Como se esperaba, el Banco Central Europeo (BCE) bajó el jueves los tipos de interés oficiales, otro -0,25%, la 6ª bajada del precio oficial del dinero en los últimos meses (junio, septiembre, octubre y diciembre de 2024, enero y marzo de 2025), dejándolos en el 2,50%, el tipo en que estaban en diciembre de 2022 y a finales de 2008. Con ello, el BCE desanda parcialmente el camino de las 10 subidas de tipos aprobadas entre julio de 2022 y septiembre de 2023, cuando disparó el precio del dinero del 0 al 4,5%.
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lunes, 10 de marzo de 2025
6ª bajada tipos, pero hipotecas más costosas
El Banco Central Europeo (BCE) bajó el jueves los tipos
de interés oficiales (-0,25%), por 6ª vez en los últimos nueve
meses, tras haberlos subido 10 veces antes, entre 2022 y 2023.
Ahora, el BCE podría darse una tregua en las bajadas, por temor a un
repunte de la inflación tras los aranceles de Trump. Con todo, el Euribor
bajó al 2,40% en febrero y eso abarata la cuota de las hipotecas que
se revisen los próximos meses. Pero ojo: la bajada de tipos no abarata
las nuevas hipotecas, porque el precio de los pisos se ha disparado
y eso provoca que la cuota a pagar ahora sea más alta en muchas ciudades.
Y los precios seguirán subiendo, porque hay poca oferta y resulta más barato
pagar una hipoteca que un alquiler en las grandes ciudades (para los que
tengan ahorros y un salario suficiente, no para jóvenes y familias vulnerables).
Por mucho que bajen los tipos, si no se promueven más viviendas, las
hipotecas serán prohibitivas. Enrique Ortega
Como se esperaba, el Banco Central Europeo (BCE) bajó el jueves los tipos de interés oficiales, otro -0,25%, la 6ª bajada del precio oficial del dinero en los últimos meses (junio, septiembre, octubre y diciembre de 2024, enero y marzo de 2025), dejándolos en el 2,50%, el tipo en que estaban en diciembre de 2022 y a finales de 2008. Con ello, el BCE desanda parcialmente el camino de las 10 subidas de tipos aprobadas entre julio de 2022 y septiembre de 2023, cuando disparó el precio del dinero del 0 al 4,5%.
Con esta 6ª bajada de tipos, el BCE se distancia de la
Reserva Federal USA, que sólo ha aprobado 3 bajadas de tipos en
los últimos meses (septiembre, noviembre y diciembre de 2024) y que decidió
no bajarlos el 29 de enero, a la vista de la amenaza de aranceles de
Trump, aunque los había subido antes que Europa (en marzo de 2022), más
veces (11 subidas de tipos entre 2022 y 2024) y los mantiene en
un nivel más elevado (4,50%, frente al 2,5% el BCE). Y también se distancia
del Banco de Inglaterra, que sólo ha aprobado 3 bajadas de tipos
en los últimos meses (agosto y noviembre 2024 y febrero
2025), tras 14 subidas de tipos entre 2021 y 2024 y que también tiene
el dinero más caro que Europa: 4,25%.
El BCE ha bajado más veces y más los
tipos en los últimos meses (-1,50%) que EEUU (-1%) y Reino Unido (-0,75%)
porque
la economía europea está estancada y crece mucho menos y los
tipos altos no ayudan sino que perjudican la recuperación. En 2024, la
zona euro apenas creció un +0,7% (frente al +2,7% que creció USA
y el +1% el Reino Unido), mientras Alemania seguía en recesión (-0,2%
caía su PIB) y apenas crecían Francia (+1,1%) e Italia (+0,5%), sólo España
(+3,2%), según Eurostat. Y el panorama para 2025 no es muy halagüeño, según
el propio BCE, que ha rebajado la previsión de crecimiento de la
zona euro (+0,9% frente al +1,1% que esperaban crecer hace unos meses). Así
que necesitaban bajar los tipos en marzo, para no hundir
más la economía europea.
