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jueves, 4 de julio de 2024

La TV sigue fuerte, pero muy diferente

Mucha gente pensaba que Internet y las redes sociales acabarían con la televisión. Pero 30,6 millones de españoles se conectan cada día a la TV, aunque la audiencia sea la más baja de la historia. Y crece la TV conectada a Internet y las plataformas de TV de pago, que tienen ya 6 de cada 10 hogares y utilizan 28 millones de españoles. Además, la TV sigue siendo el 2º medio que acapara más publicidad, tras Internet y las redes sociales: las TV en abierto ingresaron 1.520 millones en 2023, más que radios, diarios, revistas, dominicales, publicidad exterior y cine juntos. La publicidad en TV sigue controlada  por el duopolio de Mediaset y Atresmedia (79%), aunque donde más crece es en las TV de pago. Los expertos creen que la TVtiene mucho futuro, con cambios en la TV tradicional y un auge de la TV conectada a Internet, prioridad para los publicitarios. La “caja tonta” es cada vez más “lista”.

                    Enrique Ortega

La televisión es un medio de comunicación y ocio relativamente reciente. Comenzó a verse en Nueva York, en julio de 1941, y en España comenzaron las emisiones en 1956, primero en blanco y negro y desde 1972 en color (con las Olimpiadas de Múnich). Y no ha parado de evolucionar. Al inicio de los 90 llegaron a España las TV privadas, con Antena 3 (enero 1990), Tele5 (marzo 1990) y Canal+ (junio 1990). Y el siguiente hito, en la pasada década, fue la irrupción de las TV de pago españolas (Movistar 2013) y la posterior llegada de las plataformas internacionales de TV de pago: Netflix (octubre 2015), HBIO (noviembre 2016), Amazon Prime (diciembre 2016), Sky TV (septiembre 2017), el canal de deportes DAZN (febrero 2019), Apple TV+ (noviembre 2019) y Disney+ (marzo 2020).

Una evolución constante que ha permitido a la TV mantener una audiencia millonaria, a pesar del auge de Internet y las redes sociales, que parecía iban a acabar con “la caja tonta”. Pero no ha sido así: 30,6 millones de españoles (el 66,3% de la población mayor de 4 años) se conectaron cada día a la TV en España en 2023, 1 millón más que en 2022, según el último balance de Barlovento TV. Esto es posible porque la bajada de audiencia de la TV convencional (“la de siempre”) ha sido compensada con el aumento de espectadores en la TV conectada a Internet, por el auge de las plataformas de TV de pago. Veámoslo.

La “televisión tradicional” (lineal y en diferido: un 4% de espectadores ven los programas después de emitirse) tuvo una audiencia de 28,2 millones de espectadores diarios en 2023 (el 61% de los potenciales espectadores), 636.000 espectadores menos que en 2022 (-2,2%), según los datos de Barlovento TV. Y estos espectadores ven muchas horas de televisión cada día, a pesar de la competencia de Internet y las redes sociales: el consumo diario por espectador fue de 297 minutos en 2023 (4 horas y 57 minutos), menos que en 2020 (337 minutos, un récord en plena pandemia) pero un consumo similar al de 2009 (297 minutos). Eso sí, si tomamos el consumo de TV tradicional por persona, baja, porque mucha gente ve menos TV y más el móvil y las redes sociales: el 2023, el consumo medio de TV tradicional por persona fue de 181 minutos (3 horas y un minuto), el consumo per cápita más bajo de la historia (el máximo fue 2016, con 246 minutos por persona).

Aunque han caído los espectadores y el tiempo que ven la TV tradicional, en la última década está creciendo el consumo de “la otra TV”,  la llamada TV “híbrida” o “TV conectada”: utilizar el aparato de TV para conectarse a Internet y ver programas, vídeos, ver y oír música y radio o jugar a videojuegos. En 2023, 11,3 millones de espectadores se conectaron diariamente en algún momento a esta TV híbrida, 1,4 millones más que en 2022 (+13,1%), según los datos de Barlovento TV. Eso significa que consumen esta TV conectada el 25,6% de toda la audiencia potencial (mayores de 4 años). Y los espectadores que la siguen la ven mucho tiempo: 171 minutos de media (2 horas y 51 minutos) en 2023, el máximo anual. Y si vemos el consumo medio de esta TV por persona, baja (porque muchos todavía no la ven), pero supone ya 44 minutos de consumo per cápita, otro récord.

En la TV tradicional (“la de toda la vida”), la edad media de los telespectadores ha subido a 57 años, la más alta de toda la serie histórica. Las mujeres ven esta TV tradicional más tiempo que los hombres (34 minutos más al día) y también la ven más los más mayores (de 45 a 64 años, 6 horas y 49 minutos al día de media y 5 horas y 9 minutos los de 45 a 60 años). Pero no es verdad que los jóvenes no vean la TV tradicional: la ven (160 minutos los niños al día los niños. 178 minutos los jóvenes de 13 a 24 años y 209 minutos los de 24 a 45 años), aunque menos que la media (297 minutos al día por espectador), según Barlovento TV. Por regiones, los que ven más la TV tradicional son los espectadores de Asturias, Andalucía, País Vasco, Comunidad Valenciana, Canarias y Aragón, que superan las 5 horas diarias de TV.

En la otra TV, la “híbrida” o conectada”, la edad media de los telespectadores es más baja, pero tampoco mucho: 41 años. En este caso, ven algo más la TV conectada los hombres (172 minutos) que las mujeres y el mayor consumo de da entre las personas de 25 a 44 años, sobre todo en las zonas urbanas de Cataluña, Andalucía, Madrid y Murcia. Y un dato llamativo: hay 2,5 millones de españoles que sólo ven esta TV “híbrida” o “conectada”, que no consumen ya ni un minuto de la TV tradicional. Y lo que consumen es básicamente TV de pago, vídeos, videojuegos y radio por Internet en la TV.

Muchos espectadores consumen ambos modelos de TV (la “tradicional” y la “conectada”), en conjunto esos 30,6 millones de personas que la ven diariamente, dos tercios de los telespectadores potenciales. Y entre las dos, el consumo medio por espectador fue de 340 minutos en 2023 (5 horas y 40 minutos, una barbaridad…), 3 minutos más que en 2022, según Barlovento TV. Y eso supone 225 minutos (3 horas y 45 minutos) de consumo medio ”mixto” por persona. Y los que más optan por “ambas ofertas” de TV a la vez son las mujeres, los mayores de 44 años y los que viven en Asturias, Castilla la Mancha, Andalucía y Aragón.

La nueva modalidad de TV, la llamada “TV conectada” es la que más crece en los últimos años, mientras el consumo de TV tradicional baja, pero menos de lo que se temía. Según un reciente estudio de IAB Spain, el 90% de los internautas de 16 a 75 años consumen contenidos audiovisuales a través de Internet, muchos a través del móvil y la Tablet, pero también a través de la TV de su casa (Smart TV o con dispositivos adaptados a su TV tradicional). Eso supone que hay 31 millones de españoles que consumen “TV conectada”, no sólo jóvenes, sino también mujeres (el 92% de los internautas) y con edades medias (el 94% de los internautas de 35 a 54 años se conectan). Y estos usuarios de contenidos audiovisuales de TV están conectados una media de 132 minutos al día, según IAB Spain.

