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jueves, 23 de enero de 2020

FITUR: 7º año récord de turistas en 2019


Esta semana se celebra la Feria del Turismo, FITUR 2020, y el sector está eufórico, porque 2019 volvió a ser un año récord, el 7º año consecutivo: vinieron 83,7 millones de extranjeros y se gastaron 92.337 millones de euros, lo que nos afianza como el 2º país del mundo en turistas e ingresos, por detrás de EEUU. Lo positivo no es sólo que hayan venido 900.000 turistas más, a pesar de la ralentización europea y los desvíos a Turquía, Egipto y Túnez, sino que llegan más turistas de América y Asia, que gastan más. Y que en 2019 volvimos a ser el país turístico más competitivo del mundo. Pero hay que cuidar más esta “gallina de los huevos de oro”, gastando más en promoción exterior y en la reconversión de la oferta, con inversiones en instalaciones, venta online y formación de los trabajadores, con empleos muy precarios. Planificar a 30 años el futuro de la primera industria española.

enrique ortega

En 2019 parecía imposible conseguir que vinieran más turistas a España, tras el récord de 2018 (82,8 millones), porque casi todo estaba en contra: la economía mundial crecía menos, Europa estaba al ralentí, los británicos (22% de todos los turistas que vienen) estaban agobiados por el Brexit, el petróleo volvía a encarecer los billetes, Turquía y Egipto seguían recuperando turistas alemanes e ingleses (que antes iban a Canarias o Baleares) y, para colmo, en septiembre quebró el tour operador británico Tomas Cook (que traía a España 3,6 millones de turistas). El primer semestre se cerró con más turistas que el año pasado (1,03 millones más), pero en el verano de 2019 el turismo “pinchó”, al traer 28,92 millones de turistas extranjeros, 204.522 menos que el verano de 2018. Al final, la Cumbre del Clima de Madrid y el turismo a las ciudades han acabado salvando el año. Y 2019 habrá cerrado con 83,7 millones de turistas, 900.000 más que en 2018, según ha anticipado la ministra de Industria, Comercio y Turismo.

Eso significa que en 2019 se alcanzó el 7º año récord consecutivo de turistas extranjeros, desde 2013 (el primer año récord en nuestra historia: 60,6 millones de visitantes extranjeros). Y esos 83,8 millones de turistas duplican con creces los turistas que llegaban hace sólo 40 años: 38,9 millones en 1979. Con estas cifras, España se consolida (por segundo año) como el 2º mayor destino turístico del mundo, sólo por detrás de Francia (89 millones de turistas en 2018) y por delante de EEUU (80 millones), China (63), Italia (62), Turquía (46), México (41) y Alemania (39 millones), según los datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT).  

Lo que ha pasado en 2019 ha sido que han caído los turistas de los tres principales paises europeos que nos visitan, los británicos (-2,2%, 17,3 millones hasta noviembre), los alemanes (-1,8%, 10,7 millones hasta noviembre) y los franceses (-1,3%, 10,6 millones hasta noviembre), así como los nórdicos, aunque han subido los italianos (+3,5%, 4,2 millones hasta noviembre), los irlandeses (+6,8%, 2,09 millones hasta noviembre), los portugueses (+5%, 2,3 millones hasta noviembre) y los rusos (+8%, 1,25 millones hasta noviembre), según los datos de Frontur. Y, lo más importante, han crecido mucho más los turistas que vienen de más lejos y gastan más: los norteamericanos (+13%, 3,15 millones hasta noviembre), los latinoamericanos (+10,6%, 3,5 millones) y los turistas asiáticos y del resto del mundo (+10,5%, 5,28 millones hasta noviembre), según Frontur.

Y también es importante que 4 de las 6 autonomías más turísticas ganan visitantes, en especial Madrid (+7,5%, 7.10 millones de visitantes hasta noviembre), seguida de la Comunidad Valenciana (+3,8%, 9,10 millones), Andalucía (+3,5%) y Cataluña (+0,8%, 18,4 millones de turistas hasta noviembre), a pesar del conflicto del procés. Eso sí, pierden turistas, por haberse desviado al Mediterráneo, Canarias (-4,4%, 11,9 millones de turistas hasta noviembre) y Baleares (-0,8%, 13,6 millones), según los datos de Frontur. Se estima que sólo Turquía ha “robado” a España (básicamente a Canarias y Baleares) el 1,7% de los turistas que venían en julio y agosto: 180.000 británicos, 166.000 alemanes y 49.000 nórdicos cambiaron España por Turquía, según estimaciones de Exceltur. En contrapartida, han venido más extranjeros a las ciudades, al norte y al interior de España.

El otro gran récord de 2019 ha sido el gasto de estos turistas: era de 87.265 millones hasta finales de noviembre, según la Encuesta de Gasto turístico del INE, y podría haber cerrado el año 2019 en 92.337 millones de euros, un 2,7% más que en 2018 (89.856 millones de gasto turístico), que ya fue un récord histórico de ingresos de divisas por turismo. Eso nos confirma otro año más como el 2º país del mundo que más ingresa por turismo, sólo por detrás de EEUU (200.000 millones de euros) y por delante de Francia (60.000 millones), Tailandia, (55.000 millones), Reino Unido (50.000) e Italia (45.000 millones de euros).

Este 2º récord consecutivo de ingresos es la mejor noticia, porque marca un cambio de tendencia, que España empieza a atraer un turismo de más calidad, que gasta más y que además no sólo viene en verano a la playa sino que nos visita más el resto del año, fuera de temporada, y visita las ciudades (con más turismo de negocios) y el interior. Es un inicio de cambio estructural que el sector lleva años buscando, con una promoción turística ad hoc (turismo de negocios, cultural, gastronómico, deportivo y hasta “sanitario”) y con fuertes inversiones hechas en hoteles de ciudad. Y también conseguimos turistas de más lejos, que gastan más, porque se han mejorado los vuelos con destinos lejanos.

Así, en 2019, el mayor aumento de turistas han sido los japoneses (+25,7%), que gastaron una media de 161 euros al día (la media de gasto diario fue de 110 euros, según Exceltur), y eso tuvo mucho que ver con que los vuelos entre España y Japón aumentaron un 45%, según el balance de Exceltur. Les siguieron los mexicanos (+22,5% de turistas en 2019), que gastan 120 euros al día, y cuyos vuelos aumentaron un 14,6%. Los turistas chinos (que gastan 161 euros al día)  aumentaron un 11,7%, en parte porque los vuelos a China aumentaron un 6,8%. Y llegaron un 13% más de  norteamericanos (que gastan 138 euros diarios), gracias también a que los vuelos a Norteamérica han aumentado un 8,6%, según el balance de Exceltur.

