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jueves, 4 de noviembre de 2021

Este blog cumple 11 años

Hoy 4 de noviembre, este blog cumple 11 años de vida. Son 1.077 artículos y dibujos (de Enrique Ortega: ¡mil gracias!) publicados dos veces por semana (lunes y jueves), sin fallar ni una sola. Un intento de “quitar el miedo” a los temas económicos y explicar “la economía nuestra de cada día”, desde qué pasa con la luz a la grave situación de los jóvenes, la marcha de la pandemia, el problema del paro y del empleo, las pensiones, la vivienda y los alquileres y cientos de temas que parecen menos económicos pero que afectan a nuestra vida y nuestro bolsillo, desde la educación, la sanidad y la Dependencia a la TV de pago, el fútbol, la cultura o el coste de morirse (vean los temas abordados en las palabras-clave a la derecha del blog). Y con un doble objetivo: que se entienda, explicarlo clarito y con seriedad, aportando datos e información, huyendo de “dar doctrina” como tantos tertulianos. Y así seguiremos.

Enrique Ortega

Este blog empezó con el Gobierno Zapatero, siguió con el Gobierno Rajoy y ahora se publica con el Gobierno Sánchez. Por eso es una crónica de nuestra historia reciente, desde que sufrimos el estallido de la crisis europea (2010) al inicio de la recuperación (2014) y la irrupción de la segunda gran recesión (2020), con la pandemia. En todos estos años, hemos tratado de abordar los grandes problemas, desde el paro y las pensiones a la sanidad, la educación o la Dependencia, pasando por la vivienda, las desigualdades, la pobreza y la escasa competitividad de nuestra economía, que explica nuestro atraso con Europa. Y por supuesto, la evolución de la pandemia. Siempre aportando datos oficiales e información contrastada, con un análisis crítico y planteando alternativas diversas hechas por los expertos. Dar datos, análisis y propuestas para que el lector, al que consideramos inteligente, entienda y opine con fundamento.

Esto es lo que intenta este blog, explicar “a lo claro” los temas que afectan a nuestra vida cotidiana. Problemas que no son “simples” y que exigen estadísticas y análisis, no se explican con un “meme”. Por eso utilizamos más de 2.000 palabras y muchos datos, que retraen a muchos lectores, a quienes sólo les gusta leer tuits y WhatsApp. Es un trabajo enorme, muchas horas diarias (sin ninguna compensación económica), que nos mantiene “vivos”, aunque muchas veces sintamos la soledad del que “predica en el desierto”. Pero este blog, mis artículos y las ilustraciones de Enrique Ortegamuchísimas gracias, colega y amigo¡), quieren ser un pequeño “faro” para los que busquen entender la economía y la vida, con un sentido crítico pero constructivo, tratando de explicar lo difícil y colaborar en mejorar nuestra economía y nuestra vida. Si les gusta, difundan nuestro blog. Gracias. Aquí seguiremos.

jueves, 17 de octubre de 2019

Centros Comerciales: inauguraciones y temor


El miedo a otra crisis ya ha provocado que los españoles gasten menos y ahorren más. Pero este “enfriamiento” del consumo no parece preocupar a los que invierten en Centros Comerciales: España es el tercer país europeo que abrirá más nuevas superficies en 2019 y 2020 y está previsto inaugurar 23 Centros Comerciales hasta 2024 (sobre todo en Andalucía y Madrid), que se sumarán a los 563 existentes. Hay quien teme que se esté creando una “burbuja” de grandes espacios comerciales y que estalle por la caída de ventas ya iniciada y por la competencia del comercio online. De hecho, un 17% de las 35.000 tiendas que hay en los Centros Comerciales están vacías. Pero los inversores, sobre todo fondos extranjeros, apuestan por el futuro de estos Centros, aunque más orientados al ocio y al pasatiempo de las familias que al comercio. Y por el camino, dan “pelotazos” con la compraventa de Centros. Habría que vigilar la autorización de nuevas aperturas, para evitar “sustos”.


