La respuesta es sencilla: porque saben que van a pagar más impuestos. Algunas empresas estudian adelantar este año el pago de dividendos previsto para 2020. Y hay fortunas que analizan si cambiar su SICAV a Luxemburgo. No es un tema ideológico, sino de datos: grandes empresas, multinacionales y los más ricos pagan pocos impuestos en España. Las grandes empresas pagan un 6,25% sobre beneficios, los grandes bancos un 2,68% y las grandes constructoras un 1,9%, según indica la Agencia Tributaria. Las 10 grandes multinacionales (de Google a Amazon) pagan sólo 29,5 millones de impuestos en España. Y dos tercios de los 611 multimillonarios españoles no pagan ni 1 euro de patrimonio. Mientras, el 95% de españoles pagamos religiosamente. Al final, España recauda 73.703 millones menos cada año que Europa. Y por eso, tenemos más déficit y menos gasto social. Así que el Gobierno está obligado a recaudar más si quiere gastar más y rebajar el déficit como exige Bruselas. Subir impuestos al 5% del país o hacer más recortes a la mayoría. Elijan.
enrique ortega |
España lleva creciendo año tras año desde 2014, pero la recaudación de impuestos apenas ha mejorado: hasta 2018 (208.685 millones ingresados) no se ha superado ligeramente la recaudación fiscal de 2007 (200.676 millones). Y eso ha sido posible gracias a que las familias y contribuyentes hemos pagado más por el IVA (+14.326 millones en 2018 que en 2007), en la Renta (+10.245 millones) y en los impuestos especiales sobre carburantes, tabaco y alcohol (+742 millones), porque las empresas pagan ahora casi la mitad que antes de la crisis en el impuesto de sociedades: 24.838 millones pagados en 2018 frente a 44.823 millones pagados en 2007.
Podría pensarse que las empresas pagan casi la mitad de impuestos porque no acaban de despegar, porque sus beneficios no se han recuperado. Pero no es así: los beneficios empresariales han aumentando un 13,7%, pasando de 450.170 millones ganados en 2007 a 511.842 millones en 2018, según los datos del INE. De hecho, la propia Agencia Tributaria acaba de publicar que los beneficios empresariales pasaron de 100 a 112,9 mientras el impuesto pagado por las empresas pasaba de 100 a 69,2. Así que, ganan más y pagan menos. Eso es posible porque se ha bajado el tipo del impuesto de sociedades (Zapatero lo bajó del 35% al 30% en 2007 y Rajoy al 25% en 2016) y porque se han multiplicado las exenciones y deducciones fiscales, con lo que pagan menos que ese 25%.
¿Cuánto? La Agencia Tributaria acaba de publicarlo: un 21,59% de tipo efectivo, un 19,57% los grandes grupos empresariales y un 19,76% los bancos. Pero es el porcentaje que pagan sobre la base imponible (la cantidad sobre la que se aplica el impuesto). Si se calcula lo que pagan las empresas sobre sus beneficios, el dato oficial es muy llamativo: las grandes empresas pagan un 6,25% de lo que ganan, los grandes bancos el 2,68% y las grandes constructoras un 1,9%. Bastante menos que las pymes (pagan el 18,37% de sus beneficios) y que la mayoría de contribuyentes (15% de tipo efectivo). Eso se debe a las múltiples exenciones y desgravaciones que disfrutan: 3.453 millones de beneficios fiscales en 2018, según la Memoria de los Presupuestos. Son ahorros “legales”, a los que sumar los ahorros derivados de la “ingeniería fiscal” ideada para eludir impuestos. Incluyendo la creación de sociedades en paraísos fiscales: las 35 empresas del IBEX tienen ahí 805 filiales, a través de las que desvían 13.000 millones de ingresos, lo que supone para Hacienda una pérdida de 3.250 millones anuales, el 13% del impuesto de sociedades, según Intermón Oxfam.
Las multinacionales pagan todavía menos impuestos, tanto en Europa como en España. Cada año desvían 13.500 millones de ingresos de España a otros paises, con lo que Hacienda pierde 2.600 millones de ingresos, un 13% de la recaudación de sociedades, más que el conjunto de Europa (pierden el 9% de la recaudación), según un estudio del economista Gabriel Zucman. Las grandes multinacionales “eluden” impuestos facturando ingresos a otros paises (Google factura en España a través de su filial en Irlanda), pagando “royalties” a filiales en paraísos fiscales (caso de Inditex a través de Luxemburgo o Facebook España a través de Irlanda), comprando productos más caros a filiales (caso de Apple) o pagando intereses de supuestos préstamos a filiales de terceros paises.