Al final, la promoción exterior, las inversiones en hoteles e instalaciones y la mejora en las conexiones aéreas han ayudado a traer más turistas no europeos que gastan más y subir el gasto medio diario: de 130 euros diarios en 2016 a 146 en 2018 y 154 euros en 2019, entre enero y noviembre, según el INE. Y esa subida del gasto medio compensa que la estancia media de los turistas haya bajado: de 7,88 días en 2016 a 7,45 en 2018 y 7,12 días de media por turista en 2019 (enero a noviembre), según Frontur.

El turismo extranjero, que ha batido todos los récords en 2019, supone la mitad del negocio del sector turístico. La otra mitad es el turismo de loa españoles, que también ha mejorado en 2019, por la mayor subida de sueldos y pensiones y el aumento del empleo, con más pernoctaciones en hoteles y apartamentos y más gasto, aunque muchos españoles han aprovechado las ofertas de vuelos para viajar al extranjero (y gastar fuera) más que nunca.

Con todo, el turismo, la primera industria del país, creció en 2019 un 1,5%, algo menos que el conjunto de la economía (1,9%). Y con ello, es el 2º año en que el PIB turístico crece menos que el PIB global (en 2018 creció un 1,7% y la economía un 2,4%), tras haber crecido el turismo mucho más que la economía desde 2010. Pero a pesar de este menor crecimiento, el empleo turístico ha crecido más (+3,5%) que el resto del empleo (+2,3%): hay 2.575.638 personas trabajando en el turismo (un 13,2% del total de ocupados), 64.581 más que un año antes, según el balance de Exceltur. Eso sí, todavía el empleo es bastante precario: un 36% es temporal (frente al 26% en toda la economía) y un 22,8% trabajan a tiempo parcial (frente al 15% en el conjunto de la economía).

Aunque el turismo, como sector, haya crecido menos en 2019, las empresas han seguido mejorando sus resultados, al haber aumentado un 3,5% sus ventas, también porque han empezado a subir los precios a la vista del aluvión de turistas. En conjunto, los beneficios del sector turístico aumentaron un +3,3% en 2019, según Exceltur, destacando los mejores resultados en el transporte (+5,1% beneficios), ocio (+6%), agencias de viaje (+4,5%) y alojamiento urbano (+4,3%). Y las empresas turísticas que han tenido un mejor año son las de Madrid, Barcelona y algunas del centro, norte y Galicia, siendo un mal año para las empresas que trabajan en Canarias y Baleares, por la menor llegada de turistas.

El sector turístico celebra que en 2019 se haya reducido la competencia de los apartamentos turísticos de las plataformas online, gracias a una normativa municipal más estricta aprobada en Barcelona, Palma, San Sebastián, y Bilbao, por las protestas ciudadanas y de los hoteleros. Así, a finales de 2019 había 415.445 plazas hoteleras en España y 413.033 apartamentos turísticos, lo que suponía 17.317 apartamentos turísticos  menos que en 2018: se cerraron 13.357 en Barcelona (todavía hay 100.502), 1.669 en San Sebastián, 1.619 en Palma y 375 en Bilbao, según los datos de Exceltur.

Para este año 2020, el sector turístico espera un año similar a 2019, con un crecimiento del PIB turístico del +1,5% (como 2019), también por debajo del crecimiento de la economía (+1,7%), aunque podría repetirse el récord de turistas y gasto, con menos nuevos empleos. Con todo, no va a ser un año fácil para el turismo, según los expertos, porque hay muchas incertidumbres: débil crecimiento de la economía mundial y europea, Brexit, volatilidad en el precio del petróleo, fortaleza de los paises competidores del Mediterráneo (aún reciben un 12% menos de turistas que antes de comenzar su crisis) y, sobre todo, porque se esperan menos vuelos del resto de Europa a España: una caída del 11% en los vuelos del norte de Europa (de donde vienen el 6,5% de turistas), una reducción del 10,3% en los vuelos de centro Europa (de donde vienen el 23% de los turistas y un -3,9% en los vuelos del Reino Unido (que aporta el 22 de los turistas), sobre todo a las islas, según Exceltur. A cambio, crecerán los vuelos a Norteamérica (+2,8%) y a Latinoamérica (+15%), aunque bajarán a Asia (-6,6%).

Tras tantos años de récords, ha llegado el momento de sentarse y pensar sin triunfalismos en el futuro, planificar el turismo español de aquí a 2050. Sabiendo que tenemos muchos puntos fuertes, como revela que España haya sido elegida en 2019, por 3ª vez consecutiva,  como el país más competitivo del mundo en turismo, según el Foro Económico Mundial, que también nos colocó en primer lugar en sus informes de 2015 y 2017. El ranking, que nos da 5,4 puntos sobre 7, señala que los puntos fuertes de España son la infraestructura hotelera, las infraestructuras y servicios del país, su riqueza natural y su cultura. Pero también tenemos puntos débiles. Los más importantes, el exceso de concentración del turismo que llega, en el verano (35% del total), en Europa (85% de los turistas) y en el destino, concentrado en 6 autonomías ( Cataluña, Canarias, Andalucía, Baleares, Comunidad valenciana y Madrid), que se benefician del 90% del turismo y del 93% de su gasto. Y además, muchas instalaciones turísticas sin modernizar y una oferta controlada por tour operadores extranjeros.

Es hora de iniciar una profunda reconversión del turismo español, con un Plan Renove para modernizar instalaciones, sobre todo en zonas de sol y playa, con una oferta de más calidad que atraiga a turistas de más gasto. Además, el sector tiene que afrontar una revolución digital de la oferta, para captar mejor clientes en todo el mundo y evitar lo que pasa ahora, que una gran parte de los ingresos del turismo se quedan fuera de España. Además, hay que diversificar la oferta, para ofrecer mucho más que sol y playa, fomentando el turismo de negocios, cultural, deportivo, sanitario o gastronómico, atrayendo visitantes todo el año. Y también resulta clave mejorar el empleo y la formación de los trabajadores turísticos, para ofrecer una atención de más calidad que otros paises competidores. Y sobre todo, hay que invertir más en el turismo, alimentar mejor a “la gallina de los huevos de oro”: no es posible que el gasto presupuestario en turismo haya caído de los 777 millones de 2010 a los 331 millones de 2013 que se han mantenido hasta hoy (335 millones en 2019).