El gran empujón a esta nueva forma de ver TV, el consumo de “TV conectada” (a través de un TV conectado a Internet) lo han dado las plataformas de TV de pago, apoyadas en las telecos (que ofrecen servicios de telefonía e Internet más cadenas de TV de pago). Su avance en estos años ha sido espectacular: en 2023, el 62% de los hogares con acceso a Internet (son ya el 98% de los hogares) pagaban una cuota por ver una TV de pago, frente a sólo el 40,5% que la tenían y pagaban en 2019, según la Comisión de la Competencia (CNMC). Eso significa que hay más de 11 millones de hogares y más de 28 millones de personas que pagan cada mes una cuota por ver las distintas plataformas de TV de pago. Eso suponen 10 millones más de personas con TV de pago que antes de la pandemia.

Casi dos tercios de estos clientes (el 64%) de las TV de pago ven más de una plataforma: el 24,3% tiene acceso a dos, el 17,2% a 3 y el 22,7% de todos los clientes ven 4 o más, según la CNMC. Las plataformas más vistas  son Netflix (39,8% del total de usuarios), Amazon Prime (21,6%), Movistar (17,6%), Disney (7,4%), HBO (7,3%), DZN y otras (6,3%). En cuanto al perfil de usuarios, tampoco aquí es verdad que los que más vean plataformas sean los jóvenes: entre semana, los usuarios que más las ventas son los que tienen entre 35 y 49 años, aunque crece entre los más mayores y los jubilados. Y aumenta entre niños y jóvenes los fines de semana. Pero en muchos casos y franjas de edad, la mayoría de espectadores ven todavía más horas la TV de siempre que las TV de pago.

Mientras el consumo global de horas de TV sube ligeramente, aunque caiga la audiencia de la TV tradicional, la TV también consigue mantener sus ingresos publicitarios. En 2023, la facturación publicitaria que fue a todas las TV fue de 1.735 millones de euros, prácticamente la misma que en 2022 (1.730 millones), aunque ha caído un 5% desde 2016 (1.825 millones facturados), según los datos de Infoadex. Eso supone que la TV se llevó casi un 30% (29,40%) de todo el mercado publicitario en España, siendo el 2º destino de la publicidad, sólo por detrás de la publicidad que se dirigió a Internet, búsquedas y redes sociales (2.757 millones, el 46,7% del total). Y la TV, a pesar de la estabilización de audiencias, copa un mayor trozo del pastel publicitario en España que la radio (461 millones), la publicidad exterior (406 millones), los diarios (332,9 millones), las revistas (126 millones), el cine (20,5 millones) o los suplementos dominicales (8,3 millones) juntos. Así que no es la TV el medio que está “en crisis”, según los publicitarios…

De esos 1.735 millones de publicidad que fueron a las TV en 2023, la gran mayoría fue a las TV nacionales en abierto (se llevaron 1.480 millones), un pastel que siguen repartiéndose casi en totalidad el grupo Mediaset (687,1 millones de ingresos publicitarios) y Atresmedia (682,4 millones), un “duopolio” televisivo que acapara el 78,9% de toda la publicidad que se dirige a la TV en España, tras la decisión del Gobierno Zapatero en 2019 de eliminar la publicidad en TVE. El resto de TV nacionales se llevó 110,5 millones de publicidad, las autonómicas 94,2 millones, los canales de pago 76,4 millones, 2,3 millones fueron a las TV locales y los 82,2 millones restantes los ingresó la “TV conectada”, los canales de TV por Internet que empiezan a poner anuncios (incluidas algunas TV de pago). Curiosamente, en 2023, la TV donde más crecieron los ingresos publicitarios fue en la TV conectada: un +120,9%, según los datos de Infoadex.

Estos son los ingresos publicitarios de la TV en España. Pero hace ya tiempo, desde 2016, que la TV de pago factura más ingresos (por cuotas) que la TV convencional por la publicidad. Ese año 2016, la TV de pago facturó 1.886 millones, frente a 1.825 millones la TV en abierto, según las estadísticas de la CNMC. En 2020, con la pandemia, la TV de pago facturó 2.114 millones, frente a una caída de ingresos de la TV en abierto (1.439 millones). Y en 2022, ultimo dato publicado por la CNMC, los ingresos de la TV de pago ya habían subido a 2.844 millones, frente a 1.730 millones facturados por las TV en abierto. Y aunque los costes de la industria audiovisual han subido, los canales de pago también han subido sus cuotas a los clientes y tratan de incluir publicidad, para bajar tarifas y subir ingresos. Además, las plataformas ya no pelean tanto ahora por captar nuevos clientes como por ser rentables. 

Cara al futuro de la TV, los expertos creen que seguirá bajando la audiencia de la TV tradicional y subiendo la de la TV conectada, pero que ambas están llamadas a “convivir en el futuro. Eso sí, con cambios y transformaciones, “reinventándose”. La TV tradicional tendrá que ajustar sus medios y recursos a una audiencia menor y mucho más fragmentada, que tiene acceso a una oferta casi infinita. Por eso, los programas de éxito en abierto ahora apenas superan el millón de telespectadores (Got Talent, la Voz, Master Chef Celebrity o Gran Hermano) , una audiencia que hace 6 años sería un fracaso… Y mientras, el futuro avanza hacia “la TV conectada”, la oferta audiovisual por Internet a través de la TV.

El primer reto de la futura TV será medir mejor las audiencias (las “métricas”), porque van a ser muy diferentes (más envejecidas), más multiculturales (la única población que crece son los inmigrantes) y con un gran cambio en los hábitos de consumo. Hay que mejorar los actuales sistemas de medición de audiencias (deficientes) y sobre todo aprovechar las herramientas que permite la “TV conectada” para conocer mejor al consumidor y sus gustos audiovisuales. La tecnología permite conocer al minuto lo que ve y ofrecer una TV a la carta, que es además el sueño de todas las empresas y vendedores de publicidad. Por eso, ya ahora, 9 de cada 10 profesionales de la publicidad  incluyen la TV conectada en sus campañas. Y apuestan por nuevos formatos publicitarios en la TV por Internet, vídeos y videojuegos.