enrique ortega

Los Centros Comerciales cumplirán en 2020 los primeros 40 años de vida en España, donde en 1980 se inauguró el primero grande, Baricentro, cerca de Barcelona. En los años 80 ya llegaron los Centros muy grandes, Nuevo Centro en Valencia (1982), la Vaguada (1983) y Parque Sur (1989) en Madrid, con 76 Centros creados entre 1981 y 1990 (1,6 millones de m2), a los que se sumaron 197 Centros más entre 1991 y 2000 (5,18 millones de m2). La fiebre de los Centros se aceleró en la primera década de este siglo, con 225 Centros Comerciales abiertos entre 2001 y 2015 (7 millones de m2). Luego bajaron con la crisis, con la apertura de 28 Centros entre 2011 y 2015 (1 millón de m2). En 2017 se abrieron sólo 5 Centros (206.036 m2) y en 2018 otros 8 Centros (233.700 m2), con lo que había 563 Centros, con 35.000 tiendas y 16 millones de metros cuadrados, según la Asociación de Centros AECC.

Con estos 563 grandes espacios comerciales, España es el 4º país de Europa con más Centros Comerciales, sólo por detrás de Reino Unido (1.200 Centros), Alemania y Francia (unos 700 Centros cada uno). Y el crecimiento, aunque se ha atenuando en la última década, no se ha parado: España será el tercer país que inaugure más Centros comerciales entre 2019 y 2020 (300.000 m2 más), tras Francia y Polonia, según el estudio de la consultora Cushman&Wakefield. Y el sector anuncia que, entre 2019 y 2024, España contará con 23 Centros Comerciales más, sumando 1 millón de metros cuadrados (+6%). 


De momento, este año 2019 sólo se ha inaugurado en España un Centro Comercial, a finales de septiembre, el Lagoh de Palmas Altas, en Sevilla (123.000 m2), el 5º mayor de Europa. Pero antes de finales de año se van a inaugurar tres grandes Centros Comerciales más: el X Madrid, el Mogan Mall en las Palmas y el Rosa Center en Adeje (Tenerife). Y para 2020 se anuncian 12 inauguraciones más, sobre todo en Andalucía y Madrid : Torre Village (Zaragoza), Bahía Real (Santander, nuevo Centro de Benidorm, Calchetar en Tudela (Navarra), Wit Retail en Dos Hermanas (Sevilla), Jaén Plaza (Jaén), Los Patios de Azahara (Córdoba), Way Orense en San Cribao das Viñas (Orense), Solia (Madrid), Viala Vigo (Vigo), Alcorcón Plaza (Madrid) y el Canario en El Huércal (Almería). Y habría 7 Centros nuevos más hasta 2024, año en que se espera inaugurar el macroCentro Intu Costa del Sol, en Torremolinos, que será el mayor de España (235.000 m2 y 800 millones de inversión).  Además, de aquí a 2022 se van a reformar y ampliar 13 Centros comerciales en funcionamiento, según las previsiones anunciadas por la Asociación AECC.


¿No son demasiados Centros Comerciales? El sector está animado y cree que “hay sitio” para estos nuevos Centros, porque España todavía no está saturado y tiene un volumen de grandes superficies comerciales similar al europeo, unos 347 m2 por 1.000 habitantes. Eso sí, hay algunas autonomías más saturadas que otras, según los datos de la AECC. La mayor concentración de Centros por habitante se da, curiosamente, en Aragón (donde está Puerto Venecia, en Zaragoza, el mayor Centro Comercial de España, con 207.000 m2 comerciales), con 490,16 m2 por 1.000 habitantes, seguida de Murcia (487m2/1.000 hab.), Madrid (479m2), Canarias (454), Asturias (431) y Comunidad Valenciana (409m2), ocupando Cataluña la última posición (con sólo 195 m2/1.000 habitantes), debido a las restricciones impuestas por la Generalitat en la apertura de nuevos Centros. 


Ahora, las nuevas aperturas se van a concentrar en Andalucía, una región con bajo volumen de Centros (tiene 341 m2/1.000 habitantes, por debajo de la media) y que, a pesar de las aperturas anunciadas, seguirá teniendo un volumen bajo en 2021 (363 m2). Más problemáticas son las 3 nuevas aperturas en Madrid (subirá a 530 m2/1.000 habitantes), la de Aragón (seguirá líder en oferta, con 543 m2/habitante en 2021) y, sobre todo Canarias, donde los dos nuevos Centros subirán la oferta a 480 m2/1.000 habitantes, la tercera de España, en un momento que se notará la crisis del turismo extranjero. Y las dos aperturas en la Comunidad Valenciana la convertirán en la 5ª región con más oferta (424 m2/1.000 habitantes), detrás de Murcia, que será la 4ª autonomía con más oferta.


