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lunes, 25 de julio de 2022

Vacaciones 2022: todo lleno y carísimo

En unos días, media España saldrá de estampida para aprovechar las vacaciones de verano. Lo primero sería recordar que 1 de cada 3 españoles no puede tomar ni una semana de vacaciones, según el INE. Y el resto, van a desquitarse este año de dos veranos con pandemia, aunque viajarán menos días y gastando menos, por la inflación. Y se encontrarán con que la mayoría de destinos, sobre todo las islas y costas, están a rebosar, llenos de turistas extranjeros: se esperan casi 20 millones entre julio y agosto, sobre todo europeos. Y todos, nacionales y extranjeros, pagarán todo mucho más caro, desde los hoteles (han subido un +45%) y apartamentos hasta bares y restaurantes, ocio, coches de alquiler y los carburantes (62 y 71 céntimos más caros que el verano pasado). Eso sí, este “boom” turístico, que recuperará las cifras de 2019, salvará a la economía y al empleo este verano, aunque en otoño vendrá la resaca. Mientras, aproveche ahora y descanse si puede.

Enrique Ortega

El turismo lleva ya 12 meses continuados de recuperación, desde junio de 2021, tanto de visitantes extranjeros como de españoles que ahora viajan más. La Semana Santa fue récord y lo mismo mayo, con lo que estos 5 primeros meses de 2022 han llegado ya 22,74 millones de turistas extranjeros, 6 veces más que el año pasado (sobre todo, crecen los británicos, norteamericanos, irlandeses y nórdicos), aunque todavía son 6,6 millones menos que antes de la pandemia, en el año récord de 2019. Y además de venir ya muchos más turistas, se gastan más que antes: 26.726 millones de euros en estos primeros 5 meses, casi 7 veces más que el año pasado (177 euros diarios, frente a 163 euros en 2019), con una mayor estancia media, de 6,5 días (era de 6,3 días antes de la pandemia).

Ahora se espera que este repunte del turismo en Semana Santa, mayo y junio continúe este verano, que “será como los de antes”, según el Gobierno. Todos los datos lo vaticinan. Por un lado, las reservas turísticas para julio y agosto se han disparado y son incluso un 34% por encima de las que había en 2019 (y han duplicado con creces las de 2021). Las búsquedas de vuelos también se han duplicado y las compañías no dan abasto para cubrir la demanda. Y en la costa española, resulta difícil encontrar apartamentos y casas para alquilar (al doble de precio que el verano pasado). Y lo mismo pasa con la reserva de coches de alquiler, sobre todo en las islas. España ha puesto el cartel de “Completo” para este verano, sobre todo en Baleares, Canarias y la costa mediterránea y andaluza.

La previsión oficial es que este verano se alcance un 98% del turismo de antes de la pandemia, cuando llegaron a España 28,9 millones de turistas extranjeros (20 millones entre julio y agosto). La patronal turística Exceltur cree incluso que la facturación turística este verano será un 2% superior a la de 2019, sobre todo gracias al turismo extranjero (+3,4%), ya que se estancarán los ingresos por el turismo nacional (+0%). Y esperan que el verano sea especialmente rentable en Baleares (+3,6% de facturación sobre 2019) y Canarias (+3,5%), así como en el litoral mediterráneo (+2,5%) y la costa andaluza (+2,4%), siendo muy similar la facturación en la España verde y en el interior.

