jueves, 9 de abril de 2020

Confinamiento con luz más renovable


El coronavirus ha desplomado el consumo de electricidad, un -30% hasta Semana Santa. Se debe al parón en la economía, porque las familias, confinadas en casa, gastamos un 20% más de luz. Y aunque el precio bajó en marzo, el próximo recibo subirá entre 16 y 26 euros, mientras la luz seguirá bajando hasta otoño. Un dato muy positivo: en marzo, el 50% de la luz que consumimos fue renovable, algo histórico, gracias al mayor peso de las energías eólica y solar. Eso sí, es una excepción, porque aunque las renovables suponen el 50% de la potencia eléctrica instalada, sólo supusieron el 38,5% de la energía consumida en 2019 y el 45,7% en el primer trimestre de 2020. Y eso porque las eléctricas utilizan mucho el gas, ahora que está barato, que también emite CO2 (menos que el carbón, en desuso). El Gobierno mandó a Bruselas, el 31 de marzo, el Plan contra el Cambio Climático, cuyas inversiones y empleos ayudarán a reconstruir el país. Renovables contra el coronavirus.

enrique ortega

El parón de la economía por el coronavirus se ha reflejado fielmente en una caída drástica del consumo de electricidad, según los datos de Red Eléctrica: el 14 de marzo, día de inicio del estado de alarma, la demanda eléctrica había bajado un -13,17% sobre el 2 de marzo y el 31 de marzo, tras la “hibernación” de la economía (salvo servicios esenciales), había caído un -17,60% en todo el mes de marzo. Y el 8 de abril (miércoles santo), la demanda caía ya otro -12, 3% en este mes, según REE, con lo que la reducción total de la demanda eléctrica por el coronavirus roza ya el -30%. Una caída que se podría atenuar algo la próxima semana, cuando vuelvan a funcionar algunas empresas “estratégicas”, al terminar los días de permisos retribuidos recuperables.


Ha habido menos consumo eléctrico de la economía productiva pero las familias han consumido más electricidad que nunca, al estar confinados en casa desde el 14 de abril (y los estudiantes antes). La estimación es que el consumo de los particulares, que supone un 40% de toda la demanda eléctrica, ha aumentado un +20%, al utilizarse mucho más la luz, las cocinas, los electrodomésticos, la TV (284 minutos por persona al día en marzo, con puntas de 344 minutos algunos días) y los aparatos conectados a Internet. Una parte de este mayor consumo se ha compensado por la bajada del precio de la luz en marzo, por la caída del precio en el mercado mayorista (28 euros MWh, cuando hace un año estaba en 49 euros), debido a la mayor utilización de las energías renovables y del gas (más barato). La estimación de la Comisión de la Competencia (CNMC) es que la factura media haya bajado un -6,4% sobre febrero. Pero como se ha gastado de media un 20% más de luz, el próximo recibo que nos llegue vendrá con subida, entre 16 euros (hogar con 2 personas) y 26 euros (familia con 2 hijos), según cálculos de Selectra.


Como el confinamiento sigue, todo apunta a que el consumo eléctrico de las familias siga elevado, aunque los precios de generarla seguirán bajando (no tanto), al caer la demanda (no tanto como en marzo). Todo indica que los precios de producir  la electricidad seguirán bajando hasta el verano (incluso por debajo de los 25 euros MWh), aunque luego pueden recuperarse en el tercer trimestre, si sube la demanda, por recuperarse la actividad y por el frío.


La tarifa podría bajar mucho más si las eléctricas utilizaran más las renovables para generar la electricidad. El sistema eléctrico está ya preparado: a finales de  2019, la potencia eléctrica renovable instalada en España suponía ya el 50% del parque eléctrico, por primera vez en nuestra historia, cuando en 2016 sólo suponían el 46% del parque eléctrico y en 2008 el 34%,según Red Eléctrica (REE). En el primer trimestre de 2020, la potencia renovable ha seguido aumentando, hasta suponer el 50,14% del parque eléctrico, según los últimos datos de REE, gracias al tirón de la energía eólica (23,35% de la potencia instalada), la solar fotovoltaica (8,06% del total, frente al 4,52% en 2018), la solar térmica (2,09% del parque eléctrico),la  hidráulica (15,53%, como en 2019 y menos que en 2016-2018, porque llueve menos), otras renovables (0,97%) y los residuos renovables (0,14% del parque).


A pesar de que más de la mitad del parque eléctrico instalado son energías renovables, la mayoría de la luz que se genera no lo es. Así, en 2019, sólo el 37,5% de la luz producida era renovable (20,8% eólica, 4% solar fotovoltaica, 2% solar térmica, 9% hidráulica y 1,7% el resto de renovables y residuos) y el resto (62,5%) de la electricidad generada no era renovable. Eso se debe a que las eléctricas, aunque podrían producir más luz renovable, no lo hacen para utilizar su enorme parque de centrales de gas (centrales de ciclo combinado y cogeneración), que el Gobierno Rajoy les fue animando a instalar (remunerando esta electricidad con altos precios)  y que ahora les compensa aún más porque el precio del combustible, el gas natural, lleva meses bajando en el mercado internacional y más en 2010: costaba 3,04 dólares (por millón de termias) el 4 de enero de 2019, 2,17 dólares el 1 de enero de 2020 y 1,62 dólares el 6 de abril, casi la mitad que hace 15 meses. El resultado es que las centrales de ciclo combinado saltaron de producir el 12% de la luz en 2018 al 21,2% en 2019. Y las centrales de cogeneración se mantuvieron en el 11%. Y también utilizan al máximo  la energía nuclear (con instalaciones ya amortizadas por las eléctricas) pasaron de aportar el 20% en 2018 al 21,4% en 2019, mientras caía el peso del carbón (al tener que pagar cuatro veces más por las emisiones de CO2), de aportar el 14% de la luz (2018) al 5% (2019).