El resultado es que las 10 grandes multinacionales tecnológicas que operan en España (Amazon, Apple, Facebook, Google, Twitter, Microsoft, Airbnb, HBO, Netflix y Tripadvisor) pagaron en 2018 sólo 29,52 millones en impuestos, un 9,6% menos que el año anterior, a pesar de que facturaron un 37,3% más, según sus propias cuentas. Eso significa que estas multinacionales pagan, en conjunto, un 2,13% de impuestos sobre su “teórica” facturación en España (que en realidad es mucho mayor, porque desvían ingresos).Como curiosidad, Apple pagó 10,1 millones de impuestos en España (2018), Google 6,89 millones, Amazon 3,76, Facebook 860.000 euros, Twitter 110.000 euros, Airbnb 90.000 euros y Netflix... 3.246 euros (menos que muchos de sus clientes españoles).
El tercer grupo que apenas paga impuestos son los más ricos y los inversores. Empezando por estos, el cobro de dividendos paga del 19% al 23% (si reciben más de 50.000 euros), lo mismo que las ganancias con los fondos de inversión o por la venta de acciones. Un porcentaje que es inferior al que pagan los que viven de un trabajo, que pagan un tipo del 19 al 45% (48% en Cataluña o Andalucía). Y en el caso de las grandes fortunas, muchos declaran impuestos a través de sociedades (con lo que pagan la mitad o menos que si declararan sus ingresos como el resto de españoles) o a través de las SICAV, unas sociedades que sólo tributan el 1% de sus beneficios anuales y donde sus miembros pagan impue4stos sólo cuando venden y obtienen plusvalías (al 23%, mucho menos que el máximo del 45% del IRPF).
Y a la hora de pagar el impuesto sobre el patrimonio, muchas grandes fortunas no pagan nada. El dato es contundente: de los 611 españoles superricos, que tienen más de 30 millones de patrimonio, dos tercios (406) no pagan nada, porque residen en Madrid, que bonifica el 100% del impuesto sobre el patrimonio (y con ello, deja de ingresar 995,6 millones al año, lo que conlleva que es una de las autonomías con menos gasto social). Además, si tomamos a los ricos en general, lo que pagan en impuestos depende mucho de dónde viven: en Canarias, Castilla y León, Castilla la Mancha y Galicia, los que tienen un patrimonio de 15 millones pagan 273.770 euros, mientras que esos mismos ricos pagarían 375.790 euros o 418.155 si vivieran en Baleares o Extremadura, según el Consejo de Economistas.
Estos tres grupos de contribuyentes (grandes empresas, multinacionales y los más ricos e inversores), que pagan bastante menos que la mayoría de españoles, explican en buena medida un hecho: que España sea el 7º país europeo que menos recauda por impuestos, el 38,9% del PIB, sólo por detrás de Irlanda (25,8% del PIB), Rumanía (32%), Lituania (34,7%), Bulgaria (36,8%), Letonia (37,5%) y Malta (38,8%), muy por debajo de la media europea (la UE-28 recauda el 45% del PIB en 2018), según Eurostat. Eso significa, a lo claro, que España recauda 73.703 millones menos cada año que la media europea. No tenemos que recaudar más porque haya un Gobierno de izquierdas, sino para equipararnos a Europa.
El problema es que España recauda menos en todos los impuestos: en Renta (somos el 3º país europeo que menos recauda: un 7,5% del PIB frente al 10% de media en la UE-28, el 9% de Francia o Alemania, el 12% de Italia o el 27% de Dinamarca), en IVA (recaudamos 23.400 millones menos que la media europea, según la Comisión), en Sociedades (recaudamos el 2,3% del PIB frente al 2,5% que recauda la zona euro, con 3.453 millones de beneficios fiscales a las empresas en 2018), en impuestos sobre alcohol, tabaco y carburantes (ingresamos el 2,5% del PIB frente al 2,3% de media en la UE y el 3% en Dinamarca, Finlandia, Reino Unido o Grecia), en impuestos verdes (recaudamos 3.000 millones menos que la media europea) y hasta con las herencias (-3.250 millones menos que Europa).
La consecuencia de que España ingrese menos es doble: también gastamos menos y aún así tenemos más déficit público (2,5% del PIB frente al 0,6% en la UE-28). El gasto público en España fue en 2018 del 41,3% sobre el PIB, frente al 45,6% de media en la UE-28, según Eurostat. Eso significa, a lo claro, que gastamos 51.954 millones menos al año que la media de los europeos, lo que se traduce en una caída de las inversiones públicas y del gasto social. De hecho, España es el país europeo (entre los grandes) que más ha reducido su gasto social en los últimos 5 años y uno de los que lo tiene más bajo: el 23,4% del PIB en 2017, frente al 27,9% de media que gasta Europa (UE-28), el 34,1% que gasta Francia (13.100 millones más al año en términos comparables), el 29,7% de Alemania, el 29,1% de Italia o el 26,3% del PIB que gasta Reino Unido en temas sociales (desde pensiones a educación, sanidad o ayudas a vivienda y familias), según Eurostat.