Hasta aquí las previsiones optimistas. Pero también hay puntos negros” que preocupan para este verano al sector turístico. El principal, los problemas en los vuelos que traen a los turistas extranjeros, afectados por un rosario de huelgas y una reducción de vuelos (se han cancelado 16.000 vuelos a España para agosto), por el atasco en la mayoría de aeropuertos europeos derivados de la falta de personal, la congestión de instalaciones y los escasos medios en los controles policiales y sanitarios. Además, siguen subiendo las tarifas aéreas, por la subida de los carburantes, desalentando los viajes. Y hay una subida récord en los paquetes turísticos y, sobre todo, en los hoteles españoles: los precios han subido un +45% anual (la mayoría, el 33,6%, de enero a junio), según el INE. Y también están caros los restaurantes, bares, el ocio y los coches de alquiler. Y encima, a los que utilicen el coche, el precio de los carburantes se ha disparado sobre lo que costaban el verano pasado: +62 céntimos la gasolina y 71 céntimos en gasóleo. Y sigue el riesgo de que repunte el COVID: estamos en una 7ª ola silenciosa, con 839 muertos la última quincena (60 diarios).

Pero ninguno de estos problemas parece desalentar a los turistas, ni a los extranjeros ni a los españoles, que quieren olvidarse de la pandemia y la inflación durante estas vacaciones, al precio que sea. Eso sí, los que pueden, porque 1 de cada 3 españoles (el 32,7%) no puede coger una semana de vacaciones, según indica el INE en su Encuesta de Condiciones de Vida  2021. Y son sobre todo las familias con menos ingresos, más afectadas ahora por la inflación, sobre todo de Andalucía (el 45,7% de la población no puede coger una semana de vacaciones), Murcia (44,4% no), Extremadura (41,6%) y Canarias (41,8%), mientras son muy pocos los que no veranean en el País Vasco (16,4%), Madrid (21,4%), La Rioja (22,4%) y Navarra (22,6%), según el INE.

De los 2 tercios restantes, la mayoría que sí veranea, este año aumentan un 20% los que viajan y se toman vacaciones, según el Observatorio TUR, cuya Encuesta revela que la mayoría de españoles optará por destinos de sol y playa, con estancias medias de una semana y un gasto medio de 610 euros por persona (menos que los 714 euros de 2019), aunque un 40% de las familias gastarán más de 1.000 euros por persona. En general, aumentan los viajes por carretera, las vacaciones de personas solas y unas estancias más cortas, buscando este año más los apartamentos y los hoteles de 3 y 4 estrellas. Los destinos favoritos de los españoles y extranjeros este verano son Baleares y Canarias (sobre todo los extranjeros) y los pueblos y ciudades de la costa mediterránea y andaluza.

Incluso la patronal turística Exceltur advierte que en estos destinos favoritos (islas y costas) se puede producir este verano una saturación, desde las carreteras de acceso a los pueblos y ciudades a los aeropuertos, pasando por los restaurantes, bares y locales de ocio, agravando los tradicionales enfrentamientos entre la población local y los turistas (caso de algunas zonas de Mallorca e Ibiza, la Costa Brava o la Costa del Sol). Y todo ello sin olvidar la falta de infraestructuras en zonas que multiplican por 10 su población en verano, desde agua y saneamientos a vigilancia o atención sanitaria (y más con los rebrotes de COVID).

Con todo, se espera un verano turístico récord, con la llegada de 28 millones de turistas extranjeros (9,5 millones en julio, 10,2 en agosto  y 8,3 millones en septiembre), más otros 25 millones de españoles desplazados por vacaciones. Un movimiento que reportará al sector turístico una facturación de 50.000 millones de euros sólo en julio y agosto, según Exceltur. Eso supone un tercio de todos los ingresos previstos por el sector para 2022 (151.798 millones de euros, el 98% del PIB turístico de 2019). Así que el turismo será clave para sostener la economía en el tercer trimestre, después de que haya crecido muy poco en el primer trimestre (+0,3%) y en el 2º (pendiente de saberlo). Y será clave también para el empleo, porque el 40% del empleo que se está creando es en el turismo y la hostelería, aunque todavía hay menos empleo turístico (2.428.281 trabajadores en el primer trimestre) que antes de la pandemia (2.488.488 empleados en marzo 2019), según el INE.