En definitiva, la TV no es un medio en declive, sino un  medio de ocio y comunicación con gran futuro, aunque tiene que reconvertirse a fondo y buscar nuevas ofertas y modelos de negocio, compartiendo la TV tradicional con la TV conectada. En los próximos años, la televisión no será “la caja tonta”, sino una “caja lista, cada vez más grande y plana, con una oferta infinita de servicios y productos audiovisuales, que compartiremos con el móvil. Y que estaremos dispuestos a pagar, como ahora, porque seguiremos “enganchados” a la tele. A otra tele distinta a la actual, con posibilidades casi infinitas.

jueves, 14 de noviembre de 2019

La "fiebre" por la TV de pago


Más de 1 de cada 3 hogares españoles están “enganchados” a la TV de pago, la mayoría a través de los contratos de teléfono e Internet que tienen con las telecos. Y con ello, las empresas de TV de pago, españolas y extranjeras, facturan más que las empresas de TV en abierto, estancadas en sus ingresos publicitarios y que buscan también montar plataformas de pago para cobrar por parte de sus programas. La fiebre por ver series y películas pagando está cambiando el negocio de la TV y todo apunta a que cada vez habrá más oferta de pago y que la TV en abierto gratis quedará para concursos, “realities” e informativos. De momento, la estrategia de la TV de pago es ponerla barata, desde  7,99 euros al mes, para que nos “enganchemos” a ella y luego ir subiendo las cuotas, como han hecho con móviles e Internet. Nos están creando una necesidad, la TV a la carta, que será cada vez más cara.

enrique ortega

Hace unos días, el 28 de octubre, la televisión cumplía 63 años de vida en España (TVE, 1956), 15 años más tarde que en EEUU. En estas décadas, la TV ha pasado por muchos cambios, reflejados en 3 hitos. El primero, la llegada de la TV en color, en 1972 en España, con la retransmisión de los Juegos Olímpicos de Múnich (aunque el color no se impuso en toda la programación de TVE-1 hasta 1977). El segundo, la llegada de las TV privadas, con Antena 3 (enero 1990), Tele5 (marzo 1990) y Canal+ (junio 1.990). Y el tercer hito ha sido la irrupción de las TV de pago (2013), que en 2016 consiguieron,  por primera vez, facturar más que las TV en abierto en España, algo que ha seguido pasando hasta hoy.


Las TV de pago lideran el negocio de la TV tras pocos años de vida. Movistar inició una prueba piloto en Alicante en enero de 2001, que extendió en 2005 a todas las provincias, pero el lanzamiento de Movistar TV se hizo en 2013, año en que las empresas de telefonía (telecos) se lanzaron a vender “paquetes múltiples”, donde ofrecían a sus clientes de teléfono un paquete con telefonía fija, móvil, Internet fijo y móvil más TV de pago. El primer gran empujón lo dieron ofreciendo fútbol (la Liga y la Champions), pero en los últimos años el “gancho” de la TV de pago son las series y en menor medida el cine. A ello han contribuido también las grandes plataformas internacionales de TV de pago, que se han instalado en España en los últimos años: Netflix (la primera en llegar, en octubre de 2015), HBO (desde noviembre 2016), Amazon Prime (diciembre 2016), Sky TV (septiembre 2017), Dazn (canal de deportes, febrero 2019) y Apple TV+, la última en llegar (noviembre 2019). Para la próxima primavera se espera el desembarco de Disney+, con su múltiples contenidos.


Esta estrategia de las telecos, apostar por la TV de pago en sus paquetes, ha tenido pronto  éxito. Así, en 2016, las TV de pago ya superaron a las TV en abierto en facturación: 1.874 millones de euros frente a 1.813 millones, según los datos de la Comisión de la Competencia (CNMC). Y la tendencia ha seguido los años siguientes, con 2.161 millones facturados por las TV de pago frente a 1.795 millones las TV en abierto en 2018 (un 20% más). Y este año, la distancia aumenta: 563 millones facturados por las TV de pago frente a 422 millones, en el primer trimestre (+33%), según el último dato de la CNMC. Y de este monto total, el 71% lo factura la TV de pago por Internet (402,7 millones), seguida de la TV por satélite (104,9 millones), la TV por cable (43,6) y la TV online (12,4 millones).


En España, los abonados a la TV de pago eran ya 6.838.872 personas en el primer trimestre de 2019 (últimos datos oficiales de la CNMC), 2,8 millones más que en 2013 (+68%). Y de ellos, 4,58 millones están abonados a la TV por Internet, multiplicándose por 6,3 veces los abonados que había en 2013 (724.953). Del resto, 1,3 millones están abonados a la TV por cable, 638.334 a la TV por satélite y 302.902 a la TV online. Este mercado de la TV de pago se reparte, según la CNMC, entre las tres grandes telecos (Movistar tiene 4,1 millones de clientes), Vodafone 1,3 millones y Orange 679.000) y entre las grandes plataformas internacionales de TV de pago, que en su mayoría han captado sus clientes a través de las telecos, que ofrecen estas plataformas en sus paquetes (o sea, están incluidos en estas estadísticas de abonados). Así, se estima que Netflix tiene más de 2 millones de clientes en España, Amazon 656.000 y HBO otros 475.000.


Al final, el resultado de la fiebre por la TV de pago es que más de un tercio de los internautas españoles (el 37,1%) ven contenidos audiovisuales online, a través de las plataformas que ofrecen las telecos españolas y las multinacionales del ocio online, según el último Panel de Hogares de la CNMC (junio 2019). Eso supone casi cuatro veces los usuarios de la TV de pago hace 3 años, ya que en junio de 2016 veían contenidos de pago online sólo el 10,7% de los hogares. Los mayores usuarios de este ocio online de pago son los jóvenes “millenials” (nacidos entre 1980 y 1955), que consumen sobre todo series, deportes, películas y documentales, según un estudio de Deloitte, mientras en la TV en abierto ganan los concursos, programas del corazón, noticias y magazines.


Este tirón de la TV de pago se traduce también en que han copado una cuarta parte de la audiencia total de TV, que sigue dominada por la TV en abierto. Así, de los 219 minutos (3 horas y 39 minutos) que se ve cada día la TV en España, según Kantar Media, las TV de pago se llevan el 25,6% de la audiencia (el 22% es para las TV de pago que emiten por Internet) y las TV en abierto el 74,4% (octubre 2019), según el último balance de Barlovento Comunicación. Pero hay que recordar que hace sólo 3 años, a finales de 2013, la TV de pago sólo se llevaba el 17% de la audiencia total de TV en España.


Esta audiencia que paga cuotas, a las telecos o a las plataformas extranjeras, es la que sostiene el negocio de la TV de pago, mientras las TV en abierto viven de una publicidad que se les ha estancado, mientras ha aumentado para las TV de pago. Así, en 2018, las TV en abierto se llevaron el 94,75% de la publicidad en TV y las TV de pago el 5,25% restante (96,29 millones), pero era el doble que en 2013 (44,3 millones). Y el problema es que mientras las TV de pago duplican su publicidad (aún pequeña), las TV en abierto han estancado sus ingresos publicitarios en los tres últimos años, según los datos de la CNMC. Así, Mediaset (Tele5) ingresó 922 millones por publicidad en 2018 y Atresmedia (Antena 3, la Sexta) otros 862 millones, menos que en 2017, aunque ambas controlan el mercado publicitario: son un duopolio que se lleva entre el 83% y el 85% de toda la publicidad de las TV en abierto, lo que ha provocado varias multas de la CNMC por “posibles prácticas restrictivas de la competencia” (la última ayer: 77 millones).


