Un caballo de batalla de las próximas elecciones serán los impuestos. PSOE y Podemos quieren subirlos (como en su Presupuesto 2019) y PP, Ciudadanos y Vox prometen bajarlos (como en Andalucía y Madrid). Al final, parece una propuesta “ideológica” cuando hay un dato objetivo: España recauda menos que Europa (-73.703 millones en 2018) y por eso tenemos más déficit y menos gasto social. Hay que recaudar más, al margen de “derechas” o “izquierdas”, para afrontar el futuro. La Comisión Europea nos dio un ejemplo hace días: España es el país europeo que tiene un IVA “efectivo” más bajo, por las exenciones y tipos reducidos. Y por eso, recaudamos 23.400 millones menos que la media europea. Y perdemos la mitad de la recaudación posible. Lo mismo pasa en sociedades, renta o carburantes. Se puede y se debe recaudar más. Al 95% de españoles no les afectaría. Sólo el 5% con más recursos pagarían más. Si no se ingresa más, habrá más déficit y recortes sociales. Lean por qué.
El IVA es un impuesto “silencioso”: lo pagamos todos los días, casi sin darnos cuenta, sobre todos los productos y servicios que consumimos. Y por eso, los políticos de todos los paises suben el IVA cuando vienen mal dadas, porque se nota menos que si suben el impuesto de la renta (a familias) o sociedades (a empresas). De eso sabemos mucho los españoles: somos el 2º país europeo donde más ha subido el IVA en la última década, un +5%, tras Hungría (+7%), igual que Reino Unido (+5%) y mucho más que Italia (+2%), la UE-28 (+1,8%), Francia (+0,4%) o Alemania (no subió nada el IVA), según Eurostat. Recordemos que Zapatero lo subió en 2010 (+2%) y Rajoy en 2012 (+3%), hasta el 21%. Y ahora, el IVA es el 2º impuesto que más recauda en España (72.012 millones en 2018), casi tanto como el IRPF (80.180 millones) y el triple que sociedades (24.401 millones pagan las empresas).
Así que el IVA es
un
impuesto clave, el que más ha crecido su recaudación en la última década: +30,75% sobre
2007, casi el triple que la recaudación total (+13,55%) y casi el doble que la
Renta (+18%), mientras las empresas pagan menos (-44% ha caído la recaudación
en sociedades). Sin embargo, la Comisión Europea acaba de
publicar un informe donde nos dice que España
podría recaudar mucho más por IVA, concretamente 25.206 millones más, si redujéramos el fraude (1.806 millones) y
aplicáramos unos tipos efectivos del IVA similares a Europa (otros 23.400 millones).
No se trataría de una “locura”, sólo de recaudar mejor en el IVA, en línea con
Europa.
El primer problema
que tenemos, en España y en toda Europa, es el fraude que hay en el IVA, derivado de la economía sumergida y de
las operaciones que se hacen “sin IVA”. El problema es serio en toda Europa, ya
que el informe de la Comisión Europea revela que los 28 perdieron por este fraude 137.470 millones de euros, un
11,2% del total de ingresos. Los paises con mayor fraude son Rumanía
(pierde un 36% de sus ingresos), Grecia (34%), Lituania (25%) e Italia (23,8%,
la que más millones deja de ingresar: 33.629 en 2018). Reino Unido (10,6% de
fraude: 19.199 millones), Alemania (9,9% de fraude: 25.016 millones) y Francia
(6,9% de fraude: 12.030 millones) están en el grupo de paises con fraude
intermedio del IVA. Y España es el 5º país con menos fraude (2,4%: 1.806
millones perdidos en 2018), tras Chipre (perdió el 0,6% del IVA), Luxemburgo (-0,7%),
Suecia (-1,5%) y Malta (-1,6%).
Hasta aquí medio bien. Pero el segundo problema detectado por la Comisión Europea es el dinero
que se deja de ingresar por IVA en Europa, no por fraude sino por exenciones (operaciones que no
pagan IVA) y tipos reducidos y
superreducidos. Y aquí sí tenemos un
problema, porque España es el país europeo con el tipo efectivo del IVA más bajo, el 8,5%. Quiere esto decir que aunque
tenemos un IVA general del 21% (en la media de Europa, donde hay paises con el 19% o 20% y otros, como los
nórdicos, con el 25%), al final, lo que acabamos pagando de IVA, por
las operaciones exentas, el IVA reducido del 10% (que existe en toda
Europa, salvo en Dinamarca, entre el 6 y el 18%) y el superreducido del 4% (que sólo tienen otros 4 paises europeos:
2,1% Francia, 3% Luxemburgo, 4,8% Irlanda y entre el 4 y el 5% Italia),
acabamos pagando sólo el 8,5%. Y eso es mucho menos que Dinamarca (14,7% de
tipo efectivo de IVA), el 13,4% de Suecia, el 10,6% de Alemania, el 10,1% de
Holanda, el 9,5% de Reino Unido o el 9,4% que se paga efectivo en Francia.
