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jueves, 29 de abril de 2021

EPA marzo 2021: se pierde menos empleo

El primer trimestre se ha perdido la mitad de empleo (-137.500) que al comienzo de 2020, según la EPA conocida hoy, gracias a la mayor ocupación en el campo, Madrid y Cataluña, aunque la pandemia ha provocado ya la pérdida de 760.100 empleos (y otros tantos “salvados" en ERTES). El paro baja del 16%, gracias a que 203.400 personas han dejado de buscar trabajo, porque no podían (pandemia) o “lo veían muy negro”. Y hay 1.226.200 hogares con todos en paro, aumentan los parados de larga duración (45,66%) y más de la mitad de parados no cobran ningún subsidio. La mayor movilidad en los últimos meses ha aumentado contagios y muertes pero ha evitado una mayor caída del empleo, salvo en los jóvenes, Baleares, Extremadura y Canarias, aunque seguimos con más del doble de paro que Europa y superando el 20% en Canarias, Andalucía, Extremadura y Ceuta y Melilla. Y entre los jóvenes (39,5%). Urge un Plan de choque contra el paro antes de que lleguen las ayudas europeas.

Enrique Ortega a partir de Carpanta de Escobar

El primer trimestre suele ser malo para el empleo, pero este año se han perdido la mitad de empleos que en 2020, cuando empezó a pasar factura la pandemia: -137.500 empleos perdidos frente a -285.600 en el primer trimestre de 2020, según la EPA. Eso sí, se ha perdido el empuje de los trimestres anteriores, en que aumentó el empleo (+569.700 en el tercer trimestre y +167.400 en el 4º trimestre), tras el desplome del 2º trimestre, por el confinamiento (-1.074.100). Con ello, de marzo 2020 a marzo 2021 se han perdido “sólo” -474.500 empleos y en los últimos 15 meses, el balance de la pandemia supone una pérdida de -760.100 empleos, que rompe la racha de 6 años anteriores creciendo. Pero esta pérdida encubre que hay 743.628 trabajadores “aparcados” en ERTEs, que no son parados gracias a esta herramienta, pero que pueden serlo en los próximos meses si no vuelven a trabajar.

En el primer trimestre, la pérdida de empleo ha sido muy desigual por sexo, edad, sector y región. Los hombres han perdido más empleo (-84.800) que las mujeres (-52.800) y sobre todo los jóvenes de 25 a 29 años (-43.100), mientras aumentaba el empleo entre 40 y 44 años y entre los mayores de 55 años (puede explicarse por la sanidad y la regularización empleadas de hogar). Y ha crecido el empleo en el campo (+15.800), en el sector público (+18.300), en Madrid (+40.400) y Barcelona (+33.300), mientras se perdía en el sector privado (-155.000), en los servicios (-83.400), la industria (-51.300) y la construcción (-18.500), en la Comunidad Valenciana (-40.200), Andalucía (-30.800) y Canarias (27,400), según la EPA.

En el último año (marzo 2020-marzo 2021), en el grueso de la pandemia, se han perdido -474.500 empleos, sobre todo entre los hombres (-276.200), jóvenes (-241.300 entre menores de 30 años), servicios (-344.500) e industria (-127.100), sector privado (-623.900) y en Canarias (-130.200), Comunidad Valenciana (-80.500), Cataluña (-77.300), Madrid (-39.100) y el País Vasco (-39.100 empleos). Y, curiosamente, aumentó el empleo entre las personas de 45 a 49 años (+33.200), los de más de 55 años (+101.500), los que trabajan en la agricultura (+13.200) y en la administración pública (+149.400), y los que trabajan en Castilla la Mancha (+13.200 empleos) y en Murcia (+8.100 empleos), según la EPA.

Mientras se ha seguido perdiendo empleo en el primer trimestre, sorprende que haya bajado el paro, en -65.800 personas, algo que no pasaba al comienzo del año desde 2015 (el año pasado, el paro aumentó +121.100 en el primer trimestre). Este aparente contrasentido se debe a un  dato llamativo: con la pandemia, hay menos personas que buscan trabajo, porque no han podido hacerlo (por la pandemia) o porque “lo ven muy negro”. Y al preguntarle la EPA, no se consideran ni siquiera parados: son inactivos, “desanimados”.  Ya pasaba antes, pero en el primer trimestre de 2021, la caída de activos ha sido espectacular: -203.400, lo que deja la tasa de actividad en un porcentaje estremecedor: 57,69%. A lo claro: que poco más de la mitad de adultos trabajan o buscan trabajo.

Con este panorama, el paro ha bajado a 3.653.900 personas que se consideran desempleados, -65.800 que a principios de año y +341.000 que hace un año, en marzo de 2020 (había 3.313.000 parados EPA). La caída del paro en este primer trimestre  ha sido también desigual, según la EPA de hoy: bajó más entre las mujeres (-37.900), los de edades medias (-55.300 entre 25 a 54 años) y en los servicios (-97.500), sobre todo en Andalucía (-65.808 parados), Madrid (-50.300) y Cataluña (-65.808). En cambio, aumentó el paro entre los mayores de 55 años (+10.900), la agricultura (+3.100), la industria (+1.400) y la construcción (+1.100) y en Galicia (+15.700), Castilla y León (+9.900) y el País Vasco (+9.500).

En el último año (marzo 2020-marzo 2021), en el grueso de la pandemia, el paro ha crecido en +341.000 desempleados, sobre todo entre las mujeres (+204.900), entre los que tienen de 25 a 54 años (+232.300, un 10%) y los jóvenes de 20 a 24 años (+68,700, un +18,59%), en el campo (+23.300), la industria (+18.200), la construcción (+18.600) y mucho menos en los servicios (+9.200) y, sobre todo en Cataluña (+88.100), Canarias (+57.400), Madrid (+56.800), Andalucía (+51.300), País Vasco (+25.500) y Navarra (+22.500), la autonomía donde porcentualmente más ha crecido el paro el último años (+35,5%), según la EPA. Y sólo bajó el paro en Extremadura (-9.400), Castilla la Mancha (-5.400) y Asturias (-2.100).