Si el turismo es nuestra primera industria (14% del PIB) y nuestra primera fuente de divisas, hay que volcarse con ella y dedicarla recursos y medidas, con más colaboración de la que existe hoy entre Gobierno central, autonomías, empresas y trabajadores. Hay que alcanzar un gran Pacto turístico, aprobar un Plan estratégico 2020-2050, donde se establezcan objetivos, prioridades, inversiones y ayudas para asentar los récords y afianzarlos a medio plazo. Si al menos en turismo somos una potencia mundial, aseguremos que será así en el futuro. Cuidemos nuestra particular “gallina de los huevos de oro”.

lunes, 30 de julio de 2018

Verano 2018: muchos turistas y más españoles


Esta semana, media España se coge vacaciones y nos encontraremos con muchos turistas extranjeros (600.000 más que el verano pasado) pero, sobre todo, con más españoles, que cubrirán la caída de británicos y alemanes, que han vuelto a Turquía, Egipto y Grecia. Será otro verano récord, con más de 30 millones de turistas extranjeros, que empiezan a gastar más, porque vienen de más lejos (USA, Latinoamérica y China). Y los precios turísticos no han subido tanto como el verano pasado, aunque sí los billetes de avión y los carburantes. Con todo, hay zonas de costa colapsadas de turistas y el sector pide más control de los apartamentos particulares, que disparan la “turismofobia” en Cataluña, Baleares y Levante. Habría que apostar por repartir más las vacaciones y desconcentrar el turismo de las zonas saturadas, mientras se mejora y se digitaliza la oferta y se consigue un empleo turístico decente. Hay que hacer un Plan a 20 años para reconvertir el turismo y hacerlo más sostenible.

enrique ortega

La mayoría de España comienza esta semana sus vacaciones, pero no todos pueden cogerse unos días y escapar de la rutina diaria: una de cada tres familias españolas (el 34,4%) no puede permitirse coger una semana de vacaciones al año fuera de casa, según la última Encuesta de Condiciones de Vida 2018, del INE. Son 15.800.000 españoles sin vacaciones, aunque la cifra ha bajado en los últimos años (en 2013, el peor año de la crisis, el 48% de los españoles no tomaron vacaciones, según el INE). La mayoría son menores de 29 años (el 39,7%) y mayores de 65 (otro 36,8%), sobre todo personas con baja formación (52,7%), parados (61,1% no cogen vacaciones), madres solteras con niños (47,7% no salen) y personas con bajos ingresos (dos tercios de los que ganan menos de 6.500 euros anuales y más de la mitad de los que ganan entre 12.000 y 15.600 euros), según el INE.

La España que sí va de vacaciones, los 30 millones de españoles restantes, tampoco salen fuera un mes entero, sino que se van de vacaciones unos días o una semana: el 12% menos de una semana, un 50% entre 7 y 12 días, un 18% entre 13 y 15 días y sólo un 19% se coge más de 15 días, según la encuesta realizada este año por Observatur. La mayoría de españoles se coge vacaciones en agosto (40%) y menos son los que eligen julio (23%) o septiembre (15%). Y dos tercios se quedan en España (64%), sobre todo en la playa (37%), más en un hotel (43%) que en un apartamento propio (28%) o alquilado (18%), al que llegan sobre todo en coche (53%), aunque también en avión (34%), tren (5%) y autobús (3%). Y gastarán 719 euros por persona de media estas vacaciones, aunque la mitad gastarán 1.000 euros y sólo el 10% gastarán más de 3.000 euros, según Observatur.

Este verano, los españoles que salgan de vacaciones se encontrarán con más extranjeros que el año pasado, aunque habrá menos británicos y alemanes, sobre todo en Levante, Cataluña, Baleares y Canarias. Ya entre enero y mayo, España ha perdido 140.000 turistas británicos (respecto a 2017), 95.000 alemanes y 67.000 suizos, mientras aumentaban las llegadas de todos los demás, sobre todo de Norteamérica (+10,8%) y Latinoamérica (+12,4%), según FRONTUR. Pero, a pesar de este “pinchazo” de británicos y alemanes, que vuelven este año a Turquía, Egipto, Grecia y Túnez, este será otro verano récord: se esperan 30,4 millones de turistas extranjeros entre julio y septiembre, un 2,1% más que el verano pasado, que ya fue récord histórico (29,8 millones), según las previsiones del nuevo Gobierno. Y lo más importante: se gastarán 34.000 millones de euros, un 4,1% más que el verano pasado.

En definitiva, que encontraremos más turistas extranjeros por todos lados, pero no será la “avalancha” de los dos últimos veranos: vendrán 600.000 extranjeros más este verano, la cuarta parte de aumento que el verano pasado (+2,2 millones de turistas extranjeros) y que el de 2016 (+2,4 millones de turistas extranjeros). Esta ralentización en la llegada de turistas se debe a dos factores básicos, según la patronal Exceltur: el menor crecimiento en Europa y el Brexit (que afecta a una menor llegada de británicos y alemanes, junto a un pequeño aumento de franceses e italianos) y, sobre todo, al “trasvase de turistas” a países competidores del Mediterráneo, en especial a Turquía (ha recuperado 2,7 millones hasta mayo), Egipto (+ 1,2 millones), Túnez y Grecia, países con precios turísticos más bajos que España. Tampoco ha ayudado la subida del petróleo (que encarece los billetes de avión y casi todo), la amenaza de conflictos aeroportuarios (Ryanair, Aena, controladores), la crisis del tour operador ruso NatalieTours y la quiebra de la aerolínea británica low cost Monarch, que operaba con España.

Por el contrario, el hueco de británicos, alemanes y suizos (que se notará sobre todo en Cataluña, Levante, Baleares y Canarias) lo están cubriendo los turistas más lejanos, sobre todo los que vienen de EEUU (+9,5% hasta mayo), Rusia (+12,7%), Latinoamérica (+14%) y países nórdicos (+10,8%), según FRONTUR, que además son los que más gastan: un turista USA se gasta en España 137,3 euros al día (2017), un ruso 116 euros, un latinoamericano 113 y un nórdico 106 euros, por encima de la media de todos los turistas (97,80 euros de gasto diario en 2017) y mucho más que los franceses (75,65 euros), británicos (88,61 euros), italianos (89 euros) o alemanes (97,80 euros diarios). Eso explica que el gasto medio por turista haya crecido en 2018 un 2,4%, incluso descontando la inflación (un +0,3%), algo que no pasaba en España desde 2011, según la patronal Exceltur, debido a que el aluvión turístico de los últimos 6 años se apoyó en el turismo “low cost”. Ahora, parece que empieza a mejorar la calidad del turismo extranjero, con la llegada de turistas “más lejanos”.

