Empiezan unas vacaciones
donde vamos a notar más turistas y precios más caros. Se espera otro verano récord de extranjeros y una recuperación del turismo nacional, después de tres años cayendo. La ocupación
hotelera superará el 90%, aunque la crisis
hará que muchos españoles escojan la casa de un amigo o familiar, los
campings o un apartamento (muchos, ilegales).
Y que recorten su gasto o los días que viajan. Eso, los que
toman vacaciones, porque casi la mitad
de los españoles no puede tomar
ni una semana de vacaciones, según
el INE. Con todo, España batirá este año nuevos récords en turismo y el sector
crecerá el doble que la economía, creando empleo. Pero el turismo español tiene dos
problemas de fondo: está estancado
y los turistas gastan realmente menos
que en 2000. Además, crecen los negocios “sumergidos” y la precariedad
laboral. Se invierte y se renueva poco. Al margen de que hagan su agosto, nuestra primera industria necesita una reconversión.
enrique ortega |
El turismo
sigue liderando la débil recuperación
de la economía, ahora que las exportaciones han pinchado (llevan dos
meses cayendo). Ya lo hizo en 2013,
cuando el PIB turístico creció un +0,9%,
frente al -1,2% que cayó la economía. Y ahora, el
sector apuesta por crecer en 2014 un
+2,4%, el doble que la economía
(+1,2%). En los seis primeros meses, el turismo extranjero llegó con fuerza (más
de 28 millones de visitantes, +7,3% sobre 2013), de la mano de británicos,
franceses, alemanes, italianos y nórdicos, aunque han caído los rusos y norteamericanos. Y se recupera el turismo nacional, que llevaba
tres años cayendo: ha habido más viajes y pernoctaciones en Semana Santa, en mayo
y junio y se han hecho muchas más reservas para el verano,
que se
espera récord, con más de un 90%
de ocupación, según los
hoteleros.
Este verano se
esperan más turistas extranjeros que en 2013,
que ya fue récord:
22,70 millones de turistas entre julio y septiembre, frente a los
22,67 del año pasado. Y también, que se
gasten más de los 23.000 millones del tercer trimestre de 2013, con un
gasto medio que rondará los 110
euros diarios por turista. Han crecido
las reservas de británicos,
alemanes, franceses, suizos y nórdicos, aunque caen los turistas rusos,
por la depreciación
de rublo (-8% en los últimos 6 meses). Al no clarificarse la crisis
en Egipto, España va a seguir siendo un
destino alternativo, sobre todo Canarias, Baleares y la costa mediterránea.
También crece el turismo extranjero a Cataluña y a Toledo (año Greco), la Rioja
y Navarra, mientras se recupera Madrid. Y del 20 de agosto al 14 de septiembre,
el Mundial de Baloncesto atraerá
600.000 turistas a las distintas sedes (Granada, Sevilla, Bilbao, Las Palmas,
Barcelona y Madrid).
La otra mitad del
negocio turístico, las vacaciones
de los españoles, es la gran esperanza para este verano, donde se
espera un aumento de viajes y pernoctaciones, que caen desde 2007 (y sobre
todo, los tres últimos años) pero que se han recuperado este año. Se esperan
más turistas españoles sobre todo en las costas, aunque también viajaremos
más al extranjero: se han
duplicado las ventas de cruceros y los viajes a Eurodisney. Saldremos más de vacaciones, pero las dos
terceras partes gastarán menos por la crisis (entre 1.000 y 2.000 euros por
persona), bien recortando el presupuesto o viajando menos días, según un estudio
de Fotocasa. El 79% de los españoles
se quedarán en España, optando por hoteles (33%), apartamentos (27%, la
mayoría dos semanas), casas de familiares o amigos (18%), segundas
residencias (15%) o campings (6%). La mayoría decide a última hora y opta
por destinos de playa, en la costa
mediterránea o andaluza, y menos en
Baleares y Canarias, por el coste extra de vuelos y coches de alquiler.
Claro que casi la mitad de los españoles se quedan en
casa sin vacaciones: un 45,8% de los hogares no pueden permitirse una
semana de vacaciones al año, según
el INE. Son 8,3 millones de familias, más
de 20 millones de españoles, 2
millones más que en 2009. Incluso hay 9 autonomías donde son mayoría las familias
que no van de vacaciones: Murcia (63,6% no van), Andalucía (57,4%), Galicia (57,2%),
Canarias (54,8%), Extremadura (53,4%), Cantabria (51,4%), Comunidad Valenciana
(50,8%), Castilla la Mancha y Ceuta (50%). Por el contrario, hay cinco
autonomías donde sólo un tercio de familias no se van de vacaciones: País Vasco
(26%), Navarra (29,6%), Madrid (33,7%), Aragón (34,5%) y Asturias (34,9%).
