enrique ortega |
Curiosamente, el tema estrella de la campaña no es el paro, sino los impuestos. El PP promete bajarlos: a las pymes (del 25 al 20% el tipo del impuesto de sociedades), a los autónomos (rebaja de módulos), a los ahorradores, a los que contraten planes de pensiones privados, a las familias numerosas, a los que inviertan en I+D+i, y a los que compren una vivienda. Por el contrario, el PSOE promete subirlos: un impuesto a las grandes fortunas, a la banca, a las SICAV, al tabaco y al alcohol.
El tercer tema estrella es la reestructuración del sector público. El PP propone un plan de austeridad en todas las administraciones, sin concretar, salvo la reducción de organismos, la privatización de TV autonómicas y el recorte de eventuales (un 50%). El PP propone delimitar las competencias de las distintas administraciones y como controlan ya autonomías y ayuntamientos, podrían conseguir poner orden y evitar triplicar gastos.
Al final, el PSOE defiende un modelo socialdemócrata que apenas ha aplicado con la crisis y el PP un modelo neoliberal, basado en menos impuestos, menos gasto y privatizaciones de servicios. El problema es que, al margen de los programas, el nuevo Gobierno tendrá una tarea prioritaria cuando tome posesión el 20 de diciembre: hacer el Presupuesto 2012 y recortar aún más el déficit público, como exige Bruselas (y los mercados). En principio, hay que bajar el déficit del 6% del PIB al 4,4 %: eso obliga a recortar 15.613 millones. Pero además, como este año no se va a cumplir la rebaja del déficit (crecemos menos, se recauda menos y las autonomías no han recortado lo prometido), habrá que recortar más: si el déficit quedara en el 6,5%, ese medio punto de más serían otros 5.450 millones. Y como hay que liquidar en 2012 más dinero a las autonomías (7.900 millones) y a los Ayuntamientos (2.300 millones), pues habrá que sacar de algún sitio otros 10.200 millones. En total, un recorte de 31.263 millones para 2012, que el futuro Gobierno tendrá que hacer, gane quien gane.
Y eso no se consigue sólo con la tijera, que habrá que meter en todo: Zapatero, tocando pensiones, funcionarios, ayudas, inversiones y gastos sociales sólo recortó 15.000 millones en 2010. Por eso, el futuro Gobierno se verá obligado a subir impuestos, desde los especiales al IVA, pasando por Sociedades a las grandes empresas (vía deducciones). Y esta mezcla fatídica, recortes y subida de impuestos, van a frenar más el crecimiento y subirá el paro. La economía española ya no ha crecido nada en el tercer trimestre y la Comisión Europea espera que decrezcamos una décima en el último trimestre (como toda la zona euro), con nueva caída del empleo y aumento del paro en 2011 y 2012, para superar con creces los 5 millones de parados.
El mayor problema del futuro Gobierno será que llega en un contexto internacional muy negativo, con una crisis europea que no se arregla y una esperada caída en el crecimiento de la eurozona: -0,1% en el cuarto trimestre 2011 y un + 0,5% en todo 2012 (+0,3% según la OCDE. Con estas perspectivas, nos ayudarán menos las exportaciones y el turismo. Y con los recortes internos, seguirá cayendo el consumo y la inversión, aumentando aún más el paro. Por eso, lo que haría falta es que el nuevo Gobierno peleara por una política de estímulos económicos en Europa, algo que no defienden Merkel y Sarkozy (ni tampoco Rajoy), aunque ayudará la bajada de tipos del BCE. Reanimar la economía europea, esa es la decisión más crucial, que no votaremos el 20-N.
No hay comentarios:
Publicar un comentario