Otra novedad de este verano es que nos vamos a encontrar precios más altos pero no tan disparados como en 2017, debido a que agencias y hoteleros saben que tienen ahí la competencia de Turquía y otros países mediterráneos. La subida del turismo y la hostelería en el IPC es del 2% anual hasta junio (por debajo del 2,3% que sube el IPC general) y el índice de paquetes turísticos del INE sube un 3,7% anual, la tercera parte que en junio 2017 (+9,1%). Y el índice de precios hoteleros sube un 1,7%, con una tarifa media por habitación de 88,7 euros, frente a 87,3 euros en junio 2016, según los datos del INE. Lo que sí ha subido han sido las tarifas aéreas y llenar el depósito del coche: llenarlo de gasóleo cuesta 10 euros más que a finales de julio de 2017 y de gasolina 8 euros más. Y también los peajes de las autopistas: han subido este año el 1,91 % (y un 2% adicional en Galicia).

El turismo, la primera industria española (aporta el 12% del PIB) crecerá este año un 2,6%, según la estimación de Exceltur, casi la mitad que en 2017 (+4,5%) y menos que toda la economía (PIB crecerá un 2,7%), algo que no pasaba desde 2009, ocho años en que el turismo ha sido uno de los grandes motores del crecimiento español, junto a las exportaciones y el consumo. Ahora, cuando el turismo crece a otro ritmo, ha llegado el momento de replantearse su futuro, afrontando sus problemas de fondo, que han pasado desapercibidos entre tanto récord: saturación turística y protestas en algunas zonas (“turismofobia”), empleo precario y mal pagado, necesidad reconversión destinos de playa maduros, infraestructuras y servicios colapsados, escasa digitalización y excesiva concentración de la demanda y la oferta en algunas zonas y países. Sabiendo que España afronta este futuro con un dato incontestable: es el destino más competitivo del mundo, según el ranking bianual del World Economic Forum, que nos colocó en primer lugar en 2017 (y en 2015), con 5,4 puntos sobre 7, por delante de Francia, Alemania y Japón (5,3 puntos), Reino Unido (5,2 puntos) y EEUU (5,1 puntos), por infraestructuras, seguridad, sanidad, clima y patrimonio cultural, aunque no seamos la oferta más barata.

Quizás el primer problema a afrontar sea la saturación turística en algunas zonas, sobre todo en Barcelona, Baleares, Levante, San Sebastián y Madrid, provocada por un aluvión de turistas baratos (low cost) y el exceso de apartamentos turísticos, muchos ilegales, que atraen un turismo masivo, ruidoso y molesto, que provoca las protestas de los vecinos y demás turistas (“turismofobia”). Y en otras zonas, el problema de la saturación provoca problemas de falta de servicios, desde los aeropuertos colapsados a la escasez de agua, servicios sanitarios, comisarías o aparcamientos, lo que complica las vacaciones, sobre todo en agosto.

El segundo gran problema del turismo es que crea un empleo masivo pero muy precario. En junio, el turismo contaba con 2.523.715 afiliados a la Seguridad Social, un 13,3% del empleo total, de ellos 1.558.000 son empleos en la hostelería, un sector líder en precariedad laboral, según un informe de CCOO: el 35% asalariados tienen un contrato temporal (en todos los sectores, los trabajadores temporales son el 26%), porcentaje que llega casi a la mitad en Andalucía (48% hostelería con contrato temporal), Murcia (46%) y la Comunidad Valenciana (43%). Y el 31% trabajan a tiempo parcial (por horas o días), un porcentaje que ronda la mitad en Euskadi (51% del empleo), Murcia (48%), Navarra (46%) o Andalucía (39%). Y con contratos tan precarios, el sueldo es el más bajo de todos los sectores: 14.125 euros brutos al año (857 euros netos en 14 pagas), el 61% del sueldo medio de España (23,156 euros brutos anuales)  y un tercio el sueldo de la banca (42.684 euros brutos), según el INE. Y las mujeres (que ocupan en 56% de los empleos en la hostelería) aún ganan un 26% menos que los hombres: 12.608 euros brutos anuales frente a 15.907 euros los hombres.

Esta precariedad y altísima rotación en los empleos (se ha pasado de firmar 1,5 millones de contratos anuales a 4 millones) hace que muchos trabajadores del sector turístico tengan poca formación y las empresas no inviertan en ellos, para mejorar la calidad de la oferta. Máxime cuando sólo 439 empresas turísticas tienen más de 100 trabajadores (el 0,17%) y el 96,6% de las empresas tienen menos de 10 empleados (el 64,6%) o ninguno (32%), según el informe  de CCOO, lo que se traduce en dificultades para invertir en formación, planes de carrera y reconversión de la actividad turística. Urgen fusiones y empresas turísticas más grandes.

Otro gran problema del sector turístico es la necesidad de digitalizar su oferta, para ofrecerla directamente por Internet y poder competir con los grandes tour operadores, básicamente británicos y alemanes, que se quedan con la mayor parte del “pastel turístico español”, a través de los paquetes turísticos. Urge la digitalización a fondo del sector turístico, potenciando plataformas online de captación de un turismo de calidad. Y para ello, urge renovar la oferta turística, ofreciendo paquetes más atractivos, no sólo basados en “sol y playa” sino incorporando otro turismo (cultural, gastronómico, deportivo, de negocios, sanitario…), lo que obliga a reconvertir infraestructuras y servicios, algunos con 50 años de vida.

Con todo, el gran problema del turismo español es la excesiva concentración de la oferta turística, tanto por origen como por destino. En 2017, el 87% de todos los turistas extranjeros llegaron de Europa y sólo el 13% procedían de América y Asia (llegaron sólo 400.000 turistas chinos) y el resto del mundo, las zonas donde más crece el turismo y el gasto. Urge modificar la política de promoción y dedicar más recursos a vender España en esos mercados. Y en paralelo, hay que diversificar la oferta de destino, porque el 90,5% de los turistas vienen a 6 autonomías (6,52% Cataluña, 5,79% Canarias, 4,14% Andalucía, 3,31% Baleares, 3,20% Comunidad Valenciana y 2,86% Madrid), mientras las 11 restantes sólo reciben el 9,5% de los turistas extranjeros (y de sus ingresos). Repartir mejor el turismo, fuera de las playas.

