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lunes, 17 de julio de 2017

Nuevas subidas del móvil e Internet


Mañana 18 de julio vuelve a subir Movistar sus tarifas, después de aumentarlas Orange, Vodafone y Jazztel en febrero, abril y mayo. Es la cuarta subida de Movistar este año y la 7ª en poco más de dos años, con un aumento de tarifas del +35%. Y todo apunta a que esta será la estrategia de las “telecos”: dos o tres subidas al año, unos detrás de otros. Lo hacen porque pueden, ya que ahora es un “triopolio” más fuerte, tras las fusiones. Y porque lo necesitan, para invertir en fibra y 4G, para comprar derechos de fútbol (el motor de la TV de pago, su mayor apuesta comercial hoy) y para compensar la rebaja de ingresos por el fin del “roaming”, que multiplicará por 4 las llamadas de los turistas este verano. Pero también nos suben las tarifas del móvil e Internet porque estamos muy “enganchados”: somos el 5º país que pasa más tiempo conectado al móvil, 2 horas y 11 minutos diarios. Las telecos lo saben y cada vez nos ofrecen más datos y más velocidad. Y eso hay que pagarlo. Ojo al dedo.



                                                                                           enrique ortega

Hemos estado muchos años mal acostumbrados, con guerra de tarifas y bajadas de precios en el móvil e Internet entre 2009 y 2015 (-70% de media). Pero ahora llevamos algo más de dos años de subidas constantes. La última mañana 18 de julio: Movistar vuelve a subir sus tarifas de móvil a 4,2 millones de abonados, entre 2 euros al mes (tarifa #6 y #20) y 3 euros (tarifa #10), sin aumentarles datos a cambio. Es la cuarta subida de Movistar este año, ya que el 5 de febrero subió 5 euros al mes las ofertas del paquete Fusión (a cambio de ofrecer más datos), en abril subió otros 5 euros las tarifas de Fusión Contigo y este 18 de junio subió el precio de los megas extras móviles (un 33%, de 1,5 a 2 céntimos por mega extra).

Orange, ahora la segunda mayor teleco, subió también en febrero los precios de sus paquetes convergentes Love (que había lanzado en noviembre), entre 2 y 5 euros, y lanzó el 3 de abril dos nuevas familias de paquetes para el móvil y el hogar, renovando también en junio las tarifas de sus móviles pre-pago (han subido un 25%). Y su filial y segunda marca, Jazztel, subió también el 1 de mayo en 2 euros el abono mensual a todos sus clientes, a cambio de más datos, más minutos de llamada y más velocidad de conexión en fibra.

Y Vodafone, la tercera gran teleco, implantó el 28 de abril una nueva subida de precios, de 2 euros al mes en sus tarifas móviles y de entre 3 y 6 euros mensuales en sus paquetes convergentes, con la contrapartida de más datos móviles, contenidos TV y el servicio de mensajes Chat Zero. Además, Vodafone ha empezado a cobrar 2,5 euros a sus clientes por atenderles diversas incidencias y gestiones por teléfono. Y todas las telecos han subido este año el coste de establecimiento de llamada, a los clientes de móvil sin tarifa plana: de 0,2178 a 0,25 euros, un “redondeo” que significa subirles un +14,78%.

Esta subida de mañana es ya la séptima que hace Movistar en poco más de 2 años, ya que a las 4 subidas de este año hay que añadir las 3 subidas de mayo de 2015 (5 euros), febrero 2016 (3 euros) y agosto de 2016 (de 2 a 5 euros), con lo que la compañía de Telefónica ha subido ya a sus clientes entre 22 y 25 euros al mes, más de un 35% de aumento de tarifas. Y tanto Orange como Vodafone han hecho otras 4 subidas cada uno en estos dos años, con un aumento en la factura que supera el 20%.

Todos ellos argumentan que cobran más por más”, que han subido las tarifas pero también sus datos y la velocidad de conexión, con más servicios (como la TV de pago). Pero las asociaciones de consumidores se quejan de que son subidas “impuestas”, sin que el cliente pida ni necesite más servicios, y que han subido contratos que se habían ofrecido a precios “inamovibles”. Por todo ello, las telecos han sido denunciadas a los Tribunales por distintas asociaciones de consumidores. E incluso han sido multadas por “publicidad engañosa” y “cláusulas abusivas por la Junta de Andalucía (6,3 millones) y la Comunidad de Madrid (30.000 euros). La Comisión de la Competencia (CNMC) ha dicho que vigila estas subidas (“a cambio de mejoras que el cliente no ha pedido”), mientras la Ley de Defensa de Consumidores y Usuarios de 2007 es muy clara: “la imposición al consumidor o usuario de bienes o servicios complementarios o accesorios no solicitados tiene la consideración de cláusula abusiva”.