El temor del sector turístico está en lo que pase después del verano, cuando pueden caer los viajes de extranjeros y españoles por culpa de la inflación, la subida de tipos y el riesgo de recesión en Europa por el corte de gas ruso. Así que la incertidumbre está ahí, en el otoño e invierno, si vuelve a caer la demanda turística y complica el cierre de un año 2022 en que se espera recuperar casi todos los turistas e ingresos de 2019: 79 millones de turistas (frente a 83,7 en 2019) y 70.000 millones de ingresos (frente a los 92.278 millones de 2019).Y si el turismo no ayuda en el 4º trimestre, será más fácil entrar en recesión. No olvidemos que el 40% del crecimiento del PIB de este año (+4%) depende del turismo.

Así que nos jugamos mucho con que el turismo se recupere con fuerza, este verano y después, tanto por el crecimiento como por el empleo. Pero no basta con aprovechar la necesidad de viajar de españoles y extranjeros. Hay que aprovechar, de una vez por todas,  esta nueva recuperación del sector para reconvertir a fondo el turismo español de cara al futuro, para apuntalar la primera industria española. No se trata de crecer a base de batir récord de turistas cada año sino de conseguir un turismo de más calidad, menos masivo y que gaste más, que no destroce nuestras costas y sea más sostenible. Aprovechar los mayores ingresos de ahora y los Fondos europeos para reconvertir la oferta, sobre todo en el turismo de sol y playa, que es la base del “milagro turístico español”: nuevas instalaciones, nueva oferta de ocio, más digitalización de los paquetes y más calidad, apostando por la formación y el empleo de calidad (hoy es el peor pagado). Y buscando un turismo más globalizado (menos dependiente de Europa) y que venga durante todo el año, a toda España (no sólo a las costas e islas).

Pero cuando la gallina de los huevos de oro vuelve a funcionar, todo el mundo se olvida de reflexionar sobre los cambios y apostar por reforzar el negocio a medio plazo. Sólo se mira las reservas hechas y cómo ganar más, aunque sea a costa de unos precios peligrosos, que pueden desviar los turistas a los paises competidores el próximo verano. Y que desalientan al turista español, harto de que le “atraquen” cuando va de vacaciones. Urge un Plan de reconversión del turismo, pactado entre el Gobierno, autonomías y el sector, que contemple su futuro a 20 años vista, no para salir del paso de la coyuntura. Y que consiga un turismo sostenible, a precios razonables y con calidad. Mientras, que afronten este verano lo mejor posible, frente a la saturación, los precios y el calor. 

Que descansen y disfruten.

lunes, 1 de agosto de 2016

Verano 2016: todo lleno de turistas y más caro


Los que cogen vacaciones (sólo 6 de cada 10 españoles) se van a encontrar todo lleno, sobre todo islas y costas. Y eso porque este verano vendrán a España 2,5 millones más de turistas extranjeros, la mitad  “prestados” por Turquía, Egipto, Túnez, por su inseguridad. Pero España corre el riesgo de “morir de éxito”: se teme un colapso en los aeropuertos y hay zonas, como Barcelona o Mallorca, donde la invasión de extranjeros agobia. Además, el cartel de “completo” ha disparado los precios de todo para este verano. Por eso, los españoles gastarán más y lo compensarán cogiendo menos días de vacaciones. Al final, 2016 será el cuarto año consecutivo de récord de turistas, 74,7 millones, casi el doble que en 2010. Pero al sector le preocupa que los turistas gasten menos y piden una reconversión para modernizar la oferta y conseguir un turismo de calidad. Menos turistas que gasten más y vengan todo el año, no un turismo masivo “low cost”. No matemos la gallina de los huevos de oro.
 