La tasa de paro baja del 16% y se coloca en marzo en el 15,98%, todavía muy lejos de la tasa de paro europea (6,9%) o alemana (4,5%). Y baja unas centésimas la tasa de paro de los jóvenes (menores 25 años), al 39,53% (17,2% en la UE-27). Y aparecen otros datos también muy  preocupantes. El primero, que hay 1.226.200 hogares con todos sus miembros en paro (+152.400 que hace un año). El segundo, que seguimos con 5 regiones que tienen una tasa de paro “escandalosa”, superior al 20%: Ceuta (28,52%), Canarias (25,42%), Andalucía (22,54%), Extremadura (22,22%) y Melilla (21,52%), que contrastan con tres autonomías que tienen una tasa de paro casi europea (10,99% el País Vasco, 11,45% Navarra y 11,90% la Rioja). Y el tercero, que aumentan los parados de larga duración, los que llevan más de 1 año sin trabajo: son 1.668.600, el 45,6% de los parados (40,88% en diciembre de 2020).

Esto provoca que a muchos parados se les acabe el desempleo y no cobren ya ningún subsidio, pasando a una situación de pobreza extrema. En febrero de 2021, último dato de Trabajo, cobraban alguna ayuda 2.359.191 desempleados: casi la mitad (49,26%) cobraban un subsidio contributivo (según lo cotizado) de 864,5 euros de media y el resto (50,74%) cobraban un subsidio asistencial de 451,92 euros. Pero en esta cifra están incluidos los 743.628 trabajadores que están en ERTE y cobran del SEPE las tres cuartas partes de su sueldo. Así que, en realidad, sólo 1.615.563 parados cobra algún subsidio, el 44,21% de los parados que refleja la EPA de hoy. Eso significa que más de la mitad de los parados (55,79%) no cobran ninguna ayuda pública, cuando en 2019 eran sólo el 38,5%. Así que la pandemia nos ha traído más paro, pero ahora son menos los que reciben ayuda, porque muchos llevan demasiado en paro y se les ha agotado el subsidio.

Mientras, ¿qué ha pasado con el empleo en Europa por la pandemia? Eurostat publicó ayer un informe donde revela que España es el país que perdió más empleo en 2020, cinco veces más que la media: un -2,3%, frente al -0,6% en la UE-27. La caída del empleo en España con la pandemia duplicó con creces a la de Portugal y Reino Unido (-1% en ambos casos) y fue muy superior a la de Italia (-0,9%), Alemania (-0,2%) y Francia (-0,2%), mientras en Grecia aumentó ligeramente el empleo el año pasado (+0,1%). En todos los paises europeos, el empleo se mantuvo entre los 55 y 64 años y cayó sobre todo entre los jóvenes, al tener más contratos precarios (temporales y a tiempo parcial). Así, el empleo de los jóvenes (15-24 años) cayó en Europa un -0,2% en 2020, mientras se desplomaba en España, con una caída del empleo juvenil del -4,6% (de estar ocupados el 22,4% de estos jóvenes a estar sólo el 17,8% a finales de 2020), la 2ª mayor caída tras Portugal (-5,4%) y muy superior a la caída del empleo juvenil en Italia (-2%), Alemania (-0,9%) o Francia (-03%), según Eurostat.

El paro también creció mucho más en España que en el resto de Europa en 2020: +2,35% en España (del 13,78 al 16,13%), según la EPA, frente a una subida del +0,6% en la UE-27 (del 6,3 al 6,9%). Si nos ajustamos más a lo peor de la pandemia, entre febrero de 2020 y febrero de 2021, el paro en España ha aumentado un +2,5% (del 13,6 al 16,1%), más del doble que en toda Europa (+1%: del 6,5 al 7,5%). Y mucho más de lo que ha subido el paro en Alemania (+0,9%), Grecia (+0,6%), Italia o Portugal (+0,4%) y Francia (+0,3%), según Eurostat, que revela cómo Ceuta, Melilla, Canarias y Andalucía son las regiones europeas con más paro. Y el desempleo no ha subido más, en Europa y en España, porque una parte de los desempleados no se han animado a buscar trabajo durante la pandemia.

Este último balance europeo confirma que España ha sido el país que más ha sufrido los efectos de la pandemia en el empleo y el paro, debido a dos causas. Una, que la recesión post COVID se ha cebado más en los paises con más peso del turismo, la hostelería y los servicios. Y que nuestra estructura laboral, con el doble de contratos temporales que la media europea (25% asalariados frente al 13,2% en la UE) ha facilitado la pérdida de empleo, que podría haber sido mucho más grave de no existir los ERTEs y las ayudas públicas. Ahora, de cara a la ansiada recuperación, España debería sacar conclusiones para el futuro. Básicamente dos. Tenemos que cambiar nuestro modelo económico, para que no dependa tanto del turismo y los servicios, y mejorar nuestro mercado laboral, promoviendo contratos menos precarios, que no caigan a la primera en la próxima crisis.

El cambio de nuestro modelo económico, para que no destruyamos más empleo que el resto cuando venga otra crisis, no es algo fácil, requiere tiempo e inversiones. Y para ello, serán claves los 140.000 millones de los Fondos Europeos que vendrán en los próximos 6 años (72.700 en subvenciones y el resto créditos que habrá que devolver), para modernizar nuestra economías y dar más peso a las energías alternativas, la digitalización de la economía, la tecnología, la industria y empresas de mayor tamaño, claves para crear empleo estable.