Ahora, la Comisión Europea acaba de dar “un toque de atención” a España: tiene que reajustar las cuentas, porque en 2019 han subido los gastos pero no los ingresos (al no conseguir el Gobierno Sánchez sacar adelante su Presupuesto, que contemplaba subidas de impuestos). Así que en 2019 no se reducirá el déficit lo previsto (Bruselas dice que será del 2,3% del PIB en vez del 2% que preveía el Gobierno) y en 2020 seguirá en el 2,2% (no en el 1,7% que prometió el Gobierno). Eso significa que Europa pide a España un ajuste en las cuentas públicas, de 6.500 a 10.000 millones en 2020.
Se puede discutir este “aviso” de Bruselas (no es tan “grave” que un país con el doble de paro tenga unas décimas más de déficit) o mejor “acatarlo”, para que los mercados no se pongan nerviosos, porque tenemos que financiar 1,2 billones de euros de deuda pública. En este caso, el próximo Gobierno sólo tiene 2 caminos: hacer más recortes o recaudar más. Dado que hacen falta más recursos para todo (sanidad, educación, pensiones, gasto social, vivienda, tecnología, modernización de la economía y tantos retos más), lo más lógico parece intentar recaudar más, en línea con Europa. Y eso pasa, de entrada, porque paguen más impuestos los que pagan menos, como ya hemos visto: grandes empresas, multinacionales, los más ricos y los inversores que viven de dividendos, fondos y acciones. No tocar los impuestos al 95% de españoles que ya pagamos bastante.
El preacuerdo de Gobierno firmado por el PSOE y Podemos señala textualmente que “el Gobierno impulsará políticas sociales y nuevos derechos con arreglo a los acuerdos de responsabilidad fiscal con Europa, gracias a una reforma fiscal justa y progresiva, que nos acerque a Europa y se eliminen privilegios fiscales”. No concretan más, pero todo el mundo lee entre líneas que subirán los impuestos. ¿Cuáles? En la campaña electoral no lo han dicho (¿para no asustar?), pero todo apunta a que seguirán el camino abierto en el fallido Presupuesto para 2019, donde contemplaban recaudar 5.654 millones más a través de varios cambios: subir el tipo efectivo y quitar exenciones en sociedades a grandes empresas (+1.778 millones) mientras lo bajaban a las pymes (-260 millones), equiparar el impuesto del gasoil al de la gasolina (+670 millones), subir un 1% el tipo impuesto patrimonio (+339 millones), subir el tipo del IRPF a los que ganen más de 140.000 euros (+328 millones), implantar una tasa Google del 3% a las multinacionales (+1.200 millones) y otra tasa Tobin del 0,2% a las operaciones financieras (+850 millones), más un Plan anti fraude fiscal (+828 millones).
Pero ahora, si quiere cumplir con Bruselas y hacer más gasto social, el futuro Gobierno tendrá que ingresar más que esos 5.654 millones extras. Por eso, están pensando en subir del 23 al 27% el tipo máximo que paguen los que cobren más de 50.000 euros en dividendos o venta de fondos y acciones, lo que ya ha hecho que algunas empresas se planteen adelantar el pago de dividendos de enero de 2020 a este año. También estudian homogeneizar el pago del impuesto de patrimonio y sucesiones, que quieren liquidar las autonomías gobernadas por el PP y Ciudadanos (con Vox), para que no se “escapen” las grandes fortunas como en Madrid. Y controlar más las SICAV, que ya estudian si trasladarse a Luxemburgo. Y, a medio plazo, reformar el IRPF (para eliminar deducciones) y el IVA (donde España pierde 23.400 millones de recaudación al año, según la Comisión Europea), además de ingresar más por los impuestos verdes (recaudamos el 1,83% del PIB frente a 2,4% la UE-28).
Oír hablar de subir impuestos pone los pelos de punta a muchos, pero más debería preocuparnos los que prometen bajarlos, porque es el camino seguro a más recortes y a un mayor deterioro del Estado del Bienestar y las pensiones. Hay que recaudar más, al margen de las ideologías: es necesario para equipararnos con Europa y poder gastar como ellos. Y hay que recaudar más con justicia, haciendo que paguen más los que más tienen, que son los que hoy pagan menos, porque tienen bufetes y bancos de inversión que les ayudan a “eludir” impuestos, “dentro de la legalidad". Hay que afrontar este reto, reformar los impuestos, que es “la madre de todos los retos”. Hablemos de impuestos sin miedo. Y que suban los que haga falta. A la gran mayoría no nos debería afectar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario