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martes, 4 de marzo de 2025

8-M: las mujeres siguen discriminadas

Este sábado se celebra el 8-M, el Día de la Mujer, cuya discriminación olvidamos el resto del año. Este aniversario celebramos que hay más mujeres que nunca (25 millones) y que trabajan más de 10 millones. Pero sigue habiendo más mujeres inactivas, menos trabajando, con peores contratos, empleos y sueldos (la brecha salarial con los hombres se mantiene en -19,6%), más paradas y cobrando menos desempleo, con pensiones más bajas y más mujeres dependientes sin ayudas… Demasiadas discriminaciones que apenas mejoran. Y que tienen tres orígenes: los cuidados (las mujeres tienen que cuidar a hijos y padres), el desigual acceso al trabajo y a los mejores empleos y las interrupciones en la carrera laboral que recortan sus pensiones. Y sobre todo, porque los hombres “ayudamos” en casa pero no “compartimos tareas” para que puedan trabajar más y mejor. Es hora de mejorar la atención a la Dependencia, aumentar guarderías y mejorar la contratación y los convenios para las mujeres. Acabar con la discriminación de media España.

                            Enrique Ortega

Curiosamente, el número de mujeres ha aumentado en España este siglo mucho más que los hombres. Así, el 1 de enero de 2025 se superaron los 25 millones de mujeres censadas (25.009.634), casi 1 millón más que hombres (24.068.350 habitantes), según el INE. Es la mayor distancia entre mujeres y hombres en este siglo (+817.504 en el año 2.000 y +485.970 en 2008). Y de los 8,6 millones de habitantes más que hay en España (49,07 millones frente a 40,47 millones en el 2000), las mujeres han aumentado en +4.365.791 personas este siglo, más que los hombres (+4.242.011). Ha crecido el número de mujeres nacidas en España (+1,84 millones desde 2002), pero sobre todo han crecido las mujeres inmigrantes (+2,2 millones), que ya eran 3.390.951 en enero de 2025. Así que viven en nuestro país más mujeres que nunca (25 millones) y el 13,5% son mujeres nacidas fuera de España (en 2002, las extranjeras eran sólo el 5,5% de las mujeres).

Más mujeres que hombres y también más mujeres en edad de trabajar (más de 16 años): 21.487.600 mujeres frente a 20.322.500 hombres. Pero a partir de ahí, empiezan las discriminaciones a la mujer. La primera, que hay más mujeres inactivas, que ni trabajan ni buscan trabajo, que “tiran la toalla” aunque están en edad laboral, básicamente porque se dedican a “las tareas de casa”, a cuidar a los hijos (y maridos) o a padres y adolescentes dependientes (el 75% de los “cuidadores” son mujeres). A finales de 2024, había 9.973.700 mujeres inactivas frente a 7.383.000 hombres. A lo claro: hay 1.900.000  mujeres que han "renunciado" de entrada a trabajar.

A causa de esta 1ª discriminación, la tasa de actividad de las mujeres (trabajan o buscan trabajo entre 16 y 64 años) es del 71,38%, frente al 77,91% en los hombres. Una tasa mucho menor a la de las mujeres europeas: allí son “activas” el 70,2% de las mujeres de 20 a 64 años, frente al 65,7% en España, el 77,2%% en Alemania, el 71,7% en Francia y el 56,5% en Italia (otro país con pocas mujeres “activas”), según Eurostat. Desde la pandemia y tras la crisis de la energía y la alta inflación, hay en España más mujeres “activas” (+669.800 que en 2019), pero todavía sigue habiendo menos mujeres “activas” que hombres (11,4 millones frente a 12,77), aunque sean más población.

La 2ª gran discriminación es que hay menos mujeres con empleo. No sólo hay menos mujeres “activas” que lo buscan, sino que las mujeres tardan más en encontrar trabajo y lo encuentran peor que los hombres, a pesar de que están más formadas, según las estadísticas educativas. Así, a finales de 2024 había 10.151.200 mujeres ocupadas, frente a 11.706.600 hombres ocupados, según la EPA. Son más mujeres que nunca trabajando en España (había 5,8 millones de mujeres trabajando en el año 2000, frente a 9,9 millones de hombres), pero sigue habiendo más hombres con trabajo (+1,55 millones), aunque hay más mujeres. Y otra vez, la tasa de empleo femenino en España (70,5% de las que tienen entre 20 y 64 años) es inferior a la de las mujeres europeas (75,3% trabajan).