La otra prioridad, cambiar nuestro modelo laboral, es más urgente y pasa por 3 medidas claves: simplificar la contratación (reduciendo al mínimo los contratos temporales), mantener un sistema de ERTEs temporales para afrontar futuras crisis y volcarse en políticas activas de empleo, que faciliten la formación y empleabilidad de los parados, lo que exige una reforma a fondo y más medios para modernizar las oficinas de empleo (SEPE). Medidas prometidas a Bruselas, a cambio de los Fondos europeos, pero que el Gobierno quiere pactar de aquí a final de año con los sindicatos y la patronal.

Todo para no seguir con el doble de paro que Europa, algo que llevamos arrastrando desde 1979. Pero antes de todas estas inversiones y reformas, urge un Plan de choque contra el paro, un paquete urgente de medidas y fondos para afrontar la angustia del desempleo en los grupos más afectados: jóvenes, mujeres y mayores de 50 años, sobre todo en las 5 regiones con más del 20% de paro (Andalucía, Extremadura, Canarias, Ceuta y Melilla) y en Baleares (por los efectos de la pandemia). Habría que pactar este Plan con las autonomías, empresarios y sindicatos, con un objetivo claro: crear empleo con urgencia y bajar la tasa de paro de estos grupos y autonomías a la media del país. Y mientras, mejorar las ayudas a los parados, porque la mitad siguen sin recibir subsidios.

La pandemia ha agravado el mayor problema que ya teníamos antes, el paro. Y debía servir para acordar la primera prioridad de la recuperación: mantener el empleo (no más despidos) y crear más puestos de trabajo cuanto antes. Deberíamos sumar esfuerzos para lograrlo. Sobre todo después de algunos datos tan preocupantes de la EPA de hoy.

 

jueves, 19 de septiembre de 2019

Crece la burbuja millonaria del fútbol


Vuelve la Champions, tras un mercado de fichajes de verano que ha batido todos los récords: 5.425 millones de euros gastados en la compra de jugadores en Europa, con los equipos españoles como líderes de gasto y fichajes más caros. Y se disparan las cesiones de jugadores, una “trampa” de los Clubes para evadir los controles de la FIFA. Es una muestra de cómo engorda la burbuja económica del fútbol, que mueve 15.000 millones de euros sólo en las 5 grandes Ligas europeas. LaLiga es ya la 2ª que más ingresa, tras la Premier británica, más de 4.500 millones en 2017-2018. El fútbol español es un negocio más saneado, con beneficios desde 2012, gracias al Plan de ajuste, los buenos resultados en Europa y los fichajes, aunque gasta demasiado en salarios y sigue endeudado. LaLiga quiere dar otro salto, multiplicando los ingresos por TV y patrocinio con mayor presencia en China, Asia y EEUU. Mientras, la FIFA prepara un Plan para controlar los fichajes e impedir que estalle la burbuja.


                                                                                                            enrique ortega

El fútbol profesional es una máquina de hacer dinero. Se ve cada temporada, con los fichajes. Este año, en el mercado de verano, que cerró el 31 de agosto, la compra de jugadores movió 5.425 millones de euros sólo en las 5 grandes Ligas de Europa, un 27,64% más que el año pasado y cuatro veces más que hace 9 años, según el informe Football Transfer Review. La Liga que más gastó en fichajes fue la Premier británica (1.516 millones), seguida por LaLiga española (1.319), la Serie A italiana (1.178), la Bundesliga alemana (742) y la Ligue1 francesa (670 millones). LaLiga española fue la segunda donde más crecieron los fichajes (+49%, sólo por detrás del 59% de la Bundesliga) y tres  equipos españoles han sido los tres Clubes europeos que más gastaron en fichajes: Madrid (305 millones), Barça (255) y Atlético de Madrid (243). Y además, los tres fichajes más caros de este verano los han hecho 3 equipos españoles: Joao Félix (126 millones, Atlético de Madrid), Antoine Griezmann (120 millones, Barça) y Eden Hazard (100 millones, Real Madrid).

La locura de los fichajes, que baten récord año tras año, hace que haya ya 27 jugadores de fútbol profesional que ganan más de 100 millones de euros al año, según el CIES Football Observatory. Los encabeza Mbappé, con 252 millones, seguido de Salah (219,6), Sterling (207,8), Neymar (124,7), Hazard (120,7) y Ronaldo (118,1 millones).  Y de estos 27 jugadores “cienmillonarios”,17 juegan en la Premier británica (Manchester City y Liverpool tienen 6 cada uno), 5 en LaLiga española (3 en el Barça), 2 en la Serie A italiana y en la Ligue 1 y 1 en la Bundesliga alemana. El jugador español mejor pagado es Saúl (93,8 millones), que ocupa el nº 33 en el ranking de sueldos, seguido de Rodrigo (88,2), Kepa (87,2) y Asensio (86,3).

Pero la burbuja del fútbol no se ve sólo en los fichajes. La última moda son las cesiones de jugadores, que este verano han superado a los traspasos: 135 cesiones frente a 129 traspasos en la Premier británica o 166 cesiones en LaLiga frente a 159 traspasos. El “boom” de las cesiones se debe a que hay un límite de 23 jugadores por plantilla y muchos Clubes se han dedicado a comprar para aprovechar nuevos jugadores baratos y tienen que “soltarlos”. Las cesiones son también una forma de “burlar” los requisitos económicos de la FIFA, en cuanto al porcentaje de inversiones y sueldos sobre ingresos, rebajando el gasto en plantillas. La ventaja es doble: el Club que cede se quita el gasto de ese jugador y puede subir más sus gastos en jugadores y el Club que toma al jugador cedido se hace con buenos jugadores con menos costes que en un traspaso. Dos ejemplos. Uno: en enero de 2018, el Arsenal ficho a Mjitarian por 35 millones y el 1 de septiembre de 2019 lo ha cedido a la Roma por 3 millones. El otro: el PSG acaba de ceder a Jesé al Sporting de Lisboa, después de haberlo cedido sucesivamente a Las Palmas, Stoke y Betis. Y en su puesto, adquirió cedido por 1 temporada a Icardi (del Inter), por sólo 5 millones de euros (la mitad de su salario).