Pero las subidas ahí están y los clientes lo único que pueden hacer es darse de baja sin ser penalizados. El problema es dónde van, porque todas las telecos funcionan igual y suben los precios de forma “coordinada”, algo teóricamente prohibido por las normas de competencia. Así que aunque suben precios, no pierden apenas clientes porque lo hacen todas. Y ahora son más fuertes para imponer condiciones, tras las fusiones producidas en 2014 y 2015 (Vodafone y Ono, Telefónica con Digital + y Orange con Jazztel). Así, las tres grandes telecos (Movistar, Orange y Vodafone) son ahora un auténtico “triopolio, que monopoliza el mercado: controlan el 84,3% del negocio de móviles y el 93,91% del negocio de acceso a internet, según los últimos datos de la CNMC. Y con el lanzamiento de los paquetes convergentes (teléfono fijo y móvil, Internet y TV “todo en uno”), que tienen el 75% de los clientes, se han quitado de en medio a la mayoría de operadores virtuales (OMV) que competían con ellos por los móviles pero que no tienen red para ofrecer paquetes. Sólo queda fuera MasMóvil, que ha crecido mucho pero que básicamente compite en ofertas low cost.

Las tres grandes telecos suben las tarifas porque pueden (ahora son más fuertes) y porque lo necesitan. Por un lado, para cubrir las enormes inversiones que han hecho en redes (fibra óptica) y en nuevas tecnologías (4G y 5G), unos 11.200 millones de euros invertidos entre 2012 y 2015, compras y fusiones aparte. Y por otro, para hacer frente a los crecientes costes que les acarrea seguir creciendo en el mercado de la TV de pago, su principal apuesta hoy: han tenido que pagar 1.573 millones esta temporada a los Clubs de fútbol por los derechos de televisión y muchos millones más en la compra de series y películas. Y aún tendrán que pagar más por la próxima Champions y Liga. Todo esto hay que “rentabilizarlo” y para ello necesitan aumentar sus ingresos, cobrando más por cada cliente.

Hay un factor más que obliga a las telecos a conseguir más ingresos de sus clientes: el final del "roaming", el recargo por navegar o llamar con el móvil en otro país, que ha desaparecido el 15 de junio por mandato de Bruselas. Al dejar de cobrar este recargo, todas las telecos europeas verán reducidos sus ingresos, en 2017 y sobre todo en 2018 y después. La CNMC estimó que un megabyte  le cuesta a una operadora 1,11 euros y ahora la Comisión Europea les ha fijado a las telecos un precio mayorista de 0,75 céntimos en 2017 y menos en los años siguientes (hasta los 0,24 céntimos en 2022). Con ello, la patronal europea Etno calcula que el roaming reducirá los ingresos de las telecos europeas en 7.000 millones de euros entre 2015 y 2020, una cifra que la Comisión Europa rebaja a 1.200 millones y el regulador Berec la deja en 4.700 millones.

Sean 7.000 o 1.200 millones, el hecho es que el roaming reducirá los ingresos de las telecos, sobre todo de las españolas, porque somos el segundo país de Europa con más turistas, tras Francia: 75 millones en 2016 (frente a 16 millones en Holanda, por ejemplo), una pesada carga para Movistar, Orange y Vodafone, que no sólo ingresarán ahora menos por estos extranjeros sino que tendrán que invertir más en reforzar sus infraestructuras en las costas e islas, para que no se produzcan colapsos en julio y agosto, meses en los que el uso del móvil por los extranjeros podría multiplicarse por cuatro este verano, según Orange. ¿Quién pagará todo esto y les compensará de los menores ingresos? La respuesta es clara: el resto de sus clientes, con las subidas que ya se han hecho este año y las que vendrán. Así que el fin del roaming es una buena noticia, pero lo pagaremos por otro lado (como el bono social eléctrico).