La propia patronal del sector, Exceltur, cree que ha llegado la hora de apostar por otro modelo turístico, que no busque batir récords (este año, llegaremos a 83 millones de turistas) sino que busque un turismo más sostenible y rentable. Para ello piden un Plan para recuperar los destinos turísticos tradicionales (similar al Plan Litoral siglo XXI, de 2011, que no se aplicó), avanzar más rápido en la digitalización del sector, controlar el crecimiento descontrolado de los apartamentos turísticos y aumentar y mejorar el gasto en promoción turística. Mientras, CCOO pide un Pacto nacional por el turismo, que rechace la subcontratación y la precariedad y apueste por contratos justos y bien pagados, mejorando la formación y el turismo de calidad. Y el nuevo Gobierno Sánchez propone una política turística para el siglo XXI basada en una triple sostenibilidad: económica (turismo de calidad), medioambiental y territorial (repartiendo mejor entre regiones la riqueza del turismo).

Otro verano más, España está a tope, con muchos extranjeros y más españoles que el año pasado. Y al margen del triunfalismo (“otro verano y otro año récord”, nos repetirán), convendría que el sector, las autonomías y el Gobierno se sentaran de una vez para repensar el futuro del turismo, para sentar las bases del turismo del año 2030 y 2050. Planificar lo que hay que hacer y gastar para consolidar la primera industria del país, para que no “colapse de éxito”. Por un turismo sostenible y de calidad, que no nos agobie cada verano.

jueves, 18 de enero de 2018

Turismo súper récord: ojo a "morir de éxito"


Esta semana se celebra FITUR y el sector está eufórico porque 2017 se ha cerrado con 82 millones de turistas, el quinto año de récord consecutivo. Y España es ya el 2º país del mundo en turistas (tras Francia) y en ingresos por turismo (tras EEUU). Además, hemos sido reelegidos en 2017 como el país más competitivo en el turismo mundial. Pero entre tanto récord, tenemos algunos problemas serios: la saturación del turismo en algunas zonas (que ha desatado protestas ciudadanas, la “turismofobia”), los todavía bajos ingresos por turista (crece el turismo “low cost”) y la escasez y baja calidad del empleo turístico (45% de los contratos son por menos de 1 semana), así como la excesiva concentración del turismo en Europa (87%) y en 6 autonomías (se llevan el 91% de los turistas). Por todo ello, no hay que dormirse en los récords y urge elaborar un Plan para perfilar el turismo a 20 años vista, reconvirtiendo la oferta y buscando un turismo de más calidad. Ojo a “morir de éxito”.


enrique ortega

El Gobierno Rajoy lo ha vuelto a hacer, por segundo año consecutivo: “filtrar” antes las estadísticas de visitantes (las publica el INE el 1 de febrero), para anticipar otro récord de turistas. Lo hizo el año pasado el ministro de Turismo y lo acaba de hacer Rajoy, aunque con poco sentido de la oportunidad: en Roma, en una Cumbre de la Europa del sur donde se abordaba el grave problema de los inmigrantes ilegales, aprovechó para “presumir” de los millones de “visitantes legales” (turistas), escondiendo que España sólo ha acogido a 2.000 de los 17.000 refugiados a los que se comprometió. Algo que los medios no destacaron, mientras titulaban que España ha recibido 82 millones de turistas en 2017, un tercio más que antes de la crisis, cuando recibimos 59,2 millones de turistas (2007). Son 22,8 millones de turistas más en 10 años, aunque 14 millones son turistas “prestados” de Turquía, Túnez y Egipto, afectados por el terrorismo y la crisis política, según la patronal Exceltur.

El turismo, la primera industria española (aporta el 11,5% del PIB y mantiene 2,6 millones de empleos), ha vuelto a ser en 2017 el motor de la recuperación, porque ha vuelto a crecer más que el resto de la economía, por 8º año consecutivo (desde 2010): el PIB turístico creció un 4,4% en 2017, por encima del 3,1% que creció la economía, según la estimación de la patronal Exceltur. Y eso ha sido posible gracias al tirón del turismo extranjero, que saltó de 75,5 millones de visitantes en 2016 a más de 82 millones en 2017 (pueden llegar a 82,5 cuando lo publique el INE). Eso convierte a España en el segundo país del mundo que recibe más turistas, sólo por detrás de Francia (ha tenido 89 millones), superando por primera vez a Estados Unidos (que habrá cerrado el año con unos 80 millones de visitantes). Les siguen en turistas recibidos, a mucha distancia, China (63 millones de visitantes) e Italia (57 millones).

Otro dato positivo de 2017 es que han crecido sobre todo los turistas de los países no europeos que más gastan: Rusia (+18,7%), EEUU (+15,6%), países nórdicos (+11,3%), países del Este (+8,3%), Suiza (+7,9%) y Japón (+7,8%), aunque la mayoría del turismo viene de Gran Bretaña (23,09% del total), Alemania (que ha superado as Francia, con un 14,66% de los turistas) y Francia (13,74% del turismo extranjero). La mayor parte de estos visitantes extranjeros van a 6 autonomías: Cataluña (23,42% del turismo extranjero, aunque la crisis política ha frenado la llegada en el último trimestre), Baleares (que ha superado a Canarias como 2º destino, acogiendo al 17,6% del turismo extranjero), Canarias (16,6%), Comunidad Valenciana (10,9%) y Madrid (8%), la autonomía donde más creció el turismo extranjero en 2017 (un 16,2%, frente al 9.1% de media en España hasta finales de noviembre).

En 2017, ha crecido la llegada de turistas por avión (el 81,48%), gracias a los bajos precios del petróleo y la guerra de tarifas, ganando peso también el turismo de cruceros (2,33%), mientras perdían peso los turistas que llegaban por carretera (15,71%) y tren (0,45%). Pero el mayor cambio se ha dado en el tipo de alojamiento, con un gran salto de los turistas que vienen a apartamientos turísticos (+21,3%), debido al auge de las plataformas de alquiler online (tipo Airbnb, Homeway,Wimdu o Homelidays), cuyo éxito se ha disparado a costa de los hoteles (su uso creció un 6,7%). También han crecido mucho los turistas que se alojan en viviendas de familiares y amigos (+13,4%), otro síntoma del auge del turismo barato (low cost).  Y otra muestra más es que lo que más crecen (el 11,2%) son los turistas que vienen sin paquete turístico (7 de cada 10 turistas), mientras pierden peso (crecen sólo un 4,4%) los que vienen con hotel y viaje organizado (el 29,5%).