Además, las mujeres han conseguido llevarse más nuevos empleos que los hombres tras la pandemia: trabajan ahora 992.900 mujeres más que en 2019, frente a 898.000 hombres más. Eso sí, la mayor parte de estos empleos “ganados” por las mujeres han sido para las mayores de 50 años (+642.200 empleos), ya que las de menos edad apenas han ganado empleo (+64.000 para las mujeres entre 16 y 40 años) y lo han perdido las mujeres de 40 a 50 años (-7.200 empleos). Así que las que consiguieron trabajo son mujeres mayores, que dejaron de trabajar en su momento y han vuelto, sobre todo en los servicios (empleo doméstico y cuidados, hostelería, comercio y trabajos eventuales, muchas inmigrantes).

Con todo, las mujeres copan menos del 50% de los empleos en 73 de los 100 sectores económicos. Y aquí tropezamos con la 3ª gran discriminación laboral de las mujeres: trabajan en sectores más precarios y peor pagados, con contratos de menos calidad, peores puestos y categorías. Empezando por el tipo de contrato, las mujeres copan los contratos a tiempo parcial: de 3.059.000 asalariados a tiempo parcial (menos jornada o menos días), 2.252.600 son mujeres (el 73,6%), según la última EPA. Y si trabajan menos horas o días que los hombres no es porque quieran: la mayoría de las mujeres dicen que es porque no encuentran otro trabajo a tiempo completo. Y 357.000 mujeres trabajan a tiempo parcial para cuidar a un familiar (11 veces más que los hombres: sólo 33.000 lo hacen).

Las mujeres tienen también más contratos “temporales” que los hombres: de los 2.876.700 asalariados con contrato temporal (diciembre 2024), 1.609.800 son mujeres (el 17,90% de las que trabajan, frente al 13,20% de los hombres).

Además, el 44% de las mujeres trabaja en 7 sectores económicos que son los que tienen los sueldos más bajos. Y de las 10 actividades con nóminas más bajas, en 7 hay más mujeres que hombres trabajando: servicio doméstico, hostelería, sanidad, cuidados, actividades auxiliares, actividades artísticas y recreativas y comercio, según este estudio de CCOO. Pero también, hay muchas más mujeres trabajando en las categorías laborales más bajas y en empleos menos cualificados, ocupando menos puestos directivos, donde se frena la promoción a mujeres: sólo el 34,5% ocupan puestos de gerentes y directivos.

Esta mayor precariedad en los empleos de las mujeres conduce a la 4ª gran discriminación laboral: tienen peores sueldos que los hombres. El sueldo medio bruto de los hombres es de 29.615 euros frente a 24.758 euros las mujeres, según la EPA (Decil de Salarios 2023). Eso supone una “brecha salarial” para las mujeres del -19,6% (lo que tendría que subir su sueldo para igualarse a los hombres). Una brecha que se ha estancado: era del -19% en 2022, aunque mejora respecto a 2019 (-22,6%), 2014 (-31,4%) y 2008 (-30%), según CCOO. Y una brecha salarial que es menor en España que en el resto de Europa, según Eurostat: era del -8,7% en 2022 (diferencia por sexo en el salario hora), frente al -17,7% en Alemania, -13,9% en Francia y -4,3% de diferencia salarial en Italia.

