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jueves, 8 de febrero de 2024

Beneficios récord banca, por clientes y BCE

Los 6 grandes bancos españoles llevan 3 años seguidos con importantes beneficios, tras las pérdidas de 2020. En 2023 ganaron 26.355 millones, un +26% más que en 2022 y más del doble de beneficio que antes de la pandemia (2019). Los bancos ganan mucho más a costa de nosotros, sus clientes, que hemos pagado bastante más por créditos e hipotecas y que hemos cobrado poco por el ahorro, a pesar de la subida de tipos. Y nos cobran más comisiones y contienen costes, recortando plantillas y sucursales y subiendo los sueldos mucho menos que la inflación. Además, han tenido “un regalodel que no se habla: el pago del 4% por sus depósitos en el BCE (9.170 millones “extras” para la banca española). A pesar de estos beneficios récord, ofrecen subir los salarios un 8% los próximos 3 años, provocando hoy manifestaciones sindicales y una huelga en marzo. Ahora, los bancos creen que 2024 “les va a ir mejor, porque los tipos no bajarán hasta el verano. Seguiremos alimentando sus beneficios.

                  Enrique Ortega

Los 6 grandes bancos españoles, Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja, (que controlan el 77% del negocio bancario) se ha recuperado con fuerza de las pérdidas de la pandemia (- 5.536 millones en 2020, aunque en realidad sólo el Santander tuvo pérdidas ese año: -8.771 millones, por ajustes extraordinarios). Ya en 2021 tuvieron unos beneficios de +16.290 millones, sin contar ajustes extraordinarios. En 2022, con la subida de tipos del Banco Central Europeo (BCE), los beneficios de los 6 grandes aumentaron un +28%, hasta los 20.849 millones. Y en 2023, acaban de publicar otro aumento de beneficios del +26,4%, ganando 26.355 millones de euros, más del doble que antes de la pandemia (habían ganado 11.904 millones en 2019). Un beneficio bancario que marca un récord histórico, porque en 2007, antes de la crisis financiera, toda la banca española ganó 18.877 millones de euros, según la patronal bancaria AEB.

¿Por qué gana tanto dinero la banca española? La respuesta corta es que estos millones han salido de nuestros bolsillos, de las familias, empresas y el Presupuesto. Precisando más, hay que recordar la esencia del milenario negocio bancario, que es simple: consiste en coger dinero con una mano (lo más barato posible) y prestarlo con la otra (lo más caro posible), reduciendo al mínimo los costes por el camino. Y lo que ha pasado, sobre todo en 2022 y 2023, es que la banca ha cobrado mucho más por los créditos, hipotecas y deuda pública (aprovechando las 10 subidas de tipos del BCE) y apenas nos ha pagado más por los ahorros, mientras recortaba plantillas y congelaba sueldos, aumentando las comisiones que nos cobra. Y encima, ha tenido un regalo extra, cobrando más por los depósitos que tienen en el BCE y el Banco de España. Veámoslo.

Los bancos europeos han encarecido el dinero que prestan siguiendo la estela del BCE, que subió 10 veces los tipos de interés (la 1ª, el 21 de julio de 2022), desde el 0% en que estaban (desde 2014), hasta dejarlos en el 4,5% en septiembre de 2023, el precio más alto del dinero desde 2001. Esto se tradujo en una subida generalizada y acumulativa de los créditos a familias, empresas y Gobiernos (deuda). En España, 4,5 millones de familias pagan una hipoteca, que se ha encarecido desde 2022. El tipo medio de las nuevas hipotecas subió del 1,82% en diciembre de 2021 al 2,66% en diciembre de 2022 y el 3,27% en noviembre de 2023, según el INE. Y el Euribor mensual con que se revisan las hipotecas antiguas subió del 0,013% en abril de 2022 al 3,018% en diciembre y al 3,679% en diciembre de 2023. Y en paralelo, subieron los créditos al consumo (del 6,10% en 2021 al 8,52% en diciembre del 2023), y el tipo de las tarjetas, según el Banco de España.