La patronal turística Exceltur considera que los dos motores del récord turístico de 2017 han sido el auge de los apartamentos turísticos por Internet y la guerra de tarifas aéreas, junto a la mejora de la economía europea. Y destacan que España ha conseguido 6,5 millones más de turistas a pesar de que en 2017 se recuperaron tres países competidores (Turquía, Túnez y Egipto ganaron 8,5 millones de visitantes), que hasta ahora nos”prestaban turistas” (unos 14 millones desde 2010). También valoran muy positivamente que los turistas hayan gastado algo más en 2017: el gasto medio por turista creció un 1,5%, hasta los 733 euros, rompiendo una tendencia de cinco años de caída del gasto turístico, según los datos de Exceltur. Eso sí, si tenemos en cuenta la subida de precios, el gasto real de los turistas extranjeros (descontando la inflación) cayó un 0,9% en 2017, una caída que se produce desde 2005.

Rajoy presumió también en la Cumbre europea de Roma que España es el segundo país del mundo que más ingresa por turismo, 87.000 millones de euros, sólo por detrás de EEUU (200.000 millones de euros) y muy por delante de Tailandia (49.000 millones), China (44.000 millones) y Francia (42.000 millones de euros). Pero ese dato no es el que utilizan el Banco de España y la patronal turística Exceltur, que rebajan los ingresos por turismo a 60.000 millones de euros en 2017, contando la parte del gasto turístico que se queda en España (descontando el precio de los viajes y lo que ingresan los tour operadores extranjeros). En 2017 ha aumentado el gasto medio por turista (1.054 euros, +2,7%), pero se redujo la duración media del viaje a 7,6 días (de 9,1 días en 2016). Lo que pasa es que crece el turismo “low cost”, que viene a apartamentos turísticos y gasta poco (más en menos días).

Cara a 2018, la patronal Exceltur cree que el turismo volverá a ser este año el motor de la economía, aunque crecerá menos que en 2017: un 3,3% (frente al 4,4%), por encima del 2,4% que se prevé crezca toda la economía. Y eso por la situación política en Cataluña (restará un 0,5% al PIB turístico), el Brexit, la recuperación de los países competidores y la saturación turística en algunas zonas, además de un menor dinamismo del turismo de los españoles. Dos factores que pueden hacer mucho daño al turismo en 2018 son la subida del petróleo (ronda los 70 dólares barril) y la subida del euro (por encima de 1,20 euros/dólar), que encarece ya más de un 14% los precios a los turistas de fuera de la zona euro. Con todo, las empresas turísticas esperan aumentar ventas y beneficios, sobre todo en zonas urbanas.

España afronta el futuro del turismo con un dato incontestable: es el destino más competitivo del mundo, según el ranking bianual del World Economic Forum, que nos coloca en primer lugar en 2017 (y en 2015), con 5,4 puntos sobre 7, por delante de Francia, Alemania y Japón (5,3 puntos), Reino Unido (5,2 puntos) y EEUU (5,1 puntos), por infraestructuras, seguridad, sanidad, clima  y patrimonio cultural, aunque no somos la oferta más barata. Y la inversión apuesta por los hoteles, con un récord de compras en 2017: 3.907 millones (+79% que en 2016). Pero también hay temas preocupantes cara al futuro, sobre todo tres: la saturación turística en algunas zonas (con el surgimiento de la “turismofobia”), la precariedad del empleo turístico y la excesiva concentración de la oferta (origen y destino).

La patronal turística Exceltur alerta del auge de las protestas contra el turismo (“turismofobia”) en algunas zonas, por culpa del crecimiento desordenado y excesivo de los apartamentos turísticos, que disparan los precios de los alquileres y molestan o expulsan a los vecinos de ciertos barrios en Barcelona, Palma, San Sebastián y Madrid, con riesgo de que se extiendan a Málaga, Granada, Alicante o Santiago, ciudades que tienen también una gran presión turística. Por eso piden control y freno a los apartamentos turísticos, que en muchos casos no pagan impuestos. Esta misma semana, los Ayuntamientos de Barcelona, Madrid y San Sebastián  han dicho que preparan medidas para frenar el crecimiento descontrolado de los apartamentos turísticos.

Otro problema que no señala la patronal pero sí los sindicatos es que el boom turístico se ha hecho a costa de los trabajadores del sector, que tienen unos contratos precarios y mal pagados mientras crecen  los beneficios empresariales (un 6,3% en 2017). Primero hay que decir que aunque el turismo es el motor de la recuperación, crea poco empleo: la ocupación aumentó en 85.813 personas el último año, 1 de cada 6 empleos creados, hasta dar trabajo a 2.660.915 españoles. Y en los 5 años de récord turístico (2012-2017), el empleo en el turismo ha crecido en 466.766 personas. Pero lo peor es que son empleos muy precarios: un 39,5% tienen contratos temporales (más que la media de España, que es del 27,5%) y casi la mitad (el 45,2% duran menos de una semana, según los sindicatos. Y un tercio son contratos a tiempo parcial, por horas, que “esconden” trabajos a jornada completa. Y además, hay un exceso de trabajadores “externalizados”, en contratas de empresas ajenas al hotel, como camareras de piso, limpiadoras, personal de mantenimiento o recepcionistas.

Y con tanta precariedad, los salarios del turismo, a pesar de todos los récords, son de los más bajos de España. Concretamente, el coste salarial bruto en la hostelería es de 1.177 euros, un 60% del sueldo medio bruto en España (1.941 euros), según el INE (2017). Y sólo ha subido 58 euros brutos al mes en los últimos cinco años. Y eso son sueldos medios, ya que hay trabajadores, como las camareras de piso (las famosas “Kellys) que están cobrando 800 euros al mes por hacer 400 habitaciones. Los bajos salarios y la precariedad se acompañan de plantillas ajustadas y poca formación, lo que repercute en una pérdida de calidad del turismo.

El tercer problema, junto a la turismofobia y la precariedad laboral, es la excesiva concentración de la oferta turística, por origen y destino de los turistas. En 2017, el 87% de todos los turistas que llegaron a España vinieron de Europa y sólo un 13,03 % procedían de América, Asia (sólo vinieron unos 400.000 turistas chinos) y del resto del mundo, las zonas donde más crece el gasto turístico. Urge conseguir más turistas de fuera de Europa, sobre todo en EEUU, Latinoamérica, China y Oriente Medio. Y, en paralelo, hay que diversificar también donde van, porque el 90,78% de los turistas extranjeros se dirigen a 6 autonomías españolas (Cataluña, Canarias, Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid), mientras las 11 restantes sólo captan un 9,12% del récord turístico. Y eso provoca que las zonas de sol y playa, sobre todo en Baleares, Canarias y Levante estén supersaturadas, con problemas incluso de servicios (agua, accesos, aparcamientos e infraestructuras). Urge diversificar la oferta, promoviendo nuevos destinos y otro turismo, como el cultural, sanitario, de negocios, deportivo y gastronómico, que atraiga visitantes fuera del verano.