Algunos expertos temen que esta “burbuja” de Centros comerciales estalle, como ha pasado en EEUU, el paraíso de las grandes áreas comerciales, que llevan años cerrándolas y arrastrando con ellas a miles de tiendas. Y este “apocalipsis retail” no ha acabado: entre 2018 y 2023 se espera que cierren 300 de los 1.200 “malls” que hay en USA, según un informe de la consultora CRBE. La causa, según los expertos, es triple: hay un exceso de Centros comerciales (5.000 m2 por 1.000 habitante, 14 veces la oferta en España), se han quedado obsoletos (un tercio se construyeron antes de 1978) y no pueden competir con Internet, que ya canaliza el 15% de todas las ventas en EEUU. Pero el sector dice que en España no hay tanta oferta, los Centros son más modernos y, sobre todo, las ventas online sólo suponen aquí un 4% de todas las ventas, con lo que las tiendas lo tienen más fácil que en USA y que en Reino Unido (17% ventas son online), Alemania (14%) o Francia (9%).


Eso sí, el alto número de Centros y la competencia de Internet está cambiando la configuración de los Centros Comerciales que se abren: ya no tienen solo tiendas y restaurantes, como los primeros, sino que han ido ampliando su oferta con deporte, ocio y entretenimiento, además de múltiples servicios (incorporan clínicas, hoteles, recintos musicales y hasta bibliotecas). El Centro X de Alcorcón (Madrid), que abrirá en noviembre, incorpora un centro de buceo, rocódromo, una ola artificial para surfear o una pista de skate. Y el Centro Open Sky, que abrirá en Torrejón (Madrid) en 2020, incorporará un lago central con tirolina, amplias zonas verdes, espectáculos de luces y un escenario para conciertos y teatro. La filosofía es crear  “espacios de entretenimiento para la familia”, no sólo una zona de compras, “una experiencia” más allá de las compras, algo que no ofrezca Internet.


Los grandes inversores, sobre todo los fondos internacionales, apuestan por los Centros Comerciales en España, donde han invertido más de 28.000 millones de euros en los últimos 40 años, 2.200 millones sólo en 2018. Los mayores propietarios de estos Centros son las grandes inmobiliarias y SOCIMIs (sociedades de inversión inmobiliaria), encabezando el ranking de propietarias de Centros Lar España (familia Pereda y fondos internacionales), con 15 Centros y 480.000 metros cuadrados) y Merlin Properties (Santander y fondos internacionales), con 16 Centros y 450.000 metros cuadrados, seguidas de Carmila (Grupo Carrefour: 78 Centros y 400.000 m2), la francesa Unibail Rodamco (el gigante europeo de los Centros, con 8 Centros y 400.000 m2 en España), la española GCE (390.000 m2), la francesa Klépierre (12 Centros y 380.000 m2 en España), Castellana Properties (fondos internacionales con 15 Centros y 350.000 m2) y la británica Intu Properties, con 3 Centros y 250.000m2.


El negocio de los Centros Comerciales son los alquileres a las 35.000 tiendas que se instalan en ellos, que suben más o menos según las visitas que tengan los Centros (1.963 millones de visitantes en 2018), lo que genera una rentabilidad de la inversión del 5 al 7%. Pero, en realidad, el mayor negocio son las plusvalías que se obtienen comprando y vendiendo los Centros, los “pelotazos”. Así, en 2016, el fondo británico Northwood vendió el Centro Comercial Diagonal Mar a Deutsche Bank por 495 millones, cuando lo había comprado 3 años antes por 160 millones. Claro que también se pierde: el fondo Ivanhoe Cambridge vendió en 2017 el Centro Madrid Xanadú a Intu por 530 millones cuando lo habían comprado en 2006 por 770. Un ejemplo de la especulación con los Centros comerciales es Puerto Venecia, en Zaragoza, el mayor de España: ha cambiado de dueño 4 veces desde su inauguración en 2012, además de una quinta compra fallida. Y ahora se está gestando otra posible compraventa más.