Traspasos y cesiones engordan la burbuja del fútbol profesional y los presupuestos de las Ligas europeas y los grandes Clubes. Las 5 grandes Ligas europeas facturarán esta temporada 15.000 millones de euros, en un crecimiento económico imparable movido por los ingresos por las retransmisiones deportivas, los premios en las competiciones y, sobre todo, por los ingresos comerciales (publicidad, patrocinios y merchandising), más que por las entradas y pagos de socios (marginales). La Liga líder en gasto, a mucha distancia, es la Premier británica, que ingresó 5.300 millones de euros en 2017, según el último balance de la UEFA. Y le sigue LaLiga española, que hace dos temporadas superó a la Bundesliga, con 2.900 millones facturados en 2017 (frente a 2.800 la alemana). Y luego siguen la Serie A italiana (2.200 millones) y la Ligue1 francesa (1.692 millones).

LaLiga española (20 equipos de 1ª división y 22 equipos de 2ª A) ha dado un gran salto en las últimas temporadas, duplicando sus ingresos en los últimos 5 años, entre 2012-2013 (2.266 millones) y 2017-2018 (4.478,6 millones), según los últimos datos publicados por LaLiga. Ello ha sido posible gracias a los éxitos deportivos de los equipos españoles (en los últimos 5 años, de los 15 grandes títulos europeos, 14 han ido a las vitrinas de equipos españoles), al saneamiento de sus cuentas y, sobre todo, al fuerte aumento de los ingresos por TV (de 844 millones en 2013 a 1.500 millones en 2017, tras la negociación centralizada impuesta en 2015), al tirón de los ingresos por traspasos de jugadores (se duplicaron, de 498 millones en 2016-17 a 1.017 en 2017-2018) y al fuerte aumento de los ingresos por comercialización (de 393 millones en 2013-14 a 837 millones en 2017-18), estabilizándose los ingresos por entradas y socios, dado que la asistencia a los estadios roza el 70% del aforo. Y todavía tiene un alto endeudamiento. Al final, el fútbol español cerró la temporada 2017-2018 con 189 millones de beneficio neto, según LaLiga.

Si LaLiga española ha dado un gran salto económico, parejo a los éxitos deportivos, los grandes Clubes españoles se consolidan como líderes en Europa. Así, los dos Clubes europeos con mayores ingresos son españoles, según el estudio Football Money League 2019 de Deloitte: el Real Madrid (750 millones en 2017-2018) y el Barça (690,4 millones), por delante del Manchester United (666 millones), Bayer Múnich (629,2), Manchester City (568,4), Paris Saint Germain (541,7), Liverpool (513,7), Chelsea (505,7), Arsenal (439,2) y Tottenham (428,3 millones de ingresos). En el puesto 13º del ranking europeo está ya el Atlético de Madrid (304 millones ingresos) y en el 27º el Sevilla (224,4 millones). Al final, los grandes equipos españoles tienen beneficios (42,98 millones el Madrid, 33,69 el Sevilla, 28,77 la Real, 21,04 el Leganés y 20,14 millones el Barça), con pérdidas sólo en el Valencia (-33,74 millones), según Informa. Y en 2ª A, de 22 equipos, 9 tienen todavía pérdidas.

Un panorama económico bastante saneado hoy si tenemos en cuenta que 32 Clubes entraron en suspensión de pagos entre 2003 y 2012 y otros desaparecieron, mientras el futbol español (1ª y 2ªA) arrastró pérdidas de 1999 a 2012. Forzados por la UEFA, los Clubes y el Gobierno Rajoy aprobaron un Protocolo en abril de 2012 para ajustar las cuentas de los 42 Clubes, con una aprobación previa de sus Presupuestos y un control de ingresos y gastos por LaLiga y el Consejo Superior de Deportes (CSD). El resultado es que los Clubes están ahora saneados, con beneficios desde la temporada 2012-2013, aunque es gracias a los ingresos por traspasos (sin ellos, sólo con los ingresos “ordinarios”, los Clubes siguen con pérdidas), según las últimas cuentas (temporada 2017-2018) publicadas por el CSD.  Y tienen menos deuda, aunque aún deben 416 millones de euros a Hacienda (311 los de 1ª y 104 los de 2ªA), otros 10,34 millones a la Seguridad Social y 3.020 millones más a bancos (695,5) y proveedores (2.325 millones), una deuda “manejable” según LaLiga.

El “punto negro” de las cuentas del futbol español siguen siendo los salarios (de jugadores, entrenadores, directivos y personal), que suponen el 65,9% de los gastos (66,6% en 1ª, 2.052 millones en 2017-2018, un 21,8% más que la temporada anterior, y el 58,2% en 2ªA, con 173,3 millones, sólo un 0,3% más), por debajo del tope del 70% que marca la UEFA. LaLiga acaba de publicar los topes de gasto salarial para 2019-2020, en función de los ingresos y gastos estructurales de cada Club (671 millones para el Barça, 641 para el Madrid, 348 para el Atlético de Madrid, 170 millones para el Valencia…). Un intento de “frenar la burbuja de fichajes y sueldos, aunque afecta poco a los Clubes grandes con muchos ingresos (el tope al Barça aumenta un 38%, el del Madrid un 74% y el Atlético un 55%) y mucho a los pequeños o peor gestionados (-0,55% Villareal, -0,72 Leganés, +0,33 Real Sociedad, +2,3 Levante). Y bastante a los de 2ªA: la mitad de los 22 equipos no podrán subir su gasto salarial esta temporada.

