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domingo, 9 de diciembre de 2012

Los Planes de pensiones sufren el paro


Diciembre es el mes de los Planes de pensiones, con un bombardeo de ofertas para que contratemos un Plan privado de jubilación. Pero la crisis, el paro y la caída de ingresos provocan que muchos españoles no tengan dinero para hacerse un Plan y otros tengan que rescatar anticipadamente el que tienen, para sobrevivir: 100.000 parados sin ingresos habrán rescatado su Plan en 2012 y serán más en 2013. Con todo ello, caen los partícipes (medio millón menos con la crisis) y las aportaciones de los 8 millones de españoles que tienen un Plan de pensiones privado. El problema es que la pensión pública de jubilación (953 euros de media), se va a recortar en el futuro. Y habrá que ahorrar como sea para complementarla con una pensión privada. Sobre todo los que tienen ahora entre 30 y 45 años. No lo dejen.
enrique ortega

Tras cuatro años largos de crisis, los españoles no están para pagarse un Plan de pensiones: se han perdido 3,2 millones de empleos y los que trabajan ganan casi igual (convenios suben 1,24%) o menos (un tercio empresas han reducido o congelado salarios), con lo que una de cada cuatro familias no llega a fin de mes (INE). Todo ello está haciendo un roto a los Planes de pensiones, sobre todo en 2012: caen los partícipes (10.328.083 a finales de septiembre, medio millón menos que antes de la crisis), caen las aportaciones (-23%) y crecen los pagos, porque muchas personas en paro rescatan su Plan antes de jubilarse.

Este año, se estima que 100.000 parados han tirado de su Plan de pensiones privado para sobrevivir, cobrando unos 500 millones (5.000 € por parado). Son casi la tercera parte de los 300.000 parados que han rescatado sus Planes  desde 2007. Y la tendencia es que sean más en 2013 y 2014, porque hay un decalaje (se les exige llevar más de un año en paro y no cobrar ya el desempleo) y llegarán los parados de 2011 y 2012, que tenían mejores contratos y más Planes de pensiones que los primeros parados (construcción y jóvenes).

En España hay unos 8 millones de personas con un Plan privado de pensiones (algunos con más de un Plan, por eso salen 10,3 millones de partícipes). Es el doble que hace 10 años, pero estamos muy rezagados frente a Europa: lo tienen un 26% de las personas en edad de trabajar, frente al 40% en la UE. Somos el sexto país europeo en Planes privados, tras Gran Bretaña, Holanda, Suiza, Finlandia, Alemania y Dinamarca. Por dos razones. Una, que las familias dedican sólo el 3% de su renta a Planes, frente al 10% en Europa. Y la otra, el retraso en los Planes de empresa, que sólo tienen el 18% de los trabajadores, cuando en otros países van del 25% al 50% (Gran Bretaña). Y de los 2,15 millones que tienen un Plan de empresa, unos 700.000 son funcionarios (Plan pensiones AGE, gestionado por BBVA) , a los que el Gobierno Rajoy ha congelado las aportaciones del Estado en 2012 y 2013.

En 2013, la Seguridad Social nos mandará una carta para informarnos de la pensión que nos quedaría al jubilarnos, según los datos de cada uno. Será un buen revulsivo para contratar Planes privados. Pero no hace falta esperarla: hoy, la pensión de jubilación (contributiva) es de 953,70 euros al mes, un 63% de la pensión media europea. Pero un tercio de los jubilados cobra menos de 600 euros y dos tercios menos de 1.000. Cara al futuro, sólo cabe esperar recortes. A corto plazo, porque la Seguridad Social cerrará 2012 con 10.000 millones de déficit. A medio plazo, porque la reforma de las pensiones aprobada en 2011 supondrá un recorte del 20% para 2027. Y a largo plazo, porque no salen las cuentas: para 2050, los pensionistas se habrán duplicado (17 millones frente a 8,9 millones ahora) y haría falta duplicar el empleo actual (imposible) para que hubiera dos empleados por pensionista, como ahora (claramente insuficiente).

Si se recortan las pensiones públicas y encima viviremos más años (hasta 20, tras jubilarnos), habrá que pensar en contratar una pensión privada, que suponga un 30% de nuestros ingresos cuando seamos viejos. Los Planes de pensiones tienen una gran ventaja: desgravan mucho, hasta un 40%, permitiendo aportaciones de 10.000 euros anuales (12.500 para mayores 50 años), lo que compensa con creces su baja rentabilidad ( +4,32% este año, +1,83% a 10 años y +4,11% a 20 años) y no poder disponer del dinero hasta jubilarse (salvo incapacidad permanente, enfermedad grave o paro). Para 2013, el Gobierno ha prometido que también podrán rescatar su Plan de pensiones los que lo necesiten para evitar un desahucio.

Si finalmente piensa en hacer un Plan de pensiones privado, cuatro consejos. Primero, elija bien: busque una entidad que le ofrezca Planes de varias gestoras (no sólo los suyos) y compare Planes en un comparador independiente (como Morningstar). Segundo, valore todo y no sólo los regalos: en qué invierte, su rentabilidad (comparada con otros) y las comisiones, todas (cobran hasta el 2,4%, pero no pague más del 1,5%).Tercero, diversifique entre Planes, con más o menos riesgo, según la edad. Y cuarto, haga seguimiento: si uno o varios Planes no van bien en unos años, cambie de Plan o de banco (incluso cobrará un incentivo).

Lo importante es no dejarlo mucho, contratar el Plan a los 40 años (y mejor a los 35), porque cuanto más tarde se hace más se paga. Así, para conseguir 250.000 euros al jubilarse (unos 1.000 euros extras al mes durante 20 años), habría que pagar 4.251 euros al año (354 al mes) si se empieza con 35 años, 8.073 (672 € mes) si se tiene 45 años y 13.000 (1.083 al mes) si se contrata con 50 años. Lo ideal es empezar con Planes de más riesgo (invierten en renta variable, en Bolsa, donde es más difícil perder a 20 años vista), seguir con Planes de renta fija (invierten en depósitos, Letras o deuda pública) o mixtos (variable y fija) y acabar con Planes garantizados, los planes estrella ahora: se garantiza lo aportado y una pequeña rentabilidad (a 5 o 10 años, coincidiendo con la fecha de jubilarse).

En 2013 se va a revisar la normativa y fiscalidad de los Planes de pensiones y el Gobierno ha prometido mejorarles el trato. No queda más remedio si se recortan las pensiones públicas. Y habría que promover los Planes de empresa y de los funcionarios, cambiando moderación salarial por aportaciones. Pero, sobre todo, tenemos que cambiar de mentalidad: en lugar de ahorrar toda la vida para pagar la hipoteca, habrá que pensar en vivir más de alquiler y ahorrar para la jubilación. Es más sensato que hacerse viejo con casa propia y una pensión miserable. Sobre todo si vivimos hasta los 82/87 años.

La paradoja es que cuando más tendríamos que ahorrar para la vejez, porque nos recortarán las pensiones públicas (sí o sí), la mayoría de españoles no pueda hacerlo. Pero los que pueden, no deben retrasarlo más. Sobre todo, los que tienen entre 30 y 45 años. No lo dejen: luego sería tarde.  

miércoles, 14 de marzo de 2012

China, a la conquista del mundo


En China, 2012 es “el Año del Dragón”, pero algunos lo llaman jocosamente “el Año del Tragón”, porque el gigante chino no para de comerse empresas, bancos, tierras y deuda pública del resto del mundo, sobre todo en Latinoamérica, Asia, África y Europa. China es la segunda potencia económica del mundo y para 2030 superará a EEUU. El temor es que la burbuja del crecimiento chino estalle y hunda a la economía mundial. Los dirigentes chinos ya han frenado el crecimiento en 2011 y quieren impulsar su economía, para no depender tanto de las exportaciones. España es el tercer país clave para China en Europa, pero tenemos poca presencia allí. Y algunas de nuestras empresas se están volviendo, porque les suben los costes. Pero se quiera o no, el futuro del mundo en las dos próximas décadas pasa por China.
enrique ortega

China se abrió económicamente al mundo en 1978 y desde entonces ha venido creciendo al 10% anual, multiplicando por cuatro su riqueza (PIB) en las dos últimas décadas y sustituyendo en 2010 a Japón como segunda economía mundial. Los motores del milagro chino han sido una mano de obra barata (260 millones de campesinos trasladados a las ciudades) que les ha convertido en la fábrica del mundo y en el primer exportador mundial (10,3% del total), atrayendo empresas e inversiones extranjeras (primer destino mundial).