El negocio de los Centros comerciales es que tengan visitantes y sus tiendas vendan (45.225 millones vendidos en 2018), algo que puede peligrar si cae el consumo y las ventas, lo que ya está pasando. Los inversores internacionales tratarían de colocar el Centro a otro  inversor antes de que pierda fuelle y rentabilidad. Pero quien lo sufre son las tiendas, que tienen que cerrar porque les caen las ventas y no pueden hacer frente a los altos alquileres (entre 70 y 200 euros por metro cuadrado, según los Centros). De hecho, ya hay un 18% de tiendas vacías en los Centros comerciales y más del 20% en un tercio de ellos, según un estudio de la consultora Locatus. Y hay regiones con más tiendas vacías en los Centros, como Murcia (34% vacías), Castilla la Mancha (26%), Galicia (25%) o Castilla y León (23%), mientras Madrid está en la Media (17% tiendas vacías) y Cataluña tiene menos (11%).


De momento, los Centros Comerciales aguantan, aunque sus ventas crecen menos (+1,8% en el primer semestre 2019, tras aumentar un 2,7% en 2018) y también sus visitantes (+1,5% este año frente a +3,2% en 2018). Lo normal es que antes o después se estanquen y caigan, como el resto del consumo, a la vista de la desaceleración de la economía. Y sobre todo porque la moda es el motor de los Centros comerciales (supone el 54% de los ingresos de los Centros, muy por delante del 12% de los restaurantes, el 10% de los servicios y el 9% del entretenimiento) y está cayendo, con una reducción de ventas de ropa ya en 2018 (-2,38%), que continúa este año, más con el buen tiempo (que frena ventas otoño-invierno). Con ello, podrían cerrar más tiendas y peligrar el futuro de los Centros Comerciales, que dan empleo a 700.000 personas en España.


En definitiva, los Centros Comerciales siguen “en la nube” de las inauguraciones, con 23 más a la vista  mientras la realidad “avisa” con una caída de ventas y cierre de tiendas, derivadas de la desaceleración económica y de una cierta saturación de Centros, sobre todo en Aragón, Madrid, Murcia, Comunidad Valenciana y Canarias. A los inversores (75% extranjeros) no parece preocuparles la situación, salvo especular y “salirse a tiempo” sin pérdidas si vienen “mal dadas”. Pero el Gobierno y, sobre todo, las autonomías, deberían “mirar con lupa” las futuras  autorizaciones para no seguir inflando una burbuja que nos puede estallar encima, dejando “cementerios comerciales” y desempleo. Ojo a la fiebre de los Centros Comerciales.


jueves, 5 de julio de 2018

Dime qué son tus padres y te diré qué serás tú


Lo llaman “el ascensor social”: que un hijo de padres pobres suba de escalón social (algo difícil) y que un hijo de padres con posibles baje de clase (más difícil todavía). La OCDE revela que el “ascensor social” está averiado en Occidente y que España tiene poca movilidad social a corto plazo (la gente no mejora en unos años), algo más de padres a hijos (pero el 28% de los hijos de familias con bajos ingresos se quedan ahí) y mejora más a largo plazo, aunque hacen falta 4 generaciones para dar “el salto social”. Las causas de esta baja movilidad social en España son el paro y la educación: los jóvenes españoles no están suficientemente preparados, hay demasiado abandono escolar y demasiado paro juvenil. Por eso, la OCDE nos “receta” mejorar las ayudas a los parados, gastar más en educación y becas, ayudar a las familias pobres con niños y aprobar impuestos más progresivos. Para que “el ascensor social” funcione.

enrique ortega

Nace ya criado el que de padre rico es engendrado
Refrán popular
El aumento de la desigualdad, uno de los grandes males de este siglo, acarrea un deterioro de la movilidad social: los ricos son cada vez más ricos y los pobres se mantienen ahí, sin poder mejorar su situación, sin subir en “el ascensor social”, según revela un reciente estudio de la OCDE. Si se compara la desigualdad y el salto de rentas entre generaciones, lo que se llama “la curva del gran Gatsby”, se comprueba que en Occidente hay tres grupos de países, según el estudio de Miguel Requena, catedrático de la UNED. Uno, los países escandinavos y Canadá, con alta movilidad social: menos del 20% de la ventaja o desventaja de los padres se traslada a los hijos. Otro, de los países con baja movilidad social, como EEUU, Reino Unido e Italia, donde la mitad (50%) de la ventaja o desventaja de los padres se traslada a los hijos. Y un tercer grupo, donde estarían España y Francia, con una movilidad intermedia tirando a baja, porque el 40% de la situación de los padres se traslada a los hijos.