Saneados (más o menos) los 42 equipos de LaLiga (1ª y 2ªA), poco se sabe de la situación económica del resto de equipos profesionales: los 80 equipos de 2ªB y los 360 equipos de 3ª división. Todo hace temer que sus finanzas son “penosas”. En 2ª A, se estima que sólo 20 equipos tienen más de 1 millón de euros de Presupuesto y el resto languidece, sin llegar algunos a los 400.000 euros mínimos para sobrevivir. Y en 3ª división, son muchos los que sufren para alcanzar los 100.000 euros anuales para sobrevivir. Por ello, la Federación y los Clubes han intentado en julio (en medio de una gran polémica) fijar unos Presupuestos mínimos para esta temporada 2019-2020: 600.000 euros en 2ªB y 200.000 en 3ª, lo que puede llevar a muchos Clubes pequeños a desaparecer, como pasa desde hace años.

Cara al futuro, LaLiga sigue empeñada en “ganar tamaño” (llegar a los 6.000 millones de ingresos de la Premier británica) y alcanzar 250 millones de beneficios. Para ello, trabajan en dos frentes: conseguir más recursos de las retransmisiones por TV (la Premier británica ingresa 5.000 millones frente a 1.516 millones LaLiga) y aumentar la presencia internacional de LaLiga y el futbol español, siguiendo el modelo de la NBA (baloncesto USA). Y en el camino, atraer inversores al fútbol español, donde ya hay 9 Clubes en manos de extranjeros e inversores interesados en comprar otros 8 equipos españoles (Betis, Sevilla, Getafe, Leganés, Alcorcón, Celta, Eibar y Zaragoza). Al final, LaLiga se guarda la gran jugada para 2020: que 2 ó 3 Clubes de fútbol español salgan a Bolsa, donde ya cotizan hoy 22 Clubes de Inglaterra, Italia, Francia, Portugal, Alemania o Turquía.

El primer gran objetivo de los actuales gestores de LaLiga, responsables del éxito económico del fútbol profesional español, es sacarle más dinero a las retransmisiones deportivas por TV, en colaboración con las telecos (Movistar y Orange), que han apostado por el fútbol en sus ofertas. Y ambos saben que hay margen para ingresar más, porque en Reino Unido, un 70% de los telespectadores pagan por ver fútbol en TV (20 millones de personas), mientras en España sólo lo hacen el 34% (6 millones).Y además, dejan de ingresar 400 millones por la piratería de partidos. Por todo ello, creen que los Clubes podrían ingresar el doble que ahora por el fútbol en TV, hasta 3.500 millones anuales (2.500 millones en España y 1.000 millones en el extranjero).

El segundo objetivo es hacer del fútbol profesional español (LaLiga) una gran multinacional, ampliando su presencia en el mundo, donde LaLiga cuenta ya con 9 oficinas internacionales y 35 delegados. Intentan seguir el ejemplo de la NBA USA o de la Premier británica, cuyos jugadores y partidos son seguidos en todo el mundo, lo que refuerza audiencias en TV e ingresos comerciales por patrocinio y merchandising. El gran objetivo de LaLiga es China (donde el fútbol español es la tercera liga más seguida, tras la propia y la Premier), el resto de Asia, Estados Unidos y Latinoamérica. Para penetrar más en estos mercados,  ya han puesto partidos a horas “intempestivas (a las12, 14 o 16 horas) y han lanzado la idea de jugar partidos de LaLiga en otros paises (Miami), no apoyada por la Federación. Y siguen reforzando la presencia en las redes sociales del fútbol español, que tiene más de 1.700 millones de aficionados en todo el mundo.

Todo esto está muy bien, pero hay que vigilar que la burbuja del fútbol no explote, en Europa y en España. Para eso, debería haber auditorías más rigurosas de los Clubes y que fueran públicas, algo que no es habitual. Y controlar mejor gastos y endeudamiento. Mientras, la FIFA ya ha anunciado que prepara un Plan para “parar el gesto desmesurado de los fichajes” y controlar las cesiones (“hay un exceso de jugadores cedidos”), denunciando que hay un abuso de los agentes (unos pocos controlan y encarecen fichajes) y “una falta de transparencia en el mercado”, que fija un valor aleatorio a los jugadores. La idea de la FIFA es crear un organismo (ligado a un banco de inversión) que controle todos los fichajes y los limite, en base a un algoritmo. Y fijar un tope de 6 a 8 cesiones por equipo. Cambios que quiere aplicar para 2020, aunque hay muchas presiones en contra.

Mientras esperamos que la FIFA y LaLiga impidan que engorde más la burbuja del fútbol profesional, el próximo Gobierno debería implicarse en que el dinero del fútbol de élite (pagaron  3.053 millones en impuestos en 2017-2018) repercuta más en el deporte de a pié, en ese millón de niños y jóvenes federados que carecen de campos, equipación y ayudas, que sólo van a recibir 84,6 millones de la Federación este año 2019, según las cuentas del CSD. Y eso es preocupante en un país donde 6 de cada 10 niños incumple las recomendaciones de hacer ejercicio de la OMS, según el estudio PASOS promovido por la Fundación Gasol, debido al excesivo uso de los móviles y videojuegos. Está bien que España sea una potencia en el fútbol profesional, pero no a costa de sueldos escandalosos y peligrosas “burbujas” económicas. Y ese “poderío” debería ayudar a promover y financiar el fútbol y el deporte entre jóvenes y mayores. Algo que no se hace.

lunes, 29 de febrero de 2016

Vivienda: suben ventas, precios y alquileres


La vivienda se reanima y llevamos año y medio con más ventas, 1.000 pisos diarios, menos de la mitad de los que se vendían en 2007. Al haber más demanda, los pisos están subiendo, tras caer más del 40% con la crisis. Y la mejoría se ha trasladado también a los alquileres. Ahora se espera que ventas, precios y alquileres sigan subiendo. Los expertos recomiendan comprar ya a los que se lo estén pensando y esperar un poco para vender. La clave para afianzar la recuperación de la vivienda está en la mejora del empleo (muy precario) y los salarios (bajos). También en que los bancos den más hipotecas: el euribor está en negativo, pero las turbulencias en los mercados afectan bastante a la banca, que mirará mucho a quien presta. Así que la vivienda despega, pero despacio. Y a muchos no les llega, por lo que el futuro Gobierno debería promover alquileres sociales.
 

enrique ortega


La vivienda se normaliza, pero no puede hablarse de “boom inmobiliario”, salvo en el sector de oficinas, hoteles y solares, por la especulación de la inversión extranjera. La venta de pisos consolida la recuperación iniciada en el verano de 2014, con un nuevo aumento en 2015: se vendieron 354.132 viviendas, un 11,1% más que en 2014 (el primer año en que subieron las ventas tras la crisis, un 2%), según datos del INE. Es el mayor aumento de ventas de los últimos 8 años, pero no olvidemos que esas casi 1.000 viviendas vendidas al día son menos de la mitad de las que se vendían en 2007 (775.300 viviendas). Y además, lo que tira son las ventas de viviendas usadas (78% del total), mientras caen las ventas de viviendas nuevas.

La venta de viviendas subió en 2015 en toda España, salvo en Navarra (-1,7%), destacando el aumento de ventas en el País Vasco (+17,2%) y Aragón (+16%), así como en Madrid, Barcelona, Valencia, Galicia y la zona cantábrica. Lo que más se vende son pisos de segunda mano de 80-90 m2, con tres dormitorios y situados en la periferia de las ciudades, con un precio medio de 130.000 euros. Y siguen aumentando los compradores extranjeros (17,3% del total) y los particulares y empresas que compran pisos como inversión, para alquilarlos, porque consiguen una rentabilidad del 4 al 6% que no encuentran en la deuda ni en la Bolsa (con la actual crisis en los mercados, aumentarán las compras de viviendas como inversión a medio plazo). Una prueba de que muchas viviendas se compran como inversión es que el 30,5% de los compradores pagan a tocateja, sin pedir una hipoteca, según los registradores.

La mayor demanda de viviendas, para vivir y para invertir, ha hecho subir los precios en 2015, un 4,5% anual en el tercer trimestre, según el INE, la mayor subida desde 2007 y el doble de lo que subió la vivienda en la eurozona (+2,3%). Y el Ministerio de Fomento dice que la vivienda subió un 1,8% en todo 2015. Con ello, el precio de la vivienda lleva ya año y medio subiendo, tras haberse desplomado un 42% entre 2007 y 2014 (mire aquí lo que ha caído el precio de los pisos en su ciudad) . Ahora, el precio medio de una vivienda de 90m2 ha subido a 133.000 euros. Pero la subida es muy diferente según las zonas: los precios aumentan más en Baleares y Canarias, Madrid y Cataluña, suben poco en la Rioja, Aragón y País Vasco y siguen cayendo (-5%) en muchas ciudades de Castilla la Mancha y Extremadura, además de Almería, Lérida y Castellón.

La recuperación de ventas y precios ha contagiado también al mercado del alquiler, con subidas del 3 al 3,6% en 2015, según los portales inmobiliarios Fotocasa y Enalquiler.com. El alquiler medio de un piso de 90m2 está ahora en 631 euros mensuales, aunque es más caro en Barcelona (997 euros), Madrid (883) o Bilbao (922) y más barato en Sevilla (614 euros), Valencia (500) o Zaragoza (603), según datos del portal Fotocasa. El hecho es que cada vez hay más españoles que alquilan (22%), pero también aumenta mucho la oferta de pisos en alquiler, por los particulares y empresas que compran pisos para alquilarlos. Pero esta mayor oferta no hace bajar los precios, porque los particulares buscan una rentabilidad mínima para alquilarlos (un 6%). Y como los precios de los pisos suben, para mantener ese porcentaje de rentabilidad, los propietarios suben también los alquileres.

Este año 2016, se espera que las ventas, los precios y los alquileres sigan subiendo, despacio, para consolidar la remontada en 2017. La Comisión Europea vaticina una subida de la vivienda en España del 6% entre este año y el próximo, la mayor en Europa tras la de Irlanda (+6,5%).Pero la recuperación va a ir por zonas, dependiendo del stock de viviendas sin vender, que está muy desigualmente repartido. Actualmente, todavía hay 507.477 viviendas sin vender en España, según datos de Cepco, pero hay zonas donde apenas hay stock de viviendas sin vender y otras donde todavía hay muchas casas en venta. Así, en Madrid, Barcelona, Valencia, País Vasco, Navarra, Galicia y la cornisa cantábrica hay pocas viviendas para vender y por eso suben más los precios. Hay otras regiones con menos stock, como Andalucía, Extremadura, Baleares, Canarias y cinco de las nueve provincias de Castilla y León, donde las subidas son menores. Y luego hay una serie de ciudades donde sobran pisos sin vender, hay exceso de oferta, y por eso los precios siguen bajando: Toledo, Cuenca, Ciudad Real, Ávila, Teruel, Lérida, Almería y, sobre todo, Castellón.

A medida que este stock de viviendas sin vender se reduzca, los promotores se animarán a construir viviendas nuevas en las zonas donde ya hay poca oferta, como las grandes capitales, Costa del sol y las islas. Eso explica que en 2015 se iniciaron más viviendas nuevas de las que se terminaron, por primera vez desde 2009. Y se espera que en 2016 se inicien entre 100.000 y 175.000 nuevas viviendas, concentradas en las zonas de mayor demanda.

