Mostrando entradas con la etiqueta muertes COVID. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta muertes COVID. Mostrar todas las entradas

lunes, 4 de julio de 2022

Pandemia: repunta la 7ª ola "silenciosa"

El COVID-19 sigue entre nosotros, contagiando y matando. En las últimas tres semanas, han repuntado los contagios un 72%, sobre todo en Madrid, la Rioja, Canarias y Extremadura. Y eso que, desde el 1 de abril,  sólo se contabilizan parte de los contagios de los mayores de 60 años. Pero todos conocemos personas contagiadas que se habían “librado” antes y otros que se habían contagiado antes y ahora se han reinfectado. La causa está en las nuevas variantes del virus (la BA.4 y la BA.5), más contagiosas porque atacan mejor nuestras defensas y las vacunas. Además, ahora se multiplican los contactos interpersonales y no se usan mascarillas. Pero, sobre todo, hay más de 1 millón de mayores de 60 años sin ponerse la 3ª dosis de refuerzo, más otros 3 millones largos de adultos sin inmunizar, con las vacunas estancadas. Ahora, con el verano y los turistas, esta 7ª ola “silenciosa” podría agravarse, complicando la ya alta ocupación de los hospitales. No bajen la guardia.

Enrique Ortega

La pandemia ha cumplido ya dos años y medio y sigue contagiando y matando en todo el mundo, aunque al menor ritmo desde noviembre de 2021. Hoy son ya 549,18 millones las personas contagiadas, 7 de cada 100 habitantes del mundo. El altísimo ritmo de contagios de enero y febrero (23,3 millones semanales) se ha frenado después y en junio fueron ya la quinta parte (5,4 millones de contagios semanales), según la Universidad John Hopkins. Europa sigue  liderando los contagios (228,3 millones), seguida por América (162,9 millones) y, a distancia, el Pacífico occidental (que ha dado un salto de contagios, hasta los 64,2 millones), sudeste de Asia (58,5), Mediterráneo oriental (22) y África (9,1 millones, según la OMS.

El COVID-19 causa ahora el menor número de muertes en toda su historia, aunque todavía son 10.289 muertes a la semana en todo el mundo. Y son ya 6.339.114 muertes las causadas por la pandemia, sobre todo en América (2.761.824) y Europa (2.027.169), siendo menores en el sudeste asiático (790.063 muertes), Mediterráneo oriental (343.560), Pacífico (238.564) y África (173.535 muertos), según la OMS. Por paises, EEUU ha superado ya el millón de muertos por COVID-19 (1.017.800) y son muy llamativas las cifras de Brasil (671.911 muertos), India (525.223), Rusia (373.552), México (325.788) y Perú (213.551), según la Universidad John Hopkins. Les siguen a distancia Reino Unido (181.093), Italia (168.145), Indonesia (156.749), Francia (150.624), Irán (141.396), Alemania (141.295), Colombia (140.070), Argentina (129.109) y España (108.111 muertos, 18.706 este año).

Europa ha sufrido en las últimas semanas un ligero repunte de contagios, sobre todo en Portugal, Alemania, Francia, Italia y España. La mayor incidencia se da en Francia con 1.603 casos en los últimos 14 días por 100.000 habitantes, seguida de Grecia (1.574), Italia (1.426), Austria (1.410), y Alemania (1.349), según los últimos datos de la OMS, que sitúa a España con mucha menor incidencia, 360,5 casos por 100.000 habitantes (en los últimos 14 días), algo más que Reino Unido (320,8) y los paises nórdicos.

Pero Sanidad ha dejado de publicar esta incidencia global y desde el 1 de abril solo publica la incidencia en los mayores de 60 años, por la que podemos seguir ahora la evolución de la pandemia. El “pico” de la 6ª ola, contabilizando entonces todos los contagios, se dio después de Navidad,  el 21 de enero de 2022, con 3.418 contagios (últimos 14 días) por 100.000 habitantes. Luego bajó a 984 contagios el 17 de febrero y a un mínimo de 466 contagios el 29 de marzo, la última estadística global con el anterior sistema. El 1 de abril, contabilizando sólo los contagios de mayores de 60 años, la nueva estadística se estrenó con 459 contagios por 100.000 habitantes (mayores). A finales de abril hubo un primer repunte, por la Semana Santa,  hasta los 608 contagios (26 abril), disparándose en mayo esta 7ª ola hasta los 858 contagios el 13 de mayo, por el puente de mayo. Y luego, la incidencia de mayores ha vuelto a bajar, hasta los 578 contagios el 10 de junio. Pero desde entonces no han parado de subir y el viernes 1 de julio ya rozaban los 1.000 contagios por 100.000 habitantes (996,25), con un aumento del 72% en las últimas tres semanas.

Recordemos que estos datos contabilizan sólo parte de la pandemia, los contagios de mayores de 60 años y personas vulnerables. Y tampoco, porque la mayoría de los Centros de Salud ya no hacen test ni PCRs a los mayores, salvo que se trate de casos graves o que acaben en un hospital. La mayoría de los mayores con síntomas se enteran de su contagio por pruebas que se hacen en casa, tras comprar test en las farmacias, un resultado que unos comunican a su Centro de Salud (que no siempre toman nota) y otros no. Así que realmente no sabemos cuántos mayores de 60 años se están contagiando y menos todavía cuantos adultos y niños están pasando el COVID-19. Por eso se habla de una 7ª ola “silenciosa”.

Centrándonos en las estadísticas de Sanidad (parciales), vemos que los contagios (declarados) se concentran en los más mayores de los mayores: 1.291contagios por 100.000 habitantes entre los mayores de 80 años y 1.080 entre 70 y 79 años (los dos grupos por encima de la media, 996,25 contagios), mientras que entre 60 y 69 años la incidencia es de 781 contagios por 100.000 habitantes. En conjunto, hay una gran diferencia de contagios de mayores por autonomías. La incidencia más alta en mayores se da en Madrid (1.650), seguida de La Rioja (1.589), Extremadura (1.346), Castilla la Mancha (1.267), Canarias (1.233), Baleares (1.167) y Galicia (1.126), mientras es mucho más baja en Andalucía (364), Comunidad Valenciana (715), Murcia (770) y Asturias (811), según los datos de Sanidad del viernes 1 de julio.

El aumento de contagios en las últimas semanas ha incrementado los enfermos de COVID-19 en hospitales, que han pasado de 7.364 hospitalizados el 1 de abril a 6.412 el 10 de junio y 10.249 hospitalizados el pasado viernes, la cifra más alta desde el 27 de diciembre. Y la tasa de camas COVID-19 ha subido al 8,2%, aunque es mucho mayor en Madrid (13,16% camas hospitalarias ocupadas por enfermos COVID-19), Cataluña (10,82%), Castilla la Mancha (10,42%) y el País Vasco (9,63%), según Sanidad. Los enfermos COVID en UCIs también han subido, aunque no tanto: de 420 el 1 de abril y 308 el 24 de junio a 449 el viernes 1 de julio, lo que supone casi un 5% de las camas UCIs ocupadas por la pandemia. Pero son el doble o más en La Rioja (11,32%), Cataluña (9,75%) y Madrid (8,73%).

Y hay que hablar de los muertos, silenciados en esta ola “silenciosa”: en la  última semana han muerto 312 personas con COVID-19 y 1.618 han sido los fallecidos en junio, menos que en mayo (2.037 muertos) y abril (1.915 muertos). Los expertos insisten en que no se pueden achacar todas las muertes al COVID, que muchos enfermos mueren “con COVID”, no “por COVID”, sino porque tienen otras enfermedades y al ser hospitalizados o tratados se les detecta el COVID, que casi siempre deteriora aún más su salud. En cualquier caso, son muertes ligadas al COVID-19, sobre todo de personas muy mayores, con otros problemas graves de salud, enfermedades crónicas e inmunodeprimidos. Las muertes en residencias ligadas al COVID han bajado, de más de 100 semanales a 57 la última semana, según el IMSERSO, pero estos mayores no se libran de los contagios (3.366 la última semana), a pesar de la prevención y las vacunas.

Al final, Sanidad publica un mapa de alertas según los contagios por provincias y autonomías, así como las hospitalizaciones y ocupación de UCIs. Y el último, del 1 de julio, coloca en alerta 4 (riesgo muy alto) a  Ávila y Guadalajara y en alerta 3 (riesgo alto) a la Comunidad de Madrid, Castilla la Mancha, Cataluña y País Vasco , más las provincias de Lugo, Palencia, Zamora, Valladolid y Segovia. En alerta 2 (riesgo medio) están Aragón, Asturias, Navarra, Castilla y León, Canarias, Ceuta y Melilla, Comunidad Valenciana, Murcia, Galicia, Baleares y La Rioja. Y en alerta 1 (riesgo bajo) están Andalucía, Extremadura y Cantabria.

¿Por qué han subido los contagios en las últimas semanas? Distintos expertos lo achacan al auge de las nuevas subvariantes del COVID-19, que son más contagiosas. En noviembre de 2021 aparecieron en Sudáfrica las subvariantes BA.1 y BA2 de Ómicron, que fueron las causantes de la 6ª ola, a finales de 2021 y hasta marzo de 2022. Pero luego, en enero de este año se detectó, también en Sudáfrica, otra nueva subvariante de Ómicron, la BA.4, y en febrero la BA.5, que son las que protagonizan el repunte de esta 7ª ola en media Europa y en España: son ya la subvariante dominante (más del 50% de los casos) en Baleares, Andalucía, Galicia, País Vasco, Asturias, Cantabria, Extremadura, Aragón, Murcia y Navarra, rondando el 50% en Madrid y el 40% en Cataluña, según el último informe de Sanidad.

Estas dos nuevas subvariantes, BA.4 y BA.5, han sustituido al linaje BA.2 como subvariantes dominantes. Y son mucho más contagiosas, según los expertos, porque escapan mejor al sistema inmunológico: son más capaces de burlar la inmunidad de los anticuerpos producidos por contagios anteriores o por las vacunas, lo que facilitan que personas contagiadas en otras olas se “reinfecten” ahora. Y también los vacunados hace mucho tiempo y sin la 3ª dosis. Además, estas nuevas subvariantes de Ómicron provocan síntomas que duran más tiempo (7 días frente a 3 días del linaje original BA.1), con más fatiga y afectan más a la garganta. Eso sí, no son más graves ni letales y en general se superan sin hospitalización.

Otra causa de que repunten los contagios es que se han estancado las vacunaciones. Por un lado, hay mucha gente sin la 3ª dosis de refuerzo, muy importante para defenderse de las nuevas variantes, sobre todo los más mayores. A 29 de junio, Sanidad informaba que faltaba poner la 3ª dosis a 548.576 mayores de 70 años y a otros 573.446 mayores de 60 a 69 años, con lo que hay 1.122.022 mayores de 60 años sin poner la 3ª dosis.

En paralelo, todavía hay muchos españoles sin inmunizarse, sin ponerse la 2ª dosis de la vacuna contra el COVID-19, a pesar de que seamos uno de los paises del mundo con más población vacunada (el 82,5% tiene la pauta completa). Lo más preocupante son los mayores que no tienen todavía la 2ª dosis: 42.884 personas de 70 a 79 años y otros 192.487 de 60 a 69 años (los mayores de 80 la tienen todos). En total, 235.371 mayores de 60 años sin inmunizar, un gran riesgo para ellos y los demás. Pero es que además, entre 12 y 60 años, hay todavía 2.918.186 personas sin inmunizar. En total, 3.153.557 personas que no se han puesto todavía la 2ª dosis de la vacuna, casi los mismos que hace 2 meses (sólo se han inmunizado 53.112 personas). Y a ellos habría que sumar los 2.110.904 niños (de 5 a 12 años) todavía sin inmunizar. En total, 5,26 millones de personas, un colectivo demasiado grande, que alimenta los contagios y la propagación del virus.

Y una tercera causa del repunte es que tomamos menos precauciones: desde Semana Santa, se han multiplicado los viajes y las interacciones, con múltiples fiestas y concentraciones de miles de personas, sin ninguna prevención. Y sin mascarilla. Y con contagiados que incluso van a trabajar o hacen “vida normal”. Los expertos aconsejan que, con el repunte de casos, se cuiden más los mayores y los que tienen enfermedades previas o crónicas, con la vuelta a la mascarilla en lugares cerrados y concentraciones. De hecho, en Cataluña, la Generalitat recomienda que se retome el uso de la mascarilla en interiores, tras el drástico aumento de hospitalizados y críticos en las UCI.

El repunte de contagios se produce a las puertas del verano, donde se multiplican los viajes y las aglomeraciones y cuando nos van a visitar 28 millones de turistas, la mayoría de paises con más incidencia de COVID que España. Urge que Sanidad y las autonomías aprueben un Plan de choque, sobre todo en las zonas y localidades más turísticas, para evitar un colapso aún mayor de los Centros de Salud y de algunos hospitales y urgencias, estableciendo plantillas suficientes de refuerzo y sustitución por vacaciones. De momento, nadie se prepara para un recrudecimiento de esta 7ª ola en verano, que llegará seguro y aumentará contagios, hospitalizaciones y muertes. Así que nos toca a nosotros ser muy precavidos, cuidarnos más estas vacaciones. No bajen la guardia.

lunes, 4 de abril de 2022

La pandemia "escondida" sigue aquí

Ya casi no se habla de la pandemia, como si no existiera. Pero la COVID-19 sigue aquí: 529.848 contagios en marzo, 10.200 hospitalizados y 2.622 muertos el mes pasado (85 muertos diarios) ¿Es esto normalidad? Gobierno y autonomías han decidido “pasar página”: han dejado de hacer pruebas masivas y ya no dan estadísticas detalladas de incidencia (sólo de los mayores de 60 años), “escondiendo la pandemia”. Y ahora debaten quitar la mascarilla en interiores para Semana Santa. Pero ojo: todavía tenemos un nivel “alto de contagios (466 por 100.000 habitantes) y deberíamos bajarlo de 50. Y hay 3,25 millones de españoles sin inmunizar (más otros 2,35 millones niños), que pueden contagiarse más fácilmente si bajamos la guardia: ya subió la incidencia en Canarias por los Carnavales y en Valencia por las Fallas. Y no se han reforzado los Centros de salud, donde han despedido a la mitad de los sanitarios contratados por la pandemia. Deberíamos ser más prudentes, porque el virus sigue ahí y no vale esconderlo. Pero no aprendemos.