Esta brecha salarial” del -19,6% en España, según el INE, es mayor en 6 sectores de actividad, algunos con mucho peso del empleo femenino: actividades administrativas (-36% de diferencia salarial las mujeres), actividades profesionales, científicas y técnicas (-35%), sanidad y servicios sociales (-31%), comercio (-31%), inmobiliarias (30%) y finanzas (-28%). Los estudios revelan que la principal causa de esta “brecha salarial” entre mujeres y hombres es el alto porcentaje de empleo femenino a tiempo parcial, que explica el 64% de la brecha, según CCOO. Y otro factor clave son los “complementos salariales”, la parte que se cobra junto al sueldo base: las mujeres apenas cobran “pluses” por nocturnidad, penosidad, esfuerzo físico o disponibilidad horaria, que pesan mucho en las nóminas de los hombres. Además, las mujeres cobran también menos por “antigüedad”, porque muchas han interrumpido sus carreras laborales para cuidar hijos y padres.

Y pasamos a otra discriminación de las mujeres, la 5ª: hay más mujeres en paro que hombres. A finales de 2024 había en España 2.595.500 parados EPA , de los que 1.362.600 eran mujeres paradas y 1.232.900 hombres desempleados. La tasa de paro femenina es más alta (11,83%) que la masculina (9,53%) y también mucho más alta que la tasa de paro de las mujeres europeas (6,2%). Eso sí, tras la pandemia, el paro femenino se ha reducido algo más (-296.200 desde 2019) que el masculino (-273.200), aunque esta bajada se ha dado sobre todo entre mujeres de 25 a 54 años, mientras subió el paro femenino entre las más jóvenes (+11.000) y entre las mujeres mayores de 55 años (+13.400 paradas que en 2019), porque intentan ahora recolocarse y ayudar económicamente en casa.

No sólo es que haya más mujeres paradas que hombres, es que además cobran menos desempleo, la 6ª discriminación, porque han cotizado menos años y por sueldos más bajos. Así, aunque hay más mujeres paradas que hombres, en noviembre de 2024 (último dato de Trabajo) había 451.041 paradas cobrando una prestación contributiva y 430.615 parados hombres. Y estas paradas cobraban una media de desempleo de 941 euros al mes, frente a los 1.076,4 euros que cobraban los parados hombres. Una “brecha” en el desempleo del -14,20%, que es mucho mayor en las paradas de más edad (-18,47% de brecha en las paradas de 50 a 54 años, -23,18% las desempleadas de 55 a 59 años y -24,11% de brecha en el desempleo para las paradas de 60 y más años). Sólo cobran el mismo subsidio (463,21 euros mensuales) que los hombres el millón largo de mujeres (1.006.862 paradas) que cobran el subsidio asistencial (frente a 795.591 hombres).

Y tras una vida con menos actividad, menos y peores empleos, las mujeres se jubilan con peores pensiones, la 7ª discriminación. Por un lado, la pensión media de los hombres es de 1.564,53 euros, frente a 1.071,76 euros las mujeres, según los datos de la Seguridad Social al 1 de enero de 2025. Una “brecha” de pensiones del -45,97%. Y si miramos la diferencia de pensiones de jubilación (las cobran 3,84 millones de hombres y 2,71 millones de mujeres), la brecha es similar, del -43,95%: 1.714,47 euros de jubilación media para los hombres, frente a 1.190,95 euros la jubilación de las mujeres. Sólo cobran más pensión las viudas (por sus maridos) que los viudos: 960 euros (2,14 millones de mujeres viudas) frente a 639,90 los hombres (sólo las cobran 209.625 viudos).

Queda otra discriminación más, la 8ª: la desigualdad en la Dependencia, debido a que las mujeres viven más años que los hombres (86,20 años de media frente a 80,74) y por tanto tienen más riesgo de necesitar ayuda y ser dependientes al final de su vida. De hecho, casi 2 de cada 3 dependientes con más de 80 años son mujeres (el 61,06% en 2024). Y por eso sufren más que los hombres el problema de los retrasos en las ayudas (142.446 dependientes a finales de 2024) y en el reconocimiento de la dependencia (otros 127.879 están pendientes de valoración), según el balance de los Directores de Servicios Sociales. Y estos retrasos provocan que 94 dependientes mueran cada día sin recibir la ayuda solicitada o a la que tienen derecho, 57 de ellas mujeres dependientes.