En definitiva, que hemos de acostumbrarnos a que las subidas de móviles e Internet seguirán, dos o tres veces al año, con las telecos buscando que los clientes contraten más datos y más servicios, para que paguen más cada mes. Y en paralelo, no descuidan las tarifas “low cost”, para afrontar la competencia de Más Móvil y sus marcas Yoigo y Pepephone. Así, Orange ha lanzado en junio sus ofertas baratas de móvil e Internet a través de Amena, tras haberlas lanzado en mayo Vodafone, a través de su marca low cost Lowi. Y lo mismo va a hacer Movistar con Tuenti. El riesgo es que, con la subida de las tarifas “normales” y “Premium”, se produzca un cierto trasvase de clientes a las tarifas “low cost”, pero las telecos no pueden descuidar este flanco de clientes con menos poder adquisitivo , y más con la presión de Más Móvil y sus marcas comiéndole terreno.

Pero el centro del negocio está en los clientes de medio y alto gasto, ese 75% que tienen contratados paquetes (fijo, móvil, Internet y TV de pago), a los que tratarán de ofrecer más datos, más velocidad y más servicios, para subir su mensualidad. Hoy por hoy, la batalla comercial está en dos frentes: ampliar los hogares con fibra óptica (cuanto más mejore la autopista de entrada, más servicios a ofrecer y cobrar) y ampliar los hogares con TV de pago.

En fibra óptica, España es líder en Europa, con 23 millones de hogares conectados, más que Francia, Alemania, Italia y Reino Unido juntos, sólo por detrás de Japón y Corea. Pero muchas familias siguen accediendo a Internet en casa con ADSL (6,6 millones) y cable (1,7 millones) y todavía no han contratado fibra óptica (sólo 5,85 millones de hogares), aunque lo tengan a la entrada de su edificio. Por eso, las telecos y sobre todo Movistar (la que tiene más fibra: llega a 17 millones de hogares) están empeñados en que sus clientes la contraten, para poder ofrecerles más servicios (pack de televigilancia y conexión de aparatos en el hogar y juegos)  y cobrarles más por ellos. Incluso Movistar ha hecho este año algo inaudito: ha firmado un acuerdo con su competidor Vodafone para  que pueda acceder a su red de fibra y ofrecérsela a sus clientes. Mejor que pague Vodafone por subcontratar la red que tenerla sin usar. Pero el acuerdo va a acelerar la agresividad comercial de las telecos por ofrecer fibra.

La otra oferta de este año será la TV del pago, con el gancho del fútbol y las series. Sólo se lleva ofertando unos pocos años y ya son 6.062.364 los españoles que la tienen contratada, casi una cuarta parte de los clientes de las telecos: 3,6 millones de Movistar, 1,2 millones de Vodafone y 493.000 de Orange, según los datos de la CNMC (2016). De hecho, los ingresos de la TV de pago son uno de los motores de la recuperación económica de las telecos, que ingresaron por esta parte de su negocio 1.873,5 millones de euros en 2016, casi tanto como las televisiones en abierto (1.879 millones, ingresados por Atresmedia y Mediaset sobre todo). El problema es que para conseguir esos ingresos (un 8% de su negocio) han de invertir mucho en comprar series y sobre todo fútbol, cuyos derechos se han disparado. Y costarán más la próxima temporada, en que la UEFA ya ha vendido la Champions 2018 a Mediapro por 1.100 millones. Ahora toca renegociar esos derechos más los de las Ligas 2019-2022.

Las telecos se quejan de que los costes del fútbol son impagables y tratan de forzar a la baja a los Clubes y las subastas. Pero saben que necesitan el fútbol para seguir creciendo, para conseguir que más de la mitad de los clientes tengan TV de pago, como en otros paises (ahora son un 35%).De hecho, Movistar ha incorporado en julio  la TV de pago a todas sus ofertas de Movistar Fusión, con objetivo de "universalizar la televisión de pago entre sus clientes" (en la práctica, quieran o no).  Y por eso, Movistar y las demás telecos pagarán millonadas por el futbol e invertirán en series y películas, aunque eso obligue a subir tarifas y a que lo paguen los clientes de móvil e Internet: se subvenciona al fútbol con el extracoste que pagan los internautas, denuncia la Asociación de Internautas.

Las telecos buscan además otras fuentes de ingresos, aprovechando los millones de clientes que tienen “pillados”, porque hay más contratos de móviles (51,1 millones) que españoles: 26, 8 millones de clientes tiene Movistar (17,1 millones de móviles y 9,78 millones de Internet), 19,7 millones Orange (15,84 y 3,88), 17,5 millones de clientes Vodafone (14,51 y 3,06) y 4,7 millones de clientes Más Móvil (4,5 y 0,24). Lo penúltimo era ofrecerles pagos por móvil  (Vodafone Wallet, Orange Cash o Samsung Pay) y servicios bancarios: Orange Bank quiere abrir en España en la segunda mitad de 2018, mientras Telefónica opera en Alemania con O2 Banking. Y lo último es que Movistar ofrece créditos desde junio: sus clientes pueden solicitar un crédito rápido (48 horas) de 600 hasta 3.000 euros, a través del móvil, a devolver en 1,2 o 3 años.