En definitiva, la recuperación de la vivienda está en marcha, es indudable, pero será lenta y desigual, a dos velocidades según sean los stocks de viviendas sin vender. Con todo, la clave de esa recuperación está en el empleo: que se creen más empleos y que sean menos precarios y mejor pagados que los actuales. Porque aunque extranjeros e inversores tiren de las ventas y los precios, la consolidación de la vivienda pasa porque las familias vuelvan a comprar pisos, algo difícil con tanto paro (20,9%), un empleo tan precario (25,66% empleos son temporales) y salarios tan bajos (15.500 euros es el salario bruto más frecuente, según el INE).

Otro tema clave son las hipotecas. Tras un parón en la petición y concesión de hipotecas por la crisis, los bancos llevan 19 meses consecutivos dando más préstamos para vivienda, desde junio de 2014. Y a tipos más bajos, a un  2,21% de media. Y los tipos siguen bajando, por la política de tipos incluso negativos del Banco Central Europeo (BCE), que ha llevado al euribor a estar en negativo en febrero. Eso debería reanimar y abaratar las hipotecas, ya que el 90% están a tipo variable y se revisan anualmente con el euribor. Pero no pensemos que la banca va a llegar a pagar por las hipotecas. Primero, porque el tipo a pagar es un diferencial (del 1 al 1,5% de media) más el euribor, con lo que aunque este sea ligeramente negativo (-0,05%), la suma dará positiva, a pagar. Y segundo, porque la banca se cubrirá con nuevas clausulas para evitar tipos negativos, como ya han hecho tres entidades. La patronal bancaria AEB ya ha dicho que pagar a los clientes por prestarleses un contradios”… Y es verdad.

Lo que está claro es que con la economía mundial y europea muy débil, todavía vamos a vivir unos años de tipos bajos, que harán más baratas las hipotecas. Pero los bancos, con el estancamiento de la economía, están preocupados por sus cuentas y su caída en Bolsa, por lo que seguirán mirando con lupa a quién prestan, dando hipotecas con cuentagotas. Y seguirá siendo difícil conseguir una hipoteca, sobre todo para los millones de españoles que tienen un contrato precario y sueldos bajos. Porque para muchas familias, pagar 810 euros mensuales de hipoteca (cuota para comprar un piso medio en Madrid) es imposible si se gana menos de 2.000 euros al mes (el banco no la da si la cuota supone más de un tercio de los ingresos). Y además hay que tener un 25% del valor del piso ahorrado, para la entrada (la hipoteca sólo cubre el 80% del valor del piso) y los gastos iniciales.

Eso descarta a muchas familias para poder comprar un piso hoy día y a casi todos los jóvenes, cuyo sueldo medio en España es de 890 euros, según la OCDE. Pero también para alquilarlo, ya que un alquiler medio en una gran ciudad ronda los 800 euros al mes (y encima, a fondo perdido, con lo que ahora, con los tipos tan bajos, compensa más la compra que el alquiler). A millones de personas, con ingresos inferiores a 1.000 euros mensuales, sólo les queda alquilar con ayudas, viviendas promovidas para alquilar por el Estado, autonomías y Ayuntamientos. Viviendas que hoy apenas existen, por lo que es urgente que los poderes públicos creen parques de viviendas para alquilar, con viviendas no vendidas de los bancos y promoviendo otras nuevas en terrenos municipales, en colaboración con promotores privados. Ello reanimaría el empleo en la construcción y daría un respiro a familias y jóvenes que hoy día no pueden pagar más que un alquiler social, de 100 a 500 euros al mes.

Así que frente al triunfalismo del Gobierno Rajoy y muchos expertos (hablan de un nuevo “boom inmobiliario”), hay que decir que la recuperación de la vivienda es lenta y desigual, por zonas y por familias: las que pueden y no pueden comprar. De hecho, para los que pueden cambiar de casa o comprar su primera vivienda, el mejor consejo es que no esperen, que compren ya porque la vivienda va a seguir subiendo. Y a los que quieren vender, que esperen si pueden, porque mañana les van a pagar más. Pero a esos millones de españoles que ni piensan comprar, hay que darles una salida: la promoción pública de viviendas con alquileres accesibles y subvencionados. Sobre todo para los jóvenes: sólo el 10% de los jóvenes españoles viven en alquiler, frente al 58% en Alemania, el 47% en Francia o el 33% en Reino Unido. Y en consecuencia, los jóvenes españoles no se emancipan ni crean una familia: el 78,5% de los menores de 30 años (5,2 millones de jóvenes) viven con sus padres, según el Consejo de la Juventud (2014), frente a un 16% en Francia, un 21% en Alemania y un 30% en Reino Unido. Un drama para toda una generación.

En resumen, la vivienda se recupera, pero no para todos. Y para los muchos que no pueden comprar ni alquilar, el futuro Gobierno debe buscar una salida, con la colaboración de autonomías y Ayuntamientos: promover viviendas para alquilar, con ayudas y subvenciones públicas. Porque la vivienda es una necesidad y un derecho, no sólo un negocio.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Mayores de 55 años: los otros "ni-ni"


Mucho se ha hablado de la Generación “ni-ni”, casi 2 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Pero no se habla de los otros “ni-ni”: casi 3 millones de españoles con más de 55 años que ni trabajan ni pueden jubilarse. Están en el limbo, cobrando el paro o malviviendo de la familia. Con la crisis, el paro de los mayores de 55 años se ha cuadruplicado y la mitad llevan más de dos años desempleados. Muchos, con la certeza de que ya no van a poder trabajar nunca. Pero todavía son jóvenes para jubilarse. Y encima ahora, el Gobierno les va a dificultar el jubilarse anticipadamente, aun perdiendo pensión. En resumen, ni trabajo ni pensión para un colectivo con experiencia. Haría falta un Plan de choque para darles una salida. Si no, serán una verdadera generación perdida.
enrique ortega

En España hay 5.223.392 personas que tienen entre 55 y 64 años. De ellos, trabajan  2.460.500, menos de la mitad (47% frente al 56% que trabajan entre 16 y 64 años). Otros 503.900 están en paro (tasa del 17%, frente al 25% de media) y el resto, 2.258.992 son inactivos, ni trabajan ni buscan empleo (43% frente al 39,8% de inactivos entre 16 y 65 años). En total, pues, hay 2.762.892 mayores de 55 años (el 52% de la población entre 55 y 64 años) que ni trabajan ni están jubilados: están en el limbo de los “ni-ni”.

