizar los gastos y recaudar más. No es una cuestión ideológica, sino de pura estadística: recaudamos mucho menos (en % del PIB) que los europeos. Este debería ser uno de los debates claves sobre los Presupuestos 2021, para intentar pactar unas cuentas que financien la reconstrucción. El problema es que tanto PP como Ciudadanos tienen un prejuicio de partida: defienden la bajada de impuestos, o por ideología o por defender los intereses de los que tendrían que pagar más si tuviéramos un sistema fiscal más justo (la mayoría pagaríamos igual). Y así, con esta “línea roja”, es imposible pactar unos Presupuestos realistas para 2021, que afronten los gastos necesarios y a la vez reduzcan el déficit. Porque las cuentas no son de chicle: o se aumentan los ingresos (pagando más el que pueda) o se recortan los gastos (como hizo Rajoy entre 2012 y 2015: eso ya lo conocemos). No hacerlo y agravar el agujero de las cuentas públicas es imposible: la Comisión Europea no nos dejaría. Sobre todo si queremos recibir fondos europeos y que el BCE nos compre deuda pública. 


Sólo queda una vía: pactar un Presupuesto 2021 realista, que exigirá algunos sacrificios (pensiones) y que debería ser apoyado por una gran mayoría del Congreso. Pero no lo veo fácil, porque el PP piensa más en tumbar al Gobierno que en reconstruir el país, aunque Ciudadanos dice “estar abierto”. Si no hay un pacto amplio, el Gobierno Sánchez se verá obligado a hacer “malabarismos políticos”, que nunca traen buenas consecuencias. Pero el dilema es claro: o hacemos bien las cuentas o nos las hacen. Y eso, siempre que lleguemos a finales de septiembre sin rebrotes serios, porque una 2ª oleada del virus provocaría otro confinamiento y una recesión más profunda y duradera


Así que lo primero sigue siendo la salud, la vida, tener cuidado todos y vigilar al virus de cerca y con medios. Sólo así podremos pensar en la bolsa, en salir del agujero de esta nueva crisis. Porque si algo hemos aprendido con la pandemia es que la reconstrucción económica es más fácil que asegurar la salud y la vida. Eso sí, exige recursos y unidad, dos cosas que nos faltan