Con ello, España
es uno de los países europeos cuyos habitantes menos se van de vacaciones: lo
hacen un 52,6%, por debajo del 60,8% de media
UE-28 (2012), según
Eurostat. Quedamos muy lejos de los países nórdicos (más del 85% de la
población toma vacaciones) y de Alemania (77,2), Francia (72,2%) o Gran Bretaña
(65,5%). Además, las vacaciones están también mal repartidas en España: un 20% de la población concentra el 70%
de los viajes totales y un 40% no hace ninguno, según
un estudio universitario.
Volviendo a los que
sí viajan, este verano se van a encontrar no sólo más turistas (extranjeros y españoles) sino también precios más altos: los hoteles y
alojamientos han subido sus precios un 13,2% en el primer semestre de 2014, según
el INE. Y aprovechando la alta ocupación, se esperan nuevas subidas en agosto, en hoteles, restaurantes y
coches de alquiler, sobre todo en las islas, Cataluña y la costa mediterránea.
Con todo, el
sector turístico se queja de que los precios están por los suelos y todavía
son inferiores a los de 2007.
La previsión del
Gobierno es que tras un verano récord, España alcance otro récord de turistas extranjeros en 2014: 63,6 millones, 3 millones
más que en
2013, según estimaciones
del Instituto de Turismo (ITE). Y dadas las previsiones de aumento del
turismo en el mediterráneo, si España mantiene su cuota alcanzaría los 72
millones de turistas extranjeros en 2020, 12 millones más que en 2013. Una “borrachera de éxito” que encubre dos
problemas de fondo, como reconocen
los profesionales
del sector (Exceltur). Uno, que
el turismo está estancado desde el año
2.000: genera casi la misma actividad real (descontando la subida de
precios) que hace 14 años (índice 102,9 frente a índice 100 en 2.000), mientras
la economía ha crecido un 19% (índice 119 frente a índice 100). Y el otro, que
si descontamos la inflación, los turistas
extranjeros se gastan hoy en España
un 34% menos que en el año 2.000: 722 euros en 2014 frente a 1.097 euros en
2000, según
Exceltur.
Además, al sector
turístico le
preocupa el auge de la economía
sumergida en el sector, desde los apartamentos
ilegales (ya suponen el 13,4% del mercado), a los restaurantes o los
autobuses y taxis ilegales. Y exigen una
normativa común en todas las autonomías, junto a más inspecciones contra la competencia desleal. Además, piden ayudas fiscales para renovar
instalaciones y mejora de las infraestructuras. Por otro lado, la guerra de precios y el auge del turismo
low cost está aumentando
la precariedad
laboral en el sector: exceso de contratos temporales y a tiempo
parcial (de los 124.000 empleos turísticos en Baleares, sólo 35.000 son empleos
fijos), aumento
de la subcontratación, falsos autónomos,
exceso de horas extras gratis, menos descansos y libranzas… Una precariedad laboral
que atenta contra la calidad del
servicio, ya deteriorada por las menores
inversiones realizadas con la crisis.
El sector
turístico debería afrontar una profunda
reconversión, asentada en nuevas inversiones para renovar instalaciones (Canarias ha pedido un Plan
Renove para el turismo), diversificación
de la oferta (más turismo cultural, gastronómico o deportivo para compensar
la estacionalidad del turismo de sol y playa) y diversificación de los turistas (el 91% procede de Europa), con especial
atención a China
(100 millones de turistas, sólo
180.000 a España frente a 1,2 millones a Francia o medio millón a Italia o
Alemania), lo que exige facilitar los
visados y promover más vuelos.
Además, es clave volcar
la oferta a través de plataformas
online, para evitar el control absoluto del mercado que tienen los tour
operadores extranjeros: entre los
15 grandes, que traen 4 de cada 5 turistas extranjeros, no hay ningún operador español.
En definitiva, otro
verano récord, con millones de turistas copando las playas y creando empleos precarios por unos meses. Y otro récord más que no se aprovechará
para consolidar
la primera industria del país, para “dar de comer a la vaca” y asegurar sus
divisas y empleo en el futuro, cuando no haya conflictos en Egipto o Turquía. No hay que dormirse en los récords.
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