enrique ortega

La mitad del negocio turístico, la primera industria española, lo sostienen los turistas extranjeros. Y este verano se espera un aluvión de llegadas, que vengan 2,5 millones más que el pasado, 27,5 millones entre julio y septiembre. La mitad de estos nuevos turistas son “prestados”, según la patronal turística Exceltur: familias europeas que antes viajaban en verano a Turquía, Egipto, Túnez o Grecia y que este año vienen a España huyendo de posibles ataques terroristas y de los refugiados. También ayuda este año la bajada de los billetes de avión, que reflejan por fin la caída del petróleo, aunque juega en contra la subida del euro frente al dólar (un +2,7% sobre el verano pasado) y la libra (ha caído un 13,3% este año y un 18,5% sobre julio de 2015). Casi la mitad de los turistas extranjeros que vengan serán británicos (23%) y franceses (16%) y se espera un aumento de alemanes y nórdicos y que se recupere el turismo ruso (que antes iba a Turquía). Este turismo extranjero se va a concentrar este verano en Baleares, Canarias, Andalucía, Cataluña, el litoral valenciano y murciano y en el País Vasco, según las previsiones de Coyuntur.

La otra mitad del negocio turístico lo mantienen los españoles, que van a viajar más este verano, tras varios años de pocas vacaciones. Eso sí, sólo 6 de cada 10 españoles cogen vacaciones, porque el 40% de las familias (8,3 millones de hogares) no pueden costearse ni una semana (y en Canarias, Andalucía y Murcia, más de la mitad de las familias no toman vacaciones), según la Encuesta de Condiciones de Vida del INE. Ya en Semana Santa y en primavera se ha notado un mayor gasto turístico y se espera una mayor afluencia de españoles en Baleares, Canarias, Andalucía, Levante y hasta en el norte de España. También habrá más españoles que viajen fuera, sobre todo por Europa, ante el abaratamiento de los vuelos, pero el 70% de los españoles se quedará de vacaciones en España.

Y además de sufrir la invasión de turistas extranjeros, notarán que han subido mucho los precios, como ya empezó a pesar el verano pasado, tras años de estancamiento e incluso caídas de precios. Ya lo notaron al reservar el hotel (cuyas tarifas han subido entre un 5 y un 10%, superando ya las de 2008) o el apartamento, que ha subido un 11% este verano (según Tecnitasa), con un precio medio de 664 euros por semana (que se duplica en las islas). También han subido los alquileres de coches, el ocio, los bares y restaurantes. Por todo ello, la mayoría de las familias españolas han optado por controlar sus gastos (buscando destinos más baratos) y a la vez recortar sus vacaciones, con una media de 7 a 10 días.

Entre el aluvión de extranjeros y la recuperación del turismo nacional, este será otro verano récord de turistas y otro año récord. El sector apuesta por cerrar 2016 con 74,7 millones de turistas, 6,5 millones más que en 2015, según la patronal Exceltur. Y eso supondría que el PIB turístico crecería este año un 4,4%, casi el doble que el conjunto de la economía (+2,7%). Pero el sector no se engaña: un 30% de este crecimiento (1,4% del PIB turístico total) se debe a los turistas “prestados” por Turquía, Egipto, Túnez y Grecia, que aportarán más de la mitad de los nuevos turistas que vengan a España este año (3,7 millones de los 6,5 millones más) y de lo que se gasten más (1.500 millones de euros de los 2.700 millones extras previstos). Y lo advierten porque, en cualquier momento, estos turistas “prestados” pueden perderse, si se reduce la amenaza terrorista en algunos paises competidores.

La otra preocupación del sector turístico español es que cada año vienen más turistas pero gastan menos: el gasto medio por turista ha caído a 692 euros en junio de 2016, frente a un gasto de 804,7 euros en 2011 y 1.108 euros en el año 2000, según datos de Exceltur a partir de las estadísticas del Banco de España. Y el gasto diario está sólo en 88,37 euros. Ello se debe a dos factores. Uno, el fundamental, que los turistas vienen por menos días (la estancia media ha bajado a 6,9 días) y el otro, que gastan menos. Y este menor gasto se debe al crecimiento del turismo “low cost”: los turistas que vienen en vuelos de bajo coste gastan menos que los que llegan en vuelos normales, también los que vienen sin paquete turístico y los que vienen a apartamentos no reglados en vez de a hoteles y alojamientos oficiales.