Por si fueran pocas estas discriminaciones, las mujeres sufren otra discriminación más, la 9ª de la lista, la que sufren en su propia casa, porque cargan con la mayor parte de las tareas del hogar y de los cuidados de niños y padres, complicando más su vida laboral. De hecho, el 45,86% de las mujeres cargan con la mayor parte de las tareas del hogar, algo que sólo hacen el 14,92% de los hombres. Y otro 34,96% de mujeres realizan una parte importante de las tareas, aunque compartida. Esto significa que el 80,82% de las mujeres cargan con las tareas del hogar, frente al 48,61% de los hombres. Y un 51,37% de los hombres (unos 12 millones) confiesan que “hacen poco o nada”, según la última Encuesta del INE (2021). Además, el 40,2% de las mujeres se ocupan “mayoritariamente” de los niños, frente al 4,8% de los hombres. Y un 48,3% de cuidar a los mayores (frente al 20,5% los hombres).

En resumen, que trabajan más mujeres que nunca, pero siguen con la discriminación de trabajar menos, con empleos más precarios y peor pagados, con más paro y peor desempleo y pensiones, con más años de vida y un mayor riesgo de ser dependientes. Y con poca ayuda en casa de los hombres, que “ayudan” pero no comparten tareas y cuidados.

Cara al futuro, hay tres medidas claves para reducir las discriminaciones de las mujeres. Una, mejorar la atención a la Dependencia, para que los ancianos y jóvenes dependientes tengan más ayudas públicas (a domicilio y en centros de día y residencias) y no supongan “una carga” para las mujeres, a costa de su vida laboral. La segunda, una mayor atención a la infancia, desde el aumento de guarderías públicas asequibles a las ayudas por hijo, fomentando la conciliación entre la vida laboral y familiar, con más tareas compartidas por los hombres. Y la tercera, un Pacto social entre patronal y sindicatos, para reducir las desigualdades en las empresas y los convenios, desde el acceso al primer empleo a la igualdad en la contratación y en la promoción, buscando reducir la brecha salarial con mayores subidas de los sueldos más bajos (que suelen ser los de las mujeres).

Al final, cada año pasa lo mismo con el 8-M: se habla mucho de la discriminación de la mujer, se hacen manifestaciones de protesta, pero se avanza poco para conseguir una igualdad que, a este paso, tardará décadas en conseguirse. Avanzar en la igualdad de la mujer requiere pactar medidas concretas, en el Parlamento, en los convenios y en las familias, al margen de posiciones políticas y enfrentamientos de género. Estamos ante uno de los grandes retos de este siglo, como la crisis climática, la digitalización o la tecnología: lograr que alguien no sea discriminado por nacer mujer. Conseguir la igualdad para media España. Ganaríamos todos.

lunes, 6 de marzo de 2017

Mujeres: menos trabajo,sueldo y pensión


Este 8 de marzo se celebra el Día internacional de la Mujer y todos aprovechan para denunciar su discriminación. Pero luego, se olvidan hasta el año siguiente. Y no se toman medidas contra una grave discriminación, que empieza al trabajar (hay 1.635.700 mujeres menos que hombres trabajando), sigue con los sueldos (ellas ganan un 23,25% menos), continúa al estar paradas (son más y cobran 15% menos de desempleo) y acaba en las pensiones (menos mujeres pensionistas y cobran un 37% menos). Sin olvidar su discriminación en las empresas, la enseñanza, la judicatura o la política. Y también están discriminadas en casa, donde trabajan más que los hombres. Con la crisis, la discriminación de la mujer ha ido a más y a este ritmo tardarán 170 años en igualarse a los hombres. Urge hablar menos y tomar medidas ya, para forzar la igualdad en el trabajo, el paro, las pensiones y la sociedad. Un gran Pacto para hacer justicia con la mitad de la sociedad.
 