En cualquier caso, una de las lacras de esta última crisis, con su secuela de paro y precariedad laboral, es que ya hay muchos hijos que viven peor que sus padres. “El ascensor social en España está parado desde los años 90”, señala Ildefonso Marqués en su libro “La movilidad social en España”. Según sus investigaciones, la movilidad intergeneracional está “estancadadesde hace 25 años, aunque sí ha mejorado la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación, pero no lo suficiente. Y Requena aporta un dato llamativo: el 63% de los hijos de profesionales y directivos logran un título universitario frente a sólo un 26% los hijos de los trabajadores. O sea, que no todos los jóvenes españoles puedan ser universitarios.

Lo que sí es cierto es que España tiene más universitarios que nunca: un 41,2% de españoles entre 30 y 34 años tienen estudios superiores (47,5% mujeres y 41,2% hombres), más que la media europea (39,9% de universitarios), más que Alemania (34%) e Italia  (26,9%) y sólo menos que Francia (44,3%) y Reino Unido (48,3%), según Eurostat. Pero eso tampoco indica que vayan a encontrar un trabajo acorde a su formación. De hecho, a la hora de trabajar, pesa mucho el origen social, según el libro de Marqués, porque juegan mucho los “añadidos” al título universitario (máster, postgrados en el extranjero, idiomas…)  y, sobre todo, las relaciones y “contactos” de la familia del universitario. Así se explica que los universitarios hijos de directivos y profesionales tienen 2,8 veces más probabilidades de llegar a ser directivos o profesionales que los universitarios hijos de trabajadores, según el catedrático Requena. Y 1,4 veces más que los universitarios hijos de las clases medias.

España es uno de los países occidentales con baja movilidad social a corto plazo, según el reciente estudio “A Broken Social Elevator? How to Promote Social Mobility”, de la OCDE: el 55% de la población está “atascado en el mismo escalón social, sin posibilidad de mejorar en unos años. Y esa escasa movilidad a corto plazo se agrava en los extremos: el 20% más pobre de la población española  tiene pocas posibilidades (36%) de mejorar su situación en 4 años, frente al 43% que la mejoran en la OCDE. Y el 20% más rico de españoles permanece en ese alto nivel en los siguientes 4 años, frente al 68% en la OCDE. Esta menor movilidad social a corto en España se explica, según la OCDE, por el alto nivel del paro de larga duración (la mitad de todos los parados llevan más de un año sin trabajar) y por la precariedad laboral, muchos contratos temporales y a tiempo parcial mal pagados.

España mejora algo en la movilidad a medio plazo, de padres a hijos, lo mismo que pasa en los países del sur de Europa, según este informe de la OCDE. Así, el porcentaje de hijos de padres con bajos ingresos que terminan con bajos ingresos es del 28% en España, menos que en la OCDE (31%), siendo también más los que acaban ricos (19% frente a 18% en la OCDE). Y en la franja alta, el porcentaje de hijos de padres con ingresos altos que acaban también con ingresos altos  es el 34%, inferior a la OCDE (42% hijos de ricos acaban ricos), siendo también más los hijos de ricos que bajan de escalón (el 20% frente al 18% en la OCDE). Pero ojo, hay otro dato demoledor: 1 de cada 2 hijos de gerentes acaban de gerentes mientras sólo consiguen ese puesto 1 de cada 5 hijos de un trabajador manual.

Y lo que no acaba de funcionar es la movilidad educativa, donde España se sitúa a la cola de la OCDE, junto a Portugal. Y es que más de dos tercios (69%) de los hijos de padres con alto nivel educativo acaban en la Universidad en España mientras que sólo lo consiguen menos de la cuarta parte (el 22%) de los hijos de padres con bajo nivel educativo, según la OCDE. Y al mismo tiempo, el 56% de los niños de padres con un nivel educativo bajo también permanecen en bajos niveles educativos en España, frente a sólo el 42% en la OCDE. O sea, que falla estrepitosamente el ascensor educativo, aunque creamos que no. Y esto se debe, sobre todo, a los altísimos niveles de “abandono escolar” en España, que afecta más a las familias con bajos ingresos: el 18,3% de los jóvenes (18-24 años) no termina la ESO, frente al 10,6% en la UE-28, el 10% en Alemania o Reino Unido y el 8,9% en Francia, según Eurostat.