Los bancos también subieron los créditos a las empresas: a las pymes, para importes de hasta 25.000 euros, el tipo subió del 1,69% en diciembre de 2021 al 5,14% en diciembre de 2023.  Los créditos de 250.000 euros a 1 millón subieron del 1,29% (diciembre 2021) al 5,01% (diciembre 2023). Y los créditos de más de 1 millón de euros pasaron del 1,04 al 4,94%, según el Banco de España. Y también el Estado tuvo que pagar más por colocar su deuda entre los inversores (un 13% colocada en la banca). Los bonos a 10 años pasaron de colocarse al 0,76% en febrero de 2022 al 3,738% en septiembre de 2023. Y las Letras del Tesoro (el 15,5% las compran los bancos), que se colocaban al 0,078% en mayo 2022 saltaron al 3,216 un año después y al 3,30% en la última subasta de 2023. 

Esta subida de tipos de la banca a familias, empresas y al Estado ha mejorado su margen, en 2022 y 2023. Y sobre todo porque, en paralelo, la banca española apenas ha subido lo que nos paga por el ahorro. A finales de 2022, pagaban por los depósitos (a menos de 2 años) una media del 0,64%, menos de lo que pagaba toda la banca de la zona euro (1,20%). Un pago por el ahorro que era la cuarta parte de lo que cobraban entonces por una hipoteca (2,66%). En 2023, tras una “bronca” del BCE, los bancos europeos (y españoles) empezaron a pagar más por el ahorro, todavía poco: un 1,8% en diciembre en España (depósitos a menos de 2 años) frente al 2,28% de media los bancos de la zona euro. Así que las familias españolas, que tenían más de 1 billón de euros en depósitos (2022) veían que los bancos apenas se los remuneraban mientras les subían las hipotecas y créditos.

Este esquema de negocio, prestar más caro y pagar poco por el ahorro, ha permitido a los bancos españoles (y europeos) mejoren su margen, sobre todo en 2022 y 2023. Tomando los datos de los 5 grandes bancos españoles (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankinter), han aumentado su “margen de intereses” (lo que cobran menos lo que pagan) en 2023 un +44% en España (+20% en todo el mundo), hasta los 26.969 millones de euros, destacando el fuerte aumento del margen de BBVA (+49%), Santander (+46%) y CaixaBank (+44%).

Además del beneficio por el aumento del margen de intereses, otro ingreso importante lo han obtenido por las comisiones que nos cobran, con las que han ingresado otros 24.013 millones, un aumento de sólo el +1,3% (+9,7% en 2022), porque la subida de tipos les ha permitido subir menos comisiones a los clientes. Pero aún así, el BBVA las subió un +17% (6.288 millones ingresados), Santander un +7% (12.057 millones por comisiones) y Sabadell otro +7% (1.386 millones), mientras las bajaba un 5,1% CaixaBank (3.658 millones).

Los bancos no sólo ganan más dinero porque presten más caro, paguen poco por el ahorro y nos cobren comisiones por casi todo. En 2022 y 2023, una parte de sus mayores beneficios han sido gracias a sus empleados, a que han recortado plantillas y apenas han subido los salarios. La banca viene ajustando plantillas desde 2009, por la crisis financiera: pasaron de tener un máximo de 278.000 empleados en 2008 a menos de la mitad en 2022 (130.000), tras cerrar 24.000 sucursales (de 43.000 a menos de 19.000). Sólo en 2022, los 6 grandes bancos recortaron sus plantillas en 5.900 empleados (hasta 120.600) y cerraron 1.360 sucursales, lo que les ayudó a recortar costes y aumentar beneficios. Además, congelaron salarios en 2019 y 2020, firmando en enero de 2021 un convenio que subió los sueldos de la banca +0,25% en 2021, +1% en 2022 y +1,25% en 2023, con lo que sus empleados perdieron poder adquisitivo estos dos últimos años de alta inflación (aunque en noviembre pasado revisaron la subida salarial de 2023, que acabó siendo del +4,5%).