Más audiencia, más publicidad y mucha más facturación son los motores de la TV de pago en España. Esto ha provocado que todas las telecos apuesten por ofrecer este servicio a sus clientes, con el gancho del fútbol y las series. Y en lugar de enfrentarse a la competencia de las todopoderosas plataformas multinacionales de ocio por Internet, se han aliado con ellas, incluyéndolas en sus "paquetes". Así, Movistar integra desde diciembre de 2018 todos los estrenos de Netflix en sus ofertas de Fusión, en la mitad de sus "paquetes convergentes". Orange también permite contratar Netflix, desde marzo de 2019, en sus paquetes Love intenso Max y Love experto. Vodafone ofrece HBO con su pack de series en los paquetes One y Jazztel también permite contratar Netflix en sus paquetes.       



Además, Movistar ve tan claro el negocio de la TV de pago que en junio ha lanzado su propia plataforma, Movistar+Lite, en la que ofrece contenidos de TV de pago (canales propios y de terceros más series y películas) al margen de sus paquetes múltiples de telefonía e Internet, para captar a no clientes y competir en el mundo con Netflix, HBO o Amazon y Apple. Además, la teleco española es la única operadora que apuesta por el negocio de contenidos, dedicando muchos recursos (más de 80 millones en 2018) a producir series y películas, para convertirse en el mayor proveedor de ocio en español. Y ya “recoge”: sólo en el primer semestre de 2019, ha ingresado 1.501 millones de euros (el 6,22% de su negocio) por la TV de pago, su negocio que más crece (+5,2%).


El éxito de la TV de pago está influyendo también en las TV en abierto, que ven que la publicidad se ha estancado y los espectadores rechazan los anuncios. Su estrategia está siendo “copiar al competidor”: crear también ellos plataformas de contenidos online y tratar de cobrar por lo que ofrecen en ellas, como han hecho en otros paises la CBS (EEUU), la ITV (Reino Unido) o la RTL (Alemania). Así, en julio de 2019, Atresmedia creó la plataforma “Atresmedia Media Player, que emite contenidos específicos (preestrenos, series exclusivas) y programas en abierto sin publicidad, por una cuota mensual de 2,99 euros (y el primer mes gratuito). Y ya tiene 75.000 clientes. En julio de 2019 arrancó también la plataforma de Mediaset, Mitele Plus, que ofrece una versión básica de contenidos a demanda sin publicidad  y canal 24 horas de Gran Hermano por 2,50 euros al mes o una versión de 30 euros al mes en la que incluye fútbol (Liga Santander y la Champions), vídeos y estrenos de cine. Y tienen 90.000 clientes.


Además, Mediaset, Atresmedia y RTVE presentaron en marzo de 2018 LovesTV, una plataforma online de contenidos (abierta a todos los operadores de TV en abierto) en la que ofrecen contenidos a la carta de los tres operadores, permitiendo buscar emisiones anteriores, parar y retroceder. Eso sí, exige que el TV del usuario incluya la tecnología HbbTV, que muchos aparatos no incluyen, por lo que la plataforma avanza muy despacio y sin ofertas exclusivas. Además, otra iniciativa, de Atresmedia, ha sido crear, en septiembre de 2019, una productora audiovisual al 50% con Movistar (aliarse con la competencia otra vez más).


La clave del éxito de la TV de pago es su bajo precio y una oferta creciente de series y películas, además del fútbol, que fue su “gancho inicial”. En el caso de las telecos, se oferta la TV de pago “por un poco más”, lo que ha hecho que los paquetes con TV se hayan impuesto en los últimos años, según las estadísticas de la CNMC: si se contrataron 217.912 en marzo de 2013, al año siguiente eran casi cinco veces más (1.044.692 en marzo de 2014), se duplicaron en 2015 (2,5 millones) y 2016 (4 millones), llegaron a 5,6 millones en marzo de 2018 y ahora, en marzo de 2019, había casi 6 millones de paquetes de telefonía con TV de pago, además de teléfono e Internet, con un precio medio de 95 euros al mes, según la CNMC. El 92% de los que ven TV de pago lo hacen a través de estos contratos con las telecos.


Pero el empujón de los 2 últimos años a la TV de pago lo han dado las plataformas multinacionales, con una oferta a bajo precio y múltiples series (populares y de culto) más películas. Netflix, la líder, ofrece 2.300 películas y 1.000 series por una cuota que va de 7,99 euros (paquete básico) a 11,99 (Estándar) y Premium. HBO ofrece 630 películas y casi 300 series, con una cuota de 7,99 euros al mes. Amazon Prime Vídeo cuesta 36,99 euros al año. Sky TV ofrece 300 películas, menos de 100 series, canales privados extranjeros y fútbol de 2ª división por 7 euros al mes. Movistar+ Lite  ofrece de momento 410 películas, 256 series y acceso a canales temáticos y contenidos propios por 8 euros al mes. La plataforma británica Dazn ofrece motos, la Premier británica, la Euroliga de baloncesto, boxeo y dos canales de Eurosport por 9,99 euros al mes. Y AppleTV+, la última en llegar empieza con pocas series y películas por una oferta inicial de 4,99 euros al mes. La mayoría ofrecen un primer mes gratis (Netflix sólo 7 días) y poder utilizar de 1 a 4 mecanismos diferentes donde verlo, según lo contratado.


Los expertos creen que la TV de pago vía paquete quíntuple con una teleco es muy cara, más que en Europa: la media de un paquete básico (telefonía + Internet) con TV es de 77,5 euros al mes en España, casi un 20% más caro que en la media europea (64,6 euros). Sin embargo, las grandes plataformas multinacionales tienen precios similares en toda Europa. Por ejemplo, Netflix cobra 7,99 euros al mes en España, Francia, Alemania o Italia y 7,99 libras en Reino Unido, aunque la cuota de Amazon Prime es más baja en España e Italia (36,99 euros mensuales) que en Francia (49), Alemania (69) o Reino Unido (91). Con todo, el consejo que dan algunos a los forofos de la TV de pago es que se contrate con una plataforma y no con una teleco dentro de un paquete quíntuple: si se contrata un paquete básico de telefonía e Internet, (Llamaya lo ofrece por 36,90 euros/mes), se puede luego contratar Netflix, HBO y Amazon Prime a la vez y ahorrarnos 300 euros al año frente a contratar sólo un paquete quíntuple con TV de una teleco, según un estudio de Kelisto.es.


El auge de la TV de pago afecta a nuestro bolsillo (otro gasto más) pero tiene una ventaja incontestable: ha reducido la piratería, porque muchos internautas han dejado de piratear películas y series y ahora las ven en su TV pagando una cuota al mes. El dato es claro: la piratería digital se ha reducido un 12% desde 2015, según el Observatorio de la Piratería 2018, aunque todavía se piratean series (por valor de 895 millones de euros) y películas (701 millones perdidos en 2018). Y según el sector del cine, no les quita espectadores, aunque se hayan perdido 10 millones desde 2008 y 622 salas hayan cerrado. Y eso porque los que más ven TV de pago, los jóvenes (un 80% utilizan las plataformas), son también los que más van al cine (7,4 de cada 10, 1 vez al mes). Los que “fallan” son los mayores.