Con la crisis, han aumentado los mayores de 55 años que buscan trabajo, sobre todo mujeres: una vez cuidados los hijos (y los padres) vuelven a buscar cualquier empleo, para ayudar en casa, máxime si el marido o los hijos están en paro. Por eso, el empleo ha subido sólo en esta edad en el último año (EPA), con 28.400 mujeres (+55 años) más trabajando (y 2.800 hombres), sobre todo en limpieza, servicios y autónomos. Pero como no hay trabajo suficiente para los que lo buscan, ha aumentado más el paro: +98.800 en el último año. Y con la crisis, el paro entre los mayores de 55 años se ha cuadruplicado: de 131.700 (2007) a 503.900 parados (2012).

En el último año, el mayor aumento del paro en España se ha dado entre los mayores de 55 años (+24,4% frente a una subida global del +16,6%). Y eso porque las empresas, después de despedir a los jóvenes con contratos temporales, han pasado a echar al personal de más edad, con sueldos más altos, al amparo de la reforma laboral del Gobierno Rajoy, que facilita “limpiar plantillas”, cambiar un mayor de 55 años por un joven con la tercera parte de sueldo. Y muchas empresas con beneficios, como Telefónica, bancos y Cajas, han despedido a mayores de 50 años, con cargo a los contribuyentes (paro y jubilaciones anticipadas), una medida que este Gobierno acaba de encarecer (cuando ya se ha despedido a la mayoría).

El problema no es sólo que haya más de medio millón de parados con más de 55 años, sino que dos tercios llevan más de un año sin trabajo y la mitad más de dos, sobre todo en Andalucía y Extremadura. Y muchos tendrán problemas para encontrar empleo por su baja formación: casi la mitad de los parados +55 tienen sólo educación primaria (23,4%) o secundaria (18,3%), aunque el 8,3% tiene educación superior.

De momento, 584.900 mayores de 55 años cobran algún tipo de desempleo, la mayoría (323.000) el subsidio asistencial de 426 euros al mes hasta que se jubilen (sólo lo cobran los que tengan ingresos anuales inferiores a 5.772 euros y hayan cotizado más de 15 años). Pero aquí, el Gobierno Rajoy ha hecho en julio dos recortes importantes. Uno, subir este subsidio de los 52 a los 55 años, con lo que dejan de cobrarlo unos 90.000 parados. El otro, que el Estado va a cotizar por los parados mayores de 55 años el mínimo (antes, el 120% del mínimo), con lo que su futura pensión será más baja. Los autónomos mayores de 55 años lo tienen peor: no tienen paro (salvo que se lo paguen cotizando aparte) y si se quedan sin trabajo tienen que seguir cotizando ellos para tener un día pensión (un 41% más baja que la media).

Salir del paro no es fácil para los mayores de 55 años: su edad es un”inconveniente y más a partir de los 60 años. Las pocas empresas que contratan buscan jóvenes baratos y huyen de contratar “seniors”, acostumbrados a ganar más y “tragar menos” condiciones precarias. Y con el “sambenito” de no estar reciclados, de no ser flexibles a los cambios y las nuevas tecnologías. Y así, las empresas pierden experiencia, responsabilidad y competitividad.

Por otra parte, no están funcionando los incentivos para contratar a mayores, ni siquiera el contrato bonificado en el que el trabajador recibe la mitad de los que cobraba en el desempleo y la empresa completa el resto del salario y se ahorra 1.300 euros año en  cotizaciones. O la reducción de un 40% en las cuotas SS por contratar a un mayor de 59 años. Y es que, con los incentivos de la reforma laboral para contratar a mayores de 45 años desempleados, las empresas prefieren emplear, de hacerlo, a personas entre 45 y 50 años, no de más.

Si no tienen trabajo, los mayores de 55 años tampoco se pueden jubilar. Hasta ahora, podían intentar hacerlo a los 61 o 63, perdiendo hasta un tercio de su pensión (del 6 al 8% por año). Pero el Gobierno Rajoy va a dificultar este camino, encareciendo la jubilación anticipada, que podría retrasar a los 63 años (y luego a los 65 años): reducirá más lo que se cobra por jubilarse antes y subirá los años exigidos de cotización (en enero serán 33 años y podría subirlo a 35). Y también dificultará la jubilación parcial (trabajo y pensión a partir de los 61-63). Además, de aquí a 2027, la jubilación se retrasará hasta los 67, con lo que los mayores de 55 años tendrán que esperar dos años más en el limbo de los ni-ni.

En definitiva, tenemos 5,2 millones de españoles de 55 a 64 años con un grave problema para mantener su empleo, encontrar uno o jubilarse. Y hay otros 940.485 personas con 65 y 66 años que lo van a tener en breve. Y 3.220.000 españoles con 50-55 años que  tienen casi el mismo problema. En total, 9.384.665 personas, casi uno de cada cinco españoles “ni-ni” o camino de serlo. Y a los que no se ofrece una salida, más que la marginación.

Hay que darles una salida, con medidas en tres frentes: formación (planes específicos a los parados y en las empresas), incentivos fiscales y contratos específicos para mayores de 55 años  y planes específicos para jubilarse anticipadamente (como ha hecho Italia), enlazando subsidios con pensiones, con una atención especial al drama de los autónomos. Y una campaña de imagen para promover el potencial de las personas maduras, el valor de la experiencia en las empresas y la sociedad. Un Plan de choque para clarificar el futuro de los mayores de 55 años. Rescatarles para que no sean una generación perdida.