Por si no fuera bastante con los tipos, las comisiones y el recorte de costes, en 2023 (y en 2022), los bancos tuvieron un regalo extra, del que apenas se habla: el BCE (y el Banco de España en nuestro caso) les pagaron un alto interés, del 4%, por las reservas que los bancos españoles tienen depositadas. Una remuneración que beneficia a todos los bancos europeos: ganaron 140.000 millones de euros “extras” en 2023 por los 3,7 billones que tienen en reservas en el BCE y en sus bancos centrales. A los bancos españoles, les ha supuesto un ingreso extra de 9.170 millones de euros en 2023, un tercio de sus beneficios (los bancos alemanes se han llevado 49.107 millones y los franceses 35.925 millones). Un dinero público que se les abona con total seguridad y ningún riesgo, mientras los bancos beneficiados apenas pagan una media del 0,35% a sus ahorradores. Por ello, un grupo de expertos y diputados europeos mandaron una carta en diciembre al BCE quejándose de esta “ayuda a la banca” y exigiendo que aumenten las reservas bancarias no remuneradas.

Hasta aquí los caminos por los que la gran banca española ha conseguido 26.355 millones en 2023, más del doble que en 2019. Unos beneficios que se reparten de una forma muy desigual. Este año, la mitad del beneficio irá a los 5,6 millones de accionistas de la banca, que recibirán esos 13.000 millones en forma de dividendos (un pago por acción que les abonan dos veces al año) y recompra de acciones: los bancos compran acciones propias, para reducir su número y conseguir así que suban de precio (cotización). Ya en 2022, los 6 grandes bancos destinaron un 44% de sus beneficios (8.340 millones) a dividendos y recompra de acciones, pero el BCE y el Banco de España, les pidieron moderación, destinar más beneficios a aumentar su solvencia y su capital. Este año, no les han hecho caso y reparten más, en perjuicio de su ratio de capital, inferior al de otros grandes bancos europeos.

Otra parte del beneficio se destina a los presidentes y directivos de los grandes bancos, que cada año ganan más. Ya en 2022, tres de los cuatro banqueros mejor pagados de Europa fueron españoles:  Ana Patricia Botín, Presidenta Santander (11,74 millones), José Ángel González, consejero delegado BS (9,57 millones), Christian Sewing, consejero delegado Deutsche Bank (8,93 millones) y Carlos Torres, Presidente BBVA (8,29 millones), seguidos por Omur Genç, consejero delegado BBVA, el 6º del ranking (7,15 millones), Gonzalo Cortázar, consejero delegado CaixaBank, en 10º lugar (3,90 millones) y César González Bueno, consejero delegado de Sabadell, en el puesto 13º (2,47 millones). Ya en 2021, 221 banqueros españoles ganaron más de 1 millón de euros, según la EBA, con un ingreso medio de 2,16 millones de euros.

Pero hay más. El sueldo medio de los equipos de alta dirección del Banco de Santander fue de casi 3,6 millones por cabeza en 2021, 64,5 veces el salario medio de la plantilla del banco (55.673 euros) Y en el BBVA, la remuneración media de la alta dirección fue de 1,58 millones anuales, 18,6 veces el sueldo medio de la plantilla (34.000 euros), según un estudio hecho por CCOO sobre los directivos de las empresas del IBEX. Y el primer ejecutivo del Sabadell gana 412 veces la media de su plantilla, 220,7 veces el del Santander, 181,8 veces en el BBVA, 54,4 en CaixaBank y 20,2 veces en Bankinter.

Mientras, los grandes banqueros se quejan de que una parte (mínima) de sus beneficios se los lleva el Gobierno Sánchez, que aprobó un impuesto extraordinario sobre los beneficios de la banca para 2022 y 2023 (prorrogado para 2024), impuesto recurrido ante la Audiencia Nacional. En 2023, toda la banca pagó 1.260 millones por este impuesto extraordinario, de ellos 1.045 millones pagados por los 5 grandes (el 5,07% de los 20.589 millones ganados en 2022). Y en 2024, se estima que toda la banca pagará otros 1.650 millones por este impuesto extraordinario, de ellos 1.450 los 5 grandes bancos (el 5,55% de los 26.088 millones ganados por ellos en 2023). El año pasado, CaixaBank pagó 373 millones extras (7,7%), Santander 224 millones (2 de cada 100 euros de beneficio), BBVA 215 millones (2,6%), Sabadell 256 y Bankinter 77,5 millones.