Además de afrontar estos problemas estructurales, el turismo español tiene por delante una serie de retos a medio plazo, entre ellos la digitalización del sector, para aprovechar al máximo la potencialidad de Internet y sus plataformas en la captación de turismo de calidad. Otra es la renovación de la oferta hotelera, con inversiones en hoteles e infraestructuras que hay que renovar, con ayudas públicas y de la mano de fusiones, para conseguir grupos turísticos más potentes, que puedan negociar con los poderosos tour operadores extranjeros que controlan el turismo español (alemanes y británicos).  Otro reto es mejorar la calidad de la oferta, con un empleo más estable y mejor pagado. Y por supuesto, gastar más en promoción exterior, con una política turística más coordinada entre el Gobierno central y las autonomías, muchas de las cuales van a su aire.

Ahora que estamos en años de bonanza turística es cuando hay que aprovechar para consolidar los récords y repensar el futuro de la primera industria española a 20 años vista, con un gran “Pacto por el turismo”. Dejarse del triunfalismo de las cifras anuales y buscar un crecimiento sostenible a medio plazo, asentado en un turismo de calidad más que en millones de “turistas low cost”. Gastar dinero e inteligencia en reforzar el turismo, en desarrollar su potencial y resolver sus puntos negros, en competir con una oferta imbatible, no sólo con bajos precios (cada vez más altos). Aprobar un Plan para configurar el futuro del turismo, no dormirse en los récords. Ojo a “morir de éxito”.

jueves, 3 de agosto de 2017

Verano 2017: congestión y precios disparados


La mayoría de españoles empezamos esta semana las vacaciones de verano y nos encontraremos un país “tomado” por los turistas extranjeros (30 millones entre julio y septiembre) y españoles, que van a moverse más que nunca. Con tanto turista, los precios se van a disparar, desde hoteles y restaurantes a apartamentos, supermercados y coches de alquiler: subirán un 10% sobre el verano pasado, tras haber subido otro 10,5% los dos últimos años. Lo peor es que habrá zonas, en las islas y la costa mediterránea, “congestionadas”, según reconoce la patronal turística, preocupada porque hay ciudades (Mallorca, Barcelona) donde los vecinos están “hartos del turismo”: achacan esta “turismofobia al “boom” de apartamentos que se alquilan por Internet, sin control. En cualquier caso, España estará “a tope” este verano y el sector cree que es hora de “cambiar el modelo turístico”, de apostar más por la calidad que por la cantidad. Urge repensar el turismo español a 20 años vista, renovando y ampliando la oferta. No matemos “la gallina de los huevos de oro”.



                                                                                           enrique ortega

La mayoría de España está de vacaciones, pero no todos pueden cogerse unos días y escaparse de su rutina diaria: el 39,5% de españoles no se puede ir de vacaciones ni una semana al año, según la última Encuesta de Condiciones de Vida 2016 (INE). La mayoría de esos 4 de cada 10 españoles que no toman vacaciones son jóvenes (44,2% menores de 29 años no cogen ni una semana de vacaciones) y mayores de 65 años (43,2% no viajan), sobre todo los que tienen poca formación (más del 52% de los que sólo tienen la ESO o menos), los que están parados (68,6% no cogen vacaciones), las madres solas con niños (56% no tienen vacaciones) y la mayoría (del 54 al 75%) de los que ganan menos de 11.634 euros al año, según los datos que aporta el INE. Otra estadística, el Barómetro del CIS de junio, nos revela que sólo el 41% de españoles van a hacer un viaje turístico y del resto, la mayoría irá a visitar a un familiar (26,1%) o amigos (18,3%), marchará a una segunda residencia (14%) o se quedará en casa (20,7%), mientras el 15,9% no tiene vacaciones.

La España que si se va de vacaciones, ese 60,5% que dice el INE, se va a encontrar este verano más gente que nunca, entre extranjeros y españoles. La previsión es que este verano se superen los 30 millones de turistas extranjeros entre julio y septiembre, frente a los 27,6 que llegaron el verano de 2016 (que ya fue récord). Y eso porque en la primera mitad del año han seguido subiendo los turistas extranjeros, empujados por el temor a destinos como Turquía, Egipto o Túnez (que han perdido un 22% más de turistas europeos este año) y por los atentados en Europa (Reino Unido, Francia o Bélgica), que han aumentado el turismo urbano a España, según los datos de la patronal turística Exceltur. Y se espera este verano una recuperación en España del turismo ruso, nórdico y asiático, mientras se mantiene el turismo británico, a pesar del Brexit. Eso sí, la libra ha caído un 15% desde junio de 2016, lo que encarece España a los británicos, aunque se espera que lo compensen viniendo menos días y gastando menos. Otro dato que no ayuda es el euro, que ha subido un 12% frente al dólar desde enero (ahora supera los 1,18 dólares), lo que hace que España sea un 12% más cara para los no europeos.

En cualquier caso, todo apunta a que será un verano superrécord para el turismo extranjero, sobre todo europeo, en las islas (Baleares y Canarias) y en la costa mediterránea, tanto levantina como andaluza. Y junto a estos 30 millones de extranjeros, se esperan otros tantos o más turistas españoles, que quieren olvidarse de la crisis y viajar este verano más que nunca, tras una Semana Santa, mayo y junio que han sido récord de viajes y pernoctaciones en hoteles, apartamentos y casas rurales. La previsión de la patronal Exceltur es que los españoles viajen sobre todo a Baleares, la costa Mediterránea (de Gerona a Cádiz) y al norte de España, que este verano estará más lleno que nunca. Y los que esperan más ingresos son las empresas de alquiler de coches, las de ocio (parques de atracciones) y los apartamentos y casas rurales.