Y se podía hacer, porque la inflación en Europa está
medianamente controlada: ha bajado al 2,4% en la zona euro en
febrero, tras 4 meses antes de subidas (desde el 1,7% de septiembre al 2,5%
de enero). Ahora, el BCE espera que la inflación de la zona euro siga
estable y acabe el año en el 2,3%, algo más de lo previsto hace unos
meses (2,1%), pero en un nivel asumible, para poder bajar del 2% (su
gran objetivo) en 2026.
Con este panorama, la estrategia del BCE era seguir
bajando los tipos en 2025, al menos otras dos veces más, hasta acabar el año en
el 2%, para no entorpecer el bajo crecimiento europeo. Pero Trump ha
trastocado esta estrategia y el BCE ya ha anticipado que podría
darse una tregua en las bajadas y no aprobar otro recorte en su
próxima reunión, el 17 de abril. El temor es que la amenaza de aranceles
de Trump a Europa (a partir del
2 de abril) dispare la inflación en los próximos meses, no sólo en la UE sino
en el resto del mundo, por la generalización de aranceles. Y que este proteccionismo
provoque una recesión en Europa. Así que el BCE se coloca en posición de “esperar
y ver” antes de aprobar nuevas bajadas.
Este complicado panorama económico internacional
podría frenar la bajada de tipos no sólo en Europa, sino también en EEUU y el
resto del mundo, afectando negativamente a las empresas y a las familias, a la inversión,
el consumo y el crecimiento. Y podría frenar la caída del Euribor, que ya ha bajado
mucho en los últimos meses: ha caído del 4,16% en octubre de 2024 (tipo más
elevado en los últimos 4 años) al 2,40% con que cerró febrero de 2025. Y
algunos expertos creen que bajará al 2,2% en verano y rozará el 2% a fin de
año.
Todo va a depender de los aranceles y los
enfrentamientos geopolíticos, pero, de momento, los 4 millones de
familias que están pagando una hipoteca verán reducida su cuota
cuando les toque revisar su hipoteca a tipo variable. Ya ahora en
marzo, la rebaja será de 110 euros al
mes para una hipoteca media de 150.000 euros a 25 años (que paga el Euribor+1%).
Y lo notarán más los que revisen su hipoteca a partir de junio,
porque el Euribor superó el 4% en junio de 2024 (hasta diciembre, que bajó el
3,67%) y esta primavera rondará
el 2,2%, lo que supondrá rebajas de cuotas de unos 160 euros mensuales.
También notarán la rebaja de tipos las empresas que tienen créditos
referenciados al Euribor.
El problema lo tendrán los que están pensando en pedir
una hipoteca nueva para comprar una casa. Con las anteriores rebajas de
tipos del BCE, la contratación de hipotecas se ha reanimado y
hasta disparado en diciembre de 2024, cuando aumentaron un 30% (32.377
hipotecas), según
el INE. Así, en 2024, los españoles contrataron 423.761 hipotecas,
+11,2% que en 2023 y la 2ª mayor cifra (tras las 464.107 de 2022) desde
la caída iniciada en 2013 (199.703 hipotecas).Ahora, se espera que la
demanda de hipotecas siga creciendo, con la bajada de tipos, aunque el precio
que se paga apenas haya bajado (3,25%
pagado en diciembre de 2024, frente al 3,33% en diciembre de 2023).
Pero los que piensan en contratar una hipoteca tienen
un problema, que no son los tipos: el precio de coste de las viviendas
que vayan a comprar se ha disparado estos años, más de lo que han bajado
los tipos. Y, en consecuencia, las hipotecas son ahora más costosas,
hay que pagar una mensualidad más alta, aunque los tipos bajen. Veamos algunos
ejemplos.