Al final, si las telecos nos suben los precios dos o tres veces al año no sólo es porque pueden (son un “triopolio”) y lo necesitan (para aumentar ingresos, inversiones y beneficios) sino también porque nos dejamos, porque estamos “enganchados” al móvil e Internet y pagamos lo que nos digan. España lidera el uso del Internet móvil en Europa: así se conectan a la Red un 93% de españoles, por delante de Holanda (88%) y Reino Unido (86%). Y somos el 5º país del mundo que más tiempo utiliza el móvil: 2 horas y 11 minutos de media, según Statista, sólo por detrás de Brasil (4h 48 minutos), China (3h 03 minutos),  Estados Unidos (2h 37) e Italia (2h 34), por delante de Corea del Sur y Canadá (2h 10), Reino Unido (2h 09), Alemania (1h 37) y Francia (1h 32). Y no sólo usamos el móvil e Internet mucho tiempo, sino que cada vez gastamos más datos: el tráfico en las redes móviles se ha multiplicado por 6,6 entre 2012 (26.488 terabytes) y 2016 (172.477 terabytes). Incluso se han recuperado las llamadas por el móvil (91.361 millones de minutos en 2016, 10% más que en 2015), 4 veces más que las llamadas de fijos (21.250 millones de minutos).

Con este mayor uso de los móviles e Internet y las subidas de los dos últimos años, la factura de las telecos ha subido mucho. Y el gasto medio por cliente estaba en 74,7 euros al mes a finales de 2016 (+5% sobre 2015), según la CNMC. Una media que esconde que un 20% de españoles gastan en teléfono e Internet más de 125 euros al mes y otro 20% gasta menos de 40 euros. La media de los que tienen paquetes cuádruples (fijo, móvil, Internet fijo y móvil) son 65,70 euros al mes y los que tienen paquete quíntuple (con TV de pago) pagan de media 89,40 euros al mes. En líneas generales, el coste del acceso a Internet en España está entre el 5º y el 11º país más caro de Europa (según la velocidad), con datos de la Comisión Europea para 2016. Y somos el 22º país europeo más caro y el 35º del mundo en coste del acceso a internet móvil, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).

En definitiva, no sabemos vivir sin el móvil e Internet y esto nos cuesta cada año más y seguirá subiendo en el futuro, porque las telecos tienen la sartén por el mango y nos tientan con más datos y servicios que después hay que pagar. Así que o “vigilamos el dedo” o pronto pagaremos más de 100 euros al mes. Es el coste de vivir súperconectados.

jueves, 5 de marzo de 2015

Enganchados al "smartphone" para todo


Barcelona es esta semana la capital mundial del móvil, con el Mobile World Congress. España es uno de los países con más móviles del mundo y el 85% son ya teléfonos inteligentes (smartphones), el mayor porcentaje en Europa y el cuarto del mundo. Y no es sólo que tengamos 43 millones de smartphones: lo relevante es que no podemos vivir sin este móvil inteligente, con el que más que hablar por teléfono, nos comunicamos vía Internet: mensajería instantánea, mails, envío de fotos y vídeos, redes sociales, juegos, noticias, música, vídeos, TV… Estamos tan enganchados al smartphone que uno de cada cuatro adultos lo miran más de 50 veces al día. Un aparato sin el que no podemos vivir. El problema es que a las telecos no les salen las cuentas: llevan cinco años perdiendo ingresos por la guerra de precios, y antes o después nos subirán las tarifas (lo acaba de advertir Vodafone en Barcelona: "subirá el móvil"). Y como estamos tan enganchados, tendremos que pagar lo que nos pidan.
 
enrique ortega

En España hay más móviles que habitantes: 51 millones de móviles a finales de 2014, según datos de la CNMC. Y de ellos, un 85% son ya teléfonos inteligentes (smartphones), según el informe “Consumo móvil en España 2014”, elaborado por Deloitte. Eso nos convierte en el cuarto país del mundo con más penetración de los smartphones, sólo por detrás de Singapur (89%), Corea del Sur (88%) y Noruega (87%). Y estamos muy por delante de la Unión Europea (71%), con más penetración de los móviles inteligentes que Reino Unido (76%), Francia o Alemania (67%), según el informe “La sociedad de la información en España 2014”, elaborado por la Fundación Telefónica. En España, el 88% de los teléfonos inteligentes son Android (el líder es Samsung) y el 7,5% son  de Apple (IOS).