Precisamente, una de las mayores preocupaciones del sector turístico es el “boom” de los apartamentos particulares alquilados por extranjeros (y españoles) a través de plataformas de Internet (Airbnb, HouseTrip, Only-apartments, Homeaway, Niumba…). De hecho, en España ya hay 2,7 millones de apartamentos de este tipo frente a 2,4 millones de plazas en alojamientos regulados. Y la patronal turística se queja de competencia desleal y de falta de regulación y garantías para los turistas, añadiendo que evaden a Hacienda el pago de 800 millones anuales. Y piden una regulación homogénea en todas las autonomías, que les obligue a dotaciones, garantías y pago de impuestos como los demás. Pero, mientras, están llenos (sobre todo en Barcelona) y son el destino de un turismo que apenas gasta en España.

El Gobierno Rajoy lleva varios años presumiendo de los récords de turistas extranjeros, que han pasado de los 46 millones que llegaron el año 2.000 a los 74,7 millones que se esperan en 2016, que será el 4º año consecutivo de récord de turistas. Pero el sector no es tan triunfalista. Por un lado, advierten de que España puede “morir de éxito”. Primero, porque las infraestructuras no den abasto ante la avalancha. De hecho, los controladores aéreos ya han alertado que faltan medios para atender a tantos vuelos como los programados este verano. Y además, el aluvión de turistas ya está provocando el hartazgo de los vecinos en algunas zonas de España, como el centro de Barcelona o algunas partes de Mallorca (Magaluf). Si no se controlan las llegadas, se puede producir un “empacho turístico” muy negativo.

Pero el éxito del turismo español encubre más problemas. Quizás el más preocupante, que la primera industria del país no es capaz de crear empleo suficiente, estable y bien pagado en el segundo país con más paro de Europa. A pesar de los récords, el empleo turístico sólo ha crecido en 88.124 personas en 2016 (enero-junio), aunque supone 1 de cada 5 nuevos empleos que se crean. Y se trata de un empleo casi todo temporal (95%) y por horas (el 35%), con mucho fraude (contratos de camareros por 4 horas que trabajan 12 y cobran 8) y sueldos muy bajos: un trabajador de hostelería gana de media 13.636 euros brutos al año, según el INE (2014), un 41,4% menos que el sueldo medio en España (22.858 euros brutos). Y mucho del empleo tiene baja formación, lo que perjudica la calidad de la oferta turística.

Otro serio problema del turismo español, a pesar de tanto récord, es su gran estacionalidad: en verano llegan el 80% de los turistas extranjeros, cuando el turismo estival supone el 70% de las llegadas en todo el mundo. Y además, está muy concentrado en 6 autonomías: Cataluña, Baleares, Canarias y Andalucía captan el 73% del turismo extranjero y si les añadimos la Comunidad Valenciana y Madrid, acaparan el 90,45%, quedando menos del 10% para las 11 autonomías restantes. Y muchas de esas “regiones turísticas estrella” tienen ya una oferta turística deteriorada, con hoteles e infraestructuras viejos, que habría que remodelar y modernizar, para lo que el sector pide un “Plan Renove”, una reconversión, con ayudas públicas y fondos europeos (del Plan Juncker, que está bastante parado). Y en paralelo, una política turística volcada en captar nuevos mercados, como Asia y América, ya que el 89,6% de los turistas que vienen a España proceden de Europa.