enrique ortega

Todo el mundo cree que la gran discriminación de las mujeres es que ganen menos que los hombres. Pero antes, hay una 1ª gran discriminación, aún más grave: trabajan menos mujeres que hombres. Si en España hay 30.045.000 adultos en edad de trabajar (16-64 años), justo la mitad son hombres (15.042.600) y otro tanto mujeres (15.002.400). Pero ahí acaba la igualdad. Muchas mujeres se quedan en casa y no buscan trabajo (30% de las mujeres en edad de trabajar son inactivas frente al 20% de hombres) y las que lo buscan, lo encuentran más tarde (tardan 4 meses más que los hombres, según un informe del CES) o no lo encuentran, a pesar de que están más formadas que los hombres: hay más mujeres universitarias que hombres (un 47% frente al 37,3%) y menos mujeres con poca formación (el 28% de las mujeres ocupadas tienen sólo la ESO o no la han acabado, frente a un 38,4% de hombres, según la EPA) . Al final, los datos son rotundos: había 10.071.900 hombres trabajando y sólo 8.436.200 mujeres (1.635.700 menos), a finales de 2016, según la EPA. Y de los 1.372.900 nuevos empleos creados en España entre 2014 y 2016, el 56% han sido para los hombres y 44% para las mujeres.

Las mujeres trabajan menos y ganan menos, la 2ª gran discriminación. Básicamente, porque trabajan en sectores peor pagados, con contratos más precarios y en puestos de poca responsabilidad. Por todo ello, la “brecha salarial”, la diferencia de sueldos entre mujeres y hombres, era del 23,25% en 2014, según el estudio realizado por UGT a partir de la última Encuesta de salarios del INE: las mujeres tenían un salario bruto medio anual de 19.744,82 euros frente a 25.727,24 euros los hombres. O sea, ganan casi 6.000 euros menos al año, unos 500 euros menos al mes. Esta “brecha salarial” ha empeorado con la crisis, debido a que las mujeres han copado estos años los peores empleos y a que sus sueldos han subido menos: 9,60 euros de media entre 2010 y 2014, mientras los sueldos de los hombres subían 247,50 euros en esos años. Y así, la “brecha salarial” ha pasado de cobrar el 22,55% de los hombres (2010) al 23,25% (2014).

Las mujeres ganan menos sueldo, primero, porque cobran menos por hora trabajada que los hombres. Aquí, la brecha en el salario por hora bruto es del 18,8% en España, superior a la media europea (16,1% de brecha salarial por hora trabajada) y la 6ª más alta de Europa, sólo por detrás de Estonia (28,3% de diferencia salarial por hora), Austria (22,9%), República Checa (22,1%), Alemania (21,6%) y Eslovaquia (21,1%), muy por delante de la desigualdad salarial por hora en Italia (6,5%), Polonia (7,7%), Bélgica (9,9%), Suecia o Portugal (14,5%), Francia (15,3) o incluso Holanda (16,2%) y  Reino Unido (18,3%), según datos de Eurostat (2014). Y luego la “brecha salarial” aumenta en España hasta el 23,25% porque las mujeres cobran menos horas extras y tienen menos antigüedad, lo que les baja el salario final.

Las mujeres también ganan menos porque trabajan además en los sectores peor pagados, la mayoría en 6 sectores marginales: empleadas domésticas y de limpieza (14,5%), cuidadoras y servicios personales (10,1%), dependientas de comercio (8,4%), gestión administrativa (6,4%), hostelería (6,1%) y auxiliares administrativas (4,6%). Por ejemplo, hay 1.434.000 mujeres trabajando en el comercio y ganando un 28,10% menos que los hombres. Otro millón largo de mujeres trabajando en la sanidad y servicios sociales, otro sector con más brecha salarial que la media (25,92%). Y otras 500.000 mujeres trabajando en actividades administrativas, el sector con más brecha salarial (34,15%), según el estudio de UGT. Dentro incluso de las propias mujeres, hay grandes diferencias de sueldos por sectores, entre los 12.311 euros brutos que cobran en hostelería y los 35.829 euros en banca.