Cara al futuro, todo apunta a que la fiebre por la TV de pago va a seguir, porque España está retrasada respecto al resto de Europa: aquí, 1 de cada 4 espectadores consume TV de pago (25% de la audiencia) cuando en otros paises del continente son 3 de cada 4 (76,5% de audiencia la tiene la TV de pago), según Kantar media. Así que el negocio tiene recorrido. Primero se trata de “engancharnos”, de que nos apuntemos a la TV de pago con ofertas y bajos precios. Y luego, cuando ya no podamos vivir sin series y películas, cuando no concibamos ver “la TV que nos ponen” (con anuncios) sino que prefiramos “elegirla cada noche” o en cualquier momento, nos subirán la cuota, como han hecho con el móvil e Internet. Y lo pagaremos, porque no podremos vivir sin TV a la carta. Ojo al mando.

jueves, 14 de junio de 2018

La TV de pago gana a la tradicional


Por primera vez en España, la TV de pago (con menos de una década de vida) facturó en 2017 más dinero que la TV tradicional (TVE lleva 62 años y las privadas 28). Y 1 de cada 3 hogares (6,6 millones de familias) están abonados a la TV de pago, la mayoría con paquetes donde las telecos se la ofrecen junto al teléfono e Internet. Pero también hay 2,5 millones abonados a TV de pago extranjeras, como Netflix, Amazon o HBO. El  “pagar para ver lo que uno quiere” en televisión es imparable y la TV de pago llega ya al 60% de hogares europeos. Un cambio que está  revolucionando el sector audiovisual, a golpe de fútbol y series, y que afecta mucho a las TV en abierto (menos publicidad y menos calidad) y a las TV públicas, que necesitarán más recursos para competir. Telecos y plataformas extranjeras nos han creado esta necesidad, la TV a la carta, que será cada vez más cara.

enrique ortega
La televisión tradicional cumplirá 62 años en España este otoño, con TVE emitiendo desde octubre de 1956, aunque las privadas, Telecinco y Antena3, llevan emitiendo sólo desde principios del año 2000. La televisión de pago es mucho más reciente: Movistar inició una prueba piloto en Alicante en enero de 2001, que extendió en 2005 a todas las provincias, pero el lanzamiento de Movistar TV se hizo en 2013, año en que las empresas de telefonía se lanzaron a vender “paquetes múltiples”, donde ofrecían a sus clientes de teléfono un paquete con telefonía fija, móvil, Internet fijo y móvil más TV de pago. Y así hemos llegado a 2017, con 6.590.000 hogares clientes de la TV de pago, un 35% del total de familias españolas y  2,3 millones de abonados más que en 2013, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Del total de abonados a la TV de pago, la gran mayoría (5,8 millones) lo son a través de su empresa de telefonía, de las telecos, que les han vendido un paquete quíntuple (5,5 millones de contratos).

Pero también hay españoles que han contratado la TV de pago con plataformas extranjeras, multinacionales norteamericanas que ofrecen sus canales por Internet a cambio de un pago mensual. La líder es Netflix, que llegó a España en octubre de 2016 y que ya tenía 1,46 millones de abonados a finales de 2017 (el 9,1% de los hogares), según datos de la CNMC. Le sigue Amazon, con su servicio Prime Video, que funciona desde diciembre de 2016 y tiene ya 566.000 españoles abonados (el 3,5% de hogares). Y HBO, disponible desde noviembre de 2016, que cuenta con 450.000 abonados en España (2,3% de hogares).

Al final, la TV de pago ha ganado ya un 22,3% del consumo total de TV en España, frente al 77,1% de consumo de la TV en abierto, según los datos de la CNMC para 2017, aunque en abril de 2018 batía otro récord, con el 24,1% del consumo de TV (y 75,9% la TV en abierto), según la consultora Barlovento TV.  De este pastel de la TV de pago (ese 22,3% del consumo total de TV, 241 minutos diarios en abril 2018), la mayor tajada se la lleva la TV por cable (10,2% del consumo total de TV), seguida de la TV por Internet (9,2%)  y la TV por satélite (2,9%). En las tres modalidades, la empresa líder es Movistar TV (que ronda el 60% de todos los abonados a la TV de pago), Vodafone (21%), Orange (6%), Euskaltel (4,4%) y Telecable (2,1%), más las plataformas de TV por Internet, donde Netflix ocupa el 2º lugar, tras Movistar, Amazon el 4º (tras Vodafone) y HBO el 6º (tras Orange).

El principal motivo por el que los españoles contratan una TV de pago es porque su operador de telefonía se lo ofrece (un 47%), normalmente como una oferta de fútbol o series (con un precio inicial más bajo que luego sube). El segundo motivo, según el Panel de Hogares 2016 de la CNMC, es por la series (el 35%) y los deportes (el 31%), también por los documentales (25%) y “por ver menos publicidad” (24% encuestados). Y a la hora de darse de baja de una plataforma de TV de pago, los motivos más importantes son perder las series de referencia (el 23%), el fútbol (20%) o las películas (19%), así como perder servicios o aplicaciones. Y un dato resaltable es que los jóvenes “millenials(nacidos entre 1980 y 1995) son más asiduos que los mayores a los canales de pago, según un estudio de Deloitte. Lo que más se consume en la TV de pago es deportes, series, películas y documentales, mientras en la TV en abierto ganan los concursos, los programas del corazón, noticias y magazines.

Pero si el salto de la TV de pago ha sido grande en abonados (de la nada a casi 6,6 millones), el gran salto lo han dado en facturación, en volumen de negocio: la TV de pago ingresó 2.133 millones de euros en 2017, un 14,6% más que en 2016 y el 43% más que hace 5 años. Y con ello, superó por primera vez el negocio de la TV en abierto, que facturó 1.913 millones de euros en 2017, un 1,08% más que en 2016, según los últimos datos de la CNMC. Este “adelantamiento” de la TV de pago, en menos de una década de existencia, se debe a tres factores. Uno, el gran aumento de abonados (de 3,9 millones en 2013 a 6,59 millones en 2017). Dos, el aumento de ingresos por cuotas (de 1.380 millones en 2014 a 1.968 millones en 2017). Y tres, a la mejora de la publicidad, en general y también para la TV de pago (que ingresó 65 millones en 2017, el 5% de todos sus ingresos, mientras para la TV en abierto, la publicidad ingresada en 2017, 1.780 millones, supone el 93% de sus ingresos).

Cara al futuro, la TV de pago tiene todavía mucho recorrido en España, si tenemos en cuenta que está menos avanzada que en otros países. Así, la TV de pago ha penetrado en el 35% de los hogares españoles, frente al 60% de media en Europa, según un informe de Deloitte, que estima que podría crecer hasta el 80%.Y esa penetración es aún mayor en países como Portugal (90% de hogares abonados a la TV de pago), Francia (75%) o Reino Unido (63% abonados), aunque es menor en Italia (25%).

