miércoles, 23 de diciembre de 2020

La Navidad del coronavirus

 

Estas son las Navidades más raras de nuestra vida. La pandemia no sólo trastocará estas fiestas sino que recortará el gasto navideño, entre un -20% y un -50% según los expertos, lo que afectará muy negativamente al comercio, la hostelería, el ocio, los viajes y el turismo, reduciendo mucho el empleo temporal que se crea por estas fiestas. Pero de lo que se habla menos es de esos 2,5 millones de españoles que están pidiendo ayuda a Cruz Roja, Cáritas y otras ONGs, muchos más que antes de la pandemia. Para ellos, el problema de estas Navidades no es cuántos reunirse o qué comprar sino cómo sobrevivir, cómo comer cada día, pagar el alquiler y los recibos, como ingresar algo. La pandemia ha agravado la pobreza y hay 1 millón más de familias vulnerables, unos 10 millones de personas, que podrían aumentar en 2021, si se reducen las ayudas y se destruye más empleo. Ayudémosles estas Navidades y después, con aportaciones y solidaridad. ¡Feliz no Navidad!  

La Navidad es la gran fiesta anual del consumo, mucho más que una fiesta religiosa (por cierto, copiada por los cristianos de  los romanos, que celebraban en diciembre las fiestas por el nacimiento del sol de invierno y se aprovecharon para celebrar el nacimiento de Jesús). De hecho, en las Navidades de 2019, los españoles gastamos 10.300 millones en poco más de un mes, según  la estimación de la consultora Deloitte, lo que da una media de 554 euros gastados por hogar. Se trata de unas fiestas claves para muchos negocios. Así, para los comercios representa el 60% de la facturación de todo el año. Y en este año, la Navidad es aún más decisiva  porque sus ventas han caído antes un 50% por la pandemia. El otro sector para el que la Navidad resulta clave es la hostelería, porque bares y restaurantes ingresan el 25% de su facturación en Navidad (3.200 millones en 2019, según Deloitte). También son fechas claves para los locales de ocio nocturno (facturaron 1.400 millones en 2019) y para los negocios de ocio, cultura y espectáculos. Y queda un cuarto sector que suele ingresar mucho estas fiestas, las agencias de viajes, compañías aéreas y hoteles (más estaciones de esquí), que facturaron 1.200 millones en la Navidad de 2019.

Esta Navidad 2020, con la pandemia, va a ser muy austera y el gasto navideño podría reducirse entre el -20 y el -50%, según las estimaciones de los distintos sectores. Una Encuesta de la OCU, realizada en noviembre (antes de la 2ª ola de contagios), reflejaba que un 60% de españoles pensaban gastar menos esta Navidad. Y otra Encuesta de la patronal de gran consumo AEOC revelaba que un 87% de los españoles tenían pensado gastarse menos en regalos, un 78% menos en viajes (antes de conocerse las restricciones) e incluso un 61% afirmaba que se iba a gastar menos en juguetes. Y además, la mayoría señalaba que iba a gastar menos en cenas y reuniones de amigos y familiares, debido a la práctica supresión de las “comidas navideñas de empresa” y a los menores encuentros de amigos y familiares. Al final, la encuesta de la OCU estima un gasto navideño de 526 euros por español, un 20% menos que en las Navidades de 2019. Y con grandes diferencias, ya que un tercio gastará menos de 250 euros.

Detrás de este menor gasto navideño están las limitaciones a la movilidad y, sobre todo, la mayor incertidumbre sobre el futuro, que nos hace ser más precavidos al gastar ante lo que pueda pasar en los próximos meses. Pero en el caso de muchos españoles, la causa de este menor consumo navideño es que no pueden gastar, porque se han quedado sin trabajo, están en ERTE o tienen miedo de perder su empleo. Los datos son muy explícitos. Por un lado, hay 697.000 personas que perdieron su empleo entre diciembre de 2019 y septiembre de 2020, según la última EPA. Y hay 687.707 parados más en las listas del desempleo en noviembre que en diciembre de 2019. En total, 3.851.312 personas sin trabajo, de las que sólo 2,5 millones cobran algo (1,4 millones cobran 885 euros al mes y otros 1,1 millones sólo 430 euros mensuales) y otros 1,3 millones de parados no cobran nada. Y hay 746.900 trabajadores en ERTE, cobrando el 75% de su sueldo.