Un piso cuesta ahora de media en España 2.271 euros/m2,
según
los datos del portal Idealista, frente a 2.056 euros que costaba en febrero
2024, 1.960 euros en febrero 2023 y 1.801 euros que costaba en febrero 2022
(cuando el Euribor estaba en negativo). Si calculamos la evolución del precio
de una vivienda media, de 90 metros cuadrados, el precio ha saltado de 162.090
euros en 2022 a 204.390 en febrero 2025. Y si comparamos el coste mensual de una hipoteca
(por el 80% del valor en cada momento, a 25 años y pagando el euribor+1%), comprobamos
la subida de la cuota: de 469,28 euros en febrero de 2022 a
787,12 en febrero de 2023 y a 837,24 euros en febrero de 2024. Y tras
las 5 bajadas de tipos anteriores del BCE, la mensualidad apenas baja y se
quedaba en 810,45 euros en febrero…
Pero eso es la media en el conjunto de España. Si
tomamos los precios de las grandes ciudades, resulta que la
cuota que pagamos ahora por comprar un piso es más alta que hace
un año, a pesar de las bajadas de tipos. En Madrid capital, la
hipoteca de un piso medio de 90 metros (que cuesta ahora 471,420 euros, según
Idealista) sale por 2.133 euros, frente a los 1.738 euros que había que
pagar de hipoteca por ese mismo piso en febrero de 2024 (cuando costaba 384.000
euros). Y en Barcelona, la cuota hipotecaria para comprar un piso de 90
metros (que cuesta ahora 427.590 euros, según
Idealista) es de 1.934,70 euros mensuales, frente a los 1.755,12 euros de
hipoteca que costaba comprar es mismo piso en febrero de 2024 (cuando costaba 387.900
euros). Y eso mismo pasa en ciudades como Bilbao, Málaga , Valencia,
Sevilla, Palma, San Sebastián, Cádiz, Las Palmas, Coruña…: los precios de
los pisos han subido mucho más de lo que han bajado los tipos de las hipotecas.
Hay que pagar más cuota mensual para comprarlos (y más entrada y gastos).
Este es un grave problema con el que se van a
encontrar los jóvenes y familias que piensen ahora en comprar piso, tras
haber bajado los tipos: les saldrá más caro. Y más cada mes,
porque hay una falta de viviendas en el mercado y los pisos siguen subiendo,
tras haberse encarecido un +11,3% en 2024 (según el INE) y un +43,8%
entre 2014 y 2023, según
el INE. Pero a la vez, mucha gente se hace esta otra cuenta: ahora sale más
barato comprar que alquilar. Y es verdad. Un alquiler medio en España cuesta
1.260 euros (14 euros por metro cuadrado, un piso de 90 metros), según
el portal Idealista (febrero 2025) y la cuota de una hipoteca por el 80%
del precio medio de un piso de 2ª mano (204.390 euros) sale por 810,45 euros,
dos tercios del precio del alquiler. En el caso de Madrid capital,
el alquiler medio es de 1.908 euros (21,2 €/m2) y una hipoteca para comprarlo (80%
de los 471.420 euros de precio de venta) cuesta poco más, 2.133 euros. Y en
Barcelona, con un alquiler medio más alto, de 2.133 euros, el coste de una
hipoteca para comprarlo (80% de los 427.590 euros de precio de venta) sale por
1.935,70 euros mensuales, menos que el alquiler.
Estas cuentas se pueden hacer extensivas a la mayoría de
España: en 2024, en 60 de las 64 ciudades con más de 100.000 habitantes
costaba menos la cuota de una hipoteca que el alquiler, según
este estudio de UVE Valoraciones. Sólo había cuatro grandes ciudades donde
alquiler era más barato que comprar: San Sebastián, Marbella, Cádiz y
Palma. Y ahora, en 2025, se ha sumado Madrid, por la fuerte subida
precio vivienda en los últimos meses.