Enrique Ortega

La pandemia ha cumplido 2 años y 3 meses y sigue contagiando y matando en todo el mundo. Los contagios bajan desde finales de enero, pero todavía hay casi 10 millones a la semana, el doble que la media de 2021. Y hay un rebrote en China que ha obligado a confinar a los 26 millones de habitantes de Shanghái. Ya se alcanzan los 491 millones de contagiados (el 6,25% de la población mundial), concentrados sobre todo en Europa (201,8 millones) y América (150,6), con menos contagios en el Sudeste asiático (57,2 millones), Pacífico (46,1), Mediterráneo oriental (21,6) y África (8,6 millones de contagiados), según la OMS. Lo que sí ha bajado en esta ola de ómicron son los muertos: 28.326 a la semana, la cuarta parte que a principios de año y muy por debajo de la mortalidad de 2021. Pero la COVID-19 ya suma 6.152.898 muertes en el mundo, sobre todo en América (2,7 millones) y Europa (1,94 millones), seguidas de lejos por Asia (778.986), Mediterráneo Oriental (340.628), Pacífico (211.262) y África (171.086 muertos por COVID-19).

En Europa, han bajado los contagios que había en diciembre y enero, pero todavía son muy altos, con una incidencia media de 1.762 contagios por 100.000 habitantes. Hay paises con una incidencia altísima, como Austria (6.924) o Chipre (4.762) pero también es muy elevada en los Paises Bajos (4.104 casos), Alemania (3.718), Dinamarca (2.124), Francia (1.808), Reino Unido (1.704) o Italia (1.537). España está mejor que la mayoría (466,5 contagios por 100.000 habitantes), junto con Portugal (442), según el último dato de Sanidad (25 marzo).

En España, la incidencia por COVID-19 bajó en febrero y principios de marzo, hasta un mínimo de 429 contagios por 100.000 habitantes el 10 de marzo. Y a partir de ahí, los contagios han subido día a día, lentamente, hasta el último dato publicado: 466,5 contagios el 29 de marzo, con subidas puntuales ligadas a los Carnavales (Canarias y Andalucía) y las Fallas (Comunidad Valenciana). Un nivel de contagios (466,5) que supone un riesgo “alto” en los viejos “semáforos” de Sanidad, que siempre ha buscado bajar la incidencia por debajo de 50. En cualquier caso, esta estadística es poco significativa, porque desde el pico de la 6ª ola (finales de diciembre y enero), las autonomías hacen muchas menos pruebas: a finales de marzo se hacían 608.000 pruebas semanales (PCR y test), frente a las 2.488.000 hechas el 3 de enero. Y  además hay muchas regiones que no contabilizan los positivos hechos por los particulares (con test comprados en farmacias).

Hasta finales de marzo, se han contagiado por COVID-19 en España 11.551.574 personas, prácticamente 1 de cada 4 habitantes. De ellos, 529.848 se han contagiado en marzo, la mitad que en febrero (1.039.000 nuevos contagios) y la sexta parte que en enero (3,5 millones de contagios), el peor mes desde 2020. Aunque no refleje todos los contagios, la última estadística detallada de Sanidad (29 de marzo) indicaba que los mayores contagios se dan entre los adolescentes (501 contagios entre 12 y 19 años) y sus padres (550 entre 30 y 39 años y 533 entre 40 y 49 años), aunque llama la atención la alta incidencia entre sus abuelos (515 contagios entre los mayores de 80 años). Y sigue la enorme diferencia entre autonomías: Galicia (975 contagios por 100.000 habitantes), Canarias (905), Extremadura (821), Navarra (662), Asturias (656) y la Rioja (640) son las que están peor y tienen menos contagios Melilla (241), Castilla la Mancha (275) y Madrid (249), aunque también depende de que hagan más o menos pruebas (Madrid hace 1.302 pruebas semanales por 100.000 habitantes y Cataluña 1.949, por ejemplo).

Sanidad y muchos expertos creen que la pandemia ha entrada en una fase menos preocupante porque han bajado drásticamente los enfermos COVID en hospitales y UCIs. Y es así. El último dato (viernes 1 abril) indica que hay 4.150 enfermos COVID hospitalizados (ocupan el 3,3% de las camas disponibles), la mitad que un mes antes (7.428 el 25 de febrero) y la cuarta parte que dos meses antes (18.675 hospitalizados, ocupando el 15% de las camas), aunque la ocupación es mayor en Canarias (7,02%), Galicia (4,95%) y País Vasco (4,07%). También han caído drásticamente los enfermos COVID en las UCIs: son ahora 420 (ocupan el 4,6% de las camas en cuidados intensivos), la mitad que un mes antes (1.053 el 25 de febrero) y la cuarta parte que en lo peor de la 6ª ola (2.202 enfermos en UCI el 21 de enero, ocupando el 23,25% de las camas disponibles).

También ha caído la mortalidad respecto a enero y febrero, aunque sigue siendo alta: en la última semana de marzo  murieron 149 enfermos de COVID, frente a 568 la semana anterior, 722 la anterior y 1.003 la primera semana de marzo. En conjunto, el mes de marzo se saldó con 2.622 muertos por COVID-19 (85 muertos diarios), una cifra todavía elevadísima aunque no se hable de ella en los medios. Y ya hemos alcanzado la cifra de 102.218 muertos por COVID. Se estima que la mitad de los  muertos actuales por COVID-19 son personas sin vacunar y mayores a los que falta la necesaria dosis de refuerzo (falta ponerla a 1.194.214 mayores de 60 años), aunque también mayores vacunados con patologías previas o inmunodeprimidos. Y sigue habiendo muertes por COVID en las residencias de ancianos: 103 en la primera mitad de marzo, según el IMSERSO.

Ahora, con este balance (menos contagios, menos hospitalizados, menos enfermos en UCI y menos muertes), el Gobierno central y las autonomías han acordado que es el momento de “pasar página”, de entrar en una 2ª fase de la pandemia, desde el 28 de marzo.  Se han aprobado 2 cambios muy importantes. El primero, que ya no se publican las estadísticas detalladas (contagios, hospitalizaciones, UCIs, muertes) que se difundían de lunes a viernes, desde marzo de 2020: Sanidad publicó la última estadística completa el 29 de marzo. Ahora, sólo publican dos veces por semana (martes y viernes) las cifras globales de contagios, hospitalizados, enfermos en UCI y muertes, pero no publican la incidencia global ni su detalle  por edades y autonomías. Solo informan con detalle de la incidencia en mayores de 60 años (estaba en 466,51 el 1 de abril). El segundo cambio es que ya no se hacen pruebas masivas a los que tengan síntomas de COVID-19, sólo a los colectivos más vulnerables (mayores de 60 años, embarazadas, inmunodeprimidos), en las residencias de ancianos y a los que ingresen en un hospital (por cualquier causa). Por eso, se ha pasado de 608.972 pruebas semanales en marzo a sólo 194.820 en la última semana (ojo: un 16% dieron positivo).

En esta fase “transitoria”, durante un año, Sanidad y las autonomías harán un seguimiento selectivo de casos, detectando en los Centros de Salud, hospitales y residencias si hay un repunte de contagios, sobre todo por un aumento de las hospitalizaciones. Vigilarán será que no suban los enfermos COVID en hospitales (que no superen el 5%) y en UCIs (menos del 10%), dos topes que si se superan nos harían volver a la fase anterior. Y mientras, se da un plazo a las autonomías para que preparen un modelo de “vigilancia centinela, como el de la gripe, que deben tener listo para abril de 2023: se creará una red de médicos (de familia y en hospitales) que harán un seguimiento de pacientes representativos y serán los únicos que reportarán entonces los futuros casos de COVID-19.