La Comisión Europea revela que España recauda
así por IVA el 40,58% de lo que podría ingresar, con lo que pierde
el 59,42% de la recaudación potencial (nada menos que 93.196 millones
en 2017). Y perdemos por IVA mucho más que la media europea, ya que la pérdida (lo llaman “el gap” del IVA) de la UE-28 es el 44,5% de la
recaudación potencial. Si tomáramos medidas en exenciones y tipos para “perder como ellos” (un gap del
44,5% en vez del 59,42% que tenemos), podríamos
ingresar 23.400 millones más al año por IVA, que nos vendrían muy bien para
gastos sociales y reducir el déficit. Y podríamos ingresar otros 1.806 millones
más si no hubiera fraude en el IVA (algo más difícil).
Así que la Comisión Europea nos ha mostrado un camino para recaudar mucho más por IVA: revisar
las exenciones actuales y los tipos reducidos y superreducidos, que hacen que
seamos el país con el tipo efectivo más bajo de Europa. De hecho, en 2018, España dejó de ingresar 41.028
millones por IVA (más de la mitad de los 72.012 millones recaudados) por
beneficios fiscales, según la Memoria de los Presupuestos: 17.232 millones por las operaciones exentas de IVA, 17.337 por el consumo que se
beneficia del tipo reducido del 10% y
otros 6.460 millones por los que disfrutan del IVA superreducido. Aquí es donde habría que actuar para recaudar
más, al menos como en Europa.
Las exenciones del IVA benefician a las operaciones en Canarias, Ceuta y Melilla
(exentas de IVA, aunque pagan un impuesto indirecto, el IGIC o el IPSI, más
bajo), la enseñanza, la sanidad, los servicios financieros, los seguros y las
actividades culturales públicas, actividades exentas de pagar IVA. El IVA reducido del 10% beneficia al transporte de viajeros, a hostelería y
restaurantes, a la compra de vivienda nueva, agua y alimentos elaborados,
limpieza y recogida de residuos, entradas de cine, gafas graduadas y semillas,
bulbos y esquejes (?). El IVA superreducido del 4% beneficia a la compra de alimentos básicos,
medicamentos, libros, periódicos y revistas, compra de viviendas protegidas
(VPO), teleasistencia, prótesis y residencias de ancianos. Son los que se
llevan esos 41.028 millones que dejamos de ingresar por IVA.
Muchos expertos ponen en duda los tipos reducidos y superreducidos del IVA, así como que
haya tantas operaciones exentas. La propia OCDE, en un
informe de 2014, analizó los tipos reducidos de los alimentos en 16 paises
(entre ellos España) y concluyó que "benefician más a los más ricos", porque
gastan más: el 10% más rico se ahorra 400 euros frente a 300 euros el 10% más
pobre. Y lo mismo sobre el tipo reducido del 10% en hoteles y restaurantes: los
más ricos en España se ahorran con ello 207 euros al año y los más pobres sólo
19 euros. En general, se argumenta, las familias con más ingresos son los que más se benefician de las operaciones exentas
de IVA, porque son los que más gastan en sanidad y educación privadas, en servicios financieros y seguros.
Un reciente informe de FEDEA
reitera que el IVA es un impuesto muy
regresivo (todos pagamos el 21%, pero eso supone un mayor esfuerzo para los
que menos tienen) y que beneficia más, con las exenciones y tipos reducidos, a
las rentas más altas. Por eso plantean varias alternativas, que supondrían más ingresos: aplicar el 4% a las operaciones ahora exentas
(+1.425 millones de recaudación), subir del 4 al 10% el superreducido (+1.757
millones), subir del 10 al 21% el reducido (+10.051 millones) o una combinación
de varias. Y en los casos en que se perjudique a las rentas bajas (pocos), compensarles (gracias a estos nuevos ingresos) con
deducciones en el IRPF, un impuesto más progresivo.
Algo habría que hacer
con el IVA, para recaudar como europeos. Y lo mismo
puede hacerse con los demás impuestos. En el impuesto sobre la Renta, España es el tercer país europeo que menos
recauda, sólo por detrás de Grecia y Portugal, según otro estudio de FEDEA: un 7,5% del PIB frente al 10% de media en la UE-28, el 9% de
Francia o Alemania, el 12% de Italia o el 27% de Dinamarca. Y no porque
tengamos unos tipos mucho más bajos sino por
el fraude y porque los tipos
efectivos que se pagan son menores.
Y así, en el IRPF se dejan de ingresar 15.693 millones
de beneficios fiscales (el 19,5% de la recaudación en 2018), algunos muy
cuestionables (como por contratar planes de pensiones privados, que benefician a las rentas altas).
En el impuesto de Sociedades
(que pagan las empresas), la recaudación española está también a la
cola de Europa: un 2,3% sobre el PIB frente al 2,5% que recauda la zona
euro. Y eso por dos razones. Una, que
Rajoy bajó el tipo nominal del 35 al 25%
actual, inferior a la media de la UE (28%) y de paises como Francia o Bélgica
(34%), Italia (31%) o Alemania y Portugal (30%), según el informe de FEDEA. Y además, ese tipo nominal no se aplica, porque también
aquí hay muchos beneficios fiscales: 3.453 millones en 2018, según la Memoria de los Presupuestos, el 14,15% de la recaudación de 2018.