Y luego, hay que recomponer la oferta, para que España no sea sólo un destino de turismo de sol y playa (que siempre será) sino que también atraiga un turismo de negocios (que gasta el doble), cultural, deportivo, gastronómico, de compras o sanitario, para atraer visitantes de más calidad y mayor gasto todo el año. Eso requiere a las empresas españolas reordenar y modernizar su oferta y digitalizar la industria turística, utilizando Internet como palanca comercial y de marketing, tratando de captar un mayor trozo del pastel turístico español, cuya mayor tajada se la quedan los tour operadores extranjeros (alemanes y británicos), que controlan las llegadas y la mayoría del gasto de los extranjeros que vienen a España.

Un año más, hay que alegrarse de que el turismo vaya bien y bata récords: da trabajo directa o indirectamente a casi 3 millones de españoles. Pero hay que pensar seriamente si no se ha llegado demasiado lejos con tanto récord, si esta industria no debe repensar su futuro, junto al Gobierno y las autonomías, para no “morir de éxito”, para no convertirse en un país atiborrado de turistas, que acaben agobiados por tanta gente y unos precios disparados. Y que matemos “la gallina de los huevos de oro”. El sector pide un Plan de futuro, a 20 años vista, que planifique qué turismo queremos y cómo conseguirlo. Debería ser otra de las prioridades del futuro Gobierno. No hay que dormirse en los récords.

lunes, 27 de julio de 2015

Vacaciones: España a tope (de turismo barato)


La mitad de los españoles salen estos días de vacaciones, mientras otro 45% no pueden cogerse ni una semana por la crisis, según el INE. Los que salgan se van a encontrar el cartel de “completo en muchos lugares, sobre todo de la costa mediterránea y andaluza, porque este año hay más españoles que viajan y porque será otro verano récord de extranjeros, principalmente británicos, franceses y alemanes. Eso sí, mucho es turismo barato, de extranjeros que vienen sin viaje organizado, a apartamentos ilegales. De hecho, el gasto por turista lleva 25 meses cayendo y ronda los 116 euros diarios. Y se concentra en 6 autonomías, mientras las 11 restantes sólo captan un 10% de turistas e ingresos. España es la tercera potencia turística mundial, tras Francia y USA, pero nuestra primera industria precisa una reconversión a fondo, para conseguir más turismo fuera del verano y de la costa, un turismo de más calidad, que gaste más y cree más empleo.
 

enrique ortega



Siempre creemos que toda España se va a vacaciones en verano, pero casi la mitad no las cogen nunca: el 45% de los hogares españoles (8,3 millones de familias) no puede salir de vacaciones ni una semana al año, según la Encuesta de condiciones de vida del INE (2014). Un porcentaje que ha aumentado con la crisis (en 2010 eran el 40,8% de los hogares) y que sube en el sur de España, sobre todo en Murcia (61,5% de hogares sin vacaciones), Andalucía (59,5%) y Canarias (57,9%), mientras se reduce en Navarra (sólo 21,4% de hogares sin vacaciones), País Vasco (24,6%) y Madrid (28,9%), según el INE.

En Europa, sólo el 60% de las familias saldrá de vacaciones este verano, más que el 54% de 2014, según el Barómetro IPSOS Europ Assistance. Un 43% saldrá una sola vez en Europa (y el 17% varias veces), frente al 42% en España, el 48% en Italia, el 46% en Francia, Alemania o Austria, el 40% en Bélgica t el 33% en Reino Unido. El presupuesto medio para vacaciones de los europeos será este año de 2.390 euros (180 euros más que el año pasado), siendo el mayor gasto el de británicos (3.081 euros), alemanes (2.457 euros) y franceses (2.181 euros) y el más bajo el de españoles (1.719 euros) e italianos (1.708 euros). Cuatro de cada diez europeos prefieren pasar las vacaciones en su país, siendo los que menos salen los españoles (66% veranean aquí), italianos (62%) y franceses (56%) y los que más viajan al extranjero los británicos (59%), alemanes (61%), austriacos (67%) y belgas (71%).