Los que tengan ahora síntomas leves de COVID-19 serán los responsables de auto diagnosticarse (con test de farmacia o PCRs privadas), cuidarse y no contagiar, porque la sanidad pública ya no les hará un test ni les dará la baja. Y por supuesto, no tendrán obligación de hacer cuarentena, una exigencia que se quitó en diciembre para los vacunados y en marzo para todos los contagiados leves y sus contactos estrechos.

Este doble cambio sobre la pandemia nos dejará  “casi ciegos” sobre su incidencia y además multiplicará el riesgo de contagio a los no inmunizados, que todavía son muchos. Según el último balance de vacunación, del 30 de marzo (se publica ahora dos veces por semana ), hay 3.252.771 españoles sin inmunizar, que no tienen las 2 dosis de la vacuna: 46.153 entre 70 y 79 años y otros 195.640 de 60 a 69 años (en total, 241.793 mayores sin inmunizar), 1.121.831 más entre 40 y 59 años, además de otras 1.889.141 personas sin inmunizar entre los 12 y los 40 años, según Sanidad. Y a estos 3,25 millones de españoles vulnerables hay que sumar otros 2.357.978 niños (de 5 a 12 años) que todavía no tienen la pauta completa. En total, 5,61 millones de personas más vulnerables al COVID-19, el 12,2% de toda la población española. Son muchas personas a través de las que puede seguir viviendo y mutando el virus, sobre todo si se quitan todas las restricciones.

La última restricción frente al COVID 19, la mascarilla en interiores, tiene los días contados. Ya se ha suprimido en toda Europa, salvo en España y Portugal, aunque ha vuelto en Austria, a los 10 días de suprimirla, por un gran repunte en los contagios. VOX presentó la semana pasada en el Congreso una propuesta para quitarla, que se rechazó (con la abstención del PP), aprobándose otra de Ciudadanos y el PSOE para hacerlo “cuando lo acuerden los expertos”. La decisión se debate este miércoles, entre las autonomías y Sanidad, que prefiere “esperar un poco”, aunque está muy presionada por algunas autonomías (como Madrid y Cataluña), que quieren suprimir la mascarilla en interiores para Semana Santa (“Salvemos la Semana Santa”: ¿les suena?). Los epidemiólogos están divididos: unos apoyan quitarla (salvo en el transporte público, hospitales y residencias de ancianos) y otros defienden esperar a después de Semana Santa, hasta que la incidencia baje de los 50 casos por 100.000 habitantes.

Así que el virus sigue aquí, contagiando y matando, mientras arrecian las presiones para que “lo olvidemos, quitando todas las restricciones y escondiendo muchos datos,  que ahora sólo conocerán Sanidad y las autonomías, no todos los ciudadanos (salvo que haya un repunte grave o una nueva variante y nos lo digan de repente). Pero la OMS alerta:aún estamos lejos del final de la pandemia”, señaló un portavoz en marzo. Y eso porque el nivel de contagios es todavía muy alto en Europa, hay rebrotes en China y falta avanzar mucho en la vacunación en medio mundo: sólo un 57,5% de la población mundial está vacunada, según la OMS, y hay muchos paises en África, Asia y Latinoamérica que han vacunado sólo a un tercio de su población o incluso menos (0,58% en Congo o el 4,64% en Nigeria”). Así que en  cualquier momento puede llegarnos una nueva variante que desate la 7ª ola. Y ahora tardaríamos más en detectarla y reaccionar.

Lo único positivo de esta nueva fase en la lucha contra la pandemia es que los Centros de Salud se van a “descongestionar”, porque ya no tendrán que centrarse en atender a los enfermos COVID no vulnerables y han dejado de hacer pruebas diagnósticas y firmar bajas. Aún así, la vuelta a la “normalidad” tardará, porque siguen faltos de medios. La prueba es que las consultas siguen con semanas de retraso. Un ejemplo, el mío: el viernes pedí online una cita presencial a mi médica de cabecera, en Madrid, y me la daba para este jueves (6 días).

El problema de la sanidad, tras lo más duro del COVID, es que sigue con falta de profesionales y medios, lo que impide reducir  las listas de espera, con el médico de cabecera, el especialista y para operarse, además del retraso en los filtrados de cáncer y tratamientos preventivos. Y encima, muchas autonomías han recortado las plantillas que contrataron por el COVID (unas, el 1 de enero y otras, el 1 de abril): los sindicatos estiman que no se han renovado la mitad de los 94.000 contratos COVID (médicos, enfermeras y auxiliares) hechos entre marzo y abril de 2020. Sólo en Madrid han sido despedidos 6.000 sanitarios (de ellos, 400 médicos) de los 11.000 contratados por el COVID.

Ahora, además de “vigilar” la pandemia, los Centros de Salud tendrán que recomponerse y eso exige más dinero y más personal. Hay un Plan de refuerzo de la atención primaria, acordado entre Sanidad y las autonomías, considerado “insuficiente” por los profesionales. Falta ver cuánto dinero aporta cada autonomía (lo decidían antes del 31 de marzo) después de que Sanidad haya dedicado 177 millones en el Presupuesto de este año. Todas han recibido más financiación del Estado este año, pero también la recibieron para luchar contra la COVID y muchas autonomías “desviaron” los fondos a otros gastos y no reforzaron su sanidad. Hay que dejarse de palabras y pasar a los hechos: contratar 8.000 médicos, 15.000 enfermeras y 10.000 administrativos en los próximos años, sólo para la Atención Primaria, según pide este Manifiesto firmado por 115 organizaciones profesionales.

Lo preocupante ahora es que las autonomías no refuercen su sistema sanitario, sobre todo la atención primaria, que ya contaba con medios insuficientes antes y que sigue medio colapsada, con 1.000 médicos menos que en 2018, según los datos de Sanidad. Porque si no se aprueba un Plan de choque para reforzarla, la atención primaria volverá a colapsar pronto: en 5 años se jubilarán 1 de cada 3 médicos de familia y 1 de cada 4 pediatras. Y esto choca con la falta de recursos y planificación de las autoridades sanitarias y con el desinterés de los médicos jóvenes (a los que no se incentiva)  por ir a los centros de Salud, sobre todo fuera de las grandes ciudades.

En resumen, que la pandemia sigue aquí, contagiando y matando, aunque ahora nos escondan muchas cifras y supriman las restricciones,  pronto hasta la mascarilla en interiores. Así que nos toca cuidarnos a nosotros, empezando por esta Semana Santa, si no queremos volver en unas semanas a afrontar una 7ª ola. Y, en paralelo, hay que exigir a las autonomías que refuercen la sanidad, con dinero y profesionales. Tenemos muchos problemas y necesidades, pero la salud es lo primero. A cuidarse.

lunes, 25 de octubre de 2021

La pandemia, casi bajo control

Tras 20 meses interminables, la pandemia parece bajo control, aunque con incertidumbres ante un invierno donde se unirá la gripe y nuevas variantes (Delta Plus). De momento, España lleva desde el 6 de octubre con una incidencia “baja”, inferior a los 50 contagios por 100.000 habitantes, el mejor dato en toda Europa. Y han bajado drásticamente las hospitalizaciones, enfermos en UCIs y muertes (30 el viernes). Pero no cantemos victoria, porque los contagios repuntan ligeramente en los últimos 10 días, por la mayor movilidad en el puente del Pilar. Y se ha atenuado el ritmo de vacunaciones, complicándose inmunizar a todos los mayores de 40 años (falta poner la 2ª dosis a 1.626.000 personas) y a los más jóvenes (falta inmunizar a  otras 3.184.000 personas de 12 a 40 años). Hay que seguir con mascarilla en interiores y distancia (incluyendo colegios), al menos hasta primavera. No podemos dar marcha atrás, con la recuperación en marcha. Y urge reforzar la atención primaria, destrozada  por la pandemia.