En el tercer eslabón, la movilidad social a largo plazo, España mejora, gracias a lo avanzado en la transición y antes de la crisis de 2008, con las mejoras en la educación, las becas y las ayudas públicas, junto a un sistema fiscal más progresivo que el actual. Gracias a todo ello, los niños españoles nacidos en una familia de bajos ingresos tardarían 4 generaciones (los tataranietos de los niños de hoy) en alcanzar el ingreso medio, algo menos que el promedio que tardarían en la OCDE (4,5 generaciones). Eso nos sitúa en una posición intermedia, según la OCDE: peor que los países nórdicos (en Dinamarca tardarán 2 generaciones y en Noruega, Finlandia y Suecia, 3 generaciones), igual que muchos países occidentales (en Nueva Zelanda, Canadá, Grecia, Bélgica, Australia, Japón y Holanda harían falta también 4 generaciones) , mejor que otros (en Portugal, Irlanda, Corea, EEUU, Reino Unido, Italia, Suiza y Austria hay que esperar 5 generaciones) y bastante mejor que el resto (en Francia y Alemania hay que esperar 6 generaciones y en China o India, 7).

Sin saber estos datos concretos, la percepción de los españoles es que “el ascensor social” no funciona: somos el 2º país occidental que menos confía en “la meritocracia” y que más importancia da al “origen social”, según la OCDE: el 53% de españoles cree que tener padres con ingresos y mejor educación es “la clave para triunfar en la vida”, frente al 37% que lo creen en los 35 países de la OCDE. Y también somos los occidentales más pesimistas sobre la posibilidad de mejorar de status: sólo el 25% de los españoles contestaron en la encuesta de la OCDE que iba a mejorar su situación financiera ese año (2015).

En definitiva, que los españoles tenemos interiorizado que la clave para triunfar es la familia donde se nace, no lo que uno se esfuerza después. Y esto se ha agravado con la crisis, porque hay muchos jóvenes que piensan que estar formados ya no sirve: ven que tienen una carrera y hasta un máster y acaban sirviendo en un Burger o de cajera de supermercado. Pero es una percepción errónea, como demuestra el estudio del profesor Requena: la educación es un factor más relevante que el origen social, es el factor clave para el futuro de cualquiera. Y lo demuestra con tres argumentos. Uno, la educación aumenta las posibilidades de ascender en la escala social y más cuanto más bajo se está. Dos, reduce las posibilidades de descender: caen más de clase social los que están menos preparados. Y tres, la educación reduce el riesgo de quedarse en paro: la tasa de paro de los universitarios españoles en del 9,32%, frente al 17,22% de paro entre los que tienen bachillerato, el 22,79% de los que no acabaron la ESO y el 45,89% de paro de los analfabetos, según la EPA de marzo de 2018.

Y aunque no lo parezca, otro factor clave para la movilidad social es la salud. Y eso porque la salud también “se hereda”, depende mucho de la situación social de los progenitores, según el informe SESPAS 2014, que demuestra, con datos empíricos, que los niños y niñas de familias con bajos ingresos corren el riesgo de tener peor salud y con ello un peor nivel educativo, que les mantenga en su misma clase social cuando lleguen a adultos. En caso de familias pobres con niños, el riesgo de estos  niños es que su posible mala salud les haga bajar en el ascensor social. Incluso se ha detectado que niños de familias desfavorecidas tienen mayores problemas para el desarrollo cognitivo en sus primeros años, claves para su formación.

En definitiva, falla el ascensor social, en Occidente y en España, más tras esta dura crisis, por sus secuelas de paro, precariedad, pobreza y desigualdad. Pero hay un factor clave, la educación, que es mucho más preocupante en España, según los datos impactantes de la OCDE (“Panorama de la educación 2017”): un 41,7% de los españoles adultos (25-64 años) tienen un nivel educativo bajo (sólo con la ESO acabada o ni siquiera), frente al 20,3% en Europa o el 22,4% en la OCDE, el peor dato europeo, salvo Portugal (53,1% poco formados), muy lejos del 13,1% de poco formados de Alemania, el 20,2% de Irlanda, el 21,9% de Francia, el 22,9% de Holanda, el 35,7% de Reino Unido o el 39,9% de Italia. En medio, tenemos menos adultos con formación media : el 22,5% de españoles tienen Bachillerato o FP, frente al 46,4% en Europa y el 44,2% en la OCDE, con lo que somos el 2º país europeo con menos adultos de formación media, tras Reino Unido (18,4%), muy lejos de Alemania (58,2% adultos con Bachillerato o FP), Francia (43,5%), Italia (42,4%), Holanda (41,1%), Irlanda (37%) y hasta Grecia (41,4%) o Portugal (23,1%). Y por arriba, tenemos más universitarios que la mayoría: un 35,7% de los adultos en España, frente al 33,4% en Europa, el 36,7% en la OCDE, el 28,3% en Alemania o el 34,6% en Francia.