Este año se recupera el turismo de los españoles, la mitad del negocio turístico, por primera vez desde 2010. Los hoteleros han visto un aumento de la ocupación en Semana Santa y primavera y esperan un verano con muchos más españoles en hoteles y apartamentos, sobre todo en la costa mediterránea y andaluza, en la cornisa cantábrica, en Madrid y algunas zonas de Castilla y León. Eso sí, los que viajen comprobarán que han subido los precios este año, entre un 5 y un 10%, tanto en los hoteles y apartamentos como en los servicios (restaurantes y ocio), tras años de caídas. El sector espera un aumento del 10% en la ocupación hotelera de los españoles, con estancias de pocos días, una semana de media.

Los españoles que salgan de vacaciones se van a encontrar este verano con otro récord de turistas extranjeros, la otra mitad del negocio turístico: se espera que nos visiten más de los 24 millones de extranjeros que vinieron el verano pasado. Quizás haya una ralentización del turismo británico (15 millones en 2014, el 23% de todos los turistas), pero se espera un aumento de los turistas franceses (10,6 millones, el 16% del total), alemanes (10,4 millones en 2014, el 16% del total), belgas, italianos y suizos (su moneda se ha fortalecido mucho), mientras bajarán los turistas portugueses y, sobre todo rusos (por la devaluación del rublo y las sanciones europeas), que se desvían a Turquía. Y se espera que crezcan los turistas procedentes de Norteamérica, Latinoamérica y Asia (China, Japón y Corea del sur).

Este verano habrá otro récord de turistas por varias razones. Primera, porque seguiremos recogiendo turistas que antes iban al norte de África (Túnez y Egipto), a Grecia y Turquía y que ahora optan por la seguridad de España, sobre todo en Canarias y Andalucía. También ayuda y mucho la debilidad del euro, que se ha depreciado un 17% en el último año, lo que atrae a turistas con monedas más fuertes, como británicos, nórdicos, suizos y norteamericanos. En tercer lugar, ayuda también el petróleo barato, que ha rebajado los billetes de avión (y el 82% de los turistas que vienen a España lo hacen por vía aérea). Por último, también ha mejorado este año la economía de los principales turistas europeos, sobre todo británicos, alemanes y franceses, aunque no la de italianos y portugueses.

El problema de fondo es que se baten récord de turistas pero gastan menos, porque aumenta el turismo barato. De hecho, el ingreso medio por turista lleva 25 meses cayendo, según la patronal turística Exceltur: los ingresos turísticos totales han crecido un 2,6% hasta abril, según el Banco de España, pero como los turistas han crecido un 4,4%, en realidad el gasto medio ha caído un 1,9%. El gasto medio por turista es de 968 euros (enero-mayo), según Egatur,  y como la estancia media es de 8,34 días, el gasto medio diario es de 116 euros. Un gasto bajo, que es menor entre los turistas que más nos visitan: británicos (102 euros diarios), franceses (94 euros) y alemanes (103 euros), mientras gastan más norteamericanos (158 euros diarios), nórdicos (123 euros) y sobre todo chinos (785 euros diarios).

Los turistas extranjeros gastan menos porque está creciendo el turismo low cost, según los hoteleros de Exceltur. Por un lado, aumentan los turistas que llegan en vuelos de bajo coste, que gastan bastante menos (77 euros diarios) que los que llegan en vuelo normal (108 euros diarios). Y por otro, la mayoría de turistas viene sin viaje organizado, por su cuenta (66,5%), y muchos vienen a apartamentos de alquiler no regulados (apartamentos “piratas”), donde gastan mucho menos (68 euros diarios) que los que vienen a hoteles o apartamentos regulados (108 euros diarios). Así que el perfil del turista medio sería un europeo que llega en vuelo low cost y se aloja en un apartamento ilegal, gastando poco. Y además, la mayoría de lo que gasta no se queda en España: el pago del billete y del hotel lo hacen a agencias y tour operadores extranjeros (británicos y alemanes), que controlan el turismo español.