En el primer trimestre de 2020, las energías no renovables siguen dominando el mercado eléctrico: aportan el 55,3%, porque ha subido el peso de la energía nuclear al 24%, aunque el ciclo combinado (13%) y la cogeneración (11%) aportan menos y también el carbón (que sólo genera el 3% de la electricidad). Pero este año 2020 ha aumentado el peso de las energías renovables, según REE, hasta el 44,70% de la producción eléctrica, gracias sobre todo al mayor peso de la energía hidráulica (tras la sequía de 2019), que aporta el 15% de la electricidad, subiendo también la eólica (23%) y estabilizándose la solar fotovoltaica (4%) y bajando la solar térmica (1%). Lo más esperanzador es lo que ha pasado en marzo, en pleno confinamiento por el coronavirus: las renovables han aportado el 50% de la electricidad producida, gracias a la mayor producción de los molinos de viento y las centrales solares.


Ahora queda ver si marzo es una excepción y, en los próximos meses, las energías renovables no producen la mitad de electricidad, aunque puedan hacerlo. De ser así, será porque las eléctricas buscan rentabilizar al máximo sus centrales nucleares y sus centrales de gas (ciclo combinado y cogeneración), aunque esto tenga dos consecuencias negativas para los consumidores: la luz es más cara y más sucia. Ahora mismo, las energías renovables tienen un desarrollo tecnológico que las hacen muy competitivas en precio, aunque los usuarios paguemos más alto el recibo porque el precio que se fija en el mercado eléctrico es el de las energías más caras (fuel y gas). Y por si fuera poco, las energías renovables no emiten CO2 y son seguras, algo que no pueden decir las no renovables.


El gas y las centrales de ciclo combinado y de cogeneración “se venden” como centrales que contaminan menos que las de carbón y gas. Es verdad. Pero emiten CO2, aunque sea menos. Así, si una central de carbón emite 0,977 Tm de CO2 por MW generado y las centrales de fuel emiten 0,799 Tm, las de ciclo combinado emiten 0,383 TM por MW. O sea, emiten un tercio menos de CO2 que las de carbón, pero mucho más que las energías renovables, que no emiten nada. Y respecto a las centrales nucleares, aunque no emiten CO2, tienen un problema no resuelto de generación y tratamiento de residuos, además del riesgo de seguridad. Y estas energías sucias o inseguras, recordemos, aportan el 55% de la luz que consumimos.


Con todo, el aumento de las energías renovables es imparable y una muestra es que ya aportan el 44,7% de nuestra electricidad  cuando sólo aportaban el 7,6% en 2008. El problema es doble. Que se ha formado una burbuja inversora” en energías renovables, de la mano de fondos de inversión y empresas que apuestan por estas instalaciones, de tal manera que la potencia instalada (34.300 MWh) y con permiso pero no conectada (111.500 MWh) es muy elevada (145.800 MWH) y supera incluso el total de potencia eléctrica instalada (110.000 MWH), que ya es más del doble de la demanda de electricidad (40.000 MWH) Y que es una “burbuja sobre otra burbuja”, al haber un exceso de renovables en un mercado con un exceso de oferta eléctrica. Así que la “burbuja renovable” puede explotar en cualquier momento, poniendo en peligro su futuro. Y el coronavirus puede ser un detonante, si se desploman los precios de la electricidad (eso haría los proyectos renovables menos rentables) o si los bancos e inversores dirigen ahora su dinero a otros destinos.


Pero el coronavirus también puede ayudar a las renovables. Y eso, porque la lucha contra el Cambio Climático (también en el sector eléctrico) puede ser uno de los caminos prioritarios  para reconstruir la economía y salir de la recesión, dado que va a movilizar ingentes inversiones y creará mucho empleo. Por eso, el Gobierno Sánchez, en pleno estado de alarma, el martes 31 de marzo, aprobó y envió a Bruselas el Plan Nacional Integral de Energía y Clima (PNIEC), un programa que pretende movilizar 241.000 millones de euros entre 2021 y 2030  (el 80%, privados y una parte también fondos europeos) para impulsar las energías renovables, medidas de ahorro energético y eficiencia, electrificación y redes. Y un Plan que generará entre 250.000 y 350.000 empleos en esta década, que van a ser cruciales tras la enorme pérdida de empleos que va a acarrear el coronavirus.


Bueno, como se ve, casi todo está conectado con el coronavirus y también nuestro recibo de la luz del mes pasado y el de abril, por lo menos. Pensemos, cuando demos la luz o usemos el ordenador o la TV, que estamos pagando una electricidad que es más cara y sucia de lo que podría ser. Y que cuando salgamos de esta, hay que exigir  al Gobierno y a las eléctricas a que generen una luz más barata y más limpia. La potencia renovable ya la tienen instalada y hay mucha más en espera. Ahora sólo falta que la utilicen.  

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