Con tanto turista, extranjero y español, las empresas del sector han aprovechado para subir los precios: los precios de los hoteles han subido un 25,5% en el primer semestre de 2017, según el IPC (INE).  Y se espera un aumento de las tarifas hoteleras del 10% sobre las del verano pasado, según un estudio de Deloitte. Una subida que se sumará al 10,5% que ya subieron los precios hoteleros en los dos últimos años (2015 y 2016), con lo que hay hoteles que ya tienen un precio superior al que tenían antes de la crisis. Pero no sólo suben los hoteles: han subido los vuelos (un 9,5% en el primer semestre, según el IPC, más por la fuerte demanda que por el petróleo) y los paquetes que ofrecen las agencias de viajes, así como las tarifas de los apartamentos (940 euros diarios en Ibiza en agosto), casas rurales y campings.  Y subirán este verano los precios de bares y restaurantes, así como el alquiler de coches (sobre todo en las islas) y las entradas de parques y lugares de ocio. Y también subirán los precios de la comida y los supermercados, aprovechando la mayor demanda y porque la sequía sube los precios de frutas, verduras y carnes. Eso sí, costará sólo unos céntimos más que el verano pasado echar carburante al coche.

Con estas nuevas subidas, lo que se espera es que extranjeros y españoles reduzcan los días de vacaciones, para no gastar mucho más. De hecho, la estancia media lleva bajando tres años ( 6,9 días) y el gasto medio de los extranjeros, aunque se ha recuperado en 2017 (702 euros de media hasta abril frente a 700 euros en todo 2016), está todavía muy por debajo del de 2011 (813 euros de gasto medio por turista), según los datos de Exceltur, que recuerdan que la mayor parte del gasto que hacen los extranjeros en España (77.000 millones de euros en 2016) se queda fuera, porque se lo llevan los tour operadores y las líneas aéreas. Y que el gasto de los turistas en España ha caído, año tras año, desde 2011. Eso se debe a que cada vez viene un turismo más low cost, en viajes baratos y a apartamentos, que gasta menos.

En definitiva, que nos espera un verano con España a tope y todo más caro. Pero lo peor es que en algunas zonas de España habrá congestión” turística, el término que ha empleado la  patronal turística, Exceltur. Serán sobre todo las islas baleares (Mallorca e Ibiza) y algunas zonas de la costa de Cataluña (más Barcelona capital), Comunidad valenciana y Andalucía. La patronal está preocupada por las crecientes protestas de vecinos en algunas zonas (Palma, Barcelona y Madrid) contra la invasión de turistas, lo que se ha dado en llamar la turismofobia. Algo que se podría agravar este mes de agosto, cuando se colapsen carreteras o paseos marítimos y se compliquen las noches, mientras aparecen problemas de agua (sequía histórica) e infraestructuras, sobre todo en las islas Baleares.

La patronal turística achaca este “colapso” turístico de algunas zonas al crecimiento desordenado de la oferta, por haberse disparado el alquiler particular de apartamentos, a través de plataformas de Internet (como Airbnb o Booking.com). De hecho, señalan que los apartamentos sin regular han superado ya en plazas (casi 3 millones) a los hoteles e instalaciones turísticas reguladas (2,5 millones). Y sólo en 22 ciudades hay 362.493 apartamentos privados que se alquilan a turistas frente a 330.258 plazas de hoteles, hostales y camas reguladas. El sector hotelero se queja de que los apartamentos privados son una competencia desleal, sin control y que evaden 800 millones a Hacienda. Y piden un mayor control, tanto de las autonomías como de Hacienda (pago impuestos) e Interior (control clientes), ya prometido.

A raíz del superrécord turístico y la esperada “congestión” de este verano, la patronal turística Exceltur cree que ha llegado el momento de “repensar el futuro del turismo en España a medio y largo plazo”. Un tema urgente es frenar la oferta turística, que no puede ser infinita, si no queremos que el turismo estalle y “muera de éxito” (se habla de 80-82 millones de turistas este año, frente a los 75,6 ya récord de 2016). De hecho, el Ayuntamiento de Palma ya ha aprobado en julio una moratoria (apoyada por los hoteleros) para suspender durante un año la concesión de nuevas licencias turísticas en el caso antiguo y zonas aledañas, medida  que ya tomó en enero el Ayuntamiento de Barcelona. Pero haría falta una planificación en toda España, con la colaboración de Ayuntamientos, hoteleros y asociaciones de vecinos.

Además, el sector turístico español tiene que reordenar su oferta, para conseguir atraer turistas fuera de la temporada del verano (la mitad vienen entre junio y septiembre) y fuera de las zonas habituales de sol y playa (el 90% de los turistas vienen a sólo 6 autonomías: Cataluña, Baleares, Canarias, Andalucía, Comunidad Valenciana y Madrid). Eso obliga a ampliar la oferta turística, buscando un turismo alternativo (de negocios, cultural, sanitario, deportivo o gastronómico) y gastar más recursos en promover el turismo fuera de Europa (sólo el 11% de los turistas que vienen no son europeos), los que más gastan.

En paralelo, el sector turístico tiene que invertir en su reconversión, en un Plan Renove que modernice los hoteles e instalaciones más antiguas, ofrezca nuevos servicios y se lance a fondo en digitalizar su oferta, para vender más directamente por Internet y menos a través de los tour operadores alemanes o británicos, que fuerzan condiciones y precios y se quedan con la mayoría de las ganancias. Además, el sector turístico tiene otras dos asignaturas pendientes: mejorar la calidad de los servicios (más formación al personal) y aumentar el empleo, con menos precariedad y mejor pagado: con un año récord, el sector turístico sólo ha creado 95.807 empleos el último año (junio 2016-junio 2017), el  90% temporales y la mitad a tiempo parcial (muchos por horas o días). Y la hostelería sigue siendo el trabajo peor pagado: un empleado de hostelería le cuesta a la empresa 1.464 euros (464 son cotizaciones), 1.000 euros menos que el coste laboral medio en España (2.481 euros en 2017), según el INE.

Y además, el Gobierno debe gastar más en promover el turismo y ayudar a las empresas a reconvertirse, con incentivos fiscales y créditos blandos, así como con un mayor gasto en infraestructuras y servicios (desde más medios en aeropuertos, control de fronteras o comisarias (colapsadas) a depuradoras de agua y mejores accesos). Y sobre todo, garantizar una mayor coordinación entre autonomías, para que cada una no vaya a su aire con el turismo.

Hay que aprovechar el superrécord turístico de este verano para parar y repensar el futuro, para dejar de hacer triunfalismo con los millones de turistas y sentar las bases de una industria sostenible, que crezca de forma ordenada y con futuro. No hay que dormirse en los récords. Urge aprovechar los mayores ingresos de estos años no para invertir más y asegurar el futuro de la primera industria española. Ojo a morir de éxito, a que la burbuja del turismo “estalle” y se colapse. No matemos “la gallina de los huevos de oro”.