Pero estas cuentas no tienen presente un doble
problema. Por un lado, que hay muchos jóvenes y familias que no
pueden pensar en comprar un piso, aunque la cuota les sea más baja que el
alquiler, porque no tienen dinero ahorrado para pagar la
entrada (el 20% del valor del piso que no cubre la hipoteca) y los
gastos e impuestos que hay que pagar (otro 10% más). O sea, que para
comprar un piso “medio” que vale ahora 204.390 euros (no en una gran
ciudad, donde este precio se duplica), habría que tener “ahorrados” ( o
que se lo dejen los padres) unos 62.000 euros (o 135.000 en el caso de
Madrid o Barcelona), algo inalcanzable para la mayoría de los jóvenes y para
muchas familias.
Pero además de tener ahorros para la entrada y gastos, conseguir
una hipoteca no es algo sencillo, como todo el mundo sabe. Hay que tener unos
ingresos regulares y un contrato laboral medianamente estable, pero
sobre todo, hay que asegurarle al banco que el pago mensual de la
hipoteca no supera el 30% de los ingresos. Así, si un joven o una
familia se plantea pedir una hipoteca de 163.500 euros, para pagar el
80% del precio de ese piso “medio” (de 204.390 euros, que “no existe en la
mayoría de ciudades), debe saber que la cuota mensual a pagar (810 euros ahora, con el Euribor de febrero) no
puede ser más del 30% de su sueldo. O sea, que esa familia tiene que
ingresar 2.700 euros al mes… Y si piensa comprar un piso en Madrid, pagando
una hipoteca de 2.133 euros mensuales,
debe justificar que la familia gana al menos… 7.110 euros al mes. Algo
imposible para casi todos.
Así que bajan los tipos, pero comprar un
piso sigue siendo algo difícil para la mayoría, aunque sobre el papel
sea “más barato” que alquilar. Sobre la base de las bajadas, los bancos
españoles ya preparan “una
guerra de hipotecas” para primavera, buscando clientes que puedan
pagarlas (no es fácil encontrar quienes tengan sueldos “suficientes). Así que
la estrategia es “filtrar” clientes, conseguir aquellos con
nóminas estables y suficientes y ofrecerles “tipos
escaparate” bajos, a ser posible “fijos” (más rentables para las
entidades a medio plazo) y que ronden la cifra mágica del 3%. O tipos
variables con el “gancho” de Euribor más 1% y menos, a cambio de
que el hipotecado se “vincule” con el banco: nómina, tarjetas, seguros y todo
aquello que genere comisiones para sumarlas al margen en los
tipos. Es el “secreto” que ha permitido a los 6 grandes bancos
españoles ganar
31.768 millones de euros en 2024,
más del doble que antes de la pandemia (13.222 millones en 2019).
En resumen, los tipos bajan, pero podrían no seguir
bajando este año, si los aranceles siguen adelante y se despierta la
inflación en el mundo y en Europa. Pero el problema es que la
rebaja de tipos no beneficia a jóvenes y familias que busquen casa,
porque la fuerte subida de precios hace que el coste mensual de las nuevas
hipotecas suba, sobre todo en las grandes ciudades. Así que cada
vez será más difícil comprar. Y cuanto más suban los alquileres,
peor, porque se encarecerán las compras y las hipotecas. Así que la
clave no está en las hipotecas y los tipos sino en aumentar
la oferta de viviendas (para compra y alquiler), consiguiendo más suelo,
financiación y promociones, con un Pacto (que parece imposible) entre el
Gobierno, las autonomías, Ayuntamientos, promotores y bancos. Y ayudar a
los que tienen viviendas vacías a que las alquilen, con garantías de
seguridad y precio. Pero nada de esto se hace y la angustia de los que buscan
casa crece cada día. Un problemón.
Como se esperaba, el Banco Central Europeo (BCE) bajó el jueves los tipos de interés oficiales, otro -0,25%, la 6ª bajada del precio oficial del dinero en los últimos meses (junio, septiembre, octubre y diciembre de 2024, enero y marzo de 2025), dejándolos en el 2,50%, el tipo en que estaban en diciembre de 2022 y a finales de 2008. Con ello, el BCE desanda parcialmente el camino de las 10 subidas de tipos aprobadas entre julio de 2022 y septiembre de 2023, cuando disparó el precio del dinero del 0 al 4,5%.
