Lo único que parece ir bien en la economía española son las exportaciones y el turismo. Dependemos de fuera: lo poco que crecemos es gracias a los extranjeros que nos visitan y nos compran. Vamos a tener un verano récord de turistas, sobre todo europeos. Y España está ganando cuota de mercado, gracias a que nuestras empresas aumentan sus ventas en China, Norteamérica, Latinoamérica, Rusia y también en Europa. Ahora, los retos son exportar productos más sofisticados y vender más a los países emergentes, los que más crecen. Y que haya más empresas que exporten, ya que ahora sólo lo hacen 3 de cada 100. El objetivo debe ser vender fuera tanto como dentro, para conseguir sortear la crisis.
El turismo despega, ayudado por la recuperación europea y la crisis del norte de África. Y todo apunta a que este podría ser el cuarto mejor año de nuestra historia, tras la incipiente recuperación de 2010.Ya han llegado 19 millones de turistas hasta mayo (+4,2%), sobre todo británicos, franceses, holandeses y nórdicos, aunque han caído los alemanes. Y tanto las islas como Andalucía y la costa levantina están ya a tope de reservas para el verano.
Las exportaciones están siendo la válvula de escape de muchas empresas, que no consiguen vender en España. Entre enero y abril han crecido un 22,2 %, el mayor aumento desde 1.994.Y lo más llamativo es que donde más crecen las ventas es fuera de la UE, a EEUU (+49%), Canadá (+52%), Latinoamérica (+40,9%), China (+31,9%), Rusia (+46,1%) y países nórdicos. Las principales exportaciones españolas son bienes de equipo (un 19,5 %: maquinaria, motores, material de transporte), automóviles (16,6%: se exportan el 87% de los fabricados), alimentos (14,7%, la mitad frutas y verduras), productos químicos (14,2%, sobre todo medicamentos y plásticos), metales, hierro y acero (12,1%) y ropa y calzado (8,1%).
España es el único país europeo que ha ganado cuota exportadora en 2011, ya que la mayoría la ha perdido por la competencia de los países emergentes, que son ya 11 de los 20 países que más exportan (con China a la cabeza). Tenemos un 1,70% de la cuota mundial, algo menos que antes de la crisis, y estamos en el puesto 18 del ranking exportador, tras habernos superado India y Taiwán. Pero mantenemos el nivel y, lo más importante, hemos ganado fuerza en Europa: llevamos 7 meses seguidos con superávit comercial con la UE, algo impensable al entrar en el euro: vendemos a los europeos más de lo que nos venden.
El problema es también nuestra excesiva dependencia de Europa, donde van el 74,7 % de las exportaciones (66,8% a la UE).El primer reto es diversificar más y aumentar las ventas en Asia (ya hay 6.500 empresas españolas en China) y en Latinoamérica (no tiene sentido que vendamos menos en Brasil, México o Argentina que en China), así como a Rusia y norte de África, las zonas más dinámicas del mundo, sin olvidar Norteamérica y el norte de Europa.
El segundo reto es diversificar lo que vendemos, exportar productos de más valor y más tecnología, que no compitan sólo por precio (salarios). La mayor parte de la exportación española, según el Banco de España, son productos de tecnología baja (alimentos, ropa y calzado) y media (plásticos, metales y automóviles), mientras Alemania, el segundo exportador del mundo, vende más productos de alta tecnología. Con todo, está creciendo la exportación española de medicamentos y aviones (alta tecnología), sin olvidar las polémicas exportaciones de armamento, donde España es el 8º exportador mundial.
El tercer reto, el básico, es animar a más empresas a exportar. Hoy, sólo exportan 110.000 empresas de las 3,2 millones censadas en España. Y sólo 39.000 lo hacen de forma regular: 24.000 son pymes y 500 son grandes empresas que exportan ellas solas más de la mitad del total. De hecho, las 35 empresas del IBEX ya hacen fuera de España la mitad de su negocio y diez de ellas (Telefónica, bancos y constructoras) facturan fuera el 70% de las ventas. Para que más empresas den el salto al exterior hace falta más ayudas, más financiación y más promoción (España tiene 98 oficinas comerciales frente a 153 Francia o 120 Alemania), pero aquí hemos chocado con los recortes presupuestarios y de créditos.
Con más o menos ayudas, es vital que tire la exportación porque todo lo que va a crecer España en 2011 (entre 0,8 y 1,3%) será por el sector exterior, que puede chocar con dos problemas: la subida del euro (un 7,5 % este año) y nuestra mayor inflación (3,5 % frente al 2,7 en la UE), dos factores que encarecen nuestros productos en el mundo.
Como la crisis va para largo, las empresas tendrán que seguir exportando como algo habitual para sobrevivir. Y eso va a fortalecer nuestra economía, ya que las empresas exportadoras son más innovadoras, más productivas, invierten más, hacen más formación y mantienen un empleo más estable (aunque no creen mucho empleo). España tiene todavía un gran potencial exportador, ya que nuestra riqueza es el 2,5 % del PIB mundial y sólo tenemos un 1,70% de cuota en el comercio mundial. Italia, por ejemplo, con una economía del tamaño de la nuestra, exporta el doble. Ese es el gran objetivo, que pasa por duplicar el número de empresas que exportan y por lanzarse a vender por los cinco continentes productos más complejos, no sólo frutas, coches y ropa. Y lo mismo con el sol y playa. Ahora, el mercado es el mundo.
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