Otro factor que explica la brecha salarial, además del sector, es el puesto de trabajo: hay más mujeres entre los trabajadores no cualificados (1.364.500 mujeres), que cobran un 31,36% menos. Y también en los puestos de vendedores y restauradores (2.355.100 mujeres), que cobran un 29,69% menos. Pero sólo 240.300 mujeres son directores y gerentes, la categoría donde hay menos “brecha salarial” (19,29%). Por nivel de estudios, están más discriminadas las mujeres sin estudios, pero incluso las licenciadas ganan un 22,45% que los hombres universitarios (-9.495 euros brutos al año). Y cuanto mayores son las mujeres, más aumenta la brecha salarial con los hombres: del 15,82% entre 25 y 34 años pasa al 27,25% para las mayores de 55 años (son 1.100.000 mujeres trabajando). También varía la brecha según donde vivan: la mayor discriminación de la mujer se da en Navarra (cobran -29,65%), Asturias (-27,33%), Cataluña (-25,95%, Andalucía (-25,68%), Aragón (-25,30%) y Murcia (-25,27%).

Pero el principal factor de desigualdad salarial es la mayor precariedad laboral de las mujeres. Ellas tienen un mayor porcentaje de contratos temporales (el 27% de las mujeres frente al 26,1% de los hombres) y ganan un 3,37% menos que los temporales hombres (también muy mal pagados) pero un 40% menos que los hombres con contrato fijo, según el estudio de UGT. Y sobre todo, las mujeres trabajan mucho más a tiempo parcial, en Europa (20% frente a 8,2% los hombres) y más en España (21,5% frente al 9,5% los hombres), sobre todo las mujeres con 2 hijos (29,9% trabajan por horas frente a 5,2% los hombres) y con 3 hijos (30,7% a tiempo parcial frente al 7,6% los hombres), según Eurostat. Y con ello, las mujeres que trabajan por horas ganan un 4,4% menos que los hombres empleados por horas pero un tercio menos (-34,22%) que los hombres que trabajan a jornada completa.

Vayamos a las mujeres que no trabajan y están en paro, la 3ª gran discriminación tras el menor empleo y la diferencia salarial. Primero, porque hay más mujeres paradas que hombres: 2.142.700 mujeres desempleadas (el 20,36% de las que están en edad de trabajar) frente a 2.095.100 hombres (el 17,34%), según la última EPA de 2016. Segundo, porque hay más mujeres paradas desde hace más de un año (1.230.300, el 57,41%) que hombres (1.161.700, el 55,44%). Y tercero, porque aunque en 2016 había unas pocas mujeres más cobrando el paro (de 2008 a 2015 había más hombres cobrando), 997.864 frente a 986.512, la mayoría cobran un seguro de paro asistencial  de 426 euros (el 61,7% frente al 59,3% los hombres), porque se les ha acabado el subsidio contributivo (800 euros de media) o no tienen derecho a él por no haber trabajado suficiente. Y en consecuencia, las paradas cobran un 15% menos que los parados (135 euros menos al mes), según datos del SEPE.

Trabajen en una empresa o estén en paro, las mujeres españolas trabajan más en casa y con los hijos. Es la 4ª gran discriminación: en las tareas del hogar, el 91,9% de las mujeres trabajan una media de 4,29 horas al día frente a las 2,32 horas que trabajan sólo el 74,7 % de los hombres, según los datos del INE. Y en cuanto a los hijos, son las mujeres las que piden las bajas por maternidad (en 2016, sólo un 8,96% de padres las pidió) y las que abandonan incluso el trabajo para cuidar a sus hijos: lo han hecho el 23% de las mujeres trabajadoras frente a sólo un 4,8% de los hombres.

Y al final de su vida laboral, las mujeres sufren su 5ª gran discriminación: se jubilan más tarde que los hombres y con menos pensión. De media, las mujeres se jubilaron en 2016 a los 64,6 años, frente a los 63,8 años de los hombres, según la estadística de la Seguridad Social. Y la pensión media de las mujeres era, en enero de 2017, de 708,35 euros al mes, un 37,44% menos que la pensión media de los hombres (1.130 euros). Y en la jubilación, la pensión  media de las mujeres es de 770,52 euros, un 31,02% inferior a la jubilación de los hombres (1.223,73 euros). La brecha en la pensión empeora con la edad y así, las mujeres que tienen entre 75 y 79 años cobran un 41,18% menos de jubilación que los hombres de esa edad. Pero hay más discriminaciones. Por un lado, hay 1,5 millones menos de mujeres que hombres cobrando la jubilación. Y por otro, hay más mujeres que hombres con pensiones bajas: el 75,8% de las mujeres cobran menos de 700 euros de pensión, frente al 67,8% de los hombres. Y por último, las mujeres tienen que vivir con menos pensión más años, porque son más longevas: viven de media 5 años más (85,41 años frente a 79,94 años los hombres), según el INE.