Y este preocupante panorama educativo se agrava con otros datos, referidos a la calidad de la enseñanza en España. Como los del informe PISA, que revelan el atraso de los jóvenes españoles (15 años) en habilidades importantes para trabajar, como habilidades en Ciencia (493 puntos, el puesto 30 en el ranking mundial), en matemáticas (486 puntos, el puesto 30º), comprensión lectora (496 puntos, el 25º en el ranking) o conocimientos financieros (469 puntos, el país 10º de los 15 evaluados por la OCDE). Otro problema preocupante, es el elevado nivel de abandono escolar temprano, clave para frenar la movilidad social: un 18,3 % de los jóvenes de 18 a 24 años, 3.120.000 jóvenes) que  han abandonado la enseñanza obligatoria antes de terminarla, lo que nos convierte en el 2º país europeo con más abandono escolar, tras Malta (18,6%), muy por encima de la media europea (10,6%). Y encima, somos el 7º país europeo con más “ni-nis”, jóvenes de 18 a 24 años que ni estudian ni trabajan: son el 17,1% (casi 3 millones de jóvenes), frente al 14,3% en Europa.

Si el estado de la educación en España es preocupante, lo es más lo poco que se hace para mejorarla. Por un lado, se gasta menos en educación: un 4% del PIB en España, frente al 4,7% en la UE-28 y Reino Unido, el 6,9% en Dinamarca, el 5,4% en Francia o el 4,2% en Alemania, según Eurostat. Y además, la enseñanza superior es más cara en España: la Universidad tiene las tasas más altas de Europa, sólo por detrás de Irlanda, Reino Unido, Holanda e Irlanda, según un estudio de la Conferencia de Rectores (CRUE). De hecho, el coste medio de un grado en España es de 1.262 euros al año (desde 2.011 euros en Cataluña a 713 en Galicia y 756 en Andalucía), frente a 184 euros en Francia y ningún coste en Alemania, Austria, Noruega, Suecia, Finlandia y Dinamarca. Y aún son más caros los másteres: 1.991 euros de media en España frente a 256 euros en Francia y un menor coste en el resto.

Y frente a este mayor coste, España gasta en becas entre la mitad y un tercio que la media de la OCDE. Y además, el gobierno Rajoy rebajó las aportaciones a becas (de 943 millones en 2011 a 838 en 2016) y sus importes medios (de 3.247euros en 2010 a 2.649 euros en 2016). Y también restringió los criterios (económicos y académicos) para concederlas, con lo que hay unos 70.000 universitarios necesitados que se han quedado sin poder solicitar beca, según ha denunciado la Conferencia de Rectores (CRUE).

La OCDE, en su estudio sobre el ascensor social en Occidente, reitera que la clave para que haya más movilidad social es la educación. En el caso de España, la OCDE nos propone 5 medidas: reforzar el apoyo a los parados (mejorando las oficinas de empleo), mejorar la formación de los jóvenes (promoviendo la Formación Profesional) y la educación de adultos, afrontar el abandono escolar temprano, mejorar la calidad de la enseñanza y actuar frente a los altos niveles de pobreza infantil, con ayudas directas a los niños y mejorando los trabajos e ingresos de los padres. Además, la OCDE y los expertos coinciden en otras medidas básicas para mejorar la movilidad social: más gasto en becas y en educación (sobre todo en pre-escolar y primaria, los años claves para reducir las diferencias de origen familiar), universalización y mejora de la sanidad, reducir la evasión fiscal en las herencias y diseñar sistemas fiscales progresivos, que contribuyan a reducir desigualdades. En definitiva, que el Gobierno ayude a evitar que los que nacen pobres mueran pobres y también lo sean sus hijos y nietos. Que el “ascensor social” funcione mejor. Otro gran reto para este siglo.