En total, 4,6 millones de españoles con serios problemas de empleo y bajos ingresos (o nulos) como para gastar esta Navidad. Y el resto, preocupados por su futuro y mirándose el bolsillo. Y además, sin “hucha” para aguantar mucho. Porque, ante la pandemia, la tasa de ahorro de los españoles ha subido (ahorran el 22,5% de su renta disponible), pero este ahorro es muy desigual y la mayoría de españoles tienen poco ahorrado: 1 de cada 3 familias llegó a esta pandemia con menos de 2.200 euros ahorrados, según un estudio de la Fundación IE y la Mutualidad de la Abogacía. Y entre los hogares con menos ingresos, el 10% llegó con menos de 200 euros de ahorro, el 20% con menos de 800 y otro 30% con menos de 2.200. Así que España es uno de los paises más vulnerables ante cualquier crisis, porque el ahorro más habitual de una familia ronda los 9.000 euros frente a 10.300 en la zona euro, 11.000 en Francia o 17.000 en Alemania, aunque es más bajo en Italia (7.000 euros) y en Portugal (4.600 euros).

Sin ahorros y con los ingresos y el empleo en el aire, hasta que acabe la pandemia, se entiende que el consumo de haya desplomado y el gasto en estas Navidades sea mucho más bajo, aunque veamos demasiada gente (para evitar contagios) en las tiendas. Pero además de esta situación, que afecta a la mayoría de españoles, hay una minoría muy vulnerable, que son los que peor lo están pasando en esta crisis y en esta Navidad: los que han perdido su empleo o sus ingresos o los que están en ERTE o con empleos que ganan menos. La pandemia puede haber aumentado en 1,1 millones el número de pobres en España, según estima Oxfam Intermón. Con ello, habría ya 10.942.331 españoles en situación de pobreza, un 23,07% de la población (había 9.695.989 españoles en esa situación a finales de 2019, según las estadísticas europeas). Se trata de personas que ingresan menos del 60% de la renta media española, menos de 370 euros al mes los solteros y menos de 776 euros las familias con 2 hijos.

Muchos de estos “nuevos pobres”, que no lo eran en la Navidad de 2019, son jóvenes, mujeres y mayores que trabajaban en el comercio, el turismo y la hostelería, la construcción y algunas industrias, los sectores más castigados por la pandemia. Y además, los que ya eran pobres las Navidades de 2019 son ahora más pobres, porque la pandemia se ha cebado más en las familias que ya eran vulnerables, en los que tenían un empleo precario y viven hacinados en barrios pobres, que han sufrido más contagios. Por todo ello, han aumentado los españoles con problemas esta Navidad: la Cruz Roja atiende a 2.700.000 personas y Cáritas a 1.500.000, en ambos casos, casi un millón más que las Navidades de 2019.

Este enorme grupo de “españoles más vulnerables” tienen serios problemas para subsistir cada día y el primero es comer: el Banco de Alimentos va a entregar este mes de diciembre 1.800.000 comidas, cuando el año pasado eran 1 millón. Y la otra prioridad es resguardarse, tener un techo: Cáritas atiende ya a 40.000 personas sin hogar, un 25% más que antes de la pandemia. Y un 40% de las personas que atiende Cáritas (1.500.000) tienen graves problemas para afrontar los gastos de su vivienda, desde pagar el alquilar a afrontar los recibos (luz, agua, gas, Internet y teléfono), según la encuesta que han realizado entre las personas a las que ayudan (un 16% de ellas no tienen ningún ingreso). Y resaltan que un 9% de estas familias se han visto obligadas a cambiar de residencia, a dejar su casa. Además, el 50% de los atendidos por Cáritas tienen problemas de “pobreza energética”, dificultades para calentar su casa y pagar la luz y el gas. Y muchas de estas familias vulnerables tienen niños: en España hay 2,1 millones de niños pobres, según Save the Children, un 27,4% de los menores de 18 años, que podrían llegar a finales de este año 2020 al 33% de menores pobres (2,5 millones), por la pandemia.

Son demasiados españoles, estos 2,7 millones que atienden las ONGs, como para que les olvidemos esta Navidad. Y tampoco  al resto de españoles pobres, esos 10 millones largos de personas que lo están pasando mal y que en muchos casos son “nuestros vecinos”, no sólo los que piden por la calle. Y como tenemos encima la 3ª ola de la pandemia, su futuro seguirá negro bastantes meses más, porque se va a retrasar y debilitar la recuperación. Eso debe obligar al Estado, al Gobierno central y a los autonómicos, a reforzar sus políticas sociales, en especial a dotar de más medios a los servicios sociales municipales, que atienden cada año a unos 10 millones de personas y están colapsados con la pandemia. Las autonomías tienen que gastar más y no aprovechar el ingreso mínimo vital para recortar sus rentas mínimas, como han hecho Madrid, las dos Castillas y Galicia.

Y urge que el Gobierno Sánchez modifique su cacareado ingreso mínimo vital (IMV), que tiene una excesiva burocracia y unas exigencias incumplibles por muchos necesitados (los pobres de la COVID tenían ingresos en 2019, por lo que a muchos se les deniega la ayuda)., La consecuencia es sólo ha llegado a la mitad de la mitad de los que decían: lo cobran en diciembre 160.000 hogares, frente a los 850.000 prometidos. El ministro de Seguridad Social ha prometido modificar cuanto antes los requisitos (contemplar los que se han quedado sin ingresos este año y que puedan cobrarlo las personas sin hogar) y agilizar los trámites con las autonomías, para que llegue a esos 850.000 españoles identificados hace unos meses como personas vulnerables, la mayoría abandonados ahora a su suerte y a las ONGs. 

Otra medida que ayudará a los más vulnerables será el decreto anti desahucios aprobado este 22 de diciembre, que incluye también la prohibición de cortar los suministros básicos (luz, agua o gas) a los consumidores que no puedan pagarlos, si lo certifican los servicios sociales. Las medidas antidesahucio aprobadas en marzo y el cierre de los juzgados hasta junio, desplomaron los desahucios, de 9.659 en el primer trimestre a 1.383 en el segundo, pero han repuntado a 7.096 desahucios en el tercer trimestre, según los datos del Poder Judicial. Y lo más preocupante es que dos tercios de estos desahucios son por impago de alquileres (5.190 en el tercer trimestre, cerca de los 6.892 desahucios en el 1º, antes de la pandemia), un dato que se quiere bajar ampliando los supuestos de prohibición de desahucios (con compensación a propietarios) hasta el 5 de mayo, cuando termina el actual estado de alarma.

También podemos ayudarles nosotros, con nuestra solidaridad, más en estas Navidades, pero también después. Hay múltiples vías, desde hacer una pequeña transferencia a alguna ONG (aquí aporto los links para Cáritas, Cruz Roja y el Banco de Alimentos) hasta ayudar a personas de nuestro entorno, de mil maneras.

Y además, deberíamos ser conscientes esta Navidad 2020 de que hay que gastar con moderación, al menos por tres razones. Una, porque las compras compulsivas de estas fiestas ayudan al coronavirus a expandirse, han sido probablemente la causa del repunte y el inicio de la 3ª ola de contagios. La segunda, porque comprar por comprar agrava las emisiones de CO2 y acelera el cambio climático, que los científicos ya han advertido puede traernos otra futura pandemia (sin vacuna). Y la tercera, porque deberíamos cambiar nuestros hábitos e intentar ahorrar, para que la próxima crisis (siempre hay otra) nos pille más preparados, con algo de “hucha” para resistir (a los particulares y a los negocios).

Como se ve, la Navidad y nuestro comportamiento tienen mucho que ver con la economía. Y también con la evolución de la pandemia y el futuro. Piénselo estos días y no se olvide de los que lo pasan mal, de los millones de personas vulnerables, que lo son aún más en estas fiestas. Gaste con moderación y salga poco, para ayudar a salvar vidas. Ya habrá otras Navidades. Quédese en casa ¡Feliz no Navidad!

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