Hasta aquí los datos que demuestran las 5 grandes discriminaciones de la mujer en España, generalizables al resto de Europa (con menos intensidad) y del mundo. Y eso sin hablar de la discriminación de la mujer en la sociedad, desde los puestos directivos de las empresas (el 67% no cuenta con ninguna mujer en puestos directivos, según datos de Informa, y sólo un 20,3% llega a los Consejos de las grandes empresas del IBEX) a la Universidad (20% de los catedráticos y 40% de profesores son mujeres), la Judicatura, la cultura, los científicos (39% son mujeres) o la política (39.4% del Congreso y 5 mujeres de 13 ministros).

El problema más grave es que la discriminación de la mujer ha empeorado con la crisis en todo el mundo, alcanzando la brecha de desigualdad (económica, educativa, sanitaria y política) el 59%, la más alta desde 2008, según el Informe global de Brecha de Género 2016, elaborado por el Foro Económico Mundial. Y este informe coloca a España en el puesto 29 del ranking mundial de desigualdad por género entre 144 países, por detrás de 14 paises europeos (Islandia, Finlandia, Noruega y Suecia, los 4 más igualitarios del mundo, Irlanda, Eslovenia, Suiza, Alemania, Holanda, Francia, Dinamarca, Reino Unido, Estonia y Bélgica). El informe señala su preocupación por el futuro, porque los avances tecnológicos (la robótica y la digitalización de la economía) van a recortar 5 millones de empleos en todo el mundo para 2020, según la OCDE, y eso afectará más a las mujeres. De ahí que propongan acelerar las medidas contra la discriminación, porque al ritmo actual, la igualdad de sexos no llegará hasta el año 2186, dentro de 170 años, según el Foro Económico Mundial.

Urge pues tomar medidas efectivas, a nivel mundial, como se ha hecho contra el Cambio climático. Pero también a nivel europeo y sobre todo en España. Los sindicatos insisten en que se apruebe una Ley de igualdad salarial, que podría ayudar, pero la clave no son las normas sino cumplirlas: en 2007, el Gobierno Zapatero aprobó una Ley de igualdad que contemplaba medidas contra la discriminación de la mujer, pero no se cumplen. Y aunque se obligó a las empresas de más de 250 trabajadores a aprobar Planes de igualdad, quedan fuera 3 millones de pequeñas y medianas empresas, donde trabajan el 99% de las mujeres. Y el Gobierno Rajoy ha recortado un 20,9% las ayudas a las pymes para planes de igualdad. Ahora, sería importante aprobar una Ley clara y con presupuesto, multiplicando los controles de la inspección de trabajo para penalizar a las empresas que discriminen a las mujeres.

Al final, acabar con la discriminación salarial en España es una responsabilidad de las empresas privadas y las Administraciones públicas, que deberán gastarse 47.000 millones de euros más en pagar mejor a las mujeres. Un reto asumible a medio plazo, a 20 años vista, pero que no se logrará si no se obliga a las empresas y a la Administración a cumplir la máxima de “a trabajo igual, salario igual”, con duras sanciones. Ya no valen palabras y “un día de queja” al año (8 de marzo). Habría que configurar un gran Pacto contra la discriminación de la mujer, con calendario, Leyes, medios, controles y voluntad política y social, desde la empresa a toda la sociedad, sin olvidar la casa de cada uno. No es tolerable que las mujeres tengan que esperar 170 años más para ser iguales. Es una vergüenza social y un despilfarro económico, al perderse el enorme potencial de la mitad del mundo. La igualdad de sexos es la gran asignatura pendiente de este siglo. A ver si empezamos a tomárnosla en serio.