Y con ello, las grandes empresas,
gracias a las deducciones fiscales que consiguen, acaban pagando un tipo efectivo del 5,99% sobre beneficios, menos que las pymes (pagan el 16,93%
sobre beneficios) y que la mayoría de los contribuyentes
(pagamos el 14,9% de los ingresos en el IRPF).
También España
recauda menos que Europa en los impuestos
especiales (carburantes, tabaco y alcohol): ingresamos un 2,1% del PIB
frente al 2,3% de media en la UE-28 y el 3% en Dinamarca, Finlandia, Reino
Unido o Grecia. El alcohol paga en
España la mitad de impuestos que en
Europa (0,10% del PIB frente al 0,20%). El impuesto del tabaco (especiales + IVA), que es más bajo en España: supone un
78,8% del precio de venta, en línea con Portugal (78,1%), Italia (74,4%) y
Alemania(74,4%), pero mucho más bajo que
en Finlandia(86%), Reino Unido e Irlanda (84%), Grecia (83,9%), Polonia (81,2%)
o Francia (80,8%), según datos de Eurostat (2016). Y donde hay una gran diferencia con Europa es en los carburantes: en diesel,
España es el 5º país UE con menos
impuestos (0,588 euros/litro frente a 0,811 euros/litro en la UE-28, 0,699
en Alemania, 0,847 en Francia o 0,854 euros/ litro en Italia) y en la gasolina, el 7º país europeo donde se pagan menos impuestos (0,699
euros/litro frente a 0,788 euros/litro en la UE-28, 0,878 en Alemania, 0,939 en
Francia y 1,01 euros/litro en Italia), según los precios del 16 de septiembre aportados por el Weekly Oil Bulletin
de la UE.
Y también recaudamos
menos con el impuesto de sucesiones,
sobre las herencias, que Ciudadanos y PP bajan en las autonomías que
gobiernan: España recauda cada año 3.250
millones menos que la media europea. Y nos quedan las tasas y precios
públicos, donde España es el 2º país con menos recaudación de Europa, tras Irlanda: recauda el 2,2% del PIB,
frente al 3,1% de la UE-28, el 3,2% de Alemania, el 4% de Francia y el 7,5% de
Finlandia.
Impuesto a impuesto
hemos visto que España recauda menos que
Europa, no sólo por el IVA. Y así se explica el dato final, que repito con frecuencia en este blog: España recaudó en 2018 el 38,9% del PIB, mientras los 28
paises UE recaudaron el 45% de su PIB y los paises del euro el 46,3%, según Eurostat. Eso significa que recaudamos
73.703 millones menos que Europa el año pasado. Y 89.410 millones menos que
los paises euro y 177.612 millones menos que Francia. Una cifra tan importante
que, si recuperamos sólo la mitad del “gap”, 40.000 millones más de recaudación, nos permitiría no tener déficit y gastar
también como europeos en sanidad, educación, Dependencia, gastos sociales,
tecnología y tantas otras cosas. Porque no les quepa duda: tenemos más déficit y menos gasto público (un 41,3% del PIB en
España frente al 45,6% que gasta la UE-28) porque recaudamos peor.
¿Cómo se puede recaudar más? Por un lado, hay que luchar mejor contra el fraude fiscal, en todos los impuestos, para
lo que necesitamos más medios (Hacienda solo tiene un
inspector por cada 2.081 contribuyentes, frente a 1.914 en Italia, 1.176 en
Reino Unido, 979 en Francia o 743 en Alemania). Y por otro, habría que pactar una nueva reforma fiscal, para aumentar la recaudación impuesto a
impuesto, tocando tipos y sobre todo exenciones y deducciones, que en muchos
casos son regresivas y benefician más a
los que más tienen. Hay que conseguir que paguen más impuestos los que hoy pagan
poco (legalmente): multinacionales, grandes empresas, bancos y los más ricos. E
incorporar nuevos impuestos, verdes y
tecnológicos.
No se trata de subir o bajar impuestos: hay que reformarlos para que recauden más y sean más justos. Bajarlos sólo, como plantean PP, Ciudadanos y Vox es conseguir que España recaude todavía menos que ahora. Y antes o después, eso se traducirá en más déficit público o más recortes sociales. O en impuestos y tasas que nos "claven” silenciosamente por otro lado. En economía no hay milagros. Esa es la dura realidad de las cuentas, al margen de las ideologías. Piénselo.
No se trata de subir o bajar impuestos: hay que reformarlos para que recauden más y sean más justos. Bajarlos sólo, como plantean PP, Ciudadanos y Vox es conseguir que España recaude todavía menos que ahora. Y antes o después, eso se traducirá en más déficit público o más recortes sociales. O en impuestos y tasas que nos "claven” silenciosamente por otro lado. En economía no hay milagros. Esa es la dura realidad de las cuentas, al margen de las ideologías. Piénselo.
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