Esta primavera se
crearon en España 402.400 empleos, el triple
que en la de 2013. Y el último año,
descontando los empleos perdidos desde octubre, se han creado casi
200.000 empleos netos, algo que no pasaba desde 2008. Por fin
aparece el empleo, aunque sea casi en exclusiva por el turismo y el comercio (rebajas), y sepamos que una mayoría es temporal y se va a perder.
El problema es que hay demasiados parados (5,6 millones) y la mitad no acceden a los nuevos empleos, porque son pocos (1 oferta por cada 110 parados) y porque
son jóvenes sin experiencia o mayores de 45 años, la mayoría con poca formación
y más de 2 años en paro. Es urgente mejorar
la empleabilidad de los parados
mayores, mujeres y jóvenes. Y crecer más,
en Europa y en España. Porque a este
ritmo de crecimiento (0,5%) y de empleo, harían falta 14 años para reducir el paro a la mitad. Es
inadmisible.
enrique ortega |
La EPA del segundo trimestre se esperaba
buena pero ha sido mejor: tras dos
trimestres perdiéndose empleo, en primavera
se han creado 402.400 puestos de trabajo, el triple que la primavera de
2013 (+130.000). Eso sí, los nuevos empleos están concentrados en los servicios (+378.700), debido al tirón del turismo y del comercio (rebajas), aunque también creció el empleo, pero poco, en
la industria (+56.700) y la construcción (+36.900), cayendo en la agricultura (-69.800). Y una buena parte
del nuevo empleo es temporal (53%) y
a tiempo parcial (24,4%), con lo que
podría perderse en otoño. Pero se
trata de una buena noticia y más si vemos que, descontando el empleo perdido desde octubre, el balance del último año es ya positivo: se han creado 192.400 empleos netos, lo
que no pasaba desde 2008.
El
paro baja
menos de lo que sube el empleo, porque este trimestre han aumentado los españoles que buscaban
trabajo (los “activos”), por primera vez en el último año y medio. Así, el número de parados se reduce en 310.400
y queda en 5.622.900, una tasa del 24,47%, todavía casi uno de cada cuatro españoles en
edad de trabajar. El paro ha bajado sobre todo en Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana, aunque lo preocupante es
que todavía cinco autonomías superan o
rondan el 30% de paro: Andalucía
(34,74%), Canarias (32,68%), Ceuta (31,40%), Extremadura (29,43%) y Castilla
la Mancha (28,69%). Y que todavía hay 1.834.400
hogares donde todos sus miembros están en paro.
La creación de empleo,
aunque sea precario
y mal
pagado, es una buena noticia.
Pero el problema de fondo es que la mitad de los parados no se beneficien.
Primero, porque es escaso: hay una oferta
de trabajo por cada 110 parados, mientras en Europa son 12,3 parados por
vacante (2 en Alemania y 4 en Reino Unido), según datos de
Asempleo. Y sobre todo, porque los nuevos
empleos están concentrados entre los
25 y los 34 años, pasando luego a los de 35 a 45 años, según un reciente estudio
de Infoempleo y Addeco. Quedan fuera dos colectivos muy importantes:
los mayores de 45 años (sólo reciben el 6,6% de las ofertas, aunque
representan el 42% de los parados) y los
jóvenes, los menores de 25 años (porque el 67% de las ofertas exigen experiencia). Además, los nuevos empleos exigen formación (el 61% titulados
universitarios y el 38% FP o bachiller) que no tienen la mitad de los parados.
Y además, dos tercios de las ofertas
(61%) se concentran en cuatro regiones
(Madrid, Cataluña, Andalucía y el País Vasco), con lo que se ofrecen pocas en la mayoría del país.
Otros parados con
pocas posibilidades de trabajar son los que llevan más de 1 año en el paro,
más de la mitad de los parados: 3.493.600 en el segundo trimestre. Según la
OIT, sólo tienen un 11,7% de posibilidades de encontrar empleo tras estar 2
años parados y eso les pasa a 2.384.300 parados
españoles de larga duración, en su mayoría padres de familia entre 30 y 44 años (40% del total), mayores de 45
años (35%) y jóvenes (25%). Y eso se agrava con que casi la mitad de estos “parados
con antigüedad” tienen poca
formación: 1,7 millones de los parados que llevan más de un año sin
trabajar no tienen la secundaria acabada.
No es sólo que la mayoría
de parados tenga difícil beneficiarse del aumento del empleo. Es que
mientras encuentran uno, la mayoría no
cobra el desempleo ni ninguna ayuda. Así, en mayo, sólo cobraban
2.487.956 parados registrados, el 44,24% de los españoles que se consideran
parados según la EPA del segundo trimestre (5.622.900). Y de ellos, menos de la
mitad (1.008.196) cobran un subsidio (814,20 euros mensuales) y el resto una
ayuda de 426 euros al mes. Eso significa que 3.134.944
parados (el 55,76%) no cobran nada. Y esto es especialmente grave
en 6 autonomías: Baleares (66,4% parados no cobran nada), Ceuta
(63,3%), Murcia (62,3%), Aragón y Canarias (60,3%) y Melilla (39,8%). De hecho,
sólo hay tres autonomías donde más de la mitad de parados cobran:
Extremadura (63,18%), Navarra (51,7%) y Asturias (50,8%). Son más de 3 millones de familias condenadas a
la pobreza.
En resumen, que debemos
felicitarnos de que se esté creando
empleo, pero debemos preocuparnos
porque más de la mitad
de los parados se quedan fuera, sin
olerlo. Por eso, es urgente tomar
medidas en dos frentes. Uno, mejorando la formación de los
parados, en especial los de larga duración y mayores de 45 años (el 60,79 % no
llegó a terminar la secundaria), en lugar de recortar
cursos, como ha hecho el Gobierno Rajoy desde que llegó. Y dos, poniendo
en marcha políticas activas para recolocar
a los parados con más problemas : mujeres,
jóvenes sin experiencia y mayores de 45 años, sobre todo a los que llevan
más de dos años en paro, como ha pedido
la Comisión Europea a España. Eso exigiría incentivar su contratación, como ha pedido incluso el
FMI.
En paralelo, hay que tomarse como una prioridad nacional ayudar a buscar un empleo a los 5,6 millones
de parados. Es una vergüenza que
hasta el 17 de julio no se haya puesto en marcha un portal
único de empleo en España, uno de los pocos países europeos que no
lo tenían. Otra vergüenza es que se haya tardado cuatro años en dar entrada
a las ETTs privadas para que
ayuden a las autonomías a buscar trabajo a los parados, cuando tienen más éxito
(consiguen contratos al 15% frente al 3% que coloca el SEPE). Ahora, se
les pagará entre 300 y 3.000 euros por parado al que consigan trabajo
durante al menos 6 meses, una vía que puede dar frutos, siempre que se vigile
el fraude (empresas vinculadas que contratan para cobran el incentivo). Y la tercera vergüenza es que se haya tardado
más de un año en poner en marcha la Garantía
Juvenil, para ofrecer un trabajo,
unas prácticas o un curso de formación a los 550.000 jóvenes menores de 25 años que ni estudian ni trabajan. El
programa empezó el 7 de julio y deberían ofrecerles una de las tres opciones antes de cuatro meses, aunque en España,
por su alto paro, no
es una obligación (como en la mayoría de Europa) sino una “intención”,
que cuenta con pocos recursos (1.800
millones en dos años).
Ahora que se subsanan estas “tres vergüenzas”, esperemos que ayuden a colocar a más parados. Pero
lo fundamental es que aumenten las ofertas, que se creen más empleos. Para eso hace falta que
España crezca más, porque con el pequeño
crecimiento actual (+0,5%
en el 2º trimestre y +0,4% en el 1º), se crea poco empleo, salvo en
primavera y verano. Hace falta impulsar
la economía europea, como ha
prometido el nuevo presidente Juncker (invertir 300.000 millones en 3
años), y la española, acabando
con los recortes (que se
temen para 2015, en el Estado y las autonomías) y reanimando el consumo y la inversión, con mayores subidas de salarios, más crédito, ayudas a la inversión y
fomento de la reindustrialización.
Hay que crecer por encima del 2% para
crear el doble de empleo del actual, porque a este ritmo necesitamos 14 años
para reducir el paro a la mitad.
Hay que dejarse de triunfalismos sobre el
empleo (Rajoy) porque tenemos una cifra de paro
escandalosa y porque en España trabaja
mucha menos gente que en Europa (y por eso somos más pobres): sólo
tienen un empleo el 58,2% de los
españoles de 20 a 64 años, frente al 68,3%
de europeos con empleo en la UE-28 (y frente a Suecia, Alemania, Holanda,
Dinamarca, Austria y Reino Unido, donde tres
de cada cuatro personas trabajan). O sea, que España tiene que crear empleo para los que están parados
y para los que ni siquiera buscan trabajo pero que deberían trabajar para ponernos “a nivel europeo”. Un reto inmenso de 10 millones de empleos.
Como para echar las campanas al vuelo por 402.400. Seamos serios.
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