España es la tercera potencia turística del mundo, tras Francia y EEUU, y este año volverá a batir todos los récords, con 68 millones de turistas extranjeros, 3 millones más que en 2014. Pero no basta con la cantidad: hay que conseguir que vengan más turistas, pero sobre todo  que gasten más, lo que implica buscar más turistas de fuera de Europa, sobre todo de América (Norteamérica y Latinoamérica), Asia y oriente Medio, que gastan más. Precisamente, un problema del turismo español es que está muy concentrado en Europa, de donde proceden el 89% de los turistas. Y otro problema es que más del 80% del turismo está dirigido al turismo de sol y playa, concentrado sólo en 6 autonomías (Canarias, Andalucía, Cataluña, Baleares, Madrid y la Comunidad Valenciana), que se llevan el 90,7% del turismo extranjero. Y los nuevos turistas que habría que captar, desde chinos a árabes o norteamericanos, no buscan sol y playa, sino cultura, compras, deporte o gastronomía.

Se impone pues dejar de hacer triunfalismo con los récord de turistas y buscar consolidar el futuro del turismo, la primera industria del país, para conseguir más ingresos y más empleo: se crea poco (1.560 nuevos empleos en 2014), muy precario (75% temporal y la mitad a tiempo parcial) y muy mal pagado (13.851 euros anuales, 8.846 euros menos que la media salarial española), según un informe de CCOO.


El sector turístico propone trabajar en dos frentes, con ayudas fiscales y financiación (créditos baratos de España y la UE, aprovechando las inversiones del futuro Plan Juncker). Por un lado, con una profunda reconversión del turismo de sol y playa, renovando instalaciones (muchas de los años 80 y 90) y mejorando la oferta, como se  ha iniciado en Baleares. Y por otro, configurar una oferta de turismo alternativo, atractivo y de calidad, asentado en la cultura, la gastronomía, los negocios, el deporte o la salud, para atraer turistas todo el año, a toda España. Y para ello, además de ayudas y créditos, hace falta mejorar las herramientas de venta, potenciando al máximo  las posibilidades de Internet (reservas, aplicaciones, ofertas), un camino para que el turismo español no dependa tanto de los tour operadores extranjeros (traen a 4 de cada 5 turistas). Y como colofón, dedicar más recursos a la promoción turística fuera de Europa.

Además, los hoteleros están muy preocupados con la competencia desleal que les hacen los apartamentos no regulados, particulares que alquilan sus casas a extranjeros, un fenómeno que se ha disparado gracias a Internet: de hecho, hasta mayo, la demanda en apartamentos no reglados ha crecido un 24,5% mientras que la demanda en hoteles y apartamentos reglados crece un 3,3%. Y los hoteleros estiman que hay 2,7 millones de plazas en apartamentos no regulados frente a 2,4 millones de plazas reguladas (hoteles, apartamentos, casas rurales y campings). Piden medidas urgentes al Gobierno y a las autonomías, para regular estos alojamientos irregulares o cerrarlos. Y aseguran que si no se hace, se perderán 2.250 millones de ingresos turísticos, 39.800 empleos y 742 millones en impuestos entre 2015 y 2018.

La vaca del turismo sigue dando leche y contribuyendo más que nadie a la recuperación de la economía (+3,6% de aumento del PIB turístico en 2015) y del empleo. Pero si no se toman medidas, antes o después “se secará”. Ya hay un dato preocupante: está cayendo el gasto medio por turista desde hace más de dos años, porque lo que más crece es el turismo barato. Así que hace falta hacer un alto en el camino, entre tanto record año tras año, y plantear con el sector un Plan de futuro para el turismo, a 10 o 20 años, para consolidarlo y asegurar su porvenir. Necesitamos el turismo de sol y playa, pero hay que complementarlo con un turismo de calidad que nos visite durante todo el año. Debe ser el reto de los próximos años. No sólo presumir de récords de turistas.