Lo que está claro es que las telecos han apostado fuerte por la TV de pago, sobre todo porque se les agota el crecimiento con la telefonía (fija y móvil) y tienen que jugarse los ingresos futuros con los datos y la TV de pago. Por eso están apostando fuerte con los contenidos, con la compra y producción propia de series y el pago de los derechos de fútbol: protestan porque la Liga les cobra cada vez más, pero saben que el fútbol es la clave para crecer en abonados e ingresos. Y también las series. Por eso, Vodafone se alió en mayo de 2016 con la plataforma HBO, para ofrecer sus contenidos. Y en mayo de 2018, Movistar ha firmado un acuerdo con su competidor Netflix para incorporar sus contenidos, a finales de 2018, a sus clientes de la TV de pago de España y Latinoamérica.

Este crecimiento de la TV de pago y su apuesta de futuro preocupan y mucho a las TV privadas en abierto, sobre todo a Mediaset (Telecinco, Cuatro) y Atresmedia (Antena 3 y la Sexta), que hasta ahora estaban muy cómodos, tras el “regalo” de Zapatero de quitar la publicidad a TVE en 2009. De hecho, ambos grupos de TV en abierto son hoy un auténtico “duopolio televisivo”, que controlan el 84,7% de la publicidad total en televisión (927 millones Telecinco y 887 millones Atresmedia) cuando sólo tienen el 55,4% de la audiencia, según Infoadex. Un control sobre el mercado publicitario, a través de acuerdos y tejemanejes de sus empresas vendedoras de publicidad, que no se conoce en ningún otro país de Europa, donde los dos mayores grupos audiovisuales sólo controlan del 60 al 77% del mercado publicitario. Un “duopolio” que es duramente criticado por las demás TV privadas y autonómicas.

Las TV privadas en abierto, en especial los grupos Mediaset y Atresmedia, tratan de defenderse del boom de la TV de pago por dos vías. Una, mejorando su plataforma de contenidos en Internet, para lo que se han unido a RTVE, con objeto de unificar la oferta online de los tres operadores. Además, exigen al Gobierno desde hace meses que haga cumplir a las TV de pago las obligaciones de la normativa audiovisual que ellos cumplen: que los contenidos emitidos por las televisiones sean un 51% europeos (de ellos, la mitad españoles), que contribuyan a financiar obras audiovisuales europeas (con el 5/6% de sus ingresos) y que tengan limitada su publicidad (12 minutos por hora de emisión).

Las TV de pago, sobre todo las telecos que hay detrás, argumentan que su negocio “es diferente”, está más ligado a Internet que al mundo audiovisual, y piden que no se les apliquen esas normas de las TV en abierto, mientras se quejan del “duopolio” publicitario de Mediaset y Atresmedia. Y además, piden al Gobierno que cree una Fiscalía especial contra la piratería, porque en España se accede más a contenidos online ilegales (lo hace el 16% de la población, frente al 10% en Europa) y eso les supone unas tremendas pérdidas a las TV de pago: 533 millones al año en películas y otros 171 millones en series.

En medio de esta pelea entre TV de pago y TV en abierto se encuentran las TV públicas, afectadas por esta mayor competencia (por la audiencia y la publicidad) y los recortes del Gobierno y autonomías en los últimos años. El gran problema es TVE, que tras perder 475 millones de euros entre 2010 y2015 (al quitarle la publicidad), parece que ha reajustado sus cuentas y cerró con beneficios 2016 (+0,8 millones) y 2017 (+25 millones), si bien es un intolerable ejemplo de manipulación política que no puede mantenerse más. En cuanto a las televisiones autonómicas, también han mejorado algo sus cuentas (aún reciben 942,7 millones de subvención), no su “independencia” política, pero pierden publicidad (-10% en 2017) y audiencia. El reto de las TV públicas es doble. Por un lado, conseguir un sistema de financiación estable y suficiente, máxime cuando las TV públicas nos cuestan menos que las de otros países: 38,9 euros por habitante frente a 67 euros de media en la UE, 120 en Alemania, 113 en Reino Unido, 66,4 en Francia o 42,7 euros/habitante en Italia, según un estudio de la Universidad de Santiago de Compostela. Y por otro, adaptarse a la competencia creciente de la TV por Internet, deportes y series.

Cara al futuro, lo que está claro es que ha cambiado el modo de ver televisión: estamos pasando del “qué ponen esta noche en la tele” al “qué quieres ver en la tele”. Y de ver lo que nos echan a buscar los programas que nos interesan y verlos cuando queramos, en la tele, el móvil, el ordenador o la tablet. Y ver la tele con el móvil al lado, para comentar al momento algo en redes y WhatsApp o para consultar algo en Google. Y sobre todo los jóvenes, los que han nacido con muchas cadenas disponibles y mucha oferta donde elegir. Una oferta que se va a hacer cada día más compleja, al modo de una TV a la carta, donde las telecos y los operadores internacionales tratan de competir en calidad de contenidos e imagen.

De hecho, la penúltima batalla de las telecos en la TV de pago es emitir contenidos en 4K, una mayor calidad de imagen para la que sólo están preparados los televisores del 9,8% de hogares españoles, según datos de Astra (y los que tengan el TV, necesitan además un descodificador). Pero la carrera está lanzada: Orange emitirá Roland Garros en 4K y pondrá en marcha un canal de series en calidad UHD, Movistar ha lanzado también un descodificador 4K y estudia emitir en ese formato carreras de F-1 y Moto GP, mientras Vodafone ya ofrece 7 canales en 4K y ofrece el descodificador desde marzo de 2016. El “gancho” para que las familias se cambien a televisores 4K y busquen canales de pago que emitan con esta alta calidad será este Mundial de Fútbol de Rusia, que se inicia hoy y donde todas las imágenes que se sirvan serán en 4K (aunque en España los emita Mediaset en TDT “normal). Ya en la pasada temporada, la Liga emitía 2 partidos en 4K y su objetivo es emitir todos los partidos en este formato a medio plazo, otro “gancho” más para la TV de pago.