Enrique Ortega

La pandemia en el mundo lleva dos meses mejorando, con una fuerte bajada en los contagios diarios (de 4,6 millones a finales de agosto a 2,9 millones ahora), salvo en Rusia y la Europa del Este. Hoy son ya 243,66 millones de personas contagiadas por COVID 19 en 193 paises, el 3,2% de la población mundial, según la Universidad John Hopkins. El continente más afectado sigue siendo América, con 92,64 millones de contagiados, seguido de cerca por Europa (74,46)) y, a distancia, el sudeste de Asia (43,72), el Mediterráneo oriental (16,20), el Pacífico (9,19) y África (6,12 millones), según la OMS. Por paises, lideran los contagios EEUU (45,44 millones), India (34,18) y Brasil (21,72), seguidos a distancia por Reino Unido (8,81 millones), Rusia (8,11), Turquía (7,85), Francia (7,22), Irán (5,86), Argentina (5,28), Colombia (4,99), Italia (4,74), España (4.997.732 contagiados) y Alemania (4,47 millones).

Los muertos por la pandemia en el mundo también llevan ocho semanas bajando, de 69.500 semanales a finales de agosto a unos 49.000 ahora. Hoy se alcanzan los 4.948.516 muertos por COVID 19 (3 millones de ellos fallecidos este año 2021, el 60% del total), según la Universidad John Hopkins. Casi la mitad de los muertos se han producido en América (2.272.988 fallecidos) y otra cuarta parte larga en Europa (1.394.726 fallecidos), seguidas del sudeste de Asia (686.348 muertos), el Mediterráneo oriental (298.038), África (149.696) y el Pacífico (125.914 muertos), según la OMS. Los paises con más muertos por la pandemia son EEUU (735.941), Brasil (605.644) e India (454.712 fallecidos), seguidos a distancia por México (286,346 muertos), Rusia (226.464), Reino Unido (139.950), Italia (131.826), Colombia (127.067), Irán (125.223), Francia (118.405), Argentina (115.826), Alemania (95.121) y España (87.132 muertos, 36.300 de ellos este año 2021).

En Europa, los contagios por COVID 19 han aumentado en octubre, alcanzando ahora una media de 190 contagios por 100.000 habitantes, según el Centro Europeo de Prevención de Enfermedades (ECDC), que vaticina una subida de la incidencia en las próximas dos semanas, sobre todo en la Europa del Este y Alemania, con bajadas en España, que es hoy el país europeo con menor incidencia: 44,49 contagios por 100.000 habitantes (últimos 14 días) el viernes 22 de octubre, frente a 62 contagios en Italia, 83 en Portugal, 96 en Francia, 172 en Alemania y 894 contagios en Reino Unido, donde la epidemia está descontrolada (tenían 650 contagios hace un mes). Y preocupan los repuntes en la Europa del Este, especialmente en Lituania (1.163 contagios/100.000 habitantes), Estonia (1.086), Rumanía (942), Eslovenia (624), Bulgaria (498) y Hungría (484).

España ha ido reduciendo drásticamente el nivel de contagios de esta 5ª ola, desde el “techo” alcanzado el 27 de julio (701,92 contagios por 100.000 habitantes) a sólo 69 contagios dos meses después (24 de septiembre) y un “suelo” de 40,52 contagios el pasado 14 de octubre. Y a partir de ahí, han vuelto a aumentar los contagios día a día, muy suavemente, probablemente por la mayor movilidad durante el puente del Pilar, alcanzando los 44,49 contagios por 100.000 habitantes el viernes 22 de octubre, según Sanidad. Una incidencia que coloca a España en riesgo “bajo”, aunque hay 6 autonomías en riesgo “medio” (contagios de 50 a 150): País Vasco (69,26), Navarra (61,25), Baleares (59,73), Cataluña (59,46) y Murcia (55,12). Pero también hay otras 3 regiones en situación de “normalidad” (menos de 25 contagios/100.000 habitantes): Galicia (14,14), Ceuta (21,38) y Asturias (24,93).

Los nuevos contagios se producen casi todos (del 85 al 100% de los positivos) por la variante Delta (India), más contagiosa y proclive a la hospitalización. Y siguen contagiándose más que la media los niños (55,51 contagios/100.000 habitantes en menores de 11 años), los jóvenes (48,39 contagios entre 30 y 39 años) y “cuarentones” (49,76 contagios entre 40 y 49 años), según Sanidad. Han vuelto los contagios a los mayores de 80 años (40,13 contagios) aunque son menos graves porque están todos vacunados. Ahora  se están haciendo menos pruebas (PCR y test antígenos), unas 530.000 diarias frente a 717.000 a principios de septiembre, pero han bajado mucho los positivos: son el 2,23% de media (sólo País Vasco, Aragón, Comunidad Valenciana y Murcia superan el 3% de positivos), todos por debajo del 4% que la OMS utiliza como umbral para considerar una pandemia “bajo control”. Eso sí,  la velocidad de transmisión (Rt) del virus ha subido al 0,95 (cada positivo contagia casi a otro), cuando hace un mes era 0,64. Y preocupa que en 6 autonomías supere el 1 (Asturias, País Vasco, Castilla y León, Navarra, Murcia y Comunidad Valenciana).

Esta bajada drástica de positivos y contagiados se traduce en una caída importante de las hospitalizaciones por COVID: de alcanzar un máximo de 10.578 hospitalizados (el 8,90% de las camas disponibles) el 2 de agosto se pasó a 6.245 el 3 de septiembre y a 1.730 este viernes 22. Un 1,41% de ocupación hospitalaria, un “riesgo bajo”, sólo algo mayor en el País Vasco (3,07%), Madrid (2,22%) y Baleares (2,06%), con las otras 16 regiones en situación de “normalidad hospitalaria” (menos 2% camas COVID), según Sanidad. En paralelo, también han caído drásticamente los enfermos COVID en UCIs: de un máximo de 2.031 camas ocupadas el 9 de agosto (el 21,98  % de las UCIS) se pasó a 1.460 el 3 de septiembre y a 435 camas COVID en UCIs el viernes. Un 4,78% de ocupación UCI, que significa “normalidad”, aunque se supera en Cataluña (7,80%), Madrid (7,71%), La Rioja  (7,55%), Comunidad Valenciana (6,99%), y León (6,45%), Aragón (6,36%), Baleares (6,06%) y País Vasco (6,03%), todas en riesgo “bajo” (5-10% de ocupación UCIs).

Estas menores hospitalizaciones y estancias en UCIs se traducen en menos muertes por COVID 19: han pasado de 1.530 muertes la cuarta semana de agosto a  446 muertes la tercera semana de septiembre, 315 la primera semana de octubre y 158 muertes la última semana (viernes 15 al viernes 22 de octubre), con “sólo” 30 muertos el viernes (frente a 44 hace un mes). Las autonomías con más muertos la última semana son Andalucía (+11), Madrid (+9), Aragón (+7), Comunidad Valenciana (+6) y País Vasco (+5), sobre todo personas sin vacunar de más de 40 años y patologías previas. Mientras, en las residencias siguen bajando drásticamente los contagios (de 1.311 la 1ª semana de agosto a 190 semanales ahora) y las muertes (de 172 semanales en agosto a 14 la última semana).