En medio de tan abultados beneficios, dividendos y sueldos de directivos, la plantilla de la banca acaba de recibir una rácana oferta de convenio para los próximos tres años: +8% de subida salarial entre 2024 y 2027 (+2,75% de subida en 2024, cuando se prevé una inflación del +3,3%, 2,25% para 2025 y +1,5% de aumento en 2026 y 2027). Enfrente, los sindicatos piden una subida del +23% en estos cuatro años (+17% fijo y otro 6% en función del IPC y de los resultados de la banca). Y como no ven posibilidades de acuerdo, han convocado manifestaciones para hoy 8 de febrero y amenazan con una huelga en marzo.

Cara a 2024, los grandes banqueros españoles se muestran muy optimistas.” Si 2023 ha sido bueno, 2024 va a ser aún mejor”, ha dicho sin rubor Ana Patricia Botín, del BS. “El beneficio seguirá creciendo”, ha añadido el presidente del BBVA.  Y esperan ganar más por tres razones. Una, porque se prevé que el BCE no baje los tipos hasta el verano y poco (sólo un -0,5% en 2024, según la OCDE). Dos, porque todavía habrá mejora de márgenes en la primera mitad del año, por la revisión de algunos créditos e hipotecas, mientras seguirán sin pagar más por el ahorro. Y la tercera, porque van a vigilar los costes (con subidas salariales mínimas) y aumentarán las comisiones, mientras este año no tendrán que hacer aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos y al Fondo Único de Resolución (2.500 millones de ahorro).

En resumen, que la banca española lleva 3 años de fuertes beneficios y va a por el 4º, a costa de clientes, empresas, deuda y empleados. Es bueno que la banca tenga beneficios y no pérdidas (porque las acabamos pagando los contribuyentes), pero ya es hora de ajustar las estructuras, los dividendos y los sueldos de los directivos para que la banca pueda ser rentable de una forma “moderada” y racional, buscando un mejor servicio a los clientes, una financiación más flexible y barata a las empresas y una gobernanza más transparente. Beneficios sí, pero sin abusar de su posición dominante y beneficiando a familias, empresas y economía. Quizás sea mucho pedirles, pero si no lo hacen, que luego no se quejen de los impuestos.

jueves, 12 de noviembre de 2020

Banca: pérdidas, despidos y más comisiones


Los Gobiernos europeos, el BCE y el Banco de España están preocupados porque la pandemia provoque una nueva crisis bancaria, como en 2012. Los bancos españoles han vuelto a pérdidas este año, tras multiplicar sus saneamientos, y buscan sobrevivir con más cierres de oficinas (4.000), más despidos (15.000) y subiendo las comisiones a los clientes. Pero se teme lo que les pase en 2021, cuando acaben las moratorias concedidas en créditos e hipotecas y las empresas tengan que empezar a devolver los créditos ICO. El BCE ha alertado que podría haber 1,4 billones de “créditos dudosos” en la eurozona y propone crear “un banco malo para evitar otra crisis bancaria, mientras el Banco de España abre la puerta a “quitas” (perdón) de deudas. Pero además, la banca tiene 2 problemas de fondo que no son la pandemia: tipos de interés negativos (hasta 2031) y una dura competencia de los gigantes tecnológicos. Tienen que reconvertirse a fondo, con transparencia. Pero no a costa de despidos y comisiones.

La anterior crisis económica, la de 2008, fue “una escabechina” para la banca española: decenas de Cajas y varios bancos desaparecieron, con compras y fusiones, y de las 62 entidades que había en 2008 (42 Cajas y 20 bancos) hemos pasado a 10 entidades hoy (ver listado cambios entidades), tras la fusión CaixaBank-Bankia. La banca tardó en hacer saneamientos, intentando mantener los beneficios (18.888 millones en 2008, que bajaron a 8.275 en 2011), pero en 2012 tuvieron que declarar pérdidas (-2.825 millones) y pedir un rescate a Europa: 65.725 millones de euros para sanear 15 entidades, un dinero público que será difícil de recuperar. Con menos entidades y estas ayudas, más la recuperación económica, los bancos volvieron a tener beneficios en 2013 (7.267 millones) y los aumentaron hasta 2017 (12.044 millones), estancándose en 2018 (10.989 millones) y 2019 (11.904 millones), por el poco negocio y los bajos tipos de interés.