El éxito de los smartphones ha permitido que el móvil sea el sistema más utilizado por los españoles para acceder a Internet, por primera vez en 2014: se conectan a la Red por el móvil el 81,7% de los hogares, frente al 72,7% por el portátil o tablet o el 53,5% con el ordenador de sobremesa. La gran revolución de Internet en España, donde 24,5 millones de personas se conectan ya cada semana, es el tirón del Internet móvil: es el modo de acceso de 20,2 millones de personas en 2014, casi el doble que en 2012 (10,4 millones), según la Fundación Telefónica. Y la forma preferida de conexión móvil es, como en la mayoría del mundo, a través de Wifi (59%, frente al 38% en 2013), siendo el 40% a través de redes (a pesar del 4G).

¿Para qué usamos el smartphone? Bueno, lo primero para hablar por teléfono (84%), pero esta función está bajando año tras año. Y cada vez usamos más el móvil para comunicarnos por otras vías: mensajería instantánea (ha pegado un salto hasta el 77% de uso y la utilizan ya  el 89% de los jóvenes 18-24 años), envío de mails (43%), acceso a redes sociales (42%), SMS (35%, ha caído estrepitosamente), envío de fotos o vídeos (7%) y llamadas VoIP (5%). Lo más destacado en 2014 ha sido la generalización de WhatsApp: el 98% de los smartphones lo tienen instalado y el 51,5 % lo usan diariamente, siendo España el país europeo que más utiliza WhatsApp, según un informe de la CNMC. Y el cuarto del mundo, sólo por detrás de Sudáfrica, Singapur y Hong Kong. La realidad es que el uso del WhatsApp (y Skype) se ha comido a los SMS (también porque eran más caros en España) y a las redes sociales, que crecen menos porque la juventud se comunica más por WhatsApp. Y a las telecos les está haciendo polvo, porque siguen cayendo las llamadas entre móviles.

Los  usuarios de smartphones se bajan cada día millones de aplicaciones, para multiplicar los usos de su móvil, desde navegadores a buscadores y apps para bajarse música, juegos, vídeos, ver películas, operar con su banco o buscar entradas, billetes de avión o viajes. De media, cada usuario de smartphones tiene instaladas 39 aplicaciones, según la Fundación Telefónica.  La mayoría busca que sean gratis, aunque también crecen las de pago. En el día a día, la mayoría utiliza el móvil para leer o descargar noticias (77,6%), participar en redes sociales (67,1%), acceder a la banca electrónica (49,2%) o vender cosas (13,4%).En general, el 43% de los usuarios utilizan el móvil para buscar información, el 66% para planificar sus viajes y el 25% para ver vídeos, según la Fundación Telefónica. Incluso, se piden por Internet el 36% de las citas médicas y se hacen un 63% de consultas con la Administración.

El smartphone no se utiliza todavía demasiado para comprar por Internet, aunque sí para informarse bien antes de hacer una compra física. En 2014, 14,9 millones de españoles realizaron alguna compra por Internet (1,9 millones por primera vez), un 32% de los internautas frente al 47% en Europa. Y muchos lo hicieron vía móvil. De hecho, los expertos creen que el futuro de las compras online está en el smartphone, sobre todo entre los jóvenes (18-34 años), que ya hacen la mitad de estas compras. Por eso, esperan que el comercio por móvil (m-commerce) crezca en España un 48% en 2015, cuatro veces lo previsto (+13%) para el comercio online (e-commerce), según un estudio de PayPal y la consultora Ipsos.