Esta importante mejoría en la pandemia, desde los contagios y hospitalizaciones a las muertes, se debe básicamente a las vacunaciones, que sitúan a España a la cabeza de Europa y del mundo, aunque se han “ralentizado” después del verano, básicamente porque es más difícil “repescar” a los no vacunados y porque sigue habiendo una minoría que no quiere vacunarse. Con los últimos datos de Sanidad (21 de octubre) son ya 37.954.027 personas las que han recibido 1 dosis  (el 80% de la población total y el 90,1% de los que pueden vacunarse) y 37.199.581 personas las que tienen ya las 2 dosis (el 78,4% de toda la población y el 88,3% de los mayores de 12 años, los que pueden vacunarse).

Estas cifras reflejan que todavía hay muchas personas sin vacunar totalmente, lo que alimenta los nuevos contagios, hospitalizaciones y muertes. En total, son 4.811.569 personas mayores de 12 años. Lo prioritario debería ser inmunizar a los mayores de 60 años, donde todavía hay 171.645 personas pendientes de completar las 2 dosis (43.571 tienen entre 70 y 79 años y 128.034 entre 60 y 79 años). Y también completar la vacunación de otras 1.455.522 personas entre 40 y 60 años. El tercer frente es vacunar completamente a los más jóvenes, donde más se concentran los contagios: falta inmunizar a 3.184.699 personas entre 12 y 40 años, siendo la franja con más retraso las personas con 30 a 39 años (faltan 1.502.337), seguidas de lejos por los que tienen de 20 a 29 años (falta inmunizar a  970.422 jóvenes) y los de 12 a 19 años (faltan 711.940).

Habría que centrar los esfuerzos en vacunar antes de Navidad a la mayoría de esos 4,8 millones de personas “pendientes”, sobre todo a los mayores de 60 años, que son más vulnerables. Y acelerar la 3ª dosis de la vacuna de la COVID, junto a la vacuna de la gripe a los mayores de 70 años, lo que va a exigir un tremendo esfuerzo a los centros de salud, porque son 6.864.517 mayores a los que pinchar en los dos brazos. No parece que muchas autonomías estén preparadas para este enorme esfuerzo de intendencia. De hecho, en Madrid anunciaron que se iba a poner la doble vacuna  a los mayores de 70 años desde hoy 25 de octubre, pero los ambulatorios dicen que “no saben nada”.

Esto revela la grave situación de la atención primaria, de los ambulatorios y centros de Salud, “destrozados” tras 20 meses en primera línea de la pandemia. Faltan medios y personal y hay un exceso de cansancio y tensión, sobre todo en las grandes ciudades, con un enorme retraso en la atención a los pacientes no COVID. Baste un ejemplo. He intentado pedir cita con mi médico de cabecera, en un Centro de Salud de Madrid, y por Internet me han dicho que “no hay cita en las próximas 2 semanas”. Y no conseguí que me cogieran el teléfono. Al final, tuve que ir en persona y ser atendido por “una médico de urgencia” sobrepasada…

La situación de la atención primaria post COVID es tan preocupante que Sanidad y las autonomías han acordado aprobar antes de fin de año un Plan de acción para reforzarla, tomando como referencia el Marco estratégico para la atención primaria que se aprobó en abril de 2019 y que no se llegó a aplicar totalmente. Urge poner dinero sobre la mesa y abrir la contratación inmediata de médicos de familia y enfermeras (faltan 9.500 médicos de familia y pediatras para acercarnos a la media europea, además de 20.000 enfermeras), invirtiendo también en nuevos centros de atención primaria en las zonas más colapsadas de las grandes ciudades y en los pueblos de la España vaciada. Si no se hace, será imposible recuperar la atención sanitaria de antes del COVID, que ya era precaria en muchas zonas. Y los españoles lo afrontan contratando un seguro privado de salud: ya lo tienen 11 millones de personas (el 23%), casi medio millón más que antes de la pandemia.

Mientras, es importante no bajar la guardia frente al COVID, que sigue ahí. Eso exige mantener las medidas de prevención, en especial respetar la distancia de seguridad y mantener las mascarillas en interiores (paises que no las utilizan, como Reino Unido, estudian ahora imponerlas). La presidenta de Madrid ha querido de nuevo ser “la abanderada de la libertad”, anunciando que “va a quitar las mascarillas a los niños en los patios de los colegios”. Pero Sanidad le ha recordado que la Ley no lo permite si no se garantiza la distancia de seguridad, lo que la ha obligado a “recular” y admitir que se podrá quitar la mascarilla si se respeta la distancia de seguridad (difícil con los más niños), lo mismo que ya se hace en toda España. Y aunque hay presiones de muchas autonomías para quitar las mascarillas en interiores, los expertos dicen que no debía hacerse hasta la primavera.

Y es que temen ahora que el invierno y la gripe compliquen la pandemia. Y también que el COVID, al reducir su presencia, mute en nuevas variantes más peligrosas. De hecho, en Reino Unido se ha detectado una nueva variante, la Delta plus (denominada AY.4.2.) que supone ya un 6% de los contagios británicos y es 10 veces más virulenta en la transmisión, según los expertos. Y parece que ha llegado ya  44 paises, entre ellos a España (Cataluña dice que ha detectado 5 casos...), aunque no se hacen suficientes secuenciaciones de las pruebas PCR para saber su alcance real.

En resumen, que la pandemia parece bajo control (“casi”), pero todavía hay muchos riesgos, ligados a que todavía no se ha completado la vacunación (quedan 4,8 millones de españoles sin inmunizar), que hasta final de año no habrá una vacuna autorizada para los niños (5.330.968 menores de 12 años, que se pueden contagiar y contagiar a su familia) y que con el invierno y la gripe el COVID podría mutar y ser más virulento. Y hay otro riesgo del que no se habla: fuera de Europa (70% adultos vacunados), la vacunación en el mundo va muy retrasada: sólo un 8% en África, el 55% en Asia y Oceanía, el 60% en Norteamérica y el 65% en Latinoamérica, lo que podría afectarnos muy negativamente si se reducen los controles para viajar. Así que ojo: tenemos que seguir vigilantes y cuidándonos. Por la salud y la economía.

lunes, 24 de mayo de 2021

Pandemia: mejoran la salud y la economía

Los contagios por COVID-19 siguen bajando y también los enfermos en hospitales y UCIs. Y sobre todo las muertes: 19 el viernes, la cifra más baja desde agosto. Todo ello gracias al fuerte ritmo de vacunación: un 34,5% de españoles tienen 1 dosis y más de la mitad de los mayores de 60 años tienen las dos, mientras se vacunan los de 50 a 60 años. Gracias a esta mayor inmunización, no hay repuntes por la total movilidad entre regiones, aunque podrían notarse esta semana. Ahora, cuando la salud mejora, la economía muestra signos de recuperación, que podrían hacernos crecer un +1,6% el 2º trimestre. Y España será el país UE que más crezca en 2021 y 2022, según la Comisión Europea. La clave está en la recuperación del turismo este verano, con el certificado COVID para viajar. Y  vacunar hasta llegar al 70% con 1 dosis, a finales de agosto, vigilando que no repunten los contagios. Sin salud no hay recuperación económica.