Ahora, al estallar otra crisis con la pandemia, los bancos españoles han aprendido la lección de 2012 y se han lanzado a sanear sus cuentas lo más posible, destinando 26.518 millones (lo ganado en 2018 y 2019) a provisiones y saneamientos en el primer semestre de 2020 (17.000 más que en 2019), según las cuentas de la AEB. Y con ello, los bancos que operan en España volvieron a tener pérdidas en la primera mitad de 2020: -11.531 millones, lo ganado en todo 2019. 

En el caso de los 6 grandes bancos (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter) han publicado ya sus datos de los primeros 9 meses de 2020 (enero a septiembre) y confirman esa línea: han destinado 19.400 millones a saneamientos (+70% sobre 2019), con lo que afloran unas pérdidas conjuntas de -7.734 millones hasta septiembre, por primera vez desde 2012. Eso sí, las pérdidas se concentran en Santander (-9.048 millones) y BBVA (-15 millones), como resultado de una menor valoración de sus filiales en Reino Unido, EEUU y Polonia , ya que los demás grandes bancos siguen dando beneficios, aunque menos que en 2019: 726 millones CaixaBank (-42,6%), 180 millones Bankia (-68,8%), 203 millones Sabadell (-74,1%) y 220 millones Bankinter (-50,5%).

Los grandes bancos han vuelto a tener pérdidas por la pandemia en 2020, pero ha sido por el desplome de la economía en el primer semestre, ya que en el tercer trimestre (con la recuperación de la desescalada), volvieron a tener beneficios: +3.561 millones, que no compensaron los -11.295 millones perdidos en la primera mitad de 2020. Ahora, con la caída de actividad esperada en el 4º trimestre, por los rebrotes de la 2ª ola, se espera que la gran banca vuelva a tener pérdidas y cierren 2020 perdiendo unos -8.500 millones de euros.

Los bancos españoles han intentado fortalecer sus balances, con más provisiones y saneamientos, para afrontar que familias y empresas dejen de pagarles sus créditos. Y para cuadrar sus cuentas, a la vista de que les caen los ingresos (por la recesión tienen menos negocio y los tipos están muy bajos), han utilizado dos vías de ajuste, que llevan explorando desde la crisis anterior: recortar costes vía cierre de oficinas y despidos y aumentar ingresos vía aumento de comisiones a clientes.

Los grandes bancos tienen Planes para cerrar 4.000 oficinas más en 2021 y reducir sus plantillas en otros 15.000 empleados, la mayoría en CaixaBank-Bankia (la fusión reducirá unos 7.500 empleos), en Santander España (-3.000 empleados), en Sabadell (-2.000) y en Liberbank-Unicaja (si sale adelante esta 2ª fusión, se perderían 1.500 empleos más). Con ello, la banca española habrá cerrado en 12 años (2008-2020) un 50% de sus oficinas (pasarán de 46.065 a 24.004) y habrá despedido al 37% de sus empleados (-103.050), que llegarán a ser 120.000 empleos menos en 2021 (un 43% de los 276.497 que había en 2008). 

La justificación para estos despidos, en plena pandemia, es que el margen de la banca no para de caer (por la bajada del negocio y los tipos) y tienen que ajustar costes para sobrevivir. Y además, argumentan, España es el 2º país de Europa con más oficinas bancarias, con menos habitantes por oficina (1.995), tras Francia (1.850), muy por encima de la media de Europa (3.145 habitantes por oficina). Eso sí, no dicen que hay muchas zonas rurales sin oficina, lo que causa un serio problema a la España vaciada.