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lunes, 23 de octubre de 2023
Alquileres disparados
Este jueves se cumplen 5 meses de aplicación de la nueva Ley de vivienda, aprobada en el
Congreso con la oposición de la derecha,
cuyas autonomías (11) amenazan con no aplicarla. Hasta fin de año no estarán listos los topes
al alquiler, pero la Ley ha sido inútil
y contraproducente: los alquileres
siguen subiendo y se cobran ya precios
récord en 27 capitales, entre ellas
Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza y Valladolid. Y las familias destinan el 40% de sus ingresos (y más) al alquiler, agravando la pobreza y forzando a que dos tercios de los jóvenes vivan con sus padres. La causa de estos alquileres
carísimos (más de 1.000 euros de media) está en la falta de viviendas, sobre
todo en grandes ciudades: necesitamos 1,2 millones de pisos más para
alquilar. Urge un Pacto entre el
próximo Gobierno, autonomías y promotores para conseguir suelo y financiación para construir
viviendas en alquiler a precio tasado. Y facilitar el alquiler de 1,9 millones de viviendas vacías. Más viviendas, no topes al alquiler. Enrique Ortega
Los alquileres siguen subiendo este año 2023, trimestre a trimestre. En el tercer trimestre, han vuelto a subir un +0,3% (tras subir un +2,4% en el primero y un +4,5% en el 2º trimestre), con una subida anual del +9,3%, según el último dato del portal Idealista. Esta subida anual es mayor en Valencia (+22,1%), Alicante (+18,6%), Barcelona (+18,1%), Palma (+16,7%), Madrid (+10,7%), Ceuta y Las Palmas (+10%), mientras sólo bajan los alquileres en Palencia (-1,6% anual). Otra subida que se suma al +8,4% que subieron los alquileres en 2022, tras caer un -3,6% en 2021 (por la pandemia) y subir otro +4,6% en 2020. Así que los alquileres suben un +18,7% en los últimos 45 meses, tras aumentar un +50% entre 2014 y 2019, según Idealista. Resumiendo: han subido +68,7% en menos de una década.
Los alquileres siguen subiendo este año 2023, trimestre a trimestre. En el tercer trimestre, han vuelto a subir un +0,3% (tras subir un +2,4% en el primero y un +4,5% en el 2º trimestre), con una subida anual del +9,3%, según el último dato del portal Idealista. Esta subida anual es mayor en Valencia (+22,1%), Alicante (+18,6%), Barcelona (+18,1%), Palma (+16,7%), Madrid (+10,7%), Ceuta y Las Palmas (+10%), mientras sólo bajan los alquileres en Palencia (-1,6% anual). Otra subida que se suma al +8,4% que subieron los alquileres en 2022, tras caer un -3,6% en 2021 (por la pandemia) y subir otro +4,6% en 2020. Así que los alquileres suben un +18,7% en los últimos 45 meses, tras aumentar un +50% entre 2014 y 2019, según Idealista. Resumiendo: han subido +68,7% en menos de una década.
Con estas fuertes subidas anuales, el precio medio de alquilar una vivienda en España alcanza hoy otro
máximo
histórico: 11,8 euros por metro cuadrado, superando los 1.000 euros (1.062 euros un piso de 90 m2), según
el portal Idealista. Pero es mucho
más caro en capitales como Barcelona
(20 euros/m2), Madrid (17,7
euros), San Sebastián (16,9), Palma (14,6), Bilbao (13,2), Valencia (12,4), Las Palmas (11,6), Ceuta (11,5),
Vitoria (11,1), Sevilla y Girona (11), Santa Cruz de Tenerife (10,9), Cádiz
(10,6), Alicante (10,5) y Pamplona (10,4 euros/m2), las capitales donde es más
caro alquiler. Y Zamora (6,1 euros/m2), Ciudad Real y Cáceres (6,2), Orense
(6,4), Palencia o Lugo (6,6 euros) las más baratas.