Con la crisis de 2008, China multiplicó los estímulos a su economía y el crédito, para evitar la recesión. Y alimentó aún más la burbuja inmobiliaria (los precios de la vivienda subieron un 60% desde 2006), el endeudamiento de las regiones (36% del PIB) y la inflación, que llegó al 6,5% en julio de 2011. Ante este recalentamiento, el Gobierno chino subió tipos y redujo el crédito, enfriando la economía. El resultado es que China creció un 8,9 % en el cuarto trimestre, el menor en 30 meses. Y que “sólo” creció un 9,2% en 2011 (10,3% en 2010), mientras espera crecer el 7,5 % en 2012.

Con ello, hay quien teme un pinchazo de China, pero su previsión es crecer una media del 7% hasta 2015, mientras Europa está en recesión, Japón languidece y EEUU trata de crecer al 3%. China espera multiplicar por cuatro su producción (PIB) en las dos próximas décadas y el Banco Mundial estima que superará a EEUU para 2030. Eso sí, el Gobierno chino quiere crecer de una forma más saneada, con un mayor peso del consumo interno (aporta el 35% del PIB, frente al 50% en EEUU), que compense la caída de exportaciones por la crisis a Europa (20% del total) y EEUU (18%). Y controlar la inflación (al 4%), recortar consumos energéticos (tiene 35% más de emisiones de CO2 que EEUU) y reducir la brecha tecnológica y social, las tremendas desigualdades de renta (2.000 $ en las ciudades y 700 $ en el campo), fuente de continuas protestas ciudadanas.

Entre tanto, China ha aprovechado la crisis para seguir conquistando mercados, no sólo con sus exportaciones sino con la compra de empresas por todo el mundo, para asegurarse el suministro de energía, materias primas y alimentos (primer consumidor mundial), además de tecnología, su gran hándicap. De momento, ha invertido 340.000 millones de dólares entre 2005 y junio de 2011, sobre todo en Asia, África  y Latinoamérica (donde han comprado tierras de cultivo), aunque desde 2010 se está volcando en Europa, aprovechando la crisis de la deuda para comprar empresas (Volvo o la eléctrica portuguesa EDP). Algo que despierta recelo en Bruselas, a quien preocupa perder tecnología, por lo que piden una regulación como la de EEUU, muy restrictiva con las inversiones chinas.

China es el país del mundo que más ahorra (54% de su renta, frente al 14% en EEUU o el 13% en España), con lo que se ha convertido también en el banquero del mundo: tiene 3,2 billones de dólares en reservas de divisas, un tercio en bonos del Tesoro USA. Y con la crisis, se ha lanzado a comprar deuda europea y tienen el 12% de la deuda española.

España es el tercer país europeo con más inversiones chinas (136,7 millones $), tras Alemania y Reino Unido, con dos bancos y presencia en algunas empresas, mientras la inversión española en China es insignificante (67 millones €, un 0,25% del total). Y China es nuestro tercer país proveedor, tras Alemania y Francia, con 18.641 millones de euros importados en 2011 (frente a 3.389 exportados). Mucho son los productos de empresas españolas instaladas allí por costes (el 60% de la producción textil española), aunque algunas se están volviendo (a Portugal, Marruecos y el Este de Europa), por la subida de salarios (han pasado de 150 a 400 $) y del transporte, así como por los aranceles. Y no hay que olvidar que España es el país europeo con más población china (100.000 “oficiales”), que controlan ya el 60 % del comercio tradicional en Madrid y Barcelona.

En octubre, China renueva su cúpula directiva, que tendrá que hacer cambios para conseguir el liderazgo económico mundial. Su mayor reto será conseguir un fuerte crecimiento en las dos próximas décadas y repartirlo mejor,  para hacer frente a las demandas sociales sin democracia, algo que seguro estallará. Y quizás haya una nueva burbuja económica, que asuste al resto del mundo. Pero muchos piensan que China puede crecer lo que quiera, porque tiene una economía mixta, muy intervenida, que permite capear mejor los ciclos y las crisis.

Lo que está claro es que China ha revolucionado la economía y al mundo, obligándonos a todos a trabajar como chinos, con menos salarios y más productividad, convirtiéndonos en consumidores de productos low cost de menor calidad, ahorrando para financiar la deuda del mundo y comprando empresas, minas, tierras o alimentos como un gigante hambriento. No es nuestro modelo, pero es una realidad a la que hay que hacer frente. Colaborando con ellos  y compitiendo, con tecnología, innovación y calidad. Y con mucho esfuerzo. Es nuestro empleo.