Otro reto pendiente para el smartphone son los pagos. España es el cuarto país europeo en la utilización de la banca móvil, tras Turquía, Holanda y Polonia: en 2014, un 48% de españoles utilizaron aplicaciones de banca móvil, para acceder a sus cuentas a través de Internet, según un estudio de ING. Pero la mayoría utiliza el móvil sólo para consultar las cuentas (50% usuarios) y pocos para mover dinero entre cuentas (11%), pagar facturas (8%) o hacer transferencias (3%), por temor a problemas de seguridad. Sin embargo, el futuro de la banca está en los teléfonos inteligentes, para lo que deberán invertir aún mucho en desarrollos, y ofrecer una operativa sencilla y segura. Otra gran potencialidad de los móviles es el pago directo en tiendas, algo poco desarrollado en España porque no todos los smartphones pueden hacerlo (necesitan la tecnología NFC) y porque aquí son bastante populares las VISA de pago sin contacto (hay 4,45 millones y somos el tercer país de Europa en estas tarjetas para pequeños pagos, tras Polonia y Reino Unido). Y también avanzan las transferencias vía móvil a través de PayPal. Cara a un futuro muy cercano, gigantes como Google, Apple, PayPal y Microsoft buscan quitar negocio a los bancos tradicionales a través del móvil.

Otro uso del smartphone es para los juegos online. En España hay ya 2 millones de jugadores vía Internet y la mitad al menos son jóvenes que juegan con su smartphone. Y más desde enero de este año, en que se han autorizado las tragaperras online. El problema es el grave riesgo de ludopatía, incluso para los adolescentes: se han detectado muchos casos de niños de 13 a 18 años que juegan online, utilizando el DNI y la tarjeta VISA de sus padres. Y por eso crecen los casos de adicción al juego online en hospitales y consultas médicas.

Para adicción, la que tenemos todos con el smartphone. Ya no es sólo que lo utilicemos para casi todo, desde mandar un WhatsApp a amigos y familiares a conectarnos a Facebook, comprar una entrada, preparar un viaje, ver el periódico o escuchar música. Es que nos pasamos el día consultándolo: 1 de cada 4 adultos miran su smartphone más de 50 veces al día, según el informe de la Fundación Telefónica. Y los jóvenes de 18 a 24 años, 75,6 veces al día, según el informe de Deloitte. Esto tiene implicaciones negativas en todos los ámbitos, desde la educación y el trabajo a la vida familiar y la conducción (cada vez hay más accidentes de tráfico por mirar un WhatsApp que nos llega conduciendo). Y hay médicos que ya tratan la adicción al móvil: no en vano, un 10% de jóvenes lo mira más de 100 veces al día

En cualquier caso, el smartphone ha cambiado nuestras vidas y ha venido para quedarse mucho tiempo: para 2020, el 90% de la población mundial tendrá un móvil y la mayoría serán smartphones más sofisticados. Veremos grandes cambios en los próximos años, sobre todo en pagos y servicios bancarios, vídeo y TV bajo demanda, educación y ocio. Todo apunta a móviles modulares, que ofrezcan más servicios a través de aparatos que se conecten con ellos, como apunta el Proyecto Ara de Google. Y móviles que estén conectados a las cosas, a nuestro hogar, a nuestros electrodomésticos y a nuestro coche, como una llave para hacer más cosas. Las posibilidades son casi infinitas y aún no podemos casi ni vislumbrarlas.

Pero como siempre, la innovación y el futuro hay que pagarlos. De momento, parece que tener un móvil inteligente nos sale bastante barato. Eso se debe a la tremenda competencia entre las telecos, que llevan cinco años con una guerra de ofertas y precios, que ha beneficiado mucho a los usuarios. Pero quizás hayamos llegado al límite: los ingresos de las telecos que operan en España se han desplomado un 35% entre 2010 y 2014, por el triple efecto de la bajada de tarifas (-50% en voz), la guerra de ofertas fijo-móvil-Internet y la pérdida de ingresos por el auge de WhatsApp y Skype. Y, en paralelo, necesitan hacer fuertes inversiones para extender y ampliar redes y ofrecer nuevos servicios. Una pinza que sólo se resuelve de una manera: consiguiendo más ingresos. Y ahí entramos nosotros, los usuarios.

De manera que, antes o después, las telecos empezarán a subirnos las tarifas, a cobrarnos más no tanto por la voz como por los datos, por los servicios, por los usos y descargas. Y más si el mercado lo acaparan "los tres grandes"  (Movistar, Vodafone y Orange), que controlan el 90% del mercado.  Lo acaba de advertir en Barcelona el consejero-delegado de Vodafone: "El móvil subirá en España". Es impepinable si no quieren irse a pique. Y ahí, nosotros tenemos un problema: estamos enganchados. Y nuestros hijos más. Así que podrán cobrarnos más fácilmente, aunque protestemos. Pero no podemos prescindir del móvil para casi todo. Nos tienen bien cogidos.