Lo preocupante es que son
ya 21 las ciudades donde los alquileres han alcanzado su máximo histórico en septiembre, según
Idealista: Ávila, Barcelona,
Burgos, Castellón, Granada, Guadalajara, Logroño, Lugo, Madrid, Murcia, Oviedo, Pamplona, Pontevedra, Santa Cruz de
Tenerife, Sevilla, Soria, Tarragona,
Valencia, Valladolid, Vitoria y Zaragoza.
La subida de alquileres también se está produciendo en toda Europa (+21% entre 2010 y 2023), pero,
desde 2022, sube más el precio de los alquileres que la
compraventa de vivienda, según
Eurostat. Entre 2015 y 2022, el precio medio del alquiler en Madrid se ha encarecido un +39%, frente a un +26% de subida en
otras capitales europeas, según
este estudio de FUNCAS. Con ello, el
alquiler en Madrid es el 9º
más caro entre las grandes
ciudades de Europa, con un índice 134 (el 100 sería Bruselas), superado por
Londres (295), Dublín (232), Copenhague
(198), Luxemburgo (189), Estocolmo (182), París (179), Múnich
(156) y Helsinki (134). Y cuesta menos alquilar una vivienda en Berlín (índice 133), Lisboa (129), La Haya (126), Viena
(113), Bruselas (100), Roma (98) o Atenas (96).
Con estos precios disparados en España, las familias tienen que hacer un esfuerzo mucho mayor para alquilar.
Según
un estudio de la inmobiliaria Culmen, en España hay 1,8 millones de hogares
que viven en alquiler y el 75% de ellos (1,37 millones de hogares) tienen que
destinar más del 30% de sus ingresos a pagar el alquiler, el tope que se
considera recomendable. Pero la mitad de ellos (750.000 hogares) tienen que destinar más del 50% de sus ingresos a
alquilar, lo que hunde sus economías o les obliga a dejar su vivienda
(y volver con sus padres o vivir “amontonados” con amigos o familiares).
Otro estudio
de Funcas revela que el 40% de los
inquilinos destinan más del 40% de sus ingresos a pagar el alquiler,
un esfuerzo que duplica al que hacen los inquilinos en Europa. Y eso es una
media, porque hay ciudades donde el esfuerzo de los inquilinos es mayor, según
otro estudio de Idealista: en Barcelona,
el alquiler medio se lleva el 43,1%
de los ingresos medios, en Palma el 42%,
en Valencia el 39,1%, en Málaga el 36,8%, en Alicante el 35,3%, en Madrid el
34,7%, San Sebastián el 32,6% y en las Palmas el 30%. Y otro dato sorprendente:
en 47 capitales, es mayor el esfuerzo para alquilar un piso
que el coste de una hipoteca para comprarlo (si se tiene dinero para la entrada
y los gastos y se consigue que un banco conceda esa hipoteca). Sólo es más barato alquilar que comprar
un piso hoy en 5 capitales españolas: A
Coruña, San Sebastián, Palma, Málaga y Granada.
Este panorama,
unos alquileres que se llevan hasta el 40% (y más) de los ingresos de una
familia, son la principal causa del
aumento de la pobreza en España, según
el último Informe sobre la pobreza en 2022 de la Red Europea de Lucha
contra la Pobreza (EAPN), más decisiva
incluso que tener o no tener trabajo. Y eso, porque las familias más vulnerables (hay 12,3 millones de españoles en
riesgo de pobreza) alquilan más y el
coste del alquiler se lleva casi el 40% de sus ingresos, el triple que en las
familias con más recursos (donde el alquiler supone sólo el 12,5% de sus
gastos). Y aportan
un dato revelador: en 2022, 4 de cada 5 personas con un elevado gasto en
pagar el alquiler eran pobres.