La otra vía que utiliza la banca para ajustar sus cuentas es subirnos las comisiones bancarias, que este año 2020, en plena pandemia, les reportan ya un 31% de sus ingresos totales, frente al 30% que aportaban en 2019. Y hay bancos que se han volcado especialmente en subir el peso de las comisiones para afrontar la crisis, como Bankia (les reportan el 36,74% de los ingresos), Santander España (33,78%) y Sabadell (32,32%), siendo menor su peso en  el BBVA (30,78% de los ingresos totales), CaixaBank (30,43%) y Bankinter (27,62%). En conjunto, los 6 grandes nos han sacado de comisiones 15.417 millones en 2020 (enero-septiembre), un 9,16% menos, a pesar de que la economía ha caído más. Y hay tres bancos que incluso han ingresado más por comisiones en plena pandemia: Bankia (+10,50%), Bankinter (+3,52%) y CaixaBank (+0,1%).

En  los últimos meses, hay 3 grandes bancos que han puesto en marcha Planes para aumentar sus ingresos por comisiones: Santander, CaixaBank y BBVA. En todos los casos, la estrategia es doble: por un lado, elevar los requisitos de vinculación a los clientes (nómina, recibos, tarjetas o más contratación de productos o depósitos) para no cobrarles comisiones y subir lo que cobran al resto en comisiones por mantenimiento de cuenta, sacar dinero en las oficinas, transferencias, tarjetas o mantenimiento de valores. Se trata de cobrar más a todos por los servicios bancarios y en especial a los que usan poco el banco. Incluso ING, "el banco sin comisiones", va a cobrar 10 euros al mes por la Cuenta Naranja a los clientes sin nómina y con más de 30.000 euros

Los bancos tratan de ingresar más con comisiones y recortar costes (con cierre de oficinas y despidos) para paliar sus menores ingresos y las exigencias de más saneamientos, ante el esperado aumento de la morosidad. Pero no quieren utilizar para ajustar sus cuentas parte de sus beneficios, no repartiendo dividendos (un porcentaje de sus beneficios de 2019) a sus accionistas. Al final, ha tenido que ser el BCE el que prohíba a los bancos repartir dividendos, para que tengan ese “colchón” ante esta crisis. Primero recomendó en marzo no repartirlos este año y en julio extendió la prohibición hasta el 1 de enero de 2021. Pero los bancos europeos, y sobre todo los españoles, ya han dicho que van a repartir ese dividendo en 2021, lo que supondrá destinar una parte importante de sus beneficios 2019 (un 14% el Sabadell, un 26% el Santander, un 25% CaixaBank, un 48% Bankinter, un 49% BBVA y un 66% Bankia) a sus accionistas y no a reforzar sus balances, despedir menos empleados o no subirnos tanto las comisiones a los clientes.

Cara al futuro, los bancos españoles dicen que ahora están mejor preparados y son más solventes que en la crisis de 2008-2012. Y es verdad. Pero los expertos temen que lo peor para la banca está por venir, porque en 2021 puede estallar la morosidad, dispararse los créditos impagados. De momento, los grandes bancos españoles tienen una baja tasa de morosidad (% de créditos impagados o de dudoso cobro), inferior incluso a la de 2019: 2,51% Bankinter, 3,15% Santander, 3,5% CaixaBank o 4,9% Bankia. Pero los expertos creen que eso se debe a las ayudas públicas a familias y empresas, junto a las moratorias aprobadas para retrasar el pago de hipotecas y créditos. Y piensan que esta baja morosidad es un espejismo, que puede estallar en 2021 por dos vías. Una, cuando acaben las moratorias aprobadas por el Gobierno y los bancos para pagar créditos (6 meses) o hipotecas (1 año) a los más afectados por la pandemia. De hecho, en el tercer trimestre ya han expirado algunas de estas moratorias y una minoría no ha podido pagar 2.400 millones (el 2,4% de los aplazamientos). La otra vía llegará en primavera de 2021, cuando las empresas tengan que empezar a pagar a los bancos los créditos ICO, concedidos con un año de carencia (un año de “tregua”, para empezar a devolverlos después en 5 años).