Enrique Ortega a partir de una escena de la película Gilda

La pandemia lleva tres semanas bajando sus contagios en el mundo, ahora en torno a 478.000 diarios, casi la mitad que a mediados de abril. Hoy se contabilizan 167.178.756 contagiados en 192 paises, según las estadísticas de la Universidad Johns Hopkins. El epicentro de la pandemia sigue en América (65.979.469 contagiados), seguida de cerca por Europa (54.108.090) y, a más distancia, el sudeste Asiático (30.088.649), el Mediterráneo oriental (9.862.629), África (3.446.089) y el Pacífico (2.860.945 contagiados), según la OMS. Por paises, sigue el liderazgo de Estados Unidos (33.117.684 contagios), aunque crecen mucho menos al tener una dosis la mitad de su población, seguida de India (26.752.447 contagiados), que ha conseguido doblegar su curva (de 414.000 a 250.000 contagios diarios). El ranking  sigue con Brasil (16.083.258), Francia (5.980.325), Turquía (5.186.487), Rusia (4.944.129), Reino Unido (4.478,390). Italia (4.192.183), Alemania (3.657.662) y España (3.636.453), según la Universidad Johns Hopkins.

Los muertos por la pandemia también crecen menos en las últimas semanas (de 15.700 diarios a mediados de abril a 11.128 ahora). En total, son ya 3.463.891 muertos en el mundo por la COVID-19, según la Universidad Johns Hopkins. Casi la mitad se han dado en América (1.615.101 muertos), seguida de Europa (1.134.768) y más lejos el sudeste asiático (372.277) y el Mediterráneo oriental (197.947), según la OMS. Por paises, destacan EEUU (589.893 muertos), Brasil (449.068) e India (303.720 muertos), seguidos a distancia por Reino Unido (127.983), Italia (125.225), Rusia (116.497) y Francia (108.358), siendo menor la mortalidad en Alemania (87.429) y España (79.620 muertos, 28.783 de ellos este año). Nuestro país ocupa el lugar nº 18 en el ranking mundial de mortalidad por COVID, con 167 muertos por 100.000 habitantes, menos que Reino Unido, Italia, EEUU, México, Brasil y Bélgica.

En Europa, han descendido los contagios durante las dos últimas semanas en todos los paises, con una media de 224 contagios por 100.000 habitantes (en los últimos 14 días). Sólo tienen una baja incidencia Reino Unido (40 contagios por 100.000 habitantes), porque tiene vacunados ya al 60% de los adultos, Rumanía (60), Portugal (51), Irlanda (109) y Polonia (113).Y les sigue España, con 135,77 contagios por 100.000 habitantes el viernes 21 de mayo. Están peor  Alemania (172,5) e Italia (159,2) y sobre todo Francia (314 contagios por 100.000 habitantes, 34% menos que hace dos semanas), según los últimos datos de Sanidad. Y tienen un alto nivel de contagios Suecia (550), Paises Bajos (457), Bélgica (303), Suiza (204), Austria (144) y República Checa (143).

España lleva 27 días rebajando la cifra de nuevos contagios, desde que el 26 de abril se alcanzó el techo de esta 4ª ola (con 235,59 contagios). Las rebajas diarias han sido pequeñas pero continuadas y el viernes 21 de mayo bajamos a 135,77 contagios por 100.000 habitantes (últimos 14 días), todavía por encima del “suelo” con el que acabó la 3ª ola (127,80 contagios el 16 de marzo). La situación es muy desigual por autonomías, pero ya no hay ninguna en “riesgo extremo(+250 contagios/100.000 habitantes), según los datos de Sanidad. Hay 6 autonomías en situación de “riesgo alto” (150/250 contagios): País Vasco (225,44), Melilla (221,65), Madrid (221,51), Aragón (199,72), Navarra (159,56) y Andalucía (165,23 contagios por 100.000 habitantes).  Hay 10 autonomías con “riesgo medio” (50-150 contagios): Cataluña (145,67), La Rioja (145,04), Castilla y León (136,46), Castilla la Mancha (95,98), Cantabria (94,87), Canarias (83,96), Galicia (81,35), Extremadura (80,92), Asturias (71,26) y Murcia (68,42 contagios por 100.000 habitantes. Y sólo 3 regiones tienen un “riesgo bajo” (25 a 50 contagios): Baleares (42), Comunidad Valenciana (29,88) y Ceuta (10,69 contagios por 100.000 habitantes).

El porcentaje  de positivos baja sensiblemente (del 7,46% hace un mes a 4,99% el viernes 21), ligeramente por debajo del 5% que estipulan los expertos para tener controlada la transmisión. Y sólo tienen un “riesgo medio” de positivos del 7 al 10%) Aragón (8,69%), Andalucía (7,71%) y Castilla la Mancha (7,50%), rozándolo Madrid (6,64%), según Sanidad.  El problema que persiste es que no se rastrean bien los contagios, por falta de personal: sólo se detectan 3 contactos por caso (4 en Euskadi), cuando debían ser entre 6 y 7, según los expertos. Y además, se conoce poco el origen (su  trazabilidad): se desconoce el origen del 31,6% de los contagios (el 52,5% en Cataluña) frente a casi cero casos sin origen conocido en el País Vasco, el 10,7% en Asturias o el  14,6% en Canarias), según Sanidad.

Lo más positivo de las dos últimas semanas es que han bajado las hospitalizaciones y los enfermos COVID en las UCIs. Las hospitalizaciones han bajado de 8.605 (7 mayo) a 5.717 el viernes 21 de mayo, un 4,57% de camas ocupadas por enfermos COVID (riesgo “bajo”). Ya no hay ninguna autonomía con riesgoextremo” (+15%) ni alto” (10-15%) en los hospitales y sólo hay 6 regiones con un riesgo “medio (5-10% ocupación): País Vasco (9,51%), Madrid (9,49%), Castilla la Mancha (6,49),  La Rioja (6,36), Aragón (5,84) y Andalucía (5,09%), según Sanidad.  Otras 5 regiones tienen una situación hospitalaria “normal” (menos del 2% de camas ocupadas por COVID): Baleares, Murcia, Comunidad Valenciana, Extremadura y Galicia. Y las 8 autonomías restantes tienen riesgo “bajo (2-5%).

En las UCIs también han bajado las camas ocupadas, de 2.183 (7 mayo) a 1.655 (21 mayo), con un 16,87% de ocupación media, que es todavía un “riesgo alto(15-25%). Y todavía hay 4 regiones con un “riesgo extremo” en las UCIs (+25% camas ocupadas por enfermos COVID): Madrid (35,6%), La Rioja (28,3%), País Vasco (27,5%) y Aragón (25,65%). Y otras 4 autonomías más tienen un “riesgo alto” (15-25% ocupación UCIs): Cataluña (24,67%), Castilla la Mancha (22,55%), Castilla y León (21,77%) y Ceuta (17,65%). Sólo 2 autonomías tienen “normalidad” en las UCIs (menos 2% ocupación COVID): Comunidad Valenciana y Galicia. Otras 5 regiones tienen “riesgo bajo” (5-10% ocupación) y 4 más “riesgo medio” (10-15%).

Y llegamos a lo más importante, la bajada drástica en las muertes por COVID: de 1.201 muertes en la quincena anterior (23 abril-7 mayo) se ha pasado a 828 muertes en los últimos quince días (7-21 mayo), con un mínimo de 19 muertes el viernes 21 de mayo, la menor cifra de fallecidos en esta pandemia desde finales de agosto. La causa de esta menor mortalidad es que están vacunados todos los mayores de 80 años y la mayoría de los mayores de 60 años, que es donde se han cebado las muertes durante esta pandemia. En Murcia ya no ha habido ningún muerto por COVID-19 durante la última semana y sólo 1 muerto semanal en Cantabria, Ceuta, Extremadura, Melilla y La Rioja, según la última estadística de Sanidad.