Esto puede provocar
que muchas de estas familias no puedan ahora pagar su alquiler, al
haberse disparado. De momento, las medidas legales tomadas por el Gobierno tras
la COVID han frenado los desahucios: de 36.467 por impago de alquiler en
2019 a 21.141 en 2020 y 27.533 en 2022 (y 10.166
en el primer semestre de 2023). Pero hay expertos que creen que la caída de desahucios este año
(-37% sobre primera mitad de 2022) se
debe no a la protección legal de las familias vulnerables, sino a dos
huelgas en el personal de Justicia (primero secretarios y luego funcionarios judiciales). Y temen que los desahucios por impago de alquileres repunten en los próximos
meses. Eso sería muy preocupante, porque un 70% de los 700.000 desalojos de
viviendas que se han hecho en España desde 2008 (por impagos de alquileres e
hipotecas) afectaron a familias con menores, según
Save the Children.
Los alquileres disparados afectan también muy especialmente a los jóvenes, que ven más difícil emanciparse y formar un hogar.
Si el salario medio de un joven era,
en junio de 2022, de 1.089 euros (según
el Consejo de la Juventud), pagar un alquiler le supondría de media el
83,9% de su sueldo. Y con el pago de los
recibos obligatorios, “se comería” el 93,6% del sueldo. Por eso, la mayoría
de los jóvenes españoles no pueden emanciparse: el 69,1% de los jóvenes (de 16 a 34 años) siguen viviendo con sus padres, un 10% más que hace una década. Y
entre 25 y 34 años, el 46,3% de los jóvenes españoles viven con sus padres,
frente a sólo el 30,3% de media en Europa, según
este estudio de Funcas.
Pero no es sólo que los altos alquileres acrecienten la
pobreza y dificulten la emancipación de los jóvenes, es que además, cada vez resulta más difícil alquilar, incluso a estos precios desorbitados, porque salen pocos pisos a alquiler cada
día: la oferta de alquileres se ha reducido un -28% en esta Legislatura, entre
principios de 2019 y principios de 2023, según
el portal Idealista. Una caída de oferta que ha sido mucho
mayor en las grandes ciudades, como Barcelona (-51% alquileres), Valencia
(-45%), Madrid (-44%), San Sebastián (-35%), Alicante y Málaga (-33%), Sevilla
(-28%) o Bilbao (-24%). Menos oferta de alquileres porque se hacen menos
viviendas nuevas (80.000 en 2022) y, sobre todo, porque muchos propietarios
prefieren vender y obtener una alta plusvalía con la subida de precios, sobre todo tras
la aprobación de la nueva Ley de Vivienda, que establece topes al alquiler.
Con esta poca oferta, alquilar un piso (carísimo) es cada
día más complicado (“la jungla del alquiler”). La demanda
de inquilinos es tan alta que los
alquileres “vuelan”, se colocan en horas. Y los propietarios “eligen” cada
vez más al inquilino, incluso convocando a varios a la vez para “hacer un casting”, donde se valora
sus ingresos, su contrato, su estilo de vida y hasta su color de piel…Y ahora,
aunque la nueva Ley de Vivienda prohíbe
que el inquilino pague la comisión de la
inmobiliaria (la tiene que pagar el propietario), se
multiplican las denuncias de que las siguen cobrando, o bien ilegalmente
(si no, no hay piso) o camuflada como un “servicio post- alquiler” al
inquilino, que le imponen. Y además, cada vez se alquilan pisos de menor
calidad (“infrapisos”) y hasta viviendas que no lo son.