La TV de pago ha irrumpido con fuerza en nuestras vidas y crecerá más en pocos años. El “truco comercial” de las telecos y las plataformas de Internet es que probemos, que “nos enganchemos” a la TV de pago, a elegir lo que queremos ver, sin casi anuncios, en lugar de soportar los anuncios y programas de baja calidad de las TV en abierto. Y luego, una vez que estemos “pillados” por el deporte, las series, películas, documentales o programas de cocina, subirnos poco a poco las tarifas, como ha pasado con los datos e Internet. Ya lo saben: “la otra TV” está muy bien pero hay que pagarla. Y cada año más.

jueves, 5 de enero de 2017

La doble batalla por la televisión de casa


Somos un país de “teleadictos”: pasamos cada día 3 horas y 49 minutos ante el televisor, 2 meses al año. Es la tercera actividad de nuestra vida, tras dormir y trabajar o estudiar. Y hay más telespectadores que internautas. Por eso, crecen las ofertas de las empresas telefónicas para que contratemos TV de pago, una nueva forma de ver televisión que ya pagan 6 millones de españoles. Un negocio boyante donde acaban de desembarcar en España los grandes del sector: Netflix, HBO y Amazon, cada uno con sus series y películas. Y mientras, sigue creciendo el negocio de la televisión en abierto, “la de siempre”, con más “telerrealidad” y menos calidad. Es la TV que ven cada día 32,6 millones de españoles adultos y cuya publicidad se reparten Mediaset (Tele5) y Atresmedia (Antena 3), un “duopolio cada vez más fuerte que se lleva el 86,4% del negocio. Cara al futuro, crecerá la TV de pago: si queremos ver televisión de calidad, cuando y como queramos, tendremos que pagarla. 
 
enrique ortega

España es el segundo país de Europa que dedica más horas cada día a ver televisión: eran 246 minutos en noviembre y se estima que 2016 cerró con una media de 229 minutos ante el televisor, 3 horas y 49 minutos, según Barlovento Comunicación, sólo por detrás del tiempo que ven TV en Italia (4 horas y 40 minutos) y por delante de Francia (3 horas y 44 minutos) y Reino Unido (3 horas y 7 minutos), según el informe IHS Markit 2015. Aunque  los españoles ven ahora 17 minutos menos de TV que en 2012, el año récord (con 246 minutos), el tiempo que pasamos ante “la caja tonta” es una barbaridad: 59 días al año, casi 2 meses. Es la 3ª actividad a la que dedicamos más tiempo, tras dormir y estudiar o trabajar. Increíble pero cierto.

Cada día, el 73,4% de los españoles mayores de 4 años ve televisión, lo que da una audiencia media diaria de 32.677.000 personas, según Barlovento Comunicación. Las mujeres ven algo más la televisión que los hombres (17% del día frente al 15%) y son más “teleadictos” los mayores de 64 años (la ven una media de 6 horas, el 24% del día) y mucho menos los jóvenes (de 13 a 24 años la ven una media de 2 horas, el 8% del día). Y hay cuatro regiones donde la gente ve más de 4 horas diarias de televisión (Cantabria, Castilla la Mancha, Extremadura y Aragón). La mayoría ve la televisión en abierto (78,6%) pero hay ya un 20,6% de telespectadores que ven la TV de pago.

Este enorme atractivo de la televisión en España  (y su baja calidad) han llevado a las empresas de telecomunicaciones (las “telecos”) a buscar una nueva vía de negocio en la TV de pago, desde que en 2013 Movistar lanzó Movistar TV a partir de Digital + (antes Canal Plus). Y la batalla comercial por este nuevo nicho de negocio se ha profundizado en 2016, con una enorme inversión de todas las telecos en compra de contenidos (fútbol, retransmisiones deportivas, series y películas) y una pelea constante por lanzar ofertas atractivas a sus clientes de teléfono e Internet, para que se “enganchen” a la TV de pago. Y así, hoy día reconocen, desde Telefónica, Vodafone y Orange, que “nuestro  producto estrella es la TV de pago”.

La TV de pago se ofrece dentro de los llamados "paquetes convergentesque ofrecen las telecos en España en los últimos años, una oferta de paquetes “cuádruples” (telefonía fija+ móvil +acceso a Internet+ datos móviles) y quíntuples (que añaden a los 4 servicios anteriores la TV de pago). Estos paquetes son algo propio de España, porque las telecos europeas no los ofrecen y sus clientes contratan los servicios por separado. Aquí, las grandes telecos se han centrado en estos paquetes, que ya tienen contratados 10,3 millones de hogares (1,3 millones más que hace un año), porque así consiguen un cliente más fiel (no cambia tanto de compañía) y sobre todo, al que puedan cobrar más: hay paquetes básicos (40% clientes) de 40 a 60 euros, otros medianos (30% clientes) de 70 a 80 euros y los Premium (20% clientes), que llegan a pagar más de 120 euros por telefonía, Internet, datos y TV casi sin límites.

Por esta vía de los paquetes convergentes llegan a la TV de pago la mayoría de los españoles. A finales de septiembre 2016 había en España 5,84 millones de personas abonadas a la TV de pago, un 9,2% más que un año antes, y 4,9 millones la tenían contratada a través de “paquetes convergentes”. Un negocio con ingresos crecientes y que ha resultado clave para que las telecos mejoren sus cuentas en 2016. De hecho, los ingresos de la TV de pago fueron de 686,1 millones en el segundo trimestre 2016 (último dato), un 33,2% más que el año anterior. Y superaron ya los ingresos por publicidad que factura la TV en abierto: 548,8 millones de euros en el tercer trimestre (+11,2%).

Este negocio de la TV de pago está dominado por Telefónica, la primera que se anticipó con Movistar TV y la posterior compra de Digital+ (antes Canal+): controla dos tercios del mercado, con 3.711.400 abonados a septiembre (ha ganado 128.000 clientes en el último año). Le sigue Vodafone, con 1.200.000 abonados, la teleco que más clientes ha ganado (300.000) por sus ofertas de fútbol, películas y series. El tercero es Orange, con 458.000 abonados a la TV de pago, seguido de Euskaltel (265.000 abonados en el País Vasco y Galicia).

El auge de la TV de pago se debe a varios factores. El primero y fundamental, que las telecos lo están vendiendo con ofertas, “por un poco más”, no como un servicio de lujo sino como un producto que se puede contratar junto al teléfono e Internet por unos euros más al mes e incluso gratis durante unos meses iniciales (cuando ya los clientes estén “pillados”, les subirán el precio). La segunda, que son contenidos atractivos, frente a una TV en abierto que apuesta cada vez más por la “telerrealidad” y los programas en directo sin interés o las producciones extranjeras de “telebasura”. El “gancho” fue primero el fútbol, luego las motos y la F1, pero ahora son las series (“Juego de tronos” y otras “de culto”) y las películas. Además, la implantación creciente de la fibra óptica ha hecho que cada vez haya más hogares que puedan acceder a emisiones de alta definición, con mucha calidad de imagen y sonido.

En esas estaban las tres grandes telecos (Telefónica, Vodafone y Orange), en vender la TV de pago a sus millones de clientes de teléfono e Internet, para facturarles más, cuando han visto llegar a unos duros competidores, varias multinacionales especializadas en la TV de pago. Primero se lanzó en 2010 Wuaki.tv (comprada en 2012 por la japonesa Rakuten), la única que ofrece un servicio híbrido: o plataforma de películas y series en streaming (6,99 euros al mes) o servicio de alquiler (1,99 euros) y compra de películas (4,99 euros.) Luego desembarcó Netflix, en octubre de 2015, con un catálogo de series, documentales y películas que ofrece por una tarifa plana de 7,99 euros al mes. Ahora ya tiene 216.000 suscriptores y llega al 1,8% de los hogares con Internet. En noviembre de 2016, llegó HBO, otro gigante con 3.000 títulos y series, que ofrece un mes gratis y luego una tarifa de 7,99 euros al mes, aunque también se puede ver su catálogo a través de Vodafone, que llegó a un acuerdo con ellos. Y el último en llegar, en diciembre de 2016, ha sido Amazon, a través de Amazon Prime Vídeo, una plataforma disponible en más de 200 paises. También ofrece series, películas y programas, por 2,99 euros los primeros 6 meses y luego 5,99 euros.

