Recordemos la pequeña historia de los Fondos europeos. En la madrugada del 21 de julio de 2020, en plena pandemia, los líderes europeos aprobaban por unanimidad el Plan de Recuperación, dotado con 750.000 millones de euros hasta 2026, para que Europa superara la nueva crisis y afrontara los retos energético y digital, con subvenciones y créditos europeos. Si en la crisis financiera de 2010-2014, Merkel y el resto de líderes europeos afrontaron los problemas con ajustes y recortes, sobre todo para los paises del sur, en esta ocasión se optó por el camino contrario: reanimar la economía con fondos europeos (y con emisión de deuda de los 27, algo “prohibido” antes) y aprovechar la nueva crisis provocada por la COVID-19 para modernizar la economía europea y ayudar a los paises a invertir en la reconversión energética y digital de sus economías.
El primer
desembolso oficial condicionado (tras el anticipo de agosto) llegó el 27
de diciembre de 2021: 10.000 millones de euros, recibidos tras
confirmar la Comisión que España había cumplido 52 hitos y reformas,
entre ellas la Ley de Cambio Climático, la mejora de la conectividad, el Plan
de Ciencia, la modernización de la Administración Pública y los Planes para la
igualdad retributiva de hombres y mujeres. Además, España tuvo que aceptar y
firmar antes, en noviembre de 2021, el Reglamento de concesión de los Fondos
europeos aprobado por la Comisión, una exigente “hoja de ruta” para asegurar su
buen funcionamiento.
Recapitulando: España ha adjudicado 44.163 millones
de Fondos europeos en tres años y tiene ahora poco más de año y medio para
adjudicar otros 114.500 millones (30.500 en subvenciones y 84.000 en
créditos). Una tarea inmensa, que exige
un enorme esfuerzo de gestión, no solo al
Gobierno central sino sobre todo a autonomías, Ayuntamientos, Universidades,
instituciones y empresas. Una tarea que debería ser la gran prioridad
para todos, porque es un dinero con fecha de caducidad (agosto
de 2026) y con el que nos jugamos modernizar la economía española y
asegurar el crecimiento y el empleo futuros.