Así que lo que hoy no parece un problema, que familias y empresas no paguen sus créditos e hipotecas, puede estallar con virulencia en abril y mayo de 2021, poniendo en un serio peligro a la banca. Un problema que es europeo: la Autoridad Bancaria Europea (EBA) ya ha alertado que “en un escenario severo pero posible  de la pandemia, los bancos de la zona euro podrían acumular créditos dudosos por valor de 1,4 billones de euros”, un nivel de morosidad muy superior al alcanzado en la crisis financiera de 2008-2010. Y esta preocupante situación afectaría más a los bancos españoles, por dos razones: porque la recesión por la pandemia es más grave en España y porque los bancos españoles están a la cola de rentabilidad en Europa (-9,2% en el primer semestre frente al +0,01% de media los bancos de la zona euro).

Algunos directivos del BCE ya han propuesto que Europa cree un banco malo, para meter en él los créditos dudosos de los bancos europeos y quitarles así ese lastre, con lo que podrían estar más saneados y dedicarse a financiar la recuperación. El problema vendrá de Alemania, Holanda y los paises ricos del norte, que no querrán cargar con el coste de este banco malo, sobre todo si la mayoría de los créditos malos vienen de los paises del sur. Pero si no se hace, podríamos tener un problema con la banca, en España, Italia, Portugal o Grecia, como en 2010-2012. Y habría que volver a otro “rescate bancario”. La perspectiva es tan preocupante que incluso el Banco de España propuso en el Congreso, en octubre, un tema tabú para la banca: estudiar “quitas” (perdonar) de parte de las deudas de empresas viables que en primavera no puedan empezar a devolver los créditos ICO. Antes, para evitarlo, el Banco de España ha propuesto ampliar el año del periodo de carencia de estos créditos.

Como se ve, la banca no tiene tan claro el futuro como dice. Además, cuando salgamos de esta pandemia y de su recesión (con suerte, en 2023), la banca española seguirá teniendo 2 problemas estructurales, que amenazan sus cuentas y su futuro. El primero, los bajos tipos de interés, que reducen sus márgenes y su beneficio. De momento, el Euribor (tipo al que se prestan los bancos entre sí) lleva en negativo casi 5 años (desde febrero de 2016) y se espera que los tipos sigan en negativo hasta 2031, según ha vaticinado recientemente el consejero delegado de CaixaBank-Bankia, Gonzalo Cortázar. Y eso obliga a los bancos a cobrar tipos mínimos a familias y empresas, que además se endeudan poco tras la mala experiencia de la anterior crisis. Y el segundo problema de fondo es la creciente competencia, de los gigantes de Internet, las telecos y los nuevos bancos online (N26, uno de los últimos, ha conseguido 500.000 clientes). Nuevos competidores que tienen además una gran ventaja sobre la banca tradicional: su buena imagen.

Porque el tercer problema de fondo de la banca es su mala reputación: la banca se ha ganado la mala reputación que tiene. No podemos echarle la culpa a nadie, no ha venido una norma y nos ha puesto mala reputación, sino que el sector se lo ha ganado”, reconocía a finales de 2019 Gonzalo Cortázar, nombrado ahora consejero-delegado de la nueva CaixaBankia, el primer banco español y el 10º de la zona euro. Una reputación que no mejora con cierre de sucursales, nuevos despidos y más comisiones a los clientes, que cada año multiplican las  demandas en los Tribunales y las reclamaciones (14.621 presentadas en 2019 ante el Banco de España), siendo casi la cuarta parte (22%) desoídas por las entidades.

Vienen meses duros para la economía y para la banca, que tendrá que reforzar sus balances y ajustar sus cuentas, pero sin agravar las cifras de paro y cargar excesivas comisiones sobre sus clientes, familias y empresas. Y tendrán que replantearse de una vez su negocio, reconvertirse, para poder competir con otras compañías que aspiran a mover nuestro dinero y financiarnos. Necesitamos una banca más saneada (que reinvierta sus beneficios, no aumente sus dividendos),  a la que no tengamos que volver a rescatar. Y una banca no más grande (fusiones) sino más transparente, más eficiente y más justa. Amén.