Tras este balance de contagios, positivos, hospitalizados y camas UCI, los 4 indicadores que vigila Sanidad, el Ministerio resume así (ver mapas) la situación de la pandemia con datos al 20 de mayo: no hay ninguna autonomía en situación de “riesgo extremo”, en “alerta 4” (había 5 hace dos semanas) y en “alerta 3” están 3 regiones (Madrid, País Vasco y Aragón) y 6 provincias (Toledo, Burgos, Gerona, Lérida, Granada y Sevilla).  Al otro extremo, en “alerta 1” (la mejor situación), están 6 regiones (Comunidad Valenciana, Baleares, Galicia, Murcia, Extremadura y Ceuta), más 5 provincias (Cuenca, Albacete, Málaga, Cádiz y Tenerife). Y las 10 regiones restantes quedan en “alerta 2”.

Ahora, queda ver si a finales de esta semana repuntan los contagios, como consecuencia de la tremenda avalancha de desplazamientos por toda España que se produjo el fin de semana del 15 y 16 de mayo (y que ha continuado este fin de semana). Podría frenarse la caída del último mes o incluso subir los contagios, obligando a nuevas restricciones en las autonomías más afectadas. A pesar de este riesgo, la tendencia debería ser a una mejoría a medio plazo de contagios, hospitalizaciones, enfermos en UCIs y muertes, gracias al alto ritmo de vacunación alcanzado: ya tienen 1 dosis un 34,5% de españoles, 16,34 millones de personas (lo que supone un 75% de inmunización) y las 2 dosis un 16,7% (7,86 millones de españoles), según los datos al 20 de mayo. Y lo más importante: los mayores de 60 años (los más vulnerables) tienen casi todos 1 dosis (93,5%) y la mayoría (52,5%) las dos. Y ya se están vacunando los españoles entre 50 y 59 años, para completar su vacunación en junio, lo que permite confiar en que a finales de julio haya una mayoría de españoles vacunados al con 1 dosis (y una cuarta parte con 2), lo que augura un verano más seguro.

Si no hay repuntes en los contagios, por el salto en la movilidad, y la vacunación sigue a este ritmo, el turismo se va a recuperar este verano, primero de la mano de los españoles (que ya están multiplicando sus reservas) y también con el turismo extranjero, que empezará a venir sobre todo desde el 1 de junio, cuando entre en vigor el “Certificado digital COVID de la UE”, aprobado la semana pasada por el Parlamento europeo y la Comisión y que ahora deben ratificar los paises y Gobiernos. Se trata de un Certificado digital (para llevar en el móvil) o en papel, que darán las autoridades sanitarias de cada país a los ciudadanos que estén vacunados, los que demuestren su inmunidad por haber pasado la enfermedad (test serológico) o se hayan hecho una PCR en las últimas 72 horas (a un coste más bajo, porque los test estarán subvencionados por la UE). Este Certificado permitirá viajar por toda Europa y además, los paises europeos admitirán turistas de terceros paises que demuestren estar vacunadas (vacunas aceptadas por la OMS) o vengan con pruebas PCR.

Con estas facilidades, España espera recibir este año 45 millones de turistas extranjeros, según la ministra de turismo, más del doble que en 2020 (19 millones) y más de la mitad de los turistas recibidos antes de la pandemia (83,7 millones en 2019). De cumplirse estas previsiones, el turismo (la primera industria española) facturaría más de la mitad que en 2019 (81.000 millones frente a 154.000) y sería el motor de la recuperación económica española, sobre todo en el tercer trimestre.

Pero todo indica que esa recuperación económica se ha iniciado ya, a mediados de abril, empujada por la mejora de los datos sanitarios y el alto ritmo de vacunaciones. Hay una serie de indicadores que anticipan esa mejoría de la economía: mejoría del empleo en marzo y abril (con nueva reducción de los trabajadores en ERTE, hasta los 638.283), subida del indicador de confianza (PMI) de la industria y los servicios, aumento de los pagos por tarjeta (indicador de aumento del consumo), mejora de indicadores de la industria y la construcción (mejora IPI, mayor consumo de energía y cemento), aumento de la creación de empresas en marzo y abril y vuelta a los beneficios de las empresas del IBEX (+12.750 millones ganados en el primer trimestre frente a los -607 millones perdidos al inicio de 2020).

Por todos estos indicadores, más la mejoría que ya se nota en el turismo, el Gobierno espera que la economía vuelva a crecer en el 2º trimestre de 2021 (abril-junio), un +1,4%, tras caer un -0,5% en el primer trimestre, por la tormenta Filomena y la 3ª ola de contagios (en el 4º trimestre de 2020, la economía ni cayó ni creció, tras crecer +16,7% en tercer trimestre, al final del confinamiento). Y después, se espera un fuerte crecimiento en el tercer trimestre (gracias al turismo) y en el cuarto, con las Navidades. De hecho, la Comisión Europea acaba de difundir sus previsiones de crecimiento y España es el país de Europa que más va a crecer este año 2021 (+5,9%, frente al 4,2% la media UE-27 y +3% Alemania) y también en 2022 (+6,8%, frente al 4% la media UE-27 y el 4% que esperan para Alemania).

España fue el país que más cayó con la pandemia (-10,8% en 2020, frente al -6,1% la UE-27 y el -5% Alemania), pero será también el país con el mayor “rebote” en la recuperación. Y una reflexión muy importante: la salida de esta crisis va a ser más rápida y tendrá menos coste social que la salida de la crisis financiera y de deuda de 2008-2014. De la crisis de 2008, España no recuperó su crecimiento hasta 2018: tardamos 10 años. Y ahora se espera recuperar el crecimiento pre-pandemia a finales de 2022: 3 años perdidos. Y  veamos el coste. Tras la crisis de 2008, España nunca recuperó los 20.425.000 empleos que tenía (junio 2008), quedando, tras 6 años de recuperación, con casi medio millón de empleos menos (19.966.900 empleos a finales de 2019). Y ahora, en sólo 15 meses de la nueva recesión, estamos a sólo 285.600 empleos (19.681,300 empleos en marzo de 2021) de recuperar la ocupación de antes de la pandemia (esos 19.966.900 empleos de diciembre de 2019). Una recesión más dura (la pandemia que la crisis de 2008), pero de la que saldremos más rápido y con menos empleos perdidos, gracias a que esta vez no ha habido recortes y ajustes para salir de la crisis, sino ayudas públicas y ERTEs.

Tras tantos meses de pandemia y desesperanza, ahora parece que la salud se recupera y que podemos doblegar los contagios y las muertes, gracias a la vacunación. Y si la salud mejora, ya se ve claro que la economía empieza a mejorar. La recuperación no era cuestión de quitar restricciones o de abrir la mano, como muchos defendían, sino de vencer al virus: sin salud no hay economía. Y ahora, la salud sigue siendo la clave de la recuperación. Vigilemos los contagios y vacunemos a tope. Así saldremos de esta recesión. Y que Europa y el Gobierno no levanten las ayudas públicas hasta que la recuperación sea firme, no antes de 2022. Ojo a la euforia: todavía falta mucho para salir de este túnel.