La pelea por la TV de pago se centró primero en el fútbol (es inevitable), pero ahora gira sobre las series, sobre todo en la oferta de grandes series norteamericanas “de culto”, que atraen a jóvenes y edades medias. Pero Telefónica y también HBO quieren producir series propias, porque creen que ahí estará el éxito de estas plataformas en el futuro: invertir en contenidos (Movistar ha invertido 70 millones en 2016 en 8 grandes series españolas, aprovechando todo el equipo humano y la experiencia de la antigua Canal+, ahora la productora Movistar+). En paralelo, Telefónica está trabajando en impulsar la tecnología televisiva de alta definición 4K, que estará generalizada para 2018: Movistar quiere ser también líder en esta TV de pago de alta definición y está apostando, además de por contenidos 4K, en acuerdos con los fabricantes para que sea una oportunidad para renovar el parque de aparatos de TV en España.

Entre tanto, la TV en abierto, “la de siempre”, sigue ahí y creciendo, tanto en audiencia como en publicidad, mientras languidece la prensa escrita y los medios online. Entre enero y septiembre de 2016, la publicidad en TV creció un 6,4%, facturando 1.515 millones de euros, según Infoadex. Y de ese pastel, sólo 2 grupos se llevaron el 86,4%: Mediaset (Tele 5 y 6 canales más) el 43,8% y Atresmedia (Antena 3 y 5 canales más) otro 42,6%. Con ello, este “duopolio” televisivo ha aumentado su cuota publicitaria un 0,5% (era el 85,9% en 2015). Y eso a pesar de que desde abril de 2016 hay 6 nuevos canales en abierto, que el Gobierno Rajoy adjudicó en octubre de 2015 a 13TV (Conferencia Episcopal), Ten (productora Secuoya, próxima al PP), DKiss (Kiss FM y Blas Herrero), Real Madrid TV, BeMad (Mediaset) y AtresSeries (Atresmedia). Entre todos y con los demás canales marginales (Paramount, Disney Channel, Discovery Max y Gol TV), sólo han conseguido arañar un 3,5% de publicidad, más otro 3,5% para las TV de pago y el 6,6% restante para las TV autonómicas.

Mediaset y Atresmedia son un “duopolio” que controlan la publicidad (86,4%) en un porcentaje muy superior a su audiencia (57,8% hasta noviembre 2016), gracias a su posición de dominio y a una agresiva política de precios y ofertas, que ha sido multada en varias ocasiones por la Comisión de la Competencia (CNMC). Este poder de los 2 grandes grupos audiovisuales es algo desconocido en Europa, donde los 2 mayores grupos televisivos de cada país (Francia, Alemania o Reino Unido) sólo controlan del 60 al 77% de la publicidad televisiva. Esta posición de “duopolio” permite que ambos grupos españoles, que cotizan en Bolsa, multipliquen año tras año sus beneficios: Atresmedia ganó en 2016 (de enero a septiembre) 101,5 millones, más que en todo 2015 (99,2 millones, casi el doble que los 52,5 millones de 2014) y Mediaset otros 131,8 millones de euros (un 15% más, tras ganar 166,2 millones en todo 2015, casi el triple que los 59,5 millones de 2014). “Hacemos televisión para vender publicidad”, decía en los años 90 el presidente de Tele5, sin ningún pudor. Y ahí siguen, facturando cada vez más sin importar cómo. Y con un poder tan tremendo, sobre el mercado publicitario y de contenidos, que las TV pequeñas piensan abandonar la patronal de las televisiones privadas, UTECA.

Ahora, los dos grupos que pelean por nuestra atención televisiva, las TV en abierto y las TV de pago (telecos y multinacionales), están enzarzados en una batalla por la audiencia y el pastel publicitario. De momento, va ganando la TV de pago, que es la que más crece en clientes e ingresos y la que ha cambiado la forma de ver TV: el espectador ya no se preocupa de “lo que ponen hoy” sino de lo que quiere ver, cuándo y cómo (la mitad de la TV de pago se ve en el móvil y tablets). De momento, crecen menos en publicidad, pero a medida que ganen clientes, los anunciantes les buscarán. Por eso, la patronal de la TV privada en abierto (UTECA) ya ha pedido al Gobierno que la TV de pago se rija por las mismas reglas que ellos: que paguen para sostener a TVE y al cine (las privadas en abierto pagan un canon) y que cumplan las mismas normas sobre contenidos y porcentajes de publicidad (la TV de pago no las tiene).

Y entre medias, tenemos una televisión pública, RTVE, a la que Zapatero quitó la publicidad en 2009 (para mayor beneficio de las privadas), que languidece, perdiendo audiencia (16,2% en 2016, otro -0,4% menos) y manteniendo pérdidas (500 millones de euros desde 2008, unos 10 millones perdidos en 2016), a pesar de recibir 344 millones de los Presupuestos en 2016. Una televisión pública muy tendenciosa y sin un Plan estratégico de futuro, cuya programación no se justifica como servicio público. Y lo mismo pasa con la docena de televisiones autonómicas, con poquísima audiencia a la baja (6,8% de media en 2016) y muchas pérdidas (más de 50 millones anuales), tras recibir cada año casi 1.000 millones de euros de los contribuyentes autonómicos. Eso sí, las televisiones públicas en España (TVE y las autonómicas) cuestan a los ciudadanos la mitad que las TV públicas europeas (39 euros/habitante en 2014 frente a 67 euros en la UE-28), según un estudio de la Universidad de Santiago. Y son las TV públicas europeas que más han sufrido los recortes presupuestarios entre 2010 y 2014 (-35,5% TVE y -19% las autonómicas, frente al 0% de recorte medio en la UE-28 o el 9,4% que aumentó su gasto la TV pública alemana).

Cara al futuro, todo apunta a que la TV en abierto seguirá apostando por programas baratos y de baja calidad (“telerrealidad”), con los que consigue aumentar de forma escandalosa sus beneficios gracias al “duopolio” publicitario. Y que los jóvenes y las familias con ingresos apostarán cada vez más por otra televisión de mayor calidad, con contenidos cuidados y poca publicidad, que desgraciadamente hay que pagar aparte. Una TV de pago, especializada en franjas de espectadores que buscarán sus programas, series, películas y deportes favoritos, pagando por lo que ven. Una TV a la carta, la televisión del futuro que ya está aquí y busca conquistar nuestras casas. Atentos a la pantalla.