El problema de fondo
de los alquileres en España es la falta de oferta y la escasez de
viviendas: desde 2015 se han iniciado una media de 75.000 nuevas viviendas al año frente
a 120.000 nuevos hogares anuales que se han creado en ese periodo, según
destaca Funcas. No sólo ha caído
drásticamente la construcción de nuevas viviendas “libres” (desde el récord
de 597.632 viviendas terminadas en 2006 a las 365.000 en 2009 y un mínimo de
35.382 viviendas en 2014 hasta 79.935
terminadas en 2022). También se
ha desplomado la construcción de viviendas de protección oficial (VPO): de terminarse 85.028 en 1997 se
bajó a 67.514 en 2007, sólo 17.059 VPO en 2013 (tras los recortes) y un mínimo
de 9.221 VPO terminadas en 2022. Así que no se promueven nuevas viviendas, ni
las empresas privadas ni la Administración Pública (Estado, autonomías y
ayuntamientos), mientras cada año hay nuevas familias y jóvenes que necesitan una
vivienda. Y encima, en España el parque público
de viviendas sociales es ridículo: sólo 300.000 viviendas, el
2,5% del parque total, frente al 9,3% en Europa (el 30% en Paises Bajos,
17,5% en Reino Unido y el 5% en Alemania).
Por todo ello, la solución al grave problema de los
alquileres pasa por construir más
viviendas y destinar la mayoría al
alquiler: más oferta para bajar los precios. España necesita construir 1,2 millones de viviendas de alquiler
protegido en 10 años para rebajar la
tensión del alquiler, según
un reciente estudio de la inmobiliaria Culmia y GAD3. Proponen que 761.000 sean viviendas de alquiler asequible (un 20%
más bajo que el de mercado) y otras 442.000 se construyan para alquiler social
(un alquiler bajo, para las familias más vulnerables). Y además, creen que
haría falta construir otras 166.000 viviendas en 10 años para alquiler “libre”.
En total, proponen
construir 1.369.000 viviendas para
alquilar en los próximos 10 años,
una media de 140.000 al año (casi el doble de las que se construyen ahora). Y
para conseguirlo, proponen la colaboración público-privada: que
las distintas Administraciones ofrezcan suelo a cambio de que se construyan
viviendas con alquiler tasado durante 80 años, con ayudas financieras y
fiscales a los promotores (privados y públicos).
Este es el camino para rebajar los impagables alquileres
actuales. Pero el Gobierno Sánchez, forzado por Podemos, aprobó una Ley de la Vivienda que
sólo en parte sigue esa vía (prevé construir 140.000 viviendas públicas en 5
años), pero que sobre todo defiende “un atajo populista”: poner controles al precio de los alquileres,
topes a su subida en las zonas
tensionadas. De momento, la Ley entró en vigor el 26 de mayo, pero los topes de precios no se han aprobado y se
retrasarán hasta finales de año. El problema ya no es sólo que estos
topes hayan retraído a muchos particulares (e inmobiliarias) a alquilar,
recortando más la oferta, sino que no se van a aplicar, creando una
gran incertidumbre en el mercado. Porque las autonomías gobernadas por el PP (11, 6 de ellas con VOX) ya han dicho
que no
aplicarán estos topes, que sí adoptará Cataluña (ha
establecido ya 140 municipios con alquileres “tensionados” y reclama al
Gobierno los topes ya). Así que
tenemos una Ley contraproducente que no
se va a aplicar y no se avanza en la vía eficaz: promover más viviendas. Y facilitar el alquiler (sin imposiciones,
con incentivos) de los 1,9 millones de viviendas vacías.
Urge que el futuro Gobierno sea más realista y promueva un
gran Pacto por la vivienda, sentando a las autonomías, Ayuntamientos
y promotores para aprobar un ambicioso Plan de construcción de viviendas, al
menos esas 140.000 al año que se
proponen. Y eso pasa por sacar al mercado todo el suelo disponible y ofrecerlo gratis a los que promuevan viviendas
de alquiler asequible, asegurándoles una financiación
y una rentabilidad suficientes. No podemos seguir permitiendo que los
alquileres sigan disparados, asfixien a las familias y frenen en seco la
emancipación de los jóvenes. La